Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

[Reviews - 403]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

CAPÍTULO XLI

 

Hasta que el mundo se convierta en nada

 

Las últimas palabras de Kaname provocaron un profundo estremecimiento en Zero; que afianzó con fuerza su mano como si temiera que el vampiro desapareciera. Kaname al sentirlo, lo miró nuevamente. Lo que el cazador vio entonces en aquellos ojos borgoña, fue una profunda tristeza que sacudió su corazón.

-   Kaname…

-   Estaba tan cansado Zero, eran tantos, tantos años y continuaba solo; solo en un mundo que cambiaba constantemente y en el que yo permanecía condenado a una existencia que jamás se extinguiría, viendo pasar las estaciones una tras otra atrapado en un cuerpo imperecedero. Por eso decidí dormir y así eventualmente desaparecer; pero ni siquiera eso funcionó. El consejo que creé para que guiara a nuestra especie y evitara se salieran de control de nuevo, terminó por corromperse, y durante mucho tiempo actuó a su conveniencia causando más mal que bien. Y de la misma forma, muchos sangre pura olvidaron el pacto que hicimos y continuaron transformando humanos. Nada cambió, todo lo que hice y nada ha cambiado en absoluto… Pero eso yo ya lo sabía, incluso desde antes. Sólo quería escapar.

>… Toda mi vida he sido un monstruo, Zero. Todo lo que toco tiende a desaparecer, ensombrecerse, corromperse. Incluso en éste momento tengo miedo de mancharte con éstas manos que están tan sucias. Tanta sangre ha sido derramada por mí, por lo que he hecho, por lo que he decidido o por lo que he causado; y…

-   Shhh… ya no sigas… - Zero afianzó con ambas manos su agarre sobre la de Kaname. Su rostro estaba inclinado y su pelo cubría parte de el ocultando sus ojos.

-  Zero… me has dicho que no me odias y en verdad quiero que no lo hagas, no lo soportaría. Pero tampoco quiero ocultarte nada más. Por eso necesito que escuches…

-   He escuchado todo lo que has dicho – dijo Zero de manera determinada y frunciendo el ceño lo miró – Lo he hecho, pero Kaname, para mí forma parte del pasado y no podría odiarte por eso. Es difícil de asimilar, no lo niego; escuchar cosas sucedidas hace miles de años es algo que no alcanzo a entender; incluso tan sólo de pensarlo mi cuerpo se estremece; pero a pesar de todo; incluso de la lógica, comprendo que tomaste tus decisiones y has vivido con las consecuencias. Y ahora veo también, que has estado solo, sufriendo y culpándote… Gracias por decírmelo, creo que ahora puedo entenderte un poco más. Hiciste lo que creíste mejor; quizá fueron errores, pero siendo egoísta, si eso no hubiese pasado quizá los humanos no existirían ya, y tú y yo nunca nos hubiésemos conocido. Por eso Kaname, yo no soy quien para juzgarte.

-   Es que no sólo es ese pasado tan lejano Zero

-   Kaname, no me importa nada... - El joven lo miró con tristeza - En verdad, ¿y dices que yo soy el terco?

Kaname sonrió y acarició su rostro con gentileza.

-   Hmmp… Hasta hace poco seguía sin comprender el motivo de por qué yo había nacido de ésta manera… siempre me odie por eso, me preguntaba que pecado había cometido para nacer así, para ser un vampiro… ahora ya no me importa, porque gracias a eso pude conocerte y tenerte entre mis brazos… Por eso Zero, quiero que me permitas decírtelo todo; quiero ser completamente honesto contigo…

Zero suspiró nuevamente, sentía temor de que Kaname continuara, pero el vampiro quería hacerlo, verdaderamente parecía necesitarlo; así que aflojó el agarre que tenía sobre su mano e hizo un gesto afirmativo con la cabeza. Ante eso, Kaname le sonrió con ternura y Zero al mirarlo sitió sus mejillas calentarse.

-   Está bien, te escucharé hasta el final – dijo.

-   Gracias…

Kaname depositó un beso largo sobre su frente. Ante ese gesto Zero terminó por ruborizarse y no pudo evitar pensar en que el sangrepura era muy diferente a como creyó durante mucho tiempo. Kaname era tierno, gentil y su mirada reflejaba tal intensidad que lo estremecía; pero también había sufrido demasiado y estaba tan solo que lo único que podía pensar en ese momento era en el deseo que tenía de poseer el poder de sanar todas esas heridas infringidas en su corazón.

-   ¿Qué sucedió después?

Kaname que se había quedado mirándolo atentamente, reaccionó y prosiguió.

-   Después de que me sumergí en el sueño profundo, mi cuerpo quedó bajó la custodia de la familia Kuran, y los años pasaron nuevamente; y como te dije, parecía que mi deseo de desaparecer finalmente se cumpliría, sin embargo no resultó y un día sin más fui despertado por Rido, quien usó la sangre del hermano de Yuuki para hacerlo.

-   ¿El… hermano? – Zero sintió un escalofrío.

