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El enorme problema de Milo por Megami Pallas

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Notas del capitulo: me costó un millón de carajos terminar este capítulo Entre SKYRIM, mis dibujos, y mis horas de sueño, no llego a hacerle un huequito a mis horarios como para escribir, no me inspiro muy seguido, mi familia no sabe que clase de cosas escribo y hay veces en las que pienso en abandonar el fic, pero luego pienso en mis lectoras y sigo adelante aunque no tenga inspiración~! Espero que les guste, no soy taaan creativa y doy demasiadas vueltas~ El té de frutillas me levantó MUCHO las hormonas (no sé porqué me pasó eso) y bué!, pude escribir un poco más de lo que tenía pensado, mi mente está en modo Random, por lo tanto en cuanto me inspiro, saco cualquier tema, de hecho, he comenzado a anotar todo lo que se me ocurre para los siguientes capítulos en las sticky notes del ordenador para no olvidarme de nada~ 
Disculpen la tardanza~ se los recompensaré en los siguientes capítulos~ (si tienen alguna ocurrencia o duda, sólo háganmelo saber~) 
Disfruten~!! :3
 
 
A la mañana siguiente…
 
Milo despertó con algo de sueño, le quedaba muy poco para llegar a tiempo a la escuela, estaba realmente entusiasmado con eso desde que le dijeron que habría un nuevo estudiante de intercambio, tenía ganas de molestar a alguien nuevo en la escuela, el hecho de molestar siempre a los mismos le era aburrido, mientras más nuevos alumnos, más diversión. 
Al bajar las escaleras se encontró con su pequeña hermanita, tratando de abrir un paquete que parecía ser bastante grande y no podía levantarlo, Milo corrió hacia su pequeña hermanita y le quitó el paquete, buscó la tarjeta para saber a quién iba dirigida y se llevó el enorme regalo a su habitación.                                                                                                                                            Al llegar a su dormitorio se dispuso a abrir el dichoso paquete que esperaba por él y se sorprendió al ver lo que era: Un PlayStation 4, con un montón de juegos que el siempre nombraba cuando estaba con Kanon. No lo podía creer, ¡KANON LE HABÍA HECHO EL REGALO DE SU VIDA!, durante el laaargo rato que se tomó para imaginar de qué manera agradecerle a Kanon, su hermanita (tan metida como siempre) lo observaba detenidamente. _ ¡MILO!_ gritó la niña asustando a su hermano. _ ¡MOCOSA DEL INFIERNOOO, TE DIJE QUE NO ME MOLESTES CUANDO PIENSO!_ exclamó furioso Milo, quien al gritar tan fuerte despertó a su mamá
_ ¡MILO, YA DEJA DE GRITAR!_ su mamá parecía estar rugiendo enojada y lo sacó a patadas de la casa.
                                                                              ***
 
Cuando cruzaba la calle para llegar al colegio, vio a Kanon, quien se dirigía hacia el esbozando una sonrisa enorme, suponía que Milo abrió su regalo esa mañana, y fue por eso que decidió ir a verlo de pasada hasta la calle frente a la escuela. _ Hola Milo, ¿Te gustó mi regalo?_ preguntó acariciando la mejilla del menor y sonriéndole dulcemente, Milo sólo se limitaba a mirarlo tiernamente , lo amaba y siempre que lo veía su corazón latía fuertemente como si quisiera salirse de su pecho, Kanon era perfecto y siempre hacía lo que él pedía sin preguntar ni quejarse y nunca lo presionaba para tener citas o estar juntos, era el hombre ideal para un chico con muchos amantes, jamás preguntaba y se guardaba los celos para hablar sobre el tema cuando estaban a solas, aunque no era de molestarse mucho por eso, la mayor parte de su tiempo se la pasaba trabajando y el poco tiempo libre que tenía se lo dedicaba a Milo o a su largo cabello. Después de quedarse un rato en silencio y sonriendo como tonto, decidió responder a la pregunta de su amado, _ ¡Ah!_ ¡Sí, claro que sí, Kanon, es el mejor regalo que me han hecho en mi vida!_ ¡No puedo creer que te acordaras de lo mucho que me gustan los videojuegos!_ dijo abrazándolo y depositando un dulce beso en sus labios, para luego profundizar ese contacto y volverlo más apasionado y tener que separarse debido a la falta de aire en ambos. _Lo siento, sé que no te gustan estas cosas en público…_ se disculpó Kanon. _Ah, claro que no, no hay mucha gente en este lugar_ dijo Milo en tono sugestivo para luego volver a besar al mayor…
 
