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AFFAIR por malchan

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El mesero retiraba los platos de la mesa que correspondían al desayuno, dejando sólo el juego de café, el cual enseguida comenzó a servirles a los dos huéspedes.

- An expresso for me- pidió Daniel en inglés, ante su falta de conocimiento del idioma danés.


- I´ll take a latte- dijo el otro hombre en la mesa de igual manera, un señor en sus
  cincuentas, con todo el cabello vuelto canas y mejillas hundidas.

Willen Van Buren siempre tomaba un latte para finalizar su desayuno y esta no sería la excepción. Había ido al restaurante del elegante hotel D´Angleterre, en el centro de Copenhague para reunirse con el dueño de LD, la constructora de diseño con quien estaba explorando la posibilidad de encargar su proyecto al norte de Rotterdam.

El arquitecto Daniel Lascurain había ofrecido encontrarlo en la capital danesa para presentarle de manera informal su propuesta, lo cierto es que ya tenía el documento con todos los números en su mano desde hacía un par de días y había tenido tiempo de revisarlo a fondo con ayuda de sus asesores.
Sonaba impecablemente realizable.

No había esperado que la cabeza de una firma con tantos reconocimientos internacionales fuese tan joven, pero al parecer el anterior presidente de LD, Xanti Lascurain, le había tenido la confianza suficiente a su hijo para dejarlo a cargo de todo pese a que éste no parecía tener ni sus cuarentas.

Su charla había comenzado siendo por el momento de lo más general.

La inversión eran cuarenta millones de euros para la edificación de las seis torres que lo conformaban, el desarrollo tendría capacidad de alojar hasta dos mil personas y los edificios estarían comunicados por túneles subterráneos, contaría con azoteas verdes que generarían a su vez ganancias, caras de cristal especiales de aislamiento para disminuir el costo de la calefacción, sensores de presencia de energía solar y una planta de tratamiento de agua capaz de reutilizar el 93 por ciento de la lluvia (perfecto para un lugar como los Países Bajos).
No había esperado algo tan ambicioso, le sorprendía el alcance tecnológico del proyecto que el joven arquitecto le presentaba.

- Mencionabas algo acerca de la excavación, Lascurain- retomaba la conversación.

- Sí, creo que podemos aprovechar la tierra que obtengamos de ésta para la construcción
  del jardín.

- Ah, sí, lo vi en la parte del presupuesto, me sorprendió que un área verde de seis mil
  metros cuadrados costara tan poco. Me gusta tu visión de reutilización de recursos, es
  una sólida forma de bajar costos generales.

  Pero hay una cuestión importante que hará dudar a quien quiera que desee meter un
  centavo a esto. Yo sé la respuesta, pero me gustaría que me explicaras porqué alguien
  invertiría con nosotros.

Los cafés llegaban, dándole al portugués el instante perfecto para ordenar sus ideas.
Muchos de los mentores que había tenido en la vida, solían hacer esas pequeñas pruebas, El moreno lo veía como un entrenamiento para cachorros y le resultó un tanto divertido.
Hacía mucho tiempo que ya no era un protégé*.

*/Protegido. Se le conoce a sí, en el mundo de los negocios, a jóvenes promesas que son apoyados por sus mentores para crecer en su ambiente profesional.

- ¿Quieres que sea específico respecto a algo?

- Digamos que hoy he leído que la industria de la construcción ha caído 2.2 por ciento en
  Europa, aunque se trata del último trimestre del año, se junta con el anterior, lo que lo  
  hace técnicamente una recesión. ¿Por qué meter dinero en una actividad que está
  decayendo?

El atractivo moreno sonrió suavemente.
- Mera teoría como has dicho, Willem, aunque muy bien informada- rebatió- El problema
  principal en la construcción no se refiere realmente al sector vivienda, y mucho menos
  al ramo residencial, que representa mayoritariamente el valor total de la industria. Esa
  baja que mencionas ocurre en el sector industrial, no civil, que es menos del 20 por
  ciento total de ésta, además, las cámaras de la construcción pronostican una reactivación
  para el primer semestre del nuevo año en Europa Central.

