-Oiga, espere, señorito...
-Kaname-sama ha hecho algo bastante peligroso en invitar a un Sangre Pura tan joven.
-Solo queremos hablar con usted.
-Estoy bien, sólo necesito que me dejen pasar. –insiste Ichiru sin exponer nerviosismo aunque lo sintiera-
-No deberíamos arriesgarnos a dejarlo solo. Aún es muy pequeño.
-Estoy bien, en serio. Sólo necesito que me dejen pasar... –pide el menor, empezando a asustarse por esa barrera de Nobles Vampiros obstaculizarle la única salida-
-Todos, no hay razón para preocuparse. –interrumpe una mujer–. Después de todo, estamos entre caballeros esta noche, y todos somos confiables huéspedes, invitados por nuestro anfitrión, Kaname-sama ¿no es así?
-Es Sara-sama...
-Sara-sama!
Lo que al fin quería Ichiru se le es cumplido, que todos esos acosadores y acosadoras se alejaran, sin embargo, es para permitirle el paso a esa rubia de extremada belleza, si aún era posible ese calificativo en un vampiro. Bajando sus ondas rubias por uno de sus hombros y la mayoría tras su espalda rozando con su elegante vestido largo, de unos bajos ojos azules. Siendo él admirado atentamente por ésta.
-No estarás asustado? ¿Intentabas ir a saludar a alguien más por casualidad? Si no te molesta, estaré encantada de llevarte a ver a quién quieres ver.
Estira Sara su mano para tomar la muñeca del menor, impidiéndoselo otra mano, tratándose de Zero, quien se había interpuesto delante de Ichiru.
-No lo toques tan tranquilamente, Sangre Pura. –aclara el cazador, ya con su paciencia al límite-
-¡Por fin te hallé! –se alegra Ichiru-
Repara Ichiru en ese agarre que tenía su padre hacía esa mujer como en los murmullos de su alrededor, algunos tratados sobre su padre, notando sus miradas desaprobatorias. ¡Ellos podrían hacerle daño a su padre! ¡Y todo por su culpa! Debía hacer algo rápido para no perjudicar a Kaname ni a su padre. Por eso se acerca colocando su mano sobre el brazo del cazador.
-Podrías... soltarla? Es una de nuestras invitadas. –muestra una sonrisa dulce-
Posa Zero su mirada en esa rubia, haciéndosele familiar, ignorando claramente los murmullos que su acto levantó por su agarre, sin querer liberarla.
-Suéltala por favor. –insiste por la seguridad de esos dedos masculinos sobre la muñeca femenina. Logra que su padre la soltara-
-Vaya, vaya, qué niño tan encantador. ¿No es así? –pica Sara viendo al cazador-
-Ya basta, por favor. –interviene Ichiru antes que su padre la ahorcara por su osadía-
-Por supuesto, lo siento. Por cierto, es un placer conocerte, Ichiru-san. –le toma el mentón encorvándose para acercar su rostro al de Ichiru–. Soy Sara Shirabuki. Seamos buenos amigos. Después de todo, quedan tan pocos de nosotros, los Sangre Pura.
-Amigos? –se extraña Ichiru admirándola atentamente-
-Siento dejarte tan rápido, pero debo ir a saludar a Kaname-sama. –se irgue. Se aleja en pasos suaves y estilizados-
-"Había un ligero aroma... de Sangre fresca en ella" –piensa Ichiru, atreviéndose a posar sus ojos en la rubia–. "Ella también es Sangre Pura como yo... y como Kaname-senpai. Lo cual para papá... ¿significa ser un enemigo?". –piensa entristeciéndolo un poco-
Sin importarle a Zero lo que pudieran pensar toma a Ichiru de la muñeca, llevándoselo lejos de esas fieras con sed de sangre incluso hacia un ser de alto grado.
-Ya fue suficiente con esto. –zanja sin soltarlo. Podía sentir el miedo que su hijo trataba de disimular-
-Espera, Kiryuu. –lo intercepta Aidou, delante de él–. Kaname-sama me pidió que arreglara el que pudieras irte e ir a uno de los cuartos. Así que vayan de vuelta a la sala de recepción. Solo permítele que dé cualquier excusa a los otros por su momentánea ausencia. –se aleja-
Le vale poco a Zero "la educación" de dejar una excusa, ya que se lo lleva cruzando en medio de esas indeseables personas.