Milo llegó a la escuela siendo cargado a “caballito” por Kanon ambos sonriendo muy divertidos, pero la diversión se acabó porque debían despedirse, lo hicieron con un beso y cada uno tomó su camino.
Ya dentro de la escuela, Milo fue recibido por Aioria, su compañero de clases y también uno de sus tantos novios, pero era diferente con él, se llamaban sólo cuando necesitaban desquitarse al no poder ver a sus parejas o cuando se sentían asfixiados de las mismas, Aioria era el único que sabía sobre todos los hombres en la vida de Milo, y jamás soltó el secreto a nadie, porque a la vez, él también tenía varias parejas, pero menos que su amigo, razón por la cual siempre le hacía chistes o lo molestaba, se llevaban muy bien, de hecho eran mejores amigos desde niños y nunca pelearon por nada, solían salir los fines de semana o frecuentar la casa del otro casi a diario, Aioria solía ser llamado “mimado” o “niño de papi” por todos, ya que al ser millonario, e ir a una escuela pública, lo molestaban, al contrario de las muchachas, quienes morían por él sin saber que no serían objeto de su interés sexual. 
_Hola Milo!, ¿Qué hay?_  saludaba Aioria a su amigo, _Oí por ahí que tienes una cita esta nocheeeee… hahaha_ reía fastidiando al peli azul quien no tardó en hacer una mueca demostrativa _Grrrr… ¡Ya cállate! , ¡Yo te lo conté por mensajes ayer! Ya no fastidies, ¿Quieres?_ gruñía Milo más fastidiado apretando los puños. _No quiero salir con Saga, es demasiado denso, me pone nervioso y sinceramente ya no quiero salir con nadie…_ confesó con la mirada gacha. _¿Y sabes qué más?, Shura quiere que salgamos mañana, se suponía que anoche debía salir con Saga pero lo cancelé y le dije que saldríamos hoy, y le dije a Shura que saldría con él mañana…_ no puedo creer lo que estoy haciendo, prometo que jamás me meteré con tipos como esos dos._  
_HAHAHAHA! ¿¿Y tú esperas que crea eso?? , ¡Lo dijiste hace siete meses y te empataste con el profesor Minos! ¡ESE ES EL PEOR DE TODOS! …y a decir verdad… no entiendo que es lo que le viste… está bien feo, yo que tu no lo dejaría tocarme ni con un palo, ¿Te imaginas lo que te hará ese maniático en la cama? , Owooooowoo, no quisiera ver eso, ese tipo está loco de remate…_ comentaba Aioria riendo y haciendo gesticulaciones obscenas con las manos… 
_ ¿Quieres cerrar tu estúpido pico Aioria?, no es que me guste ese tipo, pero en verdad necesito aprobar Física, y no supe de qué otra manera hacerlo, y ya sabía que ese tipo me mostraba demasiado “cariño” y quizás me desaprobaba para que le haga caso y no me quedó otra opción… tú  me entiendes, gatito…_ murmuró Milo mirando de reojo a su amigo. 
_Ok, como digaaas, pero no digas que no te advertí, bichito…_ cantaba en burlas el castaño dirigiéndole a su amigo una mirada aún más burlona que la anterior y abrazándolo por la espalda.
_Ya basta gatita, no fastidies, ¿Quieres? Ya vámonos o nos regañarán por tu culpa, recuerda que hoy tenemos un nuevo compañero, y a eso sí que no me lo pierdo…_ dijo Milo con expresión sádica en el rostro. Luego se dirigieron hacia el salón y se encontraron con la más hermosa sorpresa; 
El nuevo alumno, un chico de cabello aguamarina, con ojos azules e inexpresivos y piel clara, estaba de pie frente a todos mientras era presentado por el profesor, se notaba que estaba sonrojado debido a los nervios, lo normal en cualquier chico tímido que es nuevo en una escuela. 
_Paso sin ver._ murmuró Aioria intentando evadir la mirada del profesor Dohko
_ ¡MILO Y AIORIA!, siempre tarde ustedes… deberán quedarse después de clases por su falta de responsabilidad._ habló en voz calma el profesor dándole su respectivo castigo a cada uno: _Asearán el salón de clases y luego el baño de caballeros._ sentenció.
_ ¡Waaaaah!, ¿Por qué nosotros?, ¿Que hicimos mal?_ exclamaron al unísono los castigados sin recibir respuesta más que un “YA SABEN LO QUE HICIERON” y una que otra risa por parte de sus compañeros. _ ¡Bah!, Como sea… _ soltó Milo caminando hacia su asiento seguido por Aioria. 
_Aioria._ habló el profesor y el aludido volteó a verlo:
_ ¿Ah?_ 
_Hablaré con tu hermano Aioros sobre esto…_ dijo con voz firme el profesor, para luego sentarse y comenzar con la clase. _Puedes sentarte Camus, _ ordenó _ lamento que tengas que pasar por una situación así en tu primer día en esta institución._ se disculpó y comenzó a dictar su clase.
Milo había quedado fascinado con la belleza de ese chico y no iba a permitir que se lo quitaran antes de empezar a acortejarlo (o acosarlo) por lo tanto se dedicaría a tratar de conocerlo y mientras el muchacho estaba petrificado frente a la pizarra~
 _Pssst, ¡Hey!, puedes sentarte aquí._ una de sus compañeras  le ofreció asiento a su lado, y ya que nadie más ofertó, decidió tomar asiento junto a ella. 
_Emmm… Gracias…_ murmuró Camus bastante apenado con la mirada en el suelo y las mejillas sonrojadas. _De nada… es un placer, mi nombre es Ann…_ ofreció su mano a Camus para estrecharla, _Soy Camus_ se presentó haciéndole notar su acento extranjero.
_ ¿De dónde eres? , no es por ofender… pero tu acento es extraño…_ preguntó su compañera-
_Soy francés… lamento si es muy molesto mi acento, trataré de cambiarlo un poco… Camus hablaba muy extraño debido a su acento y eso fascinó a muchas de sus compañeras, quienes lo bombardearon con sus preguntas durante el resto del día haciendo que el joven francés se sintiera cómodo en su primer día de clases en una escuela extranjera.
Por su parte, Milo trataba de oír lo que podía acerca de Camus pero pasó su día más que molesto, por dentro sentía una furia terrible y destructiva que impedía que los demás se acercaran al sentir la atmósfera pesada a su alrededor. ¿Cómo era posible que las chicas le robaran a su presa? Aunque de todos modos no iba a espantar a Camus ya que no sabía sus preferencias sexuales, por lo tanto no se arriesgaría a dar un paso en falso. Debía pensar todo con calma. Ya habría tiempo para conseguir al menos una noche con el francesito…Pero tampoco dejaría pasar mucho tiempo para comenzar a conquistarlo.
La campana de salida sonó y los alumnos estaban listos para retirarse, Aioria y Milo trataron de pasar desapercibidos del profesor ocultándose entre la multitud hasta que algo los detuvo; El corpulento profesor los sostenía por la ropa. _¿Hacia dónde creen que van, muchachos?, ¿No creen que se olvidan de algo?_ cuestionó con sarcasmo el superior a los menores entregándoles a cada uno, los elementos de limpieza. _ASEARÁN EL SALÓN DE CLASES Y EL BAÑO DE HOMBRES_ sentenció seriamente y se sentó a observar que los jóvenes cumplieran con su castigo.
_¡Esto es tu culpa, gata!, ¡Tu querías llegar tarde y por tu culpa nos hacen trabajar como burros!_ 
_¡Ya cállate, los burros no limpian, tonto, los burros cargan gordos, gordos como tu papá, tarado!_ Discutía Aioria molesto por recibir la culpa de todo. 
_¡Ya no jodas, gata! cuando salgamos de esto te daré tu merecido..._ gruñía Milo en voz baja, mientras terminaba de juntar unos papeles. Para dentro de una hora hubieron terminado su trabajo en el salón, y no porque fuera difícil, sino que no sabían limpiar y eso les tomó un gran rato... 
 
