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AFFAIR por malchan

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Notas del capitulo:

Mil millones de gracias por comentar!

Mis musas está felices y prometen dar mucha pila!

 


Baladi se ponía su chaqueta frente al espejo, ésta le ajustaba perfectamente mostrando su silueta estilizada. A la ropa que más le gustaba la mandaba a ajustar invariablemente con su sastre, un viejo inmigrante portugués del que le causaba cierta gracia su acento casi inentendible y sus enormes gafas anticuadas.  Siempre le pagaba el doble de lo que pedía y acudía a él debido precisamente a que se trataba de un inmigrante, sentía cierta justicia al ser él mismo un extranjero y no tenía problemas en ayudar a cualquiera que intentara hacerse una vida en la a veces difícil Luxemburgo.
Y después de todo, un hombre que hiciera tan excelente trabajo como el que ahora traía puesto merecía eso y más, ¿o no?

Atrás de él estaba su mejor amigo sentado en su cama, podía ver el reflejo de sus adorables ojos color miel mirando al vacío, perdidos en algún punto de ese universo lejano que a veces era la mente de Kyan Novak,

Su amico no siempre había sido tan reflexivo y distante. Años atrás lo había conocido en una fiesta ruidosa en el antiguo piso de Abrianna Mestri, cuando ella todavía vivía en la ciudad.

Su encuentro había sido como un chispazo, en seguida habían conectado. Aunque sus orígenes hubieran sido diferentes, compartían una cosmovisión similar, un sinfín de conocidos mutuos, gustaban de los mismos sitios y además… ambos amaban la vida nocturna.
Eran socialités y claro, estaban en el principio de sus veintes.

Ese castaño de soberbia presencia le había soltado algunos nombres que reconoció como ex amantes y ex amigos.

Esa noche, Baladi se propuso llevárselo a casa como el mejor premio de la noche.
Ardía en deseos meterse en sus pantalones.

Pero algo cambió a medida que la frívola conversación lo hacía, se dirigieron hacia un lugar inesperadamente cálido y familiar. Se sentía bien estar con él.
El italiano se dio cuenta de que de ese hombre llamado Novak le gustaba de verdad. No quería un simple affair con él.

Si lo seducía, ese precioso luxemburgués no pasaría de ser eventualmente nada salvo un simple ex, de esos de los que acababan de contar sólo simples anécdotas. Decidió no ser uno de esos nombres, decidió que ése no era el destino que quería para ellos.
Le agradaba la idea de poder hacerlo parte de su vida, una criatura hermosa como lo era él, iluminando con su humor ácido un día gris.
Pero eso implicaba… estar dispuesto a ser su amigo.
No recordaba haber tenido ese deseo por alguien en mucho tiempo.

Así que mientras lo escuchaba hablar, tomó la resolución de renunciar a una relación física con él. Aquella era una determinación inusual que parecía casi algo poético. Verdaderamente estaba dispuesto a invertir tiempo en un hombre al que no llevaría a la cama.

Sin embargo, resultó más fácil de lo que habría creído.

Había acertado. Kyan no tardaría mucho en volverse algo más importante que un conocido y más complejo que un amigo, el pasar de las semanas, las noches conquistadas y las mañanas siguientes, la tardes después del trabajo, los fines de semana… transformaron aquella relación platónica en algo más profundo, algo que Enzo había creído que para él estaba perdido para siempre. Una familia.

Sonrió con ese pensamiento.

Y todo aquello hacía más divertidamente incestuosa la idea de acostarse con él, al punto de que era gracioso llevarlo a veces un poquito lejos.

Amaba a Key. Y ni su apatía lograba cambiar eso.

- ¿En algún momento dejarás de mirar tu reflejo, Enzo? Ambos sabemos que eres el tipo
  más apuesto de la ciudad. Y ya deberíamos ir saliendo para allá.

Disfrazaba a su halago de sarcasmo.
Novak parecía de pronto recobrar un poco de vida, el sentido del tiempo y un tanto de humor también.

- Qué cosas más adorables dices, Key. ¿De verdad crees que soy el tipo más apuesto de
  la ciudad?- preguntó con voz tersa mientras terminaba de acomodarse los gemelos.

El castaño lo miró. Su sonrisa era apenas una curvatura torcida.
Baladi estaba siendo irónico también.

- Seré más adorable aún y diré que sí, por supuesto que lo eres. Pregúntale a quien sea y
  te dirá lo mismo.