Su interlocutor no parecía impresionado.
- Las cámaras siempre pronosticarán futuros prometedores, es su trabajo.

- Y las tendencias de las que te has informado son también pronósticos, no hechos,
  ponerlas en duda invalidaría tu propio argumento.

El otro comenzaba a relajar su expresión, cosa que no pasó desapercibida por el arquitecto, que continuó sin darle lugar a réplicas.
- No hay menor demanda de casas- aseguró- por lo menos no en Holanda. No existe cifra
  alguna que así lo indique, yo lo sabría, es mi trabajo.

Se dio un segundo para sorber su café, un expresso igual al que había bebido en el departamento de Kyan Novak.

- De acuerdo, digamos que me convences- admitió Van Buren, relajándose en su asiento-
  Hay algo bueno en tu estilo directo y confiado, es algo bueno para los negocios.
  Te daré mi respuesta mañana, ¿eso te parece bien?

- Me parece perfecto.

- Bien- zanjó el holandés el asunto agregando una cucharada de azúcar a su infusión-
  ahora, si me disculpas el cambio de tema, quisiera saber cómo van los preparativos de tu
  socio para mis compañeros.

El ex diplomático enviaba a una comitiva de amistades relacionadas con la industria bancaria a Luxemburgo en año nuevo, liderada por su propio padre.

Se trataba de una fecha delicada por lo que era necesario tener cualquier detalle cubierto para garantizar la comodidad de ese grupo durante su estancia en la pequeña ciudad.

El socio de LD, Reiner Köhler, se había ofrecido a darles la bienvenida y llevarlos a un buen lugar para cenar esa noche.

- No tienes de qué preocuparte, el señor Stephen y su grupo tendrán la mejor atención.

- Claro que he de preocuparme- insistió el otro- mi padre debería estar con nosotros esa
  fecha, pero ya sabes, así es el mundo de los negocios, un mundo solitario..

Su afable faz de pronto se nublaba.
El hombre parecía un poco abatido por ese pensamiento.

- Tú, por ejemplo, en vez de pasar año nuevo con tus seres queridos, quizá pases esa
   fecha en Rotterdam.

- Sólo si das el sí al proyecto- aclaró Daniel, con agudeza, sin dejarse mermar por la
  melancolía del comentario.

Eso hizo reír a Willem.

Un mundo solitario…
No podía estar más de acuerdo.

 


- - - -

 



Tras despedirse de Van Buren, se dirigió a su habitación de hotel.

Sentía todavía un poco de exaltación en su cuerpo, producto de ese tipo de pláticas de negocios, siempre intensas.

Le encantaba diseñar proyectos, conceptos, espacios. Desde muy joven había llenado sus cuadernos de la escuela con bocetos, estructuras y dibujos sin fin. Y hacer realidad todo esto a través de negociaciones emocionante.

Pero sabía que esta vez la emoción le duraría poco…

Había tenido problemas para concentrar su mente en esos días.
De hecho tenía que admitir no haber estado completamente presente durante esa reunión y habían habido momentos en que, cuando la charla se había tornado más casual e insustancial, había perdido parte de su atención a lo que le decía Van Buren.

No solía actuar de esa manera, sabía que era un tanto grosera e incluso arriesgada, pero… había sido inevitable.

Si, definitivamente había tenido problemas para concentrar su mente en esos días.
Sólo podía pensar en ese hombre al que había dejado en Luxemburgo, en su cama.

No es como si no se hubiera esperado que Novak le marcara una distancia, pero enfrentarse a ella resultaba más duro de lo que había creído.

Se metió a la ducha y permitió que el agua muy caliente le resbalara por los hombros, derritiendo su tensión, el estrés de no saber nada de ese financiero de fríos ojos irónicamente color miel.

Kyan.

Se dejó rendir al placer de ese calor.
Sintió una ola hirviente resbalando por su cuerpo.

Que bien se sentía ese baño…y que bien se sentiría de tener ahí aquel cuerpo.

Imaginó su pelo color caramelo pegado a su piel, el sonrojo en cara.
El timbre de sus gemidos y el sonido orgásmico de su voz llenada de placer. El placer que él le podría dar.

