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Kisetsu por Aomame

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Notas del capitulo:

Un regalo con moño dorado.

XD

Ushinawareta natsu= verano perdido


Kisetsu

Ushinawareta natsu

-¡De ninguna manera!-Yuuki se puso de pie al tiempo que golpeaba la mesa con las palmas

-¿por qué no?-replicó Ze chan reclinándose tranquilo en el asiento-Quiero que mis padres conozcan a su  nieto, ¿qué tiene eso de malo?

-Kei no es tu hijo-neceó ella.

Ze chan ladeó el rostro condescendientemente -¿de quién si no, entonces?

-Noboru-dijo testarudamente-es él. Yo lo escogí como padre de mi hijo.

-Aun así, Noboru san no ha fungido como tal ¿o sí? No es un estúpido y sabe perfectamente que Kei no es su hijo biológico por lo tanto no se ha esforzado en ser un padre de crianza. Kei tiene un padre ¡y soy yo!

A Yuuki  le tembló el mentón, se sentó de nuevo y me miró.

-De todas maneras ¿Qué diablos hace él aquí?

-él quiso venir-dijo Ze chan

-¿y tú tan campante permites que esté en una plática que no le corresponde?

-Es mi casa-dijo Ze chan- yo no le niego la entrada a mi amante.

Yuuki frunció el ceño, yo sonreí. Me sentí como en un pedestal en ese momento. Claro que ella lo notó y no tardó en arremeter contra mí.

-¿Qué sucede Kaname?-dijo- ¿temes dejarnos a solas y que recordemos viejos tiempos?

Entrecerré los ojos y dije lo único que se me vino a la cabeza-Muérete.

-¡No tienes nada que hacer aquí!-dijo y luego se giró hacia Zero-si vas a permitir que un niño caprichoso haga su voluntad, me voy.

-Ze chan-dije poniéndome de pie-me iré  a la otra habitación ¿está bien?

Él asintió. Recorrí la silla y me fui, no sin dirigirle una mirada despreciativa a mi hermana. Me instale en la otra habitación, me senté en el piso con la espalda recargada en la pared lo suficientemente  cerca para seguir escuchando.

-Ya está, Kaname se fue, ¿algo más?-dijo Ze chan con voz cansada

-No puedo creer que lo consientas tanto.

-ya te lo dije, es mi amante, consentirlo es un placer.

Sonreí, y pude imaginar el rostro furioso de mi hermana.

-cómo sea-dijo Ze chan-no estamos aquí para discutir si consiento o no  a Kaname. Estamos aquí para que des tu consentimiento para que me lleve a Kei un par de días con mis padres.

-Ya te dije que no. No eres su padre.

-lo soy

-no ante la ley. Ante la ley Noboru es el padre de Kei, ¡lleva su apellido! Tú no eres nadie, y hasta que no empieces un juicio no te dejaré a mi hijo

Ze chan suspiró- en ese caso, mis padres vendrán a verlo.

-No dejaré que pase. Los únicos abuelos que tiene ya los conoce.

-¡Diablos, Yuuki! ¡Estoy intentado por todos los medios llevar la fiesta en paz! ¿Podrías hacer un esfuerzo tú también?

Mi hermana calló, no sabía qué cara estaba poniendo, así que lleno de curiosidad me acosté lentamente en el piso  para asomar mi cabeza por el marco de la puerta sin que me vieran.

Ellos seguían en la mesa, Ze chan me daba la espalda y Yuuki me quedaba de frente, aunque casi no podía verla por el ángulo  adivine su rostro por el aura que emanaba. Estaba enojada, más bien frustrada.

Noboru había llamado desde Alemania cuando se destapó lo de Kei. Dijo que no le daría el divorcio y que hiciera como quisiera. Sobre Kei no hablaron nada. A Noboru el tema de la paternidad no le preocupaba, quería castigarla, y en su afán incluso sería capaz de apoyar a Ze chan para que pudiera quedarse con Kei. Mi hermana lo sabía y eso la frustraba.

-Zero-dijo ella suavizando su voz-¿de verdad quieres a Kaname?

Fruncí el ceño, de nuevo estaba saltándose la conversación principal, me molestaba y estaba seguro que a Ze chan también.

-Sí-dijo él- por quinta vez, Sí, Yuuki, lo quiero. ¿Qué tiene eso que ver con esto?

-¿lo quieres por qué se parece a mí?

-lo quiero porque precisamente no se parece a ti.

-¡Mientes!-dijo ella- te gusta sólo porque te recuerda a mi cuando tenía su edad. Me quieres a mí. Todavía me quieres a mí.

-¿quieres creer eso?-dijo Ze chan-adelante, no es así, pero si eso te hace sentir mejor…

Mi hermana giró el rostro y pude ver su gesto molesto.

