Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bloody por lilibel vangarret

[Reviews - 62]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡¡FELIZ AÑO NUEVO CHINO!!! Atrasado ¬¬#, pero bueno... Lo importante es que lo recordé *///*

Aquí veremos a Ichiru-sama y su desempeño en la Clase Nocturna ¿Qué pensara su padre albino?

 

 

 

 

 

Completamente extrañado había acompañado a Cross hacía aquella casa. Pensó que irían a cualquier otro lugar, a enfrentarse con algún Nivel E o a ser nuevamente interrogado-humillado por el Consejo de Vampiros al haber sido la "pareja" de aquel demente que huía (entiéndase, Kuran Kaname). Pero nunca imaginó que presenciaría esa conversación.

-Le ayudaré con los trámites correspondientes. De ninguna forma podemos rechazar los beneficios que nos traerá el que la Clase Nocturna sea restablecida. –hablaba aquel hombre de castaños cabellos dándoles la espalda a ese par de visitas en esa mañana-

-Sí. Los jóvenes vampiros son gente muy prometedora. –opina Cross frente al escritorio, junto a ese callado Zero dos pasos detrás, al lado de esa puerta cerrada-

-Esperamos que se conviertan en estudiantes brillantes. Pero comprende que no debe permitir que algo como lo ocurrido el año pasado ocurra de nuevo ¿verdad? –estira su mano para girar esa foto de su hija–. Además, le estoy confiando a esa escuela a mi hija Sayori.

-... –se sorprende Zero, manteniéndose aun así en silencio-

-Aquellos que crean de forma innecesaria miedo y confusión entre los estudiantes serán tratados más estrictamente que antes, Concejal Wakaba. –en seriedad aclara el rubio Presidente-

-Por favor, haga todo lo posible para que así sea. Yo también tengo esperanza de que convivamos en paz con los vampiros, si es posible.

Zero sigue con la mirada como era dejada esa foto en su lugar por aquel político.

 

 

 

 

 

 

Noche35 La nueva Clase Nocturna.

 

 

 

 

 

 

-La Case Nocturna es aquella donde sólo asisten personas de la elite, cierto?

-Sí, eso creo. Por alguna razón, los recuerdo muy vagamente.

En pequeños grupos los estudiantes de la Clase Diurna discutían luego de escuchar esa noticia trasmitida de boca de Yagari.

-Lo dices en serio?! ¡¿Aidou-kun volverá a la Academia?!

-Eso fue lo que dijo Yagari-san. Así que estoy segura. –opina Sayori en respuesta a su compañera y única que podía recordarlos más claramente-

-Qué debería hacer? Estoy tan feliz! >//< –se ruboriza la joven-

-Aunque, es algo gracioso. Sólo unas pocas personas, incluidas nosotras recuerdan la verdadera identidad de la Clase Nocturna. –opina Sayori más serena viendo a su alrededor-

Hablaban y hablaban los estudiantes de negro uniforme alrededor de esa nueva Clase que llegaría a la Academia. En cuanto a Ichiru, algo nervioso caminaba sin su uniforme hacia esos estudiantes, en su mayoría vampiros Nobles, que aceptaron su petición. Teniendo a su lado la compañía de Aidou.

-A todos les agradezco nuevamente por venir. Creo que la mayoría de ustedes están algo confundidos ya que es su primera vez en los dormitorios o salones. Así que si tienen algún problema por favor cuenten conmigo como su asistente. –fervientemente aclara el pequeño albino-

-Te equivocas!! _/ –apunto de un infarto corrige Aidou-

-No estoy mal ¿o sí? °_° –inquiere Ichiru inocente-

-Hay otras formas de decirlo. Como "tómenme como un modelo a seguir" o "escucharé los problemas que tengan", tonto Sangre Pura! –reprende Aidou-

-No creo que me equivoqué. Así que a partir de hoy llevémonos bien. Todos. –regresa su atención a los "nuevos"-

-Aghh!! ¡El prestigio de los Magnifico Sangre Pura! –exclama el pobre "tutor" (Aidou) a punto de darse de topes contra el suelo-

Absoluto silencio de esos vampiros delante suyo en su mayoría Nobles, yéndose de a poco su valentía.

