Kisetsu.
Natsu
-y esto, y esto y también esto-mi hermana puso la ultima maleta frente a mi- llévalo a la cabaña.
-¡¿Qué?!¡Son tus cosas, cárgalas tú!-grite indignado.
Yuuki se dio la vuelta, se inclinó hacia mí y se bajo los lentes de sol, solo para mirarme con los ojos entornados.
-Tú quisiste venir. Y ya que me arruinaste las vacaciones al menos puedes hacer eso-se dio la vuelta y siguió su camino dejándome su torre de maletas.
-¡YUUKI!-le grité, pero no me escuchó.
Son vacaciones de verano, Yuuki había planeado una salida con sus amigos, a mi aquello me emocionaba porque tendría la casa par a mi solo y no tendría que soportarla, pero entonces me enteré de que Ze chan iría también. Y ese fue motivo suficiente para querer ir.
Obviamente Yuuki no querría llevarme, pero utilice mi arma secreta: Mis padres. Dije que yo podría cuidar de ella, ser, como siempre, su chaperón. Aquella propuesta repugnó a mi hermana y maravillo a mis padres. Así que básicamente la obligaron a llevarme. Es por esa razón que está enojada y me trata como su sirviente.
-Te ayudo-escuché a mi lado, Ze Chan revolvió mi cabello y después se acomodó su única maleta de viaje en los hombros y con las manos libres tomó dos de las tres maletas de Yuuki, de esta manera yo solo cargaría la mía y la más pequeña de ella.
-Gra…gracias.
Él asintió y caminó enfrente de mí. Yo lo miré un rato ensimismado. Ze chan llevaba bermudas color café y una playera sin mangas color naranja, el tatuaje de su cuello era completamente visible y los percings en su oreja brillaban con la incidencia del Sol. Se veía tan guapo que mis ojos no se le despegaban.
-Kaname kun-Ze chan me llamó, al ver que me tardaba se detuvo y me espero-¡date prisa! Queremos ir a la playa antes de comer.
-S…Sí-dije- cargue mi maleta y la de Yuuki y corrí para unírmele y caminar a su lado. Mientras pensaba en ello baje la vista, los pies de Ze chan calzaban unas cómodas sandalias, tenía bonitos dedos, eso yo ya lo había notado en el hanami, y los observe mientras caminaba, tan perdido por ello que no me di cuenta y choqué con la espalda de alguien.
-Lo siento-dije sobándome la nariz.
-nah no importa, Ze chan, los chicos dormiremos aquí- el chico que hablaba era Takamiya Kaito, era un buen amigo de Ze chan y a mí me caía bien.
-Wow está muy amplio-Ze chan se asomó por la puerta ya corrida.
-qué genial que Yuuki es rica ¿ne?-Takamiya bajo su maleta
Nos hospedaríamos en una cabaña que mi familia tenía en esa playa. Era bastante grande y había lugar para todos, podría decirse que era otro control de mis padres.
-supongo-dijo Ze chan con desdén- ¿y las chicas, dónde?
-allá arriba-señaló el chico-¿por? ¿Vas a visitar a alguien?
-no seas idiota, traigo las maletas de Yuuki.
-¿y porqué tú?
-Porque es una bruja que no puede cargar sus cosas, ella sola-dije yo amargamente.
Kaito se rió y me dio la razón. Ze chan dejó su maleta y cargo con la que traía yo, a pesar de mi queja, él fue a entregarle sus maletas a mi hermana.
-Bien-Takamiya se frotó las manos-¿listo para ver bikinis, Kaname Kun?
-en realidad no me interesan-dije.
-¿qué? ¿No te gustan los trajes de baño?
-ah eso sí-dije sonriendo. Takamiya me devolvió la sonrisa complacida y comenzó a cambiarse, mientras llegaban los otros chicos. Yo al igual que ellos me puse cómodo. Miraría los trajes de baño de todos, pero yo solo podía pensar en uno: él de Ze chan.
+++
El traje de baño de Ze chan era muy sencillo, una bermuda azul marino, masculina y larga. No es que me decepcionara del todo, en realidad lo que yo quería ver era completamente visible: su torso desnudo.