-Yo te quise-continuó Ze chan- tanto que habría dado todo por ti. Si me hubieras escogido a mí…

-¿qué?-dijo Yuuki-No eras nadie. No tenías dinero, ¿cómo esperabas mantenernos a Kei y a mí? ¿Eh? Ni siquiera serías hoy el pintor famoso que eres, serías un trabajador cualquiera, en algún trabajo mediocre, y eso es lo que serías, un mediocre.

-¿ahora resulta que debo agradecerte que me dejaras y no me dijeras que ibas a tener un hijo mío?

-No sabía que era tuyo… y aunque lo supiera ¿te ibas a ir a Inglaterra no?

-No lo había decidido entonces, pero te habría llevado conmigo-dijo Ze chan- el dinero de la beca era suficiente para vivir tranquilos en Inglaterra, incluso habría conseguido un trabajo de medio tiempo, que de hecho  hice, y habríamos estado bien… Pero eso, Yuuki, no importa, ¿sabes por qué?

-¿por qué?

-Por que el día que me fui de Japón, yo ya no te amaba.

Aquel golpe no lo esperaba, ni siquiera yo.

-¿ah no? ¿Entonces a quién? ¿A Kaname?

-Sí-dijo Ze chan con toda tranquilidad-lo que pudo haber sido, lo que no pudo ser, el si tú me amabas o no. El si yo te amaba tanto como creía o no. Todo eso ya no importa, ni importará. Lo único que nos une ahora y para siempre, Yuuki, es Kei.

Mi hermana enmudeció de nuevo, lo miró y soltó de pronto, como si no siguiera el hilo de la conversación.

-Déjalo y cásate conmigo.

-¿me estás escuchando?... No tiene caso, además ya estás casada.

-Por eso, ayúdame a que Noboru me dé el divorcio. Luego nos casamos y Kei nos tiene a ambos, a sus padres como debió haber sido siempre.

Ze chan guardó silencio y mi corazón latió rápido en angustia total.

-No-dijo con calma por fin –Yuuki, no voy a volver contigo. Y con respecto a Kei, lucharé por él… yo sé que él es más feliz aquí que contigo.

-Entonces olvídalo-dijo ella y se puso de pie- no te dejaré a mi hijo. Ya te lo dije, él no tiene tu apellido oficialmente por lo que  no es nada tuyo. Ayúdame y quédate conmigo, o te juró que no lo volverás a ver.

Se puso de pie y sin decir más salió del departamento dando un portazo al salir. Ze chan se puso de pie, suspiró y se giró. Yo seguía acostado en el piso, y me vio.

-Eres un chismoso Kaname Kun-dijo riéndose.

+++

Ze chan y yo nos sentamos en el sillón, él apoyo su mejilla en mi hombro y suspiró.

-Ze chan no te preocupes-le dije tomando su mano y posándola en mi rodilla- mi hermana sólo está desesperada. Siente que el control sobre su vida se le va de las manos.

-Lo sé pero ¿cuánto durará esto?

-¿hablaste con Noboru san, verdad? No tienes de que preocuparte.

Ze chan no contestó, suspiró de nuevo. Yo estaba consciente de lo que pasaba, era bastante simple. Extrañaba a Kei. Tanto que parecía deprimido estos últimos días, de hecho ha dejado a la mitad un cuadro y lo ha cubierto con una manta, como si no tuviera intención de continuarlo.

Y no es el único deprimido, Kei también ha estado de mal humor. Se la pasa rogándole a su madre que le deje ver a su papá y ella siempre se lo niega rotunda y cruelmente. No hay día que Kei no llore.

Siempre que llego a casa, me pregunta si vi a su padre, cuando le digo que no, llora, cuando le digo que sí, su rostro se ilumina y me pregunta más cosas. Ze chan me da, cada que nos vemos, un pequeño regalo para Kei, ya sean juguetes, dulces o colores y acuarelas. Así que cuando se los entrego, la sonrisa de Kei se hace más grande, más feliz. Pero no dura mucho, de inmediato me dice que desea verlo, que lo extraña.

Me gustaría hace algo por ellos, ellos que se han convertido en lo más importante para mí. Y qué verlos así, me deprime también.

-Ze chan, mis padres están molestos con Yuuki-le dije-también cuentas con ellos, así que no te preocupes, todo estará bien.

-Sí-dijo él escuetamente-aun así, quiero verlo.

-Bueno, eso tiene solución-dije y él despegó la mejilla de mi hombro para mirarme.

-¿de verdad?

-Sí, las vacaciones de verano se acercan ¿ne?

++++

++++++

-Oh Kiryuu sensei-dijo mi padre-bienvenido. ¡Querida ya llegó sensei!

