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Bloody por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

Continuemos con el pasado y descubramos quien es la misteriosa pareja del Ancestro Kuran...

 

 

 

 

 

Abre Zero sus ojos extrañado por esas nuevas voces a su alrededor, persistiendo el uniforme de la Academia en su cuerpo.

-Qué estará pasando? –se incorpora prestando más atención a los cuchicheos de los aldeanos– ¿Humanos que fueron convertidos en vampiros...? –se sorprende al alcanzar a escuchar esas palabras en medio de la gran conversación-

-Kaname! ¡Deja a estas personas por ahora!

Ve Zero a un jinete sobre un caballo acercarse, no logrando ver su rostro, solo sus labios y su piel clara, bastante parecida a la suya bajo la caperuza de esa sotana. Quien, precisamente se coloca a su lado sin bajar de su equino brindándole su mano.

-Ven, Kaname, tenemos asuntos más importantes!

-"Esta persona...". –piensa Zero por reconocer que se trataba de aquel hombre que "tomo" por primera vez a Kaname–. No, yo no soy Kaname. –dice en clara obviedad. Yo soy... ¡Espera! –del brazo es tomado por esa persona que lo confundía con Kaname-

-Qué estás diciendo?! ¡Vamos! –lo sube sobre su caballo, dejándolo detrás suyo–. Cuento contigo.

Reanuda el galope ese misterioso hombre, extrañando al cazador que no reprocha, solo se resigna, admirando aquella espalda de la que no conocía rostro. Empezando a percibir un extraño aroma y sentimiento hacía ese desconocido, obligándolo a rodearle la cintura mientras avanzaban.

-"¿Qué es este sentimiento...?" "Es como si esta persona fuera de gran importancia para mí... O será por esta secuencia de recuerdos que siento lo que siente Kaname" –piensa Zero cerrando sus ojos para percibir esa paz que le brindaba ese jinete–. Hay más y más de ellos...

-Sí. Es una pena que suceda esto justo cuando los humanos se las están arreglando para repoblar después de todas las pérdidas que vivieron debido al cambio climático. Ahora, más de la mitad de nuestra raza ha escogido la ideología de convertir a toda la población humana en miembros de nuestra raza, humano a humano.

Empieza a ceder su galope, pasando a suaves pasos, permitiéndole a Zero ver en su caminata a esos sirvientes convertidos a vampiros. Sintiendo el albino cazador cierto fastidio por la manipulación de esos vampiros.

-No, de hecho.. No es cuestión de convertir a todos en miembros iguales de una misma especie... están convirtiendo a la humanidad en esclavos sumisos... eso es. –decide detener su avance. El castillo que están construyendo los esclavos se ha vuelto más grande ¿no? –ve a su compañía por sobre su hombro-

-"Oh, sí.. Estos son los recuerdos de Kaname" –piensa el cazador notando ese cuello girado a su dirección–. ¿Qué?

-No me digas "qué" a mí! –avienta a bajo a su acompañante– ¡Dijiste que los detendrías de una vez, incluso si tenías que pelear contra ellos por eso! ¡¡Así que ve!!

Qué carácter. Le recordaba a él mismo. Creyendo que solo su hijo podría tener su carácter.

-El único modo de detener el aumento de ex-humanos es cortar el problema de raíz. Entonces tendremos que lidiar en simultáneo con esclavos que han perdido sus líderes. No quiero herir a nuestra gente cuando ahora finalmente todos nos hemos encontrado, pero... Bueno. Sé que estoy poniendo una sucia tarea en tus manos. Lo siento, Kaname.

Se queda Zero observando a ese hombre, logrando ver el recuerdo "original", ya que ve a su lado el propio Kaname estiraba su mano hacía ese jinete tomándole la mejilla.

-Estoy bien. –muestra Kaname una suave sonrisa­–. Aunque... ¿qué hay de ti? Luces algo pálido hoy ¿estás bien? –le da una dulce caricia con el dorso de la mano-

-"Alguien por quién me preocupó... La sensación de querer cuidar a esa persona" –piensa Zero en medio de esa imagen a sus ojos–. "Las emociones que siento ahora son sentimientos de Kaname... Una dolorosa separación que te deja nada más que una eternidad de remordimientos, pero también este sentimiento de no estar nunca más solo. Este hombre que estoy viendo ahora fue la persona que le dio estos sentimientos a él"

Mueve Kaname su mano hasta esa tela que le impedía ver totalmente ese rostro, descubriéndolo finalmente, viendo una hermosa sonrisa en esos labios contrarios. Un hermoso hombre de extremada piel albina de largos cabellos de un claro color rubio, compuesto por un flequillo que sobrepasaba la línea de sus ojos sin cubrirlos, dejando unos cuantos rozar con sus mejillas. Reflejándose en sus grandes ojos violetas una dulzura hacía Kaname.

