Sentía sus labios corresponder a mi beso, era algo lento pero intenté moverlos más rápido haciendo que él se irguiera sobre el mostrador y así poder estar más cómodos.
-Tengo otra cosa que mostrarte.- susurré sobre sus labios, me separé por completo para limpiar mis comisuras con el dorso de mi mano.
-¿Qué cosa?- salió de detrás del mostrador par ir a otra puerta que no había visto tenía Buena Miel, de donde sacó un cartel más. Con él caminó hacia la entrada y después de bajar la cortina de metal solo a la mitad entró de nuevo. –Listo.- palmeó su pantalón como sacudiéndose.
-Ven.- tomé su mano para entrar hacia la bodega, sonreí mientras tiraba de él por el pasillo de estantes con dulces. Tan sólo llegamos a la bodega lo lancé hacia el asiento de bolsas de dulces.
Mordí mi labio inferior mientras tomaba el final de la tela de la faldilla que ayer me regaló mi papá, a decir verdad me dio mucha ropa por haber ido a presentar el examen de admisión, cuando Jonghyun me acompañó dijo que si me ponía la faldilla no se la pondría fácil jaja, y eso es lo que quiero.
Él me miró con sus mejillas sonrojadas pero además le vi pasar saliva.
Me acerqué a él hasta que logré sentarme sobre sus rodillas que estaban flexionadas. Pasé mis manos por su espalda para pegarlo más a mi cuerpo, sentí las suyas en mi espalda. Cerré los ojos para poder disfrutar de esas caricias que daba en todo el largo de mi espalda pero nuca llegaron más allá.
-Kibum~- susurró en mi cuello dándome un par de cosquillas. Comencé a mover mis caderas en sus piernas, cerré mis ojos para dedicarme a sentir las caricias que está dándome en la espalda.
-¿Es seguro?- susurré sobre su cuello para empezar a besarle lento, además de succionarle un poco para que se note mi marca. Él ladeó su cabeza para darme más acceso.
-No.- contestó. –Pero me encantas.-
-A mí también me encantas.- susurré sin detener mis caderas. Sentí sus manos ir hacia mi pantalón y comenzar a estrujar mi cuerpo bajo él. Puse mis manos en sus hombros para poder estar más cómodo o firme.
-Recuéstate en el sofá.- susurró. Después de asentir él me dirigió hacia el sofá, sin bajarme de su cuerpo hasta que me recosté como lo había pedido. Flexioné mis piernas y las contraje para mirarlo. –Eres hermoso.- susurró mientras quitaba cabello de mi cara para pasarlo tras mi oído.
-Tú también.-contesté. Él puso sus manos sobre mis rodillas para abrir mis piernas y posarse entre ellas. Estiré mis manos para tomar sus mejillas y bajarlo a mi altura hasta darle un beso en sus labios.
Se sentía más lento y calmado.
Al separarnos me miró a los ojos y antes de que preguntara algo asentí, incluso dirigí sus manos hacia el cinturón de mi pantalón el cual comenzó a desatar, cooperé levantando mis caderas para que saliera el pantalón.
Lo vi pasar saliva eso me hizo sonreír. Sus manos fueron hacia mi playera tomándola del bordo para subirla hasta dejar al descubierto mi pecho. Se inclino de nuevo sintiendo su aliento sobre mi pecho, dirigiéndose a mi pezón izquierdo.
A la vez sus manos las sentía moverse, acariciando mi cadera haciendo caminitos hasta llegar a mi miembro. Temblé al sentir sus dedos fríos posarse apenas sobre mi glande.
-Nghh… está frio.- susurré aferrándome a su playera.
-Shh~- no había notado lo cómodo que puede ser este montón de bolsas de caramelo. Jonggie tomó una de esas bolsas de paletas y la abrió así sin más, sacó una paleta igual a la que estaba comiendo cuando llegué, sólo que me la mostró. –Abre la boca.- lo hice por inercia.
El caramelo macizo fue a dar a mi boca, quizás entendí el mensaje porque comencé a lamerlo mientras veía a los ojos de Jonggie. Él manipuló la paleta a su antojo, entraba y salía de mi boca además de moverse hacia ambos lados llegando a rozar el interior de mis mejillas.
Al sacarla fue su turno de lamerla.
Esa misma paleta la dirigió a mis pezones pasándola por encima, embarrándome de dulce que luego fue retirado por sus labios, ladeé la cabeza por el placer que incluso tomé sus cabellos para manipularlo ahora yo.
Él pasaba la paleta por mi cuerpo, en especial el pecho y yo le indicaba donde debería de limpiar y las zonas en las que más me gustaba ese tacto le obligué sutilmente a que pusiera más caramelo. Hasta que este se aventuró hasta llegar mi ombligo, en donde simuló penetrarme. Una oleada de morbo me lleno por completo.
¿Y si él…?
Bajó la paleta hasta mi glande y en él pasó de nuevo el caramelo, temblé porque se siente más frio que sus dedos. El caramelo pasó no sólo por mi glande sino por toda mi extensión, luego la boca de Jonggie se encargó de retirarlo.
-Jong~- gemí cerrando mis piernas. No podré aguantar más.
-¿Mmm?- comprimí los ojos para intentar retrasar mi eyaculación.
-Qui-quiero…- susurré sobre mis labios, me da vergüenza.