-Es esto un "no"? –inquiere Ichiru nervioso-

-"Llevarnos bien". Eso sería un honor pero... –deja al aire ese chico de claro cabello-

-Nosotros vinimos porque un Sangre Pura tenía problemas.

-Mi hermano y yo tenemos un punto de vista diferente. Yo vine porque creo que está mal que la situación actual continúe. Creí que a los Sangre Pura no les importaba que vampiros peligrosos ronden las calles atacando humanos. Así que me alegra haber venido. –opina la chica de corto cabello-

-Me gustaría conversar con cada uno de ustedes de uno en uno la próxima vez. Gracias por haber venido. –sonríe Ichiru suavemente–. Creo que todos aquí conocen el "Acuerdo" pero lo diré una vez más. Por favor, no ataquen a ningún humano de la Academia. Si alguno lo rompe, seré yo quien haga algo al respecto. –ve tras suyo la puerta cerrada–. Antes de que el cazador que se encuentra detrás de la puerta lo haga. –regresa su mirada en seguridad-

 

Finaliza esa reunión retirándose cada uno a sus habitaciones, saliendo de último Ichiru que se queda bajo el marco de la puerta. Reparando en la presencia de su padre recostado contra un costado con sus brazos cruzados, usando el uniforme de la Clase Diurna y no la Nocturna como él hubiera querido. No pasando palabra.

-Sé que es lo que quieres decir, papá. "Este tipo de juego escolar no sirve de nada". –suspira en desaliento– "Después de todo son sólo bestias con apariencia humana. No se puede confiar en ellos". Ahora que lo pienso, nuestros puntos de vista siempre han sido distintos.

-Si esta farsa se cae, sabes a quien recaerá la culpa? –interviene Zero sin verlo o descruzarse-

-... –gira a verlo entristecido-

Unos pasos rompen ese silencio incómodo del pasillo, tratándose de una chica cargando una pesada maleta.

-Lo siento, llegue tarde.

-María-san, viniste! –se sobresalta Ichiru al reconocerla-

-Dude un poco acerca de venir o no, pero me gustaría hacer amigos. Además... tú eres mi hermano. –tímida confiesa con una pequeña sonrisa–. Así que... –calla a causa de ver al albino cazador marcharse en silencio– ¿Tú papá será un Prefecto al igual que antes? –inquiere inocente-

-No es así de simple. Él simplemente está aquí como un cazador que puede cazarnos en cualquier momento. –ve con tristeza esa espalda retirarse-

 

 

En silencio avanzaba Zero por el pasillo con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, llegándole el rutinario cuchicheo y algarabía de las chicas de la Clase Diurna.

-Entonces, cómo deberíamos llamarlo?

-Como cualquier otro profesor, creo

-Al menos al principio? ¡¡Ah!! ¡Mira, ahí viene! –divisa la chica– ¡Buenos días, Takamiya-sensei! –saludan por ver pasar a ese joven castaño años mayor justo al lado de ellas-

-Bueno.., Buenos días para ustedes también, chicas. Pero me siento extraño si me llaman "sensei". No quisiera ser llamado así todavía.

-Entonces deberíamos llamarte, Takamiya-kun?

Precisamente cruza Zero al lado de ese chico que causó el revuelo de esas chicas, sin prestarle mucha atención.

-... –en silencio retoma Kaito sus pasos, pasando al lado del platinado–. Ey, puedo sentir tu sed de matar prácticamente saliendo de tus poros.

Se detiene de golpe por esa "descriptiva frase", rápidamente girando su cuello para ver a ese castaño que pasos adelante igualmente se detuvo.

-Tiempo sin vernos, Zero.... No hay necesidad de apresurarse mucho matando vampiros, tu hijo es uno. –lo ve por sobre su hombro de reojo–. Bueno, nos vemos, tengo otra clase.

-"¿Kaito...?" –se pregunta luego de ver a ese castaño alejarse en pasos suaves–. ¡Oye! ¡Kai...

-Kiryuu-kun! –es interrumpido su llamado por otro, tratándose de Cross–. Estaba esperándote, ven. –abre la puerta, cediéndole el paso-

-Director, te enteraste de que Kaito está aquí? –cierra la puerta tras suyo sin dejar su extrañeza-

-Él está trabajando en la Academia como un profesor en entrenamiento. Kaito-kun fue tu hermano de batalla, además, es un reconocido cazador después de todo. Tú, Kaito-kun y Yagari-kun pues bueno... los tres piensan de manera muy similar.

