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Regular love? por aisaka-san

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Notas del capitulo:

He vuelto!!! Despues de tres mil años!!!

Bueno, no fueron tres mil años pero asi se sintieron :( me gustaria tardar menos en las actualizaciones, pero realmente soy muy lenta al escribir 

Espero disfruten del capitulo!!

*****************************

 


Después de limpiar la fuente del parque se apresuró a llegar al lago para barrer la basura que dejaban los visitantes en la orilla.  


Ya habían pasado tres semanas desde que vio a Rigby, ese dia que llego en la moto de Skips y la guardó en su cochera; rápidamente tomó la brocha y más pintura de color blanco y pintó casi todos los bancos del parque ese mismo día, dejando sorprendidos a todos por la hazaña, excepto a Skips que lo veía feliz desde la ventana de su casa.


En todo ese tiempo comenzó a despertarse muy temprano por las mañanas, salía a correr y hacía ejercicio en el gimnasio cercano al parque. Llegaba a tiempo a las juntas que Benson organizaba para repartir la tareas del parque y era el primero en terminarlas. Desde la primera semana le había pedido a su pelirrojo jefe que le diera los trabajos más duros y pesados para hacer, Benson lo miro confundido y desconfiado de que Mordecai lograra realizarlas, pues Musculoso siempre se encargaba del trabajo duro debido a que nadie más podía soportar la dificultad de estas tareas. Aun así le dio varios trabajos de prueba antes de encargarle favores más pesados.


Debía de admitir que al principio le costaba bastante realizar todo su nuevo trabajo asignado en un solo dia, pero despues de la segunda semana (y gracias al ejercicio) fue capaz de encargarse de todo antes del atardecer.


Por fin había terminado de limpiar los dos kilómetros de basura que se extendían por la orilla del lago, ahora solo faltaba llevar las bolsas de basura recién llenadas para después remover las gigantescas rocas que obstruyen el paso de algunos corredores en la puerta sur.


Una hora después ya había terminado exitosamente con otro dia de trabajo, así que se lo notificó a Benson por su radio; se retiró a la casa del parque donde el pollo asado y la ensalada que ya tenía preparado ese mismo día temprano lo esperaban.


También debía cuidar su dieta para verse más saludable frente a Rigby, por eso decidió ir con un nutriólogo quien le preparó una dieta adecuada y balanceada. Cuando llegó con el nutriólogo el primer día intentó mentir un poco para que no notara lo mal que comía, pero la mentira se le cayó al ver la seria mirada que le dirigió el doctor. Sin poder ocultar más la verdad le narró al doctor todo lo que había consumido la semana anterior; el especialista lo miro preocupado y él se hizo el desentendido, no sabía que estaba mal con su dieta. El nutriólogo le recomendó visitar a un doctor, pues según la palabras que le dijo el médico, su peso "no estaban dentro de la normalidad". No se encontraba muy seguro a que se refería eso, pero aun así fue con su viejo doctor confiable, el doctor Wally. Este le realizó varios análisis y le dijo que estaba desnutrido.


-¿Desnutrido? -sus pies temblaban bajo la mesa y sus manos se entrelazaron con nerviosismo, esperando la respuesta del médico.


-Así es Mordecai, todos los análisis arrojan un bajo nivel de vitaminas y nutrientes en tu sistema, no es muy grave pero aun asi esta cerca de que se vuelva peligroso. -El doctor se recargo en el respaldo de su silla, lo miro serio por varios segundos y añadió- además que la masa magra de tu cuerpo, es decir la masa muscular no es normal, hay menos de la que debería de haber, estas muy débil chico.


-Bu..bueno si...pero he estado haciendo ejercicio hace algunos días.-comentó apenado el chico.


-Espero que esos ejercicios sean de bajo impacto, de otra manera podrías lastimarte debido al descuido de tus músculos; recomiendo que sigas ejercitandote sin excederte, si sientes mareos o calambres insoportables vendrás conmigo para revisarte y saber si se trata de algo grave.


-Sí doctor, lo haré - Mordecai vio atentamente al doctor Wally escribir su diagnostico, despues lo guardo en su escritorio -le enviaré al nutriologo las recomendaciones para que te puedas estabilizar a partir de la dieta que te hara -se levantó y le tendió la mano a Mordecai- fue agradable verte después de mucho tiempo, deberías pasar de vez en cuando a saludarme.


-¡Oh! Claro que lo haré -Mordecai tambien se levanto y le tendió su mano al médico, el cual le sonrió sinceramente. Tomo sus cosas y salio del consultorio, escuchando por último las palabras de ánimo del médico.


Después de eso el nutriólogo le diseñó la dieta más adecuada para él, y aunque debía admitir que el inicio de su "nuevo estilo de vida" fue difícil, este estaba funcionando pues no se sentía para nada debil ni cansado y había tonificado su cuerpo, sin contar la gran mejoría en su piel.

Sus amigos también habían notado el cambio en el chico, ya que lo miraban como si estuviera loco. De un dia para otro el vago que se dedicaba a llorar y faltar al trabajo se había convertido en el chico más dedicado y enfocado en los deberes del parque.
Sinceramente no le importaban lo que dijeran a sus espaldas, ahora la unica opinion que realmente tenía valor para él provenía de un apestoso y enano chico de cabello castaño.

Termino su cena y lavó el plato que utilizo; subio a su recamara y se dedico lo que restaba del dia en pintar.


Resultaba extraño, la razón por la que dejó la universidad de artes fue Rigby, al principio no se había dado cuenta de ello, en su momento pensó que lo había hecho para que mejorara su vida trabajando de una vez por todas en lugar de desperdiciar su tiempo encerrado en una habitación rodeado de personas superficiales y con un viejo amargado diciendote cosas que ya sabes; pero ahora estaba seguro que abandonó la escuela porque la idea de vivir al lado de Rigby realmente le emocionaba demasiado.

Por eso era extraño, la razón de su huida del arte también había provocado que se acercara una vez más a él, pues desde la última vez que vio a Rigby en aquel callejón oscuro la inspiración le llegó de golpe; tantas hermosas ideas que describen su amor por el castaño invadieron su mente, la mejor forma de expresarlas que encontró fue pintando en los viejos lienzos en blanco que guardaba de sus años universitarios.

El repentino sonido de su celular lo paralizó un momento, rápidamente busco el aparato y sin molestarse en mirar la pantalla, contestó.

-¡Mordecai! -la voz femenina del otro lado se oía preocupada.

