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Bloody por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

Antes que nada, me disculpo por postearlo tan tarde, pero poseo una razón. Me pegue una enfermada de 15 casi un mes que NUNCA me había pasado. Siempre me enfermaba 1 o 2 días, a lo mucho 3 días. Incluso una vez solo me enferme un fin de semana y el lunes estaba mejor. Pero no… Cada vez me ponía mejor, por lo tanto, no pude hacer mucho con el fic así que ténganme paciencia UoU

¡Y lo prometido es deuda ^_^!

Helloooo Everybody. Aquí estoy de vuelta, este miércoles 25 de Nov.. ¡Yeahhh!

Está corto pero los pondrá feliz, ya que.... ¡Ichiru, Kaname y Zero viven en familia en la mansión Kuran! ¿Cómo será >/////<?

 

 

 

La suave nieve caía sobre la ciudad, agitándose las ramas de los árboles cercanos, cayendo igualmente sobre ese par de presencias en medio de ese callejón. Uno de ellos en el suelo suplicaba mientras el segundo le impedía irse con apoyarle su zapato sobre el vientre, mostrándose bastante sereno pese a su interrogatorio.

-Yo... ¡Juro que estoy diciendo la verdad! ¡Yo sólo fui a recoger algunas cosas! –pedía ese joven hombre años mayor–. Yo moriré antes de decirte el nombre de mi maestro, pero yo...

-... –suspira ese albino de abrigo–. Bien entonces.

A cambio, ese hombre sometido suspira aliviado por ver como ese zapato se retiraba de su posición.

-Si ese es el caso... –saca ese joven esa pistola del color de su cabello– muere ahora. –quita el seguro apuntándole-

 

Lloraba esa pequeña arrodillada en esa solitaria calle, con esa maleta recostada en su cuerpo, no incomodándole las motas blancas que desprendía el cielo. Pronto, del techo cae una presencia, quien se incorpora sin ningún rasguño por semejante caída de tantos metros. Zero simplemente sacude el polvo como esa nieve acumulada de su gabán, avanzando hacia esa pequeña.

-Mi maleta. Gracias. –agradece, tomándola-

-Y... –solloza la menor, viéndolo-

-Ya está bien. El hombre malo que quería llevarte a algún extraño lugar ya se fue. No te preocupes.

Estira su mano para acariciarle la coronilla, solo por mero instinto, pero la menor se encoge en su sitio, dejando de llorar.

-Ey, puede que de miedo, pero no haré nada que te asuste. –simplemente aleja su mano sonriéndole dulcemente, consiguiendo el efecto deseado, que ya no le temiera–. Ven aquí, te devolveré con tu familia. –entre sus brazos la toma-

Cerca de allí, logra Zero ver a la preocupada abuela junto a un policía, solo dejando a la niña en el suelo a pocos metros detrás de la mujer.

 

 

 

 

 

Noche 26 La Relación con Zero.

 

 

 

 

 

Zero ojea a esa familia, prefiriendo dar su trabajo por finalizado. Si eso le sucediera... Si Ichiru llégasela a perder, mataría al vampiro que intentara tocarlo.

Sujetando debajo de su brazo esa maleta caminaba por esa calle sin ser molestado o algo. Simplemente sus pasos eran su compañía, junto a esa leve nevada, no incomodándolo. Como era rutinario, tomaba distintos caminos en precaución a ser encontrado por otro cazador, llamando su presencia la atención de la poca gente transitando en esa noche, no importándole. En silencio mete la mano al bolsillo de su abrigo, girando por una alejada pavimentada calle. Igualmente toma ese camino aquella segunda solitaria presencia que lo había seguido hace algunos metros, deteniéndose por aquella maleta en el suelo.

Habiendo sido usada como trampa por ese albino que había sacado a Bloody Rose para apuntarla en la frente.

-Tú... –se sorprende Zero por reconocer a su "acosador" de largo cabello rubio-

-Sien... Siento haberte seguido, Kiryuu-kun. –alza Cross sus manos un poco sacado de onda por la violencia-

-Tu aura es difícil de percibir porque a veces se mezcla ligeramente con la de un vampiro. –baja su arma guardándola– ¿Por qué me sigues? ¿Te envió la Asociación?

-Calma, calma, solo quería verte. Fuiste mi hijo. –baja sus manos sonriendo-

-Mejor me voy.