Comenzaba a sentir un nuevo calor diferente al del agua, se trataba de una necesidad palpitando en el centro de sus piernas, el líquido que besaba su piel le recordaba a las yemas de esas manos heridas, abarcándolo, tenues y expertas.

Kyan.
Lo había llamado, imaginado, anhelado.

En su centro, esos pensamientos le provocaban un endurecimiento, la cascada de la ducha bajando por su miembro bien podían llegar a sentirse como las caricias que el castaño le había obsequiado.

Su propia mano tomó aquella parte de su anatomía erecta y en la soledad de aquel espacio, fantaseó con su contacto.

Kyan.
Kyan chupándolo, con sus pestañas largas adornando sus ojos cerrados….
Kyan besándole los labios, apasionadamente.
Kyan ensartándose en él.
Kyan con los rasgos duros rendidos al placer, envuelto en un lujurioso rubor.
Kyan atrapándolo en su intenso interior
… llegando.

¡Una explosión envuelta en su voz llenando todo el jacuzzi, todo su limousine, toda su habitación!
Kyan derrotado en su lecho, mirándolo con sus ojos prístinos. Todas las barreras entre ellos, inexistentes.

Un instante glorioso que había durado tan poco, que toda la displicencia de ese financiero le había arrebatado…

Key. Key. Key.
El hombre del que se había enamorado tan intensamente, tan sorpresivamente, tan inevitablemente.

Ese que no lo quería de verdad.

Su cuerpo se sacudió. Y la sensación que siguió de aquel orgasmo… fue desoladora.

El agua resbalaba aún por su agitado cuerpo. Apoyó un antebrazo en la pared de azulejos negros de la ducha. Jadeaba, sofocado entre todo ese hirviente vapor.

Merda.

Abrió toda la llave de agua fría, y el cambio de temperatura le castigó.

Aunque apenas comenzaba, aquel viaje lo hacía sentir muy solo. Lo echaba de menos, a él y a su familia. ¿Era incorrecto ponerlos en la misma lista?

“Un mundo solitario”, recordó las palabras del holandés.
Y más solitario si Novak se rehusaba a contestar a sus llamadas.

Estando tan lejos de Luxemburgo, aquella esquivez era aún más frustrante, la distancia que se creaba entre ellos se había más honda con cada día que pasaba…

Estaba comenzando a agotar sus canales de información y su paciencia.

Quizá se había dejado llevar demasiado a la hora de llevarlo a su habitación, lo más probable es que Kyan se sintiera abrumado por todo lo que él, en su apasionamiento incontrolado, le había confesado.

No quería perderlo. Y tampoco quería ser tan dramático.

El ramo de tulipanes que le había enviado ya debía haberle llegado. Se había encargado de no dejar un remitente que pudiera hacerlo sentir incómodo. Le quedaba claro que si algo le importaba al asesor era cuidar su imagen y no quería que un detalle como ese revelara alguna información sobre ellos en ningún medio escrito que llegara a su oficina.
No había podido mandarlo a su casa, no recordaba el número de su departamento.

Pese a ese arreglo, pese a sus llamadas y mensajes constantes… no tenía una respuesta.
Absolutamente nada.

Se secó y se sentó en la cama, aún desnudo.
Frente a él estaba el escritorio de su lujosa suite, donde un teléfono parecía sugerirle continuar con su acosamiento.

Quería marcarle, escuchar su voz,  oír uno de sus comentarios ácidos.
¡Lo que fuera!

Normalmente contendría el impulso, pero esta vez éste le superó.
Tomó el auricular. ¿Hacía cuanto tiempo que alguien no le despertaba esa ansiedad como lo hacía esa persona?

El número estaba ocupado.

¿Debería marcarle en unos minutos?
¿No sería eso demasiada insistencia?

Pero… quería tanto hablar. ¡Ya no le importaba nada más!

- ¡Foder!- rugió un insulto en portugués, comprendiendo como ese sentimiento se había
  vuelto algo incontrolable.

Novak estaba ignorándolo a propósito.
¡Y estaba demasiado lejos para poder hacer algo!

Sentía en el centro de su pecho, su corazón latiendo herido…
Estaba tan enfermo de amor…



Continuará...

 


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