Los pasos de Enzo fueron hacia el lado contrario de su habitación, donde aguardaba un gran clóset diseñado por él. Una pared de cristal exhibía pañuelos, sombreros y accesorios.

- Es tu opinión la que podría importarme- dijo el rubio eligiendo una bufanda rojo
  brillante.
El contraste de ese color con su chaqueta de cuero azul rey hacía resaltar su atuendo, su cabello dorado descansó sobre sus hombros como una melena leonina.

- Y de cualquier forma, no es que debas preocuparte por llegar tarde, Kyan.
  Sabes bien que la lista en la que estamos dura toda la noche.

Era obvio que sin importar la hora a la que llegaran, habría champaña y entrada segura a la galería Vinnart, pues esa noche exponía una de sus amigas más cercanas. Abrianna Mestri mostraba su más reciente colección y seguramente sería fabulosa.

Baladi se esmeraba en verse bien para esa noche, pero definitivamente no porque quisiera dilatar la diversión; estaba entusiasmado por llegar. Siempre le había gustado asistir a eventos y más si tenía All Access.

Y adicionada a las diversiones de la noche, estaba también la posibilidad de encontrarse con ese modelo noruego que estaría en una de las obras centrales a mostrarse.
Jan. Un joven de recién cumplidos los 22 años con cuerpo modelado por los dioses.

Su interés inicial había sido el que le hubiera recordado a Kyan, con su mismo tono cremoso de piel y el mismo cabello castaño rebelde. Pero obviamente su luxemburgués no tenía nada que ver con la personalidad mucho más sencilla y menos existencial del  modelo, no tardó en darse cuenta.

Baladi miró a Novak sentado en la cama aguardándole.
Su torturado Key.

La noche anterior había cenado con la hermana menor de Ricard D´Oria y no había dicho nada al respecto, Baladi sospechaba tal encuentro era la causa de su desconexión. Apenas si había pronunciado un par de frases desde que había llegado hacía dos horas a su departamento para ir juntos a la exposición.

Aunque el italiano era de la filosofía de dar espacio a la gente, con él a veces era necesario entrometerse pues siempre se reservaba las cosas para sí mismo hasta llegar a ser hermético.

No, Jan no se parecía a Kyan, decidió.  Kyan estaba loco. Y a veces se portaba como un ermitaño.

Se calzó sus mocasines y miró el conjunto final.

- Y hablando de la lista de Vinnart, adivina quien más está en ella- le dijo, sólo para
  hacerle salir de sí mismo.

El otro no pudo apostar por nadie, pero Baladi no le hizo esperar:
- Roger Miller Jr.

El CEO de Muggen. Dueño del 70% de las acciones, jefe de la mesa directiva y miembro honorario de la Barra de Inversionistas Bancarios de la región del Benelux.
Y según Kyan había escuchado antes del rubio, amistad de Daniel Lascurain. Si eso era verdad -y no tendría por qué no creerlo del RP- Miller sería también cercano a la mujer con quien había visto a Daniel en el Clairefontaine, la preciosa morena perfecta en su vestido de diseñador y sus perlas Akoya.

- ¿El señor Miller estará ahí?

- Sí, tu protector. Esta semana estuve en contacto con Levine, su asistente  y ella lo
  mencionó casualmente.

Kyan sintió que se le revolvía el estómago.
¿Había posibilidades de encontrarse con Daniel?
Se había prometido no volver a toparlo fuera del trabajo justo después de la escena que le había montado afuera de las oficinas, pidiéndole una cena casi a gritos desde su gigantesca limousine.
Ese tipo le daba un nuevo sentido a la frase: ¿qué puede salir mal?
   
Novak estaba cansándose de esperar al biren porque eso le daba tiempo para hacerse telarañas en la cabeza.
Sin darse cuenta estaba haciendo un mohín que Enzo vio por el espejo.

- Bueno, Kyan. Como no me has preguntado qué ha pasado de nuevo en mi vida, te
  contaré algo que me ocurrió.

Eso logró captar su atención. Pero no de la buena manera.
Novak lució repentinamente incómodo.

- Lo siento- dijo con seriedad- sabes que a veces dejo que mis asuntos me absorban.

