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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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Capítulo XX Ansiedad

 

Kaname se recargó en el marco de la ventana y miró el exterior. Después de que dejaran a Zero y a su pupilo entrenando y regresaran al edificio principal, el director le había suplicado que cuidara del cazador. Él se lo había prometido y eso parecía haber provocado un gran alivio en el hombre. Pero él aún se preguntaba por qué motivo realmente se lo había pedido.

Después de esa plática, el director simplemente lo había dejado esperando en su despacho mientras iba a su residencia a traer algo, alegando que no tardaría.

No se había molestado por ello, después de todo Kaien Cross solía ser de esa manera. Y él tenía cosas más importantes en que pensar. Sobre todo en el hecho de que últimamente sus sentidos parecían más perturbados y oscilantes que nunca. Había momentos en que se sobreexcitaban a tal punto que percibía más de lo que comúnmente hacía. Olores, sabores, sonidos; todo se multiplicaba. Sin embargo, en otras ocasiones era todo lo opuesto, se embotaban tanto que se sentía débil y atontado. 

Precisamente hoy, mientras estuvo en ese jardín no había podido detectar a Zero aunque estaba demasiado cerca y justo en este momento sucedía todo lo contrario. Percibía intensamente el aroma a canela de la estancia y  el sutil aroma a hierba y flores nocturnas del exterior. Podía escuchar el fuerte crepitar en la chimenea; el claro murmullo del viento y el crujir de las ramas de los arboles a causa de éste; así como el sonido de varios grillos y aves nocturnas; y a lo lejos el sonido sutil e incomprensible de  las voces  de los alumnos diurnos en sus dormitorios. Era molesto, un momento estaba sumido en el silencio y en otro parecía estar dentro de una colmena.

Se llevó una mano a la sien y suspiró cansinamente. Todos esos repentinos y drásticos cambios le provocaban jaqueca, algo raro en un vampiro sangrepura. Sólo recordaba haberse sentido en un tiempo así, y eso había sucedido hace miles de años ya, durante ese tiempo incluso había llegado a perder el conocimiento a causa de ello.

Y ahora, desde que había dado a beber su sangre a Zero cuando lo atacaron, su debilidad había aumentado demasiado. El joven prácticamente lo había drenado y en consecuencia las tabletas de sangre ya no le eran suficientes; es más, no le servían de nada; y todo había empeorado desde su enfrentamiento con Eyre.

Pero amaba a Zero y cuando pensaba en él poco le importaba sentirse así, como tampoco le importaría volver a hacer lo mismo de ser necesario. Sin embargo esa acción ya se había traducido en que no sólo tenía que lidiar con la debilidad y la sed, sino también con el fuerte impulso que sentía de querer ir, tomar al joven, hacerlo suyo y beber su sangre.

Mientras divagaba en esto, otro sonido se sumó a los que ya escuchaba con claridad; eran los pasos de alguien que resonaban sobre el piso adoquinado de la explanada. Después de unos minutos poco a poco el aroma del director llegó a sus fosas nasales, estaba cerca y mientras más cerca estaba, podía escuchar como tarareaba tranquilamente una melodía. Sonrió, ¿se podía ser tan despreocupado?, parecía que el director sí que podía.

Pensaba en ello cuando el sonido de otros pasos se unió al anterior y pronto un aroma conocido hizo vibrar todos sus sentidos de una manera tan intensa que tuvo que asirse al marco de la ventana para no caer. Era tan exquisito y atrayente que al instante sus ojos se volvieron carmesí y un intenso dolor en la mandíbula lo obligó a extender sus colmillos.

- Oh, Kiryuu-kun. Han terminado.

- Si, Satoru se encuentra ya en el dormitorio.

Kaname escuchó la voz grave de Zero y fue ahora su corazón el que comenzó a latir fuertemente. La conversación sonaba tan clara como si estuvieran en la misma habitación.

- Te ves molesto Kiryuu-kun. ¿Sucedió algo?

- Por supuesto que estoy molesto. No tenías por qué haberlo llevarlo allí –. Kaname sabía a qué y  quien se refería el joven. Una sonrisa triste se formó en sus labios.

- ¿Te refieres a Kaname-kun?

- ¿A quién más?

- No creí… algún problema… No parecías…

El sonido de las voces comenzó a distorsionarse y alejarse. Kaname frunció el ceño.

- Ese lugar… para mí… creé… Yuuki…

- Lo sé.

