“En el bosque de tus sueños”
II
Deje caer el tenedor.
No nos íbamos.
Papá recibió la noticia de que aún no era necesaria su presencia y que probablemente por diferentes asuntos que realmente no me importan, su traslado no se hará al menos por los siguientes 6 meses.
Mi padre estaba con un humor de cuidado y mi madre simplemente callada.
¿Y yo?
Yo hice un esfuerzo gigantesco por no saltar de alegría sobre la mesa.
Terminé mi cena, di las gracias, lavé mi plato y me fui a mi cuarto.
Me tiré en la cama y presioné mi cara contra la almohada. Un gritito de felicidad abandono mi boca.
¡No nos íbamos!
De inmediato le mande un mensaje a Ruki contándole en resumidas palabras.
Miré el celular extrañándome -5 minutos después- del por qué no había recibido respuesta aún cuando usualmente me respondía rápido.
De: Rukichii~
¡YEIIII! Ahora ponte lindo y ven a mi casa en 10 minutos.
¿Ah?
Suspiré y me volví a recostar en la cama.
Sabía, por experiencia, que sería inútil preguntar ¿Para qué?
Mientras me vestía encendí la pequeña televisión que tenía en mi habitación. Pasaban animaciones para niños.
No le cambié de canal. De cualquier manera nadie más vería que aún tenía un pequeño gusto por ellas.
Y cuando salí -30 minutos después (Ruki me mata)- ellos dos iban pasando justo en frente. Pude ver como llevaban dos bolsas cada uno llenas de golosinas.
— Ah… ¡Hola! –me saludó el mayor- Ayer no me presenté –se inclinó rascándose la nuca- Shiroyama Yosshio. Y este aquí es Yuu.
— ¡Yo sí me presenté! No soy baka como tú.
— ¡Hey! ¡Pequeño falta respeto!
Yuu le sacó la lengua y yo no pude evitar reírme un poco.
— Pero dime Aoi –me miró entonces.
— Aoi será –volteé a su hermano– Takashima Kouyou.
— Me gusta tu boca…
¿Eh…?
Los siguientes largos, condenadamente largos segundos, fueron demasiado… ¿incómodos? No sabría decir. Miré al chico. Su hermano también le miró.
— ¡Yuu ya hemos hablado sobre eso!
¿Exactamente de qué hablaron?
— Pero él es lindo –hizo un puchero.
— ¡Yuu! Lo siento –se dirigió a mí- Él es algo…directo. Honesto. Bueno, hehe. No te lo tomes a mal.
¿Honesto? ¿Entonces también piensas que soy lindo?
— No es malo que le diga lindo. ¡Ay nii-chan! –sacudió su cabeza negando y suspirando como si el mayor de todos fuese él.
— Pequeño demonio… –entrecerró los ojos pero no dejó de sonreír.
— ¡URUHA! –y ahí estaba la voz de mi amigo.
Me volteé y lo vi caminar hacia donde estábamos. Me preparé mentalmente para el discurso de puntualidad que me daría.
— Hola.
Giré los ojos cuando le habló al hermano de Aoi sin prestarme más atención.
Luego de las presentaciones, sí me preparé entonces para la reprimenda y…
— ¿Quieres venir también? Tengo video juegos nuevos y buenas películas basadas en ellos.
Joder. De verdad que Takanori no perdía tiempo. Él y sus alborotadas hormonas ¿Por qué no simplemente se iba con el vecino? Él sí que parecía con ganas de calmárselas.
Oh, cierto.
Aún no le digo.
— Bueno nos-
— ¡Sí! ¡Sí! –Aoi respondió por ambos.
— Ok. Vamos.
Y pues los videojuegos que había comprado eran buenos y la película que vimos entretenida. Aoi estuvo todo el tiempo hablándome, lo cual creo que fue una gran ventaja para Ruki que no se alejaba de su hermano. No ignoraba al chico pero tampoco le daba mucha importancia. Ni siquiera cuando durante la película se sentó a mi lado y sujetó mi mano sonriente.
Me pude dar cuenta que el otro no parecía incómodo por las insinuaciones de Ruki pero tampoco era como si también…”quisiese”. Era hetero, algo me lo decía.
Por eso Ruu-chan…Fíjate en el vecino, seguro y es un pervertido como tú.
