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Bloody por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

Un poco de lemon + una sangre pura deseosa de poder + el retorcido pasado de un arrogante (en su tiempo) Sangre Pura + un desilusionado Cazador y Vampiro... = a... ¡las ansias asesinas de miles de lectores de este fanfic! jjajajaj >/////< ¿Gran ecuación, no?

 

 

 

 

 

 

Sentado sobre esas caderas estaba Ichijou, balanceándose de un lado a otro en satisfacción, recibiendo a gusto las embestidas de ese chico de cortos cabellos alborotados, rozando su flequillo con sus ojos celestes, dándole un aire rebelde y autoritario. Pudiendo ser algo cierto, solo cuando tenían intimida.... Rodeando el rubio con sus brazos sobre los hombros de Shiki, terminando sus manos tras esa desnuda espalda.

-Ah... AH...

Aumenta el rubio sus gemidos por sentir como su joven modelo "colaboraba" con movimientos en sus caderas, incluso atreviéndose a estrujar sus glúteos entre sus manos, al tiempo que de vez en cuando lo besaba.

Suelta Shiki un pequeño gemido de mucho placer al igual que Ichijou. El gemido que hizo el joven modelo fue fuerte y muy lindo, pero muy fuerte. Añadiéndole la debida eyaculación dentro del Vicepresidente, estrechándolo Shiki sobreprotectoramente.

 

Sobre la cama normalizaba Ichijou su respiración, estrechando contra sí a ese joven modelo al cual se entregaba cada noche o cuando "su hijo dejaba". Por su lado, Shiki estira su mano al nochero al lado de su cama, alcanzando ese cartucho de esas tabletas de sangre.

-Qué haces? –levanta su cabeza asomándose el rubio-

-Son las nuevas tabletas de sangre. ¿Ya las probaste? –inquiere Shiki viéndolo inexpresivo-

-Tienen buen sabor... –calla Ichijou por su comentario, sobresaltándolo dichas tabletas. Decide quitárselas-

-Uh? –se extraña el modelo– ¿Pero qué...? ¿Ichijou...?

Decide Ichijou arrojarlas lejos de las manos de su joven pareja para después subirse sobre él infantilmente, sentándose en sus caderas.

-Segunda ronda. ^O^

-Desde ayer te estás comportando de forma súper extraña, Ichijou, cuando intento probarlas.

-Oh, no es nada ^_^ –resta importancia con la mano sonriendo–. Es solo que quiero que aprovechemos que Rintarou duerme. –le toma las mejillas empezando a besarlo.

 

 

 

 

 

Noche 37 Las Tabletas Oscuras.

 

 

 

 

 

 

-Cómo está Rin? ¿Ya le bajo la fiebre? –inquiere Rima usando su blanco uniforme-

-Ichijou decidió quedarse por si pasaba a algo más grave. Quería quedarme pero él se negó. Ichijou ha estado actuando de manera extraña cuando trato el tema de esas tabletas. –recostado contra el muro de las escaleras opina Shiki cruzando sus brazos vistiendo igual uniformado-

-Sí, pero teniendo en cuenta que él siempre ha sido alguien extraño para empezar no veo por que debes preocuparte. –dice Rima descansando su mano en su cintura–. Hablando de Tabletas. –saca de su bolsillo un cartucho, exhibiéndola al ojiazul– ¿Son estas las que Ichijou te quito? Las tomé de mi compañera de habitación.

-Ah, si. Esas son. –la toma, para después separar una y arrojarla dentro de su boca-

-Espera, Shiki!!!! O_O –se escandaliza ella-

-Nunca sabremos nada si no las probamos ¿cierto? –lo más normal y sereno justifica–. Hm.... saben bien. Pero... qué es este sabor...

-En serio, Shiki, que seamos vampiros no significa que puedas hacer lo que te plazca con tu cuerpo.–suspira la joven de coletas-

-Te preocupaste. –la observa-

-Por supuesto. Eres peor que tu hijo de meses.

