Desde que Malfoy supo de aquella extraña técnica muggle para dejar algo grabado sobre la piel, no pudo quitarse de la cabeza que quería intentarlo algún día, no sabía mucho sobre el tema, de hecho, escuchó a Harry y Hermione hablando sobre eso aquel día
El par de amigos, charlaba sobre qué clase de forma o figura "tatuarían" sobre su piel, y si acaso esta tenía algún significado
Malfoy conocía muy poco, casi nada sobre ese aburrido mundo muggle, pero ese tema de los tatuajes llamó su atención ¿Cómo era posible que simples seres no mágicos pudieran grabar para siempre algo en la piel? Sin ninguna clase de magia, sonaba sin duda fascinante
Así, desde aquel día, se dio a la tarea de investigar sobre el tema. Las vacaciones de invierno estaban por llegar y sería buen momento para enterarse más sobre ese asunto. Discretamente siguió al trío de buenos amigos por si acaso hablaban de nuevo sobre el tema, sin embargo, no fue así.
Pasaron un par de días y al no obtener el resultado deseado, decidió, al primer día de las vacaciones, darse a la tarea de ir al mundo muggle para saber más del tema
En vísperas de la Navidad, festividad a la que su familia no daba mucha importancia, decidió caminar por las calles de la llamada Londres, así tal vez, se empaparía con el tema ese de los tatuajes
Draco se preguntaba qué es lo que él grabaría en su piel, algo que no se destruiría fácilmente y que, según la tonta de Hermione, debía tener algún significado especial. Aunque no sabía mucho sobre ese tema muggle de los tatuajes, sin duda venía a su mente la marca tenebrosa que portaban los mortífagos, aunque claro, aquello se lograba con magia, no con alguna técnica muggle misteriosa
—No es posible, no logro descifrar el truco ¿habrá acá algún periódico relevante que hable del tema? —comentaba de mala gana mientras caminaba por las calles de Londres
Después de varios minutos de buscar, se topó con una tienda extravagante de muchas luces neon, en la fachada estaba escrito "Tatto", rápidamente sus ojos se iluminaron, seguro ahí estaba la respuesta, así que se acercó ahí
A través del cristal, pudo ver a una persona recostada en una especie de silla reclinada, nunca antes vio algo como eso. Un hombre a su lado, con una cosa extraña en su mano, parecía estar trabajando sobre la piel del brazo derecho de esa persona, se escuchaba un ruido chistoso
Quien recibía el trabajo del tatuaje, tenía los ojos llorosos y hacía gestos nada agradables, parecía que le dolía aquello, podía ver incluso algunas gotas de sangre alrededor del trabajo, estas eran limpiadas enseguida por el hombre
—Le duele ¿Por qué alguien querría hacerse algo que duele? Estos muggles son unos salvajes —se quejó Draco, alejándose de ahí
Estaba algo asustado, jamás creyó que vería semejante espectáculo, eso de los tatuajes era un truco muggle nada agradable, casi parecía que quien se tatuaba estaba recibiendo la maldición cruciatus
—Al diablo Potter ¿Por qué querría yo hacerme algo así? —pensó detenidamente
Luego, un rojo carmesí adornó su rostro, recordando las palabras de la tonta sangre sucia de Hermione "Pero es lindo ¿no Harry? Poder tatuarte algo muy significativo y llevarlo siempre contigo, es casi romántico"
—Patrañas —bufó enojado— Yo, Draco Malfoy ¿Qué podría ser tan importante para mí como para dejarme hacer algo así?