-Por qué no dice que "es para supervisarte a ti y a Ichiru ¿no?". –zanja prefiriendo acercarse a la puerta y salir-

 

 

 

En medio de esa noche, solitario estaba Ichiru en aquella cama de uno de los dormitorios de la Clase Nocturna, bajo las sábanas, tratando de cerrar sus ojos y entregarse al descanso, no sucediendo, simplemente se encogía en su posición. Entristeciéndolo el que su padre se negara a acompañarlo, como lo hubiera antes hecho.

-No puedo hacer lo que me pides, Ichiru. No dormiré en aquel Dormitorio de la Clase Nocturna.

-Por qué no? Acaso tú no eres... –calla por poco decir "un vampiro", cayendo en cuenta demasiado tarde, notando ese fruncimiento de las cejas platinadas de su padre-

-.... suspira Zero para serenar su molestia. Seré un guardián a cambio de mi libertad ¿Por qué te opones?

-Porque... –calla sin tener muy clara las razones–. A mí... me preocupa que puedas sentirte mal. –opina viéndolo-

Dolido estruja esa almohada entre sus brazos por lo solo que se sentía. Levanta su cabeza viendo hacia la ventana, presentía a su padre cerca. Silencioso baja de la cama acercándose al ventanal.

-Tengo un poco de sed. –frota su mano sobre su cuello, tragando grueso-

Ve a un costado, reparando en ese mueble donde reposaban esas tabletas.

 

Baja su cabeza Zero luego de dejar de ver aquellos dormitorios de la Clase Nocturna, donde descansaba su hijo. Siendo la primera vez que dormirían separados en esos años de convivencia. Pero, no estaba en una situación en la cual podrían darse esos lujos.

Cada vez más se daba cuenta que él y su hijo, eran distintos.

 

*                      *                      *                      *                      *

 

Amanece el día sin complicaciones, esperando los hijos de la Sociedad Vampírica en sus impecables uniformes blancos a su joven líder Sangre Pura. Toma valor Ichiru descendiendo esas escaleras, teniendo bajo su brazo ese cuadernillo. ¿Quién lo mando a meterse en gran responsabilidad?.

-Muy buenos días, Ichiru-sama.

-Buen día, Ichiru-sama.

-Buenos días a todos. Por favor, cuiden de mí a partir de hoy.

 

 

Sentado en esa silla de madera asemejada a un trono poseía sus ojos cerrados, con su mejilla recargada en el dorso de su mano de codo apoyado en el brazo de la silla. Mostrando bastante serenidad y control pese a los rumores de él haber perdido la razón. No inmutándose por lo que pasaba a su alrededor. Ni a ese vampiro que se desangraba en el suelo frente a él.

-Mi Señor! –se preocupa esa empleada hincada al lado de su amo herido-

-Por qué... un miembro de los Kuran... la línea de Sangre Real que no quería tener nada que ver con las disputas de sus compañeros Sangre Pura ha...

-Cualquiera que fuese la razón por la que no se quería interferir, ya no existe. –sereno interrumpe Kaname con sus ojos cerrados–. Ya no puedo dejarlos ser como son.

 

 

-En serio? –inquiere Ichiru viendo su cuaderno–. Es bastante fácil.

Para su sorpresa, su hermana mayor lo acompañaba, sentándose a su lado, incluso teniendo a un costado contrario a Takuma Ichijou de apoyo. Ladeando Ichiru de vez en cuando su platinada cabecita cada vez que ponía atención y entendía esa clase. Siendo sus acciones seguidas por ese silencioso Aidou, quien ese año no estaba con la compañía de sus primos. No podía sacarse de la cabeza una conversación con ese menor, que poseía una madurez que con los días lo sorprendía.

-Por favor, siga dándome su ayuda, Aidou-senpai. –pedía Ichiru en pijama, horas antes de salir a clase–. Tengo que reunir camaradas y hacer todo lo posible para que el número de personas en peligro baje. Así que, Aidou-senpai, no quiero que le diga a papá que... –toma aire, girando a verlo seguro–. Luego de esto iré tras esa persona.

