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EL REY DE ALTA MAR por DinahKamijou

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Notas del capitulo:

Gracias a todas por sus reviews. Aqui la conti..

CAPITULO 7 : DULCE KARMA…

 

 

 

Las esperanzas habían logrado renacer en la deteriorada tripulación, ahora que sabían que la capitana Aikawa se encontraba justamente en aquel barco y a eso le sumaban las llaves que tenían en su poder las posibilidades de salir de ahí eran bastante grandes.

 

El destino parecía haber cambiado, pareciese que el karma por fin se compadecía de ellos y deseaba hacerles un regalo.

 

En cubierta Fuyuhiko invitó a hablar a la capitana a solas, por lo que ambos se dirigieron a proa a conversar. Las tripulaciones no se llevaban muy bien que se pueda decir, pues un ambiente bastante pesado crecía cada segundo. Ambos bandos parecían querer matarse ahí mismo, lo único que los detenía era las ordenes de sus capitanes, pues de ser por ellos la sangre correría por entre los maderos…

 

Hiyori caminaba por la cubierta, podía observar desde el que era ahora su hogar (la embarcación de Aikawa) el barco vecino, como la pequeña que era, su curiosidad por investigar era bastante grande además, ahora tenía la oportunidad de ser una pirata como los de las historias que contaba su madre. Su madre, decidió sacudir sus pensamientos para no entristecer. Con toda la paciencia que pudo reunir cruzó a la embarcación vecina, los otros se habían dispersado y ahora cubierta se encontraba sola, divisó las escaleras que daban a la bodega y su curiosidad por saber que había en aquel lugar fue bastante grande, tanto que tuvo la necesidad de bajar a ver que aventuras podía descubrir. Sin ser vista por nadie, la pequeña niña bajo escalón a escalón.

 

El ruido de las tablas rechinar hizo alertar a los prisioneros que allí se encontraban, lo primero que vieron, fue a una niña asomarse por las escaleras todos la observaban algo sorprendidos ¿qué hacía una niña en aquel lugar? La pequeña al verlos se sorprendió mucho y decidió que no era un buen lugar para estar, así que salió de ahí lo más rápido que pudo dejando desconcertados a los marines.

 

En su carrera por salir chocó con chico de rubios cabellos, por el impacto ambos cayeron al suelo

 

-Lo siento mucho!- se disculparon ambos al mismo tiempo

 

Rieron al oírse, Ayase ayudó a parar a la pequeña niña

 

-¿quién eres?- preguntó el de ojos azules

 

-Soy Hiyori ¿y tú?- dijo la pequeña

 

-Mi nombre es Ayase- respondió el rubio-¿qué haces aquí?- interrogó

 

-vivo aventuras de piratas- contestó emocionada la pequeña

 

Ayase sonrió ante la respuesta de la niña, seguramente era el barco ¿amigo? O ¿enemigo?

 

-¿sabes quiénes son los que están ahí abajo?- preguntó con curiosidad la pequeña. El rubio sonrojó al recordar que allí se encontraba aquel hombre con quien había compartido intimidad hace algunas pocas horas.

 

-Eh.. bueno…-¿Cómo podría explicarle a la pequeña lo que realmente sucedía? Para su suerte Aikawa regresaba de la conversación con el capitán quien al ver a la niña de excusó y regresaron a su respectiva embarcación.

 

Ya en el barco, aun con las ganas de saber quiénes eran los que se encontraban en las bodegas, la pequeña le contó a Aikawa lo que había visto. Aikawa se sorprendió bastante, pero a la vez se alegró pues al fin sabía dónde estaba su amigo.

 

Convocó una reunión urgente en las bodegas para que Nowaki pudiera estar presente. Ya allí todos reunidos la capitana contó lo que le había dicho Hiyori, todos se encontraban pensando en que hacer al respecto, por su parte Nowaki sentía que en cualquier momento su corazón saldría de su pecho, tan solo quería salir corriendo de ahí e ir en busca de su adorado demonio, aquellos día habían sido los peores que le hubieran tocado vivir, aunque en aquella tripulación todo era ‘’color de rosas’’ por decirlo de una manera, para Nowaki la falta de su amado Hiro-san lo estaba matando.