Mi madre salió de la cocina y al ver a Ze chan corrió a abrazarlo.

-Bienvenido, Zero-se giró hacia mi padre-llámalo por su nombre, es tu yerno, caray.

-No es tan fácil, ante todo es mi pintor favorito.

Ze chan sonrió y yo con él.

-Oigan-dije-¿y qué? ¿Yo no merezco un recibimiento?

-¿Y a ti por qué?-dijo mi padre- A ti te vemos todos los días.

-Ah gracias-dije

Mi madre y Ze chan echaron a reír.

Estábamos en la casa de verano de mi familia. Ese año mis padres y yo fraguamos unas vacaciones en las que Ze chan y Kei pudieran pasar tiempo juntos, sin que Yuuki, aunque estuviera ahí, pudiera decir nada.

Dejamos las maletas en el recibidor y nos sentamos en la sala con ellos.

-Kei y Yuuki salieron a comprar unas cosas, regresaran pronto-dijo mi padre ofreciéndole una copa a mi amante.

-Zero chan-dijo mi madre con demasiada confianza-esta casa solo tiene tres habitaciones, ¿no te molesta compartir habitación con Kaname?

-¡¿Qué le va a molestar?!-contestó mi padre por Ze chan-es lo que todo novio quiere, jajaja

-papá-dije un poco avergonzado.

-Está bien-dijo Ze chan- tu padre tiene razón.

Lo miré sorprendido y sentí mis mejillas encendidas

-Tú también, Ze chan

Él y mi padre rieron y chocaron sus copas, felices de tomarme el pelo.

La puerta se abrió entonces. Kei entró corriendo y se detuvo en la sala. Sus ojos se agrandaron y su sonrisa se ensanchó.

-¡Papá!-gritó y de un salto trepó al regazo de Ze chan.

-¡Hola!-dijo mi amante abrazando a su hijo.

Yuuki se paró en medio de la sala, nos miró uno por uno.

-Bienvenidos-dijo con una sonrisa, descolocándonos a todos.

++++

A la orilla de la playa, Ze chan juega a hacer castillos de arena con Kei, ambos ríen y parecen felices. Eso por supuesto, no me molesta. El problema es que no están solos, Yuuki juega con ellos, bromea y ríe con ellos. A lo lejos parecen una familia.

-Kaname-Mi padre se sentó a mi lado-deja de mirarlos así.

-No puedo-dije- Yuuki no se ha despegado de ellos en todo este tiempo.

-Vamos, no estés celoso. Yuuki quizás he reflexionado, y quiere que su hijo pase unas buenas vacaciones. Eso es todo.

-mmmmgg-refunfuñe, mi padre se sonrió y me dio una palmada en el hombro antes de levantarse.

Durante la comida, me di cuenta que el buen humor de mi hermana no tenía nada que ver con Kei. Toda su atención iba hacia un punto, Mi Amante.

-¿te gusta la comida, Ze chan?-dijo-prueba ponerle un poco más de sal, toma aquí está.

Y luego,

-Ah Ze chan tienes un poco de comida en la comisura de los labios-dijo sonriendo, limpiándole la zona con una servilleta- así está mejor.

Y en el postre,

-¿Ze chan quieres probar mi helado? Está muy rico. ¿No? Bueno… ¿Puedo probar el tuyo?

Aaaahh me tenía harto, era tan obvio lo que pretendía que resultaba descarado. Al terminar la cena me levante de la mesa visiblemente molesto y me senté en uno de los sillones de la sala. Ze chan me siguió y se sentó conmigo.

-¿estás molesto?

-¿no se me nota?-ironicé. Él me sonrió y revolvió mi cabello.

-no te preocupes-dijo- creo que Yuuki sólo quiere darle unas buenas vacaciones a Kei.

-No, no es eso. Ze chan ella…

-¡Papá!-Kei se encaramó al sillón-¡Vamos a quemar chispas!

-¿Chispas?

-Sí,m esos que hacen “¡Bom!” y llenan el cielo de colores-dijo sacudiendo una bolsa llena de fuegos artificiales-abuelito, me los compró.

-ah ya-dijo Ze chan-vamos… Kaname kun, ¿vienes?

Asentí.

+++

En la orilla de la playa Kei, Ze chan y yo, prendimos las “chispas” como les decía mi sobrino. Parecía que todo mejoraba. Riendo y jugando los tres nos divertíamos.

-Tío Kaname, tío Kaname, mira- Kei se acercaba y me mostraba las luces para salir corriendo con Ze chan, a veces los tres prendíamos un cohete grande y lo observábamos llegar al cielo y explotar en colores variados.

Todo iba bien hasta que Yuuki asomó su narizota. Se paró a nuestro lado y nos observó un rato. Ni Ze chan ni Kei se habían dado cuenta de su presencia hasta que habló.

