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:Nuestro Final Feliz no está cerca: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

bien, como he estado algo acupada les traigo algo tarde el capitulo, pero se vale por que aun no ha temrinado la semana XD...

el nacimiento de los niños es un total del tres capitulos una ves terminado el que le sigue a este continuare con el lapso de tiempo normal en la historia...

en este capitulo tenemos las cosas criticas en los hospitales, coinsidencias realmente ridiculas y algo de humor para pasar todo esto. espero que les guste y lean... 

Nuestro Final Feliz no está cerca

Capítulo 3: una fría y agitada tarde de otoño… parte dos

 

Vio como el joven con bata blanca desaparecía tras las puertas de un largo pasillo. No tenía que hacer más que esperar una vez que el rubio entro al quirófano, lo malo, era que no estaba tranquilo, no claro que no. Todas las dudas que se había saltado a lo largo del proceso se le venían de un solo golpe, no dejándolo tranquilo un solo segundo. Solo esperaba que todo saliera bien…

- ese doctor parece ser muy joven, acaso Shinobu estará bien – pregunto Risako, Miyagi la miro desde su asiento y asintió un par de veces, no muy convencido el tampoco.

- Kusama es el doctor que ha estado viendo a Shinobu a lo largo del embarazo, es bastante competente – defendió, después de todo al ser la pareja de Kamijou no sería un inútil, sabiendo lo exigente que era el hombre… suspiro algo desesperado mientras se aguantaba las ganas de fumar, habían salido bastante rápido y se le olvido su caja de cigarrillos.

- ¿adónde vas? – pregunto esta vez el padre.

- a tomar aire fresco – contesto. Risako quería acompañarlo, hablar con él, pero fue detenida por el mayor. Era algo que solo los padres entendían, la desesperación de no saber si las cosas saldrían bien y la necesidad de estar solo para sobrellevar la situación. Sabía que era eso lo que necesitaba Miyagi.

 

-.-

 

El sonido del derrape de unas llantas estremeció a los que estaban en la entrada del hospital. Las enfermeras vieron como un deportivo rojo se estacionaba peligrosamente en la entrada del hospital, gran fue la sorpresa de ver al gran maestro Usami Akihiko salir del mismo carro. La pregunta en cuestión era ¿Qué hacia un personaje como él en una clínica así? Pero fue respondida al ver como el hombre ayudaba a otro a ingresar al hospital.

- así que era cierto que Usami-sama estaba esperando un hijo – dijo analítica una de las pocas enfermeras que no estaban desilusionadas por la situación.

- que escandalo imagínate y de un hombre –

- que emoción, quiero pedirle un autógrafo de su última novela–

- creo que no captas la situación aquí -

Los cuchicheos no se hicieron esperar de parte de las enfermeras, de un momento a otro. La recepción de la parte de emergencia parecía un verdadero desastre, había un pocotón de personas hablando sobre el hombre allí, ignorando olímpicamente a quien en realidad necesitaba atención.

- necesito a una enfermera o algo – anuncio muy serio el hombre, y todas fueron a auxiliar.

Hiroki estaba a un lado, con aura muy oscura ¿Qué clase de ayuda era esa? Aunque en parte no era culpa del escritor, si normalmente no era muy bueno controlando sus emociones, ahora que tenía calambres horrendos y una persona queriendo salir de él, estaba seguro que cometería un homicidio.

Todos quedaron callados cuando un hombre había cruzado el mar de mujeres y había estampado un rápido y fuerte golpe al recién llegado en toda la cara. Akihiko se sorprendió mas por lo repentino que por lo duro del golpe, no importo siquiera que estuviera sangrando.

-¡TU! – ruge de manera muy grave a quien había reconocido como Takahiro. La aparición del que antes era una dulzura de persona dejo a emergencias en un mudo silencio. – ¡pervertido de menores! – acuso, y Usami supuso que tal vez Takahiro no se había tomado la noticia tan bien como Misaki le dijo.

