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Recuerdos, Tristeza y Soledad por Diva_SnowQueen

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Notas del fanfic:

Primero cortaré el hilo de diamante,para que no me tiente.


Después arrojaré la estrella al fondo del mar, para que no me arrastre.


Y luego encerraré el tesoro en un cofre de plata,para que no me venza


Y así, sin tanta carga deliciosa,trataré de no mirarte a los ojos, fingiré no verte, sufriré no hablarte, e intentaré seguir mi camino, ya solo y en silencio, huyendo del amor, sabiendo, que me perseguirá siempre

Notas del capitulo:

Hola a todos este fic es en honor de un amigo muy especial que sufrio un accidente, no se preocupen el esta bien pero me a pedido que haga un fic de esta pareja tan inusual espero que les guste.

Dedicado para ti Orlando Rivera con todo mi cariño.

Los personajes no son mios son del grandioso TITE KUBO SAMA 

Erase una vez, una noche en la mansión Kuchiki el antiguo Capitán de la 6ª División del Gotei 13; Ginrei Kuchiki recorría los jardines de su hogar, de pronto se detiene frente a un lago, era tan hermosa la vista de ese lago, las estrellas y la luna se reflejaban en él, el anciano quedo tan deslumbrado por aquel espectáculo que decidió sentarse en las raíces de un cerezo que crecía cerca de la orilla y como por arte de magia aquel anciano recordó aquello que creía olvidado aquel amor de juventud que fue tan dulce y a la vez tan doloroso. Pero bien ya era tarde para arrepentirse muy, muy tarde.  

[1]*“A veces finjo que no te conocí que todo aquello que sentí fue imaginado y que todas mis palabras son fruto sólo de mis sueños…A veces creo que no te conocí”

Aunque han pasado muchos años, siguen vigentes en mi mente los momentos tan maravillosos que viví con mi primer amor; y sin embargo algunos fueron tan procelosos que me hicieron muy infeliz; pero no han sido capaces de hacer olvidar aquellos que vivimos en nuestra alocada juventud, y que nos hicieron tan dichosos. Todavía conservo en mis labios las mixturas de tus labios, y a pesar de haber besado otros labios, jamás se borrarán de los míos tus aromas, pues quedaron tan impregnados en mi alma, que en ella siguen viviendo para sufrimiento y deleite de mis sentidos, pues cada vez que los recuerdo, se me erizan los cabellos, la piel se me pone de gallina y me estremezco.  

Algunos años atrás.

Era una misión de rutina, un hueco había aparecido en el mundo de los vivos y había que eliminarlo, recuerdo que había discutido con mi padre aquella vez acerca de mis habilidades como segador; así que decidí que debía de mostrarle a mi padre y a todo el clan mi valía como futura cabeza de la familia; Gracias a mis contactos me entere primero que nadie de la presencia de ese hueco y fui en su busca al mundo humano. Ahora me doy cuenta de que fue una niñería “Rebeldía de juventud” por así decirlo.

El hueco era demasiado fuerte para mí y no tarde en ser derrotado pero entonces cuando el hueco se disponía a darme el golpe de gracia, una estrella fugaz golpeó al hueco destruyéndolo inmediatamente.

No sé como ocurrió pero caí al suelo, sentí todo mi cuerpo golpeando el frio asfalto; me encontraba perdido.

En ese momento noté como se acercaba alguien, suponía que la persona que me había salvado la vida; vino a mi ese olor fuerte a tabaco; miré hacia arriba, era una persona vestida de blanco tenía una mirada penetrante, pero tan llena de compasión y temor a la vez.

-¿Estás bien? No te preocupes no te lastimare-

-¿Quién eres tú? O más bien dicho ¿Qué eres tú?- dijo Ginrei casi a punto de desmayarse

-Me llamo Sōken Ishida… Soy un Quincy- me dijo antes de que me desmayara

Abrí los ojos; una tenue luz iluminaba la estancia. Me encontraba en una habitación que no era la mía, mire a mi alrededor. La habitación era sobria y decorada con un gusto sencillo pero distinguido.

La cama en la que había dormido se ubicaba contra la pared opuesta a la entrada, las cortinas de las ventanas eran azul oscuro y la habitación era de color marfil perla. Además de la cama, había un escritorio, un estante con libros, y el closet, todo en caoba oscuro. Todo en esa habitación era tan pulcro.