-¿por qué no me invitaron?-dijo sonriéndoles, según ella, alegremente.

-Por qué no te gustan las chispas, mamá-contestó Kei y tanto Ze chan como yo nos miramos sonriendo.

-Claro que me gustan-dijo ella acuclillándose a lado de Z echa- veamos…

Tomó una luz de bengala y la encendió, las luces salieron justo como las describía Kei, como chispas amarillas y naranjas, sostuvo el alambre sonriendo forzadamente. Yo sabía que odiaba los fuegos artificiales, más que nada porque le daban miedo, no en balde era su hermano y la conocía. Desde que éramos niños, le fastidiaban. En realidad, todo le fastidiaba.

-Yuuki-Ze chan la llamó-será mejor que la sueltes.

-¿eh? ¡Ay!-se quemó y se llevó los dedos a la boca.

-déjame ver-Ze chan tomó su mano y revisó la quemada, Kei se acercó también, aunque él por curiosidad.

Yo bufé molesto. Hasta donde llegaba con tal de llamar la atención. Ella me escuchó y levantó la vista, me sonrió. Lo hizo con suficiencia, incluso con descaro. Me hirvió la sangre, no creí que pudiera enojarme más, pero de que podía, podía.

-No tienes nada-dijo Ze chan-sanará rápido.

-¿de verdad?-dijo ella con voz lastimera-me arde mucho.

-en ese caso-dije y me puse de pie-te acompaño a la casa, mamá seguramente sabrá que hacer. Vamos te acompaño.

-Ah no Kana chan estoy bien, si Ze chan dice que no es nada es por qué no es nada.

-Anda, vamos-dije tomándola del brazo, levantándola y obligándola a comenzar a caminar-no queremos que se te haga una ampolla, ¿verdad, hermanita?

Prácticamente la arrastre lejos de Ze chan y de Kei. Y una vez dentro de la casa la solté bruscamente.

-¿me puedes decir qué diablos haces comportándote como una linda mujer?

-Soy una linda mujer-me dijo cruzando los brazos.

-¡ja! ¡Ni tú te la crees! ¡Déjate de tonterías! Sé lo que planeas y no te funcionará.

-¿y qué es lo que planeo según tú?

-quedarte con Ze chan-dije malhumorado-quieres mostrarle la “feliz familia” que podrían llegar a ser. Pero no te servirá. Él me quiere a mí ¡A mí! ¿Entiendes?

Yuuki me sonrió condescendientemente.

-cierto, hermanito. Pero aún cuando te quiera más que a mí ¿no crees que haría lo que fuera por ver a Kei feliz?

-¿qué quieres decir?

-Que si Kei es feliz teniéndonos a ambos, ¿qué crees que haga Zero? ¿No te parece obvio? Se quedará conmigo.

Fruncí el ceño y ella me sonrió triunfante.

-disfruta de tus últimos días a su lado-dijo y entró a la casa girando de golpe, dándome una cachetada con el largo de su cabello castaño.

+++

+++++

Ze chan  entró en mi habitación después de acostar a Kei.

-¿ya te duchaste, Kaname kun?-Asentí sin mirarlo-Entonces es mi turno-asentí de nuevo cruzando los brazos sobre mi pecho.

Ze chan se detuvo un poco y frunció el ceño, supongo que se dio cuenta de mi mala actitud pero no quiso discutir, tomó sus cosas y se metió al baño.

Cuando salió yo había apagado la luz y me había acostado. Sentí cuando apagó la luz del baño y escuché el sonido sus pasos disminuido por la alfombra. Poco después se acostó a mi lado.

-¿sigues despierto?-dijo en un   murmuro para que, por si lo estaba, no me despertara.

No contesté y me quedé inmóvil. Ze chan se acurrucó en mi espalda apoyándose en ella. Me entraron unas ganas terribles de darme la vuelta y abrazarlo, de hecho desde que llegamos tan solo esperaba el momento para estar a solas con él. Pero mi enojo y mi miedo me paralizaban. Necesitaba abrazarlo, tanto como que se alejara de mí.

-Ze chan-dije-tu cabello moja mi espalda.

Él me soltó y apartó su rostro. Deje de sentir su calor, y aunque era verdad que su cabello estaba húmedo, no lo suficiente como para empapar mi espalda.

-lo siento-murmuró, y el fru fru de las sabanas me hizo darme cuenta que había cambiado de posición en el colchón- Kaname ¿estás molesto?

Chasqueé la lengua y me hice más a la orilla. Estaba molesto, muy molesto. Pero en ese punto ya no sabía con quién, si con él, con Yuuki o conmigo mismo.

