Lo que pasa en una fiesta parte 1
Llegó la noche y todos los invitados estaban llegando. Uno por uno. Los del servicio ya comenzaban a atenderlos. Esa fiesta no era muy grande que digamos, ya que solo se permitían entrar a los de las familias más prestigiosas del pueblo.
Misaki estaba algo preocupado y nervioso. Ese look no le agradaba nada. Llevaba puesto un vestido rojo corto, pegado al cuerpo y descotado por atrás, mostrando una muy buena porción de piel. Se veía realmente sexy. Aun mas con los tacones rojos que llevaba. En su cabeza un lazo rojo.
Ese atuendo se lo eligió Usagi-san, cuando Misaki iba llegando al cuarto encima de la cama estaba una caja, al abrirla vio el vestido y una nota que decía << Para Misaki, úsalo en la fiesta>>
Se encogió de hombros al ver que la mayoría de los presentes lo miraba. Ya no era raro para nadie que ver a un hombre en un vestido en esa época y menos cuando no hay muchas mujeres en ese pueblo. Solo que Misaki era más hermoso que cualquier mujer de la fiesta. (N/A: ¡YO TAMBIEN CREO QUE ESTABA MAS *Q* DE TODAS ESAS MUJERES!)
Uno de los invitados se le acercó.
-Hola ¿Qué haces tan solo? ¿Quieres acompañarme?
-No gracias-
-Ho vamos, solo por un momento- Lo tomó del brazo
-¡Suélteme por favor!-forcejeó
-Solo ve- no terminó de decirlo, ya que alguien lo agarro de los hombros
-Discúlpeme pero, ¿Qué le está haciendo a mi pareja?-dijo con algo de molestia. Vestía un traje gris que le resaltaba su cabello. Su rostro estaba cubierto por un antifaz plateado.
-HA?! ¿Y quién eres tú? Lárgate que estoy ocupado- dijo mirando a Misaki maliciosamente, sacándole al hombre venas rojas del enfado.
-Pues soy…-se saca el antifaz- ¡Usami Akihiko! ¡¡¡Ahora suéltalo!!!
-¡U-U-USAMI-SAMA! ¿ES SU PAREJA? NO LO SABIA ¡DISCULPEME!-dio una reverencia y se marchó
-U-Usagi-san…-tartamudeó Misaki
-¿Usagi? Misaki ¿qué es esa forma de hablarme? Soy tu amo-
Se notaba que estaba furioso, a él no le gustaba que el castaño hablara con alguien aparte de los del servicio o cuando él se lo ordenara.
Misaki también se había olvidado que no debía llamarlo “Usagi” frente a otras personas. Hizo mal.
-Mis disculpas a-amo-agachó la cabeza. Algo dentro de Akihiko se estremeció por un instante, tal vez ¿Culpa?
-¡Ya está bien! Olvídalo- repuso con fastidio- Por el momento no te apartes de mí ¿Entendiste?
-S-Sí
Por la mente de Akihiko se cruzaba la conversación que había tenido con Takano en la tarde ¡Definitivamente no se iba a casar! Y si Misaki servía para no hacerlo, entonces lo utilizaría.
El auto se detuvo en la entrada de la gran mansión. El chofer se bajó y fue a abrirle la puerta a su señorito.
-Gracias- al bajar vio la gran casona envuelta en luces, también se escuchaba la música de baile. Todo parecía mágico.
Su vestido era blanco, largo hasta los tobillos, y de tirantes. Las zapatillas eran plateadas. Ritsu se veía muy lindo de seguro. Aunque él no se sintiera muy cómodo con eso.
“¿Un vestido? ¿Enserio papá?”
Aun recordaba cuando unas horas antes venia su mayordomo con varios vestido en mano, diciendo que se tenía que poner un para la fiesta y que todo era orden de su padre. ¡Como lo irritaba! No solo le elegía marido, sino también la ropa.
Entró escoltado por su chofer hasta la puerta principal. Ahí lo esperaba Nowaki con un traje negro y una rosa roja.
-Bienvenido Ritsu-sama- se reverencio-Venga conmigo
-O-Ok…-aun estaba inseguro de seguir adelante.
Avanzaron por el gran corredor hasta l gran puerta del salón de baile. Nowaki la abrió y le dijo que entrara. Ritsu asintió con nerviosismo y con pasos pesados entró.