EL BAÑO~ 
_¡Ayyyy! ¡Guácala!, ¡Yo no tocaré nada aquí, esto es repugnante!_  con expresión de disgusto, Aioria no quiso siquiera entrar al lugar, los demás alumnos, a sabiendas de lo que les esperaba a los dos jóvenes, decidieron hacer una masacre en el baño con desechos incluidos, esto repugnaría hasta al más sucio de la tierra. 
_Apártate, gatita, sólo debe ser un poco de...._ al ver el desastre, el peliazul retrocedió velozmente _ ...mierda..._ finalizó su oración con la palabra correcta por más inapropiada que fuera. Continuó retrocediendo hasta chocar con alguien quien al voltear se dió cuenta de que podía ser un salvador... 
_¡Ahhh.. buenas tardes, profesor Minos!, ¿Que tal?_ sonrió el joven con la mirada brillante, sabía que el canoso caería ante su encanto de jóven Dios griego.. _Mire... con mi amigo estamos en un desagradable problema, le explico..._ 
_Ya veo..._ murmuró el peligris_ tu amigo estaba descompuesto, tapó el baño y se rebasó el escusado, ¿Me equivoco?_ preguntó el mayor con desagrado.
_OIIIIGAA!! ¿¿CÓMO CREE??, YO NO PODRÍA DEFECAR TANTO Y TAN ASQUEROSO, MAL**** ***** **** ** ****!!_ Exclamó Aioria siendo limitado por Milo, quien tapaba la boca de su amigo desesperadamente para no meterse en más problemas de los que ya tenían y le informó al profesor acerca de la situación...
                                                                    ** 
Al rato...
_ A ver... por lo que veo y analizo de la situación, ustedes dos fueron castigados y obligados a limpiar este... el... baño..._ dijo entre arcadas_ ...y sus amigos les hicieron una broma y ahora no quieren limpiar y necesitan mi ayuda, ¿No es así?_ hablaba tratando de hacerle entender a los jóvenes que deberían darle algo a cambio...
_no me queda de otra..._ murmuró en su mente el peliazul. _Profesor, quisiera hablarle a solas_ Sé que usted debe tener una agenda muy ocupada pero por favor, ayudenos y haré lo que sea por usted_  esa fué la oferta de Milo hacia Minos, quien no dudó ningún momento en aceptar la propuesta. 
_Bien, te diré los detalles en un mensaje de texto, Los veo al rato, veré como resuelvo su asqueroso problema._ 
                                                                    **
 