-No te preocupes. Todos estamos trabajando juntos y damos lo mejor, así que... Eres tú el que me preocupa ¿Estarán bien tú y nuestro hijo?

Solo sonríe Kaname deslizando su mano de esa mejilla para alcanzar esa nuca y atraer a ese albino contra su rostro, cediendo a gusto y recibiendo un beso de ese rubio.

-Eres un buen chico, Kaname y así será nuestro hijo. Harás un buen trabajo, incluso no esté yo supervisándote. –habla con una sonrisa a escasos centímetros de sus labios, besándolo de nuevo-

Desaparece esa imagen, quedando Zero con su mano levantada, siéndole imposible no acercar la mano contra su vientre.

¿Kaname tuvo un hijo con ese otro hombre?

Un hijo....

 

 

 

 

 

 

Noche32 Ancestros y Cazadores.

 

 

 

 

 

 

-El Metal Padre... –lo ve por sobre su hombro-

Pese a sentirse Aidou como un rehén de un secuestrador caminaba por el pasillo del cuartel general de la Asociación, ganándose su presencia las debidas miradas de los demás cazadores, con un sereno Kaito apuntándole en la espalda con una pistola de descargas eléctricas.

-En el pasado lejano y distante, hubo un hombre que vino a nosotros en secreto, y nos dijo el método por el cual podríamos ganar el poder para pelear contra los vampiros. Ese hombre era uno de aquellos que iniciaron la raza de los chupasangres, una de los que luego pasamos a llamar Ancestro.

-No quiero oír el resto de eso. –suspira Aidou-

-Los humanos no tenían el poder para hacer algo cuando se enfrentaban a la armada de vampiros que había sido creada, a partir de vampiros ex-humanos. Ese Ancestro dio de su propia sangre a algunos humanos. Sangre en una cantidad tan grande que fue suficiente para envenenar y matar a los que bebían.

-Sí, y aquellos cuyos cuerpos se las arreglaron para absorber el veneno y sobrevivieron esa prueba se convirtieron en los primeros cazadores. De los cuales, ahora descienden ¿no es cierto? Ya me sé eso. –suspira el rubio–. Y por último, el hombre fue y se arrancó el corazón del pecho, y lo arrojó en la cuba de metal fundido dentro del horno. Y con esa acción, el metal dentro se convirtió en algo tenebroso ¿y qué? –algo brusco zanja-

Repara en esa seria mirada castaña más clara que la de su superior sobre su persona, quien apuntaba con más fuerza esa "serena pistola".

-Ustedes realmente son incapaces de tener siquiera un poco de corazón para llorar la muerte de ese hombre por el sacrificio que hizo?

En silencio continúa observando ese Noble a ese cazador. Solo le faltaba que encontrara un arma más peligrosa y le disparara...

 

 

Entrelazando sus manos se hallaban en pie sobre la arena, avanzando lentamente mientras sus pies disfrutaban de la sensación placentera de haber decidido tener una casa cerca a esa playa.

-Yo no odio a los humanos, Kaname. –le habla avanzando en medio de esa playa desolada, moviéndose una larga trenza rubia con ayuda del viento–. Todos nosotros nacimos de padres humanos después de todo. Pero sucedió que nacimos ligeramente.... No, muy diferentes a ellos.

Se detiene para ver hacía el cielo del atardecer, lográndose escapar demás mechones de su cabellera de claro color, asimismo, las castañas hebras de su acompañante se agitaban por el viento.

-Pero a pesar de eso, mis padres definitivamente me amaron. Mis padres eran gente muy fuerte. Iban a pelear para protegerme aunque pusiesen en peligro sus propias vidas, incluso aunque fueran seres tan remarcablemente frágiles comparados conmigo. Por eso no quiero que nuestro hijo los odie.

