Aquella mañana yo me desperté con demasiada pereza, esta era tan fuerte que ni siquiera pude abrir mis ojos por más que lo intentara. Así que no me quedo de otra que rendirme por lo que los mantuve cerrados y gracias aquello pude dedicarme a pensar que el Yami que yo había visto, abrazado y chalado era nada más y nada menos que un producto de mi imaginación. Ese pensamiento pasaba por mi mente dado que mi faraón estaba muerto y los muertos no pueden volver a la vida.
En eso pensaba hasta que un ronquido me saco de mis pensamientos a la vez que provoco que me despertara y fijara mi mirada hacia la derecha de donde yo me encontraba. A ese lado se encontraba Atem quien además de estar sentado en una silla, el estaba profundamente dormido. La verdad es que desde que conozco a Yami nunca antes lo había visto dormir y esta era la primera vez que pude darme el lujo de observar como dormía mi amado.
En ese momento me di cuenta de que mi pensamiento estaba equivocado y que mi Atem si había vuelto a la vida. En realidad no sé como paso ese acontecimiento quizás haya sido un milagro o un regalo de los dioses de los cuales siempre estaré agradecido por haberme de vuelto a la persona más especial de mi vida.
Lo seguí observando hasta que el comenzó abrir sus ojos lentamente, estirar sus brazos hacia el cielo, bostezar cortamente y levantarse de la silla en donde había pasado la noche anterior.
- Buenos días ¿Cómo te sientes?- Me pregunta Atem mirándome con algo de preocupación en su mirada.
- Mejor gracias – le respondo con una pequeña pero muy dulce sonrisa.
- Qué bueno- me dice sonriendo al mismo tiempo que se dirige a la salida.
- ¿A dónde vas?- le interrogo algo curioso.
- Voy a buscar a una enfermera o enfermero-me responde antes de girar la manilla de la puerta.
- ¿Para qué?- le pregunto un poco molesto dado yo solo quería estar con él en la habitación no con otra persona.
- Para que me ayuden a sentarte en la camilla y para que te traigan tu desayuno- me contesta a la vez que sale de la recamara.
Yo solo lo vi a salir a la vez que suspiraba y miraba el techo de la habitación hasta que regreso Yami con una enfermera la cual apretó unos botones de un control remoto para que la camilla se moviera y yo pudiese quedarme sentado sin moverme de la cama. Al terminar con eso le dio unas explicaciones rápidas a mi faraón de cómo usar el control al mismo tiempo que le sonreía muy coquetamente lo que hizo que me hierbera la sangre dado que Atem es mío y no de esa maldita zorra. Cuando esa piruja termino de la dar la mini clase sobre el aparato, ella se marcho por lo que me sentí mas aliviado para después mirar a mi Yami quien tomo la bandeja con comida, la cual tenía tres potes uno con gelatina, el otro con sémola con leche y el ultimo con yogurt .
Luego de tomarla, la puso enfrente de mí, me pasó el pote con sémola junto con una cuchara de esas que usan para tomar el té y se volvió a sentarse en la silla con toda la intención de vigilarme hasta que comiera toda la comida. La verdad es que yo no tenía hambre pero si no comía el alimento que estaba en mis manos seguramente mi faraón me la daría a la fuerza, así que no me quedo más remedio que comenzar a comer.
Después que probé un poco me di cuenta que la comida del hospital no están horrible como unos dicen pero tampoco es tan deliciosa como la que hacen en los restaurantes sino que era al menos pasable. Luego de haber terminado de comer los tres pocillos, suspire satisfecho mientras que Atem quien sonreía complacido, quito la bandeja de la mesa con la cual salió de la habitación por unos tres minutos aproximadamente hasta que regreso a la recamara donde uso el control de la cama para volverá a su posición original .
Después de hacer el se sentó a mi lado y me miro seriamente.
- ¿Qué pasa Yami?- pregunto preocupado por la expresión que acaba de poner mi amado.
- Lo que sucede es que debes saber cinco cosas- me responde mi faraón mirándome a los ojos.
- ¿Cuáles? – le cuestiono confundido.
- La primera que mañana te dan de alta
- Qué bien, ya estaba aburrido de este lugar- digo feliz al saber que ya no pasaría un día más en este aburrido hospital.
