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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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CAPÍTULO XXXVI

Enfrentamiento y declaración

 

 

-   ¡Cómo te atreves!… ¡te dije que no lo tocaras!…

Kaname completamente furioso, con los ojos en un carmesí intenso y dejando ver sus  colmillos totalmente extendidos; prácticamente arrancó a Liam del cuello de Zero y lo arrojó con tanta fuerza que éste salió disparado, golpeó contra una pared y la perforó.

Su respiración estaba acelerada y quería destrozar a Liam, destrozarlo por completo. Convertirlo en cenizas en ese instante. Sin embargo se giró hacia Zero a tiempo para sostenerlo ya que el cazador estaba a punto de desplomarse.

La opresión que se instaló entonces en su pecho, le causó dolor. La ropa del joven estaba manchada de sangre y su cuello seriamente lastimado. Liam lo había mordido con demasiada ferocidad y sanaba muy lentamente.

-   Zero… ¿me escuchas?… dime algo por favor – Fue lo único que atinó a decir.  El cazador levantó el rostro y lo miró. Sus ojos de un amatista nuevamente, se veían opacos.

-   ¿Quién… quién eres? – Kaname sintió una terrible punzada en el pecho.

-   Zero… soy yo…

La expresión en el rostro de Kaname mutó en una de desesperación. Pero entonces, Zero al escucharlo abrió los ojos con sorpresa y el brillo regresó a ellos de nuevo.

-   Ka… Kaname… eres tú…

-   Si… soy yo… - Kaname sonrió aliviado y lo abrazó con fuerza. – Soy yo…

-   Idiota… tardaste demasiado – susurró Zero contra su hombro, mientras se aferraba a su gabardina.

-   Lo siento… lo siento… no debí dejarte solo…

-   Quiso… hacerme olvidar… Me alegro de… -. Zero no dijo nada más pues perdió el conocimiento.

Kaname fue consciente de eso y lo estrechó aún más contra su cuerpo. No quería dejarlo solo nunca más. No lo quería fuera de sus brazos jamás. 

Sin embargo, al sentir aumentar el aura de Liam; la furia que había pasado a segundo plano volvió a flote. Por lo que depositó al joven lentamente en el piso con la espalda apoyada contra la pared, en el preciso momento en que el pelinegro aparecía por el agujero en la pared con una sonrisa en el rostro y los ojos en un carmesí intenso.

Pero no sólo apareció él. Ichijou alertado por el repentino aroma a sangre de Zero y por el despliegue de energía de ambos vampiros, también acudió.

Miró horrorizado a Zero.

-   ¡Kaname!… ¡Kiryuu-kun…

Fue en ese instante que también comenzó a sentirse la presencia múltiple de vampiros alrededor de las entradas de la academia.

El noble miró de reojo como estos empezaban a arremeter contra los muros mientras los nobles desde lo alto comenzaban a lanzar sus ataques. Volvió a mirar a Zero e intentó ir a él para sacarlo de allí.

-   Aléjate Ichijou, tienes trabajo – le ordenó Kaname sin dejar de mirar a Liam fríamente.

-   Si… pero…

Ichijou miró de nuevo a Zero. Si lo dejaba allí estaría en peligro de sufrir más daño. Sin embargo, al mirar a Kaname comprendió que éste estaba  actuando de manera territorial por la furia y que no permitiría más daño hacia el cazador. Asi que sin más desapareció para reaparecer de nuevo en lo alto del muro de la entrada principal.

-   Así que te subestime – dijo tranquilamente Liam mientras sacudía el polvo de su gabardina y luego pasaba una mano por su larga coleta de cabello negro.

Kaname lo miró fríamente mientras era consciente de Zero tras él.

-   Intentaste tenderme una trampa…

-   Si… hubiese deseado que cayeras, pero en fin… supongo que siendo un sangre pura tú también, jugamos al mismo nivel y no podría ser tan fácil… lo cierto es que al menos conseguí parte de lo que quería – dijo riendo suavemente y lamiendo de su labio inferior restos de la sangre de Zero.

Ante esa acción el aura de Kaname electrizó el ambiente y sin esperar ni un cometario más se lanzó contra Liam. Con el impulso del golpe ambos fueron a parar cerca del lago. Kaname quedó en pie y Liam en el piso. Pero eso no pareció inmutar siquiera al pelinegro; quien sin haber sufrido aparentemente ningún daño, se incorporó sonriendo.

-   Veo que te molesta que haya bebido su sangre… ¿Tú lo has hecho?... ¿No?... pues su sabor es realmente…

Kaname hizo elevarse bruscamente el suelo bajo los pies de Liam, pero éste sólo saltó a un árbol cercano. Al instante Kaname le hizo estallar un hombro; pero el pelinegro simplemente volvió a sonreír mientras se regeneraba.

-   Nunca imaginé que llegaría el día en que te vería perder el temple de tal manera, y por un insignificante exhumano.

-   Para mí, Zero de ninguna manera es insignificante; y mi unión con él va más allá de un simple acto de suministro.  

El semblante de Liam se ensombreció y ésta vez fue él quien causó varias heridas en el cuerpo del castaño con sólo su poder mental.

Kaname no se inmutó, pero comprendió la diferencia en poder. Podría hacerle frente a Liam, pero no vencerlo, no ahora en su condición. Tenía que distraerlo e ir por Zero y llevárselo.

