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:Nuestro Final Feliz no está cerca: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

buenas a todos y disculpen mi tardanza, me he hecho un segundo de tiempo libre para dejarles este capitulo y depende de las racciones lo continuare,

XD

Nuestro Final Feliz no está cerca

Capítulo 4: una fría y agitada tarde de otoño… parte tres

 

Usami Akihiko vio su vida y esperanzas derrumbarse en el segundo en que le dijeron que Misaki debía entrar a pabellón por su delicada situación, si le dijeron que le paso no lo escucho, se había perdido y hundido cuando el castaño paso esas puertas con la máscara de respiración.

Lucho con varios enfermeros, no quería entender, solo quería estar al lado de Misaki. Pero le negaron la entrada, y Takahiro junto a Manami trataron de convencerlo a él de que debía dejar a los médicos hacer su trabajo. El suspiro y se rindió. Ambos adultos trataban de ser fuertes, pero cuando vio que su amigo derramaba lágrimas en silencio, maldición, pensó con rabia contenido, no lo soporto más y salio de allí. Como podía pedirle que se calmara si el mismo se moría de la angustia por dentro…

Para cuando pudo estar solo en el pasillo, busco en su bolcillo la caja de cigarrillos, la sacó completa y busco uno, luego suspiro aguantando la impotencia. Verdad que Hiroki le había votado el último de ellos, pensó en salir a comprar más, pero no lo hizo, eso significaba alejarse demasiado, y si pasaba algo, quería estar allí para saberlo…

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

- el ritmo cardiaco del padre está bajando – dijo una enfermera angustiada cuando el aparato comenzó a sonar.

Nowaki estaba bajo mucha presión, no podía fallar en esto, saco al primer bebe lo más rápido que pudo y noto lo pequeña que era, algo más pequeña que los últimos bebes que ayudo a nacer, pero parecía de estándares normales…

- es una niña, es algo pequeña, pero parece estar bien – y la bebe lo confirmaba con el torrencial llanto.

Una enfermera la cargo y la acurruco en una manta, dispuesta a llevársela a ver si se encontraba bien.

- para ser prematura, está muy saludable – dice finalmente el doctor que sabía el caso del joven. Eso explicaba las contracciones irregulares y el parto a emergencia, los niños no estaban a término.

- dejo de respirar –

Eso altero a ambos doctores, el ruido de la maquina se hiso más fuerte y constante. El pánico se cundió en la sala de operaciones. Nowaki no podía perder a este paciente, no debía…

- ¡entúbenlo! … que le llegue aire a los pulmones, si deja de respirar él bebe no recibirá oxigeno – dijo apresuradamente el de cabello oscuro, el otro doctor no pudo pensar esa respuesta tan rápido, pero aun así reacciono a la orden, lo importante era no perder al paciente, no ver quién era el superior allí…

Mientras el otro doctor acataba lo pedido, Nowaki se apresuraba por encontrar al gemelo, por una razón no pudo localizar, no debía demorarse demasiado o la hemorragia por la abertura se haría seria. Cuando escucho el movimiento regular de las maquinas, que significaba que el chico había sido entubado encontró la cabeza del otro bebe, sin dudarlo lo jalo y lo saco lo más rápido que pudo de allí…las enfermeras dieron un suspiro de alivio.

Mas Nowaki sabía que las cosas no habían terminado…

- no llora – dijo preocupado. Este nuevo bebe era más pequeño que su hermana, era muy normal que en embarazos de gemelos uno de los bebes agarrara más nutrientes que el otro, sin embargo eso no era el problema, parecía que la falta de oxígeno de segundos que sufrió el pequeño lo había afectado, el mismo doctor lo puso sobre el cunero que esperaba por él, llevo su dedo al pecho y él bebe no parecía respirar, trato de estimular la respiración, presionando el pequeño tórax con ligueros golpes de presión, mas no respondía… - vamos respira… respira – no debía perder a un bebe, no a un bebe. Dio una palmada firme y fuerte a la espaldita del menor…

Eso fue suficiente para que el niño reaccionara en un gran llanto, sus pulmones estaban bien, solo fue que no reacciono a tiempo. Nowaki dio un suspiro de alivio y le dio al niño a la enfermera, ella sonrió, ahora el niño no dejaba de llorar…

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

Shinobu estaba en silencio en su habitación, con ambos padres ahora frente a él, Miyagi estaba a su lado, pudo sentir como el mayor le daba la mano. La madre de Shinobu parecía ignorar el tenso ambiente para ponerle toda su atención a uno de sus nietos que tenía en brazos…

- ¿Quién es él bebe más guapo de todos? – Decía con voz melosa y anillada a un pequeño e inocente bebe… - pues tú, si claro que tú – Shinobu estaba que rodaba los ojos, su madre había acaparado toda la atención de sus hijos. Por eso es que no le gustaba decirle las cosas a ella, se las tomaba muy en serio. Ahora no le dejaría tiempo con sus hijos, y eso que tenía tres y la vieja no soltaba a ninguno.