 

 

A una distancia prudente dentro del Cuartel General de la Asociación se coloca Kaito frente a ese par de compañeros cazadores.

-Qué está pasando entre Zero y ese Kuran? –inquiere Yagari al tener cerca a Kaito, haciendo referencia si había aún alguna "relación" con estos-

-Quién sabe. Pero será algo cruel que utilicemos los sentimientos que aun tenga Zero por ése en nuestro beneficio. –suspira bajando su mirada castaña en tristeza-

-Es necesario. Si algo pasa, podremos estar seguros de que Zero e Ichiru obedecerán. Es útil tener a un Sangre Pura de nuestra parte así sea tan pequeño. –sencillamente responde el cazador ojiceleste de parche-

-Es un Sangre Pura capaz de utilizar armas anti-vampiros. Aunque, no sepamos por qué.

Las puertas se abren, no sorprendiéndolos "tener visita" de un compañero, pero, el percibir un aura y sangre perteneciente aun Sangre Pura los ponen en alerta, observando dichas puertas. Permitiéndole a Cross la entrada cargando un bulto sobre sus hombros, cruzando por cada compañero hasta quedar frente al pelinegro de parche.

-Estoy de vuelta. Aunque he traído conmigo a un Sangre Pura en una situación algo humillante como suvenir. –con una sonrisa despreocupada describe-

 

 

-Aunque Zero-kun nunca se ha visto bien, parece que ha empeorado recientemente, luce más pálido de lo usual. –opina Maria tras de "su hermano" que veía por una de las ventanas de la Academia, en medio de la noche–. Si tan solo pudiera ayudarlo... –dice por su parentesco con el albino-

-... –Ichiru solo gira a verla en silencio, pensativo– "El Presidente de la Asociación quería verlo de inmediato... ¿Qué querrá Cross?"

-Buen día a todos. –hace Sara su aparición-

-Sara-sama. –repara un Noble en ella, inmediatamente realiza una venia-

-Sara-sama.

Al poner un pie dentro, todos los demás estudiantes de la Clase Nocturna empiezan a inclinarse y dar una venia. Ésta simplemente avanza con suaves pasos, deteniéndose frente al pequeño albino, quien extrañado veía su alrededor.

-Buen día, Ichiru-san. –no es su saludo devuelto– ¿Qué ocurre? Pareciera que has visto algo extraño.

Ichiru solo siente una extraña atmosfera repentina en aquel salón, dándole desconfianza. No siendo él único, la modelo de anaranjadas coletas posa su atención en su ido compañero.

-Shiki? –repara Rima en ese pelimarrón con su mirada distraída hacía esa rubia-

-Hm? ¿Qué? –la observa sin gesto-

-... –entrecierra sus ojos la modelo de coletas por esa actitud distante-

 

 

Aun en medio de esa noche se hallaban dentro de uno de los cuartos vacíos de la Academia, colocando Aidou en el suelo ese frasco de tabletas, justo al lado de ese cartucho de píldoras de sangre que se suponía consumían en la Academia. Bajo las miradas de ese grupo de personas de las cuales confiaba, Shiki, Rima y el pequeño Ichiru.

-Akatsuki me pidió que las investigara. Así que supongo que este es un buen momento para hacerlo. –se cruza Aidou de brazos-

-Ichijou me había comentado que saldrían nuevas tabletas al mercado, pero no me dijo mucho. Supongo que se trata de estas. Ah, también me dijo que Sara era quien se había encargado de mejorarlas. –opina Ichiru sin dejar de verlas-

Los modelos solo pasan entre sí una mirada silenciosa.

-Por favor, hazme saber los resultados de la investigación apenas los tengas. Papá se encargará de reportar los resultados a la Asociación.