Por otro lado, tenía ese castaño sus ojos fijos en la retirada de ese par de albinos. No molestándole la acción de Zero.
-Kaname-sama, seguro que esto está bien? –inquiere Kain al lado del castaño-
-La sociedad de vampiros ha visto suficiente de Ichiru por esta noche. Así que no tiene que quedarse durante toda la fiesta. Además, –posa su vista en aquella rubia a unos metros de su posición, quien se mostraba distraída en algo–, prefiero que Zero no esté por aquí cuando Sara y yo hablemos.
-Kaname-sama, –llega Seiren realizando una venia–. Tengo noticias que reportarle. El otro invitado Sangre Pura, Ouri-sama... Ha desaparecido dejando atrás solo un leve aroma a sangre en la sala.
-Ya veo. –estira sus labios en una delgada sonrisa, sin dejar de ver a Sara-
Sara simplemente deja de ver a ese par de albinos que se perdieron de su vista para posarla en Kaname. Ladea ella su cabeza con igualmente una pequeña sonrisa.
-Papi, esa mujer que ofreció ayudarme... olía levemente a sangre fresca derramada. –confiesa Ichiru mientras se alejaban-
Noche 28 Entre enemigos.
-Estabas visitando a tu prometido, Sara? –inquiere Kaname frente a la rubia–. Qué inesperadamente vulgar de ti. Venir al baile inmediatamente después de eso, aún envuelta en el aroma de tu "comida".
-Sí, es de hecho como dices, Kaname-san. Realmente hice algo ofensivo. –coloca delicadamente bajo su mentón su dedo índice sonriendo suavemente, sin dejarse intimidar-
-Papi, no lo entiendo ¿Por qué Kaname-sama no se ve intimidante pero ellos si? –inquiere sin negarse a ser alejado-
-Ichiru, quédate cerca de Kaito. –lo empuja suavemente a dirección del nombrado que muy relajado continuaba recostado en el muro de brazos cruzados-
-Que bien que no mordiste mi anzuelo. Sin importar cuánto te urge la necesidad de asesinarlos.
-Estoy acostumbrado a poner mi paciencia a prueba. –lo ve de reojo-
-Oye, Kiryuu! ¡Ichiru-sama! –llama Aidou llegando hasta ellos–. He venido por ustedes, a llevarlos. Es una petición del anfitrión de esta fiesta, Kaname-sama.
-Aidou-senpai, estará bien que yo me aleje...
-Por qué simplemente no vas? –opina Kaito interrumpiéndolo, sonriéndole amable–. Tu padre estará contigo de todas formas. –lo empuja para animarlo–. Está bien, ve.
Sorpresa en los 3 presentes por esa amabilidad del castaño con "un sangre Pura".
-Ah, h-hai.
-Síganme. –avanza el rubio, siendo seguido por el par de albinos-
-Dios, que situación tan molesta. Pero de todas formas, es el hijo de Zero. –opina Kaito sacudiendo su castaña cabellera-
Lejos de allí, en una de las habitaciones cerradas, un grupo de jóvenes se mostraban pocos interesados en la fiesta que se venía realizando en el salón.
-Te sientes mejor, Ichijou? –inquiere Shiki en pie, preocupado-
-Sí, mejor. –pausa ese sorbo de agua para sonreírle–. Gracias, Rima. –le brinda el vaso continuando sentado-
-No es mejor que sea Ichijou-san visto por un médico. Que yo recuerde.... Shiki también tuvo un dolor igual y luego meses después nació Rin. –sabia dice ella recibiendo el vaso-
-No, solo fue un susto. –resta el rubio importancia moviendo su mano–. Lamento haberles causado tanta preocupación.
En ese momento un ruido leve inunda la habitación, sacando Ichijou su teléfono para contestar.
-Un susto? –entrecierra Shiki sus ojos azules, no prestando atención a la conversación ¿Acaso sería padre por segunda vez? Eso no le molestaría–
-Seguramente de ver y tener que saludar a Kaname-sama U_U. –opina Rima–. Hace casi un año que ninguno se ve.