-¿Mamá? -el muchacho respondió sorprendido, ¿que quería su madre justo en ese instante? No es como si no le gustase escuchar su voz de nuevo, más bien lo que le molestaba era que se le ocurriera llamarlo justo cuando estaba por terminar la pintura de esa noche.

-¡Oh hijo! Hace mucho tiempo que no me llamas, ya me tenias preocupada -Mordecai rodó los ojos, era cierto, hace un largo tiempo que no oía la voz de su progenitora.

-Lo lamento mamá, es que últimamente el trabajo ha sido más pesado que de costumbre.

-Normalmente es Rigby quien me habla diciendo que estas bien pero ya no lo ha hecho y eso me preocupo mucho… -la voz angustiada de su mamá pasó desapercibido para él al escuchar el nombre de Rigby salir de sus labios.

-Espera, ¿acabas de decir que Rigby te llamaba para decirte como estaba? -era sumamente raro que su madre y Rigby se llamarán por teléfono, sabía que ellos se llevaban muy bien antes de su accidente, después de eso no los volvió a ver hablar de la misma manera entre ellos.

-Si, es una costumbre entre nosotros dos hablar una vez cada dos meses, pero ya han pasado cuatro meses y no he recibido ninguna llamada suya, he intentado contactarlo pero simplemente no entra una sola llamada ¿Pasó algo entre ustedes hijo? -Un largo silencio se estableció en la línea, no sabia como responder a la última pregunta así que decidió ser sincero.

-Emm si mamá, yo...yo recordé todo -espero a escuchar la reacción de su madre, pero no se oía nada del otro lado de la línea; un buen rato paso asi y el ya se estaba preocupando de que la llamada se hubiera cortado, sin embargo su teléfono indicaba que aún continuaba la llamada -Emm...¿Mamá? ¿Estas...?

-Si hijo, estoy bien -el sollozo del otro lado de la línea sorprendió a Mordecai.

-¿Estas llorando?

-Si...sniff, perdon hijo, pero es que...estoy tan feliz por ti…¡por ustedes! ¡No puedo creerlo! Seguro que Rigby debe estar muy feliz ahora mismo –no sabía qué responder después de la afirmación de su madre, tal vez su amigo si estaba feliz en esos momentos- ¿Mordecai? ¿sigues ahí?

-¡Oh! Si mama, aqui estoy

-¿Sucede algo malo? –la voz de su madre se oía muy preocupada, tenía que decirle toda la verdad, ella no se merecía que le escondiera algo así de importante.

-Algo así, realmente Rigby no está conmigo…

-¿Como que no está contigo? –su madre se escuchaba intrigada y sorprendida, sin poder creer lo que Mordecai le estaba diciendo.

-Bueno,,,es que han pasado muchas cosas que tal vez Rigby no te ha contado, no lo culpo pues él tampoco sabía nada de esto- Mordecai le relató todo a su madre, desde el incidente de hace varios años, su trato hasta lo que recién aconteció con Margarita y su forma tan cruel de tratar a Rigby, su madre jamás lo detuvo, solo se dedico a escuchar atentamente lo que su hijo relataba, cuando por fin terminó de contarle lo que pasó, un suspiro fue lo primero que escucho salir de su progenitora-

-Mordecai, soy tu madre y por eso seré lo más honesta posible contigo- por un momento hubo silencio y continuó hablando- todo lo has jodido…y mucho.

-Ahh..uhhm… lo sé- Las palabras de su madre lo dejaron sorprendido, jamas habia escuchado esa forma de expresarse de ella, ¿en donde había quedado la dulce dama que lo cuidaba cuando era un niño? Aunque no podía estar mas deacuerdo con ella, admitía su error

-Entonces ¿Cómo planeas hacer para que el regrese contigo?

-¿Qu..Qué?

-Si, ya sabes, para que el regrese contigo. Fuiste un idiota con él, eso es cierto y realmente estoy muy molesta y decepcionada contigo Mordecai –el mencionado bajo la mirada, como si realmente su madre estuviera enfrente de él –pero conozco a ese muchacho y se que el te ama con todo su corazón, a pesar de que lo olvidaste el jamas dejo de hacerlo. Siempre que hablabamos por telefono el me contaba todo, nunca se saltaba ningún detalle de lo que hacían ambos -¡¿Acaso Rigby le tenia mas confianza a su madre que a él?! Aunque pensándolo bien, no lo culpaba, después de todo se había comportado como un total idiota- Seguramente el se la pasó muy mal en todo este tiempo,estoy tan alegre de que este bien…

-Emm..mamá –la interrumpió, tenía que contarle sobre su plan actual yo…lo arruine, no se si Rigby quiera verme ahora, me he estado esforzando planeando como hacer que se vuelva a fijar en mí, para que crea en mí una última vez…pero, últimamente he estado pensando en que tal vez el ya esta mejor sin mi, no me necesita, lo único que hago es meterlo en problemas, opacarlo del mundo y humillarlo…todas las veces posibles…

-Mordecai…eso..

-Es verdad ¿no?- bufo. No había nada que su madre podría decirle para consolarlo

-…mira hijo, todo lo que acabas de decir es cierto, nada de eso está alejado de la realidad

-Wow, eso me hace sentir mucho mejor- no escondió para nada el sarcasmo en su voz

-Pero eso no quiere decir que seas una mala persona ni nada parecido –presto más atención a lo que su madre estaba a punto de decir- al contrario, eso quiere decir que eres un ser humano y tienes errores, que eres lo suficientemente capaz de cambiar para hacer las cosas mucho mejor que antes, tal vez las fallas que tuviste antes no puedas cambiarlas de ningún modo, pero puedes crear una nueva historia sin olvidarte jamas de lo que fuiste y de lo que hiciste.

-Ma…Mamá…yo… -ligeros sollozos fue lo que escucho la mujer del otro lado de la linea, espero pacientemente a que su hijo fuera capaz de continuar- Yo… realmente lo siento, quiero cambiarlo todo…no quiero esto, quiero que Rigby esté aquí…conmigo –Mordecai por fin estaba dejando escapar todo lo que sentía a alguien, tal vez con Skips hablo un poco sobre el tema, pero sus sentimientos siempre se los dejo para el mismo, la única persona en la que estaba seguro que lo escucharía, a pesar de las estupideces que hizo, era la única familia que tenía…su madre.

