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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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Capítulo XXIII

Sentimientos confusos

 

 

 

Frunció el ceño, cruzó la alta puerta de madera y se encaminó por el puente. Sabía lo que debía hacer pero antes tenía que confirmar sus sospechas.

Sólo esto le faltaba, más trabajo y complicaciones. No había podido dormir en toda la noche y durante todo el día no había prestado atención a nada, ni lo que hacía ni las conversaciones que tenía. Ni siquiera había ido a la asociación. No había hecho nada más que pensar.

Y mientras lo hacía, sin más había llegado a lo alto de una de las torres del edificio principal. Ahí se había quedado observando por unos minutos la residencia de la luna. Desde esa posición podía verse a la perfección la que una vez fue la habitación de Kuran.

No comprendía exactamente que había sucedido la noche anterior. Es más, sentía como si desde el momento en que le sugirió a su padre volver a instaurar la clase nocturna, hubiese tirado una moneda al aire y ahora no sabía bien a bien cuál era el destino que se había ganado.

Desde que Kuran volvió, un gran número de sucesos habían ocurrido y habían creado una maraña de confusiones en su mente y en su alma, al punto que habían terminado por  sacudir su vida.

Primero, esos extraños sueños que habían vuelto. Luego, la frustración que había sentido por haber sido salvado por el vampiro, durante lo cual había bebido su sangre; y con ello había atraído los recuerdos del vampiro que habían hecho que esa mirada triste que prevalecía en ellos se quedara grabada en su mente, haciéndole experimentar un sentimiento de cierta compasión por él.

Kuran le había dicho que lo había salvado porque eran aliados, pero entonces ¿Por qué le había dejado ver sus recuerdos?. No lo sabía, pero de él no podía esperar nada bueno, al menos eso era lo que la experiencia le había enseñado.

Como fuera, ese suceso lo había orillado a hacer lo necesario para evitar que Kuran lo influyera y por ello había reforzado el sello de su cuello. Como consecuencia se sentía débil, pero sabía que era un precio justo ya que eso disminuía la posibilidad de que Kuran hiciera algo para dominarlo.

Pero entonces había sucedido lo de ayer, donde había reparado por primera vez y conscientemente en esas otras sensaciones que el vampiro le provocaba: la ansiedad, el nerviosismo que lo invadía últimamente con su cercanía y lo sensible que se había vuelto a su presencia.

Y para complicarlo todo aún más, Kuran lo había besado. Aunque, cuando lo pensaba era claro que el vampiro se había dejado llevar ante la visión de la sangre; ese beso no fue algo real. Aun así lo había desarmado, lo había dejado sin saber qué hacer y le había dejado una sensación de calidez imposible de olvidar. 

Y lo terrible del caso era, que se suponía que él era actualmente el mejor cazador de vampiros, pero en ese momento aunque tenía su arma en su pecho, no había sido capaz siquiera de desenfundarla.

 

¿Sería posible que a él le gustara Kuran?.

 

Esta pregunta, como durante toda la noche, volvió a resonar en su mente y le hizo detenerse de golpe y sacudir la cabeza negativamente.

¿Gustarle Kuran?, No; la sola idea de eso le hacía sentir un escalofrío recorrer su cuerpo. A él no le podía gustar ese sujeto. Eran completamente diferentes. No tenían absolutamente nada en común y aún más importante, eran enemigos naturales. Él era un cazador y el otro un vampiro. Él era un exhumano y el otro un sangrepura. Ambos habían sido rivales por el amor de la misma mujer. Y por sobre todo, Kuran le había arrebatado todo. Jamás podría haber algo así entre ellos. Es decir, ningún sentimiento que no fuera desprecio u odio.

No, eso que sentía sin duda era consecuencia de haber bebido su sangre. Y también porque con el tiempo había estabilizado su parte vampírica gracias a la sangre de Ichiru mezclada con la de Shizuka. Eso lo ponía casi en la misma situación de atracción que los demás vampiros experimentaban hacia un sangrepura. Ahora sólo tenía que esperar a que los efectos de la sangre de Kuran desaparecieran y todo volvería a ser como antes. En verdad deseaba desesperadamente que eso sucediera pronto.

Continúo por el puente hacia la residencia de la luna. Como fuera, ahora lo que le inquietaba era otra cosa y sólo esperaba que su presentimiento no fuera cierto.

