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Almas Gemelas © (Marvel Boys Love) por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

Capítulo FINAL. Espero les gustara este fanfic que salió de ver Endgame, fan art (imágenes) y quedar INCONFORME con el destino de Rogers. Digamos que MCUSteve es el rubio que menos me gusta xDDDD.

 

 

 

 

Amanece. Oyéndose inusual trinar de los pájaros y sonidos de la naturaleza, en vez de una ciudad plagada de autos, contaminación y villanos. Exhalando Peter por el agradable despertar. Hace mucho no disfrutaba uno igual. Realmente, desde que se convirtió en héroe.

Adormilado abre sus ojos, encontrando mancha triangular cerca de su almohada.

Frota su mirada con su puño, observando, aclarándose su visión lo suficiente para permitirle reconocer la fina caligrafía de su padre.

–Una carta de papá... –balbucea, cerrando nuevamente sus ojos. Total, estaba castigado en la escuela–

Un segundo... Sale de la cama de un salto (reflejos arácnidos lo salvan de un suicidio por una sábana enredada), atrapando entre sus manos el sobre. Carta de Steve Rogers dedicada a él.

–Papá? –llama, dudoso–

Va en busca de su progenitor rubio, encontrando a Pepper dormida en medio de la sala, asimismo, frente a la mesa, varias cartas.

–Papá...?

Dudoso se acerca, dando vistazo a los sobres. Anegándose sus ojos cuando pudo notar los diferentes nombres. Sin embargo, sonrisa adorna su rostro. Comprendiendo que su padre decidió ser feliz de la única manera que lo lograría.

 

 

 

 

Cap14 Ir en contra del Destino.

 

 

 

 

Rápido y ligero desayuno que consiste en una tostada con mantequilla y medio vaso de jugo. Preparándose para salir y dar una vuelta. Inconscientemente luce una sonrisa por los recuerdos de cierto rubio que llegó abruptamente a su vida.

Oye la puerta ser tocada. Limpiando sus manos y boca de las migajas va a abrir. Encontrando ausencia de persona. Tal vez, alguno de los niños con bastantes motivaciones renovadas.

–Poco a poco vuelve la normalidad, eh. –suspira Sam, admirando su alrededor–

Para su sorpresa, maleta circular yace recostada a un costado del muro. Curioso vuelve a mirar las calles. Persistiendo la soledad a esa hora de la mañana.

Dentro de casa desliza una porción del cierre el inusual paquete, golpeándolo la sorpresa. Lo suficiente para necesitar sentarse. El escudo intacto del Capitán América.

–Qué rayos... –abre el resto de la maleta, confirmándolo–

¡Lo era! Como no reconocer el característico escudo que el rubio ostentaba. Eleva el objeto sobre su cabeza, bastante liviano para el enorme valor que significaba. Mide en sus manos, maravillado con sus vivos colores y la leyenda tras este.

Modelándolo en su mano lo gira, encontrando entre las correas una nota.

–Esto...

Dile a Buck que me perdone, pero no soy tan fuerte para dejar mi pasado atrás. Seré egoísta y me aferraré a esa pequeña esperanza que el destino quiso ponerme.

El escudo queda en las mejores manos

Steve.

 

Queens.

–Adiós, Happy. Nos veremos en la tarde.

–No soy tu chofer, niño. No lo tomes como costumbre.

–Recuerda, tú te ofreciste. –opina Peter saliendo–. Por lo tanto ¿nos veremos después de mis clases? Quiero invitar a mis amigos hoy.

–Por qué no lo hace Spider-Man?

–Muy gracioso.

–Oye, chico. Me llamó Nick, preguntando sobre el Capitán. El Capitán de la tierra. Rogers. –aclara. Fue una sorpresa saber que los Vengadores tenían “otro Capitán”– ¿Sabes algo?

–Nooo. –alarga la “o”, desviando su mirada–. Nos vemos, Happy. –trota, evitando el bombardeo–

–Tu tío Rhodes viene mañana.

–Qué?! –frena, virando a verlo– ¡Por qué! –dramatiza en medio de la puerta. Notando los cuchicheos y risas de los jóvenes, pasando a su lado–

Ignora la sonrisa en Happy, ingresando. Chasqueando su lengua y pensando las miles de justificaciones por no haberlo llamado. Justamente, viendo a Ned y Harley esperándolo en medio del pasillo.

–Salgamos hoy. Después de clase. Bueno, después de realizar el castigo. Mi invitación sigue en pie. –propone, iniciando las pisadas, quedando en medio de ellos–

–Apruebo eso. –sonríe Ned, yendo a la cabeza, sonrisa radiante–

–Exceso de azúcar o a algo más se debe la alegría en él? –inquiere Peter. No obstante, nota la mirada de Harley taladrarlo, abochornándolo e ignorándolo–

–Una chica le dio su número. Creo que se llama Betty. Te ves diferente, Peter.