Gira el rubio a ver al castaño mostrándole una enorme sonrisa, acariciándole el vientre sin borrar su gesto sonriente, mientras desaparecía en una llamarada esa escena, quedando un solitario Zero en medio de ese desolado lugar.

Se encorva Zero por ese fuerte tirón repentino en su bajo vientre, apoyando su mano en su costado hasta caer arrodillado en la arena. Un leve dolor en su cuerpo que pasa a segundo plano por ese líquido provenir de debajo de su piernas.

-Esto es... Sangre.

Sigue ese camino que no provenía de él, sino más adelante, petrificándose por ver a ese encorvado Kaname arrodillado en la arena, tomando su vientre mientras se sostenía con la otra apoyada en el suelo, al lado de ese charco que aumentaba de grosor.

-Kaname! –se incorpora Zero preocupado-

Sale a correr para ayudarle. Al alcanzar sus dedos esa presencia, ésta desaparece en miles de pétalos de rosas rojas en el aire, quedando aquella mancha en el suelo. Admira esa lluvia de flores que caen poco a poco alrededor de ese charco, hasta algunos pétalos poseen la desafortunada suerte de caer sobre ese líquido carmín.

 

 

Penetra quedando bajo el marco de la puerta entre abierta. Desde el marco podía ver a ese castaño enfocado en ese experimento. Siéndole imposible no posar su vista en ese vientre ahora plano, evocando esa interrupción espontanea del crecimiento de su hijo. Siendo esos estudios la única manera que lo sacaron de su habitación, pero no de su encerramiento.

¿Qué más podría haber hecho? si no que enfocarme en cierto experimento. Sobre nuestra anormal capacidad de resucitación y el cómo detenerla.

El núcleo del experimento era una parte de mi propio cuerpo.

-Kaname, mejor descansa. Llevas noches sin dormir o comer apropiadamente. –entra totalmente ese rubio unos cuantos pasos-

-Estoy trabajando. –responde dándole la espalda-

-No tienes por qué hacer esa clase de experimento. –interviene nuevamente– ¿Qué es lo que hace por nosotros? ¿O por la humanidad? –es ignorado a lo que exhibe un gesto de dolor con la simple idea de perderlo– ¿Por qué haces esto por los humanos? Ellos necesitan aún menos que nosotros, además, no planeamos entrar en contacto con ellos por ninguna otra razón más que las necesarias. No queremos asustarlos innecesariamente.

Éste simplemente gira a verlo en silencio por segundos, para después regresar su vista castaña a su investigación.

Tras numerosos experimentos, finalmente encontré que, quizás, lo único capaz de matarnos, sea nosotros mismos.

Una parte especifica de la carne y sangre de nuestros cuerpos capaz de alterar este metal fundido.

En silencio decide ese rubio acercarse a Kaname, observando como el castaño probaba su punto, no dejando de ver hacia ese castaño nuevamente encerrado en sí mismo.

-Esto es todo lo que he logrado por el momento, pero puedes ver algunos procesos... –describe Kaname-

Claramente se podía leer en el rostro de ese rubio el dolor y la culpa, bajando su cabeza.

 

Pasaban los meses, años y aumentaba poco a poco la creación de sirvientes humanos para los vampiros, sin importar si dejaban madres sin sus hijos o familias incompletas, solo interesándose en aumentar el número de obedientes sirvientes.

Decidiendo poner fin a aquella forma de diversión...

Aparece delante de aquellos humanos en silencio, posando Kaname su vista castaña sobre aquel pedestal. Yacía su rubio amante con una enorme mancha abarcar el lado izquierdo donde debería estar su corazón. Notando que había llegado demasiado tarde....

Yo no quería que él se sacrificara. Eso era algo que yo quería hacer.

Inexpresivo observaba a ese rubio, cubriendo su castaño flequillo sus ojos.

-Él lanzó su propio corazón dentro del horno. –hacía ese castaño se acerca un hombre–. Y aun así se giró sin problema y nos entregó su sangre. No sé mucho sobre ustedes, pero ¿No se supone que ustedes son monstruos incapaces de morir, no importa que suceda?

"No sería capaz de verte herido. Lo vi una vez y eso me dolió mucho.

Ese el por qué, Kaname, yo no puedo perdonarme. Y no quiero que olvides cuál es tu propósito en la vida ni que juegues con las débiles pero fuertes vidas humanas, quienes instintivamente mantienen la esperanza.

