Capitulo 3.- Modelaje
Se encontraba recostado en su cama pensando en que es lo que había sucedido hace algunas horas, se preguntaba cómo es que desde que aquella persona se fue no haya dejado de pensar en el.
Nowaki se puso de pie y fue directo a la cocina por un vaso de agua, tomó un vaso de cristal y se sirvió inmediatamente, cuando bebió todo el contenido no pudo evitar soltar una sonrisa al recordar lo que sucedió unas horas atrás.
Flashback
Besaba sus labios con gran deseo, no sabía porque lo hacía, se había dicho a si mismo que jamás se dejaría llevar pos sus sentimientos y ahora en un simple impulso, dado por el deseo, probaba esa deliciosa boca; cuando el beso terminó Nowaki le sonrió al castaño haciendo que reaccionara.
- GRANDISIMO IDIOTA! SE PUEDE SABER QUE DEMONIOS ESTAS HACIENDO?- gritó Hiroki completamente enojado
- Vamos pequeña ratita, lo disfrutaste –dijo con altanería el ojiazul
- DISFRUTAR, NADA! TRAEME LOS PLANOS EN ESTE MISMO INSTANTE SI NO QUIERES QUE TE PARTA LA CABEZA! –ordenó completamente furioso el castaño
Nowaki sonrió y sin decir nada entró a su habitación y tomo un rollo donde yacían los planos, salió nuevamente y pudo ver como el ojimiel le veía con furia y su ceño fruncido lo demostraba, le dedico una sonrisa coqueta y le dio un poco de gracia ver como el castaño evadía su mirada y su rostro se había sonrojado.
- Aquí tienes –dijo Nowaki entregándole los planos, Hiroki los tomó y se dirigió hacia la puerta, el peliazul le siguió y justo antes de que el castaño saliera le dijo muy suave en su oído –adiós, te veré luego
Fin flashback
Sonrió al recordar como el castaño se había tensado ante sus palabras, lo que no lograba entender era el hecho de que no podía dejar de pensar en el tremendo grito que le dio y al pasar por un espejo sonrió con alegría al ver el golpe en su frente.
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Pero Nowaki no era el único que tenía algo, o mejor dicho a alguien en la mente, Miyagi estaba en su oficina firmando revisando la propuesta para la nueva campaña o eso trataba pues desde que había finalizado su entrevista con el nuevo fotógrafo no había podido sacarlo de su mente.
Shinobu había sido aceptado, convenció a Takahiro de ser un buen fotógrafo al mostrar alguno de sus trabajos, por otro lado a Miyagi le daba curiosidad ese joven… desde que le había visto algo en él llamaba su atención y el también había aceptado al joven de ojos grises como el nuevo fotógrafo y en verdad esperaba que durara lo suficiente como para poder conocerlo.
Suspiró con cansancio, debía ir con Akihiko a darle las propuestas y hablar sobre la empresa que quería aliarse a ellos, dejo escapar un suspiro mas pensando en el joven de ojos grises y salió del lugar y se encaminó a la oficina de su amigo y socio.
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Se encontraban en la oficina del presidente tres hombres, Akihiko, Misaki y Shinobu quien había sido llevado a la fuerza por el ojiverde para que conociera a su amado conejo.
- Usagi-san el es Takatsuki Shinobu –dijo el ojiverde señalando al menor, después se fijo en su amigo y señaló a su novio diciendo –Shinobu el es, Usami Akihiko
- Un placer, me dijo Misaki que eres fotógrafo –comentó con gentileza el mayor
- Así es Usami-san, a partir de hoy trabajo para corporaciones Usami –respondió con respeto el ojigris
- Usagi-san yo me tengo que ir, tengo entrenamiento hoy –dijo Misaki con un ligero puchero
- Está bien, ve con cuidado, te veré el sábado –respondió el mayor
- Shinobu me esperas afuera? –pidió con gentileza el ojiverde, el rubio entendió y salió del lugar
Misaki sonrió al ver a su amigo salir y al ver la puerta cerrarse se alzó de puntitas y rodeando el cuello de su novio le dio un suave y delicado beso que el mayor no tardó en responder.
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Iba llegando a la oficina de su amigo, se disponía a entrar cuando vio salir al nuevo empleado, le siguió con la mirada, veía como el rubio se había sentado en un sofá del lugar, le dio curiosidad saber que esperaba y dejándose guiar por sus pies llegó justo donde el rubio de ojos grises.