- Nii-san, ya basta con esto – se escuchó al fondo del pasillo, Misaki quería alcanzar a su hermano pero la enorme pansa le impedía ir más rápido que un anciano.

- no te quiero cerca de mi… ¿¡Hiroki!? – el de lentes miro con asombro al hombre que irradiaba odio por todos lados, estaba sudado y a punto de caer al piso, si no fuera por mantenerse agarrado como mono de la barra de la recepción. De un momento a otro olvido toda la molestia, no sabía que pensar, estar allí y encontrarse después de años o que de todas las posibilidades posibles, lo que se consiguió fue que el castaño estaba en estado. – pero que…

- Kamijou sensei – se pudo escuchar la voz espantada del chico, puede que ya se hubiera graduado, pero jamás olvidaría los meses de sufrimiento que tuvo vivir con ese loco, solo para conseguir los créditos necesarios. – ¿Lo conoces?- le pregunto a su hermano.

- bueno él era muy amigo de Akihiko y por lo tanto también mío – dijo con una sonrisa, emocionado de la nada, recordando esos buenos tiempos.

Hiroki dejo de pensar solo un segundo en su dolor, dejándose caer en unas de las sillas de esperas. Estaba tratando de poder captar la situación correctamente. Después de todo no todos los días te encontrabas con el amor platónico de tu ex amor, la situación parecía tan bizarra. Además de que el chico pareciera que en algún momento lo considero su amigo, si era honesto consigo mismo el detestaba a Takahiro, porque rayaba en lo ridículo de lo denso que era y no tenía ni puta idea en el triángulo amoroso en que estaba metido. En fin, su cabeza daba tantas pero tantas vueltas que lo que soltó fue lo primero que le pasó por el momento…

-¿tu pareja era el hermano menor de Takahiro? – alzo la voz al acusador, indignado con la conclusión tan obvia. Esto parecía un drama de manga de lo risible de la situación. – Pedófilo – agrego, dejando a un lado el dolor.

- oye, oye… no estas siendo muy agradecido – dijo ofendido por ser el ahora el atacado. Sin embargo jamás perdía su serenidad, o eso quería creer. Las cosas no parecían verse mejor para el embarazado que trataba de no desmayarse donde estaba… y ahora es que Takahiro lo notaba.

- Kamijou-kun – una tercera voz entraba por la entrada, sorprendido de ver al hombre allí. Hiroki reconoció la voz al instante y las nauseas se le presentaron en la boca del estómago, de todas las personas que se pudo conseguir ese condenado día…

Sin tapujos ni pena Miyagi abrazo al castaño, sin estar consciente de la situación, solo quería consuelo, algo que siempre conseguía del castaño… y los alaridos de molestia del amargado compañero de trabajo no se hicieron esperar. Claro que la furia no se le quito para nada.

- hágame el favor y suélteme – acuso molesto Hiroki, apunto de ahorcarlo con esa ridícula corbata.

- ¿Miyagi-sensei? – reconoció el castaño más bajito, cuantas personas que conocía al profesor podían venir… esto no parecía ser una coincidencia.

- ¡oh! Él debe ser tu pareja… mucho gusto – se presentó apresuradamente Takahiro, haciendo una reverencia de forma muy respetuosa.

- ¿¡EN SERIO?! –pregunto impactado Misaki, quien estaba por perder el hilo de los sucesos. Jamás se imaginó que sus dos profesores estuvieran en una relación.

Usami soltó una sonrisa de burla… sabía que estarían por ver al temible demonio Kamijou.

Un aura bastante tenebrosa creció increíblemente rápido, varias venas salían de su frente y Miyagi se preocupó, pero por su propia seguridad. No importaba cuantos años pasara, Takahiro jamás le agradaría.

- es imposible, no y no… este acosador laboral no es mi pareja, no claro que no – negó una y otra vez hasta que los dos inocentes Takahashi, entendiera que era un horrendo mal entendido.