-No lo creo. Él y el presidente de los dormitorio son amigos muy cercanos después de todo... ¿Qué pasa? –inquiere el modelo por ver al rubio colgar e incorporarse-
-Recuerdas que le dije a la niñera que llamara sin importar la hora si pasaba algo. Pues lo hizo. Rin tiene fiebre y no le desciende. Deberemos ir. –sonriente pone al tanto-
-Estoy de acuerdo. Nuestro hijo es primero.
-Entonces yo iré con ustedes. No me quedare sola en esta desagradable fiesta. –se cruza de brazos la menor de coletas naranjas-
-Es en esta habitación de aquí. –explica Aidou deteniéndose frente a esa puerta, viendo al par de albinos detrás-
Abre Ichiru la puerta entrando, quedando el padre bajo el marco de la puerta abierta.
-Papi, estoy cansado. –confiesa sentándose en uno de los sillones de ese cuarto-
-Yo deberé regresar, Ichiru. Recuerda que...
-Estás del lado de los cazadores, lo sé. –interrumpe haciendo un puchero–. Kaname-senpai me lo dijo.
-Yo me quedare aquí. –opina Aidou aun cerca-
Suficientes palabras para el cazador que penetra hasta quedar frente a su hijo, encorvándose para besarle la frente.
-Regresaré por ti. –le sonríe. Se aleja, pasando al lado de ese Noble con el que compartía la casa Kuran-
Zero al verse lo bastante alejado se recuesta en el muro cercano, sintiendo un extraño cosquilleo en su brazo derecho. Quita un poco la manga de su traje y camisa de su muñeca, no sorprendiéndose, más si inquietándose por ver las venas sobresalir en su piel. Algo que le había ocultado a Kaname, a quien por cierto había visto poco.
-No puede ser. No empieces a agitarte ahora. –toma su muñeca con su otro brazo, cubriendo esa parte-
Simplemente avanza ante ese presentimiento. Por un pasillo contrario caminaba Kain acercándose hasta su primo.
-Hanabusa, hay algo que debes saber. –llama suavemente-
Consiguiendo la atención de ese menor albino acostado en el sillón, que, desde su posición podía ver a ese par, que según sabia eran pareja. Kain, luego de trasmitir el mensaje se aleja.
-Aidou-senpai, qué ocurre? –se atreve el menor a inquirir levantando su torso, quedando sentado-
-El otro señor Sangre Pura que estaría en la fiesta, Ouri-sama, ha desaparecido del salón hace un momento.
-Eso es...
Una sacudida le interrumpe, llegándole un extraño aroma hasta su posición. No siendo el único que se inquieta por el olor, Aidou igual posa su mirada hacía un costado.
-Hay un aroma a sangre repentinamente.... –sorprendido exclama Ichiru– "Es fresco". –se levanta de golpe–. Aidou-senpai, iré a ver qué ocurre.
Logra pasar por la puerta para irse, pero no alejándose demás pasos, impidiéndoselo varios picos de hielo a su alrededor, encerrándolo.
-Kaname-sama me ha pedido expresamente que no lo deje, no importa qué ocurra.
-Pero papá...
Kaname quería protegerlo, pero él quería hacer lo mismo con su padre, por eso, logra romper esa barrera con desearlo, cayendo al suelo destrozada. Asombrándose él mismo de poder hacer eso.
-En este caso, senpai, tú ven conmigo! ¡Está muy cerca de aquí!
A un punto "x" de ese salón fija Kaname sus ojos castaños en el aire, escuchando pronto los murmullos agitados de esos demás invitados.
-Por cierto, Sara, no será posible que hayas hecho algo a Ouri-sama con quien estabas alimentándote hace un momento ¿no es así? –pregunta Kaname con voz serena-
-Me pregunto qué derecho tienes tú para preguntarme tan cruda pregunta. Ouri-sama y yo somos prometidos que no nos hemos visto en un tiempo, así que por supuesto es un poco deprimente sino hay algo de intimidad. Aun así, él raramente decide prestarme mucha atención ya que aún me ve como una pequeña niña.