 

 

-Pero que estás pensando al traer a otro Sangre Pura a la Asociación? –molesto penetra Yagari esa oficina tras de Cross-

-Que qué estoy pensando? Que no podía simplemente dejarlo morir allí. Y que si él quiere escapar de las garras de Kaname-kun, el mejor lugar para mantenerse a salvo es aquí. Además, Kaname-kun dijo que la siguiente será Sara Shirabuki. Aunque no sepamos con certeza si es cierto o no debemos informarle esto a Zero y ser más cuidadosos. –avanza Cross-

-... –entrecierra su ojo celeste sin dejar de ver a ese rubio–. Oye tú, Idiota.

-Uh? –gira a verlo, recibiendo un fuerte puñetazo del más joven– ¡¿Qué estás haciendo?! –recarga Cross su mano en su mejilla adolorida. Más le dolió eso que la herida de Kaname.

-Yo ya no lo soporto más. –lo toma de las solapas de su gabán estampándolo contra la pared–. ¡¡¿Por qué no dejas las cosas por la paz?!! ¡¡¿A quién le importa si los vampiros se matan los unos a los otros?!!

-Aún guardas rencor por lo sucedido en aquel entonces con tu mejor amiga?

-NO! ¡NO ES ESO! Si los Sangre Pura tienen "ese tipo de intención" ¡¿Tienes idea de lo que serían capaces de hacer?! ¡Podrían llegar a convertirse no sólo en tiranos de los vampiros sino también de toda la humanidad! ¡Quieres perder la vida por esa estupidez!

-... Yagari... –se extraña por esa explosión-

-Lo olvidaste acaso? ¿Quién me ayudo a salir en aquel entonces? ¿Quién es el padre de nuestra hija? ¿No piensas en ella, idiota? –apoya la mano contra su frente, buscando serenarse-

-... –baja su mirada. Había olvidado a su hija–. Solo no quiero que personas importantes salgan heridas. Lo siento –le toma la mejilla acercándose para darle un beso en la mejilla–. Gracias por preocuparte.

-... –lo observa en silencio–. Si me vas a dar un beso dámelo bien. –jala contra si a ese rubio pegando sus labios contra los suyos-

Le daría fin a su abstinencia...

 

 

-Hola, Ichiru-chan. –saluda Ichijou con una sonrisa-

-Ichijou-senpai! –se extraña Ichiru por ver a Aidou acompañado de ese rubio y no a solas como prometieron-

-Mientras averiguaba me encontré con Ichijou, y quien mejor que el dueño de la farmacéutica que las fabrica.

-No será por mucho, ya que mi hijo está un poco enfermo. Quería venir a saludarte ¿Sabes algo de Kaname? –inquiere. Viéndolo negar–. ¿En quién confías. En Kaname o en Sara?

-...  –lo observa por segundos–. En Kaname. Hasta el final.

-Confías bastante en él... –posa su mirada esmeralda en la violeta con una sonrisa-

-Lo que me enoja es que seré él único que crea en él. –confiesa empuñando sus manos-

-Estoy algo celoso... parece que aunque siempre estuve con él, tú eres su mejor aliado.–muestra Ichijou una sonrisa bajando su cabeza-

-Yo también quisiera hacer todo lo que pudiese por él, pero quizás sea demasiado difícil ya.

-Es mejor que me vaya. Rintarou de seguro ya ha despertado. –sonriente le acaricia la cabeza, yéndose-

Por su parte, Aidou le ofrece ese sobre, recostándose contra ese muro alejado del salón, cerca de los arbustos. Se quedaría a explicar cualquier duda del menor luego que leyera ese contenido. Rápidamente Ichiru abre ese sobre, estando una pequeña bolsita plástica con ambas muestras, sacando esa hoja de papel que lee. Asombrándose.

Contra esa ventana de aquel pasillo de uno de los costados frente a ese jardín se hallaba Sara, posando su vista hacia ese rubio de ojos aguamarina y pequeño albino platinado. Entrecierra ella sus ojos azules en silencio.