Por eso... de ningún modo podría seguir mirando en silencio"

Recordaba esas palabras dejadas por su rubio amante... En silencio se aproxima hasta ese rubio, peinando su rubio flequillo con la igual delicadeza que hubiera hecho él en vida, teniendo esos párpados cerrados que le impedían ver esas joyas violetas. Escuchando ese repentino resquebrajamiento. Sucediendo pronto lo que temió, desapareciendo ese cuerpo masculino a sus ojos.

Se suponía que eso lo haría yo.

Posa sus ojos castaños en aquel horno donde se consumía esa única parte que quedaba de ese rubio igual a él.

Muerto. Él muerto...

Primero su hijo y luego su amante.

Yo, que tenía intenciones de aferrarme ni a mí mismo ni a nada luego de perderlo...

Eres un buen chico, Kaname.

Creo que te comprendo un poco.

Le es imposible no evocar el tiempo con ese rubio, que fue todo el tiempo un buen amigo y luego un buen amante, hasta un buen padre...

Yo, lamento haberte perdido.

Acerca sus manos a esos pequeños fragmentos aun quedados en aquel altar, tomando entre su palma aquella arena que después deja caer a encontrarse con los demás.

"Muchas veces me puse a pensar cuál fue la razón por la que nosotros nacimos de esta manera.

Quiero ser útil para Kaname..."

Un repentino mareo golpea su cabeza empezando a caminar a dirección de ese horno.

Admira Zero su alrededor completamente confuso. Estaba entre los primeros cazadores, los Ancestros Cazadores en realidad. Viendo por inercia a un costado, reparando en ese castaño avanzar cabizbajo a aquella fundición.

-Kaname! –corre Zero hacia él-

Estira su mano para tomar esa muñeca, deteniéndose por haberlo hecho el mismo castaño a tan solo pasos de aquella fundición, alcanzando a sentir el abrazador calor que sobresalía de aquel orificio.

-Ya sé, "ustedes" también quieren darse prisa y luchar ¿cierto? Ustedes, los que tomaron su sangre y su carne con el fin de adquirir el poder suficiente para protegerse a asimismo. Ustedes son los que sobrevivieron.... Sus enemigo, son aquellos tontos que continúan creyendo que sus vidas no podrán ser arrebatadas por ustedes. –gira a verlos por aquel extraño impulso. Sonriendo irónico-

Logra la atenta atención de aquellos, que como dijo, habían tomado la sangre de ese vampiro desaparecido, y la del propio Zero que en silencio lo escuchaba.

-Yo les concederé sabiduría y fabricaré armas a partir de esta fundición. A todos y cada uno de ustedes les daré una misión, no podrán escapar de sus obligaciones.

Ustedes buscaran derramar sangre, al igual que nosotros, formando un instinto de odio...

 

 

-Ey, Yagari! Atrapé a este tipo, es uno de los lacayos de Kaname Kuran. Pensaba hacerle algunas preguntas. –ofrece Kaito aquella "ofrenda de paz"-

-Lacayo?!!! –se siente ofendido el rubio-

-Ya veo... –alarga sus labios en una maliciosa sonrisa. Tendría a su liberador de estrés–. Eso es genial.

-Estos tipos... O.o –se petrifica Aidou ante esa maliciosa sonrisa repentina, idéntica a la que Kaito le hizo y que lo llevo a ese lugar-

-Planeaba llevarlo por "allí". –reanuda Kaito los pasos ante su "por allí", frase entendible para Yagari-

-Me adelantare. –se aleja ese pelinegro por otro camino-

-Ey, Aidou Hanabusa-kun, quiero preguntarte algo. ¿Es posible que Kuran-kun planee oponerse a nosotros?

-De dónde sacaste esa información? –ladea su cabeza ante esa clara trampa. Él no diría nada-

-No? Porque eso parece por el comportamiento radical observado en un Sangre Pura durante un interrogatorio. Shirabuki Sara estuvo reclutando compañeras en el instituto para señoritas. Además, buscamos tendencias similares y asociaciones en el asunto

-Kaname-sama solo planea querer a Kiryuu y a Ichiru-sama. –se atreve a decir, viéndolo por sobre su hombro-

-... –entrecierra Kaito su mirada, en desagrado por ese comentario– Asumiendo una apariencia tolerante, no importa que tan inofensivo parezca. Kuran Kaname sigue siendo peligroso.

