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:Nuestro Final Feliz no está cerca: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

bien, les agradesco a todos de ante mano los que leyeron el fic por que se tomaron la molestia de pararse a ver que loquera escribi... XD

quiero adelantar que en este segundo capitulo se vera en untiempo de unos tres años y medio antes del tiempo que expresa el primer cpitulo, para que sepan como inicio todo. tambien saldran solo y exclusivamente los de la serie de Junjou romantica ¿porque? facil, por que los niños tienen que salir por orden...

en fin, aclarado los puntos que se veran a continuacion; lean y disfruten XD 

Nuestro Final Feliz no está cerca

Capítulo 2: una fría y agitada tarde de otoño

 

Kusama Nowaki estaba revisando las carpetas de su trabajo muy detenidamente, mientras tomaba su tercera taza de café, se veía como sus ojeras eran intensamente negras. Suspiro de nuevo al terminar de analizar y comenzar a hacerle la receta reglamentaria.

- Nowaki-kun que día más maravilloso – pasaba por su oficina un hombre de cabello rubio y largo hasta los hombros.

- ¿Qué tiene de bueno Tsumori-sempai? – Acuso el menor, no sabía cómo era que el hombre podía mantener tan buen humor en esta circunstancia, no habían dormido y tampoco había regresado a su casa porque su turno le tocaba en la mañana y lo habían llamado bien tarde en su día libre, lo que le molestaba más de ese asunto es que no pudo ver a Hiro-san. Trato de ignorar al mayor que parecía que un aura rosada lo rodeaba mágicamente – además porque se encuentra feliz con esa marca roja en su cara – entonces el hombre sonrió aún más.

- porque mi horóscopo me dijo que será un día especial en que descubriré el amor verdadero – dijo de forma romántica.

- no creo que eso sea con las pacientes que ya están casadas Tsumori-sempai – apunto tranquilo Nowaki, adivinando por donde venía el asunto.

 

-.-

 

Misaki respiro profundo y se hincho el pecho de valor para entrar en la habitación del hospital, después de ver a un doctor rubio salir con la cara marcada, pensó en acobardarse pues de seguro su hermano se encontraba de mal humor. Toco la puerta un par de veces, pero cuando vio un aura asesina rodear el rostro de su siempre sonriente hermano decidió que debía regresarse.

- Misaki – este sin embargo al reconocer a su adorado hermanito cambio la terrorífica expresión lo sujeto para que no se escapara – hay cosas de las que tenemos que hablar –

El oji verde tembló por la voz tétrica que ponía su hermano, para luego pasar a paso lento a la habitación donde se encontraba la esposa y el pequeño Mahiro de unos dos años.

- ¡Misaki! – Saludo emocionado su sobrino, sin embargo antes de poder lanzarse a abrazarlo una barrera increíblemente grande se lo impedía – mi-chan estás muy gordo – apunto el niño mientras veía el prominente estomago del chico.

A Misaki un aura depresiva lo invadió, el sabia más que bien su condición y estaba a un paso de suicidarse si alguien volvía a comentar lo de su peso. Takahiro respiro sonoramente, recordando por que debían hablar.

- querida, lleva a Mahiro a que se distraiga por favor… Misaki y yo debemos tener una charla de hermano a hermano – la mujer asintió con una sonrisa en su rostro, mientras incitaba al niño a moverse a pesar de que este no quería. Una vez solos, el silencio se instaló unos buenos largo minutos, donde el menor encontró muy interesante las inexistente manchas de la colcha de la cama.

Inesperadamente el silencio se rompió por unos sollozos contenidos, para la sorpresa de Misaki que volteo a ver a su hermano, este estaba a punto de lagrimear como cordero, cosa que dejo en jaque al castaño. Sin embargo el mayor se lanzó a los brazos del pequeño Misaki para abrazarlo de forma protectora, mientras se lamentaba una y otra vez por mandarlo a la boca del lobo.

- tranquilo, nii-san – le dice conciliador el menor acariciando la espalda del mayor como cuando era niño.