-   ¿Por qué no te das por vencido Kaname?... si peleamos enserio sabes lo que resultará. Por mí no hay problema; a final de cuentas éste lugar será destruido. Pero sería más divertido si sólo lo veo caer sentado en primera fila.

-  Quizá, pero éste lugar ha sido importante para varias personas preciadas para mí. En especial para Zero. Hmmp… y conociéndolo, él realmente se molestaría si no hago nada por defenderlo.

-   Así que finalmente demuestras que él te interesa.

-   A mí más bien me sorprende que  seas tú quien muestre tan abiertamente sus intenciones. Después de haberte esforzado tanto en no dejar pistas que nos llevaran a pensar que tú estabas detrás de los ataques y movilizaciones de los sangre pura, y de la apatía del senado; no creo que se trate de exceso de confianza… ¿se debe acaso al rechazo de Zero?, porque te rechazó ¿no es así?... por eso decidiste salir a la luz y atacarlo tan burdamente.

Esta vez fue Liam; quien furioso, con un movimiento de la mano hizo que el aire se agrupara en cuchillas filosas contra Kaname. El castaño creó con su sangre la enorme guadaña que usaba para pelear y bloqueó el ataque. Sin embargo al instante Liam apareció tras él, tan rápido que Kaname no pudo reaccionar a tiempo y fue arrojado contra un árbol por un fuerte golpe del brazo del pelinegro. Quien apenas lo había golpeado, apareció frente a él con una sonrisa de suficiencia impidiendo que pudiera incorporarse totalmente del piso.

-   No puedes detenerme Kaname. ¿Ya lo has notado?...No tienes el poder para hacerlo. Has vivido como siempre; odiándote por lo que eres y por tanto no te has alimentado debidamente. Por eso tu poder no se compara al mío. Me alejaste de edificio para que Zero no saliera herido, pero el resultado al final será el mismo. El será mío.

Por la comisura de los labios de Kaname resbaló un fino hilo de sangre. Las palabras del otro le hicieron fruncir el ceño y desplegó su energía para alejar con ella a Liam. Sin embargo, éste no se movió ni un ápice.

-   ¿Eso es todo lo que tienes Kaname?... Pues entonces déjame ahora a mi demostrarte lo que puedo hacer. Es una lástima que a ti los años no te hayan beneficiado en absoluto.

Liam levantó un puño y lo descargó con fuerza contra Kaname; quien rápidamente creó un escudo de energía para contener el impacto. Liam sonrió más ampliamente, mientras infundía lentamente más energía en su puño para destruir el escudo que claramente le estaba costando trabajo mantener al castaño.

-   Puedes ser un ancestro incluso más antiguo que yo, pero lo cierto es, que eres muy débil, al menos para mí. ¿Sabes?, no esperaba en realidad que ellos terminaran contigo. Más bien esperaba que te mantuvieran entretenido. De hecho deberías darme las gracias. Los dejé para ti; debiste beber la sangre de alguno o devorar su corazón. Quizá así podrías enfrentarme…

Kaname no dijo nada, aun así sus ojos seguían brillando en carmesí. Sabía que tenía que hacer algo, no podía darse el lujo de perder, no por Zero que lo aguardaba inconsciente en la academia.

Hizo un esfuerzo y elevó más su aura y con su poder mental atrajo varios de los arboles destrozados contra Liam. Éste no dejaba de sonreír con diversión pero se alejó unos metros para evitar el impacto. Kaname sin dejar una brecha de tiempo, rápidamente volvió a hacer aparecer su guadaña y golpeó a Liam con ella; pero éste la detuvo con una espada formada a partir de su sangre también. Ambas armas temblaban por la fuerza de la contención, y fue Kaname quien tuvo que retroceder primero.

En medio de la noche iluminada sólo por la tenue luz plateada de la luna llena, sus figuras se erguían imponentes y sus ojos carmesí relucían intensamente. El viento golpeaba contra ellos y agitaba su pelo y gabardinas; pero ellos se mantuvieron impasibles mirándose el uno al otro. Liam mantenía su actitud altiva. Kaname se mantenía seriamente impasible. A lo lejos se podía sentir la energía de los vampiros luchando.

-   En realidad no te entiendo. Eres muy contradictorio Kaname. Destruiste la vida de Zero  por proteger a una pequeña jovencita descendiente tuya y, ahora que lo quieres para ti, simplemente te has mostrado apático. Tanto que llegué a creer realmente que él no te interesaba y que sólo eran imaginaciones mías. Dime, ¿es que acaso tienes miedo de que él te odie más?

-   Cállate. Nada de lo que suceda entre Zero y yo es de tu incumbencia.

-   Hmmp… Pues si eso es lo que piensas, supongo que le haría y te haría un favor, mentándote.  Después de todo él ya te odia.

-   ¿En verdad crees que podrás matarme?

-   Por supuesto.

Un nuevo ataque a distancia de ambos se presentó. La onda de viento de Liam chocó con la de Kaname de manera tan potente que varios árboles salieron volando arrancados de raíz; algunos de ellos hechos astillas. Luego nuevamente se lanzaron uno contra el otro.  

