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AFFAIR por malchan

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Notas del capitulo:

Éste es otro de ésos capis que por fin logró soltar!

Me hace muy feliz sacarlo, porque no soy tan mala como parezco a veces y yo misma ansiaba mucho que ésto pasara!

He puesto mucho esfuerzo en escribirlo porque obviamente (lo entenderán cuando lo lean) es algo sumamente importante para la historia y tenía que estar muy bien redactado. Espero haber logrado hacerlo bien, de momento me siento satisfecha pero claro, es de madrugada y probablemente no estoy siendo lo exigente que debería XD así es el insomnio.

En fin, disfrútenlo y coméntenlo, nada me haría más feliz sobre todo en capis como éste.

 

 

Nunca había escuchado su verdadero nombre, pero ella era una especie de ángel en aquel infierno, con manos suaves le había limpiado sus heridas, con expresión compasiva le había mirado y sonreído y con una caricia en la cabeza solía terminar de atenderle todas aquellas veces.

B.

Verla en aquella grabación atada,  desnuda y cubierta de heridas le hizo sentir verdadero odio. Su sangre se mezclaba con el agua que empapaba su cuerpo, debían haberle hecho beber a la fuerza varios galones, lo sabía porque había vivido todo eso de primera mano.

El halo vaporoso del que debía ser un puro dominicano del Gran O se atravesaba en la escena y después el hombre de cuero entraba a cuadro y sujetaba el cabello negro de la ahora víctima, alzándole la cabeza para que mirara a la cámara. En el fondo se escuchaba la risa del Gran O fundida con el Adagio de Albinoni, que le hizo pensar que ésa grabación estaba destinada a sus ojos y oídos.

- Dilo ahora, zorra- ordenaba M a través de su traje.

Ella jadeaba, su mirada en sus ojos dulces brillaba con puro terror. Ella sabía perfectamente los extremos que aquel ritual podía llegar a tener e hizo lo que le pedían.

- Yo, Rebeka Ilić- proclamaba con la voz entrecortada- participo en éste video de
  manera… completamente voluntaria y que lo que se ve en él es… un ejercicio
  consensual. Declaro esto… en uso completo de mis facultades y libero de toda
  responsabilidad a quienes participan en él de manera directa… o indirecta.
  Yo… quiero esto, deseo esto… yo pedí esto.

Lundgren solía protegerse con eso. Y además, conservaba todas las grabaciones de sus sesiones con los que clamaba podía arruinar a quien se le opusiera. Eso también lo sabía de primera mano.

B lloraba.
Aquello no era consensual. E iban a seguir torturándola.

Y para comprobar sus sospechas, M le tomó de la cara con una mano y con la otra le soltó un puñetazo tan potente que la arrojó al suelo.
Ella lloró en el piso, asustada en verdad, amarrada y sin poder defenderse.

“ÉSTE es el hogar al que perteneces, no puedes huir de él, pues ya lo llevas muy muy dentro” era el texto que acompañaba a aquel video. El Gran O se había encargado de que le llegara.

Quería quebrar su cordura, hacer temblar las pocas bases sobre las que ésta se sostenía. Y lo estaba logrando.

Habiendo sido testigo de que B era ahora una víctima más, comprendió que ella le entendería por completo, más que nunca, que guardaría rencor hacia O y sus verdugos.
¿Sería así, o no? Porque tenía que admitir que no lograba entender del todo la motivación de quienes trabajaban para Lundgren.

Esa mujer no podía haber disfrutado nada de eso. Se negaba a creerlo y quizá… estaba siendo idiota al hacerlo. Así que, tras volver de Duisburg, había montado guardia afuera del Vinnart hasta poder encontrarse con ella. Muy en el fondo, temía no poder volver a verla, que su destino en manos de ese inglés significara su muerte, porque un hombre como él, ya sólo sabía de excesos.

Se alegró cuando finalmente la vio, ella parecía caminar con dificultades y lucía francamente mal. Aguardó a que avanzara varias calles antes de abordarla.

Claro que consideró que su nuevo papel de víctima no la hacía necesariamente digna de confianza, lo cierto es que… no tenía a nadie más.

La enfermera pareció realmente desconcertada al reconocerle, pero tras un segundo de impresión tomó su mano para avanzar a mayor velocidad llevándole entre calles y maldiciendo en un idioma que no conocía hasta que llegaron finalmente a una construcción vieja a la que entraron. Se trataba de un departamento diminuto y modesto.
B cerró todas las cortinas, fue por un cuaderno que le plantó enfrente y comenzó a lanzarle preguntas.

