Lo miré porque estoy arriba de él, sonreí pícaro mientras jalaba el cuello de su camisa, sus manos fueron a mi cadera y un poco más allá, hasta que las sentí sobre mis pompis y cómo las estrujaba.
-¿Por qué tendría que fijarme en el Princesa si tengo a al Rey?- susurré acercándome a sus labios.
-Hey picarón.- reí nervioso y las manos de Jonghyun desaparecieron de mi cuerpo, ambos volteamos hacia la puerta en donde está mi suegro. –Tu mamá me dijo que ya habían llegado pero es mejor que ya se duerman. No porque se hayan graduado de la preparatoria pueden ser papás.- me dejé caer al otro lado de Jonghyun para sentarme, pero él seguía acostado.
-Papá~- se quejó Jonghyun.
-Papá nada, ya duérmanse no quiero venir y ver de nuevo esto que pasó, sino, Jonghyun te vas a dormir en el sofá de la sala.- eso hizo que Jonggie se sentara en la cama.
-¿Ni poquis?- preguntó sintiendo mis mejillas rojas. ¡Cómo es que trata el tema con tanta naturalidad!
-Ni poquis. Duérmanse ya, buenas noches.- cerró la puerta dejándonos solos.
-¿Poquis?- pregunté nervioso.
-Con Nana sí funcionaba, “No puedes tomar café después de las 9pm” “¿Ni poquis?” “Bueno sí, pero poquito” “No pueden ser papás” “¿Ni poquis?” “Ni poquis” creo que es porque era japonesa.-
End Pov’s Key
Las 3 am, en Detención.
Pov’s Taemin
Arqueé mi espalda, contraje un poco mis piernas y me aferré a la mesa.
-Ohh~- suspiré relajándome, bajé lentamente la mirada hasta ver la cabellera de Minho que marcaba una vaivén entre mis piernas, la sensación de su lengua caliente pasando sobre mi glande es… es deliciosa.
Presionó con sus labios alrededor de mi falo provocando que contrajera mis piernas.
-Para.- susurré. Sentí como poco a poco Minho sacaba mi miembro de su boca, al estar libre temblé por el cambio de temperatura. Me miró desde abajo recargando sus brazos en mis rodillas pero sonriendo.
-¿No era literal?- preguntó sonriendo, noté que tenía un poco de pre semen escurriendo por sus comisura. Tomé sus mejillas con mis manos e hice que se levantara para lamer su labio inferior.
-Parece que me estás haciendo el amor.- susurré para darle un beso en sus labios, moviendo los míos cada vez más rápido. –Hoy quiero un revolcón con el Entrenador Choi.- susurré sobre sus labios para besar su comisura derecha e ir bajando hasta su cuello, abrí mis piernas para que él se acomodara mejor y una vez hecho comencé a bajarle el saco para tener más acceso a su clavícula.
Una vez que llegué a su piel le succioné de inmediato, él ladeó su cabeza para darme más espacio. Sus manos las sentí igual en mi espada, pero bajaron un poco más hasta llegar a mis pompis, las tocaba sobre el pantalón y eso me excitaba.
Al soltar su piel escuché ese sonido húmedo y miré como se tornaba más rojiza esa parte de su cuello. Le quité el saco dejándolo caer al suelo, metí mis manos bajo su playera para sentir directamente su piel. Dejó de estrujar mis pompis para retirarse un poco de mi cuerpo pero entrelacé mis piernas para que no se separara por completo.
Empecé a desabotonar su camisa hasta que la abrí para observar su torso, suspiré extasiado la observarle, pasé mi mano desde su pecho hasta llegar a su ombligo. Me acerqué a su pecho incluso me incliné lo suficiente para lamer uno de sus pezones.
-Quemas.- susurró haciendo que sonriera de inmediato.
-Por fin.- susurré. Se metió más entre mis piernas, tomó mi cadera para acercarme a su cuerpo y así levantarme, enredé mis piernas en él para no caer, sonreí mientras me llevaba hacia la puerta del salón, creí que saldríamos pero no, porque me recargó contra la misma, bajé una de mis piernas para sostenerme y lo miré a los ojos.
Tenían un brillo que hace mucho tiempo no le veía, mi boca se empezó a hacer agua al sentir sus manos pasar por mi torso, eran rápidas y calientes que lograron en poco tiempo sacar mi camisa del pantalón y este bajarlo hasta mis rodillas, sonreí mientras me dejaba hacer.
-Muñeco.- susurró pegando su pelvis a mi cuerpo, sólo suspiré al sentir lo caliente que está. Tomó mis manos con una de las suyas para elevarla y pegarlas a la puerta, entreabrí mis labios llamándolo a un beso que no tardó, de pronto el Minho que me estaba haciendo el amor se fue. Sus labios se movían rápido y húmedos sobre los míos, su lengua salió buscando la mía y al rozarlas comenzamos con una guerra por el control.
Presionó mis muñecas así que desistí un poco con mi lengua, así él tuvo el control, me encanta. Moví mi pelvis frotando mi miembro contra su pantalón, su mano libre se posó sobre mi cadera ante esto subí una de mis piernas a su cadera.
-Entrenador~-
-Shhh no hagas ruido o nos descubrirán.- asentí mirándolo a los ojos. –Mantén tu pierna en mi cadera.- la mano que estaba sobre mi cadera bajó y bajó hasta llegar a mi entrada, temblé ansioso por lo que sigue.