-Espera, espera, Kiryuu-kun! –le toma el hombro–. Podríamos hablar. Sé que seguramente debes ir con Ichiru pero será un momento.

-... Está bien.

-Bien. –suspira sonriendo paternal–. Sígueme, Tengo un lugar donde podríamos hablar sin interrupciones.

 

Sube por esa escalinata de aquella casa, sin dejar de ver disimuladamente a su alrededor asegurándose de que no fuese una trampa, mientras Cross abría la puerta y penetraba ese largo pasillo. Penetra el rubio por una de las puertas.

-Pasa. –ofrece el rubio–. Tengo este apartamento desde hace algún tiempo, podrá servirnos para conversar.

-Qué haces aquí? Pensé que la Asociación de Cazadores y una infinidad cantidad más de gente irían tras el asesino del antiguo Presidente después de que fueras prácticamente localizado. Hace 1 año fue eso ¿no? –se recarga contra el muro con esa maleta en su mano-

-Mi sentencia fue pospuesta, y desde eso se me fue dicho que sería soltado para decidir "basado en como las cosas terminaron". Un montón de cosas han cambiado desde el año pasado... Pero por qué no has vuelto a la escuela.

-Usted y yo sabemos el por qué. Incluso me estoy arriesgando en este momento. Así usted y el maestro Yagari me hayan hostigado mucho diciéndome una y otra vez que debía seguir yendo a la Academia. De día estoy encerrado en aquella casa con la compañía de Ichiru, y de noche cazó vampiros como la Asociación desea. –suspira Zero–. Si no ocupo mis noches cazando vampiros... no sé qué pueda terminar haciendo.

-Eso no es suficiente para satisfacerse de esa forma. La Lista de Ejecución existe precisamente para que no nos volvamos un puñado de asesinos cazando vampiros al azar. –conciliador recuerda–. Por ahora no hay una orden de misión para esta noche, y sin embargo, saliste. Tu abrigo, está cubierto de polvo.

-Fueron dos de ellos. –confiesa ante los rodeos de Cross, notando su espanto por su frialdad–. Uno de ellos huyó con una niña humana, y el otro... estaba esperando para recoger a la niña después. Puedo decir que debieron haber estado bajo las órdenes de alguien más, pero no pude atraparlos para que me dijeran algo más.

-Kiryuu-kun, por favor, dime que no fue porque fueron insuficientes muertes para satisfacerte. No fuiste y los...

-No te preocupes, Director, los dos que maté ya estaban en la lista desde hace un tiempo. Yo no voy por ahí haciendo razones para matar sólo por satisfacer mis urgencias. No te preocupes.

Aliviado suspira el rubio. Bufa Zero, sentándose en la silla y sacando de su bolsillo esa cajita que siempre llevaba consigo. No quería hacerlo delante del mayor pero su paciencia empezaba a ponerse a prueba con esa conversación.

-Lo siento. Es sólo que no te he visto por un tiempo y no puedo ayudar. Parece que me preocupe más de la cuenta. –pasa la mano por su suelto flequillo-. Desde tu punto de vista, mis preocupaciones deben ser absurdas ¿no es así?

No responde el joven cazador, simplemente vierte esa cantidad excesiva de tabletas en su boca, bajo la mirada confusa de Cross.

-Pero... Desde cuando empezaste a tomar tabletas de sangre en tales cantidades?

-Desde... –las traga, limpiando sus labios con el dorso de su mano- que fui capaz de tomarlas. Hace un año.

-Pero, pensé que tú y Kaname-kun... –calla por esa mirada advertida sobre su persona, decidiendo callar y desviar sus ojos–. Ha sido un año entero desde que eso pasó. Supongo que has estado muy ocupado durante este año después de que el Consejo fuera eliminado, pese a que la Asociación reniegue de tu ayuda... –baja su mirada Cross–. Desde que el único que imponía órdenes murió, una parte de los vampiros que anteriormente estaban debajo de ellos, y quienes creían que tomar las vidas humanas estaba completamente bien, están fuera de control.

-Mismos que ponen todo su tiempo en buscar al "peor" de todos los vampiros ¿no? El único que causó toda esa confusión, pero "él" siempre está haciendo sus movimientos desde las sombras, y nunca aparece en público. –muestra una sonrisa negando. Claramente evocando ese Sangre Pura castaño con el que vivía-

-Actualmente, Kaname-kun ha contactado con nosotros... con la Asociación.