- lo siento Misaki, por no estar pendiente, ahora mi hermano pierde su inocencia y va a ser padre y yo no pude darle la bendición como era debido – gimoteo por un buen rato – matare a Akihiko – de repente el amoroso y llorón hermano mayor se envolvió en un aura acecina, así que trago seco ante lo bipolar que podía ser su hermano.

- no, no es necesario nii-san, Akihiko está muy contento de tener hijos, además ya no hay razón de que me tenga que mudar y eso lo pone aún más alegre – Takahiro lo miro con paciencia y una mirada de hermano mayor sobreprotector.

- no Misaki, lo importante es tu felicidad, no la de Akihiko – dijo mientras casi escupía el nombre de su amigo de la infancia.

- pero nii-san, yo soy feliz al lado de Usagi-san – confiesa decidido y algo sonrojado, después de todo ese era su propósito, decirle a su hermano de que dejara de convencerlo de irse de la casa de Usagi y tener su propia independencia, después de todo, su independencia era con Usagi.

Takahiro en mucho tiempo no había visto a su hermanito tan decidido, su lindo y adorado familiar no era el tipo de personas que hacían lo que quería, entonces sabía que el escritor había influenciado en algo a su ototo, suspiro algo resignado, solo esperaba que el castaño no se equivocara y que de verdad estuviera agarrando un buen camino.

Entonces se quedó admirando la sonrisa decidida de su hermanito, a quien había criado desde el fallecimiento de sus padres. Vio como acariciaba su vientre con paciencia y dando suspiros de resignación. Y volvió a arrugar su ceño con rencor, bien podía aceptar la relación de su hermano con un hombre diez años mayor a él, mas no el hecho que lo dejara preñado meses después de su graduación, Akihiko sabía lo insistente que sería una vez que este se graduase, pareciera que hasta lo hizo adrede para mantener a su adorable hermano menor en sus garras… ante ese pensamiento un gruñido de animal le salio por debajo. A la mierda la comprensión.

 

-.-

 

Akihiko sonreía como quien no quiere la cosa subiendo en el ascensor, mientras que su acompañante lo fulminaba con la mirada.

- no te atrevas a reírte – amenazo el castaño a su lado, mientras lo miraba con una penetrante furia azul de sus ojos.

- no me atrevería a reírme de Isaka-san – dijo con sarcasmo muy marcado, lo conocía desde siempre y sabía que se estaba riendo de él.

- lo se parezco que reviento, pero más te vale no comentar nada si no quieres que le suelte a tu hermano lo de chibi-tan – acuso mientras que salía al estacionamiento del edificio. A Akihiko no le gustó nada eso, sin embargo bufo mientras accedía al trato.

- no exageres Isaka-san, mira que te falta aún cuatro meses para que crezca – le dijo divertido mientras ingresaba a su deportivo rojo.

- ¿¡voy a engordar más?! – grito sorprendido mientras que dejaba casi sordo a Asahina que manejaba el carro. Este rodo los ojos y le dijo que se apresurara en entrar al carro que llegarían tarde a la cita con el doctor.

Akihiko se rio a carcajadas escuchando los gritos y quejas de su obstinante jefe.

 

-.-

 

- ¡es suficiente! ¿Por qué te empeñas en amargarme la vida? – le grito acusador a los dos intrusos del apartamento. Miyagi trataba de calmarlo pero cada vez que el rubio veía la herida en su cara se molestaba mil veces más.

- no te quiero amargar la vida, muy benevolente fui al devolverle su trabajo – dijo serrando los ojos de forma filosa mientras veía al profesor – ahora tienes que volver a la casa – mientras se sobaba la muñeca con una compresa.

La situación era demasiado obvia, Shinobu gruño por lo bajo, todo era culpa de su hermana, si ella no hubiera ido de chismosa a contarle su condición a su padre esto jamás hubiera pasado. Nunca espero que su padre apareciera un día de la nada y golpeara a Miyagi apenas lo vio parado en la puerta. Su padre siempre fue sobreprotector pero eso ya era el colmo.