¿Por qué me sigues?
¿Qué haces aquí?
¿Qué quieres de mí?
¿Quiénes saben que has vuelto?
¿Qué pretendes?

Estaba paranoica, verla así sólo le confirmó que era cierto aquel video que había visto, aunque tampoco tenía por qué dudarlo…

B había caído en aquel hoyo también, seguramente los verdugos de Olaf le habían hecho muchas otras cosas horribles que seguirían doliendo mucho después de que las heridas se curaran.

¿Desearía ella venganza?
Y más importante aún… ¿podría usarla para obtener la suya?


 - - - - - -

 


Podría pensar en millones de sitios en los que preferiría estar salvo ése. Pero tenía que enfrentarse a una realidad y ésta era que había estado acostándose con un hombre casado y lo mínimo que le debía era una explicación a su mujer.

Una humillación más por la que el guallen le hacía pasar…

Victoria Lascurain llevaba el apellido de Daniel y ambos habían estado viéndole la cara, llegando hasta el punto de follar en su cama el día de Navidad y por si aquello no fuera suficiente, ¿cómo olvidar que al día siguiente le había destrozado la habitación como un sociópata?

Y ahora se encontraba sentado frente a ella con el estómago revuelto, en un bar muy muy alejado de su trabajo que seguramente distaba mucho de los exclusivos lugares en los que una millonaria como ella pasaría el rato, pero esperaba que en ese local nadie pudiera reconocerlos por si la cosa se ponía mal. Y seguramente así sería, ¡no sería tan absurdo como para esperar un buen desenlace de todo eso!

Verla de cerca hacía todo mucho más desconcertante, porque de verdad ella era una mujer sumamente atractiva, con largo cabello negro perfecto, piel tersa achocolatada, labios gruesos latinos pintados de rosa, perfecto porte de reina y costosa ropa de diseñador. Podía oler su perfume afrutado desde donde estaba, el aire inequívoco de superioridad que emanaba.

Ella… le intimidaba. O quizá sólo estaba avergonzado por el papel que él mismo jugaba en su vida.

Victoria parecía calmada, pero había un algo indescifrable en su tranquilidad. Si bien no parecía realmente molesta, eso podía cambiar en cualquier momento.

- Bien, es hora de hablar- empezó ella tras pedir arbitrariamente bebidas para ambos que
  a ninguno le importaba de verdad.
  En realidad tenía mucha curiosidad de conocerte en persona y saber cuál era el gran
  alboroto respecto a ti.
  Dan ya se había relacionado con hombres antes que tú, no es en realidad que me
  sorprenda- su tono era inexplicablemente ecuánime pese a lo que su verbo contenía y
  eso estaba de verdad inquietándolo- pero tú pareces ser algo muy diferente.

La mujer de Daniel estaba enterada de su bisexualidad y por lo que oía quizá ni siquiera era la primera vez que él le era infiel… con un hombre.
Eso lo puso inexplicablemente enojado, pero se censuró a sí mismo. ¿Acaso quería ser el único desliz que ese guallen hubiera tenido nunca? ¡Sus propios sentimientos de celos estaban totalmente fuera de lugar!

- Cuando supe de ti, me imaginé que se trataría de un hombre atractivo, verte saliendo del
  castillo comprobó mi teoría. Entonces comprendí que no era la primera vez que te veía.
  Eras tú, la noche en el Clairefontane. Dan salió corriendo tras de ti y con eso debí darme
  cuenta de inmediato de lo que pasaba frente a mis ojos.

¡Qué vergonzoso recordar esas escenas!

Esa mujer debía detestarlo y no obstante, estaba actuando con sangre ciertamente muy fría. Kyan era incapaz de comprender a dónde dirigía esa charla, cuáles eran sus intenciones finales.

- Reconozco que eres muy apuesto- resumía casi con saña- Esos ojos miel y esa cara
  explican un poco la situación, pero… eres demasiado joven para él, ¿qué edad tienes
  siquiera? No pareces llegar ni a los treintas.

Cualquier otra persona que se dirigiera a él de  esa manera tan directa y falsamente condescendiente la odiaría al instante, pero la verdad es que estaba sintiéndose muy abochornado.

- Tengo veintiocho años, pero no creo que eso sea realmente relevante, ¿o sí?

¿Por qué no le decía Victoria lo que realmente quería decirle en vez de comentar sobre su edad o su apariencia? Pero comprendió entonces que quizá sencillamente estaba siendo analizado como ve a un rival.

