Capitulo 4
̶ Enserio pareces hambriento, come todo lo que gustes ̶ Hablaba el amable señor de negro
̶ Hace horas que no probaba ningún bocado… ̶ Hablé mientras comía lo que tenía en frente mio, que constaba con un plato de sopa de verduras con algunos fideos delgados, arroz y ensalada con carne, por ultimo un vaso de jugo. Ese hombre me había llevado a un restaurante, no era elegante pero estaba lleno de familias de clase media.
̶ Me alegra que puedas comer bien, un jovencito como tú aun esta en crecimiento ̶ Apoyando sus codos sobre la mesa, su barbilla estaba posada sobre el dorso de sus manos.
̶ Muchas gracias…Por la comida señor ̶ Agradecí un poco avergonzado, pues no conocía a ese hombre ̶
̶ Puedes llamarme Hades, mi apellido es Hoffman ̶ Mencionó lo ultimo con una leve sonrisa.
No parecía un hombre desagradable, pues por la forma en la que hablaba y vestía no daba rastros de ser un secuestrador o un violador.
̶ Perdón por no haberme presentado antes pero, me extraño demasiado ver a alguien como tú cerca de ese lugar tan peligroso. Cambiando de tema ¿Cuál es tu nombre? ̶
̶ Mi nombre es Afrodita Lindberg… ̶ Pase uno de mis mechones celestes por de tras de mi oreja, viéndolo con timidez
̶ Es un lindo nombre, ¿Tienes familia? ̶ La pregunta había sido muy repentina tanto asi que abri demasiado mis ojos.
̶ Creo que la tenía…La verdad no lo se ̶ No sabía si donde yo vivía a esa clase de personas debería llamarlas “familia”, me frote un poco los ojos.
Desvié la mirada para poder ver la ventana que daba a la calle, muchas personas estaban pasando por ahí, mujeres con sus hijos, hijos que si parecían amados, la oscuridad bañaba en esta toda la calle, y no tardó mucho en llover, las personas afuera trataban de cubrirse de la lluvía y esta que caía sin cesar, los charcos que se formaban en la calle dejaban ver mejor como caían las gotas.
.-.-.-En la Actualidad.-.-.-
Aún no podía comprender como era posible que Dita siguiera ignorando mis sentimientos, cada vez que quería hablar sobre eso, él astutamente cambiaba de tema. Agarre con fuerza el volante del auto, esperando a la que las luces de semáforo cambiaran, hace poco se había ido y yo no dejaba de pensar en él, esas finas facciones, ese lunar que me volvía loco con solo mirarlo.
Mis sentimientos por él aún estaban presentes, desde la primera vez que lo vi. Toqué mi frente para poder calmarme un poco, las luces del semáforo cambiaron después de unos minutos, empecé a conducir hacia mi lujoso apartamento en el centro de Suecia, no me molestaba en comprar una casa aun, ya que casi siempre era habitual para mí viajar de ciudad en ciudad con mi hermano menor, él y yo vivíamos en el mismo edificio.
̶ Ay…Dita, si solo pudieras escuchar lo que quiero decirte por solo un momento ̶ Lo dije en un tono de cansancio, sin dejar de prestar atención a las calles por las que pasaba.
No dudaba en pensar que caí bajo ese encanto fatal, un encanto que nadie más podía tener en este mundo, me volvía loco las veces que trataba de acercarme a él, y en cada oportunidad me rechazaba como si yo fuera cualquier hombre. Pero a mí me gustaba tener lo mejor, por eso no podía rendirme tan fácil , algo por lo que quería conseguir a cualquier costo.
.-.-.Varios meses atrás.-.-.
̶ El chico de allá es un preciosura ̶ Comentaba Kanon pasando su mirada por un jovencito de rubios cabellos, un cuerpo menudo pero bastante sensual
̶ No es nada comparado con el chico que estaba aquí hacer minutos atrás ̶ Hablé mientras que aún seguía mirando a los otros chicos que estaban en el escenario bailando para nosotros.
̶ ¿Él de cabellos Celestes?, Si era bastante sensual, aunque creo que a ese no te lo puedes llevar fácil a la cama ̶ Una pequeña risa se hizo escuchar por parte del menor.
̶ ¿Por qué lo dices?, Si para algo trabaja en un burdel como este ̶ Me queje, y la molestia se hacía visible en el rostro
̶ Por lo qué tengo entendido, a ellos los tienes que “reservar” por separado, ya que son los más hermosos en este lugar, aquellos tres chicos son los que mas clientes tienen.
̶ El peliceste desde ahora será solo mío ̶ Murmuré tocando mi labio con el pulgar de la mano izquierda.
̶ Saga, no seas un tonto, ni pienses en enamorarte de un cualquiera como ese ̶ Kanon parecía bastante fastidiado con mis palabras a lo que al mismo tiempo, este llamaba al chico rubio a que se sentara en sus piernas.
̶ Tómalo como una diversión, solo quiero probarlo como es debido ̶ No dude en llamar a uno de los chicos que estaban en el escenario, un peliverde precioso de rostro angelical.
̶ Eso espero Saga ̶ Mi hermano no dudo ni un momento de dejarse besar por aquel rubio que apenas y tenía puestas unas cuantas prendas.