-... –se sorprende– ¿Qué? –lo observa-

-Él quiere restablecer el contacto con la Asociación para la coexistencia. Parece que ha estado manipulando desde las sombras para traer de nuevo la sociedad de los vampiros bajo control una vez más. Y, ahora, con todas las preparaciones, él preguntó si podía hablar directamente con la nueva y reestructurada Asociación de Vampiros, como el representante de la Raza de los vampiros.

¿Kaname había hecho eso? ¿A sus espaldas? A sus espaldas... Ahora entendía porque sus salidas sin avisar, luego llegando con paquetes para Ichiru o incluso para él mismo, para distraer la atención. Ese bastardo... Sin poderlo evitar, esa ira que con los meses contenía libera, provocando que la ventana a un costado de Cross se desquebrajara sin estallarla. Asimismo, cubre su rostro con su mano, presionándose la otra en su muñeca. ¡Era un maldito cínico! Esa noche tendrían una larga, muy larga conversación.

-Así que en verdad no lo sabías.

-Y los Cazadores creen que él se está preparando para hacer una declaración de guerra contra ustedes? –inquiere cabizbajo–. Sería de ayuda, es necesario que los chupasangre se controlen, por eso es importante que esté vivo ¿no?

-Pensé que dirías algo entre líneas, algo como "si él llegara a salir, me interpondré de seguro" por habértelo ocultado.

-No, todavía no quiero.

-En serio? –inquiere el cazador, palpando con la yema de sus dedos una de las líneas dejada por la ira de Zero sobre el cristal. Pobre Kaname-kun–. Kiryuu-kun, he venido con nuevas órdenes de la Asociación para ti.

 

 

Encerrado en aquel cuarto sin ventanas o alguna abertura que le permitiera ver hacia afuera se hallaba. Sus cabellos platinados se habían alargado unos centímetros rozando con su nuca, cubriendo sus ojos, haciéndolo ver como una imagen tétrica o trastornada. Y así se sentía ese pequeño albino dentro de esas cuatro paredes.

-Han sido seis meses desde que empezamos a vivir aquí... –apoya sus manos a cada lado de su cabeza, luego sacudiéndola como si se respondiera a asimismo–. No quiero estar aquí...

-Ichiru... –penetra Zero en esa habitación, no sorprendiéndose al ver a su hijo en esa esquina igual a un animalito indefenso–. Ichiru, te he estado buscando, supe que te negaste a Kuran.

No responde él, simplemente continuaba presionando sus dedos en su cabeza, escuchando esas vocecillas taladrando su mente. Bajando el padre su mirada entristecido, le dolía verlo en esa situación de negarse a beber sangre. Era como verse a él mismo de niño, suspira decidiendo mejor acercarse.

-Yo podría por supuesto esperar por ti, tanto tiempo como fuera necesario hasta que te sientas a gusto haciéndolo. –le toma la mano, levantando ese rostro. Pero esta es una de las cosas que no puedo seguir haciendo, hijo.

Se sorprende el menor por presentir ese aroma del que quería huir, buscando el origen con la mirada, viendo que se trataba de la mano de su padre, de la cual escurría sangre, que a sus ojos era una gran tentación, obligándolo a estirar su mano a tomarla, pero después decide pegar su rostro al torso contrario en negación. Sí que su hijo poseía resistencia pese a su poca edad.

-Ichiru, debes usar tus colmillos para obtener sangre por ti mismo. Sé que eres un niño pero debes hacerlo.

-Te haré daño. –sacude su cabeza dejando ver un par de colmillos sobresalir de sus dientes-

-Eso no pasara. Lo prometo.

Decide acercar su mano a ese pequeño rostro mientras se sentaba con él en el suelo, apoyándole con la otra mano tras la cabeza, viendo como éste se acercaba mansamente a la sangre, sacando por inercia Ichiru su lengua para retirarla.

-Me pregunto por qué te reprimes, incluso cuando tu lado animal está hambriento. –recuesta su espalda contra el muro, mientras que lo veía lamer esa sangre-

Mientras que con su otro brazo lo estrechaba encorvándose para apoyar su rostro con esa pequeña espalda. Siempre lo protegería. Detrás, en el marco de la puerta, en silencio se hallaba Kaname observándolos.