Me senté sobre la cama y pasé mis manos por la cabeza e intenté recordar cómo había llegado hasta ahí…

Me levanté y salí de la habitación; un pequeño salón se encontraba delante de mi; había cosas muy elegantes: un sofá verde con acabados dorados, una mesa de comedor de madera estilo antiguo con dos sillas muy elegante, una estantería llena botellas y copas de cristal.

Pero lo importante no era lo que había en la sala, si no quien se encontraba en ella, sentado en el sofá, leyendo un libro y fumándose un cigarro.

Sōken se levantó rápidamente del sofá y se acercó a mí, luego me agarró de los hombros y me volvió a penetrar con su mirada.

- Que bueno que ya despertaste ¿cómo estás?, me tenías muy preocupado; cuando llegué y te vi con ese hueco….y luego en el suelo… yo corrí a por ti, pero me miraste y te desmayaste…, estaba muy asustado en serio.

- Yo…, no se… lo siento – fue lo único que pude articular.

- ¡Anda ya!, no digas bobadas, no tienes nada que sentir… , ese hueco te hizo mucho daño gracias al cielo se curar con reishi pero ¿no eres un Segador de Almas? ¿Te duele algo?- decía el Quincy, pero yo ni siquiera ponía atención a lo que me estabas preguntando solo podía verte eras un joven alto, delgado, de cabello negro de piel blanca y ojos pardos. Yo jamás había creído en eso del amor a primera vista pero en ese instante simplemente me robaste el corazón.

-Oye ¿te encuentras bien?- dijo Sōken

-¿He? Si, si estoy bien- dijo Ginrei saliendo de su hipnosis. 

En ese momento me di cuenta de que llevaba una ropa que no era la mía; una camisa un poco larga y unos pantalones que me quedaban algo holgados.

-bueno me presento otra vez me llamo Sōken Ishida ¿y tú?

-Ginrei… Ginrei Kuchiki- dijo

- Gusto en conocerte. AH yo te lave la ropa y te puse mi pijama…pero que sucedió ¿Por qué no pudiste con ese hueco?

- …..

- Oye, te estoy hablando.

- …..

- Ginrei, ¿por qué no me respondes? – dijo Sōken zarandeándolo

Sus fuertes sacudidas no me hacían ningún efecto, pues la vergüenza de lo sucedido hacía que no fuera capaz de mirarlo a los ojos y verme sometido y juzgado por su mirada.

Haciendo acopio de todas mis fuerzas le miré a la cara y con el tono más frío de voz posible le dije:

- ME DESCUIDE DEACUERDO, SUBESTIME A MI ENEMIGO ¿YA ESTAS FELIZ?.

Y ahí le dejé, de pie en su pequeño salón mientras salía por la puerta. Bajé los tramos de la escalera que se me hicieron eternos, como si cruzara un laberinto de peldaños sin encontrar la salía. La claridad del día me azotó con fuerza al salir a la calle estaba tan contrariado que me olvide por completo de mi kimono y mi Zanpakutō. Debía haber amanecido hace un par de horas. Miré la calle intentando encontrar algo que me resultase familiar, pero sólo vi casas y un par de personas caminando.

Empecé a vagar por la calle con el sentimiento de impotencia que tenía desde la noche pasada; de nuevo, la voz de Sōken me sacó del trance en el que me encontraba.

- Oye vuelve no puedes salir así, estas en pijama ¿es que voy a tener que perseguirte por toda Karakura?

Me giré y me topé cara a cara con él.

- Mira Ginrei, deja de ser un crío, sólo quería ayudarte y te vas así de mi casa, sin saber ni dónde estás, huyendo de mí como si te hubiera hecho algo malo.

Mis ojos se centraron en su cara, pero mi mirada se encontraba perdida; mi semblante serio, mi cuerpo como el de un espantapájaros, inerte, sin vida... Pasaron unos segundos, volví a darme la vuelta con intención de alejarme, pero Sōken agarró mi mano y de forma brusca me hizo girar de nuevo.

-Suéltame asqueroso Quincy igualado tú y toda tu maldita especie debieron haberse quedado extintos.  

- ¡IDIOTA!- gritó Sōken a la vez que me daba una bofetada.