- madre podría… -

- no – le dijo tajante la mujer mientras abrazaba a su nieto con posesión, como si se lo fuesen a quitar de repente. – Miyagi-kun y yo nos encargaremos de ellos, tú debes hablar con tu padre –

Shinobu estaba por contestarle de mala manera cuando una fuerte mirada lo fulmina, él no se intimida y le responde con la misma moneda. Pero el señor Takatsuki y Miyagi sentían la presión en el ambiente, el profesor entendió de donde saco Shinobu su testarudez…

- disculpe, vengo a llevarme a los bebes, es hora de su comida – la enfermera que estaba feliz de la vida con su trabajo se paralizo al ver la escena. Con miedo arrastro el cunero donde estaban los dos niños restantes, siendo seguida por las miradas de un frustrado Shinobu…

- vamos Miyagi-kun, de seguro los llevaran con los demás bebes, quiero tomarles fotos a esas monadas… vamos Miyagi-kun que esto lo montare en el perfil, tu madre tiene que ver a sus nietos también – la mujer había cambiado de actitud de manera tajante, mientras le pasaba él bebe que tenía en brazos al padre y lo sacaba de la sala. El profesor le trataba de explicar que no era necesario matar a su madre, que él se encargaría de decírselo personalmente.

En eso padre e hijo se quedaron completamente solos, sabía que tendría que hablar con él y explicarle muchas cosas, de solo pensarlo le dolía la cabeza, suspiro resignado… ahora solo quedaba aguantarse el sermón.

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

Abrió los ojos con pesar, miro a un lado y vio lo blanco de la habitación, por alguna razón no podía recordar que hacia allí, ni tampoco lo que estaba haciendo antes de eso.

- Usagi-san – fue la primera palabra que salio del joven de veintitrés años, lo que causo una riza conocida… miro con esfuerzo más allá de su cama y vio a su hermano sentado y a un Mahiro muy preocupado.

- mi-chan – soltó con aguas en los ojos, se lanzó a abrazarlo, cosa que le provocó un poco de incomodidad…

- cuidado Mahiro, Misaki no se siente muy bien –

Takahiro sabía que su hermano quería preguntarle que le pasaba y por qué se encontraba en una habitación del hospital. Este suspiro, sintiéndose culpable y hablo con mesura…

- tuviste una recaída, por el estrés, lo siento, te altere así sin necesidad –

Pueden que sus palabras le hayan parecido muy impactantes al principio y poco a poco comenzaba a atar cabos, pero aun sentía que algo le faltaba, se tocó el vientre y con mucha impresión lo sintió de nuevo plano, se sentó y sintió el dolor de la herida de la cesárea, eso hizo que su hermano lo volviera a poner en la cama con paciencia…

- nii-chan, los bebes… - pregunto con mucho asombro, si no estaban en el donde entonces…

Takahiro lo miro entonces muy serio y con algo de preocupación que no podía ocultar, el castaño temió lo peor.

- ellos están –

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

Nowaki por fin pudo dar un descanso en la habitación donde estaban sus cosas y los médicos tomaban un break, se sirvió una taza de café bien caliente y respiro muy profundo, los últimos bebes tuvieron que ponerse en incubadoras por lo prematuros que fueron, sin embargo no creía que fuera necesario muchos días de recuperación, ambos estaban muy sanos, aunque no despegaría su atención del menor… puede que el pequeño haya pasado por una situación que pueda dejar secuelas en su salud.

Dejo que su alto cuerpo se estampara con el único mueble de la habitación, con algo de cansancio, sintió como el cansancio lo invadió rápidamente y el café lo que hacía era que la idea de una corta y reparadora siesta fuera más atractiva. Sintió los parpados más pesados y estaba a punto de caer en el sueño, pero no pudo por alguien que paso de manera estrepitosa a la sala.