Aunque pensaba eso de forma superficial, muy en el fondo él sabía que la realidad era otra
En un principio se sintió abrumadoramente incómodo, después, cuando la sola idea atravesó claramente su mente, pensó que de seguro alguien le había dado una pequeña dosis de Amortentia que lo dejó algo bruto, después, tras darle vueltas y vueltas al asunto llegó a la conclusión de que tal vez, solo tal vez, le gustaba un poco, casi nada, o quizás mucho, el estúpido de Harry Potter
—¡Maldición! ¿Por qué debo pensar esas cosas? —molesto, continuó caminando por las calles de Londres
Los muggles cada vez le parecían más insoportables, pero la curiosidad lo tuvo andando de aquí para allá, pasó por varios de esos lugares de tatuajes, pero en todos encontró escenas bastante similares, en algunos, incluso vio personas llorando mientras les tatuaban, un hombre incluso estuvo a punto de desmayarse, mientras una mujer a su lado, sostenía con fuerza su mano, animándolo mientras le decía que ambos llevarían ahora tatuados el símbolo de su amor
—"Es casi romántico" —recordó las palabras de la tal Hermione
Si él, Draco Malfoy, quisiera tatuarse algo significativo y que, pese a sus propios reproches, se tratara del maldito de Potter ¿Qué sería?
Fue entonces, que decenas de escenas junto a él vinieron a su mente, desde aquella noche de la llegada a Hogwarts, cuando le ofreció su amistad y fue rechazado por aceptar la del pobretón de Ron Weasley, hasta esa última mañana antes de las vacaciones cuando lo vio alejarse en compañía de sus insulsos amigos, mientras él pensaba si algún día sería capaz de expresar ante él sus sentimientos.
Lanzó un largo suspiro y terminó de recorrer las feas y malolientes calles de Londres, estaba por oscurecer y era mejor regresar al mundo mágico antes de ser reprendido por sus padres.
Luego de aquel día, Draco no dejó de pensar en todo el asunto ese del tatuaje, malditos muggles y su maldita vida aburrida ¿Cómo se atrevían a tener algo tan interesante como eso? Sin ayuda de magia, sin habilidades especiales, solo un simple aparato ruidoso que hacía sangrar la piel, ni él mismo entendía cómo es que estaba tan obsesionado con el tema
Pensó y pensó en lo que se haría sobre el cuerpo si es que se animaba a hacerse un tatuaje, él no era el hombre más valiente, pero ¿valdría la pena hacerse eso por un gusto que seguramente pasaría con el tiempo?
Porque de algo estaba seguro y es que no estaba enamorado de ese Potter, no, solo le gustaba, quizás debido al enigma, a la curiosidad que algunos temas muggles estaban despertando en él últimamente, pero nada más
—Amar a Potter, vaya tontería —dijo con mal humor— ¡Es un hombre! Y su madre era hija de muggles, es una vergüenza realmente, además, guapo no es ¿o sí?
Entonces lo recordó, delgado, piel clara, ojos verdes esmeralda, aunque no tenía buen porte, en realidad no era feo en absoluto, su rostro era de rasgos finos y aquella cicatriz en forma de rayo le hacía ver más interesante de lo que realmente era
—Bueno, tampoco es que sea horrible —analizó con más profundidad
Caminó por los pasillos de Hogwarts, rumbo a su próxima clase, encantamientos, aunque no era su favorita, al menos no resultaba tan aburrida como pociones. En el trayecto, se cruzó con el dueño de sus pensamientos en los últimos días, aunque éste ni siquiera lo volteó a ver, porque como siempre, iba acompañado de sus dos tontos amigos
Giró hacia atrás una vez que pasaron de él, miró fijamente aquella espalda y suspiró. Anhelaba poder acercarse y abrazarlo, olfatearlo un poco y perderse en su esencia. Por primera vez en su vida tuvo que admitirlo, estaba enamorado del inútil de Harry Potter.
Terminó el año escolar y tuvieron que volver a sus casas, para Potter todo cambió aquel año, perdió a su padrino, el apestoso de Sirius Black estaba muerto, y aunque a él eso no le importaba mucho, debía admitir que le dolió mucho verlo tan desanimado y triste, quería consolarlo, pero sabía que era imposible
Un día, volvió a Londres, había tenido mucho tiempo para pensarlo, después de darle miles de vueltas lo tuvo, la idea para un tatuaje, estaba decidido
Tuvo que conseguir dinero Muggle, una vez que lo tuvo, entonces buscó la tienda de tatuajes que le pareció más confiable
Odiaba la idea de que esa cosa puntiaguda que llamaban aguja tocara su piel y la hiciera sangrar, pero tomó aquella decisión y no se echaría para atrás, tal como si se tratara de un juramento inquebrantable, no claudicaría
Entró en la tienda, no había más clientes de momento, un hombre fornido y con cara de pocos amigos lo llamó, indicándole que se sentara en la sala de espera, ahí donde le daban instrucciones de lo que querían tatuarse
Draco no quiso ninguno de los diseños feos que estaban en esas hojas, él tenía su propia idea, así que hizo un dibujo lo mejor que pudo y explicó
Una figura como de rayo y debajo de esta una fecha. Un diseño de lo más simple y obvio, pero que para él tenía el mayor de los significados. Haciendo alusión a la cicatriz y, además, agregando la fecha en que conoció a Harry Potter, el hombre del que, pese a su malestar, estaba enamorado.