 

 

Se detiene Zero al lado de ese estudiante de la Clase Nocturna que recostado contra un árbol sostenía un cartucho de tabletas.

-Qué miras? –inquiere el vampiro de mala manera deteniendo "ese bocado", tratándose de Shiki-

-Nada. ¿Dónde está el Presidente de tu dormitorio?

-Quién sabe. Una vez el receso llega, es difícil encontrarlo en algún lado.

Zero levanta su cabeza alcanzando a ver por una de las ventanas abiertas a dirección de los salones, reconociendo a demás estudiantes Clase Nocturna consumiendo esas tabletas. Mejor era seguir buscando a su hijo. No siéndole difícil hallarlo en uno de los pasillos de la escuela, sujetando su cuaderno.

-El Presidente ha estado preguntando por ti. ¿Por qué no has ido?

-Por que hay cosas que deben ser resueltas en primer lugar. –responde Ichiru con seriedad girando a verlo-

-Te llegó un mensaje de parte de Kaname Kuran a través del Presidente de la Asociación. Fue él quien mató a Ouri y a Hanadagi, y la siguiente será Sara Shirabuki.

Se sorprende Ichiru, reparando en el rostro de su padre, no pudiendo ver sus ojos por el flequillo cubrirlos. Debió haber sido difícil escuchar aquello, y ahora solo fingía no interesarle, justificándolo con un "te llegó un mensaje", siendo que era para ambos. Precisamente viéndolo pasar de largo. Decide tomarlo de la muñeca.

-... –qué decirle para levantarle el ánimo–. Cree un poco más, eso demuestra que no se ha olvidado de nosotros...

-No pretenderé ser una maldita ficha de ajedrez en su juego, que avanza uno, dos o tres pasos... Lo fui una vez, no lo repetiré. –levanta su vista para verlo en seguridad–. Tampoco tú actúes como esa pieza recién puesta en la posición que el desee. –confiesa en serenidad. Su hijo no tenía la culpa, no podía desquitarse con él, pero le abriría los ojos-

Repara en la perdida de fuerza de esa pequeña mano de su hijo en su muñeca para irse. Bajando Ichiru su mirada en tristeza.

 

 

-Desde el momento que quisiste volver a empezar, obtuviste una flor que solo florecerá por ti.

En medio de esa sala se hallaba ese silencioso e inmutable Zero en pie siendo sus mejillas tomadas por las manos de aquel castaño delante suyo. Dulcemente peina ese flequillo para después colocársele detrás, rodeándole con un brazo por sobre su torso mientras que con su otra mano le cubría los ojos.

-Pero llegara el día en que esa flor termine devorada y marchita ¿No te importa? Será algo así.... –sin medir fuerza clava sus colmillos en esa blanca piel del cuello, exclamando su dueño un silencioso gesto con separar sus pálidos labios-

Ve Kaname como se forma en cuestión de segundos un enorme charco de sangre, no quedando rastro de ese cazador, pero sí de aquella ilusión de ese antiguo Kaname que se negaba a dejar ese mundo real. Persistiría perturbándolo.

-Tú no eres más que la encarnación de las partes más sucias de mí mismo. Y ya lo sé. –con pasos suaves empieza a acercarse a ese charco solitario–. Lo comprendo, así que deja de repetir lo mismo. –se hinca pasando su mano delicadamente por esa macha–. Tú... eres yo.

Baja Kaname su rostro para besar ese suelo con delicadeza con sus párpados cerrados.

-...Sama.

Pesadamente abre sus ojos ante ese llamado, reconociendo que se hallaba en el estudio acostado sobre un largo sillón. Esa "pesadilla" era una clara materialización de sus bajos deseos que con los días, precisamente perjudicaban a esa persona.