-... –no responde el castaño, solo la observaba-
-O estás preocupado por un tipo diferente de "algo"? Si eso es lo que piensas, no tienes que preocuparte... Tú, de todas las personas deberías saber mejor que nadie como algo así es más que difícil de hacer ¿no es así? Hacerle algo a otro Sangre Pura... –ladea Sara su cabeza mostrando una suave sonrisa inocente-
De debajo de esa sábana cae esa arena hasta acumularse en el suelo de aquella sala, bajo esa mesa.
Las empleadas simplemente se mantenían atrás cuchicheando entre ellas, completamente asustadas por suponer lo que habría en aquella habitación que aún tenía esa pesada atmosfera, oliendo a sangre como a muerte.
Penetra Kain yendo directamente a esa mesa, detrás, recién entraba Ruka. Ojea a su prima por segundos para después decidir tomar el extremo de esa tela. Descubre esa sábana, petrificándose por ver unas cenizas que formaban una silueta donde se supondría debería estar el cuerpo de un Sangre Pura.
Por otro lado, Ichiru corría por la dirección que le lanzaba su instinto, siguiéndolo muy de cerca Aidou. Gira una curva pasando bajo el marco de una puerta, paralizándose por la sorpresa. Bajando su vista al suelo, notando que por poco pisa esa sangre que se encharcaba. Posa de nuevo su vista a dentro de ese salón viendo al Director Cross hincado junto a su padre en pie. Ambos, alrededor de un cuerpo sin vida.
-Oh, Ichiru... –repara Cross en el menor, sonriéndole, provocándole a Zero girar–. Quédate ahí, será mejor que no te acerques más o tu ropa se manchará. –aconseja, regresando su vista al cuerpo-
-Ichiru, qué haces aquí? Te deje en el cuarto. –opina Zero desde su posición. No quería exponer su hijo a eso-
-Qué... ocurrió? –bastante inquieto inquiere-
-Algo realmente desagradable... –suspira el rubio cazador cerrando sus ojos–. Aparentemente una de nuestras cazadoras cayó en una condición en la que la única opción fue tomar su propia vida con su arma. Aquí ¿ves? –señala la mano que sostenía el mango del puñal–. Se está convirtiendo lentamente en cenizas, comenzando por la punta de sus dedos. Y además... –cierra sus párpados en dolor-
-En su cuello. –toma la palabra Zero-. Puedes ver las marcas donde fue mordida por un vampiro. Aléjate de esto, hijo. Esto no es algo para jugar.
-Ella... –se sobresalta presionando sus manos en puños-
-Ichiru, deberías regresar a la habitación antes de que el aroma a sangre te afecte. –interrumpe Kaname tras él, recién llegando a ese cuarto-
-Kaname-senpai... –lo ve por sobre su hombro–. Pero la fiesta ya ha...
-Ese es mi trabajo... Así que tú no tienes por qué tomar parte en esto, Ichiru. –continua Kaname en suavidad-
-Esa farsa de fiesta obviamente ha acabado, Kuran. –opina Zero viéndolo con un fruncimiento involuntario. A causa de haber pasado eso bajo sus narices-
* * * * *
En la protección de esa mansión se hallaba, luego de una retirada silenciosa junto a Aidou, sin la compañía de su padre o Kaname. No pudiéndose sacar ese trágico suceso de la cabeza en su primera y única salida al exterior.
-Estás diciendo que el suicidio de Ouri-sama fue planeado? –en pie inquiere Ichiru dentro de esa sala-
-Sí, la investigación llegó a la conclusión que Ouri-sama se mató a sí mismo, convirtiendo a esa cazadora para hacerla dar el golpe final, ya que él no podía hacerlo. Y después de eso la cazadora se mató. Acaba de ser anunciado hace sólo un momento. –describe Aidou con ese cuadernillo donde describía lo dicho-
-"¿Eso paso en realidad? ¿Y por qué ese día en particular?". –pensaba Ichiru-
-La Asociación de Cazadores está bastante molesta... Bueno, no es una sorpresa. –suspira el rubio Noble–. Aparentemente, dicen que otro Sangre Pura tomó el control de la cazadora. Esa teoría ha hecho momentáneamente a todos los Sangre Pura presentes en la fiesta potenciales sospechosos.