_¿¿Este viejo se cree que mi culo está avereado o qué?? _ murmuró Aioria provocando la risa en su compañero, mientras ambos jóvenes veían alejarse al salvador de su repugnante destino.
_ ¡Hahahahahah! ,¿Quién no te la ha metido a tí Aioria? ¡Estás mega-roto!_ reía estrepitosamente Milo.
_¿Quien habla...?, el virgen ¿No? , ¡HA!, No jodas bicho culero, tu estás más roto que cualquiera en este universo!_ reía sarcástico el castaño haciendo sonrojar al otro joven...
 
                                                                   **
_Lamento arruinar su fiesta, pero he traído noticias, mis queridos alumnos... Pueden irse a sus casas_ ordenó Minos a los estudiantes, Haciéndoles saltar de alegría, tomaron sus cosas y huyeron como si los persiguiera una horda de zombies hambrientos. 
_¡ADIÓOOOOSS!_ Gritaron al unísono mientras corrían a todo lo que daban sus piernas.
 
_Serás mío, Milo... te juro que serás mío..._ declaró el profesor mentalmente, con la mirada depositada en la figura del jóven que era su obsesión... observándolo mientras se alejaba...
                                                                   *** 
 
Por la tarde…
Milo comenzó a prepararse para su cita, estaba nervioso como nunca y no porque jamás hubiese tenido una cita, sino porque la cita era precisamente con Saga, su infierno en vida, así era como lo llamaba a sus espaldas. No estaba seguro de querer asistir a esa cita, todo el día estuvo pensando alguna excusa para faltar a la cena con Saga, odiaba salir con él, era simplemente agobiador, sus preguntas, sus respuestas, sus expresiones, todo en Saga era como un detector de mentiras y eso le aterraba, parecía que con cada palabra intentaba hacerlo “auto delatarse” y eso sin duda, sería su fin.
Dejó de pensar para ir a tomar un baño caliente y relajante, cuando terminó con su higiene personal, comenzó a vestirse para la cita, como siempre, las camisetas con estampa y los jeans negros, que a Saga tanto le gustaban, en especial cuando se los quitaba, y su costumbre: Las zapatillas de moda que siempre se compraba y aunque tenía miles de pares siempre usaba las mismas, sólo porque las demás eran obsequios de Kanon y sólo las usaba para salir con él~
Una vez listo, se dirigió a la salida de su casa donde se encontraba Saga en su auto, esperándolo con una sonrisa triunfante en el rostro, Milo se sonrojó y entró en el auto haciendo puchero, sintiéndose como un idiota al no saber decir una simple palabra que terminaría con todos sus problemas, pero como todo un cobarde, siguió enredándose en esa telaraña de mentiras que eran todos sus noviazgos, y peor aún sería terminar el año sin deshacerse de alguno de sus ciegos verdugos.
 Saga lo observaba por el rabillo del ojo de vez en cuando mientras lo llevaba en su lujoso Ferrari el cual supuestamente encantaba a Milo, pero esa vez se sentía dentro de una chatarra en desuso que no lo llevaba a ningún lugar ya que su viaje se hacía eterno... _Milo, ¿Sucede algo contigo hoy?_ preguntó Saga a su novio esperando sacarlo de sus pensamientos, lo cuales parecían estarlo deprimiendo desde que entró en el vehículo… _ ¿Ah?, No, no me sucede nada, solo que tengo un trabajo práctico que entregar mañana en la escuela y no lo terminé_ contestó el menor. 
_ ¿Y por qué no me lo dijiste antes?_ cuestionó Saga observándolo de a momentos debido a que conducía el auto. 
_No te dije nada porque tú ibas a pensar que era una excusa, como siempre piensas mal sobre todo lo que hago._ murmuró Milo con la mirada en el suelo, haciendo preocupar al mayor, quien no tardó en detener el automóvil para depositar su mirada en el más joven.
_Milo, entiendo que te preocupes por tus estudios, eso es algo nuevo en ti, pero me gustaría que tuviéramos tiempo para nosotros también, sé que a veces me pongo denso y soy insoportable, pero no es sólo mi culpa, no sé por qué nunca quieres verme o pones excusas tontas y varias veces me has cancelado las invitaciones y eso me hace pensar que ya no me quieres, si es verdad lo que estoy diciendo sólo házmelo saber por favor. Sé que no soy el mejor ejemplo de novio, pero puedo mejorar si así lo prefieres o al menos si ya no quieres estar conmigo dímelo para que te deje en paz, ¿No crees?  _ concluyó Saga captando la atención del chico a su lado, quien lo miró a los ojos, sumido en un profundo silencio… no supo por qué lo hizo, pero se lanzó sobre Saga y lo besó tiernamente… 
_No quiero romper contigo, Saga, sólo quiero que confíes en mí y que respetes mi trabajo, mis estudios, y mis amistades, espero que esta noche sea especial como me dijiste y nada más._ finalizó Milo con una sonrisa que alivió a Saga y así continuaron el camino hacia el restaurante más fino de la ciudad, para disfrutar de la compañía del otro durante toda la noche…
 
