CAPITULO 2: LA TRIPULACIÓN
El capitán salió del camarote dejándolo solo en sus pensamientos, se recriminaba una y otra vez lo estúpido que había sido al tratar de esconderse en la casa del enemigo ¿Qué podría hacer ahora? La opción de escapar no era muy fiable ya que se encontraba en un barco en medio de tanta agua, la desesperación lo invadía cada segundo que pasaba, quería salir de ahí tan rápido como le fuera posible y reunirse de nuevo con su amado hermano, y pensando en ello ¿Qué sucedió con él? Lo última que recordaba de Takahiro fue como gritaba a los soldados ordenando que les protegieran ¿Qué sería de su hermano ahora? ¿Estaría bien?. De nuevo divagaba, maldita costumbre, no le dejaba concentrarse en lo que se suponía era importante en ese preciso momento.
El rechinar de la puerta al abrirse hizo que saliera de sus pensamientos, por ella entro un castaño de ojos avellana, tenía el ceño fruncido, parecía enojado, a Misaki le recordó aquellos mitos y leyendas de demonios que contaban por la isla, pues aquel apuesto hombre parecía la personificación de alguno.
Sin dirigirle la palabra saco un cuchillo y con ello le desató luego le hizo levantarse rudamente y lo saco a rastras de aquel camarote.
La luz del día entró de lleno en sus ojos dejándole ciego por algunos segundos, poco a poco sus verdes ojos se acostumbraron a la luz y pudo ver claramente la cubierta de tan gloriosa embarcación, el cielo se encontraba despejado y podían oírse unas cuantas aves.
Al ver como la puerta del camarote se abría los tripulantes dirigieron la mirada a cierto chico que era arrastrado por el oficial, Misaki al sentirse observados por todos se sonrojó, y con su mirada examinaba todo su alrededor.
-¿Te piensas quedar ahí parado todo el día?- fue la pregunta seca y con cierto enojo que fue dirigida al castaño. De inmediato siguió a aquel hombre, divisó a dos chicos que se encontraban cerca de la borda, estos al ver que se dirigían a ellos, dejaron de hacer lo que hacían y saludaron a su mayor
-El será el nuevo integrante, así que explicarle lo que tiene que hacer- y con esas palabras dejó ahí al pequeño Misaki
-Hola, Me llamo Ritsu Onodera –saludo uno de los chicos.
-soy shinobu- dijo con desgana el otro.
-¿cuál es tu nombre?- interrogo Ritsu
-S-soy Misaki- El ojiverde titubeaba, pues aun no sabía lo que pasaba, se encontraba asustado, lo único que quería hacer era ir corriendo a casa, cosa que por obvias razones no podría hacer en aquel momento, tal vez nunca.
-Bueno, Hiroki-san dijo que te explicáramos lo que tenías que hacer- Dijo ritsu
-¿Quién es Hiroki?- preguntó el ojiverde
- El amargado que te arrastro hasta aquí- respondió Ritsu
-Pero puedes llamarlo ‘’el demonio Kamijou’’, claro mientras no se entere- Agregó shinobu. Una leve sonrisa se hizo presente en el rostro del chico, aunque divagando otra vez más se dio la razón por adivinar que realmente aquel castaño si era un demonio
- Bueno, como te decía, tu rango será de grumete, tienes que ayudar en las tareas y a limpiar el barco- Explicaba ritsu, por su parte Shinobu observaba a cierto pelinegro que se encontraba en el timón, se había robado su corazón desde hace mucho tiempo, estaba seguro que era cosa del destino, tenían que unirse y amarse para la eternidad o al menos eso era lo que pasaba por la cabeza del ojigris. Le haría responsabilizarse por haberlo atrapado en las cuerdas del amor, no dejaría que se escapase tan fácil.
