Su pelvis comenzó a moverse rozando más mi cuerpo, sus rodillas abrazaron mi torso e incluso sus pies se cruzaron sobre mi espalda, me tiene bien abrazado y no me quejo. De hecho me encanta.
-M-Minho~ te necesito.- gimió sobre mis labios así que deslicé mi mano derecha por su cuerpo, pasando por su pecho y abdomen hasta llegar a su miembro. Introduje mi mano a su pantalón y bóxer. Toqué su pene causándole temblores, supongo que por la temperatura de mi mano que ha de ser muy diferente a la de su cuerpo.
-Yo también, Taemin.- contesté tomando su miembro. –No sabes cuánto.- inicié con un suave vaivén, suspiré al sentir la extensión de él, su temperatura e incluso algunas de las venitas que se le marcan.
-Ah, ah Mi-Minho~- gemía justo en mi oído provocando que mi mano incrementara la fuerza, llegando a friccionarse contra su pantalón. Elevó su espalda claramente fruto de algún espasmo pero presionó sus talones contra mi espalda.
-¿Más?- susurré sobre sus labios, él abrió su boca y aproveché para besarlo. Asentía y me besaba a la vez que abrazaba más mi cuello. Incremente el movimiento de mi mano sobre su pene raspándome contra la tela del bóxer.
-Ah~ más… por favor, te necesito.- ladeó su rostro dejándome su cuello libre, no perdí la oportunidad de bajar a él y besarlo, esto hizo que Taemin contrajera sus piernas, besé lentamente me gusta saborear su piel, mi mano se movía más rápido con la misma intensidad con la cual succionaba de su cuello. –No~ ¡no, no!- presionó todo mi cuerpo llegando a lastimarme al mismo tiempo sentía húmeda mi mano, su respiración era acelerada sentía su pecho subir y bajar.
Sus piernas cayeron a la cama igual que sus brazos se deslizaron de mi cuello hasta sus costados. Intentó abrir los ojos pero ya no puedo.
-Te amo.- susurró antes de suspirar, quise detenerlo, quise agitarlo incluso aventarlo de la cama al suelo, cualquier cosa para que siguiera despierto pero no, me quedé mirando su rostro hasta que sus cejas se relajaron y pasaba saliva.
Me senté sobre mis pantorrillas y lo miré. Suspiré rendido y frustrado pues se ha quedado dormido. De nuevo me toca baño. Asentí pesadamente mientras me bajaba de la cama, antes de salir de su habitación lo miré por última vez solo para comprobar que siguiera dormido.
No se movió, no se rió, nada de nada.
-Podría tomarte de todos modos.- dije al aire mirándolo. –Pero respeto que estés dormido, para la siguiente no habrá baño para mí, porque no me detendré.-
End Pov’s Minho
A la mañana siguiente en la casa de Key…
Pov’s Key
Entré al baño y fui directo al botiquín de primeros auxilios, al llegar a él me miré en el espejo y vi mi rostro. Las palabras de Yuri llegaron a mí oídos, instantáneamente me los tapé con fuerza, no quiero escucharlo, no quiero recordarla.
-¿PinKey?- tapé mi boca para que no escuchar mis sollozos. –Preparé el desayuno, algo ligero pues quieres ir a correr.- escuché su voz dentro de mi habitación así que intenten calmarme.
-Un segundo.- contesté pero mi voz tembló, rápido Kibum toma las pastillas. –En el baño.- di con el frasco de pastillas para adelgazar y lo abrí, vacié un puñado en mi mano, quiero ser delgado no matarme. Regresé el resto a excepción de dos. Guardé el frasco y las otras las llevé a mi boca.
-¿Te sientes… mal?- comprimí mis ojos cuando la puerta se abrió. No lo mires, mantuve mi mirada fija en el espejo pero logré ver su expresión, era de sorpresa más molestia. Entró al baño y me quitó la mano de la boca, abrió mis dedos y vio las dos pastillas verdes.
Bajé la mirada y empecé a temblar.
Las tomó, por el espejo vi como se las llevaba a la boca así que me apresuré a quitárselas sin embargo ya se las había pasado.
-Eran mías.- susurré.
-Eran.- contestó sonriendo.
-¿Y si en realidad me dolía algo y tú te las tomas? Te puedo hacer daño.- tomó mi mano de la muñeca hasta sacarme del baño, cerró la puerta y caminó hasta mi cama en donde se sentó. –Me duele es estomago.- jaló mi mano para que me sentara a su lado, él se levantó para ponerse entre mis piernas sus manos en mis hombros hicieron que me recostara en la cama.
-He oído a muchos hombres hablar sobre curvas.- dijo subiéndose a la cama, poniendo sus rodillas los lados de mi torso. -Pero a mí me gustan tus clavículas.- puso sus manos sobre las mías, entrelazando nuestros dedos. -Tus hombros, tus nudillos, y todo aquello que es punzante.- empezó a inclinar su rostro hasta estar sobre mis labios. -Donde pueda quedarme, para siempre, clavado.- dejo un pequeño beso en mi boca.
-Pero…-
-Me lo contó Taemin.- ¡ese pequeño! –No tienes por qué preocuparte, Kibomiee.- volvió a besar mis labios, tardé un poco en corresponderle pero lo hice al final.
-No estoy seguro.- susurré sobre sus labios, girando mi rostro hacia la derecha para que no verlo. –Ella dijo que…-