-Mordecai, no sabes lo que daria por estar justo ahora contigo y darte un gran abrazo –aun llorando el chico rió ligeramente, era justo en lo que el tambien habia pensado- Si estas arrepentido y dispuesto a cambiar por Rigby, entonces yo te ayudare.

-Uhh..¿Que? –el llanto cesó y la sorpresa embargo a Mordecai- ¿De que hablas mama? ¿vas a ayudarme a regresar con Rigby?

-Así es, tal como escuchaste ¿acaso pensaste en que dejaría a mi hijo solo? ¿cuando más que nunca necesita de los consejos de su madre? –Mordecai se sonrojó, hace tanto tiempo que no recibía la ayuda de su progenitora- conozco a Rigby, y ya te lo dije, el es alguien especial tratándose de sus relaciones amorosas

-¿sus relaciones amorosas? ¿de que estas hablando mama? Rigby jamás ha tenido pareja a parte de Eileen

-Uhh…bueno ya lo dije, había olvidado que él no quería que te enteraras de sus novios y novias –un escalofrío recorrió la espina dorsal de Mordecai ante lo recién pronunciado- Mordecai, Rigby ha tenido parejas antes, solo que no conociste a ninguna de esas personas porque el jamas te lo dijo, no quería que te enteraras, me decía que el salir con alguien para él era como si te estuviera traicionando; por eso jamás se tomó a nadie en serio…y nadie lo tomó en serio a él..

Las palabras sobraban, a pesar de que había perdido la memoria, Rigby siempre pensó en él como pareja. Una calidez se instaló en su pecho, pero al poco tiempo esta se fue al pensar que fue incapaz de ver esas pequeñas pero significativas muestras de afecto de su amado.

-Pero si hay una persona que puede convencerlo de ser su pareja oficial, ese eres tú Mordecai. El amor que te tiene no puede esfumarse en tan poco tiempo, a pesar de que fuiste un cretino, el realmente te quiso por mucho tiempo; tal vez si te arrastras desde el parque hasta donde él se encuentra te perdone…

 

-¡Mamá! Esto es serio

 

-Bueno, bueno, es una inocente broma querido -Mordecai rodó los ojos, tal vez Rigby le había pegado un poco de su mal lado bromista a su madre- ¿en que estaba? ¡Oh si! Te decía que tu eres la única persona capaz de lograr que Rigby caiga a tus pies por segunda vez, así que pon mucha atención a lo que te voy a decir, porque es información valiosa y exclusiva sobre Rigby…

 

Escucho atentamente lo que su progenitora le contaba del otro lado de la línea, pronto se dio cuenta que debía ponerse cómodo en su cama, pues la conversación iba para largo.

 

-¿Y si hago todo eso, Rigby volverá a quererme?

 

-Tal vez -soltó la mujer con simpleza

 

-¿C..Como que tal vez? Es demasiado lo que voy a hacer para solo tener un “tal vez” -la frustración en la voz de Mordecai era evidente, pues escuchar a su madre 3 horas seguidas soltando un montón de cosas cursis no era nada agradable.

 

-Si, tal vez. Puedo conocer a Rigby de pies a cabeza, sin embargo jamás seré capaz de predecir al 100% sus acciones, no soy psiquica.

 

-¡Aagh...Bien! Haré todo eso, espero que funcione, no volveré a tener otra oportunidad si esta se echa a perder.

 

-Eso ya depende de cómo lo hagas hijo mio...deberias hablar mas seguido, ya extrañaba el sonido de tu voz.

 

-Si mamá perdon por no hacerlo mas seguido..pero han sido dias dificiles como te dije.

 

-Uhm -el sonido de afirmación de su madre le hizo saber que lo entendía- por cierto, esta chica que te manipulo ¿Como se llama?

 

-¿Eh? -de la nada salio esa pregunta, pero no estaba de mas contestarle- Se llama Margarita.

 

-¿Mar..Margarita?

 

-Ahh..si ¿Ocurre algo malo? -¿acaso la mujer inquebrantable acababa de tartamudear?

-No...bueno si...¡Alejate de ella Mordecai!

 

-¿Que?

 

-....

 

-¿Uhh...?...¿Que pasa viejo? -no podia oir nada del otro lado de la línea, miro la pantalla del teléfono y estaba completamente negra. Genial, se le termino la bateria.

 

Sin nada más que hacer, puso a cargar su celular y se acostó en la cama. Mirando al techo, pensando en la extraña actitud de su madre al oír el nombre de Margarita. Rodo un poco y ahora, recostado de lado, veía fijamente el trampolín lleno de polvo, que no había sido tocado desde que Rigby se fue.

 

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Rigby se paseaba de un lado a otro completamente atareado por el restaurante; hace tan solo unas horas se golpeaba con muchas personas y tiraba unas cuantas cosas, para su fortuna fue capaz de adaptarse rápidamente al escaso espacio designado para que los meseros se desplazaran por el local. Pronto llegó a la siguiente mesa con la veinteava orden que le había tocado atender ese dia.

 

¿Como había terminado ahí en primer lugar? Bien, todo empezó el día anterior, estaba acomodando algunos utensilios que utilizarían mañana al amanecer; ese día le tocaba el turno de noche y al siguiente le tocaría llegar temprano, pues lo necesitaban los fines de semana en las mañanas y tardes; para ese momento solo Marie, el chef, los últimos meseros y él se encontraban ahí preparando todo para el día más ocupado de la semana.

Se alistó para salir, dobló su delantal y lo guardó en su mochila, estaba por despedirse de los que demás pero extrañamente no encontró a nadie, es decir eran como seis personas pero aun así se le hizo extraño no ver a nadie cerca de la puerta de salida tan tarde.

Recorrió el lugar hasta llegar el comedor, Marie y el chico que solía ser el pinche del chef y pasó a ser actual camarero, estaban uno frente al otro, la tensión entre ambos era palpable y todos los demás estaban alrededor de ellos, curiosos mirándolos.

 

-¿Para esto querias que te ascendiera a mesero?  ¿Para que te tomaras días libres cada vez que quisieras? -Marie obviamente se oía irritada, rápidamente comprendió la situación así que también se quedó a mirar qué más pasaba.

 

-Lo lamento, pero es un asunto de fuerza mayor, no podré venir mañana a trabajar -el chico intentaba oírse apenado, pero realmente se miraba frustrado

 

-¿Y qué crees que voy a hacer con menos personal en un sábado? ¡Muchas familias vienen a desayunar aquí y tú sabes muy bien como es la situación en momentos así! Lo lamento pero esto podría costarte el trabajo… -el chico respingo en su lugar, todos ahí se sorprendieron, ellos mismos consideraban que era un tanto extremo el castigo que Marie había propuesto, y Rigby como siempre, no pudo quedarse callado en su lugar.