Yo por lo tanto dejaba que el peliverde me fuera desabotonando la camisa que traía puesta, sin duda esto sería una diversión para mi hermano pero, ya desde ese momento empecé a imaginar que era el peliceleste quien estaba sentado en mis piernas.
.-.-.Una Semana después.-.-.
̶ Que idiota eres Saga ¿Aún no puedes olvidarlo? ̶
̶ Reserve con Degel hace unos tres días para tener completamente a mi disposición a ese peliceleste ̶ Tomé el abrigo que estaba sobre el asiento del bar, dejando solo a mi hermano
̶ ¡No hagas nada idiota! ̶ Gritó desde el asiento donde se encontraba, para asegurarle de eso me despedí de el con una seña.
Subí al deportivo amarillo que me esperaba al salir del bar, aun era de tarde asi que no oscurecería todavía, porfin después de esperar tanto días podría probar la lechosa piel del peliceleste a quien habia reservado con todas ansias, no dude en conducir en dirección a ese burdel, quedaba bastante lejos pero valía la pena, tenía toda la seguridad del mundo en que todo marcharía bien.
Pasando por varias calles, logre llegar y como era habitual encontré a varios autos estacionados, todos o mayormente de color negro, cuando saqué las llaves de este salí del auto, con ambas manos en los bolsillos del pantalón, la mirada la tenía en dirección a la entrada, donde se encontraba un serio pero sofisticado Dégel.
̶ Buenas tardes Degel, vine por mi reservación ̶ Con una sonrisa de lado en el rostro, no aparte ni un momento la mirada de aquella lista que agarraba.
̶ Sea bienvenido señor Michel ̶ Pude apreciar como este tachaba algo con el bolígrafo azul que sostenía en su mano. ̶ Él lo está esperando en el piso 10, habitación 79 ̶ Tomando una de las llaves que tenía en puestas en la pared, no dudo en entregármela y después seguir con su trabajo
El primer piso era algo lleno, como la pasada vez que vine con Kanon, un ascensor se encontraba unos pasos mas adelante, como no quería tardar más tiempo en llegar hasta mi destino, entre a este presionando el botón que decía ¨10¨ , en el ascensor se podía apreciar una cámara que vigilaba todos mis movimientos, era algo incómodo ese tipo de vigilancia, después de unos minutos las puerta del elevador se abrieron, aquel piso tenía el piso minuciosamente pulido, las paredes eran blancas y las puertas de madera con un respectivo número cada una.
Busqué la puerta que Degel minutos atrás me había mencionado, no tarde casi nada en encontrar esta, al abrir con la llave dada, frente a mí pude ver al peliceleste, acostado sobre una cama matrimonial, con apenas unas cuantas prentas luciendo sus largas piernas, con sus dedos me comenzó a llamar para que pudiera acercarme a él, cerrando la puerta tras de mí avance hasta donde se encontraba, parecía un sueño hecho realidad, tantas noches soñando con tenerlo y ahí estaba frente a mis ojos en carne y hueso.
̶ Me alegra que no tardaras casi nada en llegar ̶ Al cambiar su posición en la cama, se sentó en esta para poder servir vino en cada copa que se encontraba en la mesita al lado de la cama.
̶ ¿Cómo podría tardarme?, Si una lindura como tú me estaba esperando ̶ Logré acercarme lo suficiente como para pasar mis dedos por sus hombros. Era notable su estremecimiento, algo que me hizo sonreír maliciosamente.
̶ Eres muy gracioso ̶ Tomando una copa de vino la acerco a una de mis manos para que la tomara- ̶ Hace día escuché por parte de Degel que si o si querías tenerme para ti en una cama, ahora puedes aprovechar de mi a tu gusto ̶ Sus rosados labios de curvearon, su sonrisa era demasiado hermosa.
̶ Desde la primera vez que te vi, solo quise tenerte para mi ̶ Me senté al lado de el besando sus hombros hasta llegar a su cuello, el ladeo este para darme espació, su aroma era a rosas.
̶ Siempre dicen eso de mi sabes, soy como una droga para los hombres ̶ La copa que tenía en mano la puso en la mesita, para después desabrochar los botones de la camisa negra que traía puesta, no pude resistir en besar los rosados labios del ajeno, estos eran tan suaves como el terciopelo, suaves como un algodón dulce que se derretía en tu boca, aquellas manos que no dejaban de acariciar mi trabajado pecho, me sentía morir en sus labios, no los quería soltar.
̶ Entiendo el porque, el aroma, tus labios son un dulce difícil de dejar ̶ Hable entre el beso, con ambas manos tomé su estrecha cintura, los ojos que se clavaron en los míos, se veían provocadores, ese felino mirar era totalmente inhumano.
̶ Touché… Porque desde ahora solo querrás tenerme para ti ¿O me equivoco? ̶ Sus palabras era suaves pero seductoras, los delicados dedos que rozaban la piel de mi rostro, para volver a tomar mis labios en una apasionado beso.
Tomando el cuerpo ajeno lo acosté en la cama, sus piernas no tardaron en rodear mi cuerpo para tenerlo aún más cerca de él, con ambas manos acaricie los muslos ajenos, subiendo nuevamente hasta su cintura, no quería romper aun ese beso pero la falta de aire se hacía cada vez mas latente, al separar nuestra bocas un hilo de saliva las seguía uniendo, su cabello desparramado en la almohada lo hacía ver aun mas apetecible.
Continuara….