-   S…si… - A Kaname le costó trabajo decir esa simple palabra y cerró por un momento los ojos. - Al despertar… por instinto devoré sin dudar ese pequeño cuerpo que Rido me ofreció. Terminé con la vida de ese niño inocente y, cuando caí en cuenta de eso… comprobé que seguía siendo un monstruo. Entonces quise acabar con Rido por la insolencia cometida, pero dado que fue quien me despertó, no podía hacerlo; así que solamente lo dejé muy herido, aunque eso realmente  era lo de menos; ya estaba despierto y mi cuerpo después de milenios, no estaba satisfecho sólo con la sangre de ese niño. Así que tenía dos opciones; satisfacer esa terrible sed o usar el poco poder que aún albergaba y sellar mi cuerpo… Esto último fue lo que hice, hice retroceder mi cuerpo hasta que adquirí la apariencia de un bebe y sellé mis recuerdos poniendo prácticamente mi destino en manos de aquella pareja. Fue así como tomé el lugar del hermano de Yuuki.

-   ¿Ella lo sabía?

-   Si… se lo dije. Pero quizá porque no lo conoció, le resultó fácil perdonarme… Haruka y Juri, sus padres, siempre lo supieron también y aun así me criaron como su hijo. Ellos al igual que Yuuki, eran gentiles. Sin embargo, al yo haber estado tan débil al sellar mi cuerpo, pronto los recuerdos fueron resurgiendo. Poco tiempo antes de que Yuuki naciera, cuando mi cuerpo llegó a la edad en que necesitaba beber sangre, comencé a recordar todo y la desesperación que había estado dominando mi existencia por mucho tiempo en el pasado, amenazó con volver a mí. Afortunadamente eso no sucedió pues cuando tuve a Yuuki frente a mí por primera vez, al verla a los ojos en mi surgió nuevamente el deseo de proteger algo, de proteger a ese pequeño ser que me miraba de manera tan directa, y me prometí que eso haría.

>… Asi fue que la vi crecer, dar sus primeros pasos y decir sus primeras palabras. Ella era muy unida a mí y ya desde entonces era gentil y amorosa; quizá por eso el apego hacía ella se volvió vital para mi existencia y quizá también por eso, lograr su bienestar se volvió mi objetivo. En ese entonces ella se convirtió en todo para mí, no había nadie más importante que ella.

>…Pero como siempre en mí destino, las cosas no resultaron del todo bien. Pese a que Haruka tenía el título de rey, en realidad era sólo eso, un título. Su pacifismo e ideas no agradaban a los miembros del consejo y tanto él como Juri lo sabían; como también presentían que algo no andaba bien en el manejo del senado. Pero nunca indagaron a fondo. Al principio porque confiaban en su hermano Rido y en Asato Ichijou y después porque por su temor a que Rido les arrebatara también a su hija, se ocuparon más en ocultarla a ella con la esperanza de que cuando fuera mayor pudiera protegerse a sí misma. Y efectivamente, sus temores no eran infundados. Un día Rido reapareció con una horda de vampiros, atacó la mansión y asesinó a Haruka. Juri por su parte, sacrificándose a sí misma selló a Yuuki como humana para protegerla y ocultarla de ésta manera; y me pidió cuidar de ella. Para ese momento yo no sólo poseía ya todos mis recuerdos, sino también parte de mi poder, al menos el suficiente para enfrentar a Rido, y eso hice. Lo reduje a un despojo incapaz de regenerase con facilidad.

>… Después de eliminar a todos los vampiros que iban con Rido, llevé a Yuuki con quien consideraba sería un excelente guardián; Cross Kaien. Él era el mejor cazador de vampiros existente y además había sido amigo de sus padres y conocía su secreto. Él la aceptó con gusto y extendió su hospitalidad hacia mí, pero me negué. Salvo Kaien e Isaya Shouto, nadie más sabía de la existencia de Yuuki, y por su seguridad ahora que era humana, así tenía que seguir siendo. Ella no debía corromperse como el resto de los sangre pura, ni sufrir el asedio y manipulación del consejo, ni el peligro de ser devorada en cualquier momento; ella debía vivir protegida, feliz y libre como deseaba Juri; y para lograr eso yo necesitaba convertirme en el siguiente rey. Fue por eso que opté por quedar bajo la tutela de Ichijou Asato. Un ser despreciable que se jactaba de tener en su poder a un indefenso niño sangre pura y que aunque lo disimulaba, sólo anhelaba el poder de mi sangre. Pero para todos yo era el primogénito de la pareja Kuran, quienes ostentaban el más alto rango entre los sangre pura, quienes a pesar del senado, gobernaban a los vampiros; y por eso, sin la existencia de otro Kuran, yo era de momento intocable.

>… Pero el vivir en su mansión y aparentar ser manipulado por él, no fue tan malo. Takuma, su nieto, pese a ser criado por él era muy distinto y yo en más de una ocasión pude usar su amabilidad a mi favor. Además, también estar allí me permitió acudir con regularidad al senado y descubrir algunas cosas. Fue precisamente gracias a eso que un día me enteré de que Hiou Shizuka, la sangre pura que vivía cautiva en una celda en el senado, supuestamente debido a los antecedentes de locura de su madre y a la que yo había conocido tiempo atrás; había escapado poco antes del ataque de Rido a la mansión Kuran y había huido con su amante que era un ex humano al que ella misma transformó. Shizuka era la prometida de Rido, pero al parecer dada la obsesión que éste tenía con Juri, no le importó demasiado que lo hiciera.