El lugar era típico a esos bailes antiguos que se realizaban en palacios ingleses. Sí, salidos de un cuento.
-Espere aquí Ritsu-sama, llamaré a Usami-sama- y dicho esto desapareció entre la multitud, dejando a un muy consternado Ritsu.
“¡Demonios! ¿Y ahora qué hago? Ese mayordomo me dejó solo”
Vio como todos los invitados bailaban y suspiró. Hubiera preferido haberse quedado en casa leyendo un buen libro que ir ahí a conocer a su futuro esposo ¿Y si era malo? ¿Y si lo odiaba? Muchas preguntas se formuló, y una tras otra fueron poniéndolo más asustado.
La fiesta era de máscaras, aunque algunos no la llevaban. Él por el contrario, llevaba un antifaz blanco con borde dorados.
Giró la cabeza y vio un balcón apartado. Parecía tan tentador ir allí y respirar aire fresco. Caminó hacia él. Divisó que ese lugar estaba decorado con muchas rosas blancas, casi parecía estar hecho para su atuendo.
Una ráfaga de viento lo rozó moviendo levemente la falda de su vestido y haciendo que sus cabellos castaños acariciaran su rostro. Cerró los ojos para disfrutarlo. Se sentía tan bien.
-¿Qué crees que haces?-dijo una voz gruesa a sus espaldas. Ritsu abrió sus ojos de golpe y se volteó. Lo que observó lo dejó absorto, un hombre con un antifaz dorado, alto, castaño oscuro, y de traje negro.
Por su parte el invasor de su tranquilidad, se quedó fascinado por la belleza del ojiverde. Todo ese escenario le quedaba perfecto. Pero tenía la sensación de haberlo visto antes ¿Pero de dónde?
-Lo siento, yo solo estaba…tomando aire fresco-contestó algo apenado.
-Ya veo-se acercó al barandal del balcón (es barandal verdad? 0.0) y lo observó mejor, era más lindo de cerca, aunque moría de ganas por verle el rostro.- Supongo que quisiste escapar de toda esa gente ¿Verdad?
-Bueno…no soy muy bueno con las fiestas…-se encogió de hombros con una sonrisa
-Y yo las detesto, creo que se acerca a lo que sientes-
-Creo que sí-sonrió.
Su conversación fue interrumpida por el vals lento que se apoderó de la pista. Era una muy buena oportunidad para bailar.
-¿Quieres bailar?-
-No soy bueno bailando, me daría mucha vergüenza bailar entre toda esa gente-
-Entonces bailemos aquí, total nadie nos molestará-insistió.
-Pero…-
-No acepto un NO por respuesta- rápidamente lo goce del brazo delicadamente y lo posiciona para bailar, el mientras ponía su mano en la cadera de Ritsu, era muy estrecha. Tan fina.
Comenzó con un leve movimiento de pies, Ritsu al principio no consiguió seguirlo, pero después de unos segundos, se dejó llevar por el magnífico bailarín. Se sentía sumergido en un cuento.
-¿Ves no es tan difícil?-
-Puedo hacerlo porque eres bueno en esto- comentó con una risilla oculta.
-¿Cómo te llamas?-ya quería saber quién era ese ángel.
-Ritsu…O-se detuvo antes de decir su apellido. No podía decirle a un desconocido su nombre, menos cuando conocería a su prometido esa noche. Pero su corazón lo contradecía, se sentía a gusto con ese hombre, no importaba si no lo conociera, parecía haberlo tratado desde antes, aunque no supiera por qué. Respiró y siguió- Oda, Oda Ritsu-concluyó algo triste
-Ritsu, lindo nombre- halagó, dándole una vuelta al ojiverde.
-¿Y tú?- preguntó Ritsu
-Pues yo soy….-no termina de decirlo porque lo interrumpe Nowaki.
-Con permiso, Ritsu-sama, venga por favor-
-ha?...sí- se separó lentamente del sujeto y avanzó hacia Nowaki
-¿Te volveré a ver?- preguntó por última vez el hombre al ver como Ritsu estaba siendo llevado por el pelinegro adentro.
-No, no lo creo-respondió desapareciendo entre la muchedumbre, dejando a un muy preocupado castaño oscuro. No le importaba lo que dijo, él lo volvería a ver.
“Oda Ritsu, nos volveremos a encontrar”- pensó recogiendo una rosa y poniéndosela en el traje.