- Yo considero que sí es relevante- debatía ella- Dan cumplirá 36 en unos días, le llevas
  casi 8 años. En ese tiempo pasan muchas cosas, un matrimonio, la paternidad, una vida.

El financiero miró a su alrededor, nadie les prestaba atención, sin embargo, no podía con la idea de estar teniendo esa conversación en un lugar público.
Básicamente esa mujer le estaba diciendo que Daniel tenía una familia contra la que él había atentado.

¿Servía realmente de algo defenderse con que él también había sido engañado? Para fines prácticos, eso no tenía importancia, no hacía diferencia alguna.

- Novak- lo nombró ella, exigiendo toda su atención- En realidad… sé muchas más cosas
  acerca de ti, tanto como se puede mandar a investigar a manera general por lo menos.

Eso lo hizo sentir más temor aún. ¿Cuánto llevaba esa mujer sabiendo de su existencia?
Seguramente desde mucho tiempo.
¿Y entonces por qué estaba siendo tan permisiva y tranquila con todo eso?
¡Kyan jamás admitiría que su propio esposo tuviera aventuras por ahí sin hacer nada al respecto! ¡Y menos si había un hijo de por medio!

No entendía lo que estaba ocurriendo, ¿acaso estaba pasando algo por alto?

- No fue difícil indagar sobre ti dado que trabajas para Roger, eres su protegido
  predilecto, eso resultó una sorpresa más. Eres una estrella financiera aquí en Muggen,
  ambos trabajamos en finanzas, ¿sabías?
  Yo soy maestra en economía, soy consultora independiente, uno de mis clientes es por
  cierto Reiner Köhler, aunque más bien él es un buen amigo mío.

Era extraño como en una frase ella le revelaba sin problemas tanta información.
Era asesora financiera también, amiga de Köhler y conocida de Miller, aunque esto último ya lo sabía, ¿no? Los había visto juntos a manera personal en la fiesta de Abrianna.

A estas alturas, Miller también estaba más que enterado de aquel affair que sostenía con alguien relacionado a su trabajo, alguien que éste conocía.
¡Claro que su jefe lo sabía! ¿No lo había usado para pedirle disculpas a Lascurain?
¡Era tan humillante! ¡Todo en ése asunto lo era!

Se preguntó cuánto tardaría esa mujer en mencionar lo más obvio, el hecho de que estuviera revolcándose con su esposo. La forma en que lo dilataba le hacía pensar que estaba fraguando algún plan y que poco a poco lo estaba envolviendo con sus palabras para acorralarlo.

Pero… quizá encontrarse con él no era la primera acción de esa mujer al respecto de aquella infidelidad, pensó de pronto.
Quizá estaba siendo ingenuo y simplemente no estaba enterado de algo que ya ocurría a sus espaldas.

Se acomodó inquietamente en su asiento, aguardando lo inevitable.
Les colocaron las bebidas en la mesa, ninguno de los dos hizo movimiento alguno.

- En fin, Kyan Novak, debo decir que no esperaba que alguien pudiera tener el efecto que
  tuviste en Dan, pero quizá soy alguien que continuamente desconfío del amor.

- ¿Del amor?

La pregunta de Kyan se llenó de ironía, ¡no podía quedarse callado por más tiempo!
¡Ella estaba crispándole los nervios, ¿y ahora se atrevía a meter al amor en el asunto?!

Pero la señora Lascurain pareció, por primera vez… desconcertada.

- Sí- no parecía haber ninguna broma en lo que decía- Si no es eso, ¿qué es lo que ocurre
  entre ustedes?

Iba a responder algo seguramente impulsivo, cuando ella se adelantó.
- Es obvio que no se trata sólo de sexo, tú le importas de verdad.

Ahí estaba.
No habría podido pensar en algo peor que una acusación, pero sí que lo había y era eso: una afirmación completamente inapropiada e inaplicable.

¿Acaso Victoria se había dado cuenta de Kyan no era un simple amante como lo habían sido seguramente los otros que había tenido su esposo y por eso se tomaba la molestia de enfrentarlo?
¿Era una cosa de gente rica que no comprendía?

- No puedo negar que… -intentó explicar.
Pero no podía. ¡No podía decirlo! Era ridículo negar que había tenido un “romance” con ese arquitecto.
- ..que él y yo nos hemos acercado demasiado. Pero en serio me arrepiento de que eso
  haya  pasado.