- ¿porque me niegas con tanta energía? – lloriqueaba el mayor de todos.

- ya cállese, que todo esto es su culpa –

Al parecer ninguno de los dos podía tener una relación normal entre sí, desafortunadamente tantas angustias y preocupaciones no le venían bien a Hiroki. Pronto el dolor se hizo más intenso y todos los presentes se volvieron a él, preocupados, sin saber qué hacer, se habían olvidado de que el hombre estaba en trabajo de parto…

- ¡Hiroki! – llamo preocupado un rubio con bata que pasaba a través de toda la gente aglomerada.

- Tsumori-san – llamo algo alarmado al doctor, por lo menos encontró a alguien que si podía ayudarlo que su condición. Aun que fue muy extraño que lo hubiese llamado por su nombre de pila, en vez de su apellido, como siempre hace.

- ¿pero qué haces aquí? – lo regaña primera mente, y Hiroki no le contesta de forma altanera porque no le es posible.

- ya rompió fuente – le dice Akihiko al doctor que parecía conocer al joven, no le importa en ese momento quien carajos es el hombre, de seguro el atendería al castaño y eso era lo primordial.

- ¡Demonios!... por qué siempre me causas problemas… - dijo más para sí mismo que con ganas de meterse con el pobre embarazado. Lo sujeto de un brazo con firmeza y le indico a una enfermera que preparara el pabellón de operaciones mientras lo sentaba en la silla de ruedas, Hiroki respiraba profundo, tratando de calmarse, mientras que Tsumori hacia todo lo que podía por hacer su trabajo lo más rápido posible, solo por el bien del ese castaño y su bebe - tome la tablilla de ingreso… - se la da al peli plata y rápidamente comienza a llamar a enfermeros y  asistentes, anestesiólogos, explicándole lo delicado de la situación. Si alguien creyó que por ser un mujeriego relajado, no sabía hacer su trabajo, estaban muy equivocados.

- espera Tsumori-san, Nowaki… -

- olvídate de eso ahora, él está en un parto algo complicado, y no podemos dejar que esa pequeña persona espere un minuto más, no les hace bien… mi prioridad es que estén bien – las palabras las dijo con tal seriedad que Hiroki no dudo en que eran sinceras. – te llevare al pabellón en estos momentos, si tienes algo que decir, será mejor que lo hagas ahora –

Hiroki asintió muy nervioso, pero acepto que no fuera su pareja quien trajera a su bebe al mundo. Miro con lágrimas brotando de sus ojos a los hombres a los que les grito hace menos de un minuto, el miedo se podía palmar en sus manos, ya que le temblaban, se sentía muy nervioso. Toda su vida había sido lanzado a muchas cosas, sin pensar después en las consecuencias, pero esa sensación de angustia era aterradora.

- todo saldrá bien Hiroki – le aseguro Akihiko, poniendo una mano en su hombro, en forma de apoyo, su amigo de infancia sujeto esa mano con algo de fuerza, expresándole el temor que cargaba. Hiroki pronunció unas palabras que solo el escritor pudo escuchar, este en respuesta asintió. Debió ser algo bueno porque a los dos le arrebato una expresión de alegría.

- ¿sabes? Mis hijos también están por nacer, así que necesitaran alguien que les lance libros y los ponga de buen humor – Kamijou sonrió con ese último comentario de su molesto jefe, sabía que el otro profesor tenía esa angustia en sima, asintió de manera que entendía todas esas retorcidas palabras de apoyo.

Tsumori sujeto al fin la manija de la silla, caminando a pasos rápidos y seguros por los pasillos, Hiroki inhalo varias veces, debía serenarse, se sujetó el vientre con miedo de perder algo importante en el trayecto. Ahora lo único que podía pensar era en que pronto vería al primer pequeño inquilino que lo había hecho incomodar por nueve meses, pero que también era la primera persona que no veía y la quería más que a nadie.