>… Por otra parte, nunca supe cómo; pero Rido de alguna manera estaba al tanto de la existencia de Yuuki y por alguna razón no se lo dijo a nadie. Al ser reducido se llevó ese secreto consigo; pero yo sabía que una vez recuperado, nada lo detendría para ir por ella; y sabía también que yo no podría eliminarlo aun cuando mi poder despertara por completo, por el contrario, podría quedar atado a él como su esclavo. Y si eso no fuera ya poco; mis temores sólo aumentaron al descubrir que el consejo era su aliado y que protegían su cuerpo en algún lugar; y que además, actuaban arbitrariamente llegando al punto de manipular incluso al presidente de la asociación de cazadores.

>… Por eso, al encontrarse Rido en la condición que lo dejé y al percatarse que yo no sería precisamente sumiso. Una vez hubo pasado un tiempo prudente y manejado todo lo sucedido en la mansión Kuran como un suicidio; Asato vio la necesidad de que Rido se regenerara lo más pronto posible y asumiera el control, y asu pudieran deshacerse de mi. Pero para ello necesitaban la sangre de un sangrepura cuyo poder pudieran usar, e inmediatamente pensaron en Shizuka. Fue así que decidieron anexar el nombre de ese ex humano a la lista de los cazadores con el fin de que una vez fuera eliminado ese capricho, ella volviera y pudieran usarla. La misión fue otorgada a unos de los mejores cazadores, tus padres. Y tal y como lo predijeron, tiempo después ella volvió a su jaula. Pero ella sólo lo hizo para poder averiguar quiénes lo habían asesinado.

>… Para entonces yo ya lo sabía, como también sabía que esa misma pareja de prestigiosos cazadores, había tenido gemelos. Meses después de la muerte de Haruka y Juri, me enteré de su existencia… y… - Kaname lo miró, pero Zero tenía la cabeza inclinada y no podía ver su rostro. Tragó un poco de saliva y continuó -  …Vi una oportunidad para poder proteger a Yuuki…

-   Y liberaste a Shizuka para que nos buscara.

-   Si… Antes de que ellos la usaran, yo le dije lo que quería saber y la liberé con la condición de que dejara vivos a los gemelos.

-   Y lo hizo… - Zero apretó los puños y continuó sin mirarlo. Le dolía recordar todo eso.

-   Sí, pero también le dije que los dejara intactos; sin embargo, efectivamente ella estaba demente, o quizá el dolor de perder a quien amaba la enloqueció y lo que hizo en cambio fue asesinar a tus padres, morderte a ti y llevarse a tu hermano…

-   Pero al final de cuentas si nos dejó vivos.

-   Pero no era la manera en que yo lo quería.

 Zero frunció ligeramente el ceño.

-   No comprendo a que te refieres. El punto era crear a tus armas ¿no?... hmmp, la verdad es que sigo sin entender ¿qué de especial teníamos Ichiru y yo?, ¿Por qué nosotros?

-   Nunca, ni entre vampiros ni cazadores habían existido gemelos. Siempre uno devoraba al otro para hacerse con su poder. Yo les impuse esa maldición al orillarlos a siempre buscar derramar la sangre de vampiros. Y ustedes, Zero, eran parte de un linaje antiguo y muy poderoso de cazadores. Así que supuse que si un gemelo había sobrevivido al otro, eso quería decir que ambos eran muy poderosos; pero el gemelo sobreviviente lo era más. Ese tendría que haber sido Ichiru, no tú. Lo cierto es que yo sólo pensaba en proteger a Yuuki y cerré mis ojos y mi corazón y no reparé en el hecho de que si él había sobrevivido era simplemente porque tú ya eras gentil desde el vientre de tu madre.

>… Pero aun así Zero, pese a todo lo que pensaba y maquilaba, por alguna razón el día que te conocí, la impresión que dejaste en mi quedó grabada en mi alma. No podría describirte la gama de sensaciones que me provocaste; pero si puedo decirte que la contradicción se apoderó de mí, lo que quería contra lo que debía hacer. Para mí, Zero, pese a todo lo que planeaba y a que intentaba negarlo y lo rechazaba, tú te convertiste en alguien especial desde ese día.

-   ¿Aun cuando te lastimé con ese cuchillo?

Kaname sonrió y posó su mano en la mejilla de Zero y levantó su rostro para que lo mirara.

-  De hecho, te conocí mucho antes. Un día nevado en una montaña, junto a tu gemelo cuando apenas tenías siete años.

-   Entonces ¿eras tú? – Zero abrió más los ojos y lo miró con incredulidad.

-   ¿Me sentiste, aun a esa distancia? – preguntó Kaname con sorpresa y cierta emoción.

