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100% Voleibol por Yumiko26

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Notas del capitulo:

Holu 

Aquí les traigo este cap. explicando un poco más lo que sucedió en la familia Hinata. 

Espero que les guste OwO/

No olviden dejarme su RW ewé

Capítulo 7:

El hombre llamado papá

 

 

Cuando era niño mi familia siempre fue muy unida, Natsu y yo jugábamos con mamá a las escondidas, y con papá solíamos salir a correr para estar en forma, algo muy divertido que siempre nos dimos el tiempo de hacer. Sin embargo, como dijo un sabio: “No todo lo bueno es para siempre”.

No fue sino hace más de tres años cuando comenzó verse fracturada la visión de aquel hombre grande, alto y de sonrisa bonachona al cual le dedicábamos mucho amor y afecto cada vez que podíamos.

Shire, mi padre, llegaba cada noche acompañado, casi por costumbre, de un intenso olor a alcohol y, de vez en cuando,  marcas de labial en distintos colores. A pesar de eso no se comportó violento, aunque por los días rechazaba cada invitación para jugar o parecidos no le tomaron mucha importancia, tampoco lo hicieron cuando él los insultaba cada vez que llegaban con malas notas. Solo estaba teniendo unos malos días.

Aquella falta de violencia física les hizo pensar ingenuamente que aquel hombre seguía siendo su oto-san. Más no tardó en presentar pequeños golpes dirigidos a ellos que cada vez fueron tomando más fuerza conforme pasaban los días, aún así jamás dejaron de quererlo. Aun hoy en día se atrevería a decir que lo perdonaría si es que, por algún brevísimo momento de lucidez, él se arrepintiese de todo lo que hizo.

Pero hay cosas que, por una cosa u otra, nunca podrán ser.

Una fría noche de noviembre, su progenitor llegó ebrio como de costumbre, esta vez, a diferencia de otras ocasiones en las que se limitaba a tirarse rendido en la cama, llamo a gritos a su familia. Una vez estuvieron todos en la planta baja, él comenzó a reprocharles lo malos que eran como hijos y esposa.

Hinata, de la nada, sintió como su corazón se volvía cada vez más pesado haciéndole cada vez más difícil respirar. En esta ocasión le dolían mucho más las palabras que escuchaba.

Adelantándose a él, la pequeña Natsu comenzó a llorar haciendo que su padre subiera el tono de sus bramidos, Hanako, su madre, vociferó hacia Shire para que se callase, después, volteó con Hinata y le indicó en susurros, que su padre no logró oír, que se escondiera en la habitación principal junto con su hermana.

Tal y como indicó, ambos niños fueron a esconderse al gran clóset del cuarto principal.

Gritos y más gritos era lo que escuchaban, segundos después cesaron tras oír un golpe sordo; ahora lo que escuchaban con fuerza eran los pesados pasos en la escalera pertenecientes al hombre mayor. Él abrió puerta por puerta, buscándolos.

Hinata pudo sentir las lágrimas de su hermana en su espalda, la menor se aferraba a él con nervio. Cada vez los pasos se escuchaban más cerca hasta que la puerta del cuarto fue abierta fuertemente.

Él caminó por toda la habitación con rapidez, se asomó en el baño y después bajo la cama, finalmente, abrió ambas puertas del clóset dejando al descubierto a su hijo mayor quien le hacía de escudo a la más pequeña.

Con rapidez tomó a su hijo del brazo para después lanzarlo al suelo, por otro lado, el niño aprovechó para indicarle a su hermana por medio de señas que llamase a la policía. Algo curioso era que dichas señas para realizar aquella acción en concreto les fueron enseñadas por sus padres una tarde de verano.

Con discreción, la Hinata menor agarró el teléfono para después marcar con las manos temblorosas.

Su padre, colérico, apretó sus puños con gran fuerza y sus ojos, ligeramente entrecerrados, brillaban airados. Hinata no negaría que las piernas le temblaban ante el temor.