Intentaron conversar, pero mientras más avanzaba la plática más dejaba de serlo y se convertía en reclamos a gritos, Shinobu estaba a punto de sacarlos a los dos del apartamento. Miyagi le puso una mano en el hombro, llamándole la atención.

- escucha Shinobu, se más razonable, necesitas de la ayuda de tu familia también – Shinobu palideció ante lo que le ofrecía el otro – te faltan aún tres años para graduarte y habrán veces que no podre estar contigo como lo necesitas – Miyagi trataba de razonar con él, pero era inútil – no me mal entiendas, no me alejare de ti ni de mis hijos, pero debes pensar también en tu futuro –

Shinobu estaba a punto de sacar lagrimas desconsoladas de sus ojos, a él no le importaba un comino su futuro si iba a estar lejos de Miyagi y que este sugiriera algo por el estilo le espanto ¿solo pedía estar a su lado? ¿Acaso pedía demasiado? Él podía mantenerse un tiempo, aun sin ayuda de su padre, se mudaría con el moreno, tal como este se lo pidió, tenían un trabajo de medio tiempo y de paso el sueldo de Miyagi alcanzaba para la crianza de sus hijos, solo tenían que esperar a que él se gradué y consiga un trabajo profesional, tenía un buen apellido. Le molestaba de verdad que pensaran que él se tiraría de bruces en una situación tan seria, no era un idiota, sabía que era a lo que se iba a enfrentar.

Risako estaba que hervía de la rabia, detestaba que Shinobu se pusiera como el niño malcriado, pero eso era culpa de sus padres por tratarlo siempre como un niño, el ya no lo era y debía afrontar eso sin rabietas ni caprichos.

- deja de comportarte así, Shinobu, debes estar preparado para lo que viene, no es fácil, deja de pensar en ti y comienza a pensar por ellos ¡ya deja tus caprichos egoístas! – para el pequeño rubio, eso fue suficiente para que el pequeño vaso de paciencia que tenia se derramara.

- ¡MIYAGI NO ES UN CAPRICHO PARA MI! – le contesto lo más fuerte que daba su garganta – a diferencia de ti a mi si me importa lo que le pase, lo único que puedo pensar que sea un buen futuro para mis hijos es que Miyagi este a mi lado…- se sujetó el abultado vientre algo le había presionado – no me interesa que tan arrepentida estés por haber metido la pata, no te lo sedera, él es mío – insistió, sosteniéndole la mirada a una furiosa Risako.

El padre estaba molesto por las palabras de sus dos hijos, en realidad si era sincero a los dos los malcrió, por eso es que ambos se parecían más de los que ellos pensaban, ambos tenían exceso de confianza, hacían los que se les diera la gana y por si fuera poco eran muy, pero muy persistentes. Pero aun así y que les sacaran canas inexistentes, él no quería ver a su hijo mal, quería que fuera alguien bien en la sociedad y verlo embarazado en su octavo mes eran problemas, especialmente a su corta edad.

Miro a Miyagi, el sabia mejor que nadie que el hombre no era malo y de hecho se sentía muy apenado los problemas que le causaban sus hijos al profesor, sin embargo involucrarse con Shinobu no era aceptable, punto, ese había sido su error garrafal.

La castaña estaba molesta, el menor no tenía derecho a hablarle así, por más que sea era su hermana mayor y debía guardarle respeto, después de todo durante si vida siempre le había tenido que ceder cosas a ese chiquillo, pero incluso a Miyagi, ¡no! Eso era el colmo. Con ira mal contenida se acercó a Shinobu.

Fue allí cuando Miyagi finalmente intervino, interponiéndose entre una furibunda Risako y un callado cabizbajo Shinobu. Por más que el chico fuera un cabeza dura no iba a permitir que lo siguieran alterando más, por dios estaba en estado.

- Yoh – la mujer se sorprendió de la mirada serie que le enviaba el más alto y se ponía delante de Shinobu.