- ¡oh! Estabas aquí, será mejor que vayas a recepción, hay una pequeña circunstancia que tienes que atender – le dijo muy feliz uno de sus compañeros de trabajos, sus ojos miraron al hombre con pesadez, sin entender por qué parecía que estuviera por darle una muy buena noticia, pero se estuviera aguantando…

Si Nowaki no hubiese estado tan cansado, le hubiese parecido muy extraño el murmullo de las enfermeras mientras pasaba por los pasillos, todos parecían saber algo que el ignoraba por completo y casi por automático era que se movía. Dio una sonrisa forzada, para ocultar el desagrado de haber sido levantado de su mísero tiempo de descanso.

Y no reacciono, hasta cuando vio algo verdaderamente raro e inusual…

Era Tsumori, ese imbécil que debió estar en su lugar, para que pudiera descansar un par de minutos, estaba pasando por frente su nariz con cosas rosa pastel, globos y una radiante y reparadora sonrisa. Suspiro con nostalgia de recordar esos días en que él era el que tenía tal sonrisa, aquellos lejanos días en que él podía ver a la persona que le causaba esa sonrisa. Era muy joven, mas no era idiota, así que cuando su sempai lo vio, noto como ocultaba el vistoso regalo tras su espalda. Le pareció extremadamente sospechoso que alguien como Tsumori-sempai le quisiera ocultar algo, así que lo miro con sus ojos analíticos, lo que hizo que la sonrisa del rubio se volviera más forzada.

- ¿Qué hace con eso? – pregunto lo más cortes que podía, pero era inevitable que sus ojeras lo hicieran ver algo intimidante.

- jejeje… - no sabía que decir, había comprado todas esas cosas por simple impulso, o una excusa para ir a visitarlo, pero nunca espero que lo encontraran con las manos en la masa – veras, nos llegó un pequeño regalo al hospital – comenzó, pensando de alguna manera a como darle larga a eso.

- venga Nowaki-kun – una enfermera los interrumpió y prácticamente arrastro al moreno por los pasillos, Tsumori lo siguió, pero el más alto no dejaba su terquedad con esas cosas que cargaba…

- algo está tramando – aseguro mientras dejaba que la enfermera lo arrastrara, sin dejar de mirar con un aura acusadora al mayor.

- son cosas tuyas –

- es peligroso, lo conozco –

- ya te dije que son cosas tuyas – insistía a punto de hartarse.

 

Hiroki había dormido bien los cinco minutos en que su mente lo dejo, no se sentía cansado, pero si adolorido. Las enfermeras que trabajaban con Nowaki y algunos doctores lo felicitaban y prometieron traerle a su pareja lo más pronto posible, pero por primera vez en mucho tiempo no le importaba que se tardara en verlo, ya que otra persona le reclamaba la atención.

Muy pocas veces tenía el placer de ver al chico alto con sorpresa, siempre andaba como él decía con cara de idiota. Por eso cuando paso por la puerta le hizo reír la cara de estupefacción que emano del joven.

Nowaki escucho la felicitaciones por parte de su sempai y la enfermera, pero no podía despegar su mirada de Hiroki, quien lo esperaba en la cama con un bultito envuelto en mantas rozadas, y sonrió… sonrió tanto que su boca no podía abarcar todo el espacio que necesitaba para expresarse.

- Nowaki, tu, pequeño bastardo, no… Nowaki – Hiroki quería regañarlo de primera mano, después de todo su relación solía ser así. Pero las lágrimas que salían de sus ojos eran tan sinceras que no pudo decir más nada, no es que tuviera un gusto por lastimarlo, y siempre solía meter la pata… por eso trago saliva nervioso al ver al chico tan feliz.

Camino lentamente hacia el mayor en la cama, creía que cualquier cosa que hiciera podría despertar a la pequeña cosita que esperaba por su padre.

- es una niña – dijo lo obvio en cuanto pudo ver su carita, era igual a él. Definitivamente la cosa más linda que pudiera ver.

Si eran honesto, ninguno de los dos quería saber el sexo del bebe, sin embargo tuvieron muchas conversaciones al respecto, Nowaki quería que fuera niña y Hiro-san no le importaba. Aun que le insinuó sobre nombres de varones muchas veces… se acercó al mayor y sujeto a la bebe cuando este se la ofreció. Era frágil y pequeña, era realmente hermosa, sostuvo en sus manos muchos bebes ese día, pero definitivamente era su pequeña la que no podía dejar de admirar.

- compre esto, para celebrarlo, así que aquí esta – el sempai, no parecía nada feliz, más bien parecía frustrado. Dejo las cosas, dedicándole una sonrisa cálida a la familia, pero antes de poder salir escucho las palabras de Hiroki.