 

 

En agotamiento veía hacía el cielo.

Otro año más al siguiente en esa guerra. Sosteniendo su mano enguantada esa hoz de hoja circular. Sin poderlo evitar presiona su mano en su frente. ¿De qué servía esa farsa si no iba a quitar esa culpa? Pese a poseer tantas personas a su mando, se sentía solo. Escucha un repentino crujido, obligándolo a girar a ver, notando a un chico de uniforme tras suyo.

-Quién eres?

-Uh? –se extraña Zero, atreviéndose a ver a su lado, no habiendo nadie a su alrededor. Solo ellos dos– ¿Puedes verme? –alza su ceja incrédulo-

-Sí, puedo.

Ahora sí que perdió la cordura. ¡Kaname podía verlo! ¡No se suponía que eran los recuerdos de Kaname!  Aún así, algo llama más su atención, objeto que ese castaño sostenía en su mano.

-Artemis...

-Artemis? Sí, el nombre de la diosa de la casa, la castidad y de la luna... Ciertamente "Artemis" es un nombre digno para esto. –deja de verlo para ver hacia la luna–. Yo... ya casi no puedo sentir más emociones. Estas armas sólo desean matar vampiros. –presiona su mano enguantada sobre esa vara escuchando un leve crujido de ella-

-Mi Bloody Rose? –inquiere por reconocer esa arma en el suelo a los pies del castaño, con algunas ramas espinosas fuera-

-Tuya? –alza aquella pistola platinada, acercándosele-

-El arma es... en esencia, esa persona. –se atreve Zero a decir. Siente como se le acerca ese castaño, quedando a escasa distancia permitiéndole ver claramente la que se suponía era SU arma–

-Armas son armas. No hay objeto que pueda transformarse en él.

-Entonces... ¿Piensas sustituirlo por alguien más?

-Deja de decir esas palabras vacías, joven cazador. Nadie puede ser el remplazo de otra persona. –acerca contra su frente verticalmente aquel cañón, dejando de verlo–. Es por eso que las despedidas siempre son difíciles.

Le incomoda el ver ese deprimido Kaname que trataba de fingir valentía, por eso se atreve a tomarle la mejilla, provocando que ese castaño lo observara. Se intimida Zero por esos ojos completamente atentos a los suyos, hasta que sus rostros quedan pegados.

-Tu piel... Tus ojos...

-... parpadea Zero sin poder ni querer alejar sus ojos de ese triste Kaname-

-Pero tu cabello... –decide besarlo motivado por el pasado. Cerrando sus ojos-

-Kaname-san, el otro lado ya ha sido convertido. –llegan los cazadores a su lado, logrando su atención–. Parece que va a ser una situación aún peor esta vez.

-Había alguien aquí hace un momento? Me pareció oírle hablar. –dice una mujer-

Abre Kaname sus párpados reparando en esa soledad. No sorprendiéndolo.

-Un cazador que nunca había visto le puso nombre a mi arma estaba justo aquí. A menudo tengo premoniciones. Creo que vi una visión del futuro.

Y de nuevo, la lucha se repitió muchas veces. Una persona menos . Una persona menos de nuevo.

Los afligidos avanzando juntos, portando el deseo de familia. Durante ese tiempo, cuando su existencia desapareció de la faz de la historia humana.

Mi primer aliado había sido yo mismo. Ahora que lo pienso, ya ha sido un viaje demasiado largo...

Mi corazón había estado agotado desde hace mucho.

Por eso decidí entrar en un letargo del que no tenía intención de despertar....

 

 

Curioso habia decidido ir a esa habitación donde se hospedó ese niño hace 1 semana en aquella casa de ese amigo de Rido y Haruka llamado Kaien Cross, luego de ese terrible ataque donde perdió a sus padres. Ahora mostrando a un débil chiquillo y no el que se encontró años atrás.

Sin hacer ruido avanza Kaname hasta esa cama, estirando su mano para acomodarle la sábana, deteniéndose por verlo moverse. Inquieto se mueve ese pequeño albino de platinado cabello hasta abrir sus ojos.

En mi niñez, sentí que yo había visto esos ojos en algún lugar antes.

-Lo siento, no quise molestarte. –aclara ese pequeño Kaname suavemente para irse, impidiéndoselo un tirón-

Repara en esa mano albina salida de la cama y de esa sábana asiendo su manga. Tímidamente, esos dedos se mueven hasta alcanzar uno de sus dedos, atrapándolo con necesidad.

