CAPITULO 3
No tarde mas de media hora en llegar a casa, vivía en un apartamento pequeño pero que me permitía estar cómodo, al bajar del bus entré al edificio de unos 10 pisos, lo que me gustaba de este lugar era que muy pocas personas vivian aquí, y casi no tenía “vecinos”por así decirlo.
Al subir por el ascensor pase una de mis manos por mi larga cabellera, quizá por esa vanidad de mirarme en el espejo del ascensor, tenía un aspecto hermoso, ni parecía que yo hubiera emergido de las bajas calles de Suecia, el destino para esta vida no estaba bien escrito para mí.
Las puertas de metal se abrieron dejando ver frente a mi, el piso rojo y puertas a cada lado de la pared, metí una de mis manos en los bolsillos del abrigo para poder sacar mis llaves, mi apartamento estaba casi al fondo, metí la llave en la cerradura dando una pequeña vuelta a esta, abrí la puerta y me saque los zapatos que traía puestos, hoy había sido un día muy agotador, tirándome al sofá encendí la pequeña televisión, mis gestos eran de aburrimiento pues no había algo que me pareciera interesante para ver, por esa razón de a poco mis parpados se hicieron mas pesados, causa del cansancio y el sueño, no me negué en caer en brazos de Morfeo.
8 años atrás
Tremenda humillación había sufrido hace 5 minutos, las patadas en la espalda y piernas aún me dolían, apenas me levanté del piso con la ropa totalmente sucia a causa del polvo en el piso, ahora estaba en la calle, sin un lugar a donde ir, empecé a caminar con las pocas fuerzas que mi cuerpo conseguía para hacerlo, ya unos cuantos pasos mas lejos me di la vuelta para ver el infierno que estaba dejando, tal vez para entrar a un nuevo infierno…No lo sabía.
A medida que iba caminando por la ciudad la gente no dejaba de mirarme, y no…no era por mi belleza, era por las heridas en mi rostro, aquellos arañazos que dejaron de arder cada vez menos que al principio, no tenía ni la más remota idea hacia donde me dirigía en esta condición, mi estómago dolía de hambre, para mi mala suerte estaba oscureciendo, el frio se hizo más tenso, y el viento no se quedaba atrás, los pies se me habían hinchado por haber caminado tanto hasta el lugar donde llegue vi un túnel en donde divise a unos cuantos vagabundos acostados en el piso cubiertos con unas camas viejas y mal olientes, por instinto cubrí mi nariz, ese lugar tenía un olor nauseabundo, quise correr y buscar otro lugar hasta que una mano se posó en mi hombro…
̶ Pareces perdido, ¿Puedo ayudarte en algo? ̶ La tranquila voz de ese hombre me hizo darme la vuelta para verlo, este tenía largos cabellos negros y unos ojos de color verde jade.
Note que el más alto estaba elegantemente vestido, y no parecía ser alguien peligroso, aun así no sabía si debía confiarme tanto con un desconocido.
̶ Yo...No se preocupe, estoy bien ̶ Trate de sonreir, pero mi estómago gruñó por el hambre que sentía en ese momento.
̶ No parece que realmente estés bien, a mi parecer creo que tienes hambre ̶ Pasó su dedos por mi cabello acariciando este con ¿Ternura?
̶ Créame…Yo estoy bien ̶ Trate de retroceder pero tropecé torpemente con una piedra, logrando que me cayera.
̶ Ten más cuido niño ̶ El pelinegro se agacho a mi altura para poder tomar mi cuerpo entre sus brazos ̶ Veo que enserio tienes mucha hambre, me lo dice tu estómago, te invitare a comer ̶
Lo mire muy extrañado, no sabía si realmente él era una buena persona que solo quería ayudar o en realidad era alguien malo.
.-.-.-.-En la actualidad.-.-.-.
El molesto sonido del despertador había interrumpido mis sueños, y no era para más, ya era de mañana y yo tenía el cuerpo adolorido por haber pasado la noche en el sofá, no tarde en estirar mis brazos con la intención de desperezarme más rápido, como las cortinas estaban recorridas la luz del amanecer entraba por estas, hoy sin duda tendría un largo día de trabajo, debido a que rentaron el prostíbulo para una despedida de soltero, enserio a los hombres ricos les agradaba tener aventuras, Pensé por unos momentos para asi ir desvistiéndome, tenía que tomar una larga ducha para relajar mis entumidos músculos. Tomé mi celular para poner un poco de música en este, naturalmente me gustaba escuchar música clásica para ayudar en mi proceso de relajación.