—¿Seguro niño? —preguntó de mala gana el tatuador
—No soy un niño —reclamó molesto— Solo hazlo
El hombre indicó a donde debía irse y luego que Draco se acomodó, preguntó en dónde quería el tatuaje, Malfoy se quitó la camisa y señaló su pecho, a la altura del corazón. Por fortuna, su piel era lampiña y no fue necesario depilar, solo limpiar el área
Aunque sentía desconfianza por el proceso, estaba decidido y no se arrepentiría en el último momento, sin embargo, el sonido del aparato era peor estando cerca, sin contar que, al primer contacto con la aguja, pegó tremendo grito que detuvo por completo al tatuador
—Tranquilo chico, no es para tanto —dijo entre enojado y con ganas de reírse, le habían tocado hombres chillones, pero no al primer movimiento
—¿Está demente? —preguntó histérico— Podría hacerlo menos doloroso, un hechizo quizás
—¿Hechizo? —inquirió confundido, no entendía nada
—No, yo, quise decir…
—Tengo alcohol —comentó sin darle más importancia— Pero ¿Qué edad tienes? ¿eres mayor de edad?
—Por supuesto
—¿Y tú identificación?
—Ah, olvídelo —dijo molesto— Hágalo entonces
—¿Dejarás de gritar como una niñita?
—¿Qué le pasa? Insolente —habló con disgusto ¿Qué se creía ese muggle?
—Vaya que eres gruñón… además de llorón, ya acomódate —señaló de nuevo la silla
Draco se acomodó de nuevo, sacó de la bolsa de su pantalón un pañuelo y lo dobló, introdujo la tela en su boca para morderla y así ahogar sus gimoteos
Cerró con fuerza los ojos y esperó a que se terminara la tortura, sin duda esos muggles eran unos salvajes incivilizados, usaban trucos extraños y dolorosos, sin duda no los entendía en absoluto
Luego de un largo rato, finalmente el martirio estaba llegando a su fin. Miró el resultado, pero su piel se veía algo irritada y no lucía del todo el trabajo final
El hombre le explicó a Malfoy todos los cuidados que debía tener con el tatuaje, evitar la infección y todo lo demás, aunque él no entendía mucho, sonaba muy serio, así que lo haría sin mayores preguntas. Pagó por el trabajo y salió de ahí, sintiendo aún los estragos del dolor.