-lo siento- repitió- es por Yuuki ¿verdad? Perdóname, no supe como apartarla en todo el día. Es solo que Kei parecía tan alegre que…

-¿La soportaste sólo por él?

-pues…sí

-Ya-dije encogiéndome en mi lugar-no importa entonces.

Dije aquello bruscamente, sin siquiera parecer empático. Lo que Yuuki me había dicho era verdad. Ze chan era de esos padres que harían lo que sea con tal de ver felices a sus hijos. En realidad no podía reclamarle nada, y esa imposibilidad me frustraba al grado de enojarme.

-Kaname-él me llamó de nuevo y su mano se posó en mi hombro, en un reflejo, del que me arrepentiría después, moví mi hombro y rechacé su toque.

-Buenas noches-dije

Él permaneció en silencio por unos minutos que me parecieron eternos.

-Buenas noches-murmuró y sentí como se daba vuelta en la cama.

Poco después giré el torso para verlo. Ze chan estaba del otro lado de la cama, encaramado a la orilla como yo. No sé si dormía, probablemente no, porque al día siguiente sus ojos estaban rojos. Pero lo que vi entre nosotros esa noche fue un espacio vacío, una brecha echa de las sabanas estiradas y blancas, pero que en realidad era un vacío más profundo y eso me trajo pesadillas.

+++

Al día siguiente Kei, Ze chan y Yuuki se marcharon de nuevo a la playa, nada había cambiado y por supuesto, yo me sentía peor. Molesto por haber rechazado a mi amante, molesto porque él no podía rechazar a mi hermana, molesto porque Kei luciera tan feliz con ellos dos, y molesto, muy molesto de que me preocupara tanto.

Cerca de mediodía en contra de mi orgullo, fui a sentarme en la orilla de la playa, no los vi y refunfuñe contra mí, por estúpido. Sin embargo cuando me tumbé en la arena con los ojos cerrados algo trepo sobre mí. Me incorporé para encontrar a Kei sonriéndome, sentado en mi abdomen.

-Tío Kaname ¿me compras una pelota?

-¿una pelota?

-Sí, roja y grandota. Quiero jugar con mi papá…

-¿y tus padres donde están?

-Por allá-dijo señalándome un lugar bastante difuso, en realidad no supe donde era “allá”.

Me incorporé,  él se paró y comenzó a brincar en la arena.

-así que se quedaron solos-dije malhumorado-que conveniente.

-Tío Kaname, ¿me compras mi pelota?

-sí, sí-dije.

Mientras escogía su pelota, yo seguía enojado, mi sobrino es un chico inteligente y se dio cuenta de inmediato, aunque no pregunto por qué, hizo otra pregunta que me dejo un poco atontado.

-Tío Kaname ¿ya no nos quieres?

-¿eh? ¿Por qué dices algo así?

-Porque ya no quieres ir a jugar con mi papá y conmigo.

-Eso es…bueno, está tu madre ¿no? ¿No te gusta estar con ella?

-Sí, pero…-Kei tomó la pelota entre sus manos y yo tendí el dinero para pagarla-…se siente raro

-¿raro? ¿Por qué?-lo tomé de la mano y caminamos de regreso hacia la playa.

-Porque mamá nunca juega conmigo-dijo con una naturalidad sorprendente- a mi papá y a mí nos gusta más cuando estás tú.

-habla por ti-dije-Ze chan está muy cómodo con ella. Ha de estar feliz.

-Nop- Kei me miró-papá le va a decir que nos deje jugar solos. Por eso me dijo que viniera contigo.

Me detuve y Kei se me quedó viendo con cara de interrogación. Ze chan había decidido no hablar, sino pelearse con Yuuki, y para que Kei no escuchara, lo había mandado conmigo.

Efectivamente, cuando regresamos, Yuuki caminaba hacia la casa con el rostro rojo de furia, con el ceño fruncido y volteó la cara nada más verme. Ze chan vino detrás de ella y se detuvo con Kei, quién le tendió la pelota, feliz de poder comenzar el juego.

-¿quieres venir?-me dijo Ze chan sonriéndome amablemente, como siempre.

-Sí-dije yo siguiéndoles hasta la orilla de la playa.

+++

++++

-¿y Kiryuu sensei y Kei chan?-dijo mi padre a la hora de la comida.

-Ze chan dijo que quería hablar con Kei chan, y fueron a comer al centro-contesté. Yuuki tintineó los cubiertos en el plato.

-No me pidió permiso para llevárselo-refunfuño.

-solo estás molesta porque no quieren estar contigo.

-¡Kaname!-mi madre me lanzo su mirada clásica de advertencia.

Yuuki chasqueó la lengua y golpeo la mesa con los puños.