Al llegar a la puerta de la residencia se detuvo y miró hacia lo alto. Percibió el silencio que reinaba en ella. ¿Qué estaba haciendo?, todos ellos deberían estar durmiendo. Por huir de Kaito no había pensado con claridad. Quizá debería volver más tarde. Se dio vuelta dispuesto a marcharse.

-   ¿Kiryuu-kun?  

Se detuvo en seco y se giró de nuevo hacia la puerta.

-   Ichijou, pensé que nadie estaría despierto. 

-   Estaba leyendo un poco y te sentí acercarte. ¿Vienes a ver a Kaname? –. El noble le sonrió ampliamente y por alguna razón eso lo incomodó. 

-  Sí, pero supongo que estará… 

-  Él está despierto. Pasa.

Zero dudó un par de segundos y luego ingresó al lugar. Era irónico, aunque él se encargó de la reconstrucción de la academia, no había pisado ese lugar; no desde que la anterior clase nocturna estuvo allí.

El amplio vestíbulo estaba pintado de un sutil azul lavanda con detalles plateados y las  elegantes escaleras a ambos lados estaban tapizadas con una alfombra roja. Los muebles eran demasiado finos y en los jarrones que adornaban algunas mesas de caoba, había rosas blancas. No pudo evitar pensar lo absurdo del aspecto. El blanco no debería ir con los vampiros.

-  ¿Gustas tomar algo Kiryuu-kun?

-  Así estoy bien.

-  Entonces iré a avisarle que estas aquí.

-  Te lo agradezco.

Sin embargo antes de que Ichijou se diera la vuelta, Kaname, elegante y altivo apareció en lo alto de las escaleras. Zero sintió como su corazón le dio un vuelco. ¿Qué estoy haciendo aquí?. Aunque fue esto lo que pensó, por alguna razón no pudo retractarse. En cambio miró al sangrepura directamente.

-   Kuran, necesito hablar contigo. En privado.

-  Hola Kiruu-san -. Antes de que el sangrepura respondiera, otra voz lo hizo y ambos se giraron. Liam salía de una estancia contigua al vestíbulo. Iba vestido con un traje blanco casual y camisa negra sin corbata y llevaba el pelo recogido como de costumbre en una coleta alta. - Buenas noches –. terminó el saludo.

-   Buenas noches Eyre-san –. Respondió Zero inexpresivamente.

-   Sígueme –. Indicó Kaname de pronto y con firmeza, ignorando a Liam. - Si no te importa, en mi habitación podemos hablar.

-   Bien.

Zero lo miró un par de segundos para luego avanzar hasta las escaleras y comenzar a subirlas. Kaname aguardó hasta que el joven estuvo en lo alto y luego se encaminó hacia su habitación sin mirar a nadie.  Llegaron hasta allí sin que ninguno de los dos hablara. 

-   Adelante.

El cazador ingresó y se paró en mitad del recibidor. Un sutil rubor se instaló en sus mejillas. Kuran estaba ocupando las mismas habitaciones que hacía muchos años, las mismas que él había estado observando hacía poco desde la azotea.

El aspecto del lugar en general era discreto. El techo artesonado, la lámpara tipo araña encendida ya que comenzaba a oscurecer; las paredes crema con detalles dorados y frisos de madera, la alfombra roja, los ventanales amplios con divisiones y marcos de madera blanca con cortinas azul lavanda y resaltando, un hermoso chaise rojo cercano a uno de esos ventanales. Pero además de todo, el aroma del vampiro estaba impregnado en el ambiente. Nuevamente una sensación de ansiedad lo invadió y sintió seca la garganta.

A la derecha estaba la puerta que daba a la alcoba; la cual se encontraba cerrada. A la izquierda un amplio librero con libros y piezas de decoración finas pero sencillas en su aspecto. Y frente a él, un escritorio de caoba sobre el que descansaba, entre otras cosas, un tablero de ajedrez con piezas blancas y negras. Ante la visión de éste no pudo evitar fruncir el ceño y con ello la sed disminuyó.

-   ¿Algo está mal con el lugar? –. Preguntó Kaname ante el silencio del cazador. Al escuchar su voz, Zero sintió un escalofrío. 

-   Sólo pensaba que tus gustos no han cambiado mucho.