Pasó el tiempo y aun el siguiente año escolar no comenzaba en Hogwarts. Malfoy encontró la mala costumbre de seguir vagando por el mundo muggle, ya no parecía tan detestable, pero continuaba sin entender mucho de su forma tan aburrida de vivir
El domicilio de los tíos de Potter parecía ser información casi clasificada en el mundo mágico, era como si el secretismo alrededor de este fuera un tema implícito, por lo que no pudo averiguarlo, sin embargo, prestó atención en algunos dimes y diretes para al menos encontrar alguna referencia últi
Draco tenía mucha curiosidad en saber cómo vivía Harry en el mundo muggle, y vaya, ¿Quién lo diría? Que él, Draco Malfoy, por culpa de un secreto amor, estaría ahí aquel día, con una mínima esperanza de ver, aunque sea de lejos, al objeto de sus afectos
Finalmente, un día lo logró, en las cercanías de Privet Drive no. 4, lo vio salir de casa de sus tíos, no parecía muy contento, musitaba algo de forma malhumorada. El corazón de Draco latió con emoción, debía admitir que lo extrañaba, seguía siendo el chico desaliñado que parecía no conocer el peine, su caminar despreocupado le hacía ver interesante, como siempre
Sonrió sin apenas darse cuenta y lo siguió de forma sigilosa, Harry caminaba a paso rápido y un poco torpe, queriendo parecer firme. Entró en un lugar, donde Draco no entró, miró aún a la distancia, escondido tras un árbol, poco después Potter salió, traía en su mano una bolsa y revisaba el interior, seguro que de casa de sus tíos lo mandaron a comprar algo y por eso estaba molesto
—Esos muggles se atreven a tratarlo como si fuese elfo doméstico ¿Qué les pasa? —expresó con molestia, caminando tras Harry sin darse cuenta que tenía a su paso una piedra
Draco tropezó y al caer al suelo emitió un quejido fuerte, en ese momento Potter volteó hacia atrás, al ver a su enemigo natural se sorprendió
—¿Malfoy? —preguntó extrañado, acercándose a él
—Maldición —musitó, sintiéndose avergonzado
Draco se levantó del suelo, se sacudió las ropas y las palmas de sus manos, resopló con resignación y finalmente dio la cara, sonrió con incomodidad
—Ah, que desagradable sorpresa, pero si es Harry Potter —comentó con desdén, aunque en realidad se moría por abrazarlo
—¿Qué hace Draco Malfoy codeándose con los muggles? —preguntó confundido
—¿Y a ti qué te importa?
—Es verdad, no me importa. Solo fíjate por donde caminas —rio divertido
Harry se dio media vuelta y se alejó enseguida, Draco, al ver que se marchaba como si él no existiese, sintió un vuelco en el corazón. Por inercia comenzó a caminar tras él
—Eres tan bobo Potter —habló mientras le seguía
—¿Qué quieres Malfoy? Regresa a tu casa, no vaya ser que estar tanto tiempo rodeado de muggles y "sangres sucias" te vaya afectar tu linda "sangre pura" —expresó con desdén
Draco se quedó quieto, dejó de caminar unos segundos y luego continuó
—¿Sigues ahí? —cuestionó Potter, girándose un poco hacia atrás sin dejar de caminar
—¿Podemos hablar?
—¿Qué? —aturdido, se giró hacia atrás, deteniéndose— Tú y yo ¿Qué tendríamos que hablar?
Malfoy se quedó mudo, era verdad ¿Qué pretendía? ¿confesarle sus sentimientos? ¿hablarle del tatuaje? ¿decirle lo mucho que le extrañaba? Habló por impulso y ahora no sabía qué hacer
—Es que yo…
—Malfoy ¿estás embrujado? —se acercó unos pasos hacia él y analizó su rostro— ¿O no eres Malfoy? —miró más detenidamente— ¿Acaso alguien te reemplazó con una poción multijugos?
—¡Cállate estúpido Potter!
—Pero eres tú quien quiere hablar —espetó confundido
Draco estaba sonrojado hasta la médula, confundido y avergonzado ¿Qué debía hacer?
—Ah ya sé, estás perdido ¿cierto? No sabes cómo regresar —suspiró largo y tendido— Tía Petunia enloquecerá si no llevo esto, acompáñame a casa y luego te ayudaré a regresar
—Sí como sea —aceptó enseguida, para sorpresa de Harry
Tímidamente caminó detrás de Potter, luego, poco a poco y discretamente se emparejó y caminó a su lado, los dos en completo silencio. Malfoy miraba de reojo a Harry, sintiéndose feliz, nunca en su vida aquel sentimiento había acudido a él, era extraño y bonito al mismo tiempo
Llegaron a casa de los Dursley, enseguida Draco llamó la atención de sus tíos, por fortuna su primo no se encontraba ahí, después del ataque del Dementor, había quedado más estúpido que de costumbre y no tenía ánimos de aguantarlo
—¿Por qué traes gente extraña a casa niño? —preguntó de mala gana la mujer
—¿Gente extraña? Esa es usted —pensó ofendido, pero se abstuvo de contestar
—Compañero de la escuela, lo llevaré a casa —respondió Harry
—¿Puedes hacer eso? —preguntó el tío Vernon
—Supongo —contestó Potter sin mucho afán— Vamos —indicó Harry al otro mago
Malfoy dirigió una final mirada de desdén hacia los Dursley, luego ambos chicos salieron de la casa
En realidad, Harry no tenía forma de regresar al mundo mágico, siempre por protección, iba acompañado de alguien más, pero quería ayudar a Draco, verlo ahí en el mundo muggle como si nada era casi perturbador
—¿Y qué hacen los muggles para entretenerse? Todo aquí parece tan aburrido ¿Cómo pueden sobrevivir sin magia?