-Hm... En verdad el hijo saco la terquedad del padre. –murmulla Aidou para sí, regresando sus ojos al maestro-

 

Salía de su primera clase, siguiéndolo un sorprendido Aidou, luego de haber obtenido ese menor las mejores calificaciones.

-Imposible. Eres como yo a mi edad. –opina Aidou siguiéndolo-

-Eso es malo o bueno? –inquiere sonriendo en arrogancia-

Se detiene el pequeño albino de golpe por ver a su padre. Se asoma desde arriba de esa ventana por verlo conversar con Kaito Takamiya, logrando escuchar parte de esta. De algo servía ese agudo oído.

-Qué ha pasado? ¿Hay problemas de nuevo? –interviene él-

-No es nada. –habla Kaito viéndolo-

-Pero acabo de escucharlo... –murmulla para sí. Mejor se retira, acercándose hacía sus compañeros de estudio–. Disculpen ¿Podría salir un momento? Parece que en la ciudad hay un grupo de vampiros que están causando problemas. ¿Aquellos que quieran detenerlos vendrían conmigo?

-Es eso una orden? –inquiere uno de ellos-

-... No. –responde el albino, algo extrañado por esa pregunta-

-Entonces yo voy. –levanta su mano un chico-

-Yo también. –apoya una chica-

-Y yo. –secunda Maria-

-... –sonríe alegre. Nadie lastimaría a su padre-

 

 

-Por favor... se los ruego. Abran la puerta. –pedía esa joven rubia frente a esas dos ostentosas puertas cerradas-

Siendo sus ruegos escuchados en esa edificación, no siendo otra que el cuartel general donde se resguardaba a los cazadores. La Asociación.

-Gracias por abrirme. –agradece Sara por ver una de las puertas abrirse–. Por favor, yo también seré asesinada por Kaname-sama. Sólo ustedes y Ichiru-san podrán salvarme. Ayúdeme, cazador-san.

-Oye... Tú... –se sobresalta por percibirla como una Sangre Pura-

-Por favor lléveme donde Ichiru-san se encuentra... a la Clase Nocturna. –pide con gesto lastimero y necesitado-

 

 

Sin su uniforme avanzaba Ichiru por las calles de ese pueblo, deteniéndose de golpe por divisar a su padre en medio de la calle a varios metros. Abre Zero su boca para llamarlo, viéndolo salir a correr en la dirección contraria antes de que pudiera decir palabra alguna.

-Vamos, Zero. –le apoya Kaito la mano sobre el hombro, imparcial–. Aunque sea extremadamente desagradable tener ayuda de vampiros se debe aceptar. Así sea de tu propio hijo.

Reanuda Kaito sus pasos, deteniéndose por ver a su compañero inmóvil con su flequillo cubriendo sus ojos y su rostro fijo al frente.

-Ocurre algo malo?

-No, nada. Nada en absoluto. –zanja en serenidad, dando igual media vuelta en retirada por el camino contrario-

 

 

-Bien, comencemos con la subasta! El día de hoy se trata del "agua de la vida" que fluye a través del cuerpo de esta joven doncella. Es una joven saludable de 20 años.

Animaba ese vampiro sobre un escenario de madera, con esa mujer postrada sobre una mesa frente a esas variadas personas encerradas en esa edificación, que es pronto visitada por un preocupado hombre que abre la puerta de golpe.

-Tenemos problemas! ¡Los cazadores nos han descubierto!

 

Sentado desde uno de los tejados de ese pueblo tenía sus ojos cerrados. Mismos que abre después, saltando Ichiru al vacío al presentir esa presencia que huía, cayendo exactamente delante de él, tratándose de Ichiru.

-Quién eres tú? –se sobresalta ese vampiro que huía-

En defensa le arroja un frasco a ese menor saliendo a la huida, protegiéndose Ichiru con su brazo, partiéndose ese cristal. Saca a Artemis utilizando la hoja curveada para rodearle el cuello e impedirle que siguiera huyendo. Pero, no contaba con que ese vampiro sería auxiliado, una chica detrás suyo le apunta con una pequeña navaja el cuello.