La gente estaba parloteando sobre lo que veían, era la primera vez que Usami Akihiko bailaba con alguien en público. Pero a Usagi-san no le importaba lo que dijera esa gente chismosa. Hace un momento había recibido el aviso de Nowaki. Su prometido había llegado.
-Esto….amo-lo llamó Misaki
-¿Qué pasa?-
-¿Está bien que yo este bailando con usted? Están hablando mucho sobre esto-
-No les prestes atención, ignóralos- dijo lo más serio que pudo
-E-Está bien- Misaki estaba algo extrañado, Usagi-san nunca se comportaba así con él, no sabía si ese cambio era bueno o malo, pero algo le hacía estar intranquilo ¿Qué era ese cosquilleo en el estómago cuando estaba con Usagi-san? ¿Por qué le latía el corazón cuando estaba con él? Misaki no lo comprendía.
La música se detuvo y como tal ellos también. Aun le quedaban dudas a Misaki por el aviso de Nowaki ¿Quién era “él”? ¿Por qué Nowaki se refirió a esa persona con ese pronombre?
Misaki divisó que a se acercaba un hombre mayor y pelinegro ¿Quién sería?
-Misaki, no te muevas de mi lado-recalcó con molestia refiriéndose al recién llegado. Misaki asintió.
-Hola, Akihiko, es bueno ver que estás bien- saludó
-¿Qué haces aquí?-preguntó con rabia, parecía desagradarle esa persona.
-Directo al punto como siempre-
-Responde- ordenó serio
-¿Qué, acaso un padre no puede visitar a su hijo?-
Misaki se quedó sorprendido ¿El padre de Usagi-san? Eso era nuevo.
-No-respondió seco el peliplata.
-¡Qué cruel!-fingió dolor- Por cierto, veo que está bien acompañado-miró a Misaki- ¿Quién es?
Misaki se sobresaltó un poco.
-Mi nombre es Mi- fue callado por la voz de Akihiko
-Su nombre es Ketyn, su apellido Porta-
-Jajaja que gracioso Akihiko- dijo con sarcasmo- ¿Dime cómo te llamas?
Misaki no sabía si responder ante su pregunta, pero era el padre de Usagi-san, por ende debía obedecerlo.
-Soy Misaki Takahashi-
-mmmm…entiendo-dijo inspeccionándolo- Soy Usami Fuyujiko-
-Es un placer Fuyujiko-sama-
-¿De dónde eres?-preguntó
Akihiko se cansó que no le prestaran atención.
-Ya basta! ¿Dime porqué estas aquí?-
Las pisadas de Nowaki se oyeron, haciendo que Misaki, Akihiko y Fuyujiko le prestaran atención. Venía acompañado de alguien más. Según Misaki, una persona muy hermosa.( MISAKI, TÚ TAMBIEN ERES HERMOSO!!!)
-Discúlpenme por interrumpirles- dijo Nowaki reverenciándose ante el padre de Usagi-san- He traído a Ritsu Onodera- lo presentó.
Ritsu por su parte estaba más que nervioso.
-H-Hola, mucho…gusto-
-¡HA Ritsu-kun! Es bueno verte otra vez
-También me complace verlo de nuevo Fuyujiko-san-
-Este es mi hijo Akihiko, creo que ya sabes quién es, tu padre te lo ha de ver dicho ¿Verdad?- Ritsu sintió un escalofrío recorrer su espalda. ¡ÉL era su prometido! Solo conocía a Akihiko de nombre, pera jamas pensó que fuera así. “Tan brillante” pensó
-Hola-saludó Akihiko fríamente.
Misaki por su lado estaba muy confundido.
-Es un gusto-dijo con un hilo de vos Ritsu.
-¡Qué bonita pareja hacen de verdad! Mira Akihiko te conseguí un prometido muy lindo ¿No crees?
El corazón de Misaki se contrajo por lo que acababa de oír ¿Prometido? ¿Eso era cierto? Alzó l mirada hasta ver el rostro de Akihiko, estaba muy serio y enojado, aunque lo enmascaraba muy bien con los otros, pero con él no, ya lo conocía lo suficiente para saber como era. Todo parecía ser verdad.
No sabía por qué en ese momento tenía tantas ganas de llorar….Aun más porque el silencio reinó por un momento.