—Dudo mucho que en realidad te importe —afirmó sin dudarlo— ¿Saben tus padres que estás aquí?
—Ni locos me dejarían andar por estas calles
—¿Y cómo es que llegaste? Es tan raro todo esto
—Haces muchas preguntas estúpido Potter —dijo alzando la voz, negándose a responder
Harry no insistió en el tema, en primer lugar ¿desde cuándo le importaba Draco? Aunque en verdad sentía mucha curiosidad por saber
Las nubes se comenzaron a formar en el cielo, amenazando con llover. Cuando menos se dieron cuenta, empezó a caer una tormenta que los obligó a correr para refugiarse, no podían usar ninguna clase de magia, no les quedaba más que llegar a donde pudieran ocultarse
Había un parque cerca y corrieron hacia allá, había un baño público desolado y entraron ahí, temblando de frío
—Que agua tan helada —se quejó Draco, de los dos era quien más frío tenía
—Demonios —musitó Harry, su camisa estaba empapada, por lo que se la quitó para exprimirla y quitarle el exceso de humedad
Sin pensar en nada más, Draco hizo lo mismo, sin siquiera acordarse que en su pecho estaba marcado su más grande secreto. Exprimió su camisa y antes de ponerla de nuevo, sintió como si le miraran fijamente, tuvo piel de gallina
—¿Qué es eso? —preguntó Harry con voz temblorosa, más Draco no supo si era por nervios o por el frio que sentía
—¿Eh? —su corazón comenzó a latir de prisa cuando se dio cuenta de la dirección en que Harry lo miraba, directo al pecho
Draco tragó saliva con fuerza, sintiéndose enseguida nervioso, estaba paralizado
—Yo…. Bueno, es que…
—¿Es un tatuaje? —preguntó pese a saber la respuesta— Un tatuaje muggle —completó— Te hiciste un tatuaje y… ¿es mi cicatriz? —cuestionó totalmente confundido
—Espera yo… —Draco dio un paso al frente, pero en ese instante Harry lo dio hacia atrás
—Tú no eres Draco Malfoy ¡dime quién eres! —ordenó asustado
—Yo soy… Lisa Archer, usurpé a Draco para acosarte hasta aquí —mintió con torpeza
—¿Eres estudiante de Hogwarts?
—Escucha Potter, digo, Harry, la verdad es que, tú me gustas, mucho —confesó de manera titubeante— Perdóname si te incomodo, pero…
—Claro que me incomodas ¿estás loca? Malfoy y yo somos enemigos ¿Cómo crees que ayudaría acosarme con su apariencia? Además ¿Cómo es que no han detectado que usaste una poción multijugos?
—Bueno yo…
—No puedo con esto —pese a que seguía lloviendo, quiso salirse de ahí
Sin embargo, antes de hacerlo, Draco lo jaló del brazo y lo abrazó con fuerza, dejándolo completamente petrificado
—Sé que no sales con nadie, sal conmigo
—Tienes la apariencia de Malfoy —dijo molesto— Y no me gustan tus métodos, estás loca, aléjate de mí
—¡No te vayas! Dame una oportunidad
—Dime ¿eres mestiza? ¿Por qué tienes un tatuaje muggle? Además —analizó la situación— ¿Por qué no cambió eso cuando tomaste la apariencia de Malfoy?