Para matar el rato Yuuki y sus amigos jugaban voleibol en la playa, mientras que Ze chan y su amigo Takamiya, hacían surf. Y yo, como no sabía nadar y tampoco quería jugar, me senté en una toalla bajo una sombrilla. Era lógico que estuviera solo, ninguno de esos tipos eran amigos míos, solo le hablaba a Ze chan y a su amigo Kaito, era todo. Así que me bebí una limonada mientras los veía luchar con las olas.
Ahí, en la cresta de estás, Ze chan lucía más que guapo, su cuerpo sudaba al calor del sol, los músculos de su abdomen eran firmes y marcados, y se contraían suavemente mientras él mantenía el equilibrio. Reía y su sonrisa, enorme y hermosa tan solo me llenaba la mirada. Entonces la ola lo alcanzaba y era derribado, emergía de nuevo riendo, sosteniendo su tabla y con el cabello pegado a la frente.
Dios, era tan guapo que rayaba lo hermoso. Sentirse así por un hombre debería ser raro, pero si era así, entonces yo era la cosa más rara del mundo. Ze chan y Kaito salieron del mar, con las bermudas pegadas a las piernas por lo mojado, me sonroje, era lo más cercano que había podido ver la verdadera figura de Ze chan bajo la ropa.
-¡Hey Kaname Kun!-me gritó Ze chan-¿no quieres venir con nosotros?
-¿eh? Ah no, estoy bien aquí.
-¿Seguro?-Kaito hizo con su mano una visera y me miró así mientras se acercaban a mí -no nos has quitado los ojos de encima.
Mi rubor solo debió de aumentar, era claro que yo no era nada discreto.
-Sí es porque no sabes surfear, no te preocupes, te enseñamos- dijo Ze Chan quitándose el cabello mojado de la frente.
-Ese no es el problema- sin darme cuenta Yuuki apareció a mi lado- lo que pasa es que Kana chan no sabe nadar.
-¡Yuuki!
-¿qué? Es verdad, yo no sé para que querías venir si, ibas a estar así de aburrido.
-eso… no te importa-dije ocultando mi sonrojo, o al menos pensando que lo hacía.
Ze chan revolvió de nuevo mi cabello con una mano.
-entonces ¿quieres que te enseñe?
Levanté la vista, él me sonreía amablemente, como siempre. Sin poder hablar asentí lentamente. Yuuki bufó molesta y pateó la arena antes de alejarse.
+++
Mis lecciones empezaron al día siguiente. Ze chan encontró una zona en la playa donde las aguas estaban tranquilas. Lo seguí, hasta ese lugar, un poco asustado, lo admito, porque la única vez que intente aprender casi muero.
Tendría unos 7 u 8 años, con mis padres y hermana, fui de vacaciones a un balneario. Yo deseaba aprender a nadar, Yuuki dijo que me enseñaría pero, en lugar de ello tan solo me empujo a una de las albercas, casi me ahogo; si no fuera por el salvavidas, yo no estaría contando esto.
Como imaginaras, aquello provocó en mí un pavor al agua. Pero a pesar de todo, no quería parecer un cobarde al lado de Ze chan, no quería que él viera lo más patético de mí.
-Bueno, entra-Ze chan estaba sumergido hasta la cintura y me esperaba con los brazos en jarras-¡vamos!
-S-sí-dije poniendo un pie en el agua, estaba fría y me costaba caminar.
Cuando llegué a su lado, Ze chan me sonrió.
-no pongas esa cara de miedo, Kaname kun-me dijo revolviendo mi cabello de nuevo-yo estoy aquí para rescatarte ¿ne?
Asentí.
Considero que lo más difícil es, aprender a flotar. No es algo que tenga un método claro, hay personas que flotan, y otras simplemente que están negadas para ello. En mi caso fue un proceso largo pero nada desagradable. Ze chan me ayudó mucho, en ocasiones levantaba mi cintura con sus manos y sostenía mi espalda, luego poco a poco me soltaba. Al principio entraba en pánico y me hundía, en esas ocasiones, él, tomándome de debajo de las axilas, me ayudaba a emerger. Sentía su cuerpo húmedo detrás de mí, los músculos de sus brazos y el toque de sus dedos, no sé cómo le hice para no excitarme en ese momento. Al final de ese tiempo de práctica, tome confianza y flotar de pronto era cosa de nada.