-No me interesa-dijo-que se lo lleve… será su última comida juntos. Antes digan que estoy siendo condescendiente con ellos.

-¿De qué estás hablando, hija?-mi padre le preguntó, aunque todos ya sabíamos más o menos la respuesta.

-En cuanto regresemos a Tokio, prepararé todo para irme a Alemania con Noboru. Eso incluye, por supuesto, a Kei.

Se levantó de la mesa y se fue dando un portazo detrás de ella.

+++

+++++

Ze chan entró a la habitación, justo como la noche anterior. Y como entonces yo lo esperé sentado en la cama.

-¿ya te duchaste?-me preguntó

-sí-dije esta vez mirándolo a los ojos.

-Bueno, entonces es mi turno.

Tomó sus cosas y entró al baño.

Cuando salió la luz seguía prendida y yo seguía sentado en la cama, tranquilo, esperándolo.

-creí que estarías dormido-me dijo  y pude notar un ligero tono de reclamo en su voz.

-nop, aun no. Te esperaba.

-Ya-Ze chan terminó de secarse el cabello y apagó la luz. Se acostó en la cama y se dio la vuelta dándome la espalda-ha sido un día largo… Buenas noches, Kaname.

Me metí en las cobijas y observe la distancia entre nosotros, de nuevo, funestamente, las sabanas blancas nos dividían. ¿Cómo podía ser? Si en antaño debajo de sabanas blancas nos uníamos.

-Ze chan-lo llamé, pero él no me contestó- Ze chan- insistí y cerré la distancia entre nosotros, pegándome a su espalda, deslizando mis brazos por su cintura-oye, no estés molesto.

-no lo estoy-dijo-Kaname, ¿tú pensaste que me quedaría con Yuuki si, así Kei era más feliz?

-Bueno yo…

-no se le puede dar un hogar feliz a un niño si los padres no lo son, ¿entiendes?

-supongo que sí.

-Bueno entonces, eso es todo. Buenas noches.

-Ze chaan-olvidé que era un niño, comparado con él había muchas cosas que se escapaban. Probablemente Ze chan entendió mi malestar y decidió cortar rápidamente con él, para no tener más problemas. Sin embargo yo no había comprendido realmente el porqué había estado con Yuuki ese tiempo, lo hizo por Kei, era así, deseaba de alguna manera que el mismo Kei decidiera, había cosas en las que no puedes forzar a un niño y aunque Kei quisiera estar con Ze chan no era necesario que renunciara a su madre, y viceversa . Y si yo hubiera estado con ellos, aún con ella ahí, en lugar de apartarme, las cosas tal vez habrían resultado mejor.

-dime, Kaname

-Ze chan ¿estás enojado?

-No

-¿quieres estar conmigo?

Ze chan suspiró y se dio la vuelta para mirarme en la penumbra de la habitación.

-claro que sí. Tengo que tatuártelo en algún lado, supongo, a ver si así no se te olvida.

-jeje-lo abracé y sentí la humedad de su cabello en mi barbilla-oye Ze chan…

-¿mmh?

-hay algo que me ha estado molestado estos días, aparte de lo que ya sabes

-¿el qué?

-¿por qué Yuuki te dice “Ze chan”? Me molesta.

Él se apartó un poco de mí, sin soltar el abrazo y se rió suavemente.

-Kaname, todos me llaman así. Cuando nos conocimos te lo dije, “mis amigos me llaman Ze chan” ¿recuerdas? Sé que me dirás que Yuuki ya no es mi amiga, pero supongo que se le quedó la costumbre.

-Pero Takamiya  san te dice por tu nombre.

-lo hace para molestarte-dijo- cuando no estás me sigue llamando Ze chan.

-Pero…

Ze chan me sonrió y con un rápido movimiento me tumbó en el colchón y subió a horcajadas en mí.

-¿Qué sucede?-me dijo levantando mis brazos por encima de mi cabeza-¿estás celoso de no ser el único que me llame “Ze chan”?

-pues…

-intenta decirme por mi nombre entonces.

Me sonroje, tanto tiempo de llamarlo así, que me resultaría titánico decirle por su nombre completo. Balbuceé un par de intentos y solo conseguí que él se riera. Sin embargo, soltó mis manos y deslizó las suyas por mi torso, desabrochando uno a uno los botones de mi pijama.

-¿sabes?-me dijo- Kaito me llama por mi nombre solo cuando estás, Yuuki solo cuando está enfadada conmigo. No me molestaría que sólo me llames así cuando estás excitado.

-¿eh?

Ze chan no me dejo pronunciar alguna palabra más, se inclinó y me  besó en la boca, abriendo mis labios  y dejando que su lengua buscara la mía. Al tiempo que sus manos recorrían mi torso, pellizcando mi piel y  con cada roce iba pulsando botones que encendían mi deseo.