- Sabes cómo…  respecto a Kuran…

- No…. estar… Creo que él…

El sonido de las voces desapareció por completo y su aroma se volvió nada. Lo único que quedó fue el sutil crepitar de las llamas en la chimenea y el apenas perceptible aroma  a canela que reinaba en el ambiente del despacho.

Caminó lentamente hasta su silla. Ahora sus sentidos volvían a disminuir y lo hacían sentirse muy débil. Tomó asiento para aguardar a que llegaran y mientras tanto se llevó una mano al interior de su saco y extrajo un pastillero negro con el emblema de la flor de lis de los Kuran. Lo abrió y observó por unos segundos, luego  vació el contenido en su boca y tragó las tabletas con algo de dificultad.

Pasados unos minutos logró estabilizar sus sentidos y fue entonces que pudo escuchar y sentir como el director y Zero se acercaban  por el pasillo. Se acomodó el saco, suspiró y cerró sus ojos. Al volverlos a abrir estos habían regresado ya a su original borgoña; y su expresión volvía a denotar tranquilidad.

En ese preciso momento la puerta se abrió lentamente y aparecieron los dos frente a él.

- Kaname-kun, siento la demora, pero aparte de los documentos que necesitaba también tenía que traer esto – El director sonriendo le mostró un frasco. – El té que me envía Isaya siempre es exquisito.

Kaname sonrió y miró entonces a Zero. El joven lo observaba de manera extraña.

- Kiryuu-kun, buenas noches.

- Buenas  noches Kuran -. El cazador ingresó al despacho aún mirándolo.

- Lamento si interrumpí tu entrenamiento hace un rato. No fue mi intención.

- No nos interrumpiste – Dijo el joven con algo de hostilidad. Luego se  acercó a la ventana donde él había estado parado antes y le dio la espalda. Kaname sonrió con cierta ternura. Le gustaba ese lado de su cazador, pero que ahora pocas veces mostraba;  ese lado a veces hostil o indiferente y otras amable.

- Preparare un poco de té ¿gustan o prefieren algo más fuerte?

- Para mi está bien. Siempre es un placer probar el té que le envía Isaya Shoutou -. Dijo Kaname con amabilidad y mirando al director. Mientras que Zero lo observaba a él a través de su reflejo en la ventana sin que se percatara.

- Yo digo lo mismo. ¿Qué hay de ti, Kiryuu-kun? -. El cazador desvió rápidamente la vista del reflejo de Kaname.

- El té está bien – dijo, sin girarse. El sangrepura lo observó unos segundos y entonces  se acercó a él.

- ¿Te inquieta la llegada de Eyre? –. Zero se sobresaltó ligeramente cuando le habló. Tal como si no se hubiera percatado de que se había situado a su lado y lo miraba. Tampoco  le devolvió el gesto, simplemente continuó mirando los jardines.

- Eso no es lo que me inquieta –. Respondió y Kaname pudo percibir cierto matiz de preocupación en su voz.

- Entonces dime qué.

Zero entreabrió los labios y ante ese gesto Kaname sintió dar un vuelco a su corazón; sin embargo el joven no alcanzó a decir lo que pensaba ya que en ese momento ambos percibieron lo mismo.

- Ya está aquí – dijo el cazador en tono grave.

Efectivamente, al cabo de unos segundos en que detectaron la presencia de Eyre Liam, ésta comenzó a hacerse poco a poco más notoria. Al parecer el vampiro no tenía ningún inconveniente en no ocultar su condición de sangre pura aunque eso inquietara al resto de la clase nocturna. Kaname miró como Zero fruncía el ceño y supo que estaba pensando lo mismo que él.

- Uhmm… creo que el nuevo estudiante es un joven bastante energético.

El director sonriendo y con una taza de té en cada mano, se giró hacia ellos y externó a su modo en voz alta lo que ellos callaban. A ninguno de los dos les hizo gracia el comentario, pero tampoco se lo criticaron.

Kaname se dirigió hacia una de las sillas situadas a un costado del escritorio de Cross  y Zero volvió a girarse hacia la ventana. Al cabo de un rato tres presencias vampíricas acercándose por el pasillo se hicieron claras y el previsto y suave sonido de la puerta reportó lo evidente.

- Adelante –. Autorizó Kaien quien ya había ocupado su silla tras el escritorio.