Ze chan estaba orgulloso de mí y presumió mis avances a la hora de la comida.
-no es de extrañarse-dijo Kaito-se ve que es un niño ñoño.
-¡No soy ñoño!-respingue
-lo eres-dijo Yuuki- Ze chan con lo que le enseñaste es suficiente, podrá aprender solo lo demás, que tal si mañana…
-no es cierto-dije- yo aún necesito de Ze chan.
Mi hermana entornó los ojos y dejo, furiosa, los palillos en la mesa.
-¡Deja de acapáralo!
-No lo acaparó, sólo…
-¡Tú te aprovechas de un favor!-dijo poniéndose de pie y luego señalo a Ze chan-Y tú deja de mimar a este idiota.
-Yuuki- dijo Ze chan en modo conciliador.
-¡No! ¡Estoy harta!-ante la mirada de todos salió del comedor dando largos y contundentes pasos que sonaron en el piso de madera.
Ze chan suspiró, se puso de pie y la siguió. Yo estaba enojado, me puse de pie también dispuesto a seguirlos pero Takamiya me detuvo tomándome del brazo.
-Oye, déjalos, tú hermana es una mujer muy difícil pero, Zero puede controlarla.
-Pero…no puedo, siempre le esta recriminando cosas.
-Tú déjalos. Verás, Zero es un domador de fieras.
Era cierto, poco después regresaron. Mi hermana se mostro afable y cariñosa con todos, incluso conmigo. Me pregunté qué fue lo que Ze chan le dijo.
+++
Al día siguiente, mejore bastante en mis clases de natación y Ze chan y yo nadamos un rato por aquella zona tranquila. Él lo hacía bastante bien, en realidad muy, muy bien. Esta vez fui yo quien comentó esa observación en la comida.
-Es de esperarse-dijo Takamiya de nuevo-Zero está en el club de natación de la universidad ¿no te lo dijo Yuuki?
-No-dije asombrado.
-tienes un buen maestro, es el novato del año-presumió Takamiya.
-eso no es cierto-dijo Ze chan y pude ver un poco de rubor en sus mejillas.
-Claro que sí, eres el mejor de primer año.
-¡ah ya cállate!
Yo lo creía, de hecho no podía esperar menos de él. Pedí animado que me invitara algún día a verlo competir, él asintió un poco avergonzado.
Yuuki en cambio tan solo observó nuestra conversación, no dijo nada y en teoría estaba hablando con una amiga suya, pero no apartó la vista de mí. Y cuando terminamos de comer me llevó aparte.
-¿Qué te traes?-me dijo acorralándome contra una pared.
-Nada… ¿de qué hablas?
-¡Con Ze chan! Te la pasas pegado a su sombra y pareces muy interesado en todo lo que tenga que ver con él.
-Bueno ¿y qué? Me gustaría ser como él cuando vaya a la universidad.
Mi hermana se rió-Ni en tus sueños. ¡Sólo déjalo!-ordenó y dio media vuelta.
-¡¿y tú qué?!-dije antes de que se fuera-¿A ti en que te afecta? ¿Por qué te pones tan celosa?
-¿por qué, dices? No es algo que un niñito como tú comprenda-y sin más se fue dejándome con la boca entre abierta.
El porqué, lo descubrí esa noche.
+++
Era la última noche en la playa. Y cómo todas las noches, dormimos todos en yukatas, uno al lado de otro en el cuarto destinado para los chicos; yo dormía entre Ze chan y Kaito.
Me gustaba mi lugar, podía ver la nuca de Ze chan en ocasiones y en otras su rostro durmiente, confieso que dormí muy poco esas vacaciones. Pero esa noche en particular había algo más que me impedía dormir: el asfixiante calor. No podía dormir, en cambio los demás sí, Takamiya incluso roncaba detrás de mí, Ze chan… Ze chan tampoco podía dormir, pero no lo note hasta que se levantó cuidadosamente, me hice el dormido y sentí sus pasos tenues tocar el piso de madera, escuché la puerta correrse suavemente, primero al abrirse y después al cerrarse.