Extrañado ve esa repentina unión de esa pequeña mano albina, atrapando todos esos dedos uno de los suyos. Regresa sus ojos castaños a ese rostro, sonriéndole ese menor, después topándose con esos grandes y expresivos ojos violetas. ¿Esa sonrisa era para él? Pues le habia agradado pese a su rostro no demostrarlo por la sorpresa.

Y entonces... por alguna razón.

Pensé, "esta vez quiero proteger esta calidez"

Decide levantar su otra mano y peinarle desde la platinada coronilla hasta el flequillo, encorvándose para darle un beso en la frente, después pegando su frente consiguiendo que esas joyas violetas se cerraran y disfrutaran de su compañía. No habiendo roto esa conexión de sus manos.

De golpe se abre sus ojos por esa puerta haber sido cerrada junto a ese recuerdo, respirando agitado.

Entre abre sus ojos violetas tratando de ubicarse. Continuaba en aquel mausoleo sobre la tapa de esa lámina de mármol. Borrosamente admiraba el techo pensativo, no reparando en esa rosa colocada sobre su pecho, ya habiéndose cicatrizado sus heridas.

-"Lo último que vi fue una pesada puerta...". Kaname...

 

 

 

-Señorita Sara, señorita Sara! Mire este obsequio que le han enviado. Es tan hermoso. –exhibe esa chica esa prenda, luego de buscar en una de las tantas cajas de regalo en esa habitación-

-Señorita Sara, el té de jazmín que tanto le gustó ¡Lo he preparado para usted! –brinda otra estudiante igual de animada­, con esa taza de té entre sus manos-

-Señorita... Señorita Sara... –la más tímida de todas no se atrevía a pedir completamente su atención-

Y la preferida de la rubia, ya que, poseía una tonalidad de cabello más amarilla que la suya, y casi unos ojos verdes, en realidad claros.

-Está bien, mi amor. Aquí tienes el beso que deseabas. –tomándola de las mejillas la besa-

Teniendo Sara a demás chicas a su alrededor ocupando en largo sillón, como si se tratara de su propio harem femenil, quienes se incomodan por tal "tierno" gesto, sabedoras de que era su favorita.

-Señorita Sara, dejará que esa compañera de clase se quede en el dormitorio de chicas de nuestro grupo? –pregunta una de ellas con una sonrisa y devoción hacía ella-

-Es cierto, tengo que ir a preguntar si la dejarán o no unirse. –le peina el cabello a esa rubia que besó–. Te pareces tanto a él... –le toma el mentón–. Pronto lo veremos. –se incorpora–. Niñas el auto me espera. Tengo algunos asuntos de los que debo tratar.

 

 

-Bienvenido, Takuma-sama. –se incorpora el empresario frente al rubio bajo el marco de la puerta–. Ha pasado tiempo desde que lo vi en la conferencia luego de que su abuelo se retirara. ¿Se ha acostumbrado a su nuevo puesto?

-Sí, lo estoy manejando perfectamente. –muestra una amable sonrisa–. Respecto a mi pocas salidas, es a causa de mi hijo. Quiero estar el mayor tiempo posible a su lado.

-Oh, felicidades. Es una sorpresa.

-Mi pareja estuvo algo indispuesta, así que preferí no despegarme de su lado. –sonríe orgulloso de su paternidad–. Vine lo antes posible ya que se me pidió venir ¿Cuál es el asunto que se debe tratar con urgencia?

-Buenos días, Takuma.

-... –irremediablemente se borra su sonrisa por aquella gentil voz dedicada a ese saludo. Atreviéndose a girar a verla–. Sara Shirabuki-sama... –exclama Takuma sorprendido-

-Tiempo sin vernos, no? –penetra ella totalmente–. Me gustaría darte un mensaje que Asato Ichiou me dejo, ya que poseíamos cierto... contrato.

-Tú y mi abuelo? –no es de sorprenderlo, pero si lo extraña– ¿Vienes a cobrarlo?

-Eres muy astuto. Por eso tú siempre me gustaste. –alarga sus labios en una sonrisa dulce, pero en realidad mezclada en malicia–. El mensaje del último presidente, con quien hablé previamente, claro, es en términos generales, recolectar sangre para el desarrollo de nuevas tabletas y medicina.