 

-Oye, oye. Eso es demasiado ¿no te parece Marie? -Ambos voltearon a verlo, Marie enojada y el chico con los ojos brillando

 

-Es verdad -el chico volvió a mirar a Marie y una chispa de determinación invadió sus ojos -además de que no voy a faltar el sabado solo porque se me antojo tomarme el día libre, lo hago por un asunto de extrema importancia.

 

-¿Extrema importancia? -La voz de Marie se oía neutral, el chico aprovechó que Marie había bajado la guardia

 

-Así es, no queria decirtelo enfrente de todos pero lo haré; mañana tengo que ir al hospital, mi madre sufrió un infarto hace unas horas y tengo que ir a visitarla, ella vive al otro lado de la ciudad con mi padre -Todos se quedaron callados, sin tener el valor de mover un músculo por la tensión ocasionada debido a la magnitud de la noticia. Marie permaneció callada y seria por unos momentos, luego de una corta espera está asintió en señal aprobatoria.

 

-¿En serio? ¿No vas a echarme? -el chico tomó sus manos con los ojos esperanzados de forma dramática, tanta que algunas de las personas que miraban la escena les pareció hasta cómica la nueva situación.

 

-No lo haré, puede que sea tu jefa pero tampoco soy un monstruo sin corazón -el chico la abrazo con mucha euforia, los demás empleados que se habían quedado a mirar perdieron el interés y regresaron a sus actividades normales, todos excepto Rigby quien se había quedado a mirar qué sucedía.

 

Marie soltó un suspiro pesado y susurro - lo malo de este asunto es que ahora tengo menos empleados de lo usual en uno de los días más ocupados de la semana, ¿que haré?

 

-¡YOOOO! -de la nada Rigby apareció frente a ellos gritando y alzando las manos como si estuviera loco, Marie y el chico saltaron asustados por la impresión. El rostro de Rigby se tiñó de rojo avergonzado por la efusividad que dejó salir de repente, miraba tímidamente a Marie y volvió a hablar más calmado -digo...yo puedo hacerlo, puedo ser camarero por un día.

 

-¿QUÉ? -una Marie incrédula y un chico muy alegre le regresaron la mirada.

 

-Así como lo escuchan, yo haré el trabajo de…por cierto ¿como dijiste que te llamas? -Rigby miro al muchacho quien felizmente abrió la boca pero de ella no salió ni una palabra gracias a Marie.

 

-Eso no importa ahora, ¿cómo es eso de que ahora te nos vas a hacer de mesero? -la mirada de desconfianza de Marie lo paralizó por un momento, pero rápidamente se recompuso y se inventó mil y un excusas para lograr que convencer a Marie de que ponerlo unos cuantos días como mesero no era tan mala idea, bueno ya tenia experiencia con Benson si de convencer a un jefe molesto se trataba, así que Marie para él era pan comido.

Y ahora en el tiempo presente, se arrepentia un poco de haber conseguido ese puesto temporal, pues cargar una bandeja llena de comida o platos sucios no era tan fácil para él, tomando en cuenta que era más débil que papel higiénico mojado o que las promesas de la autora de entregar la continuación en menos de un mes, además que los golpeteos y el desastre que solía ocurrir al recoger las órdenes de la barra sin ensuciar su uniforme no era para nada agradable ni sencillo. Pero en fin, ya estaba aquí y realmente el dinero extra que le iban a pagar no le caía para nada mal, así podría comprarse por fin esa nueva consola que había estado ansiando desde hace un tiempo.

 

Todos en el restaurante seguían en su rutina normal de los fines de semana ignorando a un chico alto y de cabellos azulados ligeramente rebeldes que se preparaba mentalmente para entrar al establecimiento; algunas de las personas que pasaban en la calle lo miraban curioso, unos menos que otros, mientras que la mayoría de las chicas se lo comían con la mirada, pues el chico no estaba tan mal a su parecer, abdomen plano, unos brazos bien trabajados, ojos azules al igual que su cabello y una estatura que cumplia con sus ideales de “chico perfecto”, pero en cuanto se percataban del ramo de orquídeas en sus manos apartaban la mirada decepcionadas.

En cuanto a Mordecai, él ignoraba las miradas que de vez en cuando le dirigían pues su interior estaba hecho un lío, siguió al pie de la letra los consejos de su mamá; al principio pensó que era una buena idea...pero ahora que estaba a tan solo minutos de poner a prueba todo lo que planeo ya no estaba tan seguro de que tan bien funcionaria.

 

Su plan era muy simple y consistía en entrar al lugar y sentarse una mesa cerca de la cocina; así tal vez ver a Rigby y encontrarse con él para platicar las cosas, intentar acordar un mejor encuentro entre los dos donde lo arreglaran todo.

Tomó un largo respiro que lo llenó del valor suficiente para entrar al lugar, noto que se encontraba a tope el lugar así que con mucho esfuerzo logró encontrar una mesita vacía, se sentó y mientras esperaba a que el camarero llegara a tomar su orden miro las orquídeas en sus manos.

 

A Rigby no le gustaba mucho casi ningún tipo de flor, pero cuando se conocieron, recuerda que su madre solía plantar orquídeas de distintos colores y especies en su jardín. Uno de esos días en los que salió a la escuela sorprendió al chico castaño observando atentamente el conjunto de flores que adornaban su hogar, cuando le pregunto si le gustaban esas flores el chico solo salió corriendo con la cara muy roja. Tiempo después de ese incidente y ya cuando eran una pareja formal, Rigby se sincero con él y le dijo que en verdad amaba mucho las orquídeas, sin importar la especie; de alguna manera el recuerdo siempre quedó grabado en la memoria de Mordecai, pues en cada uno de los cumpleaños del chico de ojos café siempre le solía regalar un presente acompañado de una orquídea, incluso después del accidente; algo en su interior siempre le decía que lo hiciera.

 

-¿Señor? ¿Está listo para darme su orden? -Una voz sacó de sus pensamientos a Mordecai, quien no se había dado cuenta de que se había quedado sumido en sus pensamientos. Sin embargo eso no era lo más importante, pues quien lo llamó era nada más y nada menos que…

 

-Emm…¡mmh!..sí -carraspeó un poco con la garganta para que su voz se escuchara más grave, para suerte suya el camarero no le había dirigido la mirada al preguntarle su orden -lo único que quiero es un capuccino doble con doble crema y ...doble vaso.