Kaname sonrió. ¿Zero estaba al tanto de sus gustos?

-   Supongo que tienes razón, pero no hay cosas que cambien mucho cuando comparamos tu existencia con la mía –. Cerró la puerta y una vez lo hizo, él también se sintió algo nervioso. El recuerdo de la primera vez que Zero bebió de él acudió a su mente y le hizo sentir un ligero hormigueo en el cuello y comenzó a sentir seca la garganta – Pero eso no es importante -. Se obligó a continuar. - Si quise que habláramos en este lugar es porque aquí no podrán escucharnos.

-   Bien –. Zero no lo miraba directamente. Kaname supuso que estaba igual que él. La situación de la noche anterior los hacía sentir de cierta forma incomodos, pero al igual que el cazador, intentó ignorarlo.

-  ¿De qué querías hablar?

-  De esto –. Esta vez Zero si lo miró y le extendió el sobre amarillo. Kaname lo tomó.  - Quiero que me digas si sabes algo al respecto.

Kaname  extrajo el contenido y leyó. Al instante sintió un hueco en el estómago. 

-   ¿Cuándo te llegó esto? 

-  Hace un rato. Era información confidencial y sólo cinco personas sabíamos de la presencia de esos nivel E en la ciudad. Llevábamos días rastreándolos, pero no habíamos podido localizarlos sino hasta hoy.

   >… Debo decir que desde un principio me pareció extraño su comportamiento.  Ellos generalmente no se agrupan, son demasiado salvajes y la sed de sangre los enloquece. Pero estos eran diferentes y quería capturarlos para poder averiguar por qué. Sin embargo eso ya es imposible dado que simplemente fueron destruidos y en un mismo lugar. Al parecer no les dieron tiempo de dispersarse o de atacar…

    >… Kuran… quiero que me digas si estas mandado vampiros a cazar.

Kaname lo miró un par de segundos y luego sonrió.

-   ¿Tendría eso algo de malo Kiryuu-kun? 

-   Por supuesto. Sigo siendo el presidente de la asociación y es mi deber averiguar lo sucedido, incluso me lo están exigiendo.  Pero por sobre todo, no quiero que los vampiros del  senado ni los cazadores dirijan su vista hacia aquí y piensen que pueden intervenir. 

-   No tienes de que preocuparte. Si hubiese ayudado con eso, el senado no intervendría, no conmigo aquí; y creo que en cuanto a  los cazadores, ellos deberían estar agradecidos –. Zero lo miró molesto. -  Pero para tu tranquilidad, no, no estoy mandando  a nadie.

Kaname pudo ver como Zero parecía aliviado por ello. Entonces sutilmente tragó saliva. No debería hacer lo que estaba pensando, pero si se lo ocultaba, el cazador tendría más problemas. Lo que menos quería ni necesitaba era al joven vagando por la ciudad investigando lo sucedido.

-    Bien Kuran, entonces supongo que…

-    Sin embargo… -. Kaname interrumpió la frase de Zero. - No te mentiré Kiryuu-kun. Yo los eliminé.

Zero lo miró sorprendido, pero al momento frunció el ceño.

-    ¡¿Qué tu hiciste qué?!

-    Los eliminé –. Repitió el vampiro con total calma. – Ayer salí de la academia y lo hice. No puedes culparme, ellos ya no tenían salvación.

-   ¿Qué diablos hacías fuera de las instalaciones de la academia?

-   Tú y tus allegados no eran los únicos que sabían sobre esos nivel E y al igual que tú, también me sentía inquieto por la forma en que estaban comportándose.

-   ¿Y decidiste salir a investigar sin mi autorización?

-    No creí que fuese necesario en una situación así. Seiren me informó de su localización y acudí de inmediato y los eliminé –. Zero frunció aún más el ceño.

-    ¡Eres un idiota!, ¡cómo se te ocurre exponerte de esa manera!

Kaname ligeramente sorprendido entreabrió los labios pero no supo que decir. Las palabras del cazador lo descolocaron y sintió como su corazón le dio un vuelco. El joven no le había reprochado el haberlos eliminado, sino el haberse expuesto.

Zero por su parte comprendió tarde lo que había dicho. Y un ligero rubor se instaló en sus mejillas. 

-   Tsk… Lo que quiero decir es que…

-   Comprendo… - Kaname sonrió. Con tan poco estaba inmensamente feliz y no quería arruinarlo. - Supongo que debí avisarte. 