Cada golpe fuera a distancia o no, liberaba tanta energía que los arboles del entorno lo resentían. Kaname golpeaba, Liam esquivaba y viceversa. El pelinegro era el único que parecía sobradamente confiado. Peleaba con soltura al contrario de Kaname, quien parecía tener más dificultad en seguirle el ritmo. Hasta que Liam, adelantándose a un movimiento de Kaname, lo golpeó con fuerza y el castaño sólo alcanzó a cruzar los brazos al frente para contener el golpe. El impacto lo arrojó lejos sobre el lago, pero haciendo uso de su energía, logró mantenerse en equilibrio y levitó por encima del agua.

-   Felicidades, aún tienes energía. Pero ese lago bien podría ser tu tumba.

Liam salió disparado velozmente contra Kaname, quien no se movió. Entonces, antes de que el pelinegro reaccionara por completo, Kaname extrajo a Artemis de su gabardina y extendiéndola en un abrir y cerrar de ojos, alcanzó a cortar por completo su brazo. Liam, quien no alcanzó a esquivar a Kaname, quedó levitando varios metros tras a él para guardar distancia y se llevó la otra mano a la herida.

-   ¿Cómo es que…? - Liam miró con detenimiento el arma que Kaname traía consigo y supo al instante de que se trataba. Ya la había visto antes pero en manos de otra persona. Era un arma de cazadores, pero no cualquier arma. Ésta, supo al instante, poseía algo de Libelle; y fue el castaño quien lo confirmó al girarse hacia él.

-   Ésta fue la segunda arma que forjé a partir del metal madre que creó Libelle. No debería extrañarte que pueda sostenerla. Además ahora puedo usarla mejor porque esta revestida con el metal creado por Yuuki y posee también parte de la energía de Zero.

Al escuchar eso, Liam dejó a un lado su aparente altiva calma y su rostro se ensombreció. Desplegó otro ataque que Kaname evadió volviendo a tierra firme. Allí Liam no le dio tiempo de atacar, ya que hizo que cientos de rocas en forma de dagas salieran disparadas contra él, pero Kaname alcanzó a destruir todas. Liam volvió a arrojarse contra él empleando  cadenas de sangre que brotaron de su brazo herido; pero éste logró cortarlas con Artemis. Lo hizo nuevamente y Kaname lo contuvo con Artemis arrojándolo con ayuda de ella.

Liam retrocedió entonces un poco. Parecía que la herida en su brazo, que todavía no se regeneraba, lo estaba afectando. Kaname supo que tenía que aprovechar esa oportunidad. Levantó a Artemis para atacar y entonces todo sucedió muy rápido.

Shion apareció frente a él y bloqueó su movimiento con una katana. Kaname supo al instante que esa arma era un arma de cazador también. Antes de que hiciera algún movimiento para alejar al pelirrojo o siquiera pudiese preguntase por qué este niño podía usar un arma así. Otro Shion apareció tras él y clavó su katana en uno de sus costados. Kaname lo miró por encima del hombro, conteniendo el dolor que sintió apretando los dientes. Así que eran dos.

El Shion que había clavado su arma la sacó de golpe y una gran cantidad de sangre brotó de la herida. Kaname retrocedió un par de pasos.

Liam apareció entonces, pero en vez de dirigirse a Kaname, se acercó al Shion que había contenido al castaño.

-   ¿Qué crees que estás haciendo? – le preguntó en un siseo furioso.

-   Liam-sama, él… -. Antes de que el pelirrojo dijera algo más; Liam lo abofeteó. Lo hizo con tanta fuerza que lo arrojó varios metros lejos. Al instante el que clavó su katana se desvaneció; y al hacerlo, el Shion golpeado tuvo dos armas en sus manos.

-   ¿Quién te dijo que necesitaba que intervinieras?, Te ordené que guiaras el ataque a la academia. ¿Qué diablos haces aquí?

-   Yo…

-   Lárgate… no te necesito…

El pelirrojo, con la mejilla enrojecida, se incorporó, hizo una pronunciada reverencia y se desvaneció.

-   Una sombra. – Kaname intentó recuperar el aliento, pero sentía que la piel le escocia y podía percibir el aroma de su propia sangre en el aire. – Es un noble, pero esa habilidad no es propia de ellos. Debe ser único. Ahora veo porque lo tienes contigo.

-   Sólo aprovecho las oportunidades…

-   Si, claro…

-   Supongo que su estupidez le quitó la diversión a nuestro encuentro. Como sea, estaba pensando que era hora de terminar. Zero espera en la academia por mi.

Kaname frunció el ceño y volvió a ponerse en guardia con Artemis; pero penas lo hizo, Liam apareció frente a él golpeándolo con fuerza. El impacto lastimó sus costillas y lo desplazó varios metros.

Kaname lanzó varios ataques invisibles hacia Liam, pero ninguno acertó. Entonces en un rápido movimiento, el pelinegro apareció a su espalda y Kaname girando velozmente, bloqueó el ataque con el arma. Pero Liam fue más rápido y usando una de sus cadenas  le hizo perder el equilibrio y rápidamente lo sujetó con ellas. Kaname intentó romperlas pero eran muy fuertes. Artemis cayó al piso y él de rodillas.

-   Aunque uses esa arma, eso no cambia quien tiene la ventaja, mi sangre es más fuerte que la tuya. Aunque tuviste una sutil ventaja, no lo niego. Sin embargo te has hecho lento Kaname -. Dicho esto comenzó a acercarse a él formando en la otra mano una espada que empuñó. – Umm… quizá debería decir: Hasta nunca Kaname. Fue divertido jugar contigo.