Su boca se deslizó a mi cuello, me dejo palpitando un beso ahí y siguió su camino por mi clavícula, por mi esternón, hasta envolver con su  cálida lengua mis tetillas. Y luego con toda calma mordisqueó la piel de mi abdomen.

Se incorporó y deslizó el pantalón pijama fuera de mis piernas. Con la yema de los dedos toco mi rodilla y comenzó un descenso por mi muslo, primero con los dedos y a punto de llegar a mi ingle posó la palma de su mano, rodándola sobre mi piel sosteniéndose de mi cadera, y sumergir su rostro en el interior de mi muslo, dejando pequeños besos húmedos hasta la base de mi miembro, que ya se había erguido. Su lengua lo recorrió hasta la punta y de regreso. Era una tortura muy deliciosa, y cuando su boca se abrió para envolverlo, tuve que taparme la boca para no dejar salir mi voz.

Ze chan lamió y succionó con fruición, envolviéndome con su lengua, enviando a través de mi cuerpo oleada tras oleada de placer. Me corrí en su boca y mi vista se nubló un poco, hasta que sus besos me devolvieron a este mundo.

-¿no vas a decirlo?-me preguntó mordiendo el lóbulo de mi oreja y lamiendo después.

-Ze chan…

Se incorporó y se quito la parte de arriba de la pijama, antes de volver y besarme. Lo rodeé con mis brazos, su piel aún conservaba el aroma del jabón y era fresca al tacto. Mis dedos por su espalda, sus besos en mi boca, mi cuerpo lánguido y adormilado, el suyo devorándome lentamente, quizás por eso sin darme cuenta levante mis piernas atrapando su cadera con ellas. Él se detuvo y me miró un poco sorprendido, tanto como yo, cuando me di cuenta de lo que había hecho;  al instante lo solté, pero un tanto tarde, Ze chan había tomado el control, es más, yo se lo había entregado sin siquiera poner resistencia.

Sus manos me recorrieron de nuevo, sus besos me marcaron de nuevo, trazando el camino que yo ya sabía. El camino que muchas veces yo he recorrido en su cuerpo, deteniéndome ahí donde  él presionaba, donde sus dedos buscaban liberar la tensión.

No sabía qué hacer, dolía pero al mismo tiempo, no dolía. Es difícil de explicar. Me contorsioné, gemí y mordí  la tela de mi pijama. Pero a pesar de todo, no me quite, no lo empuje fuera de mi cuerpo, porque sabía, y sé, que yo lo deseaba de verdad.

Ze chan entró en mí, lento y suavemente, me sostuvo mientras me acostumbraba, me calmó y me besó. No dejo que el dolor apareciera, me llevó lento y cadenciosamente. Yo lo sentía cada vez más y más profundo, podía escuchar mi propia voz incoherente y la suya llamándome.

El calor del verano se deslizaba por las rendijas de la habitación. Mi cuerpo, y mis pensamientos le fueron entregados. Había escuchado que abrirse así a la persona que amamos se sentía bien, y era verdad, darse por completo, dejarle entrar y descubrir cada resquicio de tu mente y cuerpo, era maravilloso, me sentí en algún lugar lejano, arrastrado a un mundo diferente lleno de posibilidades, pero no estaba solo, Ze chan estaba conmigo, siempre  a mi lado.

Lo dije, terminé por decir su nombre con todas sus letras cuando el orgasmo llegó a mi garganta, cuando el remolino terminó por succionarme.

Después no recuerdo nada.

+++

 ++++

Al día siguiente regresamos a Tokio. Nos subimos todos en el auto de mis padres. En el asiento de atrás Kei chan iba sentado en las piernas de Ze chan junto a la ventanilla, yo en medio y Yuuki del otro lado. Mi posición, por así decirlo, era las más incomoda de todas, sin embargo mi mente estaba lejos de las comentarios de mi sobrino acerca del paisaje y su risa, o de los murmullos molestos de mi hermana.

-Kaname-mi madre volteó desde el asiento del copiloto-¿estás bien?

-¿eh?

-estas como distraído ¿estás mareado?

-Tío Kaname ¿vas a vomitar?-Kei chan apareció en mi campo de visión despejándome la mente por completo.

-aah…No, Kei chan. Estoy bi…-mi vista se topó con el rostro de mi amante que me sonrió suavemente.

-¡waaa tío Kaname se te puso la cara roja!

-Kaname ¿seguro que estás bien?

-S-sí- No sabía porque estaba tan avergonzado, bueno, sí lo sabía y saberlo, era lo que precisamente me avergonzaba.