Sentir su mano en mi rostro hizo que afloraran todos los sentimientos de rabia y frustración que tenía acumulados. Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas…

- Perdóname…, yo…-balbuceaba Sōken- no debí golpearte, lo siento, es que...

-No, yo lo siento tú te has portado tan bien conmigo y yo… -dijo Ginrei cubriendo su rostro con sus manos-perdóname la verdad es que, sí que me han herido, ¿sabes dónde?, aquí, -dije mientras tomaba tu mano y la acercaba a mi pecho-  en mi alma, en mi orgullo…como es que fui derrotado como puedo volver a ver a mi familia a la cara cuando no soy capaz de matar a un simple hueco.

Sōken lo miraba callado; mientras Ginrei seguía agarrando fuertemente la mano de Sōken sobre su pecho que latía con intensidad.

- Y justo tu eres el que vino a salvarme, un Quincy mi enemigo natural y para colmo tuviste que verme así, humillado, derrotado y casi moribundo- dije mientras le clavaba las uñas- justo  tú….

Te solté la mano y agaché la cabeza, exhausto, como si la presión que sentía hubiera cesado dejándome agotado.

Pero tú volviste a coger mi mano y la pusiste sobre tu pecho; mientras que con la otra mano levantaste mi barbilla y me miraste fijamente diciéndome.

-Tranquilo no es para tanto hay veces que las derrotas nos enseñan más que el mejor de los maestros y eso de los enemigos ya es historia antigua yo jamás te haría daño te lo prometo, Ginrei yo…- susurraste mientras acercabas tu boca a la mía.

Sentí tus labios húmedos, tu lengua que intentaba entrar en mi boca, que se abría para recibirla y jugar con la mía; tu saliva con ese sabor seco por el tabaco se mezclaba con mi saliva. Fue un beso largo, fuerte, intenso… Una sensación de paz inundó mi cuerpo, que flotaba en mitad de la calle. No sé cuánto tiempo duró el beso.

Al terminar nos miramos y nos reímos tímidamente, por primera vez en mucho tiempo, sonreía de felicidad.

- Sōken, yo nunca había besado a nadie y mucho menos a un hombre,  nunca había sentido atracción por nadie hasta que te conocí ayer, yo….

- Tssss,- me dijo poniendo un dedo mi boca- calla y sígueme.

Entramos de nuevo a la casa y subimos de nuevo a tu habitación, al entrar en el pequeño salón  Sōken te abalanzaste sobre mí. Me agarraste de la nuca y comenzaste a morder mi cuello. Sentía tus mordisquitos, una mezcla de placer y dolor que estremecía todo mi cuerpo. Volviste a juntar tu boca con la mía, esta vez con un beso más húmedo, rozando salvajemente y con lascivia tus carnosos labios a mi boca que en ese momento se sentía inexperta ante ese devorador.

Tus manos empezaron a acariciar mi espalda mientras jugabas con el lóbulo de mi oreja. Notaba tus dedos recorriendo mi columna hasta llegar a mi culo, que agarraste fuertemente mientras expulsabas el aliento por mi ya ensalivada oreja.

Gemí de placer; nunca me había sentido tan excitado con tan poco; mi pene latía con intensidad y había alcanzado el mayor tamaño posible. Su cuerpo estrujando el mío hacía que mi polla se rozara al máximo contra él, y mientras me agarraba por detrás me empujaba aún más hacia él.

Mis instintos animales afloraron y empecé a lamerle con ansiedad su cuello, mientras mis manos inexpertas con otro hombre empezaban a explorar su cuerpo. Me separé un poco de él comencé a desabrocharle la camisa, mientras mi cara se acercó a oler su dulce aroma. Pegué mi nariz a su pálido y lampiño pecho y empecé a darle pequeños besos tímidos. Según le iba abriendo más la camisa comencé a jugar más con mis manos, recorriendo todo su torso, acariciando sus pezones. Miré hacia arriba y me encontré con una cara de placer que me hizo animarme más en la tarea que llevaba a cabo. Los tímidos besos pasaron a lametones; mi lengua recorría cada punto de su pecho, haciendo hincapié en sus pezones duros, que mordía con intensidad. Sōken gemía de placer con cada mordisco y me sujetaba de la nuca y empujaba mi cara contra él.