- Risako, sería mejor que tú y tu padre se fueran, dejen a Shinobu pensarlo cuando enfríen la cabeza, ahora solo lo que hacen es alterarlo – el padre parecía entenderlo, cosa que no hacia la castaño, quien no despegaba su mirada rencorosa del menor – suficiente, se siente mal Risako y eso también le hace daño a mis hijos – hablo esta ves muy serio, cosa que no siempre se podía ver en el hombre de excelente actitud con la vida. No era su intención herirla con sus palabras, sin embargo eso ella le pego.

No diría jamás y nunca cuan le dolió así que dio media vuelta, para el pasillo, no se quedaría a seguir escuchando estupideces.

El señor Takatsuki se resignó y fue a despedirse de su hijo para luego irse… sin embargo Shinobu no había dicho nada, después del destape emocional sintió que toda su furia se convertía en dolor físico posarse en su garganta, tan fuerte que no lo dejaba hablar. Escuchaba a su padre, claro, mas no podía ponerle atención, luego ese dolor le entumeció los musculo de la laringe hasta bajar a la boca del estómago y hacer que un calambre pasara por toda la parte baja de su vientre, apretó su mandíbula para no soltar un grito, pero era imposible…

- ¡aaaahhhh! –

El grito altero a todos, olvidando que estaban en una pelea. Risako regreso rápido en sus pasos a ver qué pasaba y el señor Takatsuki sujeto a su hijo que estaba a punto de colapsar.

- Shinobu – llamo al menor y este solo respondió con ojos llorosos, se vio como un líquido bajaba por las piernas del menor y eso espanto a todos – no puede ser, ya vienen –

Ente Miyagi y el mayor pusieron al embarazado en el mueble, Risako buscaba desesperadamente su celular en su cartera para llamar a una ambulancia, el padre de los hermanos se paró desesperado, preguntándole a Miyagi si tenían un plan de parto, palideció cuando este le contesto que no. Comenzó a caminar de un lado a otro y Risako a maldecir por no encontrar el celular, y por si fuera poco Shinobu no ayudaba demasiado comenzado a gritar con más dolor.

El moreno arrugo el entrecejo, no podía ser que se pusieran así todos por no estar programado. Harto de todo el circo se levantó de un solo salto…

- ¡ya cállense todos! – todos guardaron silencio sepulcral. Miyagi se levantó ante la atenta mirada de todos, tomo el teléfono local y se lo dio a Risako – llama a una ambulancia – le dijo serio y esta solo asintió, no rebatiría con un hombre tan serio – Takatsuki-san por favor tráigame un paño húmedo de la cocina – le dijo para sentarse de nuevo al lado del chico y tratarlo de calmar.

- duele, mucho – se quejaba entre respiración. Mientras que Miyagi le decía que se tranquilizara – tu… -

- tranquilo Shinobu no hables mucho – le decía mientras agarraba el trapo que el ofrecía el viejo y se lo ponía al chico en la frente – Risako la ambulancia –

- llega en cinco minutos – le dijo la mujer una vez tranco, afortunadamente el hospital quedaba como a cuatro cuadras y medias.

- ¿en qué más puedo ayudar? – pregunta la mujer.

- tráele de mi alcoba unos pantalones nuevos también encontraras un maletín con cosas de él y de los bebes – esta asintió y fue en busca de lo pedido, el padre se sentó al lado de su hijo y le sostuvo la mano para que supiera que tenía su apoyo.

Sonrió al ver a Miyagi tan preocupado por su hijo, primera ves que no parecía tener una sonrisa estúpida. Tal vez se estaba equivocando con el mayor y si podía cuidar de su terco Shinobu.

- esta es culpa tuya, viejo bastardo – comenzó al reconocer la contracciones – no me tocaras mientras vivas, eso júralo – Miyagi trago saliva nervioso, mientras que su sonrisa nerviosa volvía a sus labios.

- solo respira – trato de alegrar su tétrico dolor.