- La segunda es que después que te den de alta nos iremos al puerto a tomar un barco hacia Domino
- Genial ya quiero volver a mi casa- menciono contentó dado que ya deseo volver a mi casita.
- La tercera que deberás pasar un mes en cama- me dice más seriamente.
- ¿Qué? Y ¿Por qué?- le pregunto sorprendido ya que no me esperaba que tenía que volver a casa para pasármelo en la cama.
- Ordenes medicas, la cuarta es que yo te voy ayudar en todo este largo proceso – me menciona a la vez que me toma de la mano para darme confianza.
- Gracias, Atem y ¿La ultima?- le digo dedicándole una pequeña sonrisa de gratitud.
- Que el doctor te vino a ver a noche mientras dormías- me dice mirándome a los ojos.
- ¿Qué fue lo que dijo el médico?- pregunto seriamente a mi Atem.
- Pues veras…
…………………………… FLASH BACK………………………………………
Habían transcurrido dos horas desde que mi Yugi se había quedado dormido profundamente gracias a los sedantes que le habían puesto dentro del suero. Mientras mi hikari se encontraba dentro de los brazos de Morfeo, yo me encontraba sentado a su al lado a la vez que contemplaba el hermoso rostro de mi ángel, el cual acariciaba de vez en cuando con las yemas de mis dedos suavemente para no despertarlo. Seguí haciendo lo mismo hasta que escuche que abrían la puerta por lo que me separe bastante de mi aibou para que no se dieran cuenta de lo que estaba haciendo.
- Buenas noches- dice el doctor entrando a la habitación.
- Buenas doctor, ¿Viene a revisar a Yugi?-le pregunto con algo interés.
- Si
- ¿Cómo está Yugi?- le cuestiono algo preocupado dado que la cara tenía el doctor no era nada positiva.
- Pues no le tengo buenas noticias, el joven Yugi está más bajo de peso de lo que yo pensaba –responde el médico seriamente a la vez que se alejaba de mi ángel.
- ¿Qué quiere decir con peso?- le pregunto confundido ya que no tenía idea a que se refería con peso.
- Pues todas las personas cuando nacimos tenemos un peso que equivale con nuestra estatura y este va aumentando a medida que vamos creciendo hasta los veinticinco años ya que esa edad dejamos de creer por lo que nuestro peso tiene que tener la misma cifra que nuestra medida. En este caso el joven Yugi mide un metro cincuenta y nueve centímetros y pesa veinte kilos por lo tanto el paciente esta treinta y nueve kilos más bajo de lo normal. Si él sigue así, va a llegar el día en que por falta de peso no pueda soportar su propio cuerpo por lo que él podría terminar postrado en un cama, a sentir que él es una carga para los demás y ese sentimiento lo podría llevar al suicido
- Entiendo, descuide doctor yo hare todo lo que esté a mi alcance para que Yugi coma – menciono muy seguro de mis objetivos.
- Bien, me retiro iré a ver a otro pacientes- dice el médico al mismo tiempo que sale de la habitación.
- Valla
Después de aquello el doctor se fue dejándome solo con mi Hikari por lo que yo me senté en la silla que estaba al lado de la cama de mi ángel y me quede observándolo un poco más antes de caer en los brazos de Morfeo.
(Nota: Yami solo le cuenta la charla que tuvo con el médico a Yugi)
…………………………… Fin de FLASH BACK………………………………………
- Yo no lo sabía- digo a la vez que bajo la mirada de sorpresa que tenia no sabía que mis descuidos alimentarios podrían llevarme a la muerte y ahora que mi amado ah regresado a mi lado lo que menos quiero hacer es morirme.
- Y ahora que lo sabes ¿Qué vas hacer?- me cuestiona a la vez que toma mi rostro entre sus manos para que lo vea a los ojos.
- Hare todo para volver a pesar lo de antes- respondo seriamente decidido a mejorarme.
- Bien, será mejor que descanses, mañana seria un día duro-me menciona a la vez que me besa en la frente.
- Hai – le digo a la vez que mis mejillas se sonrojan por el beso y cierro mis ojos para caer en los brazos de Morfeo.