Deja de escribir en esas hojas para cerrar sus ojos y entregar su nariz a ese aroma que alcazaba a filtrarse entre esas paredes de esa habitación. Quedando sentado en esa silla frente a ese escritorio, solo escuchándose un sepulcral silencio, algo normal en esos meses.

-Está tan tranquilo... Puedo oler la nieve afuera. Oh, sí... –abre Ichiru nuevamente sus párpados–. Pronto será un año.

Se sobresalta él por tremendos golpes repentinos en esa puerta a su espalda, perdiendo cualquier concentración.

-Ey, Ichiru Kiryuu! ¡¿Qué haces ahí holgazaneando cuando deberías estar estudiando para la siguiente lección?! ¡El hecho que yo no esté aquí supervisándote, no quiere decir que debas distraerte! –hace Aidou notar su voz de mando acercándosele–. ¿Qué es eso? ¿Qué estás dibujando ahí? –inquiere sentándose al lado de él-

-Ah! ¡Nada! –sin medir su fuerza lo aleja de un empujón por simple supervivencia, pegando esas hojas contra su pecho-

-Aaaahhhh.... ¡Mi cuello...! –se queja desde el suelo aquel pobre desnucado–

Haciendo un lindo pucherito las guarda después rápidamente en el cajón. Ese Noble irrumpió su privacidad.

-Ey, como sea... ¬¬ –algo recuperado se incorpora, regresando a tomar asiento–. Sólo comencemos con la lección. Trabajo duro como tu profesor privado, así que sigamos. –toma el libro que dejó en el escritorio–. Solo siéntate y abre tu libro. Página 167

Tomándose en serio su papel de maestro se reclina, continuando el pequeño Sangre Pura en pie tímido.

-Por cierto, ¿qué estabas escribiendo?

-Sólo estaba distraído. ¿Papá o Kaname-senpai ya llegaron? –inquiere en pie bajando su cabeza-

-Aparentemente no.

Esa respuesta entristece a Ichiru, ya que hace mucho que no salía con ellos, manteniendo oculto para su protección.

-Podrías enviarle una carta a alguien? –ofrece Aidou-

-En serio? –entusiasmado lo observa–. Pero... No quiero poner en peligro este preciado lugar en el que papá, Kaname-senpai y yo podemos vivir juntos.

-Senpai? –entra el castaño–. Ichiru, realmente me pregunto cuánto más tomará para que finalmente me llames simplemente Kaname.

-Kaname-sama! –se levanta de golpe de la silla el anaranjado-

-Kaname-senpai!! –corre alegre hacia él, siendo cargado entre los brazos del mayor–. No sabía que regresarías hoy de tu viaje, pero estoy feliz de que vuelvas a casa temprano.

-Lo siento, Ichiru, sólo vine por un momento y ya tengo que irme de nuevo. –le apoya la mano en una de sus  mejilla-

-... –baja su mirada entristecido–. Bienvenido a casa. –aun así se estira dándole un beso en la mejilla-

-Cof,cof... Debemos apresurarnos, Kaname-sama, o sino...

-"¡¡¡Cómo se atreve mi padre a interrumpirlos!!!" –se sobresalta Aidou al reparar en la presencia de su rubio padre– "¿Cómo pudo hacer tal cosa?" –piensa sacado de onda desde su posición-

-Estoy consciente de eso. –en calma opina Kaname viendo al mayor sobre su hombro-

-Konbawa Aidou-san... –realiza Ichiru una venia con su cabeza-

-Ah... ¡Mis sinceras disculpas, me olvide de saludarlo! –apenado igualmente realiza el Noble una venia-

-Kiryuu aún no ha llegado? –recibe una negación de esa cabecita platinada–. Hm... –suspira bajándolo de sus brazos-

-Cuídate, Kaname-senpai.

-Lo haré, gracias. –se encamina hacia la puerta, deteniéndose bajo el marco–. Ichiru, sólo un poco más, y tendré las cosas lo suficientemente seguras para que seas capaz de respirar el aire libre una vez más. Hemos arreglado el tener una reunión con la Asociación de Vampiros.

 

*                      *                      *                      *                      *                      *

 

Un nuevo día, cesando la nevada de la noche anterior para dar permiso a una cálida mañana. Sobre esa cama se hallaba boca arriba durmiendo luego de haber cazado la noche anterior. Moviéndose inquieto en esa cama, hasta quedar sobre uno de sus costados, no dejando de rozarse sus cabellos platinados con la almohada. Los sueños inundaban su mente...