-Incluso yo? –se asombra señalándose con su índice a asimismo–. Pero...
-Cómo que a ti? Todo el tiempo estuve a tu lado. ¿Dices que fui mal guardián? ¬¬
-Para nada UoU
-Olvídalo. Ya que tú estás olvidando que tenemos que estudiar. –zanja el rubio claro dejando sobre el escritorio ese cuadernillo-
-Papi no vendrá esta noche, cierto? ¿Por lo de ese Sangre Pura llamado Ouri? –se entristece bajando su cabeza. Siéndole imposible no evocar esa escena de como su padre se quedaba inmóvil detrás mientras el subía al auto-
-Aquí solo puedo decir algo con seguridad.
-Qué cosa? –sin verlo responde-
-Aún ahora, tú sigues sin entender mucho de nuestra sociedad! Eres prácticamente como un renacuajo tropezando por el mundo lleno de incertidumbre. –señala él en determinación-. Así que no pienses que puedes entrar así nada más y hacer la diferencia en las situaciones, como si fueras tan adulto o algo. UoU
-Me di cuenta de ello. –opina– ¡Por eso es que intentaré mi mejor esfuerzo para crecer tan rápido como pueda! ¡Debo estudiar mucho! ¡Hay toneladas de cosas de las que quiero hablar con papá y Kaname-senpai cuando regresen, así que no desperdiciemos ni un momento! ¡Vamos, rápido. Enséñame, enséñame! UoU –golpea la mesa con su mano, mostrándose bastante tierno pese a su insistencia-
-Eh? O-Ok.. –solo responde sacado de onda por tal motivación-
Ve como repentinamente el menor se distrae, desviando su mirada a dirección de la puerta.
-Qué está sucediendo?
-Hay personas afuera otra vez. –dice Ichiru al lograr percibirlas-
-No puede ser ¿otra vez?
Bufa Aidou, obligándose a salir del cuarto. Desde anoche después de que llegaron no dejaron de recibir visitas, y según órdenes del mismísimo Kaname-sama, no podían recibir ninguna visita de ninguna clase. Hasta la puerta principal se traslada, abriendo una de las láminas de madera, estando fuera Seiren en su papel de escolta.
-Lo lamento mucho, pero Ichiru-sama no puede atender a nadie por el momento. Así que tendré que pedirles que se marchen. –pide educadamente a esas presencias-
-Oh, pero tan solo quiero saludarlo rápidamente...
-Yo solo quería verlo para darle un pequeño regalo.
Exclamaban los Nobles en tristeza.
-Oye, Aidou-san!
-Piensas corrernos a nosotros también?
-Oh, ustedes 3 están aquí también! –repara en Rima, Shiki e Ichijou, ganándose una mirada desaprobatoria de la escolta de Kaname–. Nos pidieron que no dejáramos pasar a nadie antes de que Kaname-sama regrese, así que.... ¿no es así, Seiren? –alega a su defensa-
-Se supone que eres un guardián. Qué desastre... –opina Rima-
-Y pensar que solíamos comer juntos y eso. Qué cruel. –lo secunda Shiki-
-No sean tan crueles con Aidou, son órdenes de Kaname. –intercede el rubio más conciliador, cargando un bulto entre sus brazos–. Y que Aidou con gusto obedece. ^_^
-Agradece que Akatsuki no está aquí o se pondría celoso. U_U –se defiende Aidou-
-Aidou-senpai! ¡Aidou-senpai! –siente tras suyo un golpeteo en su hombro-
-Qué haces tú aquí??!!! –se sorprende por ver a Ichiru ocultarse en la lámina cerrada. Llamando su grito la atención de las visitas-
-Por favor, haz una excepción con ellos. Yo seré el que reciba el regaño, así que no te preocupes. –tras decir eso con unas sonrisa se asoma, ignorando el infarto de su "tutor"–. Gracias por venir aun cuando nuestra casa está tan lejos entre estas montañas. Lo siento, pero no puedo recibirlos a todos –zanja al resto– ¡Pasen! Adelante Shiki-senpai, Touya-senpai, Ichijou-senpai. –cede el paso sonriéndoles–. Son los primeros en visitarnos desde que vivimos aquí. ¿Ese es su hijo?