Liam sonrió con fingida inocencia y levantó el arma.

Sin embargo, antes de asestar el golpe, un fuerte sonido resonó y un dolor se instaló en su hombro. Las cadenas y su espada desaparecieron. Al mirar por encima de su hombro, pudo ver a Zero parado a varios metros de distancia, apuntándole con su arma.

-   Aléjate de él… -.  Le ordenó el cazador al tiempo que ramas platinadas brotaba de la Bloody Rose comenzando a fundirse en su brazo derecho. Los ojos de Zero aunque amatistas, tenían iridiscencias carmesí. Sin embargo se veía claramente que hacía un esfuerzo por mantenerse en pie.

-   Hmmp… así que ya despertaste. 

Zero no respondió y al instante volvió disparar, pero Liam en un veloz movimiento evadió el disparo, tomó a Artemis y se situó tras Kaname con el arma en su cuello.  Artemis no dejaba de lanzar descargas eléctricas contra el toque del pelinegro.

-   Yo diría que es un poco complicado hacer lo que me pides. Sin embargo me alegra ver que estas bien.

-   ¿Qué rayos haces aquí? No debiste venir.

Kaname lo miró con el ceño fruncido, pero sus ojos reflejaban miedo. Liam sonrió ante eso y pegó a Artemis más a su cuello. En cuanto a Zero, éste simplemente ignoró las palabras de Kaname y se dirigió sólo a Liam.

-   Si, por suerte. Aunque no sé si reírme por tu cinismo; después de que casi drenaste mí sangre, es un milagro que no me haya convertido en polvo.

-   Exageras un poco. Jamás permitiría que sucediera algo como eso. Pero hay que admitir que tú tuviste la culpa. Por gusto jamás te dañaría – Zero frunció el ceño

-   Aléjate de él – volvió a decir.

-   Lo siento, pero no creo que estés en condiciones de exigir algo. Además, ¿Por qué quieres que lo haga?, él te ha hecho mucho daño. Yo podría simplemente hacerlo desaparecer.

-   ¿Qué es lo que quieres para dejarlo ir?

-   Hmmp… muy bien, ahora negocias - Aunque Liam sonrió al decir esto, su mirada se mantuvo fría.

-   Sólo dilo…

-   Durante mi existencia he querido muchas cosas, pero ahora sólo deseo por encima de todas, una… Tú. Tú eres lo único quiero, eres lo único que necesito.

-   Estás loco.

-   Ja ja ja… Quizá, pero ven conmigo Zero y prometo que le perdonaré la vida. – dijo haciendo un ligero movimiento de cabeza en dirección a Kaname, pero sin mirarlo.

Zero respiraba con dificultad y por primera vez miró a Kaname, éste negó con la cabeza.

-   No lo escuches Kiryuu-kun.

-   ¿Lo dejarás marcharse?

-   Por supuesto. – Liam sonrió más ampliamente.

-   ¡No! – Kaname miró a Zero con desesperación.

-   Bien… entonces lo haré. Me iré contigo.

Zero bajó el brazo, al instante las ramas comenzaron a desaparecer y luego su arma volvió a aparecer en su mano.

-   Buen niño.

Zero siguió mirando al pelinegro. Aún no se había recuperado de su ataque. Se sentía sumamente mareado y a punto de desmayarse. Y la forma en que Kaname lo miraba y le había gritado que no, le oprimía el pecho. Pero era obvio que el castaño estaba en desventaja. No podría  vencer a ese sangre pura que también era un ancestro; y él en realidad tampoco era de ayuda en ese momento. Pero si Liam se había mostrado tan fácilmente con él, algo podría hacer para darle tiempo a Kaname de huir o de que Liam no lo lastimase. Y si irse con el pelinegro era la solución para que Kaname no saliese herido, haría lo que fuera, costara lo que costara.

Liam sonrió, y sin alejarse de Kaname comenzó a crear nuevas cadenas con su sangre; aunque más lentamente. Al verlo, Zero supo que mentía y retrocedió un paso. Kaname reflejó más desesperación en su mirada. Liam sonrió.

-   Dijiste que vendrías conmigo

Zero frunció el ceño e instintivamente le apuntó de nuevo, pero su visión se estaba volviendo borrosa por la debilidad. Estaba a punto de desmayarse de nuevo.

-  Y tú dijiste que lo dejarías ir.

-  Dejémonos de juegos infantiles. Ya ni siquiera puedes sostener esa arma.

De pronto algo extraño sucedió. Zero se tambaleó y Liam inconscientemente se alejó un poco de Kaname en un impulso por llegar a Zero. Kaname lo miró extrañado pero supo que era su oportunidad. Sujetó a Artemis sin que esta lo rechazara, la alejó de su cuello y en un rápido movimiento, tomando desprevenido a Liam, le dio una voltereta y lo golpeó contra el piso.

Apenas reaccionó Liam, Kaname ya estaba al lado de Zero quien nuevamente estaba inconsciente; y abrazándolo contra su cuerpo, ambos se desvanecieron en docenas de murciélagos.

Liam sonrió y luego su carcajada resonó en el bosque. Por las heridas  del arma de Zero y de esa otra que traía Kaname, que aún no sanaban, no podía transformarse y  seguirlos.

A lo lejos el clamor de la batalla hacía eco.