-Ey, ey, Kaname-sama, qué significa "para siempre"? –inquiere ese pequeño Zero inocente, misma razón que le permitía sentarse sobre el regazo de ese castaño, entrelazándose sus manos-

-Qué significa para siempre...? Significa sólo eso, "para siempre", Zero. –responde con una sonrisa, acostado sobre ese sillón recargando su cabeza en la almohada-

Nota la confusión de ese albino con ver esa cabecita ladeada. Hace un año empezó a conocer las palabras y su curiosidad aumentaba, además de hacerse cargo de un pequeño bebé a corta edad.

-Imagina algo como "el lugar más lejos en el mundo" o "el borde del universo". "Para siempre" es como viajar muy lejos y entonces incluso más lejos sin cesar.

-... –se entristece, decidiendo recargar su cabeza sobre el hombro de Kaname, sin dejar de soltar esa unión de sus manos–. Pero... si fue tan lejos sólo consigo mismo, el debió haberse sentido realmente solo ¿no Kaname-sama?

-... –se sorprende por esa confesión inocente, solo callando–. Estás en lo cierto, Zero. –le apoya la mano contra la cabecita sin liberar esa otra mano entrelazada–. Fue muy, muy solitario.

Entre abre sus ojos posando su vista sobre esa mesa al lado de la cama, en realidad en ese objeto sobre ella. Esa flor conservada dentro de la resina que Kaname le obsequió a Ichiru hace más de 1 año. Prefiere girar su cuello y buscar su costado, hallándolo solitario. Ichiru no estaba.

 

Los libros que sostenía entre sus brazos se caen al suelo, provocándole igualmente caer arrodillado.

-Ah... –jadea Ichiru temeroso tomando su pequeño cuello-

Esa mañana había preferido distraerse con la lectura, pero nunca se imaginó que el ver una imagen del cuerpo humano, del aparato circulatorio le causaría esas sensaciones de las que rehuía, tomando su cuello y respirando agitado.

-Ugh... –jadea dejándose caer al suelo acostado, abrazando su vientre–. Oh, no... "Esta hambre, papá está en casa ahora, pero no quiero". Tengo que estudiar... –rozan las yemas de sus dedos contra esas hojas del libro– "¡Tengo sed... Tanta sed! ¡Papá!". –piensa tratando de mantenerse fuerte-

 

 

-Pensé que podría estar contigo. Por extraño que parezca, él y tú empiezan a llevarse bien –opina Zero en el marco de la puerta. Ya podía tener una conversación con ese Noble sin matarse-

-Podría estar en la biblioteca. Es el único lugar al que se le permite ir. –opina Aidou fingiendo que no lo veía, sirviendo ese libro en su mano de distracción-

Sentado en ese sillón y con la ventana abierta pausa Aidou su lectura. El claro olor de la sangre se filtró hasta su posición y la de Zero. Prefiere mejor incorporarse, pero ese padre preocupado ya había salido en busca de la razón, ya que, no era cualquier sangre, él la conocía muy bien porque la probó. Corre en descenso por esas escaleras de caracol que le acortarían el camino, asomando su cabeza al girar en una curva.

-Ichiru! –se asoma el padre para acercársele preocupado– ¿Te paso algo? ¿Dónde te heriste? –se hinca-

-Esta puerta... –ignora a su padre para apoyar su mano contra esa lámina– pensé haber olido la esencia de Kaname senpai desde aquí, así que...

-Ahora que lo mencionas... –repara el cazador en su alrededor, y más en esa puerta–. Yo también siento su esencia dentro de aquella habitación.

-Qué será este lugar? Kaname-senpai no me hablo de él. Fui muy sensible hace un momento, así que por casualidad encontré la entrada por el olor.

-Tampoco sabía de este lugar en esta casa. Hijo, tienes sangre en tu labio.