La puerta se abrió de inmediato y en el umbral aparecieron Ichijou seguido del sangre pura pelinegro y de su guardaespaldas. Ambos ya portaban el uniforme blanco de la clase nocturna bajo capas negras de viaje.

- Buenas noches  Eyre-san y Okami-san, soy Cross Kaien, director de este plantel. Me  complace darles la bienvenida –. Dijo ceremoniosamente el director, quien los recibió de pie con una amplia sonrisa.

Kaname se mantuvo sentado y silencioso, en una pose por demás elegante y altiva, mirándolos. Zero por su parte, en cuanto entraron se volvió hacia ellos y al igual que el castaño, los miró de manera inexpresiva desde su posición frente a la ventana. Ichijou inmediatamente se dirigió a donde Kaname y se situó a un costado tras él, de pie.

- Gracias director Cross –. Dijo Liam adelantándose y situándose frente a él - En verdad es un placer y un honor estar aquí; como también lo es el verlos de nuevo a ustedes Kiryuu-san y Kuran-sama.

- El honor es nuestro. Que un sangrepura más apoye el proyecto de coexistencia, siempre es bienvenido. Se que deben estar cansados por el viaje, pero primero hay cierta información que debemos tratar antes de que se instalen en la residencia de la luna y se incorporen formalmente a la clase nocturna. Por favor tomen asiento.

Ambos vampiros se sentaron en las sillas frente al escritorio

- Como ya lo corroboraron, se les ha enviado junto a sus cartas de aceptación y uniformes, un manual informativo y un reglamento. Les suplico se adhieran a él. Éste lugar goza de autonomía frente al senado y la asociación, sin embargo eso no impide que esté constantemente vigilado. Por tanto, cada alumno de la clase nocturna debe ajustarse estrictamente a las normas y horarios establecidos. En lo personal confió en su buen juicio, sin embargo si eso no fuese suficiente, contamos con dos jóvenes encantadores encargados de preservar que esas normas sean cumplidas por todos los miembros de la clase nocturna. Ustedes  conocen a uno de ellos; Kiryuu Zero, mi hijo, quien es el presidente de la asociación de cazadores.

Ambos miraron al cazador y Kaname tuvo que esforzarse por controlarse ya que era bastante consiente de la intensa mirada que Liam le dirigía a Zero.

- Aunque él continúa fungiendo como tal – prosiguió el director. - En este lugar él se desempeña como profesor y prefecto junto a otro cazador. Pasa por favor –. Kaien dijo esto último mirando hacia la puerta. En ese instante otro joven, de quien Kaname no se había percatado, pero que al verlo le causó igualmente desagrado; ingresó al despacho sin decir nada y sin mirar a nadie más que al director y a Zero y se situó al lado de éste. – Él es Takamiya Kaito y como les he dicho, ambos son prefectos y cazadores. Les suplico eviten cualquier situación complicada, al menos en lo referente a los alumnos humanos. Estos dos jóvenes usan armas antivampiros y están autorizados a usarlas de ser necesario. Ellos además también cuidan que los alumnos de la clase diurna no ronden los dormitorios de la luna y que por ahora el hecho de que son vampiros  se mantenga en secreto.

- No se preocupe director Cross, ni usted Kiryuu-san. No tendrán problema alguno con nosotros. Tanto Shion como yo nos sabemos comportar, además en lo particular me interesa mucho el proyecto de coexistencia que se lleva acabo aquí, no haría nada innecesario para arruinarlo.

- Me alegra escuchar eso. Bien, pues ahora lo más importante. Supongo que no requiere de presentaciones. Kuran Kaname, el líder de la sociedad de vampiros –. Hizo un ademan hacia el castaño sangrepura -  ...nos ha honrado con su presencia y apoyo. Gracias a él es que la clase nocturna pudo crearse. En este lugar él es el presidente de dicha clase y como tal responde por las acciones de sus integrantes y por ello, de la misma forma está facultado para imponer las sanciones que así considere a aquellos que infrinjan las normas. Así mismo, también cuentan con un vicepresidente, que es Ichijou Takuma, a quien también ya deben conocer y que fue quien los recibió.

- Kuran-sama, Ichijou-san, gracias por cuidar de nosotros. Espero que nuestra presencia aquí pueda contribuir en algo para lograr la paz con los humanos  – Liam sonrió.

- Creemos que así será. – respondió Ichijou.