-Deja ir a mi novio. –exige esa chica sin bajar su cuchillo-

-Pero... tú eres humana ¿acaso eres una de sus víctimas?

-Idiota, te dije que escaparas! ¡Ya que ellos podrían atraparte! –interviene el vampiro aun con el filo de esa hoz rodeando su cuello-

-Cómo puedes decir eso? Tú también corres el riesgo de ser capturado. –interviene la chica–. ¿Además, acaso no dijiste antes que me necesitabas?

Presiente Ichiru una presencia tras suyo además de la chica, viendo por sobre su hombro a ese cazador apuntando su arma.

-Papá...

De reojo repara en ese cañón levantado hacía su dirección y escuchando el debido sonido del disparo y del casquillo rebotar. Causándole la debida "extinción" a ese vampiro, asimismo chillando aterrada la humana y cayendo desmayada al suelo.

-A pesar de que lo había capturado con vida, simplemente le disparaste. –gira Ichiru a verlo bajando su hoz-

-Sin cambiar la expresión de tu rostro, sigues siendo demasiado benévolo con los vampiros pese a los acontecimientos que has presenciado. –dice Zero-

-Lamento interrumpir. –aparece a un costado de ellos María–. Es que ningún vampiro ha escapado hacía mi dirección, asi que... ¿Ustedes estaban teniendo una conversación importante? –inocente inquiere-

-No del todo. –avanza a dirección de Ichiru, tomándole la muñeca–. Sigues teniendo ese brazalete ¿verdad?

-... –se desconcierta por ver el dorso de su mano bajo su manga rozar el cuello de Zero–. Papá, me haces daño.

-Si tanto te molestan mis métodos, úsalo y oblígame a someterme. El hechizo de restricción aún debe seguir funcionando. –sin soltar esa pequeña mano delinea con su dedo esa marca en su piel-

-No, no voy a usarlo. –separa su mano de un jalón–. Así te moleste voy a seguirte. Eso es lo que Kaname-senpai hubiera querido que hiciera. –seguro responde viéndolo, notando la molestia causada de solo decir ese nombre-

Maria solo puede observar a ese joven idéntico a Ichiru acercarse hacia ese otro cazador castaño. En cuanto al mismo menor albino, éste frotaba su mano. Por un momento... lo que deseo fue el cuello de su padre. Aun persistía la sed de la noche pasada.

-Hacía tiempo que no veía a tu padre. Parece que ha cambiado un poco desde entonces. –dice la peligris de leve mezcla violeta sin dejar de ver a ese cazador avanzar–. Y en ese tiempo, jamás hubiera imaginado que ustedes discutirían... –lo ojea sin expresión-

Algo que el propio Ichiru pensaba.

 

 

En serenidad se hallaba Kaname en pie bajo el marco de la puerta de ese balcón, cruzando sus brazos bajo su vientre, abriendo sus ojos castaños para ver hacía ese paisaje nocturno, iluminándolo a lo lejos la roja lava.

-El flujo de lava no se detiene ¿Esta bien el que sigamos aquí? –interrumpe Kain tras él-

-No hay nada de qué preocuparse. No es suficiente como para causar un cambio climático. –dice Kaname sin verlo–. A lo mucho, es posible que la lava vuelva a esta región estéril.

-Y bien ¿Hacía donde iremos ahora, Kaname-sama?

Estira el castaño su mano a ese mueble cercano, donde reposaba esa flor conservada en resina, viendo por sobre su hombro a Akatsuki, mostrando una sonrisa.

 

 

-Las noticias también han llegado aquí. –suspira Cross en agotamiento frente a esa visita–. El mausoleo en el cual descansaba el líder de la familia Hiou, fue irrumpido por alguien. Y cuando los sirvientes de la familia llegaron, su amo ya se había convertido en arena. Pero además... lograron ver a una persona abandonar el lugar.

-Esa persona era Kaname-sama, no es cierto? –interrumpe Sara en pie-

-Sí... –suspira el Presidente-

-Lo he estado ocultando en mi corazón hasta ahora, pero quien mato a Ouri-sama en el baile, también fue Kaname-sama. –confiesa viendo de reojo la puerta cerrada, luego girando su cuello totalmente–. Por favor, pasa.