–Eso es bueno o es malo?

–Estás más alegre que cuando te conocí.

–Tuve una buena noche. Jugué a la cacita con mi hermana.

–Solo eso. –persiste Harley, sonrisa en sus labios–. Entonces, esa cama y tu hermana ya son mis mejores amigas por animarte a seguir adelante.

Grito interno libera Peter, frenando, gesto inexpresivo. Neuronas sufriendo un paro por la connotación de las palabras. Compartiendo mirada con Harley, reconociendo esa sonrisa en sus labios, esperándolo a pocos pasos.

–Oigan! ¡Qué tanto hablan ustedes dos!

Niega Peter, iniciando la marcha, sonrisa en sus labios y calorcillo placentero. Tal vez, ese año escolar no iría tan mal.

 

 

–Sucede algo? Me estás viendo con mucha insistencia. –trasmite un poco incómodo. No le agradaba ser el foco de atención–

Dentro de la biblioteca, compartían la labor de limpiar enormes montañas de libros.

Harley meditaba profundamente sobre la jugada del destino.

No tenía nada que ver que, en su primer encuentro y en un ágil e imperceptible movimiento de muñeca, lograra sacar el cuaderno del bolso. Mayormente porque el cierre no fue totalmente cerrado. Ni mucho menos tenía la culpa el pedido del mismísimo Tony Stark, su mentor en convertirse en el protector de su devastado hijo.

No. Peter verdaderamente empezaba a agradarle. Sus ojos dorados ya no tenían ese brillo de antaño. Él deseaba ser quien lo recuperara.

–Eh? No. Nada. Simplemente pensaba en si tienes novia ¿Novio?

–Ah... –abre su boca, luego cerrándola. Nuevamente abriéndola y empezando a boquear–. Ah... ¿Eso que tiene que ver? –ríe nerviosamente–. Por causalidad, ¿me estás coqueteando?

–Funcionó?

–Mierda. –murmulla, sin embargo, luego apoya la mano contra su boca por la mala palabra. Dando un vistazo a su alrededor. No. Su padre no estaba cerca–. ¿Me estás coqueteando? ¿Tú?

–Qué tiene de malo eso? Simplemente me agradaste.

–Es que tú... –mueve su mano abarcándolo. Rubio de ojos azules y sonrisa encantadora ¡Cualquier chica lo desearía!–. Es que tú...

–Yo qué, Peter?

–Eres... Eres... Eres el tipo chico de ojos lindos, líder del equipo de futbol que cualquier animadora desearía llevar al baile escolar.

Ahora es el turno de Harley en ruborizarse. Aclarando su garganta, recobrando su sonrisa.

–Peter, igualmente eres guapo. Me gustan tus ojos por cierto.

–Ok. Suficiente. –se levanta como un resorte, rojo granate, volcán en erupción–. Volvamos a trabajar. –tras decirlo, hecha sobre sus brazos gruesos libros y literalmente huye a un lugar menos acalorado–

Ríe el chico rubio por lo causado en Peter. Sí, ese chico le agrada por fuera de su misión.

 

*                      *                      *                      *

 

Días después.

–Sí, Harley. No estaré en casa. Debo hacer algo importante.

–Lastima, deseaba secuestrarte a algún lugar cursi y romántico.

–…. –aclara su garganta, desviando sus ojos a cualquier punto–. Eso… Tal vez cuando regrese. –opina con pequeña sonrisa, descendiendo del vehículo con maleta terciada en su hombro. Indicándole Happy con señas que lo siguiera–

–En serio eso me agradaría. ¿Puedo llamarte o escribirte?

–Claro. No es taaan importante. Mi teléfono estará disponible “Dios, Peter. Parece como si fuera tu novio”. Rayos.

–Dijiste algo?

–Cuídate. Y saluda a Ned por mí. –corta antes de que metiera la pata. Frenando cuando sus ojos hicieron contacto con el enorme vehículo que los transportaría–. Wow. Es… Es enorme.

–Va bastante bien tu relación con ese chico. –opina, ascendiendo la escalerilla, sonrisa bromista–

–Solo es mi amigo. No creas todo lo que May te diga. –frena en uno de los escalones, dando último vistazo a aquel hibrido de avión y quinjet– ¿En serio iremos en esto? –pregunta Peter girando en su puesto, observando su alrededor, arrojando su maleta a una mesa al azar–

–Tu regalo de cumpleaños anticipado. Así llegaremos más pronto a dónde deseas ir. –orgulloso trasmite Happy de “copiloto”–. Por cierto, cómo te fue con Rhodes.