Shire se acercó a él con pasos rápidos, sin dejarle hacer nada le dio un golpe en el estómago enterrándole su puño sin vergüenza alguna, enseguida, le agarró del cuello elevándolo, aquello no presentó gran problema pues Shouyou era nada en comparación a su padre quien se levantaba cual león iracundo.

Parecía que al mayor le resultaba completamente banal que en pocos minutos vinieran unos policías a encerrarle, o peor aún, le era totalmente trivial los inhumanos golpes que le daba a su retoño y los que, probablemente,  le había dado a su mujer momentos antes.  

Podía escuchar como su corazón latía con gran ímpetu, a la vez que sus palpitaciones agarraban ritmo su respiración se hacía cada vez más pesada y lenta.

Esta vez, le lanzó un puñetazo justo en la mejilla dejándolo atontado, en ese momento sintió un zumbido que se extendía por sus oídos impidiéndole escuchar con claridad.

Él le dejó a un lado para acercarse a su hermana, con una rapidez sorprendente para el estado en el que estaba se paró y colocó frente a ella en afán de protegerla, mas aquella valentía no le duró mucho pues sus piernas fallaron y calló de bruces al suelo, sus párpados comenzaron a pesar cada vez más y se cerraron aun que intentara lo contrario.

Lo único que le trajo tranquilidad antes de entrar al estado de inconciencia fueron las sonoras sirenas que solo indicaban salvación para su familia.

Finalmente, cerró los ojos y, aún con temor latente, se entregó a la fría oscuridad.

 […]

Hinata abrió los ojos rápidamente, tenía un amargo sabor recorriéndole la boca y gotas de sudor frío por el cuello, lentamente se paró para fijarse en el reloj.

6:00 am

Aún tenía bastante tiempo antes de que comenzaran las clases.

Salió de su cuarto con calma para en seguida dirigirse al baño, una vez ahí se ducho con agua tibia que le dejo con un buen humor y le eliminó aquel molesto y amargo sabor, ya listo salió de su habitación nuevamente para ir a la cocina.

Comió su desayuno con calma y salió de su hogar, probablemente no se encontraría con Tobio esa mañana pues todavía era muy temprano y el otro aún estaría dormido.  

Antes de alejarse de su hogar reviso minuciosamente toda la calle y alrededores para asegurarse que no estaba ningún carro sospechoso, al no encontrar nada relevante se subió en su bicicleta.

Durante el recorrido hacia Karasuno no pudo evitar pensar en el extraño sueño que tuvo, hacía tiempo que no soñaba con el pasado, aquello le traía mucha nostalgia y cierta molestia en su pecho.

Esa ocasión, después de haber caído inconsciente, su padre comenzó a ahorcar a Natsu pero gracias a Dios ella fue salvada por los policías. Toda la familia fue internada en el hospital mientras que su héroe fue encarcelado por un tiempo breve. Su madre contaba con una costilla rota y una lesión en la cabeza, su hermana solamente con moretones del intento de ahorcamiento y Hinata no se rompió ninguna costilla mas estuvo en cuidado pues por los golpes brindados pudo haber tenido una lesión interna.

Tras aquello, fueron a unas cuantas revisiones más y, cuando los tres se encontraron sanos, reconocieron que la familia Hinata había cambiado para bien.

Una gran sonría se instaló en el rostro ajeno. Lo que de verdad valía la pena recordar y soñar eran los momentos cuando más fue feliz, así es como sobreviven las personas optimistas, y él es una de ellas.

Sin darse cuenta de cuando tiempo estuvo pensando en aquello, llegó a la escuela sin percatarse del todo, fue al cuarto del club que estaba vacío por la hora y se cambió. Nada mejor que empezar un día con un buen y agotador entrenamiento matutino.