Poco a poco fui bajando las manos por su cintura y empecé a masajear su polla mientras seguía lamiendo su pecho.  Sentía su polla dura pidiendo ser liberada del pantalón; me sentía torpe tocando ese bulto. Le bajé la cremallera del pantalón y noté ese trozo de carne mucho más duro; lo agarré fuertemente sin notar el pequeño trozo de tela que lo separaba de mi mano.

Lo saqué por la bragueta;  Me quedé impresionado al ver ese pedazo de rabo  grande y grueso. Me acerqué a él, fui a abrir la boca, pero en ese momento repare en que esto podría ser considerado como alta traición… Solté su miembro

-          Lo siento, yo…, no puedo… - confesé.

Sōken me miró con ternura, me agarró y me hizo levantarme.

- Se en lo que piensas, no te preocupes-  dijo mientras me daba un beso tierno y cariñoso. Vamos a hacerlo al revés así puedes alegar que fuiste obligado y no tendrás problemas

-Pero tu…

-Yo no importo, y si he de morir por esto, moriré feliz sabiendo que fuiste mío.

Me cogió la mano y me llevó al dormitorio.

- Vas a ver lo que es que un tío te la mame.

Sin previo aviso me empujó contra la cama, haciendo rechinar los muelles. Me desabrochó el pantalón mientras me miraba con lujuria. Como si de un mago se tratara en un segundo me vi sin mis pantalones y con la cara de Sōken sobre mi paquete.

-  ¿Estás preparado para esto? , ¿Quieres dar el paso?- me preguntó

- Creo que mi polla responde por mi…., le dije mientras empujaba mi cadera contra su cara.

Sōken  bajó mi calzón y se encontró con un pene largo y grueso apuntando al techo. Con la cabeza hinchada y rosada, las venas se marcaban fuertemente por todo el tronco de mi buen rabo. Sōken lo miró sonriente y empezó a darle pequeños lametones, pasando cada vez a hacerlos más grandes, recorriendo con un buen lengüetazo desde los testículos hasta la punta del cipote, de la cual salían pequeñas gotas pre seminales. Mi querido Quincy se encontraba afanoso en su tarea y empezó a meterse todo el rabo en la boca.  Me sentía muy excitado, el muy cabrón la comía de lujo; nunca me habían hecho una mamada.

Se metía y sacaba el rabo de la boca con fuerza y a veces la cogía y se daba pollazos en la cara. Me chupaba y lamía la cabeza mientras con la mano masajeaba mis testículos. Mis manos acariciaban su pelo alborotado y a veces cogía su nuca para follar mejor su boca.

Mis suspiros le sacaron de su concentración…

- Voy a tener que parar o te vas a correr ya eh pequeño?-Reía Sōken

- Es que no estoy acostumbrado a que me hagan disfrutar tanto- dije yo tímidamente.

-  Pues no hemos hecho nada más que empezar…- Dijo mientras se incorporaba, se quitaba los lentes  y se desvestía quedando sólo con su calzón blanco.

Sōken tenía un cuerpo perfecto; verle así sólo con su ropa interior me dejó alucinado. Se tumbó junto a mí y me acarició la mejilla; me dio un sencillo beso, lleno de ternura y cariño. Se terminó de desvestir.

Me puse encima de él, quería sentir nuestros cuerpos pegados; nos abrazamos. Comenzamos a besarnos con pasión, con rabia, con fuerza… Nuestros cuerpos se entrelazaban y buscaban la fricción de nuestras pollas duras. Sentir el choque de nuestros rabos era una delicia para ambos que emitíamos ruidos y suspiros provenientes de lo mas dentro de nuestro ser.

Sōken me agarró y me echó hacía un lado de la cama y agarrándome las manos por encima de la cabeza comenzó a devorar mi cuerpo con pasión. Bajó de nuevo  por mi cuerpo y me estremecí sólo al recordar cómo había disfrutado con su mamada. Empezó a chupar mis testículos grandes y duros, rebosantes de leche; mientras me agarraba de la base del pene y empezaba a masturbarme. 

- ¿Te gusta lo que te hago? Me preguntaba Sōken mirándome con lascivia.

- Si… susurraba yo mientras echaba mis brazos hacia atrás y agarraba con ambas manos la almohada.

