Visitas.
“¿Por qué demonios se estará tardando?”
Pensaba impaciente un peliplateado a medida que daba ligeros golpes a la mesa con sus dedos. En su interior no le agradaba el hecho de que estuviera demorándose mucho…bueno ¿Por qué lo hacía? ¿Para molestarlo? –Frunció el ceño- Y para colmo no encontraba palabras para conversar con Ritsu, quién no parecía tenso extrañamente, simplemente se limitaba a terminar de degustar la cena.
“¡¿Qué tan difícil es ir a ver un puto vino?!” –Gritó en su interior.- “Tranquilo Akihiko…recupera la compostura…no te descontroles solo por un niño”
Se irguió en la silla, cogió una copa del vino blanco que tenían y se sirvió un poco. No permitiría que el pensamiento de Misaki le arruinara todo sus planes.
-Ha…disculpa…- La voz de Ritsu lo saca de sus pensamientos. El castaño lo veía con ojos tiernos y de forma casual. Por un breve momento Akihiko realmente pensó en lo lindo que era su prometido.
-¿Sí? -.
-¿No crees que Misaki se está tardando mucho?-. Ah! Entonces Akihiko no era el único en pensarlo.
Dejó la copa de lado.
-Pues la verdad es que sí…-
Espera…¿Por qué no aprovechar este momento a solas?
-Pero…- Volvió a retomar la palabra con una sonrisa seductora levantándose de la silla y comenzar acercarse por atrás del castaño, haciéndolo tensar y ponerse nervioso al sentir el aliento del peliplateado por detrás de su oreja. Akihiko sonrió. ¡Qué reacción más inocente! – Creo que en parte es algo bueno-. Finalizó dándole un beso corto en el cuello.
Ritsu al sentir ese toque se retorció en su asiento. ¡Maldición! Ese tipo era bueno intimidando a los demás…pero no debía sobreactuar, o estaría haciendo lo que él quería. Y tal parece que funcionó, ya que al ver que no obtenía respuesta, el ojivioleta desvió el tema.
Realmente para Akihiko no era un secreto el esfuerzo que ponía Ritsu el ocultar su nerviosismo, es más, sabía perfectamente el efecto que tenía en las personas, y es por eso que prefirió dejarlo así por ahora…ya luego llegarían más lejos.
Se escuchó un fuerte ruido sorprendiéndolos a ambos.
-¿Qué…Qué fue eso? -. Preguntó el pelicastaño con voz temblorosa. –Se oyó como…como un…
-Un disparo-. Dijo Akihiko serio y con ojos tenebrosos….”¡Misaki!” –Pensó.
En el pasillo, aquella figura oscura se encontraba en una situación un tanto incómoda. Apenas lo iba a amenazar para que no dijera nada, y este se desmaya. Genial ¿Y ahora?
Viró los ojos por la molestia que tenía. Miró al muchacho tirado en el piso. Bueno, tampoco lo podía dejar allí.
Guardó su pistola en el interior de su traje y con su cuidado levantó el cuerpo de Misaki…wou si que era ligero. Se lo veía además tan frágil ¿Enserio era un hombre? No lo parecía, menos en ese traje. Caminó hasta el pequeño banquillo que había por fuera del pasillo (en el jardín) y lo recostó con delicadeza.
Vaya que imagen tenía…
Aquel castaño era iluminado por la luz de la luna, sus cabellos parecían brillar al igual que su piel. Genial ¿Estuvo a punto de matar a esta bella criatura? Suerte que lo reconsideró a último momento.
Se le acercó al punto de quedar al mismo nivel que su rostro. Qué lindo.
-….Usagi…san….- Escuchó salir de sus labios. Rápidamente se separó.
¿Usagi? ¿Conejo? ¿A qué se refería? ¿Sería el apodo de alguien?....La cabeza del asesino estaba llena de preguntas acerca de aquellas palabras. Sin embargo no debía pensar más allá de lo que tenía que hacer. Matar a cierta persona…
Escuchó pasos apresurados acercarse a ese lugar. ¡Rayos! Lo habían oído. “Sabía que debía poner el silenciador” – Pensó frustrado. Miró al chico. – “Será para la próxima. Ojalá y en esa ocasión no te desmayes hermoso.” Sonrió dándole un pequeño beso en los labios. ¡Qué deliciosos eran! Quería más, pero los pasos presurosos se acercaban más y más.
Se alejó sin antes darle una última mirada y desapareció en el espesor del bosque del jardín. Ocultándose en la oscuridad.
Akihiko estaba agitado…respiraba entrecortado. Algo estaba mal con él. Su corazón latía con un ritmo anormal. Sentía algo de inseguridad…y …¿miedo?
Llegó al gran pasillo para dirigirse a la bodega. ¿Qué le pasaba? No era así…pensar que algo le pudo haber sucedido a Misaki mientras él estaba por otro lado, lo hacía sentir…¿Mal? ¿Culpable? ¡¿Qué demonios era?! Ni siquiera le importó si dejaba a Ritsu solo en el comedor. Cuando ya se dio cuenta estaba corriendo hacía ese lugar, rezando por el bienestar del ojiesmeralda inconscientemente.