-shinobu, ¡hey shinobu!- Ritsu le sacudía de un lado a otro
-¿qué?!- Grito el de ojos grises
-Llevaré a Misaki a que conozca a los demás
-Pues ve- Ritsu y Misaki se dirigieron a algún lugar del barco, mientras que el pequeño aún seguía observando al hombre, que juraba sería suyo.
Tomo todo el valor que le fue posible reunir, y, aunque temblando y con los nervios casi afuera se dirigió a proa, donde se encontraba el pelinegro.
Cuando estuvo ya enfrente suyo, dudo por algunos segundos pero luego sin ningún titubeo soltó
-Me gustas, responsabilízate! - De pronto pudo sentirse como el barco se movió de improviso, causando que ciertas pareja egoísta se hubieran chocado al besarse. Un libro, que quien sabe donde salió, fue a parar a la cabeza del pelinegro, el cual se había quedado en shock ante la directa confesión.
Después de meditarlo por unos cuantos segundos, lo que escucho el pequeño terrorista fue una risa acompañada de un regaño y un reclamo de porque la cubierta no se estaba limpiando.
-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.--.-.-.-.
Ritsu había presentado a Misaki a los demás miembros de la tripulación, todos fueron muy amables con el hermoso castaño, cada quien tenía su rango en aquella embarcación, el capitán como se sabía era Usami al parecer casi nadie se le acercaba, pues todos le temían ¿y cómo no? Si era el pirata más malo de todos los siete mares, también se había enterado que el hombre que los había interrumpido cuando Akihiko intentó besarle era el Teniente del barco: Takano, y a decir verdad ahora que lo pensaba ¿Qué había sido eso? Era su imaginación que le jugaba una mala pasada o tal vez seguía algo mareado ¿el capitán intentó besarle? No podría ser posible ¿o sí? De nuevo divagaba, y de nuevo maldijo su costumbre de perderse de entre sus pensamientos, pero, realmente no podría quejarse, el Capitán era muy guapo, y la verdad esos ojos lilas le hacían sentir volando en las nubes, y cuando lo observó a punto de morir sintió algo parecido a esas mariposas de las que todos hablan, además….
Pero ¿por qué razones tan poco cuerdas pensaba en aquellas cosas? Tenía que dejar de divagar, si, ese era su maldito problema, ¿gustarle un hombre? Por favor!, ¿en qué cultura racional se escuchaban aquellas cosas? .Había escuchado por las muchachas del castillo que eso era lo que se sentía al estar enamorado, ¿amor? Era acaso ese sublime sentimiento que le estaba haciendo perder los estribos, acaso el amor no solo eran alteraciones hormonales, como lo había dicho su tutor al enseñarles las ciencias de la naturaleza, lo más probable era que le hubiesen engañado, tiene que haber sido eso….
.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-
Al salir de lo que era la cocina del barco, Ritsu se dirigía a la cubierta, pretendía ayudar a shinobu con el aseo de la cubierta pero antes de llegar a su destino fue envuelto por unos varoniles brazos que le apresaban, ni siquiera pudo negarse al agarre pues sus labios fueron sellados con un demandante beso que le robaba el aire. No se dio cuenta cuando ya se encontraba en el camarote del teniente, y poco después fue lanzado a la ‘’cama’’ la cual muchas veces había sido testigo de tan grande amor.
Besaba sus labios con desesperación, como que si nunca la hubiera hecho, cada botón de su camisa era quitado con tanto amor y deseo y parecía que quemaba, estaban en medio de su amor cuando un grito alerto la atención de los amantes. Desde fuera del barco el capitán llamaba a gritos al teniente, Ritsu sonrojado por lo sucedido se fue lo más rápido posible de allí, mientras que Takano solo maldecía a aquel que había osado a interrumpirles.
Todos se encontraban en la cubierta, mirando en dirección donde el sol parecía ocultarse, la cara del gran Usami-sensei daba una sensación más allá del terror. Todos mantenían sus miradas fijas al frente , todos miraban hacia la bandera enemiga que ondeaba en el horizonte…