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Unseen por Satommy

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Notas del capitulo:

Sé que Siwon no es hermano de Minho pero no pude
evitar ponerlo como tal a diferencia de Taemin que sí
puse el nombre real de su hermano.
Espero que sea de su agrado y muchas gracias por los comentarios,
me animan a seguir en algo que no sé si hago bien :3♥

Recaudar la información necesaria de Lee Taemin no había sido tan difícil, pero ciertamente carecía de lo básico que él pudiera necesitar para dar sus primeros pasos en un acercamiento para lograr siquiera hablarle, ¿si no podía algo así, cómo demonios suponía que podría invitarlo a salir? Había pasado una semana desde la proposición de Hyunah y sinceramente, ya estaba dudando que pudiera cumplir con la condición impuesta por la joven pero algo en su mente –o tal vez su orgullo- le decía que no podía rendirse, a fin de cuentas él era “Choi Minho”, el más codiciado de todo el instituto y no podía simplemente dejar ir a la chica más deseada por todos. No por lo menos sin que él ya la hubiera tenido.

Era en momentos como esos, que almorzaban todos juntos en la mesa central de la cafetería, en los que se preguntaba, ¿cómo Taesun era de los populares y Taemin de los marginados? Jamás hablaban de sus lazos de sangre aunque todo el mundo lo supiera, pues la popularidad de su grupo dejaba en claro que todos tenían ovejas negras que preferían negar antes que mostrar al público, Jonghyun tenía una que otra ex novia que prefería también negar pues las chicas en cuestión no tenían nada de gracia. Ni siquiera algo de lo qué hacer burla con lo simples que eran.

 

Y el pensamiento de la cita volvió a su cabeza, nuevamente dudando de poder hacerlo.

 

-Eh, cuatro ojos, ¿por qué no te suicidas?

 

Una bandeja cayendo resonó entre todo el recinto, provocando que la mirada curiosa de todos los presentes se posaran atentos ahora al círculo que ahora mismo arrinconaba al tanto mencionado en su mente, tratando de mantenerse firme con la mirada en alto, pero a nadie engañaba ni a nadie podía ocultar el miedo que sus ojos denotaban.

Minho apoyó el codo sobre la mesa y su barbilla fue a parar a su palma, observando entretenido como lo torturaban a cada paso que daba.

 

-¿Por qué nunca lo defiendes? – la pregunta los tomó desprevenidos a él y a Taesun, pero Jonghyun siguió comiendo con tranquilidad, metiéndose una gran porción de arroz en la boca, esperando una respuesta - ¿Qué?

-Tápate la boca mientras comes – cortó el otro, mirando de reojo a su hermano que ahora parecía a nada de pelear. Una sonrisa extraña cruzó por su expresión – Tae es lo suficientemente grande para cuidarse solo, no necesita de niñeras

 

Minho sonrió al notar con satisfacción que su amigo no sería un impedimento al momento de jugar con el pelicastaño, así que ya sin algún tipo de temor –que le refrenaba el plan- soltó de pronto, la idea que tenía ya madurando junto con Hyunah, sólo que aún faltaba el movimiento inicial que era lo que lo detenía de hacer nada. Habló pasivo, casi como si el tema no le interesara de más como realmente hacía, aun cuando el otro castaño no parecía ciertamente interesado en proteger a su sangre, no quería ser tan descarado entre todo.

Si el tuviera un hermano menor, pensó, lo cuidaría aún con lo mal que le cayera… Y esperaba, que su hermano mayor pensara igual que él, pero Siwon era tan peculiar y muy en su mundo que dudó que alguien más que importara dentro de éste. Por un segundo y sin pensarlo demasiado, tuvo lástima del pobre nerd aquel, por ser tan odiado por nada en especial.