Resultaba una sincera e inesperada disculpa, Baladi lo había dicho con un falso sufrimiento en su papel de amante despechado con que solía jugar con él.
Pero esta vez el financiero aunque reconoció la broma, tuvo que admitir que no por eso era menos cierto. El italiano tendría también motivos de preocupación por el patrocinio de la Copa Budge y todavía así se tomaba tiempo para estar con él, como siempre. Si había alguien siempre ocupado, ése era Enzo.

- Kyan… no lo tomes tan en serio- dijo- sabes que estoy bromeando, certo?

- Pero tienes razón.

El RP pensó para sí mismo que bien podía contarle sus preocupaciones, el tambaleante financiamiento para el proyecto Montek le había quitado el sueño más de una noche.
Pero de alguna manera ponerse a hablar de eso con Key terminaría por estresarlo más.

Esa noche, quería dejar de lado su rol de publirrelacionista y divertirse ya fuera con Jan o con otro sujeto interesante. Después de todo, a exposiciones como las de Abrianna siempre iba gente deseable y original con un poco de ese excentricismo artístico que a veces tanta falta hacía entre la gente de las finanzas.

- ¿Entonces? ¿Quién es lo que tienes que contarme, Enzo?

- ¿Quién? ¿Por qué no qué?

- Ah, contigo siempre es un quien o incluso quienes- se burló el castaño
  provocando una inmediata aclaración del otro.

- Eso sólo pasó en una ocasión. Además, que descortés de ti cambiar el tema, iba a
  contarte algo.

- ¡Oh, pero perdona mi descortesía!- exclamaba satíricamente- y por favor cuéntame lo
  que querías decir.

Baladi terminó de acomodarse la bufanda y luego lo miró a los ojos. Fue algo simple, pero conociéndolo, eso significaba que se trataba de algo importante.
Era una mirada muy seria que le dio un golpe de curiosidad. Y no de la buena.

- Me he encontrado con Reiner… Reiner Köhler. Está viviendo en Lux, a quince minutos
  de mi departamento.

Sin duda fue una sorpresa escuchar ese nombre después de tanto tiempo de sepultado.
¿Aquella sería una ridícula casualidad?

- ¿Y cómo es que sabes exactamente dónde vive?
Rápidamente había comprendido que había mucho más en esa historia.

- Él me encontró en el parque Merl, resulta que vive justo enfrente. Me invitó a tomar un
  trago a las dos de la tarde.

- Dos de la tarde- notó el otro- Vaya, al parecer no perdieron el tiempo.
  ¿Y después de una confesión así vas a seguir diciéndome todas esas tonterías de tu
  devoción hacia mí?- bromeó el luxemburgués.

- Kyan, era más de mediodía, a esa hora ya es aceptable tomar tragos con otro hombre, ¿o
  no? Y además, no pretendas hacerme sentir mal, ni siquiera tendría que explicarme, tú
  sabes que mi adoración por tu displicente persona va más allá de eso.

Novak no pudo permanecer serio.

- Es precisamente tu exaltación sobre esta supuesta adoración la que no debería tener
  lugar, pero no es como si fuera a creerle a un player* como tú.
/*Jugador.
Y como para suavizar las cosas terminó.
- Pero por suerte para ti, no soy celoso.

La risa de Baladi se escuchó en la habitación ligera.
- Y tampoco ha de molestarme que me cuentes que te pareció su…

- Penthouse- lo cortó el hermoso rubio- Sólo digamos que fue una experiencia interesante
  y ciertamente inesperada.

Él solía hablar de los hombres a los que se llevaba a la cama con libertad, y como ésta vez a veces incluso lo hacía en son de broma. Pero pese a la aparente falta de seriedad, el nombre que había mencionado era diferente. Reiner no había sido un amante ocasional en el pasado en Enzo, Kyan lo sabía perfectamente.
Si lo mencionaba, era porque tenía importancia.

- ¿Interesante?- cuestionó el calificativo.

El rubio perdió la vista en la distancia, pensando en ello.
Sí, pensó Kyan, es importante.

- Si tuviera que usar una palabra diría que fue… egoísta- decía su amigo, de pronto tenso. 
  Sé que si alguien dice haber recibido placer a cambio de nada no sonaría egoísta en
  absoluto, pero con él… todo es diferente.
  Tomó todo el control del sexo y no me dejó actuar, ni siquiera tocarlo.

Hasta ese momento Enzo no había podido verbalizarlo.
Decirlo en voz alta hacía que sonara extrañamente real.