 

Necesitaban urgentemente una forma de poder comunicarse con la tripulación de Akihiko, pero aquello no iba a resultar una tarea fácil, al menos no para ellos, pero tal vez Hiyori pudiera cumplir su sueño de convertirse en una heroína y aventurera…

 

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Aquel día lleno de emociones y sorpresas se terminaba para así dar inicio a un nuevo día. Aquella mañana el sol brillaba como no lo había hecho en mucho tiempo, a pesar de todo, ambas tripulaciones parecían renovadas y llenas de muchas esperanzas. Como era de costumbre Sumi iba a dar el desayuno a los prisioneros, pero por alguna extraña razón Fuyuhiko los convocó a una reunión, por tal motivo fue Ayase quien tuvo que encargarse de cumplir la tarea.

 

Se dirigió a la cocina, y cogió la comida, cruzó la cubierta y se dirigió a las bodegas. Abajo el capitán y sus altos rangos se encontraban despiertos, mientras los demás seguían en un plácido sueño alejados de aquella cruel realidad. La tablas sonaron al bajar el rubio, lo cual hizo que la tripulación fijara su mirada en aquel visitante mañanero.

 

Les sorprendió de sobremanera que fuera el pequeño aji azul quien bajara esa mañana, eso solo significaba una cosa, algo sucedía y con Aikawa cerca no podían pensar más que en que una guerra se desatara pronto.

 

El chico con algo de miedo dejo la bandeja a un lado, a Kanou se le pasó una muy buena idea por la cabeza, seguro funcionaba porque él tenía las mejores ideas de toda alta mar, se alabó mentalmente sus altas cualidades y se acercó a los barrotes jalando al chico hacia él. Le susurro algo en el oído que solo el chico pudo escuchar y después lo soltó. El pequeño salió de ahí algo perturbado mientras que abajo Kanou sonreía victorioso

 

-Algo me dice que, nuestra estancia aquí, ‘’por desgracia’’ se acabará pronto- dejó las palabras en el aire, a lo cual todos sonrieron, el capitán sonrió, no podía escuchar palabras mejores que vinieran de Kanou, algo en su instinto le decía que sería un día bastante divertido…

 

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Por su parte esa mañana, Aikawa hablaba con la pequeña Hiyori, a la niña se le hacía emocionante ayudar, gustosamente aceptó ir a dar un mensaje a escondidas a los prisioneros, la idea de ser una heroína la hacía feliz.

 

Ayase pidió permiso para entrar a la embarcación de la capitana, aun los de su tripulación se encontraban en reunión y era el momento perfecto para hablar con la capitana, acaso ¿aquello lo hacía por amor? O ¿solamente por aquel encuentro fortuito con en pelinegro? El caso era que, aquella persona le dio una pequeñas esperanzas de al fin después de tanto tiempo ser libre, al haber estado cerca suyo sentía esa seguridad y felicidad que hace mucho tiempo había dejado de sentir, se aferraba a la idea de que podría iniciar una nueva vida  y eso le hacía sentir feliz. Había errado al ir con su primo, jamás pesó que el llegara a ser una persona tan despreciable, pero ahora solo quería alejarse.

 

La capitana concedió paso al pequeño y este le contó lo que el pelinegro le había dicho.

 

‘’No te mientas a ti mismo y acepta que no eres feliz ¿Qué tal si nos ayudas? Yo te prometo que podrás ser libre, Pero tendrás que decirle a la capitana Aikawa que esta noche cuando el sol se ponga este armada y preparada’’. Aquella habían sido las palabras del pelinegro, tal vez pudiera aceptar que jugó con su pequeña mente, pero eso no le importó, decidió confiar en la palabra del pelinegro y ayudarles.