- Prepárate Ginrei, queda lo mejor… dijo levantando mis piernas y agarrando mis tobillos.

Esa lengua que hacía maravillas con mi rabo empezó a jugar  más con mis testículos y con la zona de alrededor de mi ano. Mi cuerpo  sufría espasmos de placer con cada lametón; mi espalda se arqueaba y mis gemidos sonaban con fuerza; pero el mayor escalofrío llegó al sentir su lengua dentro de mi agujero.

- Uhmmm…. Ahhhh…. Suspiré mientras mis manos iban sin control por las sábanas de la cama.

- ¿Lo estás disfrutando?- inquirió Sōken

- ¡Me encanta!, nunca había probado algo así.

Notaba como mi ano se iba abriendo más a esa lengua que parecía no tener fin dentro de mi cavidad. Sōken dejó de agarrar mis tobillos para abrir más mis nalgas con sus manos mientras seguía trabajando laboriosamente mi culo; yo abría todo lo posible mis piernas para facilitarle la labor.

Noté un dedo jugando con mi agujerito; la yema del dedo acariciaba la entrada de mi culo; Sōken escupió en mi ano y empezó a meter su dedo por mi culo. Di un pequeño respingo, mezcla de sorpresa y de un placer oculto durante toda mi vida. Sōken, viendo que yo tenía los ojos cerrados y que me mordía el labio inferior fruto del gozo que estaba sintiendo decidió seguir jugando con sus dedos y meterme otro. ¡Qué sensación el movimiento de los dos dedos dentro de mi culo! Entraban y salían con facilidad..

- Ginrei, dijo Sōken poniéndose serio. Quiero follarte

Abrí los ojos y le miré. La seguridad que me transmitía era enorme; a su lado me sentía protegido y amado.

- Hazlo-  bramé con firmeza.

- ¿Estás seguro?, No quiero que te sientas abordado con todo esto.

- Fóllame Sōken, quiero que lo hagas- respondí con total seguridad.

Sōken volvió a escupirme el ojete y luego ensalivó su duro miembro. Me observaba con deseo y ternura:

- Te la voy a meter poco a poco, si te duele me lo dices, ¿de acuerdo?

- ¡Comienza ya! Estoy muy cachondo- Le dije; y era verdad, nunca había sentido mi polla tan dura como en ese momento.

Sōken cogió mis piernas y las puso sobre sus hombros; me tenía totalmente sometido a su voluntad. Volvió a escupir su mano y la pasó por mi culo. Se acercó a mí; sentí su polla dura contra mi culo; poco a poco noté como  su rabo iba entrando por mi ojete.  Sentía una presión fuerte, como si mi culo estuviera siendo desgarrado…; sollozaba dolorido ante la inmensidad de la situación…

- ¿Te duele? Preguntaba preocupado mi compañero

- Sí…, pero continúa, quiero ver todo lo que se siente.

Sōken siguió metiendo poco a poco su enorme pene mientras me acariciaba los muslos; cogió mi cintura con sus manos y empezó a mover poco a poco las caderas, de forma suave, introduciendo más su pene hasta que sentí que todo había entrado. Jamás pensé que algo tan grande cupiera dentro de mí, pero ahí estaba ese hombre conmigo, con nuestros cuerpos fundidos en uno a través de su trozo de carne y mi cavidad.

Sōken cerró los ojos y empezó a moverse con más fuerza mientras yo cerraba los puños intentando disfrutar más aquel momento.  Sentíamos nuestras respiraciones, la mía más profunda para relajarme y poder llevar mejor el momento y la suya rápida y entrecortada.

El bamboleo de caderas fue en aumento; su polla empezaba a taladrar mis entrañas, sintiendo como ese trabuco entraba y salía sin pedir permiso, abriendo más aún si podía mí hasta ahora virgen ano. Lo más fascinante para mí era sentir cómo el dolor desaparecía y se transformaba poco a poco en un placer sin igual. Mis sollozos pasaron a jadeos y mi cintura se unía al rítmico y sensual movimientos de las suyas, uniendo nuestros cuerpos en un íntimo baile sexual.

- Sōken fóllame más fuerte, le dije entrecortadamente, Quiero sentir tus huevos chocando contra mi culo.