-   Sí… aunque no estaba muy seguro de qué se trataba esa sensación, en ese entonces todavía no iniciaba mi entrenamiento como cazador. Estaba con Ichiru y sentí una presencia extraña, una presencia cálida y atrayente… - Mientras rememoraba eso, de pronto otro recuerdo acudió a su mente – Entonces, también eras ese lobo, ¿cierto?

-   ¿Lobo?

-   Sí, el que vi merodeando algunas ocasiones cerca de casa – Kaname se ruborizó un poco.

-   Lo, lo era... ya te lo dije, el hecho de que hubiesen nacido gemelos entre cazadores era muy raro, no, de hecho era imposible; y no lo había creído sino hasta que los vi. Y lo que inició como una simple investigación se transformó en una rutina de seis años, una que al final terminó centrándose en ti. Albergabas mucho poder aunque no habías devorado a tu hermano y a la vez parecía que serias muy diferente al resto de los  cazadores.

-   Ya veo, por eso fue que apareciste allí cuando Shizuka nos atacó… Tú le diste nuestra ubicación – Zero frunció el ceño.

-   No, eso fue lo único que no hice. Pude haberlo hecho, cierto, pero no lo hice Zero... Supongo que en el fondo una parte de mi aun quería retractarse.

-   Aun así ella cumplió con la mayor parte del trato y luego tú sanaste mis heridas. Lo sé, aunque mi memoria fue alterada, no hace mucho lo recordé. Tú me borraste esos recuerdos también.

Un destello de culpa surcó por un instante el rostro de Kaname. Pero pronto se convirtió en inquietud, ¿Qué tanto recordaba Zero de todo lo que había sido modificado de sus recuerdos en todos estos años?

-   ¿Por qué no me dijiste que lo recordabas?

-   No tenía cado. Además, siempre creí que todo eran sólo sueños y se suponía que te detestaba. No quería saber nada que tuviera que ver contigo.

-   Hmmp... Supongo que es normal... Pues si, lo hice. Para cuando llegué al lugar tú estabas gravemente herido y Shizuka ya se había marchado con tu hermano. Pero por los conjuros no pude ingresar a tu casa hasta que Kaien llegó; y cuando lo hice, sentí una opresión en el pecho al verte así. Sí, yo lo había planeado todo, pero eso no evitó que una sensación de furia me embargara…

-   ¿Por qué estabas a punto de perder a una de tus armas?

-   Eso creí en un principio, pero tiempo después comprendí que era por Shizuka… Ese día no sabíamos cómo reaccionaría tu cuerpo ante la mordida, podías morir o transformarte de inmediato y ella no estaba para darte su sangre. Además, aparte de las heridas físicas, estabas sufriendo emocionalmente. Por eso el director me pidió que te ayudara y borrara tus recuerdos; y lo intenté, pero tú dolor era mayor que no pude suprimirlos todos, no los más graves; sin embargo olvidaste que tu hermano se marchó con Shizuka y que Yagari, Kaien y yo principalmente, estuvimos allí.

>… Después, al curar tus heridas y valorar tu condición física, pese a mi renuencia esa noche el director te llevó a su casa por petición de Yagari, e inevitablemente la rueda comenzó a girar de una manera en que no lo tenía planeado. Tu no debías de conocer a Yuuki, pero el destino nuevamente jugó en mi contra.

>... Después de eso no nos vimos por un tiempo, hasta ese día en que efectivamente, me atacaste. Sinceramente esa acción me sorprendió y provocó cierta punzada en mi pecho, pero en ese momento no le tomé importancia y todo siguió su curso con las nuevas modificaciones a mi plan. A partir de entonces, tuve más oportunidades de verte cuando se mudaron a la academia. Siempre te la pasabas cuidando de Yuuki, me molestaba en verdad, creía que era por ella, absurdamente ahora sé que era por el hecho de que al niño inteligente, frio y con una gran fuerza de voluntad, sólo le importase ella. Después, ambos ingresaron como estudiantes a la academia. Aunque yo estaba al pendiente de Yuuki, vigilándola de cerca, tú siempre estabas a su lado; y aunque era parte del plan, ella parecía no necesitarme más y ser feliz contigo y Cross. En verdad volví a sentirme sólo y eso me dolió, pues al parecer, también la estaba perdiendo a ella.

>…En cuanto a ti, continuaste entrenando y te esforzaste por seguir adelante, y todo era por Yuuki. Ella siempre se preocupaba por ti y fuiste poco a poco ocupando un lugar muy importante en su corazón, hasta que llegó a amarte sin darse cuenta y lo mismo sucedió contigo. Aunque los celos surgieron en mí, supe que gracias a eso serias un excelente guardián para ella, que jamás la traicionarías… Entonces no sabía que yo te quería, para mi simplemente eras importante para protegerla a ella y creía que si sentía cierta atracción por ti era porque eras más fuerte y hábil de lo que habría imaginado para un humano y porque además, resistías la trasformación a vampiro pese al dolor que eso te provocaba.