-cállate idiota, si eso funcionara no tuviera estos dolores que me provocan TUS HIJOS – Takatsuki se arrimó discretamente mientras dejaba que su hijo vomitara verbalmente a su pareja, tal vez el que tiene problemas con su futuro era cierto profesor de literatura. Cuando comenzó a alzar mas la voz decidió ayudar a su hija en la búsqueda del maletín, dejando cobardemente solo al pobre Miyagi en la batalla contra su hijo.

 

-.-

 

El castaño caminaba por el parque, suspiro con tristeza mientras que se envolvía más si era posible en su abrigo, esa mañana espero encontrar a Nowaki al lado suyo, pero no fue así, por eso había pasado una mañana deprimente. Era eso o porque su bebe no había dejado de patearle, se sentía fatal y ya estaba que cursaba al noveno mes. Como no quería andar con apuros, salio a caminar después de comer un desayuno relativamente normal.

Bien quería salir a caminar al parque que siempre paseaba con el peli oscuro, pero la poca gente no dejaba de verlo y eso le molestaba. No los culpabas, después de todo no todos los días te encontrabas a un hombre embarazado, y aun que los casos del gen fuesen más frecuentes día tras día, seguía siendo muy específico. Aunque eso al castaño le importaba un pepino, porque de todas las parejas homosexuales en el mundo, no en Japón, tenía que ser la suya una de esos casos

Se puso el suéter más grueso que tenía, más por la apariencia que por el frio en sí, pero ni eso ocultaba la prominente barriga. No se sentía realmente incomodo, y no es que no quisiera tener hijos, era solo que no era el momento, estaba al tope de su carrera, además de que ni le gustaban los niños, y estaba seguro que sentimiento era reciproco. Se puso unos guantes y se sentó en el lado del parque donde nadie pasaba, por eso siempre transitaba con Nowaki ese tramo, acaricio su vientre inconscientemente mientras daba un suspiro. Sin notarlo sonrió; era cierto, si ese bebe nacía cuando Nowaki no pudiera caminar con él, ese pequeño lo haría sin problemas y no se sentiría constantemente solo. Pensó que sería bastante lindo si llegara a parecerse al más alto, porque ni él estaba seguro soportar a otro como él.

Sus felices pensamientos se cortaron por el ruido de un motor y una insistente bocina, miro con odio mal contenido al infeliz que perturbaba su hermosa  tranquilidad y miro aun con más odio al ver quien resulto ser.

- Akihiko – exclamo con sorpresa.

- hola Hiroki – saludo de forma alegre, algo que sorprendió al castaño. Suspiro con resignación y con un esfuerzo sobre humano se paró de la banca para poder acercarse al deportivo rojo – wow… pareces una ballena – comento bastante divertido – cuando me comentaste que no podías beber, lo menos que me imagine es que era por esto –

Hiroki lo miro molesto, el castaño sabía que cuando quería ser un cínico era mas alegre de lo normal.

- ya cállate, Baka, además según la prensa tu estas esperando a la cigüeña también –

En respuesta apunto con sus ojos lilas al asiento trasero del deportivo, donde un montón de cosas de bebes sobresalían. Hiroki quedo frio de la impresión, si mal no lo conocía eso era el gusto compulsivo que tenían los ricos por las compras.

- eres desagradable, ahogaras al pobre chico y a tu hijo en osos de felpa, talco y crema cero – dijo con sorna.

- lo sé, él se molestó mucho por la cantidad de cosas que compre; por eso quería darte la mitad – ofreció generoso el escritor.

- ¿¡que!? ¡No, no, no! definitivamente no – dijo con un sonrojo de oreja a oreja – la mitad de eso es demasiado Akihiko –

- te equivocas Hiroki, todo eso que vez allí es la mitad – corrigió serio el escritor, haciendo que a su compañero le callera una gota de incredulidad.

- por favor guarda tu dinero para la vejes – fue lo único que pudo salir de Hiroki.