¿Esa disculpa era suficiente?
NO, un no rotundo.

- Y sinceramente lamento mucho todas las molestias que te he causado- se vio obligado a
  continuar, sentía su corazón palpitándole en la garganta- te lo dije ésa vez y era en serio.
  Lo siento de verdad.
  Sólo puedo decirte que no volveremos a vernos él y yo, nunca. Eso es algo ya acordado.

La belleza congelada de la morena de las perlas seguía sumergiéndose en ofuscación.
Ella lo miraba turbada, tras un segundo volvió a moverse para dar un trago a su bebida, pero después de probarla, el disgusto se asomó en sus rasgos aunque… probablemente él tenía mucho más que ver con esa mueca.

- No creo entender lo que dices- explicó, dejando el vaso nuevamente- ¿Molestias? ¿A mí?
 ¿Te refieres a lo del armario? Si eso no es producto del apasionamiento amoroso, no sé
  qué puede serlo.

¿Cómo? ¿Eso era lo ella consideraba importante de mencionar ante lo que acababa de decirle?
El castaño cerró por un momento los ojos, deseando que la tierra lo tragara.
No entendía nada a esa mujer, ¿qué clase de charla estaban teniendo?

- No estoy enamorado de Daniel- su voz carecía del aplomo necesario para dar validez a
  su sentencia, porque ésta era completamente una mentira- realmente me arrepiento de lo
  que hice y de lo que permití que pasara.
  Lamento los destrozos que hice en tu casa. Lamento todo lo que he hecho que tenga que
  ver con él.

No supo qué más podía decir.
¿Había algún discurso de disculpa estandarizado por parte de los amantes para las esposas engañadas? Porque el suyo sonaba deficiente e incluso falso, aunque lo dijera con honestidad.

Ella se dio un segundo nuevamente.
Y luego, explicó con calma algo realmente inesperado.

- No te voy a decir que hacer con tu vida pero por lo menos sobre el clóset, no te
  arrepientas.
  Esa misma mañana, yo misma le pedí a Dan que se deshiciera de mucho de lo que
  destruiste, cosas que no hacían más que anclarlo al pasado. Tú hiciste lo que yo no pude
  hacer, lo que él mismo no pudo hacer. Querías dejar claro tu punto, ¿no? que tú querías
  ser el único para él.

- ¡No! yo…

- Te confieso que me sentí aliviada de ver el caos en la habitación- seguía ella, sin hacerle
  caso- cada recuerdo que volviste basura era poesía pura.

La confusión de Kyan llegaba a su límite, pero a ella no parecía importarle ver su agitación.

- Y por eso te encubrí, Novak.

¡No podía creer lo que escuchaba!
Victoria formaba en sus labios una sonrisa bizarra.
¿Estaba jugando con él? Tenía que ser, ¿qué otra explicación había?

Debía estar poniendo cara de imbécil, porque ella siguió:
- Vamos, ¿en serio no lo sabías? ¿Ni siquiera lo supusiste cuando él no te mencionó
  nada?

Siempre había creído que el arquitecto había no querido tocar el tema, el asunto del armario en realidad era el menor de los problemas entre ellos.
Pero enterarse de la verdadera razón, lo dejaba completamente azorado.

- Yo amo a Dan- clamaba esa hermosa mujer, como si aquello lograra explicar algo- Y de
  verdad quiero que vuelva a ser feliz.
  Y contigo… es como él era antes, el hombre que no creí que aún existiera- estaba
  completamente seria ahora, dejando de lado todo dejo de burla. Si aquello era un juego,
  le concedería que era la mejor jugadora- Así que por más que digas que no lo quieres…
  tengo esperanza en ustedes.

¡Eso era rebasar el límite que Kyan podía soportar respecto al descaro!
En serio ¿qué tipo de relación llevaba Daniel con ella?
Tenía que ser un matrimonio abierto, ¡de otro modo aquella frescura era demasiada!
¡Deseaba tanto irse de ahí y dejarla con su plática ridícula!

Dio un trago a su bebida también, perturbado.
Aquella al parecer, iba a ser la tónica entre ellos y si quería sinceridad de parte de esa mujer, iba a tener que empezar él… aunque esto jugara en su contra. Porque prefería la honestidad por más dura que fuera a esa engañosa empatía.

- Dices que amas a Daniel, Victoria- buscaba recapitular el luxemburgués, tomando la
  finalmente la palabra- y al mismo tiempo dices que no te importa que haya un hombre
  en su vida que se acueste con él y que al mismo tiempo diga que no lo quiere, ¿y todo
  eso te hace tener esperanzas?