—La verdad es que… no lo sé, quizás algo salió mal —mintió de nuevo
—No, algo no anda bien —decidido empujó a Draco, pero este no lo soltó
Aprovechando la confusión de Potter, Malfoy lo soltó un poco solo para sujetarlo de ambas mejillas con sus manos, lo miró a los ojos un instante y luego se atrevió, besó sus labios
Harry abrió más amplio los ojos, esa persona lo estaba besando, pero no era cualquiera, sino alguien con la apariencia del odioso de Draco Malfoy. Asustado lo empujó lo más fuerte posible, haciéndolo casi caer al suelo
—¡No te me acerques! —salió corriendo finalmente de ahí
Draco se quedó perplejo, estaba feliz por lograr besar los labios del hombre que amaba, pero a la vez se sentía terrible de ser tan cruelmente rechazado, sabía perfectamente que era debido a su apariencia, si así reaccionaba Harry pensando que no era él ¿Cómo haría entonces si supiera que en verdad sí era él?
—Estaba aferrado a un imposible —pensó con tristeza
Volvió a su casa en el mundo mágico y por días no pudo apartar la triste escena de su mente. Comenzó el nuevo año escolar en Hogwarts, a lo lejos, continuaba viendo a Harry, este parecía muy enfrascado en leer aquel libro de pociones, nunca antes lo vio tan estudioso
Nunca lo oyó hablar con sus amigos del extraño sucedo del baño en el parque, seguramente era porque Harry se sentía avergonzado, lo notaba porque cuando se cruzaban por los pasillos, Potter agachaba la mirada o volteaba hacia otro lado, a veces también podía notar un ligero sonrojo en su rostro, pero también pensaba que eso podía ser una alucinación
Aquella tarde tuvo práctica de Quidditch con su equipo, más tarde, la casa de Gryffindor tendría el suyo, casi siempre en el cambio había pequeñas confrontaciones. Ese día, mientras Malfoy se iba rumbo a los vestidores de su equipo, se topó con Harry, este desvió su mirada
—Vaya Potter, practica mucho para que mejores tu pésima condición —se mofó para sonar como el mismo de siempre
Para sorpresa de Draco, no hubo respuesta a la provocación, Potter se fue hacia la cancha para su práctica. Malfoy suspiró al verlo alejarse
Uno a uno los miembros de la casa de Slytherin se marcharon y él se quedó solo en los vestidores, no quiso quitarse la camisa enfrente de todos, ahora aprovecharía
Harry dejó la práctica porque olvidó algo en su lugar de los vestidores, para ir allá, pasó por el de la casa rival, al hacerlo, miró por el espejo a Draco, el tatuaje de su cicatriz no pasó desapercibido para él, se detuvo en seco, las piernas le temblaron
Por inercia caminó hacia el interior de los vestidores, Draco lo vio por el espejo y asustado se giró hacia atrás, estaba paralizado, la mirada de terror de Harry lo dejó helado
—Pero si tú… es que ¿acaso? ¡No existe ninguna Lisa! ¿verdad? —el labio inferior le tembló— Entonces ese día ¡Tú!... No, no puede ser
—Potter escucha yo…
—Te espero en la torre de astronomía ¡ahora! —tras decir eso salió rápido de ahí
—Esto no puede estar pasando —se vistió nuevamente y salió de ahí
Draco subió hasta la torre de astronomía, vio a Harry a la orilla mirando hacia el cielo, con nerviosismo se acercó a él, guardando la distancia se colocó a su lado
—¿Eras tú? —preguntó aun nervioso
—Bueno yo…
—¡¿Fuiste tú o no?!
—Sí, sí fui yo —confesó entre nervioso y asustado, pero segundos después sintió alivio, aquella situación estaba matándolo
—Entonces tú…
—Todo quieres saber Potter, que fastidio
—Solo dime por qué —insistió, se escuchaba más calmado
—Me… me gustas ¿contento? —dijo finalmente
Draco miró la reacción de Harry, pero parecía más calmado de lo que pensó
—Es broma ¿no? ¿apostaste con alguien?
—¿Qué?
—Es imposible que tú —calló un poco, luego sonrió con burla— Tú jamás
—¿Te parece que mentiría por algo así? Tú, Harry, me resultas repulsivo, estuve meses pensando en lo estúpido y absurdo que me parecía todo, luché contra mi mismo y tú… simplemente te burlas de mí —abrió su corazón por primera vez
—No me burlo ¡es que me parece imposible! —se giró hacia él— Me has hecho la vida imposible desde que nos conocemos y ahora solo dices que te gusto ¿Qué quieres que crea?