 

-¿Entonces, quieres enamorarlo y dejarlo? – Taesun enarcó una ceja sacándolo de sus pensamientos de pronto; tomando del sorbete que conectaba a esa pequeña caja de jugo que sostenía entre sus manos – No sé si Taemin sea así de fácil, nunca ha tenido novio

-Porque nadie nunca se le ha declarado

-¿Crees eso, Jonghi? – bromeó al decir aquel apodo que el otro tanto odiaba – Vale, está bien, hagamos una apuesta nosotros, si logras enamorar a mi hermano, haré tus deberes lo que resta del año,

-Es un trato – respondió sin más, pensando con rapidez en qué invertiría todo el tiempo libre que aquella victoria le acarrearía

-Easy brother~ llévalo tranquilo Minho – sonrió como si de pronto ganase un millón de dólares y Choi dudó de qué tan bien había hecho en aceptar sin ningún problema – No sólo debes enamorarlo que eso no es suficiente prueba para mí, hasta Jonghi podría hacerlo – Jonghyun y él giraron a ver a Taesun, que de pronto dejaba caer la cajita a un lado, girándose hasta recostar la espalda en el borde de la mesa, mirando hacia dónde estaba el menor de los Lee – Tíratelo, tírate a mi querido hermanito

 

Hubo un silencio tan profundo que el pelicastaño tuvo que girar a ver a sus otros dos amigos que lo miraban anonados. Se encogió de hombros para restarle importancia al tema, girando el rostro nuevamente al conflicto que tenía la atención de todo el alumnado. Acto que felizmente, los devolvió a la realidad.

El pelinegro dejó que su sonrisa lentamente se ampliara al tener el pase libre de Taesun, motivo por el cual no se percató de los murmullos a su alrededor hasta que se hicieron casi un griterío entre comentarios de lástima y otros, de burlas irrefrenables.

Miró hacia el punto donde minutos antes había estado el menor de los Lee y sólo vio al tipo que lo había estado molestado, sobándose los nudillos con una sonrisa victoriosa adornando sus labios.

 

-Minho, si quieres una oportunidad de acercamiento, creo que éste es el momento perfecto

-Jonhi tiene razón – el chico evitó el golpe del otro y miró a Choi con una media sonrisa – Te apuesto a lo que quieras, que está ahora mismo en uno de los baños llorando

 

----

 

Taemin golpeó las losas blancas de la pared con los dos puños, una y otra y otra vez, tratando de desquitarse la impotencia que cargaba en su pecho, tan perforante y asfixiante que si no fuera tan cobarde –como todo el mundo le hacía recordar a cada paso que daba- hace mucho ya hubiera buscado la forma de suicidarse y poder largarse de aquel maldito lugar, de aquella maldita familia, de aquel maldito país y ese maldito mundo que parecía sólo existir para hacerlo más miserable de lo que ya siempre se sentía.

Cayó de rodillas, sujetando con la mano izquierda su ropa, muy cerca de donde se encontraba su corazón, haciendo una gran presión sobre la tela y su propia piel a ver si el dolor así se hacía mucho más leve de lo que se sentía en verdad, a ver si por obra y gracia de algún ser super poderoso él podría dejar de sentirse menos miserable, menos que un cero a la izquierda en la vida de todos aquellos que lo rodeaban y conocía.

 

Lágrimas saldas y amargas para él, rodaron por sus mejillas, combinándose con la sangre que chorreaba por su nariz y su labio reventado. Dos golpes, el maldito le había dado dos golpes; uno con la derecha y otro con la izquierda, haciéndolo caer al suelo sin problemas pero antes que siquiera volviera a acercársele, él salió corriendo de ese sitio, hundiéndose más miserablemente en su destino, escondiéndose como una avestruz en su pequeño agujero, aquel que ya había declarado como su cuartel/escudo ante los problemas.

 

Pero la puerta sonó recordándole que su tortura no podía quedar así pues él era el punto de todo el alumnado y que seguro, lo habían seguido para terminar lo del comedor. Faltaba que nuevamente le metieran la cabeza al retrete, con eso su día estaría ya hecho.

 

Sonrió con lástima de sí mismo, lleno de sarcasmo y rendición.

 

 Elevó la mirada para ver quién o quiénes eran los que venían a hacerlo pasar peor y se encontró con tal vez una de las personas que menos quería ver. Choi Minho, uno de los mejores amigos de su hermano acababa de entrar hasta apoyarse contra los lavabos, sacando del bolsillo una pequeña cajetilla de cigarrillos para tomar uno y prenderlo, tirándole la cajetilla y el encendedor luego a él que se secaba con el dorso del saco del uniforme su rostro desastroso, mezclando a un punto desagradable la sangre que se secaba con sus aún vivientes lágrimas

¿Cómo es que pensaba Choi que fumaría dentro de un baño del instituto? No todos llevaban su maldito apellido ni todos tenían al director comprado como para hacerlo. Bufó por lo bajo, aun intentando limpiarse el rostro. Ninguno decía nada y Taemin en su ensimismamiento se preguntaba qué demonios estaba ocurriendo en ese preciso momento. El otro actuaba como si existiera.