 

-¿Doble vaso? -¿acaso lo estaba jodiendo? esa estúpida orden era una broma malisima que se le había ocurrido hacer cada vez que iba a la cafetería junto con…

Rápidamente dejó de anotar la ridícula petición y dirigió toda su atención a la persona sentada frente a él -No..puede ser…

 

-Hola, ya ha pasado un tiempo...Rigby.




Mordecai estaba frente a él, sonriéndole de forma tonta como a las chicas cuando intentaba coquetearles. Sus manos comenzaron a temblar y sus piernas actuaron por sí solas alejando a aquel chico, pero una mano detuvo su caminar.

 

-Por favor no te vayas -no quería escuchar su voz, esa voz que tanto tiempo amo al igual que a su dueño.

 

-¡Su..suéltame! -en un movimiento brusco logró liberar su muñeca de la mano del chico de ojos azules quien lo miraba afligido, pronto se percató que el ruido que estaban haciendo estaba llamando la atención de varios clientes.

 

-Por favor solo escúchame, tenemos que hablar.

 

-¿Hablar? Tú y yo ya no tenemos nada de qué hablar, así que si me disculpas tengo que atender otros clientes, alguien más podrá tomar tu orden -tan rápido como dijo esto intentó escapar pero nuevamente se vio atrapado por el agarre de Mordecai.

 

-No voy a dejar que te vayas tan fácil, no esta vez... porque ahora yo intentaré llegar a tú corazón Rigby ¡Voy a conquistarte! -esas últimas palabras activaron algo en Rigby, algo que le dio la suficiente fuerza para zafarse nuevamente de Mordecai y de paso soltar un puñetazo en la cara que lo tiró al suelo.

 

-¿Tú? ¡¿Conquistarme...a mi?! -si la escena anterior del puñetazo no había llamado la atención de los comensales, el grito de Rigby definitivamente lo logró y ahora todas las miradas curiosas estaban sobre ellos, incluyendo la de una chica detrás de la barra. -Eres un maldito, yo que más de una vez intente hacer que te fijaras en mí, más de una ocasión hice de todo para que me vieras más allá de un simple amigo y cuando al fin te percatas de mis verdaderas intenciones... ¿que haces? ¿eh? ¡¿Dime que es lo que haces?!

 

Mordecai impactado por la reacción de Rigby solo mordió su labio inferior y atino a bajar la cabeza frustrado.

-Así es, nada. No hiciste nada por mi, dejaste que me humillaran, incluso tú mismo me humillaste al no defenderme. ¡Ni siquiera intentaste hacer que esa perra cerrará su estúpida boca! -Poco a poco la voz de Rigby se rompía intentando sepultar sus sollozos en las palabras que gritaba -si solo viniste a burlarte una vez más de mi entonces déjame decirte que no vas a lograrlo -con calma se dio la media vuelta y se marchó dejando al chico tumbado siendo ahora el centro de atención de todos en el lugar.

 

Rigby se acerco a la barra y pasó al área de empleados, dijo a uno de los empleados que se tomaría el día libre; tal vez Marie lo despida por irse así después de la promesa que le hizo, pero esa era ahora una de sus más pequeñas preocupaciones.

Perdido en los recuerdos de los recientes acontecimientos, camino hasta llegar a su hogar junto a aquel que sabía que jamás lo iba a dejar, la persona con la que se sentía más seguro que nunca entre sus brazos. Más pronto de lo que esperaba llegó a su casa y al abrir la puerta lo encontró lavando un poco de ropa; notó que aún Allan no se había percatado de su presencia por lo que se acercó a él sin hacer ruido y lo envolvió en un fuerte abrazo.

 

-¡¿Que?! ¿pero que..? -su novio salto de forma muy graciosa haciéndolo sonreír un poco.

 

-Hola mi amor -aun sin soltarlo saludo lo más animado que podía a Allan.

 

-Rigby..¿qué haces aquí? ¿Que hoy no te tocaba cubrir a un amigo como mesero?

 

-Bueno yo…-Allan logro voltearse y al momento de mirar a Rigby pudo notar lo perturbado que se encontraba.

 

-¿Que sucedió mi amor, paso algo malo? -Vio asentir a Rigby despues de un momento -¿quieres contármelo? -el castaño negó, Allan estuvo a punto de insistirle más, pero antes Rigby lentamente asintió con la cabeza y comenzó a contarle sobre su desafortunado encuentro con Mordecai y sus afirmaciones de conquistarlo. La ira cubrió poco a poco la mente de Allan mientras Rigby narraba lo sucedido, pero logró controlarse un poco porque ahora Rigby necesitaba de su consuelo. Delicadamente lo tomó entre sus brazos y le dio un abrazo acompañado de un besito en la frente.

 

-Tranquilo mi amor, todo estará bien. Nosotros estamos bien.

 

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Eileen lo vio todo detrás de la barra, desde el momento en que Mordecai se hacía tonto en la entrada del local hasta cuando Rigby lo golpeo y escapó dejando al chico de ojos azules tirado en el suelo. Vio alejarse a Rigby en silencio, no tenía intenciones de ir tras él pues sabía que necesitaba espacio para pensar en lo que había pasado, en cambio Mordecai no se le iba a escapar tan fácil de la reprimenda que planeaba darle.

 

Poco después de que Rigby se haya marchado, una muchacha que al parecer era empleada del restaurante le pidió que se retirara debido al gran alboroto que había provocado; Mordecai por fin pudo salir del shock del puñetazo y de los reclamos del castaño, se levantó sacudiéndose un poco el polvo de sus pantalones en el proceso. Sin voltear a mirar a nadie salio lo más rápido que pudo de ahí; quedó como un idiota frente a todo el mundo y más importante, frente a Rigby ¿Como demonios se le ocurrió que llegando de la nada y pidiendo una charla, Rigby accedería tan fácil a sus peticiones? Iba tan molesto consigo mismo que no escucho los pasos apresurados que se acercaban a él.

 

-...¡¿Qué sucede contigo?! -Una pequeña mano en su hombro lo obligó voltear de forma brusca por la velocidad a la que había sido detenido, frente a él se plantó Eileen mirándolo muy furiosa -¿Que se te metió en la cabeza como para llegar así nada más? Más bien ¿porque demonios apareciste tan pronto?