- muchas gracias, Tsumori-san –

El rubio volteo a mirarlo y le sonrió con naturalidad.

- no fue nada, no hay nada que no haría por Nowaki-kun… y ahora por esta lindura – los abrazo con su típica forma de ser, mientras tocaba la punta de la nariz de la bebe, quien estornudo en respuesta. – felicidades, definitivamente soy sensacional… jajaja  – la risa era fuerte y estruendosa, algo que hizo a la recién llegada hacer pucheros.

A Hiroki ya le estaba saliendo su típica vena en la frente, tenía que admitir que a pesar de lo diligente que era el hombre, había actitudes que le sacaban la piedra. Como esa de creerse un dios, por alguna razón le recordaba a cierto profesor y a un escritor atorrante…

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

Usagi no se había movido de allí durante las horas de inconciencia que tuvo Misaki, cuando el doctor les dijo que él se encontraba en perfectas condiciones volvió en sí, y parecía que su vida se arreglaba de nuevo, pero luego le dijeron que sus hijos estaban en una incubadora por ser prematuros. Se sintió culpable, porque en ese momento no le importo nada más que Misaki, y ahora que él estaba bien, se sentía fatal porque sus hijos permanecieran allí… los podía ver tras el cristal, eran muy pequeños, incluso más que los demás bebes. Sus ojos purpuras se posaron en esos dos bebes que no dejaban de moverse bajo las mantas, estaban despiertos. Vio que habían sacado en sus escasa cabellera su tono, plateados y sus ojos eran aún más lindos, verdes, como el césped, como los ojos del hombre que amaba.

- Usagi-san – reconoció la voz, sintió su abrazo que le daba fuerzas y sonrió a pesar de que se sentía fatal. Solo él podía hacer eso. – debemos entrar a verlos –

Akihiko se volteo a mirarlo, más que sorprendido se preguntaba si por alguna razón no se sentía molesto con él, por no estar cuando despertó.

- Misaki, lo siento – le dijo, el menor sabía que esa disculpa implicaba muchas cosas que ahora no tenían la menor importancia.

- déjalo, quiero verlos, después de todo, ahora tienes que ser responsable por los niños – comenta de alguna forma está feliz. Usagi lo miro, sabía que quería hacerlo sentir mejor, asintió, le seguiría el ritmo, solo por ser Misaki. – ahora hay muchas cosas que pensar, como en su habitación, vinieron muy pronto… nada está listo. Eso me recuerda, te deshiciste del exceso de las cosas como te dije ¿no? –

La enfermera los había dejado pasar, viendo a los bebes más de cerca, Akihiko había dejado hablar a Misaki, sin prestarle atención a lo que decía por primera vez. Eran bastante pequeños, y aun que jamás le hubiesen gustado los niños, un amor entro en su corazón en cuando los vio. Bien era cierto que era muy sensible y no le gustaba enfrentar la vida real, pero ahora su vida real era mucho mejor.

- Misaki –

- y habrá para asegurar esa casa, te dije que lo hicieras esta semana, las escaleras, el balcón y no puedo dejar de mencionar las anguilas y los erizos de mar, no quiero tener que repetirte que… - un beso al fin lo cayo. Cosa que puso roja hasta las orejas al joven y sonreír al escritor.

- hare todo lo que quieras, porque tú me diste todo lo que yo necesitaba – Misaki se sonrojo como tomate ante eso, ya no pudo decir más nada. Como odiaba que el escritor podría dejarlo sin palabras.

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

Dos días después…     

-aaaahhhh – Hiroki no sabía qué hacer, estaba recogiendo sus cosas porque ya le habían dado de alta al fin del hospital, pero no podía arreglar nada porque su querida y linda adoración no dejaba de llorar. No era hambre de eso estaba seguro, no era sueño, porque acababa de tomar su larga siesta y definitivamente no era su pañal… ¿entonces por qué tenía tantas ganas de romperle los tímpanos?

- Hiro-san ¿estás listo?... – Nowaki se encogió en si cuando el castaño lo fulmino con la mirada de demonio, su humor no estaba muy bueno en esos momentos.

- pero que escandalo… como se nota que es tu hija Hiroki – la voz del escritor los sorprendió a los dos. Desde la puerta pudieron ver como el mayor era regañado por un chico más bajo, Nowaki sonrió, bien podía sentirse de vez en cuando amenazado por la presencia del primer amor de su pareja, pero los hecho que ocurrieron hace tan solo unos días, hicieron que de alguna forma todo estuviese en paz.