-Por qué dices que fue él quien lo hizo? –abre Ichiru totalmente la puerta, asombrado– ¿Acaso lo viste con tus propios ojos?

-Ichiru... –trata Cross de intervenir-

-Ichiru-san –le toma la muñeca, arrodillándose frente a ese asombrado menor–. Ayúdame. Kaname-san debió ser quien mató a Hanadagi-sama también y estoy segura de que la próxima seré yo. Solo tú puedes tenerme a salvo de él.

-"Que se detenga... Que deje de hablar". –piensa incrédulo– "No es eso posible"

-Por favor, déjame permanecer contigo.

-"Eso es mentira". –es lo único que piensa el desconcertado menor-

 

*                      *                      *                      *

 

Golpea Ichiru fuertemente esas almohadas volando unas cuantas plumas de éstas. Luego de llegar a la Academia Cross, especialmente a la protección de su cuarto se encerró en este. Lloraba sobre esa cama estrujando entre sus manos esas sábanas. Era imposible que Kaname fuera el malo. Él era el bueno, ¡Lo era!

-Por qué... lo hace? ¿Qué estás haciendo...? ¡KANAME! –vocifera cerrando fuertemente sus párpados– ¡Ah! –jadea por esa sensación de ahogamiento-

Abre su boca en busca de aire soltando esas telas donde desahogaba ese mar de sentimientos, presionando sus manos en dolor sobre su pecho, asustado. Trasladando sus ojitos violetas a esas tabletas de sangre en su comoda. Reparando en que estaba el recipiente de nuevo lleno. Pero si él lo tenía a la mitad. Se incorpora para aproximarse lentamente a estas.

 

 

En la protección de ese refugio se hallaba Sara, luego de conseguir convencer al inexperto Sangre pura. Su plan se encaminaba sin obstáculos. Aun costado, Zero simplemente la observaba en silencio recostado en el marco de la puerta abierta.

-Me alegra que estén aquí. –inocente se muestra Sara con su pequeño sequito de chicas, que alrededor de su silla no se despegaban–. De inmediato planeé enviar por ustedes luego de conocer esta noticia.

-Sara-sama, estábamos tan preocupadas por usted.

-Son tan lindas.

Simplemente observaba el cazador de ojos violetas en silencio a aquella rubia, otra sangre Pura, incomodándolo y regresando su asco. Yéndose. Luego, desviando Sara su mirada azulina a la puerta por donde se fue ese joven.

 

Repara Zero la puerta de ese cuarto entre abierta, pudiendo posar su vista dentro y reparar en ese menor indeciso frente a esas tabletas que él se encargaba en mantener llenas cada vez que tenía oportunidad.

-Uh? –detiene Ichiru esa tableta– ¿Papá...? –gira a ver. Notando que nadie había. Finalmente pasa esa tableta–. No tienen buen sabor. –recargando sus manos en el escritorio opina-

-Estoy de acuerdo contigo. –detrás se presenta la menor de cabellos grises con una suave sonrisa–. Las tabletas son más un tipo de medicina que nos hace la vida más fácil.

-María-san... –gira Ichiru a verla-

-Lo siento, pero no pude evitar notar que ya no hablas con Zero-kun como antes.

-Bueno, no... –desvía su mirada, regresándola al frente-

-Podría ser que... –avanza ella lentamente, acercándosele detrás– ¿Es por lo que eres?

Gira Ichiru su cuello para ver sin gesto a esa amiga. ¿O tal vez no?

 

 

Agitadamente respira, caminando lentamente los escalones y consiguiendo salir de esa edificación. Al tener la distancia suficiente recarga su mano contra un tronco y la otra presiona su cuello. Ese agotamiento había regresado. Por eso se había alejado de su hijo, no quería herirlo como hace casi 2 años.

-Qué sucede, joven cazador? –inquiere Sara tras él–. Estás tan desesperadamente hambriento. Pobrecito.

Finge ella lástima hacía él, exhibiendo su rostro esa máscara que con los años aprendió a usar, y que siempre le ayudaba a conseguir lo que quería. Y lo que ahora quería, era a ese cazador puesto delante.

-... –no recibe respuesta, pero sus ojos violetas poseían su atención–

-Si quieres mi sangre podría dártela. –en pasos suaves empieza Sara a aproximarse a él–. Estoy interesada en un objeto tan preciado como tú.