Rápidamente fue hacia el gimnasio en donde realizó los ejercicios de estiramiento habituales. Después de él, los primero en llegar habían sido Asahi y Nishinoya, ambos se sorprendieron al verlo ahí mas no perdieron tiempo y entrenaron junto a el mientras esperaban a los demás.

Pasados unos minutos todos ya estaban presentes menos el armador de primer año, Hinata pensó en buscarlo pero,  cuando iba a pedirle permiso al entrenador, Kageyama entró con la respiración agitada, ambos se vieron a los ojos, Shouyou lo iba a saludar mas el otro no le dio tiempo pues se acercó a él casi corriendo y con el ceño fruncido, al estar frente a frente Tobio le agarro la cabeza y la apretó con fuerza, el más pequeño intento quitarse la mano de encima mas no lo logró.

-¡Hinata idiota!, ¡te estuve buscando por toda la maldita escuela!- Exclamó, después de unos cuantos segundos cesó el doloroso apretón.

-Hoy me levanté temprano, Kageyama, además, ¿no hubiera tenido más sentido que vinieras aquí a buscarme?- El nombrado iba a repelar mas se quedó callado al ver que el otro tenía razón.

-Ustedes dos dejen de holgazanear,  y tu Kageyama ponte a calentar de una buena vez- Digo Ukai.  Nuevamente, Tsukishima río.

-¡Tu cállate, semáforo mal hecho!- Tobio atacó. Hinata intentó no reír ante el apodo. 

-¡KA-GE-YA-MA!- Esta vez fue Daichi quien le reprendió.

[…]

Al acabar el entrenamiento todos fueron al cuarto del club para cambiarse pues aún tenían clases que tomar.

Hinata fue tranquilo a su salón, la primera clase que tendría era Ingles, su peor pesadilla. Al llegar al salón con pesadumbre un chico se le acercó diciendo la clase era libre pues el profesor no había asistido, al escuchar aquello el pequeño decidió ir a la azotea para comer algo de su almuerzo pues el entrenamiento de había dejado hambriento.

Caminó por la silenciosa escuela en la que todos se encontraban en clases, era una sensación rara estas fuera de clases pero se sintió afortunado de tener aquella hora libre.

Al llegar a la azotea se recostó en una esquina y se apoyó en una pared que le escondía del sol matutino y también de posibles miradas curiosas, dejo su comida a un lado al sentir como aquel ambiente le arrullaba, no había dormido bien durante la noche así que una siesta no le sentaría mal.

El calor era agradable, el viento mecía algunos de sus mechones rebeldes y el silencio lo tranquilizaba, poco a poco cerró los ojos y se dejó llevar al mundo de los sueños.

Paso una hora en la que durmió pacíficamente, al despertar, un horrible dolor de cabeza le asaltó, a pesar de eso se encontraba sonriente gracias a la buena siesta, tras levantarse se dirigió de nuevo a su salón, parece que llegaba justo a tiempo pues la profesora de la siguiente materia ya se encontraba presente, con la excusa de que estaba en el baño –inútil pues traía el bento oculto tras el- pidió permiso para pasar, la mujer le dejo entrar sin más, cosa que agradeció. 

Las dos clases siguientes fueron algo tortuosas debido a su dolor de cabeza, pero nada podía hundir aquel buen humor, aunque pensándolo bien no le vendría para nada mal otra siesta. Sí que se estaba haciendo un perezoso.

Con aquello en mente le pidió permiso al maestro en turno para ir a la enfermería, tras un asentimiento de cabeza salió silencioso del salón y caminó con lentitud hacia la enfermería, al llegar lo recibió una mujer alta, de cabello corto y castaño que se encontraba sentada, Hinata lanzó un saludo al aire.

-Hola, ¿te sientes mal?- Preguntó ella amablemente.

-Sí, me duele la cabeza- Contestó.