 

Como si Lee Taemin de hecho, existiera para uno de los populares.

 

Él ni siquiera existía para su hermano.

 

----

 

-¿Por qué haces esto?

 

Le sorprendió la voz del menor, pues sonaba firme y alta, no de un debilucho como había creído desde, bueno para qué mentir, desde siempre.

Taemin lo observaba receloso y no podía culparlo pues aunque llevara casi dos años siendo amigo de su hermano jamás le había hablado o siquiera se le había acercado, aunque en el instituto todos lo molestaran, él era del grupo que actuaba como si Lee fuera invisible y no mereciera siquiera tener un poco de su atención. Por muy para mal que esta fuera. Y recordó por un segundo como ahora ambos estaban ahí, sentados en una banca cualquiera en algún parque lejos de la vista de sus compañeros de clase.

 

Después de entrar al baño y verlo al otro sumergido en su propia lástima, tomó un montón de toallas de papel para humedecerlas y tirárselas al rostro, dejando que el castaño se limpiase todo lo que podía con estas, calmándose también de aquel lloriqueo que había dejado liberar antes que él hiciera acto de presencia.

Al terminar de fumar dos cigarrillos, el otro por fin parecía nuevamente un ser humano, con el labio hinchado y la nariz un tanto rojiza pero bueno, presentable a la sociedad. Esperó a que se levantase para él acercarse a uno de los inodoros y botar ahí las colillas de lo que había consumido, saliendo luego de la cabina para acercarse a la única ventana del lugar para abrirla, señalándosela al menor que lo miró como si le estuviera pidiendo una locura.

Y si lo pensaba, tal vez le estaba diciendo que ya era hora de suicidarse –la idea no le pareció tan mala de sugerir- pero se encogió de hombros ante su desconfianza, no tenía planeado dirigirle la palabra hasta que estuvieran muy lejos de ese lugar y sin algún tipo de testigo que pueda presenciar lo que dijera o dejara de decir. Todo estaba muy bien planeado como para mandarlo a la borda por un simple descuido.

Sus pasos fueron lentos hasta Taemin, agachándose a sus pies para tomar sus pertenencias y luego simplemente, saltar al vacío por aquella ventana. No tardó en escuchar los otros pasos presurosos, dejando que su cabellera castaña asomara para ver con miedo a dónde había ido el pelinegro y recordó, como un completo idiota, que estaban en el primer piso.

 

Idiota Lee, en verdad era idiota.

 

Minho se rió ante la cara del otro que casi podía asegurar, quería darse un golpe a sí mismo. Lo miró un rato más hasta que decidió que era suficiente y se dirigió fuera del campus, caminando mismo rey por sobre el césped para salir por la entrada principal.

 

Y Taemin no entendió, porque si iba a hacer eso, ¿por qué salir por la ventana?

 

Soltó un suspiro y meditó las opciones que tenía, realmente ninguna se le hacía aprovechable así que sin nada que perder -tal vez sólo un poco de dignidad- saltó por la ventana con torpeza y siguió al alto, mirando como su espalda amplia se abría paso sin miedo a nada, sacándolo de su infierno personal. Por un momento, Lee vio la luz de salvación entre tanta destrucción que era su vida.

 

-No respondes – insistió Taemin, ésta vez sí tomando uno de los cigarrillos que le era ofrecido para tratar de prenderlo sin mucho resultado

-Aspira mientras lo pones al fuego, así va a prender – y Minho esperó, riéndose con ganas al ver al otro atorarse al tratar de pasarse el humo que de pronto le llenaba hasta la garganta - ¿Mejor?

-Deja de burlarte – estuvo a nada de tirar el maldito cigarro pero lo pensó mejor y le dio otra calada, ésta vez sí haciéndolo como suponía debía hacerlo. Soltó un largo suspiro que se mezcló con el humo, repitiendo la acción unas tres veces - ¿No piensas hablar?