 

-¡Mejor tú cállate! -la voz furiosa de la chica solo había provocado que su ira se incrementase, no quería escuchar más reproches de nadie -Tú sabías que el estaba aquí ¡y nunca te dignaste en decirme nada! Sabías muy bien que lo había estado buscando por mucho tiempo y fingiste no haberlo visto ¡No eres más que una hipócrita! -Eileen se sorprendió por las palabras de Mordecai pero no se dejó influenciar por el enojo de éste, en cambio se quedó callada escuchando todo lo que el chico de ojos azules quisiera soltar.

 

-¿Ya terminaste? -la cara roja de Mordecai y la expresión de confusión que puso le habían indicado que ya no tenía nada más que decir -En fin, si realmente quieres saber porque no te había dicho nada antes entonces acompáñame, no quisiera armar otra escena a mitad de la calle -Eileen comenzó a caminar sin mirar si Mordecai la estaba siguiendo o no, pues ella no dudaba en que de cualquier modo iría tras ella.

En cuestión de minutos ambos llegaron a una plaza comercial, donde tomaron asiento en una de las bancas cerca de una hermosa fuente que adornaba las afueras del edificio.

 

-Este lugar es muy bello ¿No crees? -Mordecai asintió a las palabras de Eileen, su enojo anterior se había calmado con la breve caminata y escuchar el caer de la fuente servía de complemento para la transición a la calma que estaba experimentando -Hace mucho tiempo venía aquí con una amiga a calmarnos y a platicar sobre los días en la escuela -la expresión melancólica que Eileen había puesto dejó intrigado a Mordecai ¿porque Eileen se veía tan triste de recordar algo así? Prefirió no preguntar nada por el momento.

 

-En fin, no venimos aquí a hablar de mi -redirigió su mirada a Mordecai quien la miraba atento-  Mira Mordecai, la verdadera razón por la cual no te conté que sabía donde estaba Rigby fue porque él ya está bien, quiero decir; él está en paz Mordecai, se ha establecido en una relación estable donde no sale perjudicado, por fin ha encontrado un lugar a donde pertenecer sin preocuparse de cumplir las expectativas de nadie más que las de el mismo. Fue porque no quería perturbar el proceso de adaptarse a su nueva vida que no te había contado nada antes, se que hice mal al no mencionarlo pero…

 

-No digas más, sé porque no me lo habías contado. Rigby ya se encuentra mejor aquí sin mi…

 

-¡No es eso!. Bueno sí..un poco -Mordecai bajo la mirada decepcionado y Eileen se apresuró a corregir lo anterior -Quiero decir, para Rigby todo esto ha sido difícil, él tener una vida diferente a la que se había acostumbrado, podría decir que sus sentimientos son un poco...inestables; quería esperar un poco más a que se establecieran mejor sus emociones para que por fin él fuera capaz de hacerte frente y responder de una manera más adecuada a tú presencia, pero el aun no estaba listo cuando llegaste hoy. -La culpa de nuevo se instaló en Mordecai, aun sin pensarlo le seguía haciendo daño a su castaño favorito.

 

-Es que yo...no podía soportar estar más tiempo sin el -Eileen se quedó callada, atenta a lo que fuera a decir Mordecai- Ya han pasado meses desde la última vez que hablamos, no puedo siquiera imaginar que haría si lo llego a perder para siempre; por eso cuando te seguí y vi que él estaba aquí, al otro lado de la ciudad, no dude en dar lo mejor de mi para que me perdonara lo más pronto posible.

 

-¿Me...seguiste? -La voz impresionada de Eileen le hizo darse cuenta a Mordecai qué le dijo que la siguió, su cara se puso roja y comenzó a tartamudear

 

-Aahm...yo...e..es decir..

 

-Jajajaja -volteo a mirar confundido a Eileen- era un juego. Yo dejé que me siguieras y la verdad no creí que al descubrirte aquí te pusieras así rojo, señor Po..por..¡Porky! Jajaja.

 

-¡Oye! -ahora la cara de Mordecai se tiñó de rojo nuevamente pero esta vez de la vergüenza causando una nueva oleada de carcajadas en Eileen - Entonces dices que dejaste que te siguiera…

 

-Jaja...sip, así fue -Eileen por fin logró recobrarse de la risa y se volvió a tornar un poco seria- pero solo lo hice para que supieras donde estaba Rigby y que estaba bien, no quería que te involucres tan rápido de nuevo en su vida. De hecho llegué a pensar que realmente todo alrededor de Rigby es mejor sin ti -Mordecai miró desconcertado a Eileen, ¿Si todo era mejor sin él, entonces porque intenta ayudarlo?- Piense lo que piense, no significa que sea la verdad absoluta, puede leer a Rigby y se que le muestra a todo el mundo que es feliz y que nada podría perturbar esa paz que lo rodea, sin embargo todo lo que esté relacionado contigo es un ciclo que necesita terminar, y seré sincera contigo Mordecai -la mirada de Eileen se afiló al instante y miró directamente al chico de cabello azul- realmente no me interesa si ese ciclo de la vida de Rigby termina contigo o sin ti al lado de él para que terminen viviendo “felices para siempre”, lo único que me importa es que nunca vuelvas a herir a Rigby de la forma en la que lo has hecho-

 

-Jamás volveré a hacer algo así -la rápida respuesta de Mordecai provocó una sonrisa en Eileen, ese grado de determinación y seguridad era lo que estaba buscando desde el principio en ambos de sus amigos, para que pudieran encontrarse de forma adecuada.

 

-En ese caso, te diré lo que debes hacer y saber para que la última posibilidad de reunirse con Rigby se hagan realidad para ti.

 

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-¿Y está rosa?

-¿Eh? -Rigby confundido se acercó a la puerta donde su novio recién recogía el correo.

 

-Ah, nada. Solo es un sobre con tu nombre al reverso.

 

-¿En serio? -El chico quitó el sobre de las manos de Allan y lo vió con mucha curiosidad -Solo mi nombre y nada más, es realmente extraño...hasta me da un poco de miedo abrirlo.

 

-Es cierto, además he escuchado de esto antes en televisión; te mandan correos misteriosos que tienen por dentro extraños químicos diseñados con el único propósito de infectarte con una enfermedad experimental -dijo Allan con voz muy seria.

 

-Je..creo que estas siendo un poco exagerado con esto ¿no crees? -un ligero tic se formó en el ojo de Rigby, escuchó un ligero “tal vez” de parte de Allan y procedió a abrir la carta; y, aunque odiaba admitirlo, con un poco de miedo por la paranoia de Allan.