Pensé que había ido al baño, pero el tiempo pasaba y no volvía, era demasiado tiempo para solo ir al baño. Me levanté también, procurando seguir su ejemplo cuidadoso, salí de la habitación. La cabaña estaba oscura, excepto por una tenue luz que se filtraba de la pequeña sala de estar, fui hacia ahí, a cada paso, me di cuenta de que algo pasaba, se escuchaban ruidos raros.
Al llegar aventuré tan solo una mirada. Mi rostro se volvió completamente rojo al ver lo había ahí.
Ze chan estaba acostado en piso y encima de él mi hermana. Podrás pensar que, fue un trauma para mí ver a mi hermana teniendo sexo, pero no. Porqué cuando los vi, mi corazón se retorció en mi pecho de otra manera.
Yuuki se movía arriba y abajo, ayudándose con sus piernas, estaba completamente desnuda y sus senos se movían al compás de sus movimientos. Pero no fue en ella en quien me fije.
Era en él. Ze chan no se había quitado el yukata del todo, su torso estaba denudo pero la prenda seguía sujeta a su cintura, abierta tan solo, en la zona donde se unía con ella. Su rostro estaba extasiado, abrumado, podía ver el placer asomar lentamente. Su pecho, frente, y abdomen perlados de sudor, parecían estarse derritiendo. Sus manos se aferraban a la piel de Yuuki, atrayéndola hacía él, besándola sensualmente, con sus labios, con su lengua y dientes, un beso que de pronto, quise que fuera mío.
De hecho en ese momento todo yo quería era que él me perteneciera, imagine que era por mí que él lucía así de sexual. Que sus manos me tocaban y sus labios me probaban. Imagine que yo lo tocaba, que recogía con mi lengua cada gota de sudor, que mis dedos se sumergían en la humedad de su piel. Que yo era su dueño, quería ser quién lo llevará al orgasmo.
Incapaz de seguir viendo, sintiéndome caliente por todos lados, tanto por excitación sexual como por celos, me levanté y fui al baño. Me lave la cara con agua fría, pensé en masturbarme pero no. Lo deje de lado cuando me di cuenta de algo.
Yo jamás me había sentido así, había tenido sexo con mis novias, pero, pensar hacerlo con Ze chan, algo que no había pensado hasta entonces, me golpeó fuertemente, como si fuera una ola del mar gigante. El calor del verano que me volvía loco.
Regrese a la habitación, Ze chan aun no volvía. Me recosté y cerré los ojos, el rostro crispado por el placer de Ze chan apareció entonces como si se hubiese quedado tatuado en el interior de mis parpados. Abrí los ojos, pero los cerré de inmediato cuando la puerta se abrió lentamente.
Habían terminado, Ze chan regresaba. Se acostó a mi lado, suspiró y se quedó dormido de inmediato, claro que sí, estaba exhausto. Me incorporé lentamente y sentado en el futón comprobé su respiración durmiente.
Había un ligero aroma masculino en el aire que expedía el cuerpo de Ze chan, su nuca tenía el cabello húmedo pero, al parecer había ido a lavarse antes de volver. Lucía tranquilo y yo caí en cuenta:
Yuuki y Ze chan eran amantes. Lo ocultaban, por supuesto, así tenía que ser. Ahora entendía porque mi hermana se ponía celosa, porqué me corría cada vez que yo aparecía en casa de Ze chan o nos encontrábamos. El porqué también él era amable con ella aunque no lo mereciera. Y aquello me aterraba.
Yuuki no, pensé, puedo soportar a cualquiera, pero no a ella. Yo ya sé que no serás mío, pero que no sea ella. Ella no te merece nada. Te hará daño.
Sí, daño, mi hermana es una maestra en eso, romperá su corazón y él no se recuperara jamás. Yo la conozco, yo sé, lo único que hará será lastimar a la persona que amo.
Me incline un poco hacía él. Y aguanté el nudo en mi garganta.
-Que solo sea sexo-dije-por favor, Ze chan, no la ames.