>... Sin embargo, cuando bebiste de ella por primera vez, los celos que sentí fueron incontenibles, y también hubo confusión en mi interior. Eso me llevó a querer enseñarte una lesión, que conocieras el lugar al que pertenecías. Pero ¿sabes?, jamás cruzó por mi mente eliminarte y quizá si sólo lo hubiese intentado, no hubiera podido hacerlo. Pero a raíz de eso, tú te reafirmaste en tu odio por los vampiros pese a que ya eras uno; y te aferraste a tu herencia de cazador. No podía comprenderlo; pero por temor a que te salieras de control, solicité tu transferencia a la clase nocturna… hmmp… ¿sabes lo absurdo que hubiera sido eso?; si tu destino era caer al nivel E, ¿de que serviría transferirte?, lo mejor era eliminarte. Sin embargo eso no era una opción para mí; no podía transferirte y tampoco eliminarte. Sentía que me eras todavía necesario. Entonces, cuando Shizuka apareció, vi la oportunidad de recuperarte. Pese a los celos y la molestia; tenías que seguir viviendo. Así que moví las piezas de tal manera que todo resultara según mis planes.

-   En pocas palabras, me usaste a mí, a Shizuka e incluso usaste a Yuuki.

-   Si.

Ante la respuesta concisa, Zero no dijo nada. Sin embargo Kaname pudo percibir que se esforzaba por asimilarlo. Zero debería odiarlo, eso sería lo más normal y sin embargo se esforzaba por comprenderlo.

¿Él en verdad me ama?

Por primera vez se aventuró a hacerse esa pregunta al tiempo que su corazón le daba un vuelco por tan solo pensarla.

-   Shizuka… ella  había acudido a la academia por ti, quería llevarte lejos, Zero.

-   ¿De qué hablas? – El cazador levantó la vista hacia él - Se supone que era por ti que…

-   No Zero, era por ti. Ella regresó sólo por ti. Ya tenía a tu hermano y estoy seguro que lo apreciaba, pero a ti, ella te deseaba. Sin embargo al llegar a la ciudad descubrió que yo, un Kuran, residía en la academia y vio la oportunidad de atacarme y hacerse con mi poder para vencer a Rido. Tú sabes cómo acabó. Yo sabía que ante todo protegerías a Yuuki y que Shizuka no te haría nada en realidad, por eso no intervine sino hasta el final cuando arranqué su corazón e hice mío su poder y la dejé para ti. Pero tú no bebiste su sangre como creí que harías… Zero, no me arrepiento de devorar su corazón y menos ahora; ella te atacó y te convirtió, así que no me arrepiento.

-   Ichiru la quería.

-   Lo sé… pero no me importaba lo que tu hermano sintiera. No era de mi incumbencia. Zero, en ese entonces mi único objetivo era proteger a Yuuki y para eso te necesitaba a ti. Pero no bebiste la sangre de Shizuka y yo después de hacerlo, comprendí que ella estaba jugando contigo por darse cuenta que querías a Yuuki. Ella también sabía que eras poderoso o al menos lo intuía, y te quería a su lado para protegerla. Así que estoy seguro que te hubiese dado su sangre al final de cuentas. Quizá si yo no hubiese intervenido lo hubiese hecho. Pero las cosas no resultaron así y ese día por primera vez fui consciente de que estabas comenzando a caer al nivel E y empecé a preocuparme por la seguridad de Yuuki; pero inconscientemente también por ti y aún más cuando el senado al ver perdida su oportunidad de que Rido retornara con todo su poder, buscó juzgarte.

-   Por eso no revelaste que fuiste tú quien la asesinó, ¿cierto?. Querías que ellos siguieran confiando en ti y así averiguar la localización de Rido. Y al mismo tiempo te hiciste de más poder. Ellos hubiesen podido ejecutarme ¿sabes?

-   Nunca lo hubiese permitido y menos cuando usaron eso como excusa para finalmente sacarte del camino.

-   ¿De qué hablas?

-   Desde que eras niño veían el gran potencial que había en ti. Si tu padre no hubiese muerto sería presidente de la asociación. Incluso creo que eso también influyó en el hecho de que otorgaran a tus padres la misión de acabar con el amante ex humano de Shizuka.

-   ¿Estás diciendo que… - Zero abrió los ojos con horror.

-   Probablemente. Ademas mientras crecías  siendo alumno de Yagari y estando bajo la tutela de Kaien, los dos mejores cazadores de la asociación, tu potencial iba saliendo más a flote; era casi seguro que te convertirías en el más poderoso cazador que hubiese existido y además eras bastante rebelde, asi que pondrías en riesgo el puesto de quien era presidente de la asociación y no podrían dominarte. Así que sacarte de en medio también satisfacía sus intereses. Fue por eso que para evitar te hicieran daño, acudí al senado y les informé que tú estabas bajo mi protección. De esa forma te dejaron aparentemente en paz. Aunque sin duda los planes de Asato y del presidente de la asociación siguieron siendo eliminarte, trataron de no hacerlo tan evidente.

-   Me protegiste entonces.

-   Si; pero después sucedió lo de Rido y me di cuenta de que estabas cansado, podía ver en tu mirada que lo estabas y Yuuki también debía darse cuenta y quería ayudarte, pero para ella también era tarde. Los recuerdos volvían y su lado vampírico quería despertar. ¿Recuerdas el día en que acudiste a la residencia de la Luna para interrogarme sobre si tenía que ver con su pasado y con sus recuerdos perdidos?