 

 

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¿Cuantas veces has pensado en esto? “¿Cuál es la razón por la que yo nací de esta manera?”

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Abrió un poco los ojos. Su mente se encontraba confusa. Sólo sabía que había estado soñando, pero no recordaba qué, salvo esa última frase.

Su vista ligeramente borrosa no distinguía bien en donde se encontraba. Se movió lentamente entre las sabanas y se llevó una mano a la frente, se sentía débil y su cuerpo pesado. Cerró los ojos un par de segundos y volvió a abrirlos; entonces se dio cuenta que estaba en un lugar que no reconocía.

Había un dosel con cortinajes rojos sobre la cama donde se encontraba recostado y un sutil aroma a bosque inundaba sus fosas nasales. Giró su rostro hacia la amplia ventana a su derecha, estaba abierta y la luz dorada se filtraba por ella al igual que el viento que hacia mecer suavemente las cortinas. Debería ser de tarde.

-   ¿Cómo estás?

Ante el repentino sonido de esa suave y tranquila voz, su corazón le dio un vuelco y miró hacia el frente. Sentado en una silla, alejado de la luz, se encontraba Kuran. De manera elegante tenía una pierna cruzada sobre la otra y la cabeza de lado apoyada en el dorso de su muñeca. 

Al mirarlo a los ojos, una implosión de energía lo invadió y varios recuerdos volvieron a su memoria: Satoru informando el ataque a la academia y a la sede, la expresión en el rostro de su padre, Ichijou y Aidou movilizando a los nobles… Liam atacándolo.

Una sensación de vértigo lo invadió, por lo que volvió a mirar al techo y cerró los ojos.

Lo siento mi pequeño Zero, pero no puedo permitir que recuerdes tu plática con ese cazador al que llamas padre; y tampoco a Kaname… no quiero nada que te ate, ya sea ideal, familia, amigos, o un amante. Te quiero sólo para mí y no pienso volver a perderte… Libelle.

¿Qué había sido finalmente de Liam? ¿Por qué ahora estaba aquí con Kuran?. Tenía la mente embotada.

-   Liam… ¿qué… - intentó formular, pero hasta su voz parecía no querer brotar.

-   No creo que quieras saber precisamente de él -; la voz de Kaname sonó áspera y seria. -  Eyre estuvo detrás de los ataques de Petrov, Abya, Arezu y Touma. Manipuló al senado y estoy seguro que tuvo que ver también con tu ataque hace meses.  

-   Él dijo…

-   El té mintió. – Zero frunció el ceño molesto y miró a Kaname.

-   ¿Crees que no lo sé?... – por supuesto que lo sabía, ¿Qué diablos le pasaba a Kuran? ¿A caso pensaba que era un tonto y por eso le hablaba así? -  …¿Qué hago aquí?

Intentó incorporarse, pero la debilidad no se lo permitió.

-   No te esfuerces, fuiste gravemente herido. 

El tono de voz del vampiro ésta vez sonó un poco más suave. Luego se incorporó, fue hasta la ventana y de un solo movimiento corrió las cortinas.

Zero un tanto aturdido siguió cada uno de los movimientos de Kaname y observó su persona detenidamente. Su rostro de perfil con sus largas pestañas, su nariz, sus labios. Su cabello castaño ondulado cuyas puntas acariciaban su cuello. Su aspecto desenfadado con la camisa suelta, con los primeros botones desabrochados, al igual que los de las mangas.

- Disculpame Kiryuu-kun, es que la luz del sol estaba molestándome demasiado. ¿Cómo te sientes? – Kaname volvió a mirarlo a los ojos y Zero sintió cierto calor en las mejillas.

-   Débil... Aturdido.

-   Es normal.

-   ¿Dónde estoy?

-   En una de mis mansiones. – dijo Kaname acercándose a la cama un poco.  Zero volvió a fruncir el ceño.

-  ¿Y por qué rayos me trajiste a una de tus taaantas mansiones?

-  Ya sabía yo que no habías perdido esa característica agresividad tuya – Zero desvió la vista de él y miró nuevamente a su derecha. En el buró había un montón de ropa doblada ordenadamente y que no reconocía como suya salvo su arma que estaba sobre toda ella.

-   Sólo hice una pregunta -, dijo mientras se miraba disimuladamente y comprobaba que estaba en pijama. Nuevamente se sintió inquieto y un cosquilleo en el estómago lo hizo sentir incómodo.

-   ¿No lo recuerdas? – preguntó Kaname y Zero saltó ligeramente, pero al instante comprendió a que se refería. Lo miró a los ojos de nuevo. Ambos aguardaron unos segundos.

-   Sólo... recuerdo que él te tenía capturado. Después todo es confuso, sólo hay voces, murmullos. Nada más.

-   Pues, en resumen, después de tu acto tan heroico y tonto de querer irte con él a cambio de que me liberara, perdiste el conocimiento. – Las mejillas de Zero se tiñeron de un sutil carmín. – …Aproveché su distracción, te tomé conmigo y desaparecimos... Gracias... Si no hubieses aparecido quizá...

- Esta bien - dijo Zero desviando la mirada.

-  Como sea, estuvimos primero en otra mansión y ahora aquí... Lo siento,  estabas herido y no tuve opción, tenía que sacarte de la academia. Tú eras el principal objetivo de Liam. Aunque creo que en este momento debes ser el objetivo de  muchos vampiros más que deben estar rastreándote… mejor dicho, rastreándonos.