-Por favor, deténgase. –interviene Ichiru tras ellos, recién llegando–. Si molesta a mi padr... si molesta al próximo líder de la Asociación causará muchos problemas a esta Academia.

Sara simplemente observa al pequeño Sangre Pura, después a ese cazador, retirándose con una suave sonrisa.

-Papi, te sientes bien? –inquiere luego de verse a solas-

-Regresa a tu dormitorio. –lo único que dice, yéndose-

Sorprendido queda Ichiru sintiendo a ese albino pasar a su lado.

 

*                      *                      *                      *

 

Paralizado se hallaba Ichijou en medio de ese pasillo por haber presentido una esencia conocida, especialmente la de esa Sangre Pura de rubios cabellos, siéndole imposible no ver hacia la puerta y olvidar en arrullar a su pequeño hijo en aquella mañana.

-Pasa algo, Ichijou-san? –inquiere Shiki acercándosele, ladeando su cabeza-

-... –lo observa en silencio, tratando de disimular esa angustia–. No, solo estoy preocupado por el "liderato" que Ichiru-chan me ofreció. Me tomo un poco por sorpresa. Solo eso. –finge una sonrisa de calma–. Mejor regreso con este caballero. –posa sus ojos sobre su hijo avanzando sus pasos por esa Academia-

Shiki solo lo observa inseguro. No había creído aquella excusa.

 

 

En la protección del que sería su cuarto estaba Sara, recostada en la cabecera de la cama con varías almohadas alrededor de su espalda con la compañía de ese sequito femenino, aprovechando que aún era de día para descansar. Detallando entre sus dedos esa tableta.

-Ya veo. Entonces estas son las nuevas tabletas de sangre. ¿Cuál es tu impresión de ellas? –gira Sara a ver a una de sus "compañeras"-

-Buenas. Tienen muy buen sabor. –tímida responde-

-Me alegra escuchar eso. El director de la Corporación las desarrolló para nosotros. –sonríe dulcemente la rubia–. Estoy segura de que todos estarán felices. El director lo hizo muy bien.

Entrecierra sus ojos azules evocando aquel sirviente en que se había convertido aquel hombre, decorando una delgada araña que caminaba alrededor de su cuello.

-Por favor sigan sin descanso... –alarga Sara sus labios.

 

 

Una de las pocas ocasiones en que podía darse un descanso las aprovechaba, como en esa mañana en donde se hallaba acostado en una banca de ese lado de la Academia. Con una de sus piernas flexionadas descansaba su cabeza sobre su brazo. Estaba agotado en extremo. Entreabre sus ojos violetas a causa de esa nueva sombra, tratándose de una sombrilla que sostenía un chico para protegerse del sol.

-Tus reacciones son lentas, papá. ¿No notaste que un vampiro se te acercaba? ¿O es qué percibiste que no era peligroso? –opina Ichiru bajo su sombrilla-

-Por qué hay un vampiro en los jardines de la Clase Diurna? Regresa a tu dormitorio inmediatamente.

-Papi, no me gusta que estemos peleados. ¿A ti si? –baja su cabeza por no conseguir respuesta– ¿En verdad, tú odias a todos los vampiros? Entonces eso indica que me odias a mí. Creo que hace tiempo... hubieras acabo con mi vida...

Siente un jalón, provocándole perder la sombrilla de su mano. Parpadea por sentirse nuevamente en los brazos de su padre, decidiendo alzar sus brazos y rodearle el cuello. Ambos se hacía bastante falta, demostrándolo en ese abrazo.

 

 

Desciende Ichijou esas escaleras mientras cargaba ese pequeño entre sus brazos. Un bebito de pocos meses con sus grandes ojos azules abiertos, mostrándose bastante persistente con respecto a no seguir una siesta en ese momento.

-Te pareces a Shiki... –sonríe orgulloso a eso. Pero una duda lo embarga– ¿Dónde estará Kaname, Rin? –le pregunta como si él pudiera responderle-

Decide tomar asiento en las escaleras mientras le daba ese biberón, de leche. Sí, su niño aun no necesitaba de la sangre hasta que no cumpliera su primer año.