La madre de Ruki llegó y fue entonces que nos dimos cuenta de la hora. Eran pasadas las diez. La mujer sólo nos saludó antes de irse directamente a su habitación. Ruki me dijo una vez que siempre llegaba agotada de su trabajo directo a dormir.
— Nee Uruha… –Aoi había comenzado a llamarme así.
Caminaba junto a él mientras más atrás venía su hermano y Ruki. Los estábamos acompañando. Cómo si se fuesen a perder en el camino que habían 7 casas desde la de Ruki pero bueh…
— Dime.
— Fue divertido estar contigo.
— ¡Hehe! Sí, Takanori es un buen anfitrión.
— El chibi no importa –y fue entonces que tomó mi mano. No le di importancia. Era un niño ¿No?
Y caí en cuenta.
— ¿Chibi? –Reí y él asintió– No lo vayas a decir frente a él que se nos enoja luego.
— ¡Hehe! ¿Por qué si lo es?
Simplemente negué.
Llegamos a su casa.
— ¡Buenas noches! –dijimos a coro Ruki y yo.
— ¡Buenas noches! –Yosshio se despidió.
— ¡Bye Uru! –Aoi sacudió su manito– ¡Nuestra primera cita fue linda!
Y sin más, con las mejillas algo coloradas entró a la casa.
Y con las mejillas coloradas yo me quedé en… ¿Qué rayos…?
Ni siquiera tenía que voltear para saber que Ruki sonreía malicioso.
— ¡Hehe…! –Yosshio sonrió y se mordió el labio– ¡Bye!
— Vaya…al fin tuviste tu primera cita.
Y el maldito enano terminó por decir aquello en el camino de vuelta.
— ¿Qué cita? ¡No seas tonto! Sólo pasamos el rato en tu casa.
— Sí. Yo tratando de conquistar a su hermano y él a ti.
— ¡¿Qué?!
Ruki suspiró y empezó a caminar.
— La tarde no resultó como lo había planeado pero creo que fue más divertido –habló luego.
— ¿Y qué esperabas?
— Te llamé para que saliéramos por ahí.
— Eso fue lo que supuse…
— ¡Buenas noches!
Aquella voz nos sorprendió.
Uke Yutaka estaba llegando a su casa. Sí estábamos justo en frente.
Yo hice una pequeña reverencia respondiendo y Ruki…Ruki le dio una de sus miraditas y siguió caminando.
Yo sólo me hice el desentendido cuando noté como él otro la respondió.
Bostece. Ahora sólo quería dormir.
* ~ * ~ *
Pues no me lo dijo directamente pero pude entender que era más hetero…que desperdició. Pero fue divertido intentarlo y también ver aquello que Uruha no parecía pillar aún. El hermanito de Yosshio lo veía con tanta…vaya. Y era sólo un niño.
Cuando ya caminábamos a casa nos lo encontramos.
No le saludé de vuelta. Y seguí mis pasos.
Llegué a mi casa y desde el porche observé hasta que Uruha entró a la suya y cuando me giré, él me observaba.
Pervertido.
Sonreí.
Se puso en pie y botó su cigarrillo dejando también su chaqueta en una de las sillitas que decoraban mientras me veía acercándome.
Hasta esa noche eso duraría.
— ¡Deja de mirarme! –exclamé una vez llegue al par de escaleritas.
— ¿Disculpa?
— No te hagas el idiota y sólo obedece.
Escuché su suave risa.
— ¿Quieres pasar?
Esa era como la invitación del lobo a caperucita hacia su cueva y definitivamente yo no era un tonto.
— Claro que no.
— ¿Por qué?
— Eres un extraño. Mi mami me dice que no confíe en los extraños –dije haciendo un exagerado puchero.
— Soy tu vecino.
— Esos son los que más hay que temer. ¿Sabías que hay un programa donde pasan las historias de vecinos asesinos?
Comenzó a reír y esa sonrisa se me antojo bastante.
— No soy asesino. Te lo puedo asegurar.
Giré los ojos.
— ¡Como sea…! –giré sobre mis talones para largarme.
— ¿No te da curiosidad?
Su pregunta me hizo voltear y vi como me ofrecía la entrada.
Pues ahora que había hablado con él…sí.
Mi madre ya estaría metida en cama y mi padre no llegara hasta el fin de semana.
Por un ratito no pasara nada…
¿Cierto?
CONTINUARA
~Grezz~