- Me dijeron que eres amigo de Misaki –fue lo dijo el pelinegro tratando de iniciar una conversación
- Así es, somos amigos desde hace dos años –respondió el menor con un ligero sonrojo en sus mejillas
- Y como lo conociste? –preguntó Miyagi, de pronto se encontró con no querer dejar de charlar con el
- La verdad no lo recuerdo muy bien –contestó el ojigris con algo de decepción al no recordar cómo fue que conoció a su amigo, claro omitiendo la parte del castigo pues no recordaba la razón
- Ya veo…- Miyagi no sabía más que decir, pero quería seguir escuchándole, como si de un flash se tratase recordó la razón del que joven estuviera ahí y prosiguió – desde cuando te gusta la fotografía
- Desde que era niño, mi hermana es modelo y antes ella me permitía practicar tomándole fotos a ella –dijo el menor sin saber el porqué le había contado aquello
- Y que es exactamente lo que deseas hacer? Tomarás a modelos o tienes algún sueño en especial? –preguntó el mayor tratando de descubrir algo del pequeño ojigris
- Bueno yo…
- Shinobu –llamaron al rubio, este dirigió su vista hacia la voz viendo así a su amigo, se puso de pie y se dirigió con el castaño seguido de Miyagi
- Listo? –preguntó el rubio a su amigo
- Si –respondió con una sonrisa y acto seguido notó la presencia del pelinegro –Miyagi-san, se dirige con Usagi-san?
- Si, debe firmar algunos papeles, tu vas a tu entrenamiento? –cuestionó el mayor recordando los entrenamientos del castaño
- Así es, ahora mismo me dirijo hacia allá –contestó Misaki con una sonrisa y después dijo –nos tenemos que ir, lo veré el sábado –Misaki se despidió agitando la mano y comenzó a caminar directo al ascensor, Shinobu le iba a seguir cuando le dijeron
- Te veré el lunes –Shinobu volteo hacia el vicepresidente y con una sonrisa y el sonrojo en sus mejillas asintió con la cabeza diciendo que así seria
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A vista de los demás era alguien egoísta, egocéntrico, engreído, vanidoso y sin sentimientos, pero él le conocía, él sabía que su verdadero ser no era ese, aun si le dolía el sentirlo tan cerca pero a la vez tan lejos, le conocía y sabia que él era un ser dulce y amoroso, fuerte pero frágil a la vez.
Kaoru estaba en su oficina pensado en su representado y amor platónico, le había llamado hace unos minutos diciéndole sobre su nuevo fotógrafo, mas no podía evitar pensar en el hecho de que el joven ojipurpura solo era el modelo al que representaba. Suspiró con cansancio y comenzó a revisar las próximas sesiones que tenía el castaño y sin darse cuenta alguien había entrado en su oficina.
Ryuuchiro entró a la oficina de su representante, sonrió al verlo tan ensimismado con su trabajo, un dejo de tristeza se dibujo en sus ojos al recordar que él no le veía con los mismos ojos, que el amor que le tenía debía quedarse guardado en su interior, suspiró, una parte de él le día que lo dejara, que apartara esos sentimientos, pero otra parte le decía que se arriesgara, que lo intentara, nada perdía que no intentarlo… esa parte era la más fuerte y decidido caminó hasta el castaño y se acercó a él, pasó sus brazos alrededor del cuello del mayor y posó sus labios en la mejilla de su amor. Lo escuchó suspirar con fastidio sabía lo que le diría y decidió adelantársele:
- No estoy jugando, yo en verdad…
Sus palabras se cortaron al sentirse alado del brazo, cuando se dio cuenta estaba en el regazo del mayor y sentía los labios de este sobre los suyos, no dudó en responder pues era algo que anhelaba, el besó duró lo que el aire les permitió, una vez separado, Kaoru le dijo:
- Ya no lo resisto, estoy en mi límite
Una vez dicho esto volvió a besar los labios del menor, ya estaba cansado de resistirse al cuerpo que se movía con gracia ante sus ojos, porque no intentarlo?... que tan malo podría ser?
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Ya había llegado nuevamente a la empresa y ahora mismo estaba en su oficina revisando los planos, estaba molesto pero aun así debía admitir que era un buen diseño y fiable para todo lo que guardaban sus almacenes, pero eso no le quitaba el enojo.