 

-.-

 

Misaki suspiro aliviado, de los nervios que le ocasiono el encuentro comenzó a sentirse algo mal… afortunadamente nada que no se pueda quitar con un descanso y una taza de té verde. Manami, muy comprensiva le dio su té bastante caliente, esperaba que con eso pasaran los dolores, pero ahora ese no era el problema, ya que parecía convertirse en la muralla que estaba entre dos hombres imponentes. Su hermano y Usagi.

El primero en romper el incómodo silencio fue el escritor.

- lo siento – escucho decir a Usagi, Takahiro que parecía muy pensativo en algo se alteró un poco al escuchar esa simple expresión, después de todo, jamás había escuchado a Akihiko disculparse por algo, no importaba si el tuviera la culpa.

Lo miro sorprendido y sonrió por lo bajo.

- no tienes nada de que disculparte, Baka – comenzó – puede que mi odio hacia ti haya sido por asombro, pero creo que jamás estaré listo para ver a Misaki como adulto, no importa que tanto insista en que se independice, de seguro terminaría por hacer que se viniera conmigo… soy demasiado sobreprotector con él – Misaki lo vio, no sabía si eran por las hormonas, pero eso le dio ganas de llorar y de molestarse, no quería seguir siendo tratado como un niño, pero lo cierto es que ya se estaba preocupando por que se estaba distanciando de su hermano, y esas palabras lo reconfortaban en el fondo. – Creo que de hecho debería agradecerte por cuidar todo este tiempo de mi hermanito, has hecho un buen trabajo, es un buen adulto… -

- no lo agradezcas, Misaki ha hecho por mi más de lo que esperaría de cualquier persona – confeso con una pequeña y ligera sonrisa, y el oji verde estaba que se moría de la vergüenza. Los colores le subieron al rostro, no sabía que esas dos personas lo quisieran tanto, las emociones lo tenían abrumado… y eso estaba por salirse por sus ojos en forma de lágrimas.

No debía llorar, es no lo hacia los hombres…

Takahiro, pensó que Akihiko en realidad había madurado por cómo había apoyado a Hiroki. Era algo que simplemente no pudo pensar que el escritor hiciera por su propia cuenta, sonrió a su hermano que estaba rojo de la vergüenza, Misaki también se veía más grande, ya no parecía alguien de quien debía estar pendiente todo el tiempo. Pero ahora estaba más tranquilo, sabiendo que ellos dos se cuidarían perfectamente entre sí.

- Misaki-kun es un muy buen chico, además de que un primito a Mahiro no le vendría mal – el de ojos violetas rio a carcajadas por las palabras de la mujer.

- uno estaría bien, pero creo que Mahiro tendrá más se un primito – comenta alegre el escritor.

Takahiro se sorprende, aguanta uno, dos tres tics nerviosos, pero entiende que debía aceptarlo, así como lo había aceptado ya. Pero es que pareciera que les gustaba jugar con su corazón a que le diera un ataque cardiaco, con noticias así a cada cinco minutos… por que no podían ser claros.    

De repente el silencio de Misaki se hizo más notorio y presente. Sus quejas constantes a la actitud altanera de Usagi no llegaron y eso hizo llamar la atención de mayor.

- Misaki – lo llamo con seriedad, con esa profunda voz que le caracterizaba, pero este en respuesta comenzó a temblar y se encogió más en sí mismo, preocupando a los demás.

- ¡Misaki! – llamo su hermano preocupado cuando este perdió el conocimiento, por fortuna Usami lo había agarrado para que no se callera.