-Kaname-sama, vi que estaba soñando, lo cual es raro, pero ese sueño no parecía ser agradable así que pensé en despertarlo. –informa Seiren desde un extremo del cuarto–. Hay muchas cosas que hacer esperando por usted.

 

 

-Al parecer, el instituto con el que Aidou-senpai estuvo trabajando para investigar las tabletas ha encontrado un componente que no debería ser añadido. Un material derivado de la Sangre de los Sangre Pura. –informa Ichiru frente a Sara con aquella carta y bolsita de plástico con las muestras-

-Oh, eso. –sentada en su silla exclama la rubia sin sorprenderse–. Bueno, el número de niños que disfrutan las tabletas es cada vez mayor.

-... –ve por segundos por sobre su hombro, le pareció escuchar un ruido tras una puerta– ¿De quién podría ser esa sangre? Obviamente no es mía. Entonces... quién...

-Así es. Es mía. –serena interrumpe la rubia-

-Sara-san! –se asombra–. La sangre que recorre en nuestros cuerpos es una sustancia muy peligrosa.

-La sangre con la que nacimos, con tan extraños poderes de vida, si no la utilizáramos ¿no sería eso un desperdicio? En lugar de ser utilizado por alguien más, yo uso mi propio talento a mi beneficio ¿Es eso malo? –finge inocencia-

-Sí, lo es. –en molestia estruja entre su mano aquella bolsita con muestras–. Los Sangre Puras siempre hacen lo que desean, causando consecuencias indeseables, forzando a otros a hacer cosas que no quieren. No te permitiré seguir con esto.

-ju,ju.... –ríe para sí Sara–. ¿Estás tomando el lugar de Kaname-sama? Sorprendente. –exclama sin borrar su sonrisa–.  Me pregunto... –coloca la mano bajo su mentón en posición pensante– ¿Si supieras todo, qué harías?

 

 

Eso fue cuando... Ni Zero, ni Ichiru habían nacido. O Haruka ni Rido....

-Pídeme lo que quieras. Lo que sea. –agitado pide aquel joven-

Luego de mucho correr en medio de esos pastos cubiertos por la blanca arena había alcanzado esa figura que sobresalía entre ese inmaculado lienzo, pasando una suave brisa que causa que esos castaños cabellos se agitaran levemente, igual que su propia y larga coleta rubia. Seguro avanza unos pasos, hundiéndose sus pisadas, dejando un nuevo rastro detrás a cualquiera que quisiera seguirlo. Demostrando con sus actos que sería capaz de todo, retira ese cinto de su cuerpo, donde colgaba su espada, dejándola caer a su lado sin pensarlo si quiera.

-Haré lo que sea. –firme posa sus ojos verdes sobre esa presencia-

Aquel castaño en aquel abrigo negro solo lo observa de reojo por sobre su hombro, mientras se agitaba su cabello, rozando con su castaño ojo.

-Sabes lo que esas palabras significan?

-Por supuesto que lo sé. –retoma sus pisadas desabrochando el cuello de su abrigo y de su camisa–. Y estoy preparado... Kaname.

 

-Dime, Ichiru-san. ¿Si te dijera el secreto que Kaname te oculta, te pondrías de mi lado? –ladea Sara su cabeza sin borrar su sonrisa-

-Su... secreto? –repite sorprendido-

El sonido de un golpe interrumpe, regresando Ichiru su vista a aquella puerta que antes llamo su atención. En cuanto a Sara, entrecierra sus ojos azules que posa sobre dicho lugar, perdiendo su sonrisa.