- Idiota como se atreve a besarme! –dijo con furia el castaño
Lo peor era que no podía quitarse de la cabeza al, según él, idiota de cabellos azules que había osado besarle sin inmutarse.
- Hiroki –llamaron, el mencionado dirigió la vista hacia la puerta
- Pasa, Takahiro –dijo el castaño con tranquilidad
- Me dijeron que ya tienes los planos
- Así es
- Dime cuantos obreros necesitarás para la construcción, después de todo tu serás quien tenga contacto directo con el arquitecto
- Porque debo ser yo? –cuestionó el ojimiel olvidando por un momento sus deberes
- Que preguntas Hiroki! Tu siempre eres el que tiene contacto directo con lo que harán negocios con nosotros bueno al menos de este tipo de casos –dijo el peliazul
- Si lo recuerdo, en fin –Hiroki soltó un suspiro y acto seguido dijo del modo más profesional –supongo que tendré que hablar con el arquitecto y preguntarle de cuantos empleados quiere disponer
- Bien cuando tengas la respuesta me dices, por cierto Akihiko está hablando con Miyagi ahora , probablemente haga algunas llamada para que aceleren el ritmo del permiso
- Eso sería lo ideal
Una vez que Takahiro se marchó el castaño continuò con su trabajo, suspiró con algo de cansancio, le gustara o no desde ahora tendría que ver muy seguido al mastodonte con músculos, como él lo llamaba.
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Se dirigían camino al apartamento del menor, tenían una plática amena, ella le contaba sus viajes en ese último año y le decía sobre los nuevos proyectos que tenía la empresa, llegaron al edificio y una vez dentro del hogar el menor dijo:
- Naoko-san siéntase como en casa, yo iré a llevar su equipaje a la habitación de huéspedes – Shizuku caminó por un pasillo y entró en una habitación seguido de la mujer.
Ijuuin Naoko, viuda, su esposo murió años atrás por causa de una enfermedad, desde entonces viaja a través del mundo recorriendo cada palmo, lo que no le había dicho a nadie es que buscaba su lugar de reposo, ese eran un secreto para ella. Su cabello negro entrecano, largo hasta su cintura y sus ojos grises, al igual que su linda sonrisa y las pequeñas arrugas que se formaban en sus ojos y labios le hacían lucir adorable.
- Gracias Ishi-kun, seguramente por haberme aceptado en tu casa Kyo se ha molestado contigo –dijo la madre con algo de tristeza
- No Naoko-san, el está ahora en la oficina pero dijo que vendría esta noche a cenar con nosotros –respondió con una sonrisa su yerno
- De verdad? –dijo con ilusión la mujer
- Así es
- Me alegro, es solo que desde que su padre murió el se alejó de su familia y siento que me evade –confesó la mujer con tristeza
- No creo que sea eso señora, estos últimos años corporaciones Usami ha crecido y por la tanto el trabajo de las cabeza principales ha aumentado –respondió con una sonrisa el menor tratando de calmar a su suegra
- Gracias Ishi –dijo la mujer con una sonrisa, acarició la mejilla del menor fraternalmente y prosiguió –mi hijo es muy afortunado al tenerte a ti como su futuro esposo –dejó escapar una pequeña lágrima que el menor no dudó en limpiar y tratando de sacar el ambiente de tristeza le dijo con una sonrisa:
- Me ayudaría a preparar la cena? Estoy seguro que a Kyo le encantará
- Sería buena idea
Ishi se dirigió a la cocina seguido de Naoko y con una sonrisa cómplice comenzaron con la preparación de la comida.
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Estaban de camino al gimnasio cuando Shinobu recordó algo, el no lo consideraba tan importante o al menos no antes pero ahora le carcomía la memoria tratando de recordar, mas a su mente no llegaba nada por lo que decidió preguntar a su amigo.
- Oye Misaki tu recuerdas como nos conocimos?
- Si, fue en la escuela nos enviaron a la sala de castigo –respondió el ojiverde con una sonrisa
- Eso si lo sé, pero me refiero a porque nos castigaron… no lo recuerdo –confesó un poco apenado el ojigris
- …- Misaki le sonrió y eso hizo que el rubio sonriera también, después el ojiverde respondió -claro que lo recuerdo, jamás me habían castigado, recuerdo a la perfección ese día
- Me refrescarías le memoria? – preguntó con algo de gracia el menor
- No, recuérdalo por ti mismo –dicho esto Misaki se puso de pie y dijo –aquí me bajo te veré el… -el mayor se detuvo a pensar y de pronto le cruzó una idea por la cabeza –te gustaría venir el sábado a una boda conmigo?