-¿Quieres medicamento o prefieres dormir?-

-Dormir está bien, gracias-

-Muy bien, por favor anota tu nombre aquí, si perteneces a un club puedo mandar un justificante si lo deseas-

Shouyou se vio tentado a llegar temprano a casa y dormir, sabía que no debía faltar a los entrenamientos pues el torneo de primavera estaba bastante cerca pero el dolor de cabeza no lo dejaba en paz.

-No gracias-

Tras anotar su nombre en donde le indicó la chica, se acostó en una de las camas cercanas a la puerta, vaya que estar acostado era mucho más cómodo que estar recargado en una rocosa pared, además de que las camas de la enfermería –por alguna razón celestial- eran muy cómodas . Nuevamente, se dejó vencer por el sueño.

[…]

-¡Maldición, Hinata!- Aquel gritó en una voz conocida le despertó del agradable sueño en el que se encontraba sumido. Abrió los ojos gracias rápidamente por la impresión, frente a él estaba el causante de su alteración repentina, Kageyama Tobio, detrás de él estaba el resto del equipo de voleibol.  

Probablemente estaba ahí para reclamarle que olvidó que dicho equipo peculiar siempre comía junto durante el receso.  

Con lentitud de incorporo para recargar su espalda en la pared detrás de la cama, estiró un poco sus brazos y trato de calmar su pulso que estaba muy acelerado, si seguía así probablemente se marearía.

-Kageyama, no estés gritando, es una enfermería- Le reprendió Sugawara.

-Lo siento- Respondió el otro.

-Chicos, perdón por no avisarles que estaba en la enfermería- Digo Hinata apenado, había hecho que vinieran todos por nada.

-¿Te sientes bien?- Preguntó Daichi.

-Sí, solo fue un dolor de cabeza, estaré bien para el entrenamiento- Shouyou se paró rápida y energéticamente.

-Maldito enano, es la segunda vez en el día que me haces buscarte-

-Eso te pasa por preocupón- Dijo el número 10 en un puchero.

Después de aquello Shouyou agradeció a la enfermera para después ir al patio con el grupo, no comió pues no le apetecía alimento en ese momento, después de todo ya había descansado lo suficiente y se sentía como nuevo.

Las clases siguientes pasaron amenas e igual el entrenamiento vespertino.

[…]

Con la mano en alto se despidió de sus sempai para después emprender camino hacia su hogar acompañado del rey. Kageyama permanecía callado mientras que Hinata tarareaba una canción (1).

-Oye, ¿de verdad ya estás bien?- Preguntó el número 9 rompiendo su silencio.

-Claro, solo tenía un poco de sueño, ¿no me digas que te preocupaste?- Exclamó Shouyou divertido al ver como el otro se sonrojaba ligeramente.

-¿Tiene algo de malo que me preocupe por ti?- Esta vez fue el turno de Hinata para sonrojarse.

-No- Sonrió- Es agradable que lo hagas.

-Ya veo, entonces, ¿tú también te preocupas por mí?-

-Claro que sí, todo el tiempo me preocupo por que algún día vayas a matar a alguien con tu mirada-

Kageyama detuvo su caminar, Hinata le imitó, el más alto recargó su rostro en el hombro ajeno para que así su boca quedase alado de su oído.

­-No, quiero saber, ¿realmente te preocupas por mí?-

-Sí- Le abrazó tras parar correctamente su bicicleta para imitar la acción de Kageyama al susurrar en su oído- Aunque no lo creas, compites contra el voleibol en la cantidad de tiempo que lo tengo en mente, oh espera, ya le ganaste.

Kageyama lo apretó fuertemente para después romper el abrazo sin fuerza, se acercó a sus labios para conectarlos en un cálido beso.

En ese momento le llego un mensaje a Hinata.

Continuará…

Notas finales:

(1) Esta es la canción que tarareaba Hinata: Gee cover by: Hyurno

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer nwn, espero que el cap. te haya guastado, si fue asi recuerda dejarme un RW por que son mi alimento ewe

Próximo capítulo: Cerca

Nos leemos. OwO


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