El chico solo escuchaba su nombre ser pronunciado varias veces antes de perder la conciencia…

 

-.-

 

- aaaahhhh –

Un llanto sano hacia que todo el personal que atendían al joven paciente sonriera, Nowaki tenía entre sus grandes manos a una de las cosas más delicadas que pudo tocar jamás. Había atendido pocos partos y por eso cada vez que ayudaba a un niño a llegar a este mundo era bastante especial, y le recordaba que tenía a su propia bebe esperando por él…

- es un varón – dice con una sonrisa dándole al pequeño bebe a la enfermera, quien lo recibió para pesarlo y hacerle los exámenes requeridos. – Takatsuki-kun… - el doctor le quería decir al recién padre de que el ultimo bebe había nacido sin problemas, pero este había quedado dormido en cuanto anuncio que iba por el tercero. Pensó en salir, y avisarle a la familia, que debía estar ya preocupada…

Esa definitivamente era su parte favorita…

 

Padre y hermana se levantaron de sus sillas cuando el joven doctor al fin pasó por esas puertas. La preocupación de sus rostros era verdadera y habían pasado dos horas en eso, así que era justificada…

Miyagi se había dirigido rápidamente en cuanto el bombillo de “en uso” se había apagado, así que cuando vio la tranquila expresión del hombre le angustio más ¿acaso había pasado algo?...

- Miyagi-san… déjeme decirle que es usted padre de tres sanos niños – la sonrisa que puso Miyagi no tenía precio.

Tanto el señor Takatsuki como su hija suspiraron de alivia y alegría por la noticias. Risako siempre dudo de los sentimientos del profesor por su hermano, de hecho creyó que podía ser incluso por venganza hacia ella, pero al ver esa expresión radiante, al hombre en tristeza, ver más emociones en el en ese par de horas que en los tres años de casados que tuvieron, solo hasta ese momento supo que su ex esposo en verdad amaba a su hermano.

El hombre tenía tantas preguntas atoradas en la garganta que no sabía que decir.

- y Shinobu… - pregunto angustiad el padre una vez contento con la noticia de ser abuelo.

- también está bien, ahorita lo pasaran a su habitación, esta algo sedado, pero si quiere pasar a verlo… - Kusama no había terminado de hablar cuando el hombre ya había tomado la delantera para entrar por sus propios medios a ver a su mocoso.

Miyagi Yoh con una edad de treinta y cinco años había pasado por mucho, entonces con tener tan solo la oportunidad de ver a la persona que ama, no la desperdiciaría en lo más mínimo. No creía en dios, ni en cosas esotéricas… pero si pidió muchas veces, por su querido y molesto Shinobu, por que sus hijos nacieran bien.

Por qué en el fondo, detestaba los hospitales de sobre manera, porque su sensei murió en uno, su querida sensei, no quería perder a alguien más en ese lugar. El alma casi se le va cuando mira a Shinobu en la cama, tan tranquilo, dormido, casi que sin vida…

- shi… Shinobu – susurra y este reacciona. Esos ojos grises siempre le gustaron.

- Miyagi –

Él se acerca con una expresión de alivio a la cama y envuelve en sus brazos con mucho entusiasmo al menor.

- disculpe, pero me preguntaba si querían conocer a sus hijos –

Miyagi y Shinobu asintieron y la enfermera empujo un cunero en donde se encontraban tres bebes acurrucados y con cobijas azules. Había tres papelillos pegados en la parte baja que decía su peso, medida y apellido, solo faltaba que los nombraran.

El mayor se acercó con nervios de acero y miro a los tres bebes que estaban tranquilitos, eran tan pequeños, tan lindos, tan delicados que le dio miedo tan solo de tocarlos… las cosas más pequeñas e importantes que había tenido entre sus brazos. Decidió que le daría el honor de cargarlos a su pareja, los dejó cerca de la cama, donde Shinobu los observo muy detenidamente, con ojos cansados pero con una radiante sonrisa… estiro los brazos y cargo al más grande de todos, lo acurruco, mientras veía como en respuestas el pequeño bostezaba. Y así hasta tener a los tres en su regazo.