En el Restaurante 
 
Llegaron riendo, más que nada Milo, él reía más fuerte debido a que el accidente no le sucedió a él, sino a Saga, que en un descuido, pisó una popó de perro que había en el estacionamiento y tuvo que ir a limpiar su zapato. Luego de eso, ingresaron al dichoso restaurante, Milo aún no paraba de reír y Saga estaba algo molesto y se quejó con los responsables de la limpieza del estacionamiento, como disculpa, le ofrecieron el plato más caro por cuenta de la casa, y las bebidas.
 
Ese lugar era nuevo para Milo, nunca había entrado a un lugar como ese y si lo hacía, terminaba lavando la vajilla de toda una noche por negarse a pagar las cantidades de dinero que según el eran una barbaridad.
Una vez sentados, Milo observaba a la gente que entraba y salía del lugar, las familias y demás parejas que también cenaban ahí y que se veían muy elegantes, al igual que Saga, quien vestía de etiqueta y se veía demasiado atractivo, sin embargo, él se veía como un niño en una fiesta para adultos, TOTALMENTE FUERA DE LUGAR, la gente lo veía y murmuraba, haciéndolo enfadar hasta el punto en el que –para no hacer ver mal a Saga- simplemente se dedicó a hacer señas obscenas a quien le dirigiese miradas desaprobatorias. 
La noche pasaba lenta y tranquilamente, Milo no sentía para nada a Saga como otras veces, en que comenzaba a preguntar sobre sus amigos y lo apegado que era con Aioria, o cualquier tema de conversación que le incomodara, esa noche se estaba volviendo una de las mejores desde que salía con Saga, eso significaba que éste comenzaba a esforzarse por ser menos agobiador para con él y eso le encantaba~ mientras comía y pensaba, Milo no daba crédito a lo que Saga hablaba, pensaba también en lo asquerosa que era esa comida. -¿A qué clase de gente le gustaba comer huevos de pescado? – eso era realmente repugnante y peor ver que Saga había pedido ESO en su orden, no lo besaría en años después de dar un vistazo a ese extraño plato que parecía tener larvas bañadas en petróleo. No pudo evitar una expresión de asco supremo y comenzar a tener náuseas. 
 
Luego de un rato en el cual surgió un comentario de Milo que interesó mucho a Saga, y fue el tema de conversación que mantuvieron durante un largo rato, Saga ordenó el vino más caro, mientras que Milo pidió un batido de fresa para quitarse el gusto del vomitivo caviar que probó gracias al verdugo cochino de Saga. Bebieron y conversaron otro rato más, mientras las velas ardían hasta que el mayor se puso de pie y tomando como sostén la mesa, obsequió al más joven, un tierno beso que fue correspondido con dificultad por éste debido a que comenzaba a sentir náuseas al recordar aquella asquerosa comida, echándose hacia atrás haciendo que Saga intentara continuar con el beso. En ese momento, sintió como hacía más calor, tanto que ardía como las… ¡VELAS! Corrió hacia el baño de caballeros e intentó quitarse la corbata, pero no podía, entonces corrió hacia todos lados buscando agua para apagar el fuego que crecía más en la prenda haciendo gran alboroto, la gente gritaba y corría y Saga peor, hasta que Milo lo detuvo y derramó sobre él, su batido de fresas, apagando el pequeño y peligroso incendio de la corbata~
Ambos salieron del lugar dejando escapar un suspiro al unísono…
_ ¿Por qué intentabas evadir mi beso? _ preguntó Saga al peli azul menor mirándolo con fastidio.
_Oye, lo siento, pero sabes que odio las comidas que a ti te gustan, son asquerosas y algunas huelen horrendo… y tampoco me gusta el vino… es asqueroso, -¿Qué acaso no sabes nada sobre mí?- _ respondió Milo con notable molestia en el rostro. 
_ Lo siento, Milo, estoy algo alterado, ven, sube al auto que te llevaré a tu casa, no quiero que peleemos, hablaremos otro día – ¿Te parece?- trató de hablar calmado aunque por dentro era un mar de nervios, no quería pelear o hacer enojar a Milo, por lo tanto, permaneció en silencio. 
Fue un viaje de vuelta que Milo no esperaba, Saga estaba furioso, no hablaba ni le dirigía mirada alguna… nada. 
Cuando llegaron a la casa de Milo, Saga no hizo más que darle un beso apagado y decirle “Adiós” fue lo único que salió de sus labios. El menor salió del auto sin siquiera mirar a Saga y antes de cerrar la puerta le dijo: 
_ “Deberías aprender a reírte de ti mismo…”_ y diciendo eso se dispuso a marcharse.
Al entrar a su casa, no pudo evitar pensar en lo idiota que fue, no podía creer que cometió una nueva estupidez en su vida, ¡SAGA LE ESTABA DANDO LA OPORTUNIDAD DE QUITARSE UN PESO DE ENCIMA Y ÉL RECHAZÓ UNA DE LAS OFERTAS DE SU VIDA! Al darse cuenta de lo idiota que fue, comenzó a golpear su frente contra la pared repitiendo mil veces por segundo la palabra que lo calificaba en ese momento: _ ¡IDIOTA, IDIOTA, IDIOTA, IDIOTA! IDIOTAAAAA!!_ no dejó de repetirlo hasta que su madre, que estaba esperándolo desde que volvió del trabajo, se hizo notar… 
_Milo…_ murmuró en tono amenazante _ ¿Dónde estabas?, de seguro estabas con tus amigos vándalos,  me tenías preocupada y ni siquiera respondiste a mis llamadas, No te creas tan adulto solo porque tienes edad para conducir, mocoso… Estás castigado. _ concluyó su sermón en tono grave haciéndole notar que estaba hablando ciento por ciento seria.  
_Pero mamá, no estaba haciendo nada malo, además Saga no es una mala compañía, ya lo conociste, ¿Recuerdas?, él ya es adulto, no tiene nada de malo. Ya no fastidies, necesito descansar, mañana tengo que levantarme temprano…_ respondió Milo en voz baja mientras se dirigía hacia su habitación. _ ¡Ah!, por cierto… mañana no me esperen para nada… no volveré hasta la noche, tengo mucho que hacer. Hasta mañanaaa!_ se marchó dejando a su madre con la palabra en la boca. 
 