-Yo... Aunque me entristezca, Kaname está haciendo lo imperdonable ahora mismo. Y, aparentemente tú serás su próxima víctima, puesto que eso fue lo que él dijo. No importa cuál o cuáles sean los secretos que él tenga.... no puedo permitirle hacer lo que quiera. –empuña sus manos bajando su cabeza-

-Estás ofreciéndote a protegerme? –coloca ella su mano bajo su mentón regresando su sonrisa-

-.... –empuña en dolor sus manos–. Sí. Como Presidente del Dormitorio tengo el derecho de mantenerte en esta habitación con el fin de protegerte de Kaname, por ahora. Así que por favor, no dejes esta habitación no importa qué suceda. –decide encaminarse a la puerta-

Sale Ichiru de esa habitación, recostándose sobre el muro. Aún no asimilaba lo que sucedió dentro.

-Es bueno que hayas salido sin un rasguño ¿Has terminado de hablar? –con la mano en su cintura inquiere Aidou-

-Para ser honesto... desde un inicio no he confiado en Sara por completo.

-Ella podría oírte desde aquí.

-No importa. A mi definitivamente, desde que la conocí en la fiesta de esa noche, Sara jamás me ha agradado. "¿Secreto? ¿Cuál es ese secreto tan grave?" –piensa sin detener sus pasos-

 

 

Pasaba Sayori por el pasillo para desplazarse al salón de clase, viendo a aquel joven compañero querer salir por la ventana olvidando sus labores estudiantiles.

-Presidente? El Salón de Clase no queda por ahí. –interviene Sayori serena-

-... –por poco se infarta aquel joven de lentes por ser descubierto–. Por favor, ignora esto Wakaba-san!

-Eh???

 

-En verdad estás pensando en ir a los dormitorios de la Clase Nocturna? –inquiere la chica de la Clase Diurna caminando tras él luego de ser comentadas sus intenciones–. "Los recuerdos de Kageyama-kun sobre la Clase Nocturna debieron ser borrados esa noche como los de todos los demás" –piensa-

-Así es ¿Y qué hay de ti. Por qué me seguiste aquí?

-Porque tengo un amigo ahí. –responde Sayori-

-Tienes amigos allí?

-Sí. Aunque Kiryuu-kun sabe un montón acerca de la Clase Nocturna es reacio a compartir cualquier información conmigo.

-Ahora que lo mencionas... Vi a Kiryuu-kun recientemente. –toma su mentón pensativo–. Él estaba con un niño desconocido de uniforme blanco, muy idéntico a él. Los vi en la mañana cuando daba una caminata por el "bosque de la filosofía". Kiryuu-kun cargaba a ese niño de uniforme blanco  ¡Ese es el uniforme de la Clase Nocturna, no?

-Así es.

-Cuando vi ese uniforme cuyos colores son diferentes de nuestra Clase... sentí... un dolor en mi pecho. –estruja ese libro–. Como si me hubiera reunido con mi primer amor.

-Kageyama-sama... –exclama ella–. "Definitivamente fue a Ichiru a quién vio. Pero podría ser que... ¿Podría ser que sus sentimientos por Ruka-senpai fueran tan fuertes y que sus recuerdos no hayan sido borrados por completo?" –toma entre sus manos su rostro–. "No sabía que eso era posible. Es algo romántico." ^///^

Mientras Sayori o Yori cavilaba como enamorada, el Presidente de la Clase Diurna posaba su atención en aquellos chicos recostados entre los árboles.

-Uniforme blanco! –consigue su llamado la atención de ese par de chicos–. Disculpen, me gustaría preguntarles algo. ¿Son de la Clase Nocturna, no? –anhelante inquiere-

Mientras que Sayori repara en aquellas malas miradas de esos vampiros, haciéndolos ver más aterrorizantes.

-Conocen a... una chica de cabello largo? –inquiere mientras era arrastrado. Sí, Yori había tomado de la muñeca a su compañero, llevándoselo sin decir nada-

-Espera, Kageyama-kun, vámonos de aquí. –zanja ella sin detener sus pasos-

-Eh? ¿Por qué?