A la mañana siguiente Yami me despertó sacudiéndome para luego de haberlo hecho, entregarme unas ropas para que me cambiara de vestimenta y después de pasármelas, el salió para que yo me cambiara de ropa. Al estar listo, lo llame y el entro con el médico quien me dio el ultimo chequeo para después darme dos recetas de medicamentos y el alta médica. Luego de tener todo listo Atem y yo salimos del hospital hacia el hotel a buscar mi valija y de ahí al puerto a donde tomamos el barco que nos llevo de vuelta a Domino.
Cuando llegamos a mi ciudad natal los dos salimos de la nave marina en dirección a la casa-tienda, en donde mi faraón me ayudo a subir la maleta hasta mi cuarto y al llegar a este la dejo en el suelo para luego salir de mi alcoba a esperar que yo me cambiara y acostara en mi cama. Al estar ya recostado le dije que ya podía pasar a mi habitación.
- ¿Tienes hambre?- me pregunta sentándose a mi lado.
- Un poco – digo al escuchar mi pancita sonar.
- Entonces iré hacerte algo de comer- me dice parándose de la cama hacia la puerta.
- Espera, Yami – le menciono sorprendido.
- ¿Qué pasa?- me pregunta girándose para verme.
- ¿Tú sabes cocinar?- le pregunto un poco preocupado por lo que pensaba hacer.
- Si-traga duro-ya regreso
Después que mi Atem se fue me quede un poco preocupado ya que yo sabía que él jamás ha cocinando en su vida, dado que él cuando fue faraón a él, le cocinaba sus sirvientes y cuando fue espíritu él no comía nada y tampoco cocinaba. Ahora me pregunto qué va hacer si él ni siquiera sabe hacer un pan tostado pero mi duda solo la puedo responder con un suspiro.
POV YAMI
La verdad es que le dije que si a Yugi para no angustiarlo pero ahora que estoy en la cocina no tengo ni la más mínima idea de que hacer, lo único que se me ocurría en ese momento era ir a la tienda a comprar comida preparada pero no tenía dinero y no le podía pedir a mi Hikari eso sería muy vergonzoso de mi parte. Así que salí de la cocina hacia la sala en donde hay una estantería de libros, me acerque a ella y comencé a leer todos los títulos de los ejemplares hasta que por fin pude encontrar un libro de recetas caseras, el cual saque del aquel mueble y comencé a leerlo con el fin de encontrar alguna receta fácil y rápida.
Hasta que después de veinte minutos de lectura al fin pude encontrar una receta que tenía todo lo que yo buscaba y necesitaba en ese momento. Con la guía en mi mano, salí de la sala y me devolví a la cocina en donde comencé a cocinar el primer almuerzo de mi vida. A pesar de que este era el más sencillo de todos igual me costó hacerlo dado que era la primera vez que usaba una cocina y un cuchillo.
Luego de dos horas de estar encerrado en la cocina por fin había terminado el almuerzo para mi ángel. Después de haberlo acabado, lo serví y lo puse en una bandeja, la cual tome y estaba a punto de subir con ella. Sin embargo la deje encima de la mesa del comedor dado que me había percatado que la cocina la había dejado para el recuerdo de sucia, así que me dirigí al busque armario de limpieza de donde saque las cosas para limpiar mi desastre, comencé asear el lugar hasta que quedo brillante.
Termine esa labor agotado pero no me importo, lo único que me importaba en ese momento era llevarle la comida a mi Yugi, así que volví a tomar la bandeja, subí al cuarto de mi niño quien me esperaba con una bella sonrisa.
FIN POV YAMI
Cuando mi faraón entro a mi habitación con una bandeja que tenía una sopa de fideos con huevo, una entrada de atún con tomate, lechuga y palta, un vaso de té helado y de postre fruta picada. Luego de ver toda esa variedad de alimentos, se me hacia agua la boca lo que fue percatado por Atem quien me paso la bandeja y yo comencé a darme mi festín.
Este era el primer almuerzo que disfrutaba a pesar de que eran cosas sencilla de hacer para mi Yami debió ser un logro a ver hecho tan delicioso y sencillo almuerzo.
- Termine – digo limpiándome la boca con una servilleta.
- ¿Qué te pareció?- me pregunta un poco ansioso.
- Estaba delicioso- le respondo con una linda sonrisa.
- Me alegra que te gustara- me dice respondiéndome con otra sonrisa.
- - veo sus dedos-¿Qué te paso en la mano?
- Me corte con el cuchillo- me comenta bajando un poco la mirada, creo que no quería que yo supiera lo que le paso.