Al día siguiente
Levantarse era un gran desafío para Milo, no solo porque los días eran agotadores, sino que el simple hecho de abandonar su cama era lo peor que un ser humano podía lograr, según él. Odiaba la luz del sol en la cara y a su tonta hermanita molestándolo con esa muñeca infernal, su padre con el televisor encendido a todo volumen tan solo para oír las noticias aburridas de cada mañana, su madre de aquí para allá, preparando el desayuno que la mayoría de las veces, se quemaba por su falta de atención debido a que también veía las noticias, su hermanita cantando canciones tontas para niños y bailando como una idiota por toda la sala, esperando a que la llevaran a la escuela, todo eso le hacía extrañar los días en los cuales despertaba en la cama de Kanon, sin prisa, con el baño caliente esperando por él, y el desayuno listo y delicioso ya servido en la mesa, y obviamente lo que más extrañaba era a Kanon, ya no pasaban tanto tiempo juntos, y debido a sus bajas notas, sus padres le prohibieron el quedarse con sus amigos (seee amigos…) a dormir en sus casas y hasta que no llevara la boleta de notas con al menos 7 áreas aprobadas, no podría ver a nadie por más de dos horas, Milo había creído que era un castigo bastante tonto, pero no fue así, de hecho su padre se encargaba de que fuera un infierno, hasta que aprobara lo que debía.
No pasó mucho tiempo para sacar a Milo de sus pensamientos, esta vez, su padre lo estaba llamando para que se vistiera y desayunara para poder llevarlo a la escuela. Realmente estaba apurado y no lo esperaría esa vez, siendo que la escuela se encontraba un tanto lejos de la casa, el peli azul se decidió a levantarse y hacer todo lo más rápido posible. 
Una vez ya desayunando, su móvil comenzó a sonar como poseído por el demonio y no le quedó otra opción más que atender a una de sus pesadillas… 
_Hola, ¿Quién habla? _ preguntó haciendo enojar a su receptor.
_ ¡QUE ME COJA EL DEMONIO!, ¿Cómo que QUIÉN HABLA?_ preguntó _ ¡SOY SHURA! , Te llamaba para avisarte que hoy no te escapas, que iré por ti a la escuela y pasaremos juntos el día. Y NO ME DIRÁS QUE NO, NI ME PONDRÁS EXCUSAS, PORQUE NO LAS TENDRÉ EN CUENTA._ finalizó y colgó la llamada, dejando al menor horrorizado ante las decisiones que había tomado sin consultarle. 
_... estoy perdido… _ murmuró el joven caminando hacia la puerta de salida de su casa. Sabía que de Shura no podría escapar, nunca lo logró y esa no sería la excepción, ese español era un caso único; No podía evadirlo, no podía poner excusas, no podía hacer nada que éste no cuestionara o analizara, era un diablo maldito, demasiado astuto y peligroso, pero teniendo tantas contras, también tenía sus pros y su manera de hacer el amor era única y no todos podían disfrutarlo, por lo tanto, Milo era uno de los pocos que disfrutaban de ese hombre, y por eso se consideraba afortunado aunque desdichado a la vez… luego de pensar por un rato, no le pareció tan mala la idea de pasar una tarde junto a Shura, tuvo suerte de que no pidiera la noche… 
_ ¡MILO YA DEJA DE TARDAR TANTO Y SUBE AL AUTO!_ gritó su padre sacándolo bruscamente de su “meditación”.
-Rayos, debería dejar de hacer eso…_ murmuró y se dispuso a entrar en el vehículo.
 
