Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Destellos en el infierno por SebbyPhantomhive

[Reviews - 174]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

konnichiwa... me alegra que les haya gustado, como ven trato de hacer capitulos cortos es un reto para mi, :P bueno espero les guste,,, quiero agradecer mucho a mis fieles lector@s y amig@s que leen y siguen mi trabajo, muchos besos a ustedes :*

Caminando nuevamente por el jardín se veía a un joven demonio con el semblante más tranquilo se encontraba pensando en cada palabra que le había dicho su demonio la noche anterior cuando caminaban rumbo a Londres, para cazar algún alma. Pensaba con una notoria alegría la sonrisa que Sebastian le había regalado por primera vez en tantos años, su conversación durante toda la noche, pues de alguna manera habían reanudado una relación cordial mucho más que cordial, hasta podría decirse amistosa pues las bromas y comentarios sarcásticos eran la base de su ameno dialogo. Su mano sin querer rozó su mejilla recordando ese pequeño beso que el demonio mayor le había regalado, contra su propia voluntad sintió como una calidez le invadió al traer a su mente tan dulce contacto.

-Maldición... ¿Qué es esto? Hablaba el menor con algo de sorpresa sintiendo como un calor leve inundaba su ser al recordar ese beso. Eso le asustaba si ese sentimiento amenazaba con reaparecer, ya lo había sentido anteriormente cuando era humano pero ahora si ese sentimiento revivía en su demoniaco ser seria su mayor desgracia, pues Sebastian le había recalcado muchas veces que los demonios no tienen sentimiento alguno, solo la oscuridad abundaba en su ser, era imposible que un sentimiento tan puro como el amor podría vivir en seres malignos como ellos, además de eso no se imaginaba teniendo una relación amorosa con su demonio mayordomo, sacudiendo la cabeza con leve molestia y vergüenza apartó esa imagen en su mente de él y Sebastian dándose un beso en los labios como muestra de afecto.

-Solo estoy pensando tonterías... idioteces... Eres un estúpido Ciel Phantomhive... Lo que debo hacer es pensar en las palabras de Sebastian sobre su libertad... Dejando a un lado sus ideales románticos con el demonio de hermosa mirada carmesí, decidió pensar seriamente en aquella propuesta de romper ese pacto eterno, dejando en libertad a su demonio pero con ello correría el riesgo de que lo abandonara y no volvería a verlo o en el peor de los casos lo matara ahí mismo como venganza de aquellos años de supuesta humillación, estaba tan sumergidos en sus pensamientos que no sintió a su mayordomo acercarse.

-¿qué tanto piensa joven amo? Preguntaba con un susurro el demonio cerca del oído a Ciel que tensó todo su cuerpo al sentir esa cercanía en su espalda, ese refrescante aliento chocar en su oído, y el tono seductor en su voz, ¿Seductor? revoloteaba esa palabra en la mente del joven demonio haciéndolo sonrojar provocando que su cuerpo se tensara aún más.    

-No me asustes así... eres un idiota... Exclamaba enojado el demonio tratando de ocultar su reciente bochorno, caminando hacia una pequeña fuente a unos pasos frente a él de la que salpicaba agua de color azul profundo, con su mano comenzó a jugar con ella, tratando de tranquilizarse pues su frio corazón latía con locura.

-Es que estaba un poco aburrido y vine a ver que hacía, cuando lo vi tan concentrado en sus pensamientos no pude evitar molestarlo. Hablaba el demonio con una sonrisa colocándose junto a su amo a la vez que también comenzó a juguetear con el agua de la fuente.

-¿Me extrañabas, entonces? Comentaba divertido el joven, quien seguía jugando con el agua desde la noche anterior se lanzaban ese tipo de indirectas amorosas, en un juego de ver quien ridiculizaba o incomodaba más al otro con esas coquetas insinuaciones, que a ambos le resultaban divertidas de algún modo.