-Sí, su nombre es Rintarou. Pero le decimos Rin de cariño. –sonríe Ichijou mostrándole a ese obediente bebito que había heredado las facciones de su modelo padre de cabellos marrones, una mini copia de Shiki-
-Es muy lindo. –sonríe Ichiru por ver a otro niño y no otro adulto como estaba acostumbrado-
-Gracias >O< –orgulloso responde el rubio-
-Bueno, eso no es una sorpresa, considerando que viven todos dentro de lo profundo del bosque. –dice la modelo de coletas cerrando la puerta tras suyo, luego de ser abandonada por Ichijou junto a Shiki-
-Es como arresto domiciliario. –opina el segundo modelo-
-Un poco... –suavemente ríe Ichiru– ¿Vinieron a ver a Kaname-senpai? Él no está. Pero pasen a la sala y siéntanse en su casa. Traeré un poco de té. –bastante animado invita-
-Eh... En realidad no tienes que molestarte. –poco expresivo se disculpa Shiki-
-Espera, no tienes que hacer el té tú mismo! –reprende Aidou tras Ichiru-
-Por qué no? Son mis invitados, además, papá me enseñó a hacerlo. En la Academia lo hacía. –se defiende inocente-
-Nos quedaremos un poco a esperarlos. Y así le mostramos a Kiryuu nuestro hijo. –sonriente zanja Ichijou-
-Sí! Entonces iré a hacer el té. –corre a dirección de la cocina bastante animado-
-Qué no debes porque hacerlo! –lo sigue ese preocupado Aidou-
Mientras que, el padre de ese albino se encontraba en la Academia Cross en aquella reunión de cazadores, rebatiendo lo sucedido. Recostando Zero su espalda contra la puerta para ser el primero en salir corriendo luego de que esa discusión se diera por terminada.
-Es innegable que una de nuestras cazadoras fue utilizada y lanzada como una herramienta, perdiendo su vida en el proceso. –opina Cross Kaien sentado tras el escritorio con sus manos unidas y codos apoyados en la madera-
-Sí, y en manos de un Sangre Pura de una u otra forma. –interviene Yagari con un cigarrillo en la boca–. ¡El próximo Chupasangre que quiera morir tan desesperadamente sólo tiene que decírmelo! ¡Estaré feliz de ayudarle matándolo yo mismo!
-No habrá un "siguiente" así nada más. –aparta Cross su mentón de sus manos entrelazadas–. En serio, piensa en el desastre que se causaría si dejáramos que este tipo de cosas se repitan. No hay forma que permitamos que esto vuelva a ocurrir.
-De hecho... –da su intervención Zero causando que ese tumulto delante suyo girara a verlo en intriga–. Creo que esto solo está comenzando.
-Algo más? –recargando el dorso de su mano contra su mejilla inquiere Kaname, apoyando su codo contra el brazo del mueble donde se hallaba sentado-
Aidou y hasta el mismo Ichiru estaban arrodillados frente a esa presencia llena de esa aura negativa contenida, estando una serena Seiren al lado de su amo junto al padre del mismo Aidou.
-Cuántas veces les dije que no le abran la puerta a nadie mientras no esté o Zero? Y aun así, ustedes dos son como los 3 cerditos de los cuentos de hadas, que les abren la puerta a los lobos sin importar cuántas veces les dijeron que no abrieran.... Me pregunto qué castigo están esperando ustedes.
Pero si él no le veía nada malo. No entendía por qué Kaname-senpai se enojaba hasta tal grado.