Serenata de Schubert: https://www.youtube.com/watch?v=ZpA0l2WB86E
Al entrar a mi cuarto de baño todo estaba perfectamente ordenado, habían muchos espejos ahí mas de los que una persona normal tendría en un lugar asi, la tina era grande, a un lado se podían encontrar las sales aromáticas, los shampoos y acondicionadores con aroma a rosas que había comprado la semana pasada, llené la bañera con agua tibia, y antes de meterme a esta recogí mi cabello en una coleta alta, luciendo mi largo y estilizado cuello, admirándome en el espejo, tanta vanidad me llevaría algún día al infierno.
No tarde en dejarme llevar por el sonido de la canción, La Serenata de Schubert era mi favortita, llegaba a mi corazón con solo ese compas tan calmado para mis oídos, cerré mis ojos para sentir mejor la melodía, hacía que mi corazón latiera como la primera vez que la había escuchado hace ya años, pase por mi cuerpo una suave esponja mientras que la bañera se llenaba de espuma.
La canción hacía eco en la habitación que tenía paredes y piso de azulejos,un frío y blanzo azulejo, que al entrecerrar los ojos me sentía en el cielo, a veces sentía que estaba loco, pero no sabía la razón, tal vez por tantos sucesos traumantes en mi vida, por las cicatrices que estos habían dejado en mi corazón, en mi alma, sin duda ya no era el de antes, ya no era ese niño inocente de 9 años, o ese adolescente de 15 años que no conocía el mundo. La amargura teñia mi alma de un color gris con el pasar de los años, pues ahora lo único que me importaba eran las riqueza, sentir el placer de dominar sobre alguien, ¿Dónde estaban mis sentimientos humanos?, tal vez los había perdido al caer en la obscuridad de la misma existencia.
.-.-.Varios meses atrás”Recuerdos de Saga”.-.-.
̶ Saga puedes asegurarte que aquí solo se encuentran los hombres más hermoso que hayas visto en tu vida, son mas hermosos que una mujer ̶ No paraba de hablar mi tonto hermano quien estacionaba el auto frente a un burdel que lucía bastante elegante, debía admitir, varios hombres viejos entraban y salían de aquel lugar, tal vez mi hermano no mentía en decir que aquí solo trabajaban bellos jovencitos.
̶ Y espero que no estés mintiéndome Kanon ̶ Me cruce de brazos antes de salir del auto del menor
̶ Si te mintiera, no habría tanta clientela ̶ Este no tardo en sacar las llaves del coche para asi salir del deportivo amarillo, yo salí después de él, con la diferencia de que yo lucia desganado.
̶ Vamos Saga, cambia esa cara de estreñido ̶ Las palabras burlonas en mi hermano nunca faltaban, rodé mis ojos caminando hacía la entrada del lugar, pero antes de que pudiéramos entrar un joven de cabellos verdes y con lentes nos detuvo.
̶ Perdonen que los interrumpa señores, ¿Tienen reservación? ̶ Preguntó mientras veía su lista en mano
̶ Es una cita para los Hermanos Michel ̶ Habló Kanon en un tono coqueto, y yo solo trataba de contener mi risa al verlo así
̶ Ha si..pasen por la siguiente puerta a la derecha, ahí se encuentra la zona V.I.P ̶ Él peliverde había ignorado titánicamente a los coqueteos de mi gemelo.
Al ver la expresión disgustada de mi hermano, lo empuje para que se moviera, pues aun habían mas personas esperando de tras de nosotros, este refunfuñaba en el camino.
̶ No puedo creer que ese peliverde haya ignorado al gran Kanon Michel ̶ Sín duda no pararía de quejarse un buen rato.
̶ Odio cuando te comportas como un mocoso, hermano ̶
Le hable, y así entramos por la puerta que nos había indicado el peliverde, esta tenía una perilla dorada con unas letras en aquella puerta que decía “V.I.P”. No tardamos en abrir la puerta, la habitación era grande, con unos sofisticados sillones de cuero, un escenario que dejaba ver como unos jovencitos bailaban en el tubo, cabe aclarar que lo hacían en solo lencería, Kanon entro rápidamente y fue hasta uno de los sillones de adelante, el cual este había reservado para ambos, al momento en que entre, quede atrapado, unos ojos aguamarina me miraban con una pisca de picardía, quede totalmente hechizado por su belleza, los labios rosados y cabello largo hasta la cintura, eran el pecado en persona.
Continuara…