Kaname simplemente lo miró y pensó: Liam, una frase simple, tan común y tan cínica. Sin embargo no externó lo que pensaba.

- Entonces, supongo que no hay nada más que decir. Kiryuu-kun ¿puedes llevarlos a dar el recorrido por las instalaciones?

Kaname continuaba inmutable pese a que interiormente era todo lo contrario; pero cuando Zero se acercó a los recién llegados, tuvo que hacer un esfuerzo por no fruncir el ceño. Le hubiese gustado levantase y sujetar al cazador del brazo y decirle que no podía ir, que no podía estar cerca de Liam Eyre por ningún motivo. Sin embargo no podía hacer algo así. Como en respuesta a lo que sentía, Kaito  fue quien se adelantó.

- No es necesario que vayas tú, puedo hacerlo yo –. Por primera vez Kaname estuvo de acuerdo con el castaño.

- Hmmp, ¿de qué habla cazador-san? –. Liam sonrió sutilmente pero con arrogancia. Kaito lo miró con el ceño fruncido. - Somos incapaces de hacerle algo al presidente. Además en este lugar existe una tregua.

- Él tiene razón Kaito – Zero se giró hacia él joven y lo miró inexpresivamente - Continúa con la ronda por favor. Te veré más tarde.

El cazador  retrocedió un paso y Zero se volvió de nuevo hacia Laim y Shion.

- Síganme –. Les indicó, saliendo el primero. Antes de seguirlo, Liam sonrió apenas perceptiblemente, Kaname se percató de ello y en respuesta oprimió con fuerza sus dedos contra el descanso de su silla.

- Supongo que nosotros también tenemos que marcharnos, Kaname – dijo Ichijou al cabo de unos segundos de manera amable y miró a su amigo.

- Si –. Kaname se incorporó y se volvió hacia el director. - hay que ir a la residencia de la luna, los nobles deben estar abrumados por la forma tan sutil en que Eyre anunció su llegada.

- Bien, bien. Adelante. Vayan.

Ambos vampiros abandonaron el despacho dejando solo al director, quien se había incorporado y miraba a través de la ventana con una expresión insondable en el rostro.

Se encaminaron por un amplio corredor iluminado por la luz de la luna que se filtraba  a través de los altos ventanales y que hacia lucir la piel de Kaname un poco más pálida. Ichijou miró a su amigo. No había dicho ni una palabra frente a Liam Eyre pero sin duda estaba tenso y preocupado.

Llegaron al final del pasillo y comenzaron a descender las escaleras. Ichijou no pudo contenerse más.

- Todo estará bien, Kaname -. Dijo intentando sonar tranquilizador.

El sangrepura  no lo miró y tampoco le respondió. Ichijou giró el rostro y comprendió el motivo. Los ojos de Kaname habían sido atraídos por la figura del cazador que se encontraba en el vestíbulo.

De espaldas a ellos Zero le mostraba a Liam y Shion los pasillos, indicándoles con la mano y diciéndoles el lugar al que llevaban cada uno.

Ichijou miró a su amigo de reojo y pudo distinguir de nuevo aquel brillo que adquirían sus ojos cada vez que miraba al joven cazador y aún se preguntaba cómo es que Zero no se había dado cuenta de eso aún.

Continuaron bajando las escaleras. Si Zero o los otros se percataron de su presencia, no se volvieron. Kaname entonces dejó de mirarlos y un poco más tenso se encaminó hacia la salida. Él lo siguió mientras los otros vampiros entraban en la biblioteca. Sin embargo, sin que nadie se percatara, Zero se quedó mirando a Kaname antes de entrar él también.

 

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- El auditorio se encuentra en esa dirección - Dijo Zero señalando el pasillo frente a él. - Iremos después. Por ahora les mostraré la biblioteca.

- Me parece bien -. Respondió Liam en tono amable y sin dejar de mirarlo.

Zero no le prestó atención, había percibido la presencia de Kuran acercándose desde hacía un par de minutos y nuevamente volvió a sentirse ansioso como solía hacerlo ahora, cada vez que el sangrepura estaba cerca.

- Síganme, es por aquí -. Les dijo y se obligó a no girar el rostro aunque sabía bien que Kaname ya estaba en lo alto de las escaleras junto a Ichijou. Eyre también debería saberlo; por ello se limitó a abrir la alta puerta de madera y cederles el paso.