-   ¿A ti?, ¿Por qué?, eres su líder.

-   Ya no, al menos no por ahora. Ha aparecido alguien que puede hacerme frente  y quiere eliminarme; y después de que he eliminado a varios sangre pura anteriormente, pues… tú ya has deducido lo demás… Kiryuu-kun, ¿Fue por eso que no esperaste a tener noticias mías?

-   ¿Eh?, si… el senado no intervenía y los ataques repentinos de esos tres sangre pura.  Por como se comportaban  la opción más viable apuntaba a que pretendían derrocarte.

-   Hiciste bien, todas las medidas que tomaste fueron muy inteligentes.

Kaname le sonrió y Zero sintió una sensación cálida en su pecho. Intentó incorporarse de nuevo.

-   No te esfuerces - dijo Kaname haciendo ademán de detenerlo.

-   Estoy bien, mis energías están regresando poco a poco y mis sentidos comienzan a alertarse.

Esta vez sí logró sentarse y apoyar su espalda en medio de todas esas almohadas. En otro momento hubiese dicho que eran estorbosas, pero ahora le resultaban todo lo contrario.

Kaname suspiró sutilmente y lo dejó hacer eso, después de todo Zero era muy terco cuando se lo proponía.

Por su parte, Zero se sentía nervioso y no lograba entender por qué. Aunque en este momento ya recordaba todo lo sucedió con claridad y era consciente que  al final quien lo salvó  de morir, nuevamente  fue Kuran Kaname. ¿Por eso se sentía así?

-   Puede que te sientas un poco mejor, pero aun así, te sobre esforzaste mucho…

-   Kuran, – lo interrumpió de pronto - No debiste hacerlo. No debiste ayudarme. Te pusiste en riesgo… - dijo eso en un tono de voz tranquilo y sin mirar al vampiro. Kaname de pie a su lado, lo observó sorprendido y desconcertado. ¿Esa era la manera de Zero de darle las gracias?

-   Tenía que hacerlo.

-   ¿Por qué?

-   Porque somos aliados…

-   Hmmp… sí, claro… ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

-   Cuatro días.

-   ¡¿Qué?! – Zero sorprendido y alarmado levantó la vista hacia él. -¿Cuatro días?

-   Si, tal como lo oyes. Hemos estado ocultos todo ese tiempo.

-   Tengo que volver  -. Zero se deshizo de las sabanas.

-   No, no puedes –. Kaname se paró más cerca bloqueando su intención de bajarse de la cama y volvió a cubrirlo.

-    ¿Por qué? – Zero lo miró ceñudo.

-    ¿No te lo he dicho ya?

-   Pero la academia, y mi padre.

-   Estoy seguro que él está bien. Al parecer ni siquiera Liam pudo romper las defensas de la academia. Los reforzamientos que hiciste con el metal nuevo y con tus conocimientos como cazador, surtieron efecto. No pudieron romperlas… ¿Completaste su sellado antes de salir en nuestra búsqueda, cierto?

-   … Si.

-   Hiciste bien. Él no pudo volver a entrar. Sin embargo eso no quiere decir que no continuaran los ataques, lo hicieron; pero al parecer él no está interviniendo y está dando prioridad a encontrarnos. Sin ti parece ser que lo demás no tiene tanta importancia para él.

-   Está loco... sólo está jugando. No se detendrá y no sé cuánto tiempo puedan resistir las defensas. El nuevo metal puede ser poderoso, pero no sé hasta qué punto… Tengo que volver y ayudar.

-   En la condición en que te encuentras es imposible. No te preocupes por Kaien, él es poderoso y los cazadores ya estaban lo suficientemente organizados que han logrado repeler el ataque a la sede y enviaron ayuda al colegio. Hasta donde sé; se logró poner a salvo a los estudiantes en el colegio.

>… Yagari también está con él al igual que Ichijou y varios nobles, les ordené que no dejaran la academia. Él no está solo e Isaya también se encuentra de nuestro lado.

-    Pero…

-    Nosotros ahora mismo estamos demasiado lejos, así que lo primordial es que te concentres en que debes recuperarte por completo.

Kaname le sonrió y luego se giró alejándose lentamente. Sin embargo había algo raro en él; se sentía diferente. Esa sonrisa le recordó su sueño del aquel día. Zero lo observó entonces más detenidamente, y pudo percatarse como el sangre pura se tambaleó ligeramente mientras se dirigía nuevamente hacia su silla.

-   ¿Qué te sucede?

-   Nada, es solo que estoy un poco cansado.

-   ¿Acaso no has dormido? - Kaname se sorprendió por la pregunta pero no se volvió hacia el cazador; sólo sonrió sutilmente. Claro que había dormido;  había dormido abrazado a él dos días seguidos.

-   Si, un poco. Tenía que estar alerta.

-   Pues ya estoy despierto y no me puedo quedar más tiempo aquí.

Zero se deshizo nuevamente por completo de las sabanas y se dispuso la levantarse de la cama. Kaname al darse cuenta,  se giró rápidamente  y se le acercó aprisa para detenerlo.

-   ¿Estás loco?, ya te dije que no – el sangre pura apoyó sus brazos en sus hombros deteniéndolo. Entonces  Zero lo vio, en su cuello tenía unos pequeños orificios, varios de hecho. Pero era raro, siendo que Kaname era un sangre pura, era más bien imposible que unas heridas así no hubiesen sanado ya. No, lo más importante era…

-   ¿Por qué tienes heridas en el cuello?