-   Sí, esa vez no terminó bien…

-   No, te ataqué y me atacaste. Me molestaba que te preocuparas tanto por ella siempre y que a la vez tampoco te pudieras controlar del todo. No podía permitir eso y tampoco que cayeras al nivel E. Es algo tonto, pero lo cierto es que no tenías que ser precisamente tu quien la protegiera, incluso Cross podría haber hecho ese trabajo perfectamente; pero sin darme cuenta, yo ya estaba ligado a ti, tanto que no podría aceptar otra opción aunque fuera más viable. Tenías que ser tú y para eso tenías que seguir viviendo, me dije. Así que terminé ofreciéndote mi sangre, y, allí se selló mi destino Zero… por primera vez fui consciente de que me importabas más de lo que había imaginado y más lo que hubiese deseado.

>… Esa noche pasaste casi una hora inconsciente y yo sólo pude observarte todo ese tiempo, a la vez que el aroma de tu sangre se iba grabando en mi memoria y corazón. Y cuando despertaste y volviste a mirarme con odio; esa fue la primera vez que también fui consciente de que eso me dolía. Me dolía que me miraras así y no sabía por qué. Pero lo hecho, hecho estaba. Sin embargo eso no impidió que en más de una ocasión me sorprendiera a mí mismo rememorando ese momento y deseando que volviera a suceder. 

Al escuchar esto último el sonrojo en las mejillas de Zero se acentuó.

-   Pero a pesar de sentirme así, cuando Rido apareció te usé de nuevo, a ti y a tu hermano… Lo siento en verdad Zero. Yo… yo le hablé a Ichiru del destino de los gemelos de cazadores. Le dije que tú habías sido gentil al no devorarlo en el vientre de su madre. Que si eso hubiese sucedido serías muy poderoso, capaz de hacer frente a un sangrepura; y lo hice con el único objetivo de que… Él estaba jugando con fuego al vivir entre vampiros. Yo sabía que lo hacía porque quería acabar con Rido, pero eso para él era imposible y lo sabía, el también lo sabía. Por eso lo hice, por eso le dije eso con el objetivo de que… si...

-   De que si era herido por alguna razón o se daba cuenta de que no podría hacer nada ante Rido, viniera a mí y se sacrificara… - Zero cerró los ojos con fuerza.

-   Zero… yo…

-   Continúa…

-   Zero…

-   ¡Que continúes!

Ante la exigencia, la respiración de Kaname se detuvo por un instante, sin embargo ya había comenzado y sabía que era momento de explicar todo a Zero, absolutamente todo; no podía detenerse ni esperar que el cazador fuera todo gentileza.

-   Yo… encontré a Ichiru herido después de enfrentarse a Rido, me preguntó por ti y yo a su vez le pregunté si necesitaba ayuda, pero él me respondió: “sabes que no, sabes lo que haré, siempre lo has sabido, tus hipocresías no me interesan, ¿Dónde está él?”; y se lo dije. Él tenía razón, yo sabía lo que sucedería y lo esperaba; por eso no lo ayudé. Zero, ojalá me hubiese dado cuenta a tiempo de lo que sentía por ti, ojalá me hubiese olvidado de todo; pero no fue así, en ese momento mi objetivo era claro y no podía permitirme dudar… asi que lo dejé y marché hacia el senado para eliminar al corrupto consejo, y tu… una vez que sucedió lo de aquella celda, te volviste muy poderoso y junto a Yuuki eliminaron a Rido. Sin embargo esa noche también tus sentimientos te superaron. Habías perdido mucho, por lo que furioso y dolido le apuntaste a ella con tu arma. Yo que creía amarla y que te veía como un estorbo necesario, pese a que también sentía cierta fascinación por ti que me era molesta; estuve a punto de eliminarte. Pero tu no te intimidaste y me miraste con un profundo odio y eso de nuevo me dolió y enfureció. Ya había iniciado con mi plan, ya te había usado, hubiese sido estúpido retractarme, así  que simplemente volví a cerrar mis ojos y dejé que tú y Yuuki se despidieran.

>… Cuando estábamos por dejar la academia, te vi salir de aquel lugar con el cuerpo de tu hermano en brazos y volvió a  estremecerme esa mirada fría y de odio en tus ojos. La parte de mí que sentía atracción por ti, decidió entonces que debía endurecer mi corazón y llegué a la conclusión de que ya no eras necesario y nos marchamos. Pero aunque eso sucedió, y aunque me negué nuevamente a aceptarlo, desde entonces una parte de mí se sintió ligada a ti y con el paso del tiempo fui un poco más consciente de eso porque pensaba continuamente en ti, pero a la vez, también recordaba aquella mirada de odio. Tú me odiabas Zero, de eso estaba seguro y me detenía.