- He escuchado que su biblioteca es muy antigua y basta, especialmente en textos antiguos. – dijo el sangrepura.

- Si, lo es. Adelante.

Ambos vampiros ingresaron; pero él, estando consciente de que Kuran se alejaba, se detuvo un instante y se giró hacia la salida. Lo único que alcanzó a ver fue la espalda del sangrepura. Una ligera opresión en su pecho se sumó a la sensación de ansiedad. Eso lo desconcertó igual que siempre que experimentaba lo mismo.

La sensación de ansiedad ya se había vuelto demasiado común, si es que se lo preguntaban. Era casi  igual a como se sentía cuando veía a Yuuki en el pasado.

Después de que ella se marchara con Kuran, él se había propuesto odiarla y olvidarla. Lo había intentado durante un año, pero no lo había logrado. Por el contrario su sed había aumentado de sobremanera.

Cuando volvió a verla todos los sentimientos habían vuelto de manera desbordante a él. Su encuentro en aquella fiesta y luego en ese cementerio cuando fue herida por el líder del clan Touma, le habían hecho sentirse igual a como se sentía ahora. Casi como si se sintiera emocionado. Pero ¿emocionado por ver a Kuran?, no, no era eso; no podía ser eso. Pero entonces, ¿Por qué ésta tarde…?

 

<<<<<<<< Flashback >>>>>>>>

 

Mientras se dirigía hacia el edificio principal donde ya deberían estarle esperando; no pudo evitar que a su mente acudiera la imagen del sangrepura. Parado al lado del director, lo había estado mirando a él.  Fuera a la izquierda o a la derecha, adelante o atrás; atacara o se defendiera; Kuran lo miraba sólo a él.

Al darse cuenta de eso, su corazón había latido muy rápido y fuerte, tanto que ni siquiera se había detenido un momento a pensar en qué hacia allí el sangrepura ni en cómo es que había entrado. Aunque la respuesta era obvia, si estaba con el director era porque éste sin duda lo había dejado entrar.

Pero no solo era su presencia allí, también había algo más. El sangrepura no lucia como siempre. Al menos hoy no. Se veía cansado y no podía sentir el fluir de su aura igual a antes.

Frunció el ceño y apresuró el paso. Justo en ese momento pudo sentir la presencia del Kaien y pasados unos segundos, al acercarse más al edificio, pudo escucharlo tararear una antigua canción que solía cantar mientras cocinaba para él y Yuuki.

Cross también debió sentirlo acercarse pues se detuvo a esperarlo. Cuando estuvieron frente a frente Zero no pudo evitar fruncir nuevamente el ceño.

- Oh, Kiryuu-kun. Han terminado.

- Si, Satoru se encuentra ya en el dormitorio -. Dijo secamente.

- Te ves molesto Kiryuu-kun. ¿Sucedió algo?

- Por supuesto que estoy molesto -. Respondió más bruscamente de lo que hubiese deseado, pero eso no le hizo reprimirse. - No tenías por qué haberlo llevarlo allí.

- ¿Te refieres a Kaname-kun?

- ¿A quién más?

Ahí estaba de nuevo. Su padre adoptivo solía actuar así, despistado e inocente aunque el tiempo que tenía de conocerlo le decía que sabía perfectamente de quien hablaba y que lo que había hecho fue con total intención.

- No creí que hubiese algún problema por citarlo ahí. No parecías molesto con su presencia -. Zero frunció el ceño y sonrió con cierta frustración.

- Ese lugar es importante para mí. Sabes hasta qué punto, como también sabes que lo creé por Yuuki, para honrar su memoria.

- Lo sé.

- Y sabes cómo me siento respecto a Kuran.

- No fue mi intención molestarte. Me has dicho que lo odias; pero creo que él no quiere dañarte. Creo que está arrepentido por todo lo que sucedió en el pasado.

Cross lo miró con cierta suplica reflejada en su mirada. Eso lo molesto más.

- Hmmp… si claro. Él es un manipulador, siempre lo será.

- Pero…

- Cuando me diste ese lugar y planté la primera flor,  el jardín se volvió especial para mí, a tal punto que sólo han entrado ahí sensei, tú, Kaito y Satoru; nadie más, absolutamente nadie más. Y por estar protegido con runas, ni siquiera ellos saben de su existencia, o mejor dicho no lo sabían. Sé que todo este lugar te pertenece, pero no tenías derecho a… TSK. – Zero no terminó la frase. Apretó los puños y siguió caminando. El director no se movió.