-   ¿Qué? – Kaname se alejó de él y lo miró inexpresivamente.

-   Se supone que eres un sangre pura, no deberías tener heridas, ni sentirte débil, porque lo estas, acabo de verte tambalear. Eso no es normal a menos que estés herido también. Y esas heridas en tu cuello, ¿Quién bebió de ti?

-   No es nada de lo que dices.

-   Lo es –. Zero entonces cayó en cuenta de algo. Lo siento, estabas herido y no tuve opción, tenía que sacarte de la academia.  Era un idiota; al comprenderlo, apretó los puños con fuerza - ¿Por qué lo hiciste?

-   ¿De qué hablas?

-   Fui yo, ¿no es así? –. Zero se llevó una mano al pecho – Liam bebió demasiado de mí, debería estar muerto… ¡¿Por qué lo hiciste de nuevo?! – Zero se alteró y lo miró furioso.

-   Tenía que salvarte.

-   ¿Por qué?

-   Ya te lo dije, somos aliados; eres el presidente de la asociación…

-  ¡¿Estas bromeando?!... ¡No debiste¡. He drenado prácticamente tu sangre y estabas herido, es por eso que no has sanado. ¿Qué pretendías?!

Kaname lo miró con una sutil sonrisa en los labios.

-   ¿De qué rayos te ríes?

-   De nada, es solo que no podía dejarte morir.

-   Eso no era tu decisión… hmmp… - Zero se detuvo, sonrió y luego habló con ironía -  ¿y dices que no quieres dominar al presidente de la asociación de cazadores?; con toda la sangre tuya que tengo dentro de mi cuerpo…

-   No lo hice por eso. – ésta vez la expresión de Kaname se tornó seria.

-   Te conozco lo suficiente como para creer de ti cualquier cosa.

-   Pero no eso.

-   Entonces… si no es así toma de regreso lo que me diste.

-   ¿Qué?, ¿estás loco?

-   No, no lo estoy; y no me agrada que estés así por mí.

-   Pues no puedo hacer eso; además acabas de despertar y estás débil.

-   Eso sólo fue un momento.

-   Por supuesto. Estás loco y eres demasiado orgulloso como para aceptar ayuda.

-   Tómalo así si quieres. Ahora bebe, puedo oler tu sangre más intensamente mientras mis sentidos se aclaran. Estás herido y no sólo son las heridas de tu cuello.

-   Olvídalo, estaré bien con las tabletas.

-   Por supuesto. Llevo cuatro días inconsciente, cuatro días desde que dices que huimos y veo cuanta ayuda te han hecho.

-   Ahora eres irónico Kiryuu-kun.

-   Sólo bebe,  ¿o quieres que te obligue a hacerlo?

-   Hmmp... - Kaname sonrió y se dio la vuelta dispuesto a salir de esa habitación. - Como si fueras capaz de hacer… -. No terminó la frase, un fuerte olor agradable y atrayente lo dejó helado. Aquello con lo que estuvo luchando despertó ahora con más fuerza, el olor de la sangre de Zero era palpable en el aire. Se giró y miró al cazador, acababa de hacerse un corte en la muñeca.

-   Hazlo.

La voz de Zero sonó firme, era una orden. Kaname se acercó casi hipnotizado hasta la cama, mirando como un hilo de esa preciosa sangre recorría la hermosa piel blanca. Sin poder contenerse tomó la muñeca del cazador, la acercó a su rostro y… entonces luchó contra la necesidad y lo alejó.

-   No …

-   ¿Por qué no?

-   No puedo.

-   Eres un vampiro, no me salgas con eso… ¿Me vas a decir que has olvidado como usar tus colmillos?; no hay manera de que algo así suceda… ahora bebe - Kaname abrió los ojos desmesuradamente. Nuevamente esa frase.

-   No se trata de beber sangre o no Kiryuu, sino tu sangre.

-   ¿De qué diablos hablas?… solo bebe y ya.

-   No puedo…

-   Explícame por qué.

-   Porque me odiarías aún mas – Kaname no lo miraba ya, tenía el rostro inclinado y su pelo cubría sus ojos.

-   Vamos Kuran, eso no es un motivo, suenas como un cobarde… - Zero sonrió incrédulo mientras Kaname apretaba los puños.

-   Hmmp… ¿Quieres saber por qué?…

La voz del sangre pura sonó áspera y ahogada.  Zero se estremeció y más cuando Kaname levantó el rostro y lo miró con los ojos en carmesí. La  expresión del vampiro era de profundo dolor,  nunca lo había visto así… ¿nunca?

- No puedo hacerlo porque si lo hago no me podría detener y drenaría toda tu vida.

-    Puedes contenerte.

-   No, no lo podría hacer.

-   Esa vez, hace treinta años, estabas en la misma condición y pudiste.

-   Era diferente.

-   No, no lo era, sé que no he bebido de ningún sangre pura, pero mi sangre a un puede ayudarte, después de todo esa vez estabas muriendo, ahora sólo estas débil.

-   No sabes lo que dices. No puedo beber de ti, olvídalo y descansa… yo tengo que salir- Kaname intentó sonreír y se levantó de la cama caminando hacia la puerta.