- Supongo que era una especie de declaración, de que él tenía el mando, o quizá… algo
  más que no logro entender. Es ese tipo de cosas que sólo él haría, ¿sabes?

Köhler no era el tipo de persona que tuviera reparos en decir lo que pensaba, pero en más de una ocasión entre todas sus palabras era difícil encontrar indicios de su verdadero sentir. No obstante, antes de poder encontrar la forma idónea de explicar eso, Baladi fue interrumpido por el sonido de su móvil.
Hubo un momento de duda de si responder, quería terminar aquello. Pero raramente dejaba  una llamada sin contestar.

- Mestri- contestó poniendo el altavoz.

- Ciao, come va?- le preguntó ella al otro lado de la línea.

Quizá todo eso era una mala idea, pensó Kyan.
Si simplemente escuchar a la artista por el teléfono le resultaba molesto, ¿qué pretendía yendo a su exposición?

El RP lo había convencido e incluso chantajeado para ir, aludiendo al hecho de que Anna hubiera sido alguna vez una de sus amigas más cercanas. Pura añoranza al parecer.

Baladi, escuchaba la música fuerte y un escándalo de voces a través de su teléfono.

- Bueno, apenas están dejando entrar a la gente, pero hay muchas personas. Vino prensa
  de varios medios y están tomando fotografías de cada invitado que entra. Se hizo una
  ridícula alfombra roja en mi inauguración. ¿Puedes creerlo?- le explicaba ella en
  italiano, sin saber que Kyan escuchaba también.

Sonaba angustiada.
Lejos había quedado la idea de mantenerlo original.

- Si hay una alfombra roja voy a tener que arreglarme un poco más- jugó Enzo en francés
  para que todos entendieran a la perfección.

Lo decía con ligereza para aliviar la situación, pero no iba a ser fácil.
- ¿Estás con Kyan? ¿Están ya listos?- cambió de idioma también.

- Sí y justo es él quien está tardando, quiere lucir magnífico por si su arquitecto
  se presenta esta noche.

- ¿Su arquitecto?- inquirió ella al otro lado de la línea- ¿A quién te refieres?

Enzo tapó el auricular y cuestionó a quien lo había estado esperando todo ese tiempo a que terminara de arreglarse.
- ¿No le has contado de LD?

Novak lo miraba con frialdad y brazos cruzados.
- No hay nada que contar.

- Kyan… ¿hace cuánto que no hablas con Anna?

- Voy a verla hoy, ¿no es cierto?

Baladi hizo evidente su desaprobación con un reproche facial mientras volvía a la llamada.
- Ya tendrá que decirte él, seguramente esta noche- agregó viendo al castaño como si
  no fuera una sugerencia.

- Y hablando de esta noche, ¿piensan venir, verdad?
Al parecer la paciencia se le agotaba.

- No hasta la orda di punta. Recuerda que hay que llegar glamorosamente tarde.

Lo decía de broma, pero la fotógrafa en verdad ansiaba que llegaran pronto, Zia no aparecía tampoco y estaba rodeada de gente haciéndole preguntas que nada tenían que ver con su exposición.
Un sujeto insistía en entrevistarla y en que le permitiera una sesión de fotos con algunos invitados, ¿incluida quizá Zia Borden? Sugirió.
Y Carlo, su representante iba tarde también.

- ¿Y si les pido que vengan antes y me den apoyo moral?

- Bueno, eso también puede hacerse.
  ¿Estás listo por fin, Kyan?- el otro le lanzó una mirada fulminante- Supongo que sí.
  Nos vemos en unos minutos, deja de preocuparte, es tu fiesta.
  Diviértete con los invitados deja a los organizadores lo demás.

- ¿Doy entrevistas?

- No, mejor da un discurso. Celebra un brindis y sólo deja que te tomen fotos las personas
  que ya se han presentado contigo- recomendó- Permíteme adivinar, ¿Carlo aún no llega?

- Está de camino- quiso explicar- viene del Fond Noir en auto.

Fondo Negro se refería a su hogar en la frontera del lado belga, donde tenía su estudio en el noreste.

- Bien, vamos para allá así que no te angusties. Márcame si necesitas algo, ¿sí?

Colgó y se giró mirando directamente a Kyan, quien le dijo ácidamente:

- ¿El deber te llama?