- ya deja de ser así, Usagi-san – le dijo bastante molesto el menor, mientras le entregaba al más cercano de ellos un obsequio – es de parte de mi nii-chan, espera que les agrade y que en algún momento se hagan tiempo para almorzar o algo así –

Hiroki le dio a la bebe a Nowaki y recibió el regalo de la manera más cortes que pudo, sabía quién era ese joven, le dio lecciones extras hace menos de un año y era la razón en que algunas oportunidades llegaba tarde a su casa. Aunque en el mayor no existía ningún tipo de rencor o algo por el estilo sabía que el chico le temía, lo podía ver en esa sonrisa temblorosa y sus manos sudadas. Fue cuando todos, menos Nowaki, notaron el cambio radical.

La niña que no dejaba de llorar como magdalena había parado en un santiamén en cuanto estuvo en los brazos de su padre. Hiroki afilo sus ojos, como si hubiese descubierto algo que le traerá problemas en un futuro cercano.

- definitivamente el nombre que le diste le queda bien – comento Misaki con una sonrisa. Sin embargo Usagi quería estar completamente seguro… sujeto a la bebe con mucho cuidado y con tediosa tranquilidad y expresión neutra acerco a la bebe al castaño, luego al más alto, simultáneamente.

Cuando la bebe estuvo cerca de Hiroki comenzaba a gimotear, amenazando con un llanto más fuerte que el primero, para cuando la acercaron a Nowaki esta dejo de llorar instantáneamente. Usagi lo hizo varias veces para comprobar que no era ninguna coincidencia, una y otra vez, teniendo el mismo resultado, haciendo que el castaño mayor allí, se molestara.

- bueno suficiente – dijo Hiroki para quitarle a su hija al escritor, entendía el punto perfectamente.

- y ustedes también se irán – pregunto Nowaki, notando hasta ese momento las maletas del castaño menor.

- hay muchas cosas que hacer para cuando lleguen los bebes, así que me pondré manos a la obra – decía bastante animado, sabía que debía ser difícil para que chico irse del hospital sin sus hijos, lo bueno es que se veía bastante optimista.

- definitivamente eres de admirar niño – comento Hiroki. Misaki se extrañó por el comentario, mas no le dio mucha importancia, después de todos era lo mejor que ese profesor le había dicho.

 

- Kamijou-kun, querido – el mencionado gruño por lo bajo, solo quería irse a su casa, que acaso era muy difícil eso.

- profesor, suélteme o lo acusare con el director, sé que se encuentra por aquí – y como si fuese algo automático Miyagi soltó el abrazo.

El mayor miro a la bebe que seguía con mirada inconforma en los brazos de su castaño padre, y a Miyagi le parecía gracioso como miraba con el ceño levemente fruncido, este con cuidado puso un dedo en la pequeña frente, haciéndole lo mismo que hacía con su ayudante de profesor.

- se parece mucho a ti, incluso pone la misma carita de molestia –

- eso lo hace porque usted la molesta – le dice de forma protectora hacia su pequeña, sin embargo no puede dejar de pensar que el hombre puede que tenga razón.

- Miyagi, ¿pero qué haces? Aún falta las cosas de los niños y tú estas allí sin hacer nada – regaña el rubio de ojos grises, bastante inconforme con la situación con quien llego a encontrar a Miyagi, trataba de pasarlo por alto, pero ese tipo jamás le agradaría.

Hiroki miro la escena con algo de aburrimiento, de verdad quería irse. Miyagi ante la molestia de Shinobu estaba entre la espalda y la pared.

- oh, pero mira, si es Kamijou-kun - se escuchó la vos del director del departamento de literatura, saludando muy familiarmente al castaño. – pero que linda niña, al parecer tu hija y mis nietos nacieron el mismo día, pero que coincidencia  – dijo bastante divertido. Fue allí que pudo ver allí tres sillas de bebes, uno los llevaba el hombre mayor, los otros dos la señora que estaba seguro, era la madre del chico Shinobu.

- qué bueno, sabían que mis hijos serian amiguitos de tu hija – decía con una sonrisa el profesor de universidad, y a Hiroki no le gusto, solo esperaba que esos niños fueran más normales que su tétrico padre.

 

Continuara…

Notas finales:

dejen comentarios, asi sabre que les parecio y si debo continuar la historia. espero que les hayan gustado este capitulo y nos leemos despues XD


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