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100% Voleibol por Yumiko26

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Notas del capitulo:

Hola! nwn

El inicio del capitulo es el POV de Hinata despues de que Kageyama fuera al parque. 

Aqui les traigo un nuevo capítulo que debo decirles antes de que comien a leer me costo algo de trabajo escribir puesto que no tenia inspiracion ya que no recibí ningun rw el cap pasado. ¿No les gusto? TwT

Sin más, a leer </3

Capítulo 5:

“Conjunto perfecto”

 

Después de ver al armador desaparecer a la distancia, Hinata caminó hacia su casa arrastrando los pies, se sentía decepcionado y algo preocupado pues aquel casi beso con Kageyama había causado una reacción extraña en el armador y en el mismo.

Sintió su cara sonrojarse levemente.

Nunca había pensado en tener pareja, realmente, ninguna chica de su curso le resultaba atractiva, y no mentía pues a pesar de que Kiyoko-san es muy atractiva él no la veía más que como una compañera del club. Eso le hizo pensar. Kageyama es muy atractivo también, a pesar de su carácter era amable en ocasiones, Tobio es la única persona que ha hecho su corazón latir a mil por hora y su pecho derretirse ante la calidez. Pero estaba claro que el no producía lo mismo en el armador, pues este se había ido cabizbajo, probablemente enojado.

Hinata rozo sus labios con uno de sus dedos.

Si a Kageyama le resultaba realmente desagradable el casi haberse besado con él no tenía nada más que hacer que disculparse, aun si le doliese no podía pensar solo en el mismo.  Debía buscar a Tobio y aclarar las cosas tanto para el como para el armador.

 Con rapidez se dio la vuelta y corrió todo lo que sus piernas dieron hasta llegar al parque en donde, probablemente, encontraría a Tobio. Y en efecto, Kageyama estaba sentado en una banca del lugar, Hinata dio un paso hacia adelante pero fue interrumpido por el más alto, quien bajo sus manos, antes en sus ojos, posándolas en sus rodillas a la par que lágrimas caían sobre estas. Hinata, sorprendido, retrocedió topando con un árbol.

¿Kageyama estaba llorando por su culpa?

El armador se levantó con lentitud y, así mismo, caminó por donde antes Hinata había venido. El pequeño se quedó quieto, de repente todo ese valor se había ido al ver esas cristalinas lágrimas. Nuevamente, estaba viendo como Tobio se alejaba. Ante la visión, llevo ambas manos a sus mejillas dándose un golpe que, probablemente, dejaría marca. Otra vez, se echó a correr detrás del armador, solo que esta vez se animó a gritar su nombre con anhelo mal contenido.

KAGEYAMA!-

El nombrado volteó con rapidez a la vez que detuvo su caminar para observar como el cuervo anaranjado corría a toda prisa con el fin de alcanzarlo. Al llegar hacia donde estaba hizo una gran reverencia para después decir con voz jadeante:

Lo siento!, no quise incomodarte, yo….- La larga lista de disculpas que tenía Hinata fue interrumpida por una ligera y melodiosa risa.

-Eres un idiota- Shouyou levantó la cabeza para protestar más sus intenciones fueron olvidadas al quedar embelesado ante su vista de un Kageyama con los ojos irritados y las mejillas sonrosadas a la vez que sus labios también compartían cierto color rojizo.

-Yo…-

Sin que ninguno dijera nada más Kageyama atrapó los labios del contrario. Hinata tenía los ojos abiertos de la impresión, aquello no duro mucho pues poco a poco se fue dejando llevar cerrando sus orbes caramelo.

Ambos compartían un dulce sabor acompañado de todas las cosas que sentían, pensaban y querían,  eso lo transmitían sin necesidad de palabra alguna pues no era necesario. Aquel beso era completamente diferente al que una vez tuvo con Shoda; este era húmedo, dulce, atrayente, adictivo. Era todo lo que no sintió con ella.

Y Kageyama no iba a mentir, había besado al pequeño en un intento de experimento. Quería comprobar si su corazón latía por él, si su mirada se perdía en su cuerpo porque era de él, si sus labios buscaban más contacto solo porque lo besaba a él; realmente quería saber.

Al separase por la falta de aire, se miraron: los dos tenían la respiración agitada y los labios brillaban ligeramente gracias al húmedo beso. Poco a poco, ambos enrojecieron al darse cuenta de la acción recién realizada.  

En un segundo, Kageyama pensó en todo lo que sintió en ese beso. Su experimento fue un éxito. Tobio respiró profunda y reiteradamente hasta que sus mejillas volvieron a su color habitual.

Sin que el pequeño pudiera hacer nada Tobio lo abrazó con fuerza para después susurrar algo que nunca querría decirle a alguien que no fuera Hinata Shouyou.