-   No, no supones. Debiste hacerlo.

-   Pero Kiryuu-kun… en ese momento, lo que acababa de suceder… 

-   Aun así –.  El sutil rubor aún no abandonaba sus mejillas pues sabía a lo que se refería Kaname – Aun así debiste informarnos al director o a mí. Tú debes apegarte a las normas de la academia y estas dicen que no puedes abandonar los terrenos sin autorización. Además nosotros somos los cazadores.

-   Si, y supongo que yo soy uno de los culpables de la situación ¿no?

Kaname ahora lo miró seriamente. No le gustaba en nada que Zero no quisiera que lo ayudara en ningún aspecto. Eso lo hacía sentirse impotente y eso era algo que no le agradaba.

Zero por su parte suspiró y trató de tranquilizarse, estaba exagerando y lo sabía.

-   No te culpo -. Dijo en un tono de voz más tranquilo. - Si aquí hay un culpable no son ni siquiera ellos, sino aquel sangrepura que los transformó. Pero no tú. Si de algo estoy seguro es que tú no has transformando a ningún humano.

Kaname se sobrecogió ante dicha afirmación y luego sonrió con calidez.

-   Te agradezco la confianza Kiryuu-kun… pero...

-   No se trata de confianza -. Zero desvió la mirada y al final prácticamente susurró. - Lo sé.

¿Sería posible que Zero en realidad no lo odiara?. Kaname lo miró con ternura y se obligó a continuar. 

-   Bien… Pero en lo que en realidad nos debemos centrar ahora es en que como has dicho, ellos estaban en grupo y eso es una cualidad que tienen sólo cuando están bajo el dominio de un vampiro sangrepura cerca –. Zero lo miró inquieto. 

-   ¿Crees que?

-   No estoy completamente seguro que sea el caso. Anoche busqué a ese vampiro pero no estaba cerca y en ningún momento sentí su presencia. 

   >… Lo siento Kiryuu-kun, sé que debí decírtelo inmediatamente, pero eran demasiados y otro enfrentamiento entre tú y ellos… 

Zero no prestó atención a lo último que decía el vampiro. Estaba pensando en otra cosa que repentinamente había venido a su cabeza.

-   ¿Kuran?, tú … ¿sólo los eliminaste, no es así? –. Cuestionó finalmente.

-    ¿Intentas preguntarme si bebí de ellos?

Kaname le respondió con otra pregunta, con un ligero matiz de burla en la voz. Zero lo miró con sutil expectación. Entonces el vampiro comprendió que el cazador lo preguntaba en serio; al instante sintió un hueco en el estómago.

-   No, no lo hice – dijo intentando sonar seguro. - Ya te lo dije ayer, no necesitaba sangre. Si la necesitara no me hubiese detenido ya que tú la ofrecías por propia voluntad y tampoco hubiese roto ninguna regla por ello.

-   Comprendo -. Zero se sintió extrañamente aliviado. - Supongo que entonces sólo eran imaginaciones mías. Disculpa lo que hice ayer. 

Esta vez Kaname se sorprendió. ¿Zero se estaba disculpando con él?. Rio de forma sutil y para ocultar su nerviosismo se dirigió hacia su escritorio y se recargó en un extremo.

-   No tienes por qué, te lo gradezco de todas formas –. Kaname le volvió a sonreír y Zero nuevamente se sintió incómodo.

-   Bien, eso era todo lo que quería tratar. Me retiró –. Dijo repentinamente el cazador. - Ya sé que sucedió. Sólo te pido que no vuelvas a hacer lo mismo sin informarme antes. Como sea, ahora yo me ocuparé del resto.

-   ¿Qué harás?

-   Mi trabajo como presidente de la asociación –. Zero le dio la espalda y se dirigió hacia la puerta. Pero una vez allí.

-   Espera Kiryuu-kun  –. Zero se detuvo con la mano en el pomo, pero no se giró.

-   ¿Qué quieres?

-   Mi acción de ayer. Lamento si te incomodé. No fue mi intención, es solo que…

-   No sé de qué me hablas –. Dijo Zero totalmente ruborizado. Abrió la puerta y salió sin volverse un sólo segundo para mirarlo.