-Que puede decir, creo que ha descubierto mi secreto... Respondía el mayordomo con una sonrisa traviesa haciendo sonrojar al menor, que desviando la mirada pensaba que decir.

-No se esfuerce demasiado joven amo, siempre le termino ganando...  usted siempre termina todo sonrojado y avergonzado. Hablaba el demonio con una enorme sonrisa en el fondo de su ser le encantaba esa carita de Ciel todo sonrojado le resultaba más adorable que cien gatos juntos maullándole, ni cien gatos, todos los gatos del mundo  no se comparaban con Ciel, pensar en eso lo hizo perderse en sus pensamientos a lo que el menor, se dio cuenta ahora llegaría su contraataque.

-Algo me dice que te gusta verme sonrojado... ¿O me equivoco? ¿Por qué te me quedas viendo así? ¿Acaso te gusto?... Comentaba el pequeño con una sonrisa traviesa el demonio no se sonrojaba sino que arqueaba una ceja con el ceño ligeramente fruncido, era su manera de mostrar su incomodidad, al ver ese gesto Ciel celebraba por dentro haber incomodado al demonio, que ya no quiso seguir jugando pues si lo hacía era peligroso el no quería que Ciel notara cuanto le fascinaba.

-Venía a preguntar si saldremos hoy... Decía el demonio con una pequeña sonrisa tratando de cambiar el tema anterior y el casi descubrimiento de Ciel.

-Sí, pero quiero que esta noche decidas tú, donde iremos... Hablaba el joven con firmeza secándose sus manos con el pañuelo que le había dado su demonio, ante esa petición Sebastian solo sonrió algo sorprendido.

-¿cómo así me dejara elegir? Preguntaba algo curioso el demonio.

-Pues es que quisiera hacer algo diferente hoy, supongo tu tendrás algunas buenas opciones de diversión. Respondía algo nervioso el menor pues hasta él se sorprendía de su petición.

-Bueno si es así, preparémonos para salir... Decía Sebastian tomando la mano del joven para ir dentro de su residencia, ante este agarre Ciel trataba de soltarse pero sin lograr zafarse decidió resignarse caminando junto a su demonio tomados de la mano, cual dos enamorados, haciéndolo sonrojar a Ciel, el demonio mayor solo sonreía victorioso dirigiéndose hacia su residencia.

Pasaron unos días en los que Ciel y Sebastian parecían no separarse ni un minuto, pasaban las horas conversando como si fueran amigos que no se habían visto por años, recorriendo hermosos lugares que Sebastian conocía pero que nunca se los había mostrado a su amo, en el infierno se distinguía el día y la noche por los cambios en el ambiente en el día era fresco pero en la noche el frio y la oscuridad azotaban. Solo por las noches eran que se alejaban para descansar un poco, esa leve separación era de pesar para ambos. En una de esas frías madrugadas en las que Sebastian necesitaba dormir solo unos minutos, en cambio Ciel si necesitaba casi una hora para dormir, después toda la noche las pasaban en vela, cada cual en su habitación que estaban contiguas una de la otra, separados por una pared,

-Sebastian... susurraba lo más bajo posible el demonio menor para sí mismo acostado en su cama.

-Ciel... susurraba de igual forma el otro demonio en su cama.

-Sebastian... ven te necesito... Susurraba un poco alto el menor como en una especie de clamor en medio del silencio. Sebastian lo escuchó pero por un segundo pensó que era producto de su imaginación,  como demonios podían percibir mejor con sus sentidos.

-Joven amo... ¿Me está llamando? Preguntó dudoso el demonio un poco alto, desde su cama.

-Sí, ven a mi habitación... Respondía el joven algo nervioso, esto pudo notar Sebastian, sus ojos brillaron un poco ante este clamor, levantándose de la cama, fue al espejo mirando su reflejo se peinó un poco, arreglando su pantalón y camisa, con una sonrisa seductora salió de su habitación.