- Eso está hecho precioso, susurró mientras sacaba su polla de dentro de mí.

Me cogió como si fuera un muñeco de trapo y me volteó; me hizo doblar las rodillas y  apoyé mis manos en el cabecero del camastro.

Esta vez no hubo miramientos; de un golpe y sin piedad metió todo su miembro hasta el fondo de mi culo, haciendo caso a mi petición y golpeando fuertemente sus huevos contra mi culo. Sentí un gozo maravilloso, único… le puse mi culo más en pompa, sirviéndoselo con agrado.

Seguimos follando sin parar, aumentando y disminuyendo los ritmos; de forma pausada y luego salvajemente, con nuestros cuerpos sudorosos y el sonido de nuestros jadeos y gemidos como acompañamiento de fondo.

Me sentía como una perra siendo follado de esa forma, pero me sentía pleno, colmado…

Mientras seguía siendo desvirgado por Sōken, yo me masturbaba con fuerza, disfrutando al máximo del momento; mi polla como una roca me avisaba de que no aguantaría más….

-Sōken, no aguanto más- le avisé…

-Yo tampoco – me indicaba con una respiración entrecortada.

Cuando noté que iba a sacar su pene grité:

-¡No!, no lo saques Sōken, quiero ser tuyo, sentirme parte de ti…, me estás dando algo que nunca me han dado, termina dentro.

-¿Seguro?

-Nunca he estado tan seguro en algo- respondí  agarrándole como pude y haciendo que me la metiera de nuevo hasta el fondo.

Sōken volvió a girarme y me puso boca arriba; me la metió con la mayor fuerza que pude y me dio una última y frenética follada.

- No aguanto más- bramó, y al momento comencé a sentir un chorro caliente dentro de mí que inundaba toda mi cavidad mientras mi amante ultimaba unos fuertes empujones.

Esa sensación caliente en mi culo me produjo una gran explosión de placer, que se transformó en grandes escupitajos de leche por todo mi pecho; espesos, sin control… una gran cantidad de semen salió de mi pene.

Nuestros cuerpos se fundieron aún más. Sentí su cuerpo sudoroso mezclándose con la leche que iba deslizándose por la raja de mi culo. Su polla, todavía dentro de mí, fue reduciendo de tamaño. La sacó, se acercó a mi cuerpo exhausto…, me abrazó.

Cuando me desperté me encontraba sólo en la cama; un olor fuerte a sexo inundaba la estancia. Me levanté desnudo y salí; Sōken estaba sentando en calzoncillos, apoyado en la ventana, fumando un cigarrillo.

- Fumas demasiado- comenté

Se giró, sonrió y dijo:

- Algún vicio tendré que tener a parte de ti.

Me acerqué y nos besamos. Me atrajo hacia así y me rodeó con los brazos. Acercó su boca a mi oreja y me susurró

- Dúchate anda.

- Tienes razón, voy a ducharme, además es muy tarde… Joder, ahora que lo pienso, mi familia tiene que estar muy asustada, no saben nada de mi desde que salí ayer para matar a aquel hueco.

- Pues corre, no vaya a ser que vengan por ti- río Sōken.

ME duché, me adecenté un poco y me vestí con la ropa que me había prestado.

- Qué guapo eres- me dijo al verme salir del baño.

El muy cabrón conseguí sacarme siempre una sonrisa…

- Hacía tiempo que no disfrutaba tanto Sōken…, me haces sentir especial-dije tímidamente.

-Es porque eres especial, respondió besándome la frente. Ven a visitarme cuando quieras aquí te espero, ¿de acuerdo?

- Por supuesto- afirmé alegremente.

Me acompañó a la puerta. Justo en ese momento alguien toco la puerta.

- ¿Quién es?- Se extrañó Sōken-

La puerta se abrió. Y ahí de pie se encontraba una bella muchacha, de unos veinticinco años, de pelo negro y ojos pardos. Delgada, vestida con una falda azul  y una blusa de color blanco que dejaba entrever un pecho firme.

-¡Sorpresa! Dijo la mujer.

- Ho… Hola… ¿quién te dejo entrar? -respondió secamente Sōken.

- Nadie, tu mamá me dio una llave para que viniera cuando yo quisiera. ¿No te alegras de verme o qué?- Dijo riendo la muchacha.