-Lo siento por haberte preocupado, debí haber sabido que tratándose de ti no te irías tranquilo a casa. Gracias por volver- Hinata sintió como su corazón se aceleraba. Con rapidez, paso sus pequeños brazos por la espalda del armador. Ahora que lo pensaba, ambos cuerpos encajaban bastante bien.

-Me tenías preocupado, Bakayama, pensé que estabas enfadado conmigo por…ya sabes- Dijo Hinata. Kageyama rompió el abrazo con lentitud para estrujar las mejillas del número 10, al dejarlas libres habló nuevamente:

-No estaba enojado, idiota, estaba frustrado por algo que ya no vale la pena recordar y también asustado porque pensé que no sentías lo que yo- Hinata bajó la mirada al oír las palabras del contrario.

-Aún no tengo muy claro lo que siento por ti, Kageyama, solo sé que eres la primera persona que hace nacer en mí una sensación cálida. Ah, y para que lo sepas, el beso no estuvo nada mal- Shouyou le giñó el ojo a Tobio quien enrojeció levemente.

-Y después te haces el santo-

Ambos platicaron durante unos minutos para después separarse e ir cada quien a su respectivo hogar. Kageyama estaba sumamente nervioso por lo que había hecho, no sabía de donde había sacado el valor para besar al pequeño, en cambio, Hinata estaba totalmente avergonzado por la ridícula frase que soltó en un intento de sonar cool: “Ah, y para que lo sepas, el beso no estuvo nada mal”, le había venido a la mente decir eso gracias a las películas románticas que su hermana y madre le obligaban a ver, pero, aun que en las películas el galán quedaba con un macho seductor, en cambio él había quedado como un Hinata depravado y pervertido.

Esa noche ambos se acostaron pensando en el contrario.  

[…]

Tsukishima se encontraba en su casa dando vueltas por la misma, estaba buscando algo indispensable en su día a día. Sus anteojos.

Estaba seguro de que los había dejado en el baño mientras se duchaba, la frustración comenzó a nacerle. Yamaguchi estaba en su cuarto terminando de empacar todo lo que llevarían a la pijamada de Noya, realmente no le apetecía ir pero no se atrevería a apagarle la fiesta a Yamaguchi, quien seguramente no iría si no estaba el.

Aun se preguntaba como ese chico miedoso y tímido podía hacer a su consideración salir a flote, aunque realmente no necesitaba darle muchas vueltas pues la respuesta era sumamente simple. Yamaguchi se había instalado muy profundo en y corazón, él lo aceptó con sus temores, frustraciones, sueños, anhelos y esperanzas.

Y claro que, a pesar de ser un ser muy coherente en sus acciones, no podía evitar pasear su mirada por el cuerpo de Tadashi. El ya había contado cada peca del cuerpo ajeno. Y si bien parece que no lo come con la mirada es porque él lo hace con mucho más disimulo que El rey pervertido.  Nadie aparte de él sabía que las pecas de Tadashi se extendían hasta sus hombros. Saber ese tipo de cosas son las que Kei atesoraba.

Al más bajo nunca le importo que las chicas se le acercasen a Kei por montones pues él estaba seguro que jamás dejaría a Yamaguchi por un par de pechos ya que ninguna podía ver atravesó de su amarga actitud, solamente Tadashi hacia aquello, él es el único que nunca le abandonó, ni jamás pensó en hacerlo. Por eso es que Yamaguchi es único.  

Ya cansado de buscar sus lentes se resignó a usar los deportivos, pues nada le impediría ver a su Yamaguchi en HD.

Con lentitud subió las escaleras, entró a su cuarto y vio al de cabello verdoso profundamente dormido en su cama, pero había algo que no cuadraba en esa angelical imagen y eso eran los lentes que Tsukishima buscaba hace apenas unos segundos.

Con pasos silenciosos se acercó y metió su cara en el espacio que había entre la cara de Yamaguchi y su cuello, respiró el dulce aroma a manzanilla que desprendía el pijama que traía puesta para después repartir besos por donde alcanzase.

Poco a poco el más pequeño se comenzó a remover hasta despertar por completo.

-Estuve buscando mis lentes por mucho tiempo, me debes una explicación- Dijo el rubio.

­-Lo siento Tsukki, es que entre al baño y los vi- Yamaguchi se notaba adormilado, poco a poco su cara fue tomando un color carmín.

-Estaría enojado de no ser porque tengo ganas de hacer otra cosa- Tsukishima comenzó nuevamente a repartir besos por los hombros que su pijama dejaba al descubierto.

Yamaguchi debió de haber pensado dos veces antes de agarrar los lentes de Kei sin su permiso, aunque las consecuencias no sean tan malas~

Continuará…

Notas finales:

Tsukishima es un pervertido n//w//n

Espero que este cap les haya gustado, les recuerdo que los rw me ayudan a escribir los caps y mejorarlos tambien <3

Pregunta: ¿Qué pareja quien que meta ahora?

Próximo capítulo: Todo ocurre de noche

 


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