Con mucho cuidado miró dentro del sobre y no encontró nada extraño, solo una nota en su interior -”Fui un imbécil, por eso quisiera verte a las 9 en el mismo lugar de la mañana. Mordo.”- leyó el chico en voz alta, suspiró y arrugó la nota entre sus dedos -¡Ja! ¿Y cree que voy a ir?, después de todo lo que me ha hecho, por nada del mundo volvería a ver a ese…-Rigby cerró los puños con frustración, aun con la nota en las manos, le dio vuelta y noto que la hoja era de uno de los cuadernos personalizados de Eileen -”ella lo ayudó”- Allan lo miró fijamente, cruzando en un solo instante una ligera sospecha que deseaba confirmar.

 

-Creo...creo que deberias de ir -En cuanto Allan dijo esto, una gran tensión cayó sobre ellos.

 

-¿Que..acabas de decir? -Rigby no podía creer lo que acababa de escuchar ¿Acaso Allan pretendía defender a Mordecai? ¿Se había vuelto loco o que? Él sabía mejor que nadie que no estaba dispuesto a hablar con Mordecai, no por ahora.

 

-Bueno -Allan bajo nerviosamente la mirada y con voz temblorosa continuo- es que estaba pensando en que si realmente quieres cerrar ese ciclo con el, entonces deberías de hacerlo, ¿qué podrías perder?

 

Rigby permaneció callado, pensando cuidadosamente en lo que Allan le estaba diciendo. ¿Realmente tendría que darle a Mordecai la última oportunidad que tendría para reencontrarse de nuevo? ¿Tan pronto? No ¡No podía hacerlo! Y es que aun Rigby no se sentía preparado para confrontarlo; pero por otro lado Allan tenía razón, ya no existía nada que perder ¿cierto? Y si no afrontaba a Mordecai de una vez por todas, entonces jamás sería capaz de hacerlo, por más tiempo que pasará.

 

Suspiro y miro a Allan con una sonrisa.-...está bien, lo haré.

 

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- Veras, Allan y Rigby forman una pareja peculiar, mientras que Rigby es el chico testarudo y perezoso que ya conocemos, Allan es inteligente, piensa y escucha las peticiones de Rigby, sabe cuando es necesario apoyarlo y cuando solamente quiere aprovecharse de la bondad de la gente, juntos forman un buen equipo, pues la tenacidad de Rigby y el pensamiento calculador de Allan se complementan casi de forma perfecta.

 

-Entonces solo se llevan un poco bien...supongo-dijo desanimado Mordecai al saber de fuente directa lo que ya estaba sospechando desde hace un tiempo

 

-Así es, ahora Rigby se encuentra bien protegido emocionalmente -miro como el chico bajó la mirada desanimado y prosiguió- Mordecai, tienes que alejarte de Margarita para siempre

 

-Eso es lo que ya he hecho, definitivamente no volveré a involucrarme con esa loca

 

-Se que ella te acoso por un tiempo y que detuviste todo tipo de contacto con ella, pero creeme ¡Ella jamás va a detenerse! -Mordecai se sorprendió por la declaración de Eileen, confundido miro a la chica

 

-Acaso...¿Hay algo que no me estás contando Eileen?

 

La castaña soltó un suspiro pesado y asintió- Así es, Mordecai así como tú conoces a Rigby desde la infancia yo conozco a Margarita desde que apenas comenzaba nuestra pubertad. Ella y yo estudiamos en la misma secundaria, congeniamos rápidamente y nació una fuerte amistad entre nosotras Ella solía soñar con el futuro, siempre me contaba que se convertiría en bailarina profesional y también que tendría una gran familia feliz -cerró los ojos y continuó- Una noche salimos a pasear por la ciudad después de los exámenes finales, ese día la madre de Margarita no pudo llevarnos porque estaba ocupada. Margarita imprudentemente tomó las llaves del auto de su madre y me arrastró con ella al cine, no estuve muy segura al principio pero finalmente me convenció; fuimos a la ciudad y no divertimos un buen rato, pero como todo en la vida...esos momentos no duraron mucho -la chica cerró los puños con fuerza, lastimando sus manos en el proceso- Ya era algo tarde y teníamos que regresar pronto, Margarita tomó varios atajos que estaban prohibidos... y...y… éramos tan solo una niñas...Margarita debía ver que un auto se acercaba...-finalmente las lágrimas bajaron por las mejillas de Eileen, Mordecai le dio palmaditas en la espalda para consolarla, la chica se las secó rápidamente y continuó- Ese día nos cambió la vida, el accidente me dejó en estado de shock y debido al trauma no pude subirme a ningún tipo de transporte en mucho tiempo, Pero para Margarita la pesadilla seria aun peor, el auto con el que chocamos embistió fuertemente en el lugar donde ella estaba, casi queda paralítica y aunque logró volver a caminar después de los tratamientos, su sueño de bailar murió en ese instante. El daño en la zona inferior de su cuerpo fue muy grave, pues también quedó estéril...era casi un milagro que aún pudiera seguir de pie después de esa noticia -Mordecai sintió mucha pena por la historia de la chica pelirroja que no había escuchado antes- Después de que recuperara completamente la movilidad de sus piernas, Margarita pretendía que todo estaba bien en su vida, que lo que habíamos pasado no le afectaba en absoluto...pero con el tiempo  esa faceta caía a pedazos frente a todos los que la conocíamos, todos sus amigos se alejaron poco a poco de ella excepto yo.

-¿Porque tú te quedaste con ella Eileen? -pregunto el chico con curiosidad

 

-Por que ambas pasamos por lo mismo, yo sabía cómo se sentía...no podía dejarla sola...Aun así las cosas ya no eran igual, crecimos y fuimos a la Universidad juntas, Margarita negaba rotundamente el hecho de que no podía quedar embarazada, aunque no lo dijera en voz alta. Escapaba casi todas las noche del edificio residencial de estudiantes para verse con chicos e intentar quedar embarazada de alguno de ellos; su salud mental empeoró y fue diagnosticada con ninfomanía. Al poco tiempo no solo desaparecía por las noches sino también por el día, me enteré que encontró a la persona con la que chocamos...se trataba de tú madre Mordecai -El peli-azulado pudo sentir perfectamente cómo palidecía así como los latidos de su corazón.