Pasó dentro de la habitación y me miró.

- Hola,  ¿y tu quien eres, un compañero de Sōken? Bueno, que descortés disculpa, yo soy Yusura, su prometida.

Como si me hubieran dado una bofetada caí de nuevo en la realidad, en mi mundo de sombras.

-Mucho gusto –dije conteniendo toda mi ira- mi nombre es Ginrei Kuchiki, discúlpeme pero llevo prisa debo irme.- Salí corriendo hasta dar a la calle pero me percate de que ni siquiera traía mi Zanpakutō y tuve que regresar por ella; afortunadamente estaba cerca de la puerta la tome y me fui pero Sōken me detuvo.

-Ginrei espera yo…

-Mira no me digas nada yo confié en ti, te di mi corazón y resulta que solo fui tu juguete, el tonto con el que pudiste jugar un rato y luego botarlo con ilusiones, sueños y promesas que jamás se cumplirán- al decir esto corrí sin rumbo fijo hasta que divise un parque y me senté en una de las bancas entonces comenzó a llover, y antes de darme cuenta veo que ya estabas a mi lado Sōken.

-Vuelve conmigo a la casa o te  vas a enfermar…

-Lárgate dije no quiero verte no sé cómo confié en ti desgraciado Qui…-pero no me dejaste terminar y me besaste de una forma tan tierna que me convenció de que tu amor era verdadero; pero eso no me detuvo, me separe de ti y abrí el Senkaimon.

Y en esa fría tarde de agosto Sōken se quedo parado en medio de la lluvia viendo como el amor de su vida se va de su lado, se lleno de tristeza cuando lo vio acercarse a la puerta que lo alejara de él tal vez para siempre, una lagrima rodo por su mejilla mientras Ginrei le decía sus últimas palabras….

-Me iré tal vez jamás me veras de nuevo te pido que vengas conmigo que dejes todo por irte a vivir conmigo no regresare al Seireitei podemos vivir en el Rukongai solos tu y yo.

Pero Sōken con una respuesta temerosa le dijo.

-No puedo, mi familia no me lo permitiría seriamos perseguidos tanto en tu mundo como en este, causaríamos una guerra.

-Sabia que dirías eso, descuida no voy a forzarte solo quiero que te olvides de mi que vivas tu vida y que encuentres alguien que te quiera y te de el amor que yo ya no podre darte.

Con estas palabras Ginrei se dio la vuelta se fue dejándo solo a Sōken, llorando mientras veía cerrarse la puerta y desaparecía para siempre.

Unos años más tarde

Sōken reflexionaba sentado en aquella misma banca en el mismo parque en el cual se despidió de la persona que más amo.

-Como no tuve el valor de irme contigo dejándolo todo, porque pensé en todo menos en lo que significaba dejar que el amor de mi vida se fuera de mi lado, por personas que hoy ni siquiera sé donde están o que se fueron apartando de mi, sin saber cómo o porque.- Dijo el pobre anciano Quincy sin saber que era observado por un también envejecido Ginrei escondido entre los árboles.

[2]*Recuérdame como fui, el amor a flor de piel a unos pasos de distancia, cerca del cerezo en flor o de la niebla gris.

Entonces Ginrei regreso a la realidad y sin despegar su mirada del lago dijo:

-Tal vez no fuiste para mí o si lo fuiste y no tuve el valor para volver y quedarme contigo y me quede sin ti, sin tus besos, sin tus palabras de amor, hasta la fecha hasta el perfume de tu piel tu sonrisa siguen en mi mente y no se irán…jamás.

Siempre te amare Sōken Ishida.

FIN.

Notas finales:

[1][2] Fragmentos del poema "Recuerdos en el Verano".

Que les parecio, espero que les haya gustado hice muchas referencias de sus respectivos decendienes creen poder encontrarlas todas jijiji? 

Bueno esta pareja es algo extraña pero hice mi mayor esfuerzo no quise aondar mucho en esto por que si he de ser sincera no los veo como una pareja en potencia

A otra cosa no hice este fic cronologicamente correcto. Yo se que Ginrei es mucho mas em...antiguo que Soken este fic solo fue un pedido especial.

Muy bien sin mas que agregar me despido.

Orli querido recuperate pronto

Besos.

  


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