- Yo sería mejor representante para ella que Carlo, lo digo en serio.
  Está nerviosa y creo que necesita un poco de ayuda para encaminar la inauguración
  hacia lo que quiere. Así que el deber nos llama a los dos. ¿Estás listo?

- Mueeero de ganas.




-  -  -  -  -  -  -  -  -  -

 


Aún tenía dos días para terminar la propuesta final para el proyecto Rá, sin embargo había más de una razón para empecinarse en ser perfeccionista con lo que iba a presentar en Muggen.

Claro, estaba en primer la reputación de su firma LD no sólo Luxemburgo sino a nivel internacional, Daniel siempre había sido muy exigente con su trabajo y era bien conocido por sus innovaciones, sus buenos resultados y su enfoque verde, este proyecto aunque no sería algo que normalmente habría elegido, lo había aceptado al fin y al cabo por lo que no podía ser la excepción.

Y dejando de lado el peso que le daba a su palabra, había otra clara razón; el asesor financiero a cargo de aquel proyecto, ese joven hombre de ojos de un color tan cálido capaz de volverlos intensamente fríos.
Una persona que había conocido como una descarada bomba sexual y al siguiente encuentro no había sido otra cosa que un témpano impenetrable.

No había forma de ser indiferente, y menos a la parte física de una criatura como él, un cuerpo como el de Kyan, esbelto y flexible, con una voz tan profunda durante el sexo quebrada por el placer, una piel satinada y sonrojada a causa de sus caricias.
Era como si los dioses hubieran creado al hombre perfecto. Y entonces le hubieran puesto una personalidad defensiva, hiriente y terca.

Hubiera pensado de sí mismo que eso le haría desistir, pero precisamente su indolencia despertaba en Daniel un instinto primitivo de conquista masculino que le hacía seguir persistiendo pese a lo que dictara el sentido común.

Novak había resultado ser un renombrado asesor de negocios, con un puesto envidiable para su edad, ambicioso, inteligente, obviamente orgulloso. Un tipo admirable y tan
tentador, vestido con su impecable traje sastre y apretada corbata hablando de cifras y finanzas.
Y después desvestido por él… negándose a ser tocado en su limousine pero su cuerpo pidiéndolo a gritos...

Estaba volviéndolo loco y hacía mucho tiempo que no había sentido el más mínimo interés por alguien.
Ni siquiera se trataba de una situación romántica o un encuentro furtivo. Con la partida de su esposa, a Daniel se le había escapado también parte de su pasión por la vida misma.
¿Cómo esperar sentir tanta adrenalina por un hombre?

Sus cavilaciones comenzaban a alterarlo, Daniel sentía como su cuerpo se endurecía pensando en él. Hacía algunos minutos sus manos se habían detenido sobre el teclado y no aportaban nada, así que se hizo hacia atrás en su silla de cuero negro, tomando una bocanada fuerte que despejara su mente.

Por la hora, todos en el piso de su oficina ya se habían marchado a sus casas, sólo Andrew permanecía en el fondo trabajando. Aunque había ido a decirle que se fuera a casa, él insistía, como siempre, que de noche era cuando era más productivo.

De alguna manera sospechaba que lo hacía para acompañarlo.
O quizás disfrutaba que hubiera alguien más adicto al trabajo que él.

Se estiró sobre su asiento, ciertamente llevaba varias horas frente al ordenador afinando los detalles del informe.
Sobre su mesa yacían todos los rollos con los planos que parte de su personal había elaborado tan meticulosamente.

Era casi ridículo que no hubiera asignado más gente para ese proyecto que su asistente Hilda y Andrew mismo, cierto era que estaban con bastante trabajo pero como dueño bien podía disponer de más manos para Rá. Pero la realidad es que hacía tiempo que no se dedicaba a otra cosa más que ser el creativo y supervisor de lo que caía en LD, era casi un placer volver a hacer un proyecto desde su inicio hasta el fin, como en los viejos tiempos en que empezaba con la arquitectura.

…Y sobrecargarse de tareas era también una forma de ocuparse.

Para despejar su mente releyó los últimos párrafos que acababa de teclear y tal como sospechó no eran nada valiosos. Bien tenía esa noche que sacarse ese financiero de la cabeza, de otro modo no haría nada de provecho más que fantasear en un hombre que no podía tener.