 

-No...eso debe ser un error…

 

-No Mordecai, chocamos contra ti y tú madre ese día, ese día perdiste la memoria, tú identidad y el amor que sentías por Rigby…-lágrimas silenciosamente brotaron de los ojos de Mordecai, Eileen tomó las manos del chico y continuo- Lo lamento tanto Mordecai, aunque el accidente no fue provocado completamente por nosotras...quería que lo supieras

 

La mente del chico era un desastre, pero pronto todo comenzó a tener sentido para el. el resentimiento que Margarita lanzó con su mirada la primera vez que se conocieron, el constante coqueteo de la chica contra cualquier chico, sus múltiples novios y su recién descubierta locura que tenía con el.

 

-Margarita acoso a tú madre durante mucho tiempo, dejaba cartas de odio en su correo, rayaba su auto y le pinchaba todas las llantas, tú madre no dejó que eso la afectara y denunciaba los crímenes, sin embargo un día llegó temprano a tú casa y encontró a Margarita en pleno acto intentando provocar incendio.

 

-Mi madre...jamás me contó nada de esto- dijo Mordecai sintiéndose traicionado

 

-Tal vez tenía sus motivos para no hacerlo -la chica miro a Mordecai quien tenía la frustración plasmada en su rostro- ¿estás bien?

 

-...si, puedes continuar

 

-Está bien, Margarita fue arrestada y pasó en prisión unos cuantos días. Se levantó una orden de restricción en contra de ella de no acercarse al menos 50 metros de ella y de tú casa...pero eso no aplicó para ti, fue ahí cuando Margarita decidió que si no podía vengarse de la madre, lo haría de su hijo. -Mordecai no sabia como reaccionar ante todo lo que Eileen le estaba contando, solo una pregunta rondaba su cabeza en esos instantes.

 

-Eileen, si tú sabías todo esto y conocias las intenciones de Margarita ¿porque no me lo habías dicho antes?

 

-Por qué no lo sabía Mordecai, Margarita es una persona difícil de leer pero en uno de sus arranques de locura me contó todo, no sabía que se trataba de ti hasta hace poco tiempo, creeme que de haberlo sabido te lo hubiera advertido muchísimo tiempo antes.

 

-Eileen..muchas gracias por compartir esto conmigo, ahora más que nunca se que debo hacer -dijo el chico con decisión, Eileen lo miró sonriendo. Ambos se sorprendieron un poco cuando el celular de la chica sonó.

 

-Es Rigby -dijo la castaña mientras veía el mensaje, Mordecai al instante se puso algo nervioso y espero- El...acepto.

 

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Mordecai se frotaba nervioso las manos, estaba mirando una y otra vez la entrada del restaurante de Marie, quien le hizo el favor de reservar una mesa para que pudiera resolver las cosas con Rigby. Sabía perfectamente lo que tenía que hacer una vez llegara el chico, pero eso no le quitaba los nervios de volver a encarar a su adorado castaño.

 

Por fin la puerta del restaurante se abrió dando paso a Rigby, quien iba vestido semiformal, el aire escapó de sus pulmones al darse cuenta de lo ciego que había estado durante tanto tiempo al no notar lo hermoso que el castaño era cuando vestía de aquella manera.

 

-Ho-hola -Mordecai por más que quisiera no pudo evitar el tartamudear frente a Rigby una vez que llegó a la mesa

 

-Hola -contestó con simpleza el castaño tomando asiento frente al peli-azulado.

 

Ambos pidieron una orden cuando el mesero se acercó hacia ellos, un incómodo silencio se formo entre ambos, Rigby dejaría que Mordecai fuera el primero en hablar y este último solo deseaba alargar los más posible el tiempo compartido con Rigby, pues de alguna forma sabía que si fallaba esa noche tal vez no los volvería a ver nunca.

La comida extrañamente no tardó mucho en salir de la cocina y pronto ambos comenzaron a comer.

 

-Esta comida es exquisita -exclamó Mordecai feliz.

 

-Si, lo sé -Mordecai miró con tristeza a Rigby por su respuesta tan cortante.

 

-Rigby yo…-el castaño soltó los cubiertos en ese instante y ambos sintieron su mundo reducirse únicamente al chico que tenían en frente- lo lamento...mucho. Lamento no haberte dicho antes que yo...ya tenia mis recuerdos.

 

-Debiste habérmelo dicho Mordecai, tenía el derecho de saberlo -Rigby se contuvo de no gritar todo la frustración y enojo que realmente sentía -Cuando me enteré gracias al Doctor Wally que ya conocías todo...me sentí como un completo idiota.

Mordecai se mordió el labio inferior con frustración, cuanto deseaba cambiar el cómo se dieron las cosas.

 

-Es verdad que me sentí como basura cada vez que recordaba como me ignorabas y me tratabas frente a todo el mundo aun si sabías lo que sentía por ti, pero aun así...yo creo..que yo... te perdono Mordecai -el nombrado levantó la mirada asombrado por lo que acababa de decir el castaño- Pero no creo que ya nada sea posible entre los dos.

 

-Ah..¡¿Q-Qué?!

 

-Ya tengo una relacion ahora Mordecai, soy muy feliz justo como vivo ahora -una tímida sonrisa iluminó el rostro de Rigby mientras Mordecai sentía que todo comenzaba a volverse gris.

 

-P-pero... ¡yo!

 

-Lo siento Mordecai, ya lo dije, no se puede. -Completamente frustrado el peli-azul tuvo una maravillosa idea.

 

-Entonces podríamos ser amigos de nuevo ¿no crees? -esa pequeña esperanza que albergaba en el corazón de Mordecai... se vio opacada rápidamente.

 

-No -En ese instante el mundo se cayó a pedazos para Mordecai, todo por lo que había trabajado, sus esfuerzos, alentarse a sí mismo y sincerarse con todos al final de cuentas no le dio nada de regreso, ni felicidad ni paz -Sabes que eso no es correcto ni justo para ninguno de los dos.

 

El castaño se levantó con delicadeza y tomó su abrigo- La cena estuvo deliciosa, yo pagaré mi parte de la cuenta. Hasta luego y cuidate Mordecai.

 

El peli-azulado no se atrevía a levantar la mirada y observar cómo el chico abandonaba el lugar sin más. Al poco tiempo el tambien se fue a casa a llorar sus penas.

 

Un muchacho alto observaba desde fuera del restaurante la triste escena con melancolía.

 

-Rigby, eres un mentiroso...tú no eres feliz conmigo- Allan le sonrió a la nada.

 

Notas finales:

Muchisimas gracias por leer!!!!


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