- Una boda?
- Si, Kyo-san se casará y los miembros más importantes de la empresa estarán en ella –dijo con una sonrisa el ojiverde
- Misaki que voy a hacer yo en una boda en la que no conozco a nadie –dijo con lago de obviedad el menor
- Pues para empezar si conocerás gente, nii-chan y Risako irán, también estaremos Usagi-san y yo, de los que conoces estará Miyagi-san –con esto último el menor dibujo una ligera sonrisa no escuchó todo lo que dijo Misaki, solo sus últimas palabras de la oración – también te serviría para conocer a Isaka-san, así sabrías desde ahora con quien trabajarás
- No habría problema si voy? –preguntó el menor
- No
- Está bien
- Bueno ahora si me voy, hemos llegado a mi estación, mañana te envío un mensaje con la dirección – Misaki se despidió con una sonrisa que el ojigris respondió y salió del vagón para ir a su entrenamiento
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Ya estaba caída la noche cuando se disponía a salir, hace un par de horas había recibido la llamada de un amigo a quien hace mucho no veía y acordaron salir esa noche. Se había terminado de arreglar su cabello cuando el timbre de la puerta sonó. Se vio una última vez en el espejo y se dirigió a la entrada, Nowaki vestía una camisa azul rey cuello en V, pantalones rectos en el mismo color, sus tenis unos Vans, negros al igual que la chaqueta.
- Hola cuanto tiempo sin verte –saludó con una sonrisa el ojiazul
- Lo mismo digo
El hombre le saludo con una sonrisa y un fraternal abrazo, sus Converse negros iban perfectos con el pantalón blanco que vestía, este ultimo hacia juego con una camisa de vestir negra, que cubría perfectamente sus músculos, su estatura era grande mas no tanto como la del peliazul, su sonrisa sínica brilla y con ella hacia caer a cualquiera y sus ojos color miel contrastaban perfecto con sus rubios cabellos.
- Listo para irnos? –preguntó el rubio con una sonrisa
- Por supuesto, de hecho hay algo que me gustaría contarte, Tsumori
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Ya habían llegado al bar cuando Nowaki terminaba de contarle a su amigo lo sucedido esa tarde con la pequeña ratita, como él lo llamaba, el mayor sonrió un poco la verle hablar de esa forma pues él sabía que no había ser humano que se le resistiera.
- Supongo que me cuentas esto porque la pequeña rata te rechazó –dijo el rubio a la vez que bebía un trago
- El no me rechazó, solo me arrojó un libro y me dijo idiota cuando lo besé –dijo con molestia el peliazul y acto seguido el también bebía de su whisky
- Nowaki a eso se le llama rechazo tienes que aceptarlo, por cierto como se llama pues dudo mucho que se llame “pequeña rata”- dijo con algo de burla el ojimiel al ver las muecas de molestia de su amigo
- Pues según me dijo mi hermano, Kamijou Hiroki y ya te dije que él no me rechazó –dijo con molestia el ojiazul
- Pues por lo que me cuentas el tal Kamijou si que te rechazó
- Que no! Es más te puedo asegurar que en menos de lo que te imaginas termina enamorado de mi
- Lo volverás a ver?
- Si, Miyagi dice que él es el que se encarga de ese tipo de asuntos con la empresa y yo voy a tratar todo lo de la construcción con el –respondió con simpleza el peliazul
- Mmm si lo volverás a ver, entonces demuéstrame que no te rechazo y que tal y como tú dices el caerá ante ti –dijo a modo de reto el rubio
- Quieres apostar? –preguntó el menor con una sonrisa
- Lo de siempre?
- Ok, entonces por las reglas –dijo con tranquilidad el peliazul
- Bien, tienes mmm… tres mese para enamorarlo y llevarlo a la cama, usa el método que quieras me da igual, pero no puedes decirle nada de la apuesta y mucho menos de mi existencia
- Tres meses? –preguntó con burla el menor –es más del tiempo que necesito
- Bueno el día de hoy es 29/01 el 29/04 llegas a la fecha límite, aceptas? –dijo con una sonrisa que demostraba pura diversión el mayor a la vez que alzaba su mano a modo de saludo buscando sellar el trato
- …- el menor tomo la mano del rubio y la estrechó a la vez que le sonreía diciendo –es una apuesta