–Sobreviví pero a cambio debo visitarlo alguna vez al mes por lo menos. –sonríe un poco, acercándose a los paneles virtuales de la aeronave. Riendo por lo asombroso– ¿En serio papá lo dejó para mí?

–A Morgan le dejó otro regalo, solo que lo recibirá cuando esté lista.

–Lista? –da algunos pasos, curioseando en los botones o lugares secretos– Lista para qué.. ¿No me dirás verdad? –fija su mirada en él por el silencio–

–Ya lo sabrás, chico. Por lo pronto ¿a dónde vamos?

Saca Peter su teléfono con los lugares a los cuales debía ir. Entre ellos, Wakanda. Recordando que eso le tomaría más de lo pensado. Sentándose en la parte trasera en vez de copiloto, notando varios botones a un costado de su silla. Curiosidad Stark-Rogers naciente, lo motiva a juguetear, sobresaltándose por la pantalla holográfica y un archivo reciente.

–Sería más conveniente escribir un permiso. ¿Este es el archivo del Iron Spider, verdad? –deja a un lado su teléfono, checando la imagen. Trabajando en ideas nuevas para modificarlo–

–Descuida, para Nick Fury es conveniente que salgas de la depresión. Con tal de que no repitas algunos errores del Jefe.

–Qué tienen que ver ex el líder de SHIELD en esto? –eleva su mirada–

–Qué crees tú, chico?

–Oh no. No, no, no, no… No lo haré. –niega seguro– ¡Estoy en la escuela! Además, hay demasiados héroes en el mundo. Justamente tendré que ir a dejar las cartas que dejó mi padre y no sé qué decirles cuándo me pregunten sobre el paradero del Capitán América. Así que no. Simplemente seré el buen vecino Arácnido. Fue suficiente viajar al espacio y desaparecer. –refunfuña lo último, regresando a distraerse–

Da vistazo a su maleta, donde yacían las cartas que su padre dejó. Exhalando largamente por la nueva misión autoimpuesta.

Happy suspira, negando. Mientras la tecnológica aeronave sobrevolaba el aire.

 

*                      *                      *

           

Meses después. Tierra Desconocida

Luego de lograr un pequeño tiempo sin quehaceres, quiso ir a sentarse en la playa. No fatigándolo la soledad sedante, los sonidos del ambiente y brisa húmeda de las olas. Llevando consigo el baúl de madera a un costado.

Las olas golpean la orilla, agitando la brisa su cabello y sus prendas comunes y aptas para ese clima tropical. Recordando la evolución en su vida. Cambios bruscos que lo obligaron a madura y no creer en cuentos de hadas (aunque a veces, se ilusionaba. Como en ese momento).

Oye pasos a su espalda, seguido de unos brazos rodear su cintura, arrodillándose en la arena.

–En tu estado, no es recomendable estar tanto tiempo sentado, Steve.

–Solo quería sentir la playa. –responde, percibiendo beso en su mejilla–

–Cómo estuvo tu día?

–A la gente le extraña que aunque esté gordo, me vea y cito «Demasiado lindo para ellos» ¿En serio me veo lindo? –inquiere, frotando sus manos sobre los brazos morenos–

–Como un osito. –besa nuevamente. Da un vistazo, logrando reconocer la caja– ¿No lo has visto aún?

–Ah, eso... No. –baja su mirada– ¿Soy un cobarde, no? Además de abandonar a mi hijo, no soy capaz de ver el mensaje que Tony dejó para mí.

–No es cobardía. Simplemente miedo con lo que te puedas hallar. Yo sé demasiado de eso. Qué tal si, mientras hago el desayuno para ti y el bebé, tú le das un vistazo. –sin esperar respuesta, da suave caricia al bulto debajo de la ropa del rubio, y último beso; esta vez en sus labios–

Dudoso, desvía Steve su mirada en el objeto. Hace mucho halló la contraseña, con solo presionar en su escudo, panel digital la requirió. El día de su matrimonio. Debió suponerlo. Pero aún no se atrevía a ver qué había dentro.

–Bien. –exhala lentamente, sujetando la caja de los extremos, dejándola frente a su posición–.

Presiona el escudo, alejando sus manos, abriéndose pequeña ventana circular en el centro y desplegándose la imagen del castaño en tonalidad azulada. Primando la elegancia en él.

Bueno, no sé cómo romper el hielo, así que solamente diré hola.

–Hola, Tony.

Curioso, decide 616 Tony asomarse a uno de los ventanales, logrando con claridad la imagen en la playa.

Notas finales:

Sip, es el final. Tal vez haga un epílogo. TAL VEZ.


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