- Por Ra debes tener más cuidado, los cuchillos son peligrosos- le digo preocupado por su manito.
- Ahora lo sé-me pasa unas pastillas- ahora tomate tu medicina
- Hai – me la tomo.
- ¿Deseas algo más?- me pregunta antes de salir de mi habitación.
- No, gracias- le digo recostándome en la cama.
- Descansa- me dice cerrando la puerta.
- Lo hare – digo y me quedo dormido pensado que rico me hará de cenar.
De lo ocurrido han pasado dos meses en los cuales gracias a las comidas ricas y abundantes preparadas por Yami eh subido veinte kilos de peso solo me faltan diecinueve para poder volver a mi peso normal. Eso me tenía muy dichoso pero lo que tenía más feliz era que ya no tenía que estar todo el día en la cama sin hacer nada ahora puedo hacer cosas pero no debo hacer demasiadas ya que tengo prohibido quemar calorías.
En estos últimos días mi Atem ah estado actuando algo raro dado que cada vez que intento averiguar que está tramando, el evade el tema o dice que tiene que ir hace tal cosa y eso no me gusta. Se perfectamente que él no es un mentiroso pero su actitud tan secreta me está colmando la paciencia, solo espero averiguarlo antes de que yo explote porque sino aquí va arder Troya.
(Nota: Yugi duerme siestas porque las pastillas que toma son muy fuertes)
Aquella tarde yo acababa de despertar de mi siesta, cuando de la nada Yami me toma en sus brazos como si fuéramos una pareja de recién casados que llega al hotel para la noche de bodas. Le pedí que me bajara pero no me hizo caso sino que bajo conmigo hasta la sala y me sentó en uno de los sillones. Estaba a punto de pedir explicaciones pero el timbre sonó por lo que no me quedo de otra que esperar que mi faraón valla ver quien rayos era el maldito que detuvo mi charla con mi Atem.
El cual dejo pasar a esas personas y al verlas no podía créelo en frente de mi estaban: Katsuya, Serenity, Honda, Kaiba, Mokuba, Mai y Duke. Al verlos comencé a llorar de la alegría casi todos mis amigos estaban allí conmigo y eso me hacía sentir enormemente feliz.
- Chicos ¿Qué hacen aquí?- Pregunto sorprendido al ver a mis amigos.
- Yami, nos llamo y nos dijo que querías vernos viejo- me explico Katsuya el motivo de por qué todos estaban ahí.
- ¿Eso es verdad Atem?- le interrogo mirándole a los ojos.
- Si
- Gracias-digo con una sonrisas muy grande.
- De nada
- Y ¿Cuénteme que ah sido de ustedes?- les pregunto a mis amigos.
- Pues amí y a Seto nos quedan tres años y terminaremos la universidad- me dice Katsuya quien abraza a su novio feliz de la vida a lo que yo solo sonrió.
- Yo entrare el año que viene a la universidad-comenta la hermana Katsuya con sus ojos llenos de emoción.
- Yo termine de recorrer el mundo, así que igual que Serenity entrare en la universidad el próximo año- nos cuenta Honda dichoso por lograr cumplir una de sus metas en la vida.
- Yo voy a entrar a la preparatoria- dice Mokuba con orgullo, típico de los Kaiba.
- Pues yo seguiré en mis viajes en busca del amor- menciona Mai, me siento mal por ella ya que aun no le llega su príncipe azul.
- Yo construiré más tiendas de dados del calabozo- nos cuenta Duke muy feliz por sus nuevos negocios.
- Y ¿Ustedes?- preguntan casi todos al unisonó, menos Seto quien solo aportaba con su presencia.
- Yo el otro año estudiare arqueología-digo feliz dado que esa carrera no solo lo estudio mi abuelo sino también mi padre.
- Yo aun no me decido- comenta Yami a quien todos miramos y suspiramos ya que sabíamos que para alguien como él no sería fácil encontrar una carrera que le llamase la atención.
Luego que todos habláramos de lo que estábamos haciendo y de que haríamos el próximo año. Comenzamos hablar de puras tonterías ya entrada la noche mis amigos se fueron mientras que Yami y yo nos fuimos a nuestros cuartos a dormir dado que estábamos muy cansados pero felices.
Un mes después…
CONTINUARA