-Toma una cucharada de la medicina rosita y leche de magnesio.- asentí mientras intentaba erguirme. –Voy para allá, recuéstate e intenta descansar un poco. No tardo.- asentí mientras caminaba hacia el cuarto de baño en donde estaba esa medicina.
-Gracias, perdón por interrumpir la cena.- llegué y saqué el frasco de ambas medicinas para ir a la cocina.
-Eres más importante tú.- sonreí. –En unos minutos estaré allá. Cuídate y por favor, descansa. Te quiero hijo.- asentí mientras abría el primer frasco con la leche de magnesio.
-Yo también te amo.- dije sirviendo agua en un vaso para tomarme la primer cucharada. –Voy a colgar.- le avisé para después hacerlo, me toqué el estomago que aun dolía para ir por el segundo frasquito con la medicina rosa y servirme una cucharada, tras tomarla leí la etiqueta que decía “si el malestar es fuerte, tome dos cucharadas” miré expectante el frasco, ¿cuánto de esto bastara para matarme?
Porque podría tomar todo el frasco con tal de que ya no me duela.
Tras tomarme la segunda cucharada comencé a sentir nauseas así que corrí al baño y me hinqué frente al inodoro, abrí mi boca y toda mi saliva que se había acumulado comenzaba a caer dentro de él. Presioné mis ojos recordando cualquier cosa de mal gusto para poder vomitar.
Quizá si sale de mi estomago eso que me causa malestar, el dolor desaparezca.
Sentí una arcada pero no fue suficiente, presioné mis ojos molesto pero me duele tanto que haría cualquier cosa por que deje de hacerlo, con esto en mente miré mi dedo índice, negué un poco mientras lo llevaba a mi boca y tocaba más allá del paladar.
Una arcada muy profunda me llegó haciendo que regresara la medicina rosa más la leche de magnesio. Volví a intentarlo otra vez más y otra más hasta que sentí mi estomago vacio, entonces me dejé caer a un lado del inodoro mientras limpiaba mis comisuras con un trozo de papel.
Genial, lo que me faltaba para cerrar bien este día.
Me levanté sin mirar el contenido del induro y accioné la palanca, me giré para verme en el espejo, me veo cansado. Lavé mi cara y luego mis dientes, por segunda vez en la noche para salir y tomar un poco de agua.
Extrañamente el dolor de estomago desapareció.
Caminé arrastrando mis pasos hacia mi habitación en la planta alta. El ultimo día de prepa y me pasa todo esto. Abrí la puerta y Minho ya estaba ahí acostado en la cama improvisada que hice en el suelo con muchas cobijas.
-¿Te sientes bien?- me preguntó, espero que no me haya escuchado.
-No.- contesté mientras caminaba a mi cama y me dejaba caer. –Buenas noches.- susurré abrazando mi almohada.
-Buenas noches.- lo escuché así que asentí cerrando mis ojos y presionando la almohada, estúpido Minho, hubieras tomado el maldito examen de menos en la facultad de al lado para seguirte mirando, así podríamos seguir siendo lo que somos ahora.
End Pov’s Key
Mientras tanto en La Universidad Nacional…
Pov’s CAP
Pasé por encima de todos mi mirada, esperando ver a esta persona que dijo que atendería con mi problema de aplazar y recuperar mi lugar más tarde pero no la veía. Se supone era una chica con el gafete de auxiliar pero no veo a ninguna.
Espero que todos allá en Seúl estén dormidos, se me olvidó decirle a Niel que su tío llamó para decirme que iría de visita mañana, él los quiere llevar a la Ceremonia de Clausura, espero que no encentre ninguna sorpresa.
-¿La lechuga?- susurré enfocándome en ese sujeto, agudicé mi mirada para ver sí era él o no, pero parece que sí lo es, tomé mi folder de documentos para ir a asegurarme, a lo mejor de paso me encuentro con la persona que me iba a ayudar. Lo vi entrar a uno de los pasillos de la biblioteca y luego de buscar por todos lados de nuevo a la señorita y no encontrarla, pensé que sería bueno ir a saludar.
Lo seguí; estaba hablando con otra chica que no, no era la que buscaba porque no llevaba el gafete. Intenté espiar un poco agudizando mi oído, sí es él. El tono de voz no cambaría de un momento a otro en especial a esta edad. Asentí al escucharle hablar y esa “No me molesta si te puedo ayudar lo haré” me recordó a cuando me ayudó a buscar a L. Joe y Niel en la fiesta de los gemelos del café.
Se me hizo interesante porque sí que se estaba divirtiendo en esa fiesta, parecía ser el más animado aun con esa botarga de Lechuga.
-No te preocupes, aun no es tan tarde para estudiar. Sólo deja busco el libro que necesito y te veo en la sala da de estar de tu dormitorio para ayudarte.- cuando esta persona femenina se fue del pasillo yo entré en él. Fingía buscar un libro pero todos eran de Física Cuántica.
-Hola.- le saludé con un tono indiferente, él me miró por unos segundos alzando una de sus cejas, eso me hizo sonreír por dentro. Después de todo, está bien divertirme mientras aparece esta señorita gafete.
-Hola.- contestó con un tono frio y seco, casi por obligación así que asentí.
-¿Estudias aquí?- pregunté mirándolo de reojo, leyendo más los lomos de los libros en busca de algo interesante.
-Si no fuera así, no estaría en la Biblioteca de la Universidad.- uhh sarcasmo. Noté que había un libro que no debería de estar en esta sección así que lo tomé para sacarlo, miré a Leeteuk y vi que se sobre exaltó, quizá no me reconozca.
Caminé hacia él haciendo que chocara contra el estante de libros que por suerte estaba contra la pared, sino hubiera hecho lo del dómino con los otros estantes.
Aun con la diferencia de estaturas lo acorralé entre los libros y mi cuerpo.
-Da la casualidad que yo no estudio aquí y sin embargo estoy en la Biblioteca de la Universidad.- dije jugando con mi tono de voz, ese que DamBi le molesta porque se le erizan los vellitos, espero que con él también pase lo mismo. –Acomoda este libro en su lugar.- lo metí entre sus brazos para luego separarme de él y sonreí con autosuficiencia. –No es de física cuántica.- susurré para girarme y caminar y así salir del pasillo.
-Guía para Tontos; Por qué es bueno comer lechuga.- sonreí al escucharlo leer el titulo. –Minsoo.-