Hasta ahora se había hecho claro que el único lazo que podría existir entre ellos, si acaso era el sexual. Y éste, cabe aclarar en gran parte forzado por él mismo.
Novak no daba ninguna muestra de sentir algo positivo por él, sino todo lo contrario.

El moreno meditaba sobre el suelo en el que se había parado y lo vulnerable que se sentía en esa situación.
Y entonces, como para no hacer claudicar su voluntad fue que recordó la tercer razón por la que ese proyecto le importaba tanto. Se trataba de una motivación alejada de su nostalgia a la arquitectura, de renombre como LD, y de la figura de Novak.

Era Roger Miller.

Ese tipo le hacía trabajar duramente pese a tener a Vi y Josú de regreso en Luxemburgo.

Después de casi un año de no verlo, ese viejo conocido se había presentado a las puertas de su castillo y sus motivos iban más allá que un simple casino en problemas. ¡Había tanta gente a la que Roger podría acudir!

No había tenido más remedio que aceptar ese favor que se le pedía, porque Roger tenía un papel en su vida que en un pasado había importado y en un presente… también.
Había sido incapaz de decirle que no, porque quisiera negarlo o no, seguían compartiendo muchas cosas y el destino se las arreglaba para que tuviera que seguir siendo así.

Se levantó de la silla y miró su reloj.
Hacía varias horas que Vi y Josú habían regresado del club, seguramente ella estaría terminando de arreglarse para ir a la galería Vinnart.
Incluso estando en la misma propiedad, ella había preferido comunicarse por un mensaje a su teléfono pidiéndole que se hiciese cargo de su hijo esa noche.

“Sólo por esa noche”.

¿Qué no Roger estaría en Vinnart también?

Caminó hacia Andrew Kelly y lo encontró terminando un render, al parecer corregía detalles insignificantes.

- No hará gran diferencia si mejoras esa línea hoy o mañana, por más entretenido que te
  resulte- le dijo cruzándose de brazos.

Lo que decía era completamente cierto, porque compartían ese apasionamiento.
Le gustaba lo perfeccionista que el otro arquitecto era, pero si lo incentivaba, jamás se iría de ahí.

- ¿O es que voy a tener que asignarte oficialmente una habitación en el castillo?

El joven alzó la vista. Sus gafas resbalaron por fina nariz y él las empujó con el dedo hacia arriba otra vez.

- Ah, lo sé, disculpa.

Aquella había sido una referencia a cuando su empecinamiento por quedarse hasta horas ridículas habían llevado a Lascurain a dejarlo dormir en uno de los cuartos de huéspedes.
Y no había sido una sola ocasión.

Andrew Kelly era un obsesivo, pero no lo podía acusar; cualquiera bien podría decir lo mismo de él.
Pero alguien tenía que dar el buen ejemplo y ese debería ser el jefe.

- Vete a casa, Andy, en serio. Voy a cerrar ya.

Un poco de pesadez de su parte bastó para avergonzar a Kelly, quien guardó el documento.
- Lo siento, debes estar cansado. No lo consideré.

Podría decirle que no le importaba que se quedara, pero también quería que se fuera a dormir. La idea de explotarlo, con su consentimiento o no, no le resultaba bien.

El joven de lentes le entregó la memoria portátil con el documento.
- Hice esta copia para ti.

Caminaron juntos a la entrada y Daniel echó llave a la puerta de cristal que separaba el despacho del resto del castillo.

- No te molestes en acompañarme, sé el camino- dijo su coordinador, despidiéndose con
  la mano. Buenas noches y perdona las molestias, Daniel.

- Descansa, Andy, lo digo en serio.

El portugués se marchó también por el pasillo, alejándose de los pasos del otro cada vez más. Cuando por fin estuvo solo en ese espacio, sus pisadas sobre el piso de piedra sonaban fuertes e inmensas con aquel eco.
Aquel lugar era enorme y cuando estabas solo se notaba.
Antes de llegar a la estancia, pudo escuchar el eco de la puerta principal cerrándose.

Él mismo necesitaba un descanso.

Mientras Kyan, Josú, Vi y Roger rondaran por su cabeza, no iba a ser nada productivo.
Pero apagar su mente era algo que siempre había tenido problemas haciendo.
Y más cuando éstas se relacionaban con sus deseos.

Evocó su nombre una vez más, prometiéndose no volver a hacerlo hasta que amaneciera.
Kyan…

Quería verlo.
Quería estar con él.

 

 

 

 

Continuará...

 

 


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