-Yo solo recibí a Ichijou-san y sus amigos! A-Además, Shiki-senpai es tu hermano, ¿no? –hace un puchero en desaprobación–. S-Si... Si quieren mantenerme encerrado así, entonces... debieron mantenerme escondido y nunca haberse molestado en presentarme a la sociedad de vampiros. –dice Ichiru a su defensa en medio del miedo. Estaba ya harto de ser abandonado en esa solitaria casa-
-Qué??!! ¡Baka! –exclama Aidou girando a verlo sorprendido. ¡Él era el único que le respondía a Kaname-sama de esa manera! Bueno, y el cazador Kiryuu Zero–
-Realmente habrías preferido que lo hiciéramos de esa forma? Si hubiera podido, lo habría hecho encantado. –serena Kaname su molestia, viéndolo-
-No, no realmente. –desvía su mirada tímido, recién reparando en su explosión-
-... –suspira Kaname, cerrando sus ojos, pensativo. Nuevamente los abre, posando su mirada en ellos–. Oh, ya sé que debo hacer. Ya que quieres estudiar tanto, yo seré quien te enseñe ahora. Te ayudaré a aprenderlas. En cuanto a Aidou, su castigo será contar el número exacto de garbanzos en la alacena y reportarlo. Por favor, ve que cuente todos.
-Sí, Kaname-sama, me asegurare que lo haga. –responde el padre-
-A qué se refiere con eso...?!! –inquiere mientras era sacado a empujones por Seiren–. ¡¡Kaname-sama, ya le he dicho que el estilo Espartano no funciona para nada con él!! –aboga por Ichiru, siguiéndolo detrás su padre-
Ichiru simplemente ladea su cabeza confuso. Tan "maquiavélico" era ese castaño. A él no le parecía. Bueno, no ahora luego de verlo calmado, viendo como esa mano era ofrecida a su dirección. Simplemente se incorpora frente a él, siendo cargado y sentado sobre el regazo del mayor. Sí, Kaname ya se había calmado.
-Solo lo hago para protegerte a ti y a tu padre. Cualquier persona podría hacerte daño. –le peina el cabello, ya que le recordaba al padre-
-Pero me siento solo. –lo observa fijamente-
-Ichiru, sé que de ahora en adelante poco a poco irás pasando más tiempo en el exterior, y no tengo intenciones de detenerte. Lo entiendo. No serías tú mismo si te quedaras como un muñeco sentado en una caja de cristal. –le rodea tras la cintura con el brazo
-Yo soy tan pequeño... –baja su mirada–. Incluso Aidou-senpai me dijo que para los vampiros, estoy a un nivel de un bebé.
-Un bebé? Bueno... –sonríe–. Eres un niño ¿no? Está bien, Ichiru... No tienes que ir tan rápido, tómate tu tiempo y estudia. Para bien o para mal, el tiempo no es algo que los Sangre Pura se les pueda acabar.
-Sobre los Sangre Pura, de hecho... –lo observa-
-Si?
-Ya que no morimos realmente... ¿No debería haber una gran población de nosotros ahora? Y aun así solo están... –coloca su mano bajo su mentón pensativo–. Kuran..., Hiou..., Shirabuki...., Ouri..., Hanadagi...., Touma... Shotou. –enumera con ayuda de los dedos de su mano-. Ah, y yo. Kurenai. –inocente recuerda–. Sólo los miembros de esas 8 familias quedan ¿no es una muy pequeña cantidad de personas considerando la longevidad y eso? –gira a verlo, continuando el mayor con su codo apoyado en el brazo del mueble y recostando su mejilla en el dorso de su mano-
-Tienes razón, quedan muy pocos. La cantidad de Sangre Puras que están bajo el control del Consejo de Vampiros, antes de tu nacimiento eran solo 10 personas.
-"Tan pocos"
Agotado sumamente penetra Zero a ese cuarto, deteniéndose sus pasos por esa imagen de dentro. Le es inevitable no sonreír y acercarse en silencio. Sobre ese diván se hallaba acostado ese castaño, aparentemente profundamente dormido, imitándolo Ichiru que se hallaba acostado cual largo era sobre el cuerpo del mayor, descansando su cabecita sobre uno de sus hombros. Evocando como él hubiera hecho en aquel baile que también debió escoltar.
-Quien pensaría que podrías verte inofensivo, Kaname. –opina en broma acercándose-
Retirando ese gabán avanza para cubrirlos a ambos decidiendo subir a ese espacio sobrante. Ese castaño se mueve hasta el rincón para otorgarle espacio, y para su sorpresa sin despertar. A gusto los rodea con su brazo por encima de esa sábana improvisada para pegar su cabeza platinada a la castaña, entrelazando sus piernas y entregándose al descanso.