-   ¿Estas huyendo acaso?, eso no es propio de ti. Déjate ya de estupideces y bebe. Si te preocupa el detenerte, aquella vez te detuve, ahora puedo también, aún tengo mi arma – Zero se giró buscándola.

-   ¡Ya guarda silencio! – Kaname se giró bruscamente y lo miró con desesperación. Zero al verlo de nuevo se estremeció; nunca había visto al vampiro alterado. A decir verdad jamás creyó que el pudiese alterarse. Siempre actuaba tan estoico.

-   ¿Qué me calle? ¿Sólo por decirte…

-   ¡No sabes lo que dices!… ¡No entiendes nada!. ¡Qué podrías saber tu que siendo un vampiro vives entre humanos negándote a aceptar lo que ya eres!. ¡Que incluso aunque puedas sentir como un vampiro te ciegas por tus tontos prejuicios de humano!... ¡No sabes nada!, ¡Tú no sabes lo que siento! …

-   ¡Entonces explícame!, ¡¿Qué tan difícil puede ser?!. ¡Además no quiero tener que deberte el haberme salvado…

-   ¡¿Por qué no comprendes que no te salvé porque quisiera usarte o para que estuvieses en deuda conmigo?!... -  Kaname bajó la voz casi ahogadamente. - Aquella vez era diferente, muy diferente…

-   Ya te dije que no lo era.

-   ¡Y yo te digo que si…lo era… lo era porque aquella vez yo…  Kiryuu!- Kaname respiró agitadamente y se acercó a él, tanto que Zero tuvo que retroceder un poco en la cama – Yo…

-   ¿Tú qué? … dilo de una maldita vez…

-   Aquella vez yo… perdóname Zero… pero ya no puedo más, no puedo. Aquella vez  era diferente porque… yo no te deseaba como te deseo ahora…

-  ¿Qué? – Zero se estremeció y enmudeció. Kaname simplemente ya no pudo parar.

-   Yo Zero, no te quería como te quiero ahora… ni me estaba muriendo de amor por ti como ahora… ¿lo comprendes?... ¿ahora lo comprendes?...si yo… si yo  me acerco demasiado a ti, no me conformaría con beber sólo de tu brazo; tomaría todo de ti, todo,  tu sangre, tus labios, tu piel, tu calor, tu sabor, tu aroma… tomaría todo; y juro que te haría el amor de la forma más salvaje que puedas imaginar. Te llevaría al cielo o al infierno no lo sé, pero te tomaría, te haría mío, sólo mío y no me conformaría hasta oírte gritar que tú también me deseas. No me detendría hasta oírte gritar mi nombre una y mil veces hasta quedarte si voz… No me detendría hasta estar dentro de ti y fundirme contigo para demostrarte todo lo que siento y que he estado callando… el amor que siento por ti, el miedo que tengo de perderte, el deseo de tomarte por completo y encadenarte a mí.

>… ¿Ahora lo ves?, si es diferente, claro que lo es… Tú me odias, siempre lo has hecho. Me miras con desprecio por todo lo que te hice, pero… no me importa porque yo te amo… si, te amo, te amo y no puedo evitar sentirlo como tampoco puedo evitar creer que el conocerte era mi destino. Y ahora sé también que desde que vine a este mundo y hasta que me convierta en polvo siempre fui y seré sólo tuyo. Te pertenezco Zero; tú eres mi luz, eres mi vida y mi razón de existir…

>…Hmmp… soy patético, lo sé y sé que no te merezco. Por eso hasta ahora me he conformado con tan poco; sólo con verte de lejos, sólo con desearte en silencio, sólo con aspirar tu aroma; es más, me conformaría para toda la eternidad con sólo la migajas de tu atención… Pero Zero, no me hagas  beber tu sangre, porque entonces todo el control que he reunido se ira al diablo…

>… Soy un vampiro y tú sabes lo que eso significa. Si bebo tu sangre mis más oscuros deseos saldrán a flote.  Soy el vampiro más antiguo y tú la persona a la que amo como nunca he amado a nadie. Y si bebo tu sangre volveré a ser el más poderoso. Por eso tienes que alejarte de mí. De lo contrario te atrapare y no te dejare ir. Porque yo te deseo como no tienes idea, te deseo tanto que duele; y si te tengo, juro que te haré mío, sólo mío y también te juro que sería capaz de destruir al mundo entero si es que éste intentara siquiera apartarte de mí… porque Zero, tu lo eres todo para mi…

 

Cuando terminó, respiraba agitadamente, había estado viendo a  Zero directamente a los ojos pero hasta este momento se daba cuenta de la expresión que el cazador tenia y se estremeció ante la imagen. El joven lo miraba completamente sorprendido, con las mejillas arreboladas y los labios entreabiertos… era la imagen más encantadora y atrayente que nunca hubiese imaginado ver en él.  Entonces algo más despertó en él, exactamente en su entrepierna. Se apartó bruscamente y lo último que el cazador supo, fue que la puerta resonó por el portazo. 

Notas finales:

Hola de nuevo a todos. Gracias por los comentarios que dejaron del anterior capítulo.

 

Éste capítulo realmente me emociono un poco el escribirlo. No se que tanto pude llegar a transmitir lo que quería, ya ustedes me diran. 

 

De antemano les doy como siempre las gracias por leer. Un beso a todos y nos leemos pronto.


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