-Entonces...

-Así es. Soy la actual presidente de la compañía farmacéutica que resucitó Asato-san. –se presenta ella-

-Entonces ya no soy solicitado. Pido un permiso. –se encamina a la puerta-

-Ah, Takuma... Salúdame a Senri Shiki y dale un beso a tu hijo de mi parte. –dándole la espalda trasmite sus deseos-

-... –se detiene tomando aire. Finge una sonrisa–. Lo haré. –sonriente la ve por sobre su hombro, para después irse-

La retirada de ese rubio vampiro ex Clase Nocturna era vista por aquellos cazadores que había, coincidencialmente seguido a esa Sangre Pura de nombre Shirabuki.

-Oí, repórtate a la Asociación. –ordena aquel cazador con una larga cicatriz en su rostro sin dejar de ver ese auto de aquel rubio alejarse en la calle-

-Sí, señor. –responde para después irse-

-Qué es lo que planeas, vampiro? –regresa su vista a esa edificación donde quedo aquella rubia-

 

 

-Qué es lo que planean, vampiro? –inquiere Yagari en pie como cualquier dictador y policía de mal carácter-

-Eres tan odioso! –se defiende el pobre Aidou atado con correas, sentado en una silla–. Ya te dije que no sé nada. Kaname-sama nunca haría...

Ese azote calla su defensa, a causa de ese pelinegro ojiceleste.

-Responde ¿Se ha comunicado alguien en secreto con Sara Shirabuki? –después tira esa fusta con ambas manos. No estando solo, Cross y ese cazador de nombre Kaito lo acompañaban, solo mirando detrás-

-Es imposible! ¡Kaname-sama definitivamente odia la actitud de Sara, créanme! Debería estar Kiryuu aquí para sustentarlo ¡No soy un mentiroso! Oh, dios mío, nunca creí que ustedes fueran sordos.

-Espere, Yagari-sensei. Tengo algo mejor. –suspira Kaito en agotamiento, acercándose a una mesa-

Pronto, Michael Mayer mezclado con un Jason sosteniendo una cierra eléctrica se presenta ante Aidou en el cuerpo de ese cazador, como salido de una película de terror. Simplemente quedando Yagari inmutable.

-Wwwwaaa!!! >O< –por poco le da un infarto, aun así no hablaría-

-Qué vas a hacer señor representante del presidente de la Asociación. Éste es uno difícil. –detiene Kaito el movimiento de esa hoja dentada por conseguir un desmayo en vez de una confesión-

-Este tipo tiene una reputación y sentido de la lealtad inquebrantable. –derrotado suspira Yagari-

-De verdad no sé nada!!!

-Ustedes están preguntando del modo equivocado. –se acerca Cross a él, desatándole las ataduras–. ¿Aidou-kun, sabías que la princesa de la familia Shirabuki ha estado un poco traviesa últimamente? Sólo queremos asegurarnos que esas "travesuras" no se convertirán en algo desastroso. Sólo eso.

-Entonces me está diciendo que Kaname-sama tiene algo que ver? Está delirando, señor Director. –lo ve por sobre su hombro, sobando sus muñecas-

-Lo sentimos, solo estamos tratando de averiguar. –continua Cross–. Siempre Kaname-kun ha metido mano en los problemas que involucran a los Sangre Pura. Como la desenfrenada Shizuka de la familia Hiou, y con el demente de Jun de la Familia Kurenai. ¡Oh sí! Ayer, la cabeza de la familia Touma fue castigado severamente. Y gracias a eso no pudimos reunirnos.

-Ah... sobre eso... –desvía su mirada a dirección del castaño "asesino en serie"–. Oye Takamiya... explícales por qué paso eso.

-Fue un pequeño desacuerdo entre los Sangre Pura. Sólo se castiga al primero en levantar sus puños.

-Ya veo, entonces esto fue su responsabilidad. ¿Kaito-kun, contra quien peleaba Touma? –gira a verlo-

-Kurenai Ichiru pero se interpuso Zero. –sereno continua Kaito-

-Qué? –se extraña Cross-

-Lo diré claramente, las acciones de Kaname-sama en los eventos anteriores fueron probablemente para proteger a Kiryuu y a su hijo. –interviene el rubio Noble cruzado de brazos haciéndose a la idea–. Además, las acciones de la señorita Sara no están incumpliendo con el Contrato. Esas chicas querían convertirse en vampiros por su propia voluntad ¿no? Si ellas querían eso, no creo que sea algo de su incumbenc...