Ze chan se rió por lo bajo y llamó la atención de Kei para que me dejara en paz. Mi aturdimiento se pasaría días después, pero sin duda, la distancia que antes existía entre nosotros se borró por completo. Más que nunca, Ze chan y yo, estábamos unidos.

++++

++++++

++++++++++

A finales de verano, principios de otoño, pasó algo que nos pondría a todos de cabeza. Ya sabíamos que Yuuki no descansaría hasta divorciarse de Noboru y casarse con Ze chan y que, si no podía hacer eso, se contentaría con impedir que Kei chan estuviera con su papá.  Pues bien, dado que Noboru no cedía y que Ze chan la rechazaba atacó a quién menos podía defenderse.

Llegué de a casa después de la escuela y ya había gritos.  Deje mi mochila, y corrí a la sala solo para escuchar el final de la discusión.

Kei lloraba agarrado de la falda de mi mamá, mientras ella y mi padre discutían con Yuuki.

-¿qué pasa?-pregunté.

-¡pasa que me voy a Alemania!-gritó mi hermana- Así tú y tu querido, pueden estar felices.

-¡Yo no quiero ir!-lloriqueó mi sobrino.

Yuuki bufó, se acercó a él y lo jaló arrancándolo de las faldas de mi madre, que intentó recuperarlo pero mi hermana fue más rápida.

-¡Quiero que subas a tu habitación!-le gritó al niño que tan solo pudo seguir llorando-¡y te callas!

-¡Basta, Yuuki!-le grité-¡No puedes tratarlo así! ¡Le diré a Ze chan!

-Dile-me dijo ella desafiante- dile. No me importa. Me llevaré a Kei a Alemania con Su padre…

-él no es mi papá-replicó Kei chan-¡No quiero ir! ¡No quiero!

Yuuki levantó la mano para golpearlo y fue mi padre quien se la detuvo. Kei aprovechó y salió corriendo hacía su habitación.

-¡¿Qué diablos te pasa?!-le gritó mi papá-¡Estás loca!

Yuuki se soltó y nos lanzó una perorata acerca de que Kei era su hijo, que Ze chan no tenía nada que hacer porque Kei estaba registrado con el apellido de Noboru, etc. Al final se fue molesta a su habitación, sin escucharnos.

-Voy a ver a Kei chan-dijo mi mamá sobándose las sienes.

-yo prepararé té-dijo mi papá

No pasaron ni veinte segundos cuando mi mamá regresó gritando. Kei no estaba en su habitación. Fuimos a buscarlo con Yuuki pero ella nos cerró la puerta diciendo que no estaba con ella, cuando mi madre insistió en entrar y revisar si estaba, no mostró ánimo alguno, ni preocupación.

-Haruka ¿qué vamos a hacer?-dijo mi madre al darse cuenta que Yuuki no tenía intención de cooperar para buscar a Kei chan.

-calma-dijo mi padre- tal vez esta en algún lugar de la casa. Juuri, búscalo aquí, por favor. Kaname y yo lo buscaremos en la calle, no debe de estar muy lejos.

 

 Lo busque por todos lados, recorriendo las calles llamándolo, internándome en el parque ya oscuro, e incluso acabe por buscarlo hasta debajo de los carros. ¿A dónde podía ir un niño pequeño a esa hora? ¿A cuántos peligros no estaría expuesto? Tenía miedo por él, de que algo le pasara, y miedo de la reacción de Ze chan si algo le pasaba, él ya había perdido a alguien y le había costado mucho trabajo recuperar la calma en su corazón, perder a su hijo, pensé, lo llevaría al borde de la locura, sería un dolor incalculable.

Todos mis temores de magnificaron al tiempo que la noche avanzaba y Kei no aparecía. 

Notas finales:

 

Feliz Navidad!!

Este es mi regalo para ustedes. Creí que no lo lograría pero de alguna manera, lo hice. Para quienes leen mis otros fics de VK me da gustó decirles que hay capitulo nuevo para todos. Ninguno es muy navideño pero aun así espero que les guste.

Besos y abrazos. Y que tengan un muy bonito cierre de año!!

Hablando de Kisetsu: Quieren matarme por poner de uke a Kaname?? see tal vez... pero saben? lo estuve pensando y de hecho es una idea que barajee muchas veces con mi complice yaoiesca, y llegue a la conclusión: ¿por que no? Una vez no lo matará. Además pienso que es una manera de acercarse más... Leí un manga, Haru wo daiteita (creo), en el  los protagonistas son sukes, aunque cada uno tiene un rol preferido, a veces, por gusto, cambian. No tiene naada de malo.

Y bueno dejando eso de lado, espero que les haya gustado o dejado con le expresión : O.O jeje (alguien me dijo que soy sadica, un poquito nada más ;D)

Es todo.

Hasta pronto!!!

                                     Continuará...


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