- Zero, eres mi hijo aunque tú no me consideres un padre. Todo lo que poseo también es tuyo. Lamento haberlo dejado entrar.

La culpabilidad lo embargó y se giró hacia el hombre. Kaien lo miraba con ternura.

- Yo… olvídalo. Perdóname, no debí hablarte así, es solo que no tolero a Kuran… olvida lo que te dije.

- No hay problema – Cross volvió a sonreír y reanudó la marcha junto a él.

- Y… Kaien – Zero miró al lado contrario -  Tú también eres mi padre. Amé al mío, pero cuando él se fue yo era muy niño. Desde entonces tú te convertiste en mi padre.

Cuando Zero se atrevió a mirarlo de nuevo, el hombre sonreía más ampliamente. Él también sonrió.

 

<<<<<<<< . >>>>>>>>

 

 - …san?, ¿Kiryuu-san? -. Zero reaccionó y miró al pelinegro. - ¿se encuentra bien?

- Si, ¿me decías?

- Que la biblioteca es esplendida.

- Si, lo es. ¿Seguimos?

Les dio la espalda y se encaminó a la salida de la biblioteca. Eyre frunció el ceño. No le había estado diciendo nada al joven, había observado los estantes de los libros sin adentrarse en ningún pasillo, hasta que observó el semblante pensativo del cazador y decidió acercarse a él. Lo había llamado pero él joven no le prestó atención. Incluso aunque Kaname se había marchado ya, el joven se veía aun inquieto.

Después de mostrarles entre otras cosas, la biblioteca, las aulas, el auditorio, los jardines del área común y los establos. Y de indicarles hacia donde se encontraban los dormitorios del sol como un área prohibida. Se encaminaron hacia los dormitorios de la luna.

Cruzaron la gran puerta de roble con una luna grabada en lo alto y  el puente. Al final llegaron a la residencia. Zero podía sentir la presencia múltiple de vampiros en el interior. Ni siquiera tuvo que tocar la puerta ya que esta se abrió apenas ellos pisaron el último escalón.

Una joven doncella hizo una reverencia y les cedió el paso. Al ingresar no pudo evitar fruncir el ceño. Todos los vampiros de la clase nocturna se habían reunido en el vestíbulo para darle la bienvenida a los dos nuevos integrantes y en cuanto vieron al pelinegro, todos en conjunto hicieron una reverencia, a excepción claro de Kuran, quien se encontraba sentado en un sillón estilo Chesterfield, con una copa de vino en la  mano. Ichijou se encontraba a su lado y les dedicó una amplia sonrisa.

- Eyre-san –. Dijo el castaño incorporándose. - Bienvenido a la residencia de la luna. Lo mismo digo para ti Okami-kun.

- Gracias Kaname-sama –. Respondió Liam. Shion sólo hizo una reverencia.

- También gracias a ti Kiryuu-kun, por guiarlos hasta aquí.

- Es mi trabajo y como ya ha terminado,  me retiro -. Dijo Zero escuetamente y se giró hacia la salida dispuesto a marcharse.

- Espera Kiryuu-kun – Ichijou se adelantó hasta él - ¿Por qué no te quedas un poco más?

- Lo siento pero tengo que continuar con la ronda – dijo Zero ya en la puerta.

- Ichijou, está bien, permitamos que continué con su trabajo.

Kaname sonó serio e indiferente. Zero se sintió incomodo y volvió el rostro hacia él y lo miró a los ojos, ahí estaba nuevamente esa mirada extraña en aquellos iris borgoña, y ese algo en el semblante y aura del sangrepura. Por alguna razón el vampiro lucia diferente; no, más bien algo en él se sentía diferente. Entonces lo comprendió.

- Bueno, pues nos vemos mañana entonces -. El noble le sonrió.

- Sí, claro -. Se giró y salió del lugar.

Todos dejaron de reparar en él. Liam se adelantó hasta  donde estaba Kaname y al instante el círculo entorno a ellos se cerró y el sonido de voces se elevó. Ichijou comenzó a cerrar la puerta mientras prestaba atención a algo más.

- Necesito verle más tarde, díselo. Él aún tiene la llave del director.

Una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de Takuma.

Notas finales:

Hola a todos, les regalo un capítulo mas.

No me canso de darles las gracias por seguir leyendo esta historia. Hasta pronto.


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