Kaname pensó en dejarlo marchar así, pero luego se arrepintió por lo que dijo y salió de la habitación aprisa para alcanzarlo. Sin embargo para cuando llegó a lo alto de las escaleras, Zero estaba con Liam en la entrada principal. No pudo evitar fruncir el ceño, pero se contuvo y aguardó en lo alto escuchado la conversación.

-   ¿Te marchas tan pronto? -. Preguntó el pelinegro.

-   Ya he tratado el asunto que me trajo aquí. Y tú, ¿no deberías estar durmiendo aún? 

-   Me he levantado temprano, ¿o debería decir tarde?... Hmmp… Supongo que es un poco complicado hablar con otro vampiro cuyo estilo de vida es diferente al de la mayoría.

-   Me da lo mismo. Sólo era una forma de decirlo -. Respondió Zero indiferente.

-   Si, claro. Bueno, dado que es día de descanso y tengo autorización del director, saldré a la ciudad, hay asuntos de los que tengo que hacerme cargo también.

-   Pues yo no tengo ningún inconveniente, mientras no se metan en problemas todo está bien.

-  Hmmp… No te preocupes, no lo haría. Ahora soy un estudiante de esta academia, no haría nada para desprestigiarla… 

Para incomodidad interna de Zero, Liam lo miró unos segundos como evaluándolo.

-   ¿Qué me miras?

-   Hmmp… lo siento Kiryuu-san. Es sólo que si me permites un concejo. Quizá deberías descasar un poco, te ves algo agotado. –. Se acercó mucho al rostro del joven. Zero no retrocedió ante eso, por lo que el sangrepura sonrió y casi le susurró. – Kiryuu-san, en mi experiencia los problemas son más fáciles de resolver después de unas horas de sueño en una suave cama o de unas horas con una buena compañía. O mejor aún, de una buena compañía en una suave cama.

-   Tal vez –. Zero lo miró inexpresivo y se alejó de él -. Quizá tome en cuenta tú consejo y duerma un poco. Me voy -. Dicho esto se marchó.

-   ¿Estas molesto? –. Dijo Liam sin volverse pero sabiendo quien lo miraba desde lo alto de las escaleras.

-   ¿Por qué tendría que estarlo? -. Kaname respondió tranquilo e indiferente.

-   No lo sé. Supongo porque estas interesado en él. Al menos fuiste muy claro cuando me dijiste que no  me atreviera a hacerle daño. Pero si te soy sincero, él es bastante atractivo y muy interesante y… me gusta.

-   ¿Ah sí?. Mi interés en él radica en el hecho de que somos aliados. Ambos estamos aquí por un objetivo. Cumplir el sueño de una persona que fue importante para ambos.

-   ¿Sólo es eso?

-   ¿Por qué tendría que haber algo más? –. Liam se giró y lo miró. Kaname no desvió su mirada. Ni siquiera un atisbo de vacilación se había presentado en su voz cuando dijo todo eso. Al final Liam sólo volvió a sonreír.

-   Si, bueno. A mí me había parecido algo diferente. Pero si ese es el caso me alegro, porque entonces supongo que puedo enamorarlo sin que eso te afecte. 

Kaname no dijo nada más, simplemente le dio la espalda y se dirigió a su habitación.  Liam volvió a mirar hacia donde Zero se había marchado. Era obvio que Kaname estaba interesado de alguna forma en el joven, quizá no tanto como lo había supuesto, pero sí. Ahora el punto era, ¿y Zero?

 

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Kaname ingresó a su habitación y cerró la puerta tras de sí.  Se llevó una mano a la frente para tranquilizarse, pero sus ojos ya brillaban en un carmesí intenso. Liam le había declarado abiertamente su interés por enamorar a Zero y él había tenido que aparentar indiferencia, pero estaba furioso y aun así no podía estallar. Tenía que guardar la calma por la propia seguridad del cazador. Sin embargo era muy difícil mantener el control. La sangre que había bebido de esos nivel E lo tenía un poco alterado.

Se dirigió hacia su chaise y se recostó en él. 

¿Kuran?, Tú… ¿sólo los eliminaste, no es así?

Una expresión de tristeza se reflejó en su rostro al recordar que le había mentido al joven. Sabía de sobra que Zero odiaba a los sangrepura que trasformaban a los humanos y los usaban a su antojo. Si se enteraba de que había bebido de esos vampiros quizá los depreciaría aún más.