Ambos padres pasaron las horas observando a los niños y discutiendo entre sí en voz baja, tratando de adivinar cuál era el que se parecía más a ellos…

 

-.-

 

Doctor Kusama, se solicita en emergencia…

 

Nowaki corría de un lado a otro, lo habían llamada desde unos minutos antes de que saliera de quirófano, por eso ahora tenía que correr hacia el otro lado del hospital a atender una emergencia de la cual no sabía nada… si creyó que podía salir hoy temprano para poder ver a Hiro-san, pues estaba muy equivocado…

Para cuando llego se sorprendió cuando al llegar vio como varios enfermeros trataban de detener a un hombre, forcejeando para que se quedara tranquilo. Se preguntó qué habría pasado para que tuviera que actuar así, más no lo noto mucho al pasar corriendo al quirófano…

- ya estoy aquí – el doctor que era cardiólogo rápidamente comenzó a decirles los síntomas del paciente y por qué necesitaban a un partero-pediatra como el en esa situación.

- sufrió de hipertensión, eso causo el desmayo y el desprendimiento de placenta… el ritmo del corazón de los bebes es inestable, para normalizar al padre se deben sacar a los niños… por eso te llamamos, debemos aplicar una cesaría de emergencia – Nowaki asintió, mientras desinfectaba sus manos para ponerse a trabajar.

Pensó que tal vez era muy injusto para Hiro-san, que de seguro estaba esperando por él… suspiro listo para comenzar con la operación, mientras cortaban no pudo evitar notar cierto deyabu en el rostro del paciente, tal vez lo había visto antes, le parecía familiar. Sacudió la cabeza, no debía distraerse.

 

 

Estaba sudando, las manos le temblaban y hacia el mayor esfuerzo por no equivocarse… después de todo era una vida. Para cuando salio sonrió ampliamente, era una pequeña de tan solo escasos dos kilitos y medio, rojita y lloraba a mares por ser sacada tan abruptamente de su cómoda estancia…

- es una niña – le dijo Tsumori con una sonrisa amplia. Hiroki se la devolvió, viendo a la bebe con adoración, este se la paso con mucho cuidado.Estaba sucia y aún tenía el cordón umbilical con ella, pero para el castaño era la cosa más hermosa que haya visto, tan linda y frágil… era su preciosa niña.

Tsumori en cambio hizo todo el trabajo pesado, corto el cordón y con ayuda de los asistentes serró la herida por donde salio la bebe, todo estaba bien. Para cuando termino, estuvo a punto de decirle que debía llevarse a la niña para los exámenes rutinarios, mas no pudo mover un solo músculos.

Hiroki aferraba a su pequeña a su pecho, acariciando con devoción la tierna y regordeta carita, delineando con un dedo sus sonrosadas mejillas, la chata naricita y su escaso cabello oscuro, era un preciosidad… y en todo ese tiempo Hiroki creyó que no había nunca sonreído tanto como en ese momento.

El doctor se perdió en esa imagen entre padre e hija; trago seco y un duro golpe dio en su corazón, se había dado cuenta de lo que su horóscopo trataba de decirle. Su verdadero amor, no lo iba a encontrar en las mujeres que acosaba o tenia ocasionalmente. Eso lo que veía, era una verdadera relación de amor. Al darse cuenta estaba frustrado, él había escogido su trabajo sobre su vida personal, más su pareja había escogido rendirse antes que a él, no quiso luchar tan insistentemente como lo hacía ese testarudo profesor con Nowaki.

Se quedó viendo sin darse cuenta con mirada añorante la escena, realmente Hiroki era un hombre diferente con una sonrisa en su rostro, era más atractivo e incluso adorable, algo en lo que estaba de acuerdo con su subordinado… no pudo evitar sentir envidia por lo que tenía Nowaki, él también quería a alguien que no se rindiera a su lado, que luchara por su atención con garras y uñas… él también quería un Hiroki.

 

Continuara…                       

Notas finales:

llegado a este punto les digo que a mi tambien me gusto XD

 

espero que a ustedes tambien y nos vemos dentro de una semana, hasta luego... a y no se olviden de comentar y decirme que quieren ver en el fic. 


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