-No preguntes, sólo vámonos. "Tengo un mal presentimiento sobre esto...". –piensa Yori-

-Ah... vienen tras nosotros. –repara sereno-

-Apresúrate! –no se atreve a ver ella detrás-

-Uh? –posa su atención en aquel menor de blanco uniforme interponerse detrás. Solo viendo su espalda y cabello platinado–. Aquel pequeño de blanco uniforme... Y Kiryuu.

-Apresurémonos y vayámonos. –se relaja Sayori por dejar a ese par de albinos interponerse en el camino, no dejando de arrastrar a su compañero-

-Puedo pedirte que por favor te hagas a un lado, respetado Presidente del Dormitorio. –pide ese estudiante de traje blanco mostrando un semblante ansioso-

-Este es mi trabajo, no interfieras, papá. –aclara Ichiru sin dejar de ver a "su compañero" de Clase-

-Entonces apúrate y termina con esto. –se encoge de hombros-

Observa Ichiru a su padre para asegurarse, notándolo inmóvil. Luego de hacerlo decide acercarse a aquel estudiante, y, heredando ese carácter Kiryuu le arrebata esos cartuchos.

-Qué sucede aquí? ¿Por qué iban a ir tras ellos justo ahora? ¿Acaso han olvidado nuestras reglas? En esta Academia está prohibido lastimar a los humanos, si no pueden atenerse a esta regla ¿Para qué se molestaron en venir aquí en un principio? –al segundo igual le quita ese cartucho de tabletas, incluso sacándolas de sus bolsillos–. La razón por la que olvidan las cosas importantes son estas tabletas de sangre. –sereno aclara exhibiendo los cartuchos-

En respuesta, estos empiezan a sentir ansiedad, perdiendo la cordura, aventándose encima del menor.

-Danos... esas tabletas!

-Justo como sospechaba! –Ichiru solo puede retroceder e impedir que las alcanzaran y lo alcanzaran–.  ¡Papá, atrápalas! –se las arroja-

Las recibe Zero en el aire. Mientras que ese par cambian de objetivo, arrojándose de nuevo sobre el menor, está vez, mordiéndolo en ambos brazos. Reprimiendo ese dolor por la impresión. Logrando escuchar el sonido metálico a su lado, tratándose de su padre que apuntaba su arma con un gesto molesto hacia uno de los estudiantes.

-Papá, está bien. Te dije que yo me encargaría de esto. –gira a verlo con una sonrisa de valentía–. Está bien. –regresa sus ojos a ese par que clavaban sus colmillos en la tela y su piel–. Tranquilícense, encuentren a su antiguo yo y traten de recordar el motivo por el que vinieron a esta Academia.

Ceden esas bocas hasta liberar cada brazo, viendo a ese menor en completa confusión. De golpe se separan reconociendo lo que habían hecho. Rápidamente se inclinan frente a Ichiru, recobrando el respeto y sumisión hacía él, bajando finalmente Zero su arma, no disminuyendo su gesto molesto.

-Pero qué hemos hecho?!!

-No importa lo que sea, aceptaremos cualquier castigo, Ichiru-sama.

-"Volvieron a la normalidad...?" –ladea su cabeza extrañado– "¿a causa de mi sangre?" –piensa en inocencia mientras veía sus heridas y uniforme manchado–. Oigan, está bien, mejor regresen a sus habitaciones ahora ya que aún es de día. –se les acerca, retrocediendo ellos en vergüenza-

-Pero...

-Todo estará bien. –sonríe Ichiru amable–. Sé que lo que ocurrió no fue su culpa, así que no se preocupen.

Repara Ichiru en un insecto salir sorpresivamente de detrás del cuello del uniforme de uno de ellos. Extrañado estira su mano para tomarlo sobre su dedo índice, viendo como esa araña saltaba de su mano desapareciendo en el aire, como lo haría Kaname con sus murciélagos.