-Esa boca que posee es muy molesta... –el par de asesinos en serie en que se convirtieron Yagari y Kaito resucitan con sus respectivas armas-

 

Un Aidou petrificado por el susto es llevado por un sereno, bastante sereno Kaito hacía ese cuarto-cárcel.

-Bastardos... –_- –mecánicamente penetra el rubio en el cuarto–. Las cosas que te dije mientras estábamos en el auto... en ese momento, estaba en verdad enojado así que sólo lo dije. No quise decir eso.

-Buenas noches, Hanabusa-kun. –cierra aquella puerta-

En silencio se mantiene Kaito inmóvil pegado a esa puerta sin soltar esa manija, decidiendo abrirla de golpe.

-Qué? ¿Qué es ahora? –gira Aidou a verlo extrañado. Solo avanza ese castaño hacia él, tomándolo del cuello de la camisa–. ¡Oye!

-Deja de involucrarme en sus asuntos. Zero no lo pidió ¿o sí? Si está con ese bastardo de Kuran es por qué así él lo desea.

-Oh... –baja su mirada pensativo–. Actualmente él está haciendo todo lo posible para recorrer el mismo camino de Kaname-sama, nunca pensé que Kiryuu podría llegar a hacer eso.

-Eso es algo bueno. –lo libera más sereno–. No te preguntaré acerca de sus intenciones. –regresa a la puerta– Te veo mañana.

-Incluso si Kiryuu no tuviese ninguna intención todo ha cambiado. Al final ellos ya dejaron de insistir en que Kaname-sama y él son enemigos.  –acomoda Aidou su camisa, mostrándose sereno-

-Esperemos por cuanto dura eso. –por sobre su hombro lo ve con una sonrisa arrogante-

 

 

Un par de tabletas vierte en el agua bebiendo ese líquido rojo después en calma, mientras escuchaba a lo lejos esos apresurados pasos, mismos que se detienen en la lámina de madera tras suyo para ser abierta la puerta de par en par. Aliviado por ver a Kaname beber ese líquido rojo "sintético", Zero se deja caer hincado, recobrando la respiración.

-Creí que te habías ido.

-Me preguntaba por qué tu expresión cambió. Todo por algo como eso. –muestra Kaname una sonrisa, viéndolo-

-Tú... –avanza en pasos lentos– ¿Qué significa esto? –muestra esa rosa en su mano-

-Estaba buscando tu ropa cuando en el camino me encontré un florero. Pensé que podría eliminar el "mal momento".  –con una sonrisa opina Kaname–. Después de ver esos acontecimientos desagradables, se debe contemplar la belleza de la naturaleza.

-Ropa? –se ve asimismo, recordando aquel suceso que llevo a esos recuerdos–. Kuran... –calla no sabiendo cómo comenzar o desde que parte– "Ese hombre fue el primero que te llamo por ese nombre. Kaname..."

-Sabía que algún día te contaría la verdad, y que, cuando ese día llegase, me escucharías atentamente. Ya no podría seguir soportándolo por más tiempo. Te he mentido.

-... –lentamente reanuda sus pasos–. No importa que tan hermosa haya sido la rosa. Cuando abrí mis ojos... lo primero que quería ver, era el rostro de aquel que me abandono en ese mausoleo. –se acerca a detrás de él pegándose a su espalda, rodeándole la cintura con los brazos–. Me encontraba en un estado de confusión, no sabía que era lo que estaba pasando pese a yo saber la historia de los Ancestros.

-Todavía piensas en mi como ese Kaname de la escuela? –inquiere Kaname cabizbajo-

-Comprendo todo. –le toma el brazo para hacerlo girar, teniendo ese rostro observándolo–. A partir de ahora voy a llamarte Kaname. –le toma con las manos la mejilla acercándose a besarlo–. Iré a buscar a Ichiru, seguramente debe estar preocupado al no verme. –le peina el flequillo-

En respuesta, es estrechado por los brazos de ese castaño, perdiendo su nariz en su coronilla platinada, no molestándole. Agradándole esa unión.

-Kaname... –repite sonriente-

Notas finales:

No pude evitarlo con el primer amor de Kaname. El violeta es uno de mis colores favoritos *<*.


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