-Joven amo ¿Le ocurre algo? Preguntaba el demonio entrando de inmediato a la habitación tratando de disimular su ansiedad, disfrazándola de preocupación, se acercaba a la cama de Ciel vistiendo su pijama estaba sentado en el centro de esta, miraba atentamente a su mayordomo entrar y acercarse quedándose al pie de la cama.  

-Si quiero darte una noticia, he pensado mucho y romperé el pacto que te une a mí… Dijo el menor con firmeza aunque en su interior sabía que esa decisión era muy riesgosa, pero ahora lo que más quería era alejarse de Sebastian, cuando su ser ya estaba experimentando raras sensaciones con la cercanía de él en los últimos días, si era la estrategia de Sebastian para que le diera libertad había funcionado, muy a su pesar era lo que ya había decidido,  por primera vez en su demoniaca y corta vida tenía miedo, miedo de aquel sentimiento que podría ser amor.

-¿En serio? Exclamó sorprendido el demonio mayor pues hasta él había olvidado esa posibilidad de libertad, pues ahora recién empezaba a disfrutar de la compañía de Ciel, además notaba como el menor disfrazaba su firme decisión por la tristeza que destellaba su mirada. 

-Sí, lo he decidido serás libre… Sebastian… Murmuraba el menor parándose sobre la cama para quedar a la misma altura del demonio que estaba frente a él cuando terminó la frase apenas se dio cuenta de la triste decisión que había tomado, desviando la mirada ocultaba que una fría sensación le invadía.

- Muchas gracias… Exclamaba emocionado el demonio abrazando a Ciel, pues en verdad anhelaba ser libre, esa alegría solo entristeció más al pequeño quien sorprendido a la vez sentía como los brazos de su demonio lo rodeaban con fuerza, con un suspiro de resignación el menor correspondió ese abrazo, aferrándose tiernamente a Sebastian, tal vez esa sería una despedida pensaba Ciel,  en la emoción del abrazo, ambos se miraron fijamente, dándose cuenta de la situación tan cercana en que estaban,  avergonzados tratando de zafarse del agarre cayeron, Sebastian sobre el pequeño quedaron recostados sobre las sabanas, Ciel al sentir el varonil cuerpo de su demonio sobre el suyo lo hizo sonrojarse aún más, que no sabía ni que decir, ni hacer, en parte era lo que quería, anhelaba tenerlo y sentirlo más cerca, el mayordomo también hace mucho tiempo anhelaba ese encuentro así que se abrazó nuevamente a Ciel.

-¿Qué haces? Preguntaba nervioso el menor al sentir ese abrazo, veía a su demonio mirarlo fijamente parecía devorarlo con la mirada, eso lo hizo apenarse aún más, pero su cuerpo reaccionaba ansioso por contacto  sin darse cuenta el también enredaba sus frágiles brazos al cuello de Sebastian, acercándolo más a su sonrojado rostro, podían sentir como en esa cercanía se mezclaban sus fríos alientos, acortando la distancia de sus labios.

-Gracias… Susurró dulcemente Sebastian sobre los labios de Ciel quien se conmovió esbozando una pequeña sonrisa nostálgica en sus pequeños labios, ambos cerraron los ojos para hacer realidad ese beso que tanto habían anhelado e imaginado por largo tiempo.

 

Notas finales:

jejeje será que se dan ese beso o no, no quiero ser spoiler pero no, jajajaja ya veran por qué en el proximo capitulo, gracias x haberlo leido, me gustaria saber su opinion me disculpo mucho x no responder sus comentarios, pero siempre que voy a responder ocurre algo, lo siento :* pero no saben como y cuanto me alegran cuando los leo... gracias a:

Aria Michaelis, neko love, cielxsebas, soor, karura, Eydriel, Are, Fanatica y Lady S por haber comentado el primer capitulo de este refrescante hasta medio cursi fic, jejejeje nos leemos pronto sayonara minna san :P besos:* 

Si alguien quiere agragarse a comentar haganlo con confianza no muerdo, yo beso... jejjee :* :*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).