_Estás muy pensativo últimamente, Milo, ¿Hay algo que quieras decirme?_ preguntó su padre irrumpiendo en el silencio del viaje… Milo no supo como contestar a eso. Sí que le ocultaba muchas cosas a su familia y no quería siquiera imaginar el tener que decirles su situación actual. lo peor de todo era que sabía como iban a reaccionar sus padres ya que cada vez que oían la palabra "HOMOSEXUAL", estallaban. Así es, discriminaban a la gente "anormal" como los Gays y demás géneros... tragó saliva y logró dejar salir las palabras de siempre; _Nada papá, estoy bien, y... no tengo nada que ocultar, no te preocupes..._ suspiró aliviado y se colocó los auriculares para ya no escuchar a nadie, solo quería terminar el día y ya no recibir llamadas de aquel español demente. 
 
La llegada a su casa era siempre la misma desde que comenzó a meterse en esos "asuntos románticos" : -Llegar a la casa
                     -Bajar del auto, corriendo
                     -Entrar a la casa con la mirada gacha
                     -Almorzar en silencio fúnebre 
                     -Todo el tiempo viendo su teléfono celular
                     -Tomar un baño
                     -Hacer la tarea (si no llegaba Aioria a jugar videojuegos por la tarde)
                     -Revisar su correo electrónico (eso consumía una hora y media)
                     -Comer un bocadillo rápido
                     -Su amada siesta <3
                     -Salir a trabajar (de las 16. p.m. a las 20.30 p.m.)
                     -Salir del trabajo y tener un pequeño tiempo para sus amigos si es que algún novio furioso no lo encontraba de salida y le hacía una escena de celos pública ¬¬) 
                     -Volver a casa tarde y dormir...
 
pero esa tarde no trabajaría, sinó que la pasaría con Shura quien sabe donde y cómo, porque el español era de todo y más, siempre escogía un lugar nuevo para verse y nunca le permitía opinar al menor. Milo ya se había rendido sabiendo que era más peligroso intentar escapar de esa cita y por la tarde se arregló y dispuso a partir hacia el lugar elegido.
 
Por su parte, Shura estaba esperando al menor en uno de sus taaantos departamentos, preparando todo para la llegada del joven peliazul, a decir verdad, aunque fuera algo insoportable, el español quería muy bien al chico y no quería perderlo, y por eso se juró a si mismo que por esa tarde, dejaría a un lado los celos y se dedicaría a pasar el rato "maravillosamente", después de unos detalles a arreglar, ya estaba listo y solo quedaba esperar a su anfitrión.
 
Después de tanto esperar al maldito autobús, Milo partía rumbo al dichoso departamento para vivir la pesadilla que era Shura. 
_Maldito español inoportuno, ojalá se queme su casa así al menos podré salvarme de esto..._ murmuraba Milo una vez que bajó del autobús, odiaba ir con Shura, siempre era muy enojón y nunca se reía de sus bromas, lo único que le gustaba era cuando se veían "fugazmente" _Bien, solo coges con él y te vas, y todos felices, JAJAJAJAJAJAJAJ_ reía neurótico el peliazul cruzando la calle, nunca podía pasar un día en paz debido a las llamadas telefónicas de sus "novios" y si no era por eso, era la maldita tarea, solo pedía que se acercaran las vacaciones para poder huir por unos meses de sus "problemas"
 
En el departamento de Shura...
_Heme aquí..._ dijo para sí mismo mientras pulsaba el botón del timbre del "nidito de amor" de Shura. _Grrr... si empiezas a perseguirme con tus preguntas y celos te juro que la próxima tocaré este maldito botón y correré como un rayo, españolete hijo de.._ 
 
_¡Milo!, pasa por favor_ exclamaba el mayor invitando al jóven a adentrarse en su casa. _Creí que ya no vendrías, te retrasaste un poco._ hablaba y hablaba con ese acento tan característico de los españoles, al cual el peliazul tuvo que acostumbrarse por la fuerza. 
_hehehe, no sabes el gusto que me da entrar en tu caverna vampírica, chupasangre español matemático del iinfierno, grrr..._ gruñía Milo en su mente. _Hehe ¡Hola Shura!, ¿Que tal?_ 
_Muy bien ahora que te veo, mira, esta tarde debe ser especial, quiero que te relajes, Hoy estoy de muy buen humor y no quisiera arruinar el momento, se que mañana tienes una evaluación y no quiero que la repruebes, te llevaré yo mismo a tu casa esta noche, no creo que tus padres sospechen de tu profesor... ¿No crees?_ 
 
El tono algo meloso y seductor del mayor, calmó a Milo, ahora ya podía alejarse un momento de sus preocupaciones y lanzarse a la cama con ese hijo de su progenitora y pasar el buen rato aprovechando que la daga española no estaba tan afilada como otros días.
_Shura..._ murmuró el jovencito con mirada provocativa y ronroneándole al oído _¿Dónde está tu habitación...?_  en ese momento, Don Diablo se puso de pie con decisión y tomó a Milo como si se tratara de un costal y lo llevó rápidamente a la cama.
 