-   Zero… mi amado Zero…

   >… ¿Por qué todo esto tuvo que ser así?. Un vampiro enamorado de un ex humano, un vampiro enamorado de un cazador, un victimario enamorado perdidamente de su víctima.

   >… Zero, Zero, eres mi suplicio y mi más grande bendición. Ojala pudiese llevarte lejos. Ojala pudieses mirarme sólo a mí. Ojala pudieses amarme.

 

 

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-   No pudimos hacer nada. Discúlpenos Eyre-sama.

Liam miró fríamente al chico rubio frente a él que estaba arrodillado y lucía muy nervioso.

Estaba molesto. El incidente de hacía semanas había atraído la atención de Zero. Pero después de eso, se suponía que estaban siendo cautelosos y habían borrado cualquier  rastro. Pero al parecer se equivocó.

-   ¿Cómo pasó? – exigió saber.

-   Él… él simplemente apareció mi señor. Ellos estaba tranquilos, ni siquiera estaban fuera de la bodega. Cuando me percaté de su cercanía me oculté e inhibí mi presencia. Él no dijo nada y rápidamente los dejó a todos inconscientes. Luego, luego él…

-   ¡¿Él qué?! -. Estaba perdiendo la paciencia.

-   Él bebió la sangre de todos ellos hasta convertirlos en cenizas... Ni siquiera se percató cuando escapé  –. Liam lo miró ligeramente sorprendido. No se esperaba eso. - Perdóneme Eyre-sama. Le juro que cumplimos todas sus órdenes, no sé cómo fue que Kuran descubrió el lugar. 

-   Lárgate –. Le ordenó. El vampiro inmediatamente desapareció.

Liam se giró y miró por la ventana hacia las calles. El bullicio expandido por la ciudad delataba la vida nocturna que se desarrollaba en ese momento. El ruido de los autos, las luces neón de los anuncios y la luz dorada proveniente de los locales y edificios, los transeúntes yendo y viniendo.

Suspiró y sonrió al comprender todo. Pese a la primera impresión, Kaname en realidad no sabía de sus planes. Estaba seguro que había encontrado a los nivel E porque estaba cazando. ¿Pero a unos nivel E?, Kaname sin duda era patético. Pobre.

Sin embargo la pregunta importante aquí era ¿Por qué cazaba?. Él ya había previsto que eso no pasaría, al menos no tan pronto. Algo debía de haber pasado como para que simplemente Kaname se hubiese rebajado a hacer algo que le desagradaba. Quizá estaba en su límite.

¿Qué pensaría Zero de eso?. Seguramente no se pondría muy contento. Ponerlo al tanto sería una buena forma de poder alejarlos.

Sin embargo, aunque hiciera eso, había otra cosa aún más significativa. Kaname había conocido a sus nivel E. Eso bien podría pasarle desapercibido como no. Lo más probable seria lo primero por supuesto; pero con Kaname nunca se sabia. Aunque estuviese cazando eso no impedía que reparara en el hecho de preguntarse ¿qué hacia una horda de nivel E en una bodega?

No tenía ni una semana en la academia y tampoco había hecho un solo avance con Zero y sus planes ya peligraban.

-   Shion.

-   ¿Si, Eyre-sama? –. El joven vampiro apareció al instante.

Liam no se giró; continuó mirando por la ventana con una expresión fría en el rostro. 

-   Probablemente tendremos que adelantar el ataque -. Dijo.

-   Comprendo…

Aparentemente el pelirrojo sabía lo que eso significaba pues no esperó ninguna orden, simplemente desapareció nuevamente, dejándolo solo. 

Liam sabía que tenía que actuar con mayor cautela de ahora en adelante y tenía que atraer a Zero ya.

Sus ojos relucieron en carmesí intenso mientras se llevaba una copa a los labios. Bebió un sorbo y luego sonrió.

-   Como sea, supongo que debo agradecer que bebiste la sangre de mis nivel E, Kaname. Me has dado una grandiosa ventaja. El amor sin duda hace débil a las personas ¿no crees?

 

Notas finales:

Hola, como lo prometí, les dejo el siguiente capítulo. Disfrutenlo.

 

Gracias por sus comentarios y espero poder subir el siguiente antes de fin de mes. Cuidense mucho y hasta pronto.


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