-¿Por qué ahora todos dicen eso? –

- en fin Akihiko, no puedo aceptarlo, te lo agradezco pero ya tengo todas las cosas listas y lo que no tengo se lo iré comprando en la marcha – se excusó, sin embargo se puso nervioso cuando Akihiko lo miro serio, sabía que no debía rechazar la amabilidad del gran maestro Usami, además que el escritor no era de esos de lo que se rendían.

- así que tienes todo ¿eh? – el hombre termino hurgando entre el tumulto de cosas hasta encontrar un libro fino de portada brillante – entonces supongo que tienes la primera edición del libro de osos para menores de cinco años – la sonrisa de victoria se extendió en su rostro cuando a Hiroki le brillaron los ojos como estrella, ya lo había atrapado.

- ¿de dónde lo sacaste? – pregunto entusiasmado

Akihiko rio al ver esa cara tan amargada ser feliz con sinceridad hacía mucho tiempo que no habían hablado así. El peli plata lo pensó un par de veces y recordó algo muy importante que le quería decir a su amigo de toda la vida.

- Hiroki, tu madre me llamo no hace mucho – la sonrisa de Hiroki se borró en un abrir y cerrar de ojos, para darle paso a una de angustia total – me felicito y envió algunas cosas que me podían servir, pero no me pareció correcto quedármelas, cuando le pregunte por que no te las enviaba a ti se quedó desconcertada ¿acaso ella no sabe de tu embarazo? – Akihiko no tenía la más mínima intención de reprocharle algo al castaño, después de todo él no le había dicho nada a nadie y estaba seguro que tarde o temprano lo descubrirían y tendría que acarrear con las consecuencias, pero tenía sus razones. En cambio la familia de su amigo siempre fue muy cálida y no entendía por qué la necesidad de ocultarlo.

Hiroki bajo la cabeza, no era algo de lo que quisiera hablar, el otro lo entendió al instante.

- no hay problema si no quieres hablar – acaricio los cabellos del castaño con cariño como antaño, haciendo que el otro terminara de torturarse así mismo. Sonrieron, aun podían saber los pensamientos del otro con una mirada, debía ser porque se conocían desde hace tiempo.

Akihiko saco después la caja, dispuesta a fumar un poco, tenía tanto que contarle a Hiroki y sabía que este también, tal vez podría usar algo para sus libros. Pero antes de que el primar cigarro tocara su boca el más bajo se lo arrancó de los dedos y ya lo pisoteaba con rencor.

- ¡hey! – se quiso quejar y en consecuencia el profesor puso su mejor cara de demonio, haciendo dudar si hablar o no.

- no cerca de embarazados –

- lo siento – se disculpó con su fría cara, se le había olvidado ese pequeño detalle.

De repente el momento había llegado de la nada y sin aviso previo. Hiroki sintió como su le estuvieran pasando un dedo por lo largo de su columna vertebral, luego como sus pantalones se humedecían y los ojos lilas del escritor tan sorprendido como él.

- Akihiko – pronuncio con miedo mientras que se aferraba a él, ya que era lo más cerca que tenía. Usagi se puso muy serio, sujeto al más bajo y le hablo para que saliera del shock.

- vamos al hospital enseguida – el profesor asintió varias veces, accediendo a que esa era la mejor decisión. No estaba bien en su cabeza solo entraba palabras sin oraciones completas, como bebe, hospital igual a nacimiento. Decir que estaba aterrado era poco.

Akihiko lo sujeto y le llevo al asiento del copiloto una vez que tuvo el cinturón de seguridad arranco lo más rápido que pudo. Después de eso, las noticias del tráfico solo podían advertir del loco que manejaba un deportivo rojo.

 

Continuara… 

Notas finales:

si llegaron hasta aqui les felicito, no se aburrieron XD... 

gracias por leer. comentando lo de actualizacion, bien, tratare de sacar un capitulo por semana, si no me es muy forzado, tambien estan mis otros fics que los tengo abandonados, asi que tal ves la semana que actualise un fic no este actualisando este, sin embargo prometo no tardarme demaciado... hasta luego y espero que les haya gustado lo suficiente para comentar... se valen opiniones y sugerencias. 


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