-¿De cuándo acá hablas tanto?

-Que nadie se haya molestado en conversar conmigo, no significa que no pueda hacerlo – el menor tenía un punto ahí así que sólo asintió, fumando de su propio cigarrillo - ¿Por qué alguien como tú le habla a alguien como yo?

-¿Quién es el que ahora juzga por apariencias Lee? – lo vio pensar y rogó internamente que tangente hubiera dado resultado. Algo que se le daba bien a Minho era mentir pero no sabía que tan astuto era el otro chico, pero al verlo nuevamente vulnerable, supo que lo había convencido - ¿Te duele? – señaló su nariz, viendo al otro tocársela casi de instantáneo, haciendo una mueca

-Pasará, no hay mal que dure mil años

-A menos que te llames Lee Taemin – rió pero el menor lo miró otra vez con desagrado, frunciendo los labios casi casi, como un niño – Vale, broma de mal gusto

-¿Entonces? ¿Por qué hablarle al invisible de Taemin? ¿Acaso es una apuesta con mi hermano?

 

Minho negó aunque no pudo evitar el sonreír de lado al imaginar la cara de su acompañante si es que le decía lo que su querido hermano había pedido exclusivamente hacer con él. Ni siquiera Hyunah había llegado a aquellos límites. Choi pensó que su postura bisexual en ese momento le sería completamente útil, de ser meramente heterosexual se encontraría en una encrucijada y no podría cumplir el reto impuesto por su amigo pero era tan tonto ello. Se había tirado a tantos hombres como mujeres, ¿para qué contentarse con un solo género si podía tener a ambos?

 

Taemin le dio un pequeño golpe en la sien, logrando que una pequeña línea recta se formara en su frente, mirando al castaño expectante de su respuesta y supuso que nuevamente, estaba divagando entre sus propios pensamientos.

 

-Vale, simplemente creí que cruzaron una línea, cúlpame por ser humano – Choi evitó mirarlo, pensando que si lo hacía descubriría su mentira

-¿Ah sí? ¿Y dónde estabas la vez que aventaron mis cosas al techo del edificio central? ¿O cuando aventaron mi uniforme a la piscina mientras me bañaba en los vestidores?

-¿Qué acaso soy tu súper héroe o algo por el estilo? – su ironía se marcó, pero fue suficiente para el menor que estiraba la mano hacia él, pidiendo tácitamente un cigarrillo nuevo – Pensé que eras nuevo con la nicotina

-De algo he de morir – respondió fríamente, calando hondamente del pitillo – Entonces, Choi Minho ¿es lástima?

-Tal vez – se encogió de hombros, cruzando la pierna izquierda sobre la derecha para apagar en la suela la colilla, tirándola lejos en un abrir y cerrar de ojos – Siempre me has llamado la atención

-Los lentes le llaman la atención a todos – debía admitirlo, para ser un nerd, Taemin sabía bromear - ¿Por qué ayudarme hoy si mañana volverás a ser el “todo lo puedo Choi Minho”?

-No puedo todo – lo miró a los ojos, a nada de gritarle que Hyunah no quería rendirse a sus pies – Sólo hago parecer que sí

-Te creo – Lee ni siquiera dudó de sus palabras, algo que le puso de buen humor. Crédulo e idiota, Minho no necesitaba más – Entonces, ¿cómo se siente ser el más popular entre todo el recinto escolar?

 

Y fue así como empezó, tan simple y fácil que hasta Choi dudó que su plan fuera a cumplirse sin mayores contratiempos, tal vez en menos de dos semanas podría levantárselo y declararse.

 

En dos semanas podría tener a Hyunah y en dos semanas, sería el mejor estudiante sin siquiera esforzarse porque Taesun haría todo.

 

----

 

Esa noche, Taemin sonrió hasta que se quedó dormido porque por fin su vida no parecía tan mala.

Notas finales:

Lamento las actualizaciones tan por la noche,
no tengo mucho tiempo durante el día para hacerlo
aunque me haré un tiempo mejor para lograrlo...
Espero no tardar mucho con el siguiente capítulo.
Saludos :3


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