>… Un año después nos volvimos a ver, ¿y sabes?... por absurdo que parezca y aunque lo oculté tras una máscara de indiferencia, la verdad es que mi corazón latió con fuerza Zero. Me emocioné a tal punto que me avergoncé de mí mismo. Seguía pensando que era absurdo sentir aquello y lo atribuí al hecho de que habías sido la segunda persona que había bebido de mí. Tú y yo éramos enemigos, tú me odiabas y yo te despreciaba porque ella te amaba, no podía sentir eso; además, tú solo tenías ojos para ella y yo, yo la había elegido a ella como mi pareja.

>… Entonces sucedió que Sara comenzó a hacer sus movimientos… nuevamente otro sangrepura que quería hacerse con el poder… Ante eso me desesperé. Siempre, siempre había vampiros sangrepura intentando causar daño. Y sabía que si no era ella, tarde o temprano sería Ouri, Touma, Hanadagi o cualquier otro, nunca podría haber paz y Yuuki siendo tan gentil como era, siempre se vería amenazada. Ella era la única que no era un monstruo, era la luz que había aparecido ante mí en una visión en el pasado para ayudarme a continuar pese a toda la sangre que manchaba mis manos, fue ella la que al nacer, hizo que la desesperación se alejara de mí. Pero el mundo que quería para ella, era imposible. Al principio yo había decidido vivir para ella, olvidarme de las contradicciones que albergaba mi interior, olvidarme de ti y vivir la eternidad a su lado; pero también eso era imposible. Ese día en esa misma fiesta lo comprendí. Con el asesinato de Ouri los tratados de paz y cooperación con la asociación y la instalación del nuevo consejo amenazaban con desestabilizarse y yo no era capaz de mantener el orden ya y tú mejor que nadie supiste eso.

-   Por eso decidiste actuar por tu cuenta y soportar todo tu solo. Decidiste retomar tu objetivo inicial, aquel que habías abandonado en el pasado: eliminar a todos los sangrepura. Para facilitarte todo, buscaste ser odiado y aborrecido por tus seguidores y por Yuuki y evitar de esta manera ser detenido.

-   ¿Tú, sabías eso?

-    Era obvio; no necesité ser un adivino. Yo siempre lo he sabido; pero mis sentimientos hacia ti me impedían aceptar que te sacrificabas a ti mismo por todos. Me negaba a creer que pudieras albergar algo bueno en ti.

-   Hmmp… supongo que tenías razón… Pero  yo ya había decidido que no podía detenerme, y después de lo de tu hermano, no podía seguir empujándote a la desgracia ni trayéndole más dolor a Yuuki. Por eso concluí que lo mejor era que yo personalmente terminara con todo. ¿Recuerdas aquel enfrentamiento que tuvimos antes de que la sede de la asociación colapsara? – Zero asintió.

-   Como olvidarlo. No hacía mucho que Sara me había revelado lo que hiciste y tú lo reconociste cuando apareciste en la academia.

-   Me odiaste más, ¿no es así?

-   Quizá. Eras tú el causante de todo; de mi sufrimiento y del de Yuuki; pero… aun así… algo en mi interior quería que fuera mentira… quería creer que Yuuki tenía razón y no eras un desgraciado, pero tú no negaste nada, al contrario.

-   Zero, perdóname; en verdad soy un ser despreciable… Te arrebaté todo; y no conforme con ello, pretendí que vieras por Yuuki cuando yo mismo la había destrozado… Hmmp... ¿Sabes?, quizás en el fondo yo también quería ser salvado por ti… pero la parte racional de mi me obligó a seguir adelante y lograr el odio de Yuuki para alejarla, y aunque me dolía su sufrimiento, creí que era lo mejor.

-   Ella siempre confió en ti. Jamás hubiese podido odiarte. Ni siquiera después de que aceptaste todas mis acusaciones dejó de quererte.

-   Pero a final de cuentas la traicioné y ni siquiera fui capaz de protegerla. Desesperado creí adecuado empujarla a tu lado. Ella realmente hubiese sido feliz contigo, de eso al menos estaba seguro... Hmmp, ahora de tan solo pensarlo muero de celos… ya no puedo imaginarte en brazos de nadie más que no sea yo, ¿Ves? así de egoísta soy. Pese a todo el dolor que te causé, te quiero sólo para mí. ¿Se puede ser más contradictorio y egoísta que eso?... 