_De esta no te escapas chaval, te dejaré como colador!_ esto último asustó al más joven, pero supo que tendría que dejarse hacer o de lo contrario no tendría una buena boleta de notas ese semestre... 
 
Antes de que pudiera oponerse o siquiera hablar, Shura depositó un fuerte beso en los labios de Milo, haciéndolo gemir, lo besó tanto que lo dejó sin aire, pero que más importaba, de seguro obtendría un buen puntaje en su exámen, sin más dejó de pensar elocuentemente. Shura se dedicaba a desnudar al jóven estudiante, muy lentamente, dejando rastro de sus besos en cada parte que descubría, mordiendo y lamiendo todo a su paso, haciéndole escapar gemidos de placer y logrando encenderlo. Miró por el rabillo del ojo al chico, su expresión, esa expresión lujuriosa, sus mejillas sonrojadas, sus ojos entrecerrados, sus labios... perdió lo poco que le quedaba de cordura y sin advertirle, introujo su endurecido miembro en la boca del menor, quien apenas pudo toser y maldecirlo en su idioma por bruto, y apartarlo... _¿Tienes sed, mocoso griego?_ balbuceó entre gemidos el mayor acercando su hombría a la boca del menor, quien apartó su cara antes de que el otro hiciera lo mismo que hace unos momentos.. eso causó que el mayor se irritara y tomase al chico por los cabellos de manera violenta y lo obligara a succionar de su palpitante pedazo, una y otra vez, succionó y lamió hasta quedar sin oxígeno, y volver a ese ciclo repetitivo, el español gemía descaradamente, sin importarle más nada que su orgasmo, salió de la boca del estudiante para embestirlo sin aviso previo, sin preparalo siquiera, al sentir esa inesperada invasión, Milo no hizo más que gritar, su boca se llenó de saliva más de lo normal, sus ojos lagrimeaban, sus mejillas se sonrojaron ferozmente y su cuerpo temblaba, transpiraba, se sentía agonizar en ese momento cuando sintió que en cada nueva embestida, se aproximaba el tan esperado orgasmo, concluyó con un fuerte gemido gutural, sintió como ese líquido caliente invadía su interior, ambos concluyeron arqueando sus espaldas y fueron derrotados por el cansancio... 
 
Eran las siete de la tarde y Milo despertó tan adolorido como si le hubieran acestado una golpiza, aunque un dolor particular fué el que lo hizo recordar lo que había sucedido.
Sin más, se levantó y vistió, tomó sus pertenencias y se dispuso a marcharse. Estaba tan molesto que no dudaría en destrozarle la cara a Shura si intentaba detenerlo, cuando de repente oyó que abría la puerta de la sala y le hablaba con toda naturalidad, esto causó mucho más enojo en el joven estudiante, se sentía furioso y sin quitar su mirada del piso, dejó en claro algunos puntos...: _Si vuelves a torturarme de esa manera, vete haciendo la idea de que no existo..tendrás que hacer mucho para recuperarme..._  murmuró reteniendo su rabia y se marchó del lugar sin dar oportunidad al mayor de defenderse...
 
Al llegar a su casa, como era costumbre, no decía a donde iba, por lo tanto sus padres no preguntaban, pero ese día lo notaron algo decaído y su madre subió a su habitación para hablar con él, pero no fué recibida tampoco oyó a Milo ahuyentarla como solía hacerlo, eso la preocupó más aún y decidió entrar sin tocar la puerta, y lo que encontró fué algo que jamás se hubiera esperado; Milo estaba llorando desconsoladamente en el baño de su habitación. 
Sin hacerse notar, se retiró lentamente de la habitación, quizá Milo lloraba por alguna chica y no quería que lo vieran, era común en cualquier chico de su edad... 
 
Notas finales: Las dejo con la intriga~ sólo quería entregar el segundo capítulo para deshacerme del mal sabor de boca xDDD (eso sonó horrible) 
Espero que no deseen matarme (seguro lo desean tanto como Milo desea ser el rey del mundo y matar a todos sus machazos) Ok, no! mejor me callo~ Y una vez más, todo está bajo control gracias al Yaoi~!! (?)
Ojalá haya sido de su agrado, me esforzaré por tener rápido el tercer capítulo~
~Graciias por leer~!! :3 Y SIGAN MIRANDO EL CIELO!! (?)
 

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