 

La peli roja sonrió, sería un buen día, por así decirlo. El pequeño se despidió y se marchó rápidamente, no le emocionaba la idea de que su capitán lo atrapara. Aikawa rápidamente reunió toda su tripulación y les contó sobre el nuevo plan que se trazó. Podía sentirse la emoción que había dentro de la embarcación, hasta Nowaki se sentía feliz, por fin sería el día en que volvería ver a su Hiroki.

 

Hiyori se encargaría de llevar unas cuantas municiones a los marines. La reunión de Fuyuhiko había terminado por lo que todos se habían dispersado a realizar sus actividades. No debían perder mucho tiempo rápidamente sin ser vista se escabulló y entró a las bodegas, ahí ya estaban los chicos esperándola, todos sonrieron al ver a la niña. Akihiko había previsto aquello, se le hizo muy divertido pensar que su amiga no había cambiado mucho en todo ese tiempo. El ambiente se llenó de cierta alegría, ahí a pocas horas se encontraba su oportunidad de libertad y venganza. De nuevo la pequeña salió pero no tuvo tanta suerte como de costumbre, fue atrapada por alguien y sin que nadie se diera cuenta, fue arrastrada hasta los más alejados camarotes.

 

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Kirishima se encontraba con Yokozawa, su pequeña ya estaba demorándose demasiado y empezaba a temer que algo le hubiera pasado. Recibió un beso del otro para tratar de calmarlo, pero parecía que no funcionaba y para peor, al parecer al otro lado del camarote algunos habían decidido divertirse. Aikawa interrumpió en el camarote algo agitada, pues había logrado ver como la niña era arrastrada, pero no pudo hacer nada. Yokozawa tuvo que detener a su amante pues este juraba que mataría a Fuyuhiko con sus propias manos, decidieron guardar la calma y esperar a que cayera la noche, ya habría tiempo de vengarse…

 

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Hiroki se sentía algo feliz, la única razón que le daba fuerzas era salir y vengarse de aquel que le había quitado a quien más amaba ¿qué haría ahora? Sin Nowaki su vida no tenía mucho sentido, hubiera preferido morir con él, ese sentimiento que le invadía no lo dejaría vivir en paz nunca y para eso ¿acaso no es más hermosa la muerte?

 

Esos eran los pensamientos del pelinegro mientras sus compañeros festejaban a su modo. A decir verdad tantas miradas de lujuria que se lanzaban unos y otros empezaban a molestarle, pero no podía escapar a ningún lado. Por fin y para la alegría de muchos el cielo se pintó de un hermoso anaranjado y el sol empezaba a esconderse. Las aguas estaban muy apacibles esa tarde, tanto que empezaban a dar miedo, y el silencio en las embarcaciones era tal que podía escucharse los corazones latir de los marines. Suavemente y como si fuera la cosa más delicada del mundo Kanou sacó las llaves y las introdujo lentamente en el cerrojo tratando de no hacer demasiado ruido, poco a poco y con mucho cuidado las rejas fueron abiertas y con pasos lentos y silenciosos todos salieron.

 

Aikawa y su tripulación, se encontraban todos en cubiertas, esperando el momento en que pudieran divisar a la tripulación de Akihiko. Fuyuhiko se encontraba algo desesperado, algo no le sabía muy bien y por ello había puesto a su tripulación alerta, se paseaba desesperado por cubierta, fue cuando de las bodegas pudo divisarse una cabellera gris. Ascendía muy silenciosamente y una sonrisa casi malvada cruzaba su rostro. Fueron tres pasos los que logró dar cuando fue visto

 

-Capitán cuidado!- fue lo que logró escuchar Fuyuhiko cuando ya, una espada amenazaba con cortar su cabeza.

 

-Rendid tributo al nuevo capitán del barco- proclamó Akihiko mientras sus palabras daban inicio a una batalla por el poder….

Notas finales:

Espero que les haya gustado 

¿que muera Fuyuhiko? ¿lo hacemos caminar por la plancha? o ¿lo abandonamos en una isla desierta?

Dejen reviews, porfis :3 

Matane!


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