Al final lo vio…Estaba dormido en el banquillo del jardín….-“Está bien…”-. Pensó suspirando de alivio…Espera ¡¿por qué le interesaba su bienestar?!. Se volvió a enojar, aunque con él mismo. No le gustaba lo que Misaki le hacía hacer o pensar.
Se acercó al castaño quien parecía un bello ángel. Inocente. Bueno, tal vez si no lo hubiera visto en “esas” y en “aquellas” posiciones hubiera creído que realmente lo era.
-¡Despierta!- Ordenó de la manera más agresiva para ocultar su “preocupación”
Misaki se sobresaltó al escuchar esa voz y se despertó dando un pequeño brinco. Usagi lo estaba viendo con ojos serios y furiosos…Ho ho.
-A..amo…- pronunció tenebroso.
-¿Qué pasó? ¡¿Por qué estabas durmiendo plácidamente como sí nada mientras nosotros te esperamos en el comedor?! -.
Le estaba gritando…aunque realmente quería decir otra cosa…pero sabía que no podría decirle “Me tenías preocupado”
-Y-Yo…lo siento…pero…- Recordó todo. ¿Y esa persona donde estaba? Lo último que recordaba fue el gatillo apuntándole, luego todo se oscureció. Aunque por unos momentos sintió una calidez que lo abrazaba y tocaba sus labios…¿Su imaginación?.
-¡Misaki! Dios qué alivio ¿Estás bien? – La voz de Ritsu se hizo presente entre ellos. Estaba corriendo así que no notó el florero roto, pisó una de sus piezas y calló.
-¡Ritsu-sama! -. Misaki fue corriendo a ayudarlo.- ¿Está bien? -. Vio que de la muñeca de Ritsu salía sangre.- Hay no, se ha hecho daño.
-No te preocupes estoy bien, no ha sido nada – Dijo incorporándose con la ayuda del otro castaño. - ¿Y tú? Oímos un disparo, pensábamos que te había ocurrido algo y nos preocupamos.
“Nos” Sonaba a ambos, pero Misaki sabía de sobra que Usagi no podría jamás preocuparse por él.
-Sí…solo me sorprendió bastante que me apuntaran con el arma…no pude verle el rostro pero tal parece que no era a mí a quién buscaba.- dijo con algo de miedo recordando lo sucedido.
Akihiko estaba algo conmocionado. Entonces sí estuvo en peligro por unos momentos…
-¿A-Akihiko? -. Aun le costaba pronunciar ese nombre sin sentir vergüenza -. ¿Está bien? Luce pálido.
-....Ha…sí no te preocupes Ritsu…- Pone una sonrisa falsa y se le acerca tomando su mano. Misaki se aleja -. Lo importante ahora, es curarte está herida en tu mano.- La besa.
Ritsu se ruboriza al tope de quedar como un tomate…mientras que Misaki….él volteaba la mirada algo triste. Es normal…ellos se casarían pronto.
-Vayamos a dormir. Este día ha sido muy agitado.- Sugirió Akihiko dirigiéndose con Ritsu hacía dentro de la mansión. – Misaki -. Dijo antes de entrar por completo – Tú también-
-Sí…amo- Terminó cortante.
-------------------------------------------A la mañana siguiente------------------------------------------------------
Masamune estaba totalmente agotado, no por el hecho de que su mejor amigo Yokozawa había llegado de visita y le había caído de sorpresa, sino por el motivo que más lo tenía tenso…Ese muchacho. Ese lindo castaño con vestido blanco de la noche de la fiesta, lo había buscado desde ese día…”Oda Ritsu” ¡No había nada sobre él! ¿Y ahora? ¿Dónde estaría ese lindo muchacho? Pues ahora tendría que esperar para retomar su búsqueda, ya que su tío le encomendó pasar unos días en casa de Akihiko para vigilarlo y no hiciera algo “indebido”
-Masamune – Lo llamó Yokozawa quien lo veía del otro lado del vehículo. -¿En qué piensas?-.
-Sabes en qué pienso -.
-En ese chico…¿Enserio Masamune? ¿Crees que lo vas a encontrar? -.
-Espero que sí -.
Sonríe. Bueno es así, Yokozawa no estaba muy emocionado que su amigo esté tan obsesionado con ese tipo de persona que desaparece como si fuera un fantasma.
-¿Está bien que vaya yo también?-.
Yokozawa también estaba algo en contra de ir a hospedarse a la mansión del primo de Masamune. Había cruzado palabras con Akihiko antes, sin embargo no tanto como para considerarse “amigos” o al menos “conocidos”
-Está bien -. Dijo .- No creo que le moleste -.
-Eso espero -. Repitió lo mismo del azabache hace poco.
Mientras esta conversación se llevaba a cabo, adentro de la mansión en el cuarto de Ritsu, Misaki le ponía una nueva venda en la mano herida del chico quién miraba por la ventana.
-Misaki…Ese auto…- Misaki voltea la cabeza y mira por la ventana también. Vaya, más visitas.
-Es el auto del primo de Usami-sama. Tal parece viene de visita -.
-Ya veo…- A Ritsu no le importaba eso por el momento, ni siquiera se puso a pensarlo a fondo. Él mismo se engañaba en ese instante, porque esa visita, iba a cambiar, incluso sus planes.