-Ah? –se ruboriza al caer en cuenta de eso-

-Tú... imposible... –arquea su ceja ante el nerviosismo de su hijo, quien le rehuyó la mirada– ¿No me digas que en verdad te mordiste? ¿En verdad pensaste que... podrías alimentarte de ti mismo? –inquiere incrédulo al ver una gota de sangre en una de sus mangas-

-Yo solo tenía mucha hambre así que... no estaba pensando mucho... y solo, fue "chomp". –justifica inocente–

-... –por poco se desploma por tal confesión inocente. Prefiere suspirar cruzándose de brazos, debía entenderlo-

 -Lo hice por curiosidad. Me dolió. –reconoce-

-Entonces por qué no fuiste a buscarme? –ve como esa carita le rehuía la mirada. Suspira–. Ichiru, sabes que no puedes negarte, estás hambriento. –le peina el alargado flequillo. Continúa la negación. Nuevamente bufa–. Bien. Entonces toma estas. –le ofrece esa cajita que tomó de la mesa de noche en un caso tal, algo que diariamente se repetía-

Ambos albinos perciben un conocido aroma provenir de ese pasillo, provocándoles lanzar su par de ojos violetas a un costado.

-Por favor, no le des esas tabletas a Ichiru. –se presenta Kaname a un costado de ellos–. Buen día, Kiryuu. –no recibe respuesta del cazador-

-Kaname-senpai, bienvenido a casa. –corre a abrazar al mayor, quien lo carga entre su brazos-

-Qué cosa más tonta has hecho mordiéndote a ti mismo, pero parece que has recordado como usar tus colmillos.

-Lo hice.... Es que... –se ruboriza, bajando su cabeza-

-La sed de un vampiro sólo puede satisfacerse por la sangre del ser amado ¿recuerdas eso? –ve de reojo a ese cazador en pie que lo ignoraba-

-Hijo, podrías ir al cuarto, luego te alcanzo. –ve como Kaname bajaba a Ichiru obedeciendo el menor–. Espera, toma. –le ofrece la caja, notando inseguridad en él, finalmente recibiéndolas–. Luego voy, debo hablar con Kuran.

-Sí. ¿Papi, por qué lo llamas aún Kuran? –inquiere viéndolo-

-Ichiru...

-Ya entendí –_- –hace un puchero yéndose-

-Sí. Cómo puedes aún llamarme Kuran.

Posa sus ojos molestos sobre "ése" que hablo, regresándole aquella inconformidad del día anterior. En realidad la noche anterior.

-Cómo pudiste decidirle a Ichiru y no a mí sobre tu dichosa cita con la Asociación? –inquiere-

-Y tú sabes que la sed de sangre de Ichiru no puede ser realmente saciada si no bebe mi sangre. Un vínculo que no se puede cortar.

-Lo sé. –suspira rascando tras su cabeza–. Una parte de su corazón está unida a la tuya, siempre te vio como esa otra... figura paterna. –ve a ese castaño acercársele y rodearlo con sus brazos-

-Sabes que esa tonta decisión de ustedes dos te hará daño a ti? –lo estrecha. En todo la noche anterior no lo vio y necesitaba sentirlo lo más cerca posible-

-Debo ir con él. –se leja de él. Aún estaba molesto y no caería a esa manipulación, en la que Kuran era un experto-

Unos cuantos pasos da al perderse en ese inmenso pasillo, deteniéndose sus pisadas por ser rodeado por esos brazos de ese castaño detrás suyo.

-No quiero que te alejes. No puedo ni remotamente alejarme de ti. –lo toma de brazo girándolo-

-Como veo que no entiendes, te lo aclarare. No quiero verte. Estoy molesto contigo, Kuran. –aclara, pero no es liberado–. Kuran... –insiste-

A cambio, la frente del castaño es pegada contra la suya sin liberarle la muñeca conectándose sus miradas. Aumentando drásticamente el latido de su corazón por esa constante unión, tragando grueso y solo admirando esos bajos ojos castaños.

-Sabes, prefiero la muerte que perderte o podrías matarme con tus propias manos. Oh, sé que podríamos hacer, –le toma la mejilla con las manos mostrando una sonrisa, para nada maliciosa–. Tú podrías poner fin a mi vida con tus propias manos y Bloody Rose. –decide besarlo. Rodea esa espalda con su brazo y pierde sus dedos entre esos cabellos de plata– ¿Sucede algo? –inquiere luego de finalizar ese gesto, sin dejar de verlo-

-Tú no puedes estar hablando en serio. De ninguna manera. –baja Zero su cabeza-

-Hm... –sonríe sin liberarlo viendo el techo, empezando a acariciar esa cabeza contraria–. Sabes, Zero, yo, recibo con absoluto placer todo lo que me es dado por ti. Incluso si se trata de un pedido cruel, simplemente dolor o incluso la espada para tomar mi vida, me gusta todo lo que proviene de ti, Zero. Llenaste de color mi gris corazón envuelto en cenizas.