O la señora Lascurain era la cínica más grande que había conocido en su vida, o había algo de lo que no estaba enterado.
Sólo supo que tenía que morderse la lengua o acabaría siendo víctima de su indignación, pero como era su mala costumbre, ¡no fue capaz!

¡Estaba furioso y frustrado!

- Pero supongo que no debería sorprenderme el que creas que entre él y yo existe amor,
  cuando tu propio concepto de éste es tan bizarro.

Si aquel era un vistazo a la verdadera vida sentimental del portugués, era un camino bastante desviado.
Victoria y él de pronto parecían tal para cual.

Sin embargo, contra todo pronóstico, ella pareció encontrarle la gracia.
Aunque tal vez era más retorcido aún desear exasperarla de alguna manera, ¡pero por lo menos eso tendría más vistos de ser una reacción normal para una esposa injuriada!

- Vaya, me preguntaba cuanto tiempo tardarías en sacar tu personalidad. Rein me había
  advertido de ti- prosiguió ella.

  Creo que hay muchas maneras en las que se puede querer a alguien. Supongo que tiene
  sentido la forma en la que piensas, pero en verdad prefiero el drama que significa el que
  existas en su vida a… - la sonrisa se marchaba de pronto de sus labios rosas.

- ¿A qué?- la pregunta se le escapó sin que pudiera contenerla, sorprendiéndolo a sí
  mismo.

La morena lo miró con sus ojos profundamente negros, por primera vez en toda esa noche parecía tener reservas de seguir.
La vio dudar. Dudar de verdad.

- A… la completa desolación que carga dentro de sí- le hizo saber.
  Tú debes saberlo, debes haber visto ése dolor en Daniel.

Le sorprendió el efecto que aquellas palabras tuvieron en él.
Un segundo antes no había sentido otra cosa que rabia, pero ésta súbitamente… paraba.
“La completa desolación” definía aquella fémina, con el semblante grave. Por más que la buscaba, no había mordacidad en ello.

Entonces Kyan supo exactamente a lo que se refería.
Jamás había podido darle un nombre… a aquella necesidad del portugués de tenerlo en su vida, esas ansias exageradas de ser correspondido. A ese amor dramático siempre lo había considerado una necesidad de su parte, una obsesión por conquistarlo pero… de pronto comprendía que no era del todo así.
¿Qué era… entonces?

Resultaba claro que tocar ese tema había afectado a Victoria, que suspiraba, buscando cómo seguir.

- Estoy segura que esta plática debe ser incómoda para ti, Novak, y también que no nos
  conocemos lo suficiente para hablar de temas tan privados- admitía, teniendo un
  momento efímero de empatía.
  Pero… - algo la frenó de nuevo, al parecer la situación estaba resultando demasiado no  
  sólo para él- pero quiero pensar que eres tú, Kyan- dijo su nombre de pila, lo cual se
  sintió como una invasión a su privacidad, o mejor dicho, una más- la persona que tenía
  que llegar a su vida para echarla a andar de nuevo.

“¿De qué diablos estás hablando?” Iba a decir, desesperado.
“¡¡No entiendo nada de lo que dices!!”

Pero nuevamente el verbo de esa mujer fue más rápido. Y ésta vez, lo tomó enteramente por sorpresa.

- Mi hermano merece dejar ir a Catherine y lo mucho que lo destruyó su muerte.

Nunca hubo un silencio más profundo.
El castaño sintió como palidecía y cómo el alma se le escapaba de su cuerpo, dejando sólo su cuerpo sentado en aquella mesa mientras su verdadero ser era arrastrado al infierno.

No… ¡¡no podía creer lo que acaba de oír!!
¡Lo repetía en su mente para asegurarse!

“Hermano” había dicho, ¿o estaba su desesperado cerebro engañándolo?

No.
No.

Esa mujer… ¿no era su mujer?
¡¿No era su jodida esposa?!

NO.
NO. NO.
¡¡¡NOO!!!

¡¿Qué… qué rayos…?!
¿Cuánto es que…?
¿Cómo es que…?

- ¿Tu hermano?- le preguntó con un hilo de voz.
  Daniel es… ¿tu hermano?



 



Continuará...

 

 

Notas finales:

Probablemente ésta es la peor hora para publicar (3:52am) porque la actualización perderá visibilidad ante los otros fic que se suban a horas más decentes, pero en fin...

 


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