-Sara... –exclama­–. Gracias por tu ayuda hace un momento, papá. –vira a verlo sonriente, acercándosele-

-... –retrocede un paso a cambio–. Ve a enfermería a curar tus heridas. –exclama tratando de mantenerse en calma, alejándose después de él-

Ichiru solo puede palpar con una de sus manos dicho lugar de una de las mordidas. La única causa de la retirada de su padre, la sangre

 

Sujetada desde el tronco de un árbol se hallaba otra discreta araña, permitiéndole a su ama poder ver la retirada de ese albino y la tristeza de ese menor. Firmemente sosteniendo la rubia una cadena en su mano, finalizando en la correa de esa chica con prendas de empleada.

-... –ríe Sara suavemente–. Son realmente graciosos esos dos. Todo lo que tengo que hacer es provocarlos un poquito. –acerca su nariz a ese corto cabello oscuro delante suyo–. Entonces no habrá modo de saber qué lado tomarán. Será una escena digna de verse.

-Planeas volver miserable a alguien de nuevo. Igual que cuando atacaste a mi amo Hanadagi-sama ¿no? –gira esa morena a ver por sobre su hombro a esa rubia, molesta–

-Así es. –suavemente dice jalando el extremo de esos eslabones, provocándole a esa morena lanzar atrás su cabeza–. Lo que más amo… es hacer que las personas obedientes me obedezcan y actúen según mis deseos. –estira su mano hasta tomarle la mejilla–. Tal y como lo hice contigo.

 

 

Siguiendo las indicaciones de Ichiru como Presidente de la Clase Nocturna y no de su hijo de proteger a Sara Shirabuki, se había dirigido hacía ese lugar para distraer aquel olor de sangre aun en su nariz. Hallándose Aidou contra ese muro con sus brazos cruzados en el papel de escolta. Ladea el Noble rubio su cuello al reparar en ese cazador avanzar a su dirección.

-Kiryuu..

-Si te parece bien, yo vigilaré a la Sangre Pura ahí dentro en tu lugar. –se ofrece el platinado-

 

Escucha Sara la perilla moverse pese a estar en ese cuarto oculto. Se aleja apareciendo a tiempo tras esa puerta que era forzada, para ser ella quien la abriera en vez de su visitante.

-Gracias por tu buen trabajo vigilándome. –repara Sara en ese albino cazador-

-... –silencio en Zero que se apoya a un costado de la puerta-

-Hay algo importante que no le dije a Ichiru-san.

 

 

Repara Maria en esa presencia entrar sin decir palabra alguna, y simplemente subir a una de las mesas en el centro para ser visto por cada compañero de clase.

-Voy a examinar sus pertenencias. –como antiguamente "pedía" lo hace Ichiru apoyando sus manos en su cintura-

-Esa banda en su brazo... –murmulla Rima por esa banda de "prefecto"-

 

 

Se había dejado convencer por aquella Sangre Pura, bastante interesado en ese "secreto", y si era algo para detener a ese Chupasangre de Kuran lo recibiría con el mayor de los gustos. Ve a esa rubia posicionarse frente a él, teniendo su mano cerca a su chaqueta por si a esa rubia le diera un "arranque" y necesitara "ayudarse" de Bloody Rose.

Sara cubre el costado de sus labios para que sus palabras fueran claramente escuchadas o como si declara un gran secreto, guardado por años.

Petrificado la observa, buscando que esas palabras fuesen alguna burla pero... Su sorpresa disminuye para pasar a una clara incredulidad...,

...y finalmente muestra una sonrisa de burla.

Todo encajaba.

 

-Si no quieren que revise sus cosas, entonces por favor entreguen las tabletas. Las encontraré incluso si tratan de esconderlas. –en firmeza describe Ichiru sobre esa mesa-

Notas finales:

El próximo será la continuación del pasado y aquel "crimen" igual o aun peor que el realizado por el mismo Jun Kurenai. ¿Cuál creen que sea ^u^? Recuerden que tiene que ver con nuestro albino protagonista. Zero.


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