-No sabía que tuvieras una faceta masoquista. –dice burlón para distraer ese calorcillo y agitación por esa confesión– "Me gusta cómo se oye su corazón. Siempre me ha gustado". –cierra lentamente sus ojos sin apartarse-

-... –sonríe sin pausar su mano–. Tú eres el único que escucha el fluir de mi sangre por mis venas ¿no es así? También debes estar sediento de mi sangre.

-... –se abren sus ojos de golpe, sintiendo como esos brazos lo rodeaban. Pero, cuando quiso alejarse fue demasiado tarde–. Kuran... –trata de alejarse, no lográndolo–. Kaname... –lo observa, tratando de usar su misma manipulación-

-Si lo estás, entonces por favor dame más dolor, Zero. –lo observa sin liberarlo–. Toma mi sangre como a tu presa. Esto será el castigo requerido.

Nuevamente la culpa presente en esas palabras. Sí, aún Kaname se culpaba de la muerte de sus padres cazadores. Por eso decía esas palabras, pero sabía que si no bebía su sangre no lo dejaría ir; ni siquiera salir en la noche a cazar. Suspira bajando su cabeza resignado.

-Eres un manipulador, lo sabes? –deja de oponerse-

-Lo sé. –sonríe liberándolo, hincándose-

En pie lo observa inseguro. No se acostumbraba aún a tener que "restablecerse" con Kaname, pero debía ya que su hijo solo bebía de él y eso sí que lo estaba debilitando. Tomando valor se hinca delante de él desabotonándole el abrigo y camisa.

-Cómo puedo sentir algo distinto al odio con un ser como tú. –le toma la mejilla apareciendo esa roja tonalidad–. No lo entiendo. –lame ese cuello lentamente, como lo hubiera hecho con su hijo casi 2 años atrás-

Luego de "acariciar" esa delicada parte abre su boca exponiendo su par de colmillos...

-Cómo preguntas...

Todo...

Todo se deshace en pedazos y se derrumba.... deslizándose entre mis dedos ¿Es un castigo?

Arrodillado sobre ese espejo tomaba entre sus enguantados dedos esos pequeños cristales, que poco a poco regresaban al suelo, quedando unos cuantos pedazos, trasladando sus ojos a aquel espejo, reflejándose en cada fragmento desigual la imagen de un solitario ser. ¿Por qué le sucedía eso? ¿Él se lo buscó?

Luego de mucho tiempo... Estaba solo.

Esa simple palabra hace que dejara de fingir una fuerza que perdió hace mucho. Por eso, llora. Nunca habiéndosele pasado por la cabeza que algo así le sucedería.

Cuando me di cuenta...

Ese llanto que no liberó por años lo libera, presionando entre sus enguantadas manos esos cristales, encorvándose en ese espejo roto dentro de aquella habitación de puertas cerradas.

Estaba completamente solo.

Luego de esa imagen se aleja, respirando agitadamente, quedando arrodillado necesita cubrir uno de sus ojos.

Nota que uno de sus ojos violetas se había llenado de lágrimas, por inercia regresa su rostro a esa puerta de extraño símbolo en el medio tras el arrodillado castaño ¿Por qué creía que ese recuerdo provenía de ese lugar? Ya que mismo símbolo reconoció en ese recuerdo ajeno. Endereza su postura sin dejar de observar intrigado esas dos láminas cerradas. Ahora entendía por qué Ichiru no quería beber de la sangre de Kaname, su hijo había posiblemente visto un recuerdo ¿de Kaname? ¿Uno doloroso, tal vez?

-Qué hay detrás de esa puerta? –se irgue Zero-

Se siente agarrado por la cintura nuevamente por los brazos del castaño, ocultando Kaname su rostro en su vientre, mostrando necesidad. ¿Acaso... ese recuerdo de soledad lo atormentó nuevamente? Traga grueso de solo pensarlo, mejor abrazándolo igual con ese sentimiento sin decir palabra, no dejando de detallar esa misteriosa puerta.

Notas finales:

Ya viven esos tres en familia... ¿Extraño, no? Pero manejable, por ahora.

¿Qué pareció está adaptación sin ese "hueco personaje" de Yuuki? Para ser sincera, ese personaje de Yuuki me pareció horroroso. U_U Quien está conmigo, alcen la mano... jajaja


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