—Cree lo que quieras, me da igual —desilusionado por el resultado de todo, se dio media vuelta e intentó alejarse de ahí
Así como en el baño del parque Draco impidió que Harry se fuera, esta vez fue Potter quien sujetó el brazo de Malfoy, haciéndolo girarse hacia él
—¿Y qué hay de mí?
—¿Qué?
—¿Crees que todo este tiempo no estuve pensando en ese beso?
—¿Eh? —confundido se deshizo del agarre
—Aunque quería convencerme que existía esa tal Lisa, en el fondo esperaba que de verdad fueras tú y ahora que lo sé, no sé cómo sentirme
Los dos se quedaron perplejos ¿Cómo es que habían llegado a eso? Era tan irreal
—Potter ¿Qué estás…?
—Creo que también me gustas
—¿Lo crees?
—Estoy confundido ¿sí? Ni siquiera he hablado con Ron o Hermione sobre esto, yo… creí que me comenzaba a gustar Ginny, que tal vez ella era a quien siempre estuve esperando, pero tú, entonces tú… ¡Demonios! ¿Por qué siento que todo esto está mal? No deberías gustarme, no…
—Ya cállate Potter —determinó Malfoy, cansado de sus balbuceos
Draco se acercó a él y lo sujetó por los hombros, aferrándose a él volvió a besarlo, pero esta vez no fue como aquella, ahora Harry no dudó, lo sujetó por la cintura y correspondió el beso
Aquella experiencia era totalmente distinta a cuando besó a Cho, su primer beso sin duda fue especial, pero no se comparaba a esta vez, Draco tenía un cuerpo delgado, casi frágil, sentir su cintura entre sus brazos fue una experiencia inexplicable. La suavidad de sus labios era sublime, nunca había besado así
Se separaron tras unos momentos, mirándose a los ojos, luego sonrieron, fue instantáneo, se sentía todo tan extraño y nuevo, pero emocionante, ninguno entendía cómo es que habían llegado a eso, de ser enemigos naturales a sentirse tan cómodos el uno con el otro
—Y ahora ¿Qué sigue estúpido Potter?
—No me siento listo para que nosotros…
—Lo entiendo —interrumpió antes de escuchar razones— Podemos ocultarlo hasta que estemos listos
—Tu padre va a matarme —comentó Harry con miedo
Draco echó a reír, sin duda Lucius era alguien de temer, pero nunca fue mal padre, estaba seguro que tarde o temprano terminaría aceptando aquella relación
—¿Qué hay de tus amigos?
—Ellos nunca serán un problema, siempre me han respetado
—Pero a mí no
—Aprenderán a hacerlo, pero tú debes comenzar primero
—¿Yo? —preguntó indignado
—Nada de menospreciar a los Weasley, nada de llamar sangre sucia a Hermione
Draco giró los ojos, sería difícil, pero por Harry lo haría, por mucho que no le inspiraran el mínimo de los respetos
—Hecho —sonrió al decirlo, cerraron el trato con un abrazo, luego se separaron
—Dime una cosa ¿Cómo es que tatuaste tu cuerpo? —preguntó intrigado
Draco explicó todo, desde que escuchó sobre lo que era un tatuaje, su proceso de hacérselo y el significado de éste, Harry se sintió un poco avergonzado, pero luego de eso sintió emoción y halago, el chillón de Malfoy se dejó tatuar con técnicas muggles, eso sin duda era digno de admirarse
—No puedo crees que hicieras eso por mí
—Supongo que me gustas demasiado —expresó sonrojado
—Entonces sin duda yo haré lo mismo
—¿De verdad?
—Me tatuaré una serpiente y esta fecha
—Haz algo más original, no me copies —regañó con indignación
—Entonces sugiéreme algo
—Tendremos mucho tiempo para pensar en algo —respondió Malfoy
Ambos se sonrieron y volvieron a fundirse en un beso, desde entonces comenzarían una relación, aunque ninguno sabía dónde les depararía el futuro ni que se encontrarían en él, pero estaban seguros que podrían afrontarlo juntos.