-Siendo un alivio. –sonríe el rubio padre. Mejor decide incorporarse y regresar a su habitación, hasta que, sus pies dan con un insecto, por poco pisándolo– ¿Una araña? –se asombra-

Decide posar su mirada a su alrededor, no hallando rastro. Suspira avanzando. Tomando valor se desplaza hasta ese cuarto, levantando su mano para tocar, arrepintiéndose después. Niega para dar un paso en retirada.

-Takuma, –la puerta es abierta– ¿Vienes a visitarme?

-... –se asombra, dándole la espalda, recordando que había ido con su hijo–. Sólo quería saber sobre las tabletas que saldrán pronto. –confiesa sin verla-

-Está bien, adelante. –cede Sara sonriente-

-... –se sobresalta–. No, otro día. Debo darle de comer a Rin.

-Takuma. Adelante.

-... –gira a verla, temeroso-

-Hm... –entrecierra ella sus ojos, acercándosele–. Eres un chico tan malo. Obligándome a hacer cosas que no quiero hacer.

-Qué? –se extraña, buscando proteger a su hijo con sus brazos-

-Pese a que te escogí, tú preferiste seguir a alguien más. Te opones a mí, y eso me molesta. –le toma el mentón gracias a la cercanía–. Y eso podría ser peligroso para mí en el futuro. Eso no está bien... Aún hay tantas cosas que quiero hacer en esta Academia. –acerca sus labios a los del rubio-

Aleja Ichijou su rostro, para después poder salir de esa mano, alejándose rápidamente. No importándole haber dejado caer ese biberón por el movimiento. Yéndose lo más rápido posible.

-Nuevamente lo haces. –muestra ella un fruncimiento de cejas por el desplante-

 

 

En una parte alejada de la Academia se hallaban, aun con ese abrazo. Estando Ichiru sentado sobre el regazo de su padre, y este a su vez tomando asiento en el suelo recostado contra un árbol.

-Perdona por causarte problemas ayer. Yo supervisaré la situación desde hoy. –habla Ichiru viéndolo-

-Si planeas actuar después de que algo malo le suceda a la Clase Diurna. Será demasiado tarde. Si no puedes controlar a esos vampiros deja la escuela ahora mismo. –opina sereno-

-Quizás irme... sería más fácil. Ya que hay demasiadas personas complicadas aquí. –baja su cabeza– ¿Qué tal si rompo algo y no puedo reunir las piezas de nuevo? –confiesa sus temores-

-Acaso enloqueciste por no beber sangre? –sereno inquiere–. Nuestros intereses parecen ser los mismos. –levanta la manga de su uniforme descubriendo su brazo, muerde su muñeca, exhibiéndola–. Mi sangre… Bébela.

-... –se sobresalta Ichiru, desviando su mirada-

-Si sigues siendo así de cobarde tu Clase Nocturna se derrumbará.

-No la tomaré. No quiero hacerlo.

-Ya veo, entonces se derrumbará. No puedo dejar la responsabilidad de la Clase Nocturna a alguien que muestra tan obviamente en su cara lo que desea. –en firmeza Zero habla-

-Preocúpate por ti mismo un poco más!! –explota cerrando sus ojos en dolor-

-Quien importa aquí eres tú y que puedas guiar a la Clase Nocturna. –le toma con su otra mano el mentón, obligando a esa carita que lo viera–. Me molestare si no lo haces.

-... Sólo necesito un poco. Si satisfago mi hambre podré hacer mi trabajo como Sangre Pura. –baja su cabeza–. Tú estás tan tranquilo, y en cambio yo... estoy tan nervioso. –se arrodilla sobre ese regazo para alcanzar altura–. ¿Podrías... no pensar en nada, papá? –pide aflojando un poco el nudo de la corbata, acercándose a su cuello-

-No importa. Dentro de mi mente no hay nada que si miras me haga enfadar. –dice mientras sentía esos colmillos clavarse–. Lo que sea que estés pensando sólo olvídalo. Sólo ocasionalmente despiertan los fragmentos de ese Kuran dentro de mí... y me hacen pensar en su existencia.

Notas finales:

En el próximo capítulo verán lo que "ve" Ichiru ¿Qué creen que sea? Escucho opiniones ^_^.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).