>... Aquel día en la academia cuando me encaraste, está tan vivido en mí memoria. No mentí por primera vez y aun así desee hacerlo porque la verdad era más dolorosa que las mentiras y aunque tu odio era lo único que sabía tenía asegurado, me dolía… Luego, cuando nos enfrentamos en la sede; pude sentir lo dispuesto que estabas a acabar conmigo, aún más dispuesto que aquella vez en el techo de la academia; y para eso bebiste  la repugnante sangre de Sara. Y para complicarlo todo aún más, ese día, después de muchos años, miles de hecho, volví a sentir la presencia de Libelle. Ella se encontraba dispersa en todo el interior de la sede. Descubrir eso hizo que la nostalgia y el dolor me invadieran como no tienes idea... Sin embargo... Algo mas sucedió también. Cuando te vi parado frente a mí con la bloody rose desplegando su poder y mirándome tan directamente que podía verme reflejado en tus ojos; algo hizo que mi corazón saltara en una inexplicable emoción, pero al mismo tiempo, al tenerte más cerca y sabiéndote oliendo a ella, esa emoción se transformó en rabia. Olías a ella y me veías con más frialdad y desprecio que nunca. Seguí sin entender por qué provocabas todas esas emociones en mí. Tú, un simple vampiro de nivel inferior eras capaz de desequilibrar mi mundo. Entonces dejé de pensar y por primera vez por ti, la parte irracional en mi me dominó. Por un instante, ¿sabes?, quise olvidarme de todo, no quería ver eso en tus ojos, aun sabiendo que era lo más lógico, que estabas en tu derecho, no quería verlo. Eras un vampiro pero tus ojos destilaban odio hacia mí; no eras como los otros que se doblegaban, no eras como los otros sumisos y serviles; y yo, en el fondo quería que tus ojos brillaran por mí de una manera diferente. Entonces una parte de mi me gritó que fuera por ti y te llevara lejos, que arrancara ese asqueroso olor de ti, que incluso arrancara cualquier otro aroma que no fueran el tuyo y el mío, pues sólo yo podía hacer de ti y contigo lo que quisiera... Ese día Zero, por primera vez fui plenamente consciente de que te deseaba. Pero eso no podía ser, al menos no para mí, yo te odiaba, te despreciaba, eras sólo un peón más, se suponía que así tenía que ser; se suponía que esa era la única verdad. Eso era lo que pensaba; y al sentir esa gran contradicción y confusión dentro de mí, la frustración se apoderó de mi ser y quise demostrar que yo era más poderoso, que tenía el control y que tu bien podrías ser un simple esclavo si me lo propusiera pues mi sangre estaba dentro de ti. Sin embargo, al comprobar que ésta reverberaba con fuerza dentro de ti, lo que experimenté en realidad, fue una oscura satisfacción por poseerte de esa manera. Y luego, al verte pelear, me sentí orgulloso de ti; no sólo no me temías, me enfrentabas. Bloody Rose fue la primera arma que forjé del metal madre creado por Libelle, y tú la usabas a la perfección, mejor incluso de lo que yo la había usado... Ahora Zero, se que la hice especialmente para ti. Aun cuando tú no existías el destino ya me estaba uniendo a ti…

>… Mientras todas esas emociones bullían en mi interior, me apresaste pues me descuide ya que la idea que de que si las cosas hubiesen sido diferentes tu podrías haber sido mi compañero perfecto, surcó mí mente, y pude haberme dejado capturar por ti, sólo por ti; pero recordé porque estaba allí, cuál era el objetivo que tenía. No podía dar marcha atrás ni siquiera por ti ni por Yuuki; así que me centré en la molestia que me provocaba que a pesar de tantas cosas tú simplemente no te doblegabas, no te rendías y me provocabas, que me dispuse a detenerte. No serías un obstáculo para mí y mi decisión tomada. Así que opté por lastimarte para así obtener definitivamente tu odio y el de Yuuki, y lo hice y luego levanté mi espada contra ti; pero el claro olor de tu sangre me sedujo y entonces supe que también la deseaba, la deseaba de una manera tan abrumadora, tan desesperadamente, tan intensamente; y eso me desconcertó, ¿Cómo era posible que yo deseara de tal manera sangre que no era la de Yuuki?; quería tomar tu sangre Zero, te tenía en mis manos, a mi merced y quería beber hasta la última gota de ella; hasta saciar la sed, hasta consumir tu vida. Concentrado en tal deseo, sin darme cuenta descargue mi espada contra ti, pero Ruka intervino a tiempo. Si te hubiese hecho daño no me lo hubiese perdonado jamás.

Kaname se detuvo y miró a Zero rememorando aquel día. Éste tenía nuevamente las mejillas arreboladas. Volvió a sentir el mismo deseo que en aquel entonces. Deseaba a Zero de manera tan intensa que podía sentir fuego correr por sus venas. Lo deseaba de tal manera que se asustaba a sí mismo y ese deseo no había disminuido en todos esos años; sino todo lo contrario.

Desvió la mirada del joven para controlarse. La naciente excitación estaba aumentado su ritmo cardiaco, pero no podía detenerse ahora que había decidido confesarle todo lo que había hecho y todo lo que sentía.

-   Después Yuuki apareció y ambos me enfrentaron, si había dolor dentro de mí, éste aumentó al mirarlos dispuestos a detenerme. Luego apareció Sara y la manera en que te incitaba a detenerme aumentó mi deseo de eliminarla cuanto antes, pero me complació el ver que no te dejabas dominar tampoco por ella. Posteriormente, Ichijou intervino también y si no le apreciara le hubiese eliminado por atreverse a usarte para intentar detenernos… Pero, al final, yo no detuve nada, ni acabé con Sara, quien detuvo todo fue Libelle. La presencia de cuatro sangre pura en la sede la alteró… ¿Sabes?, en esa ocasión volví a hablar con ella.

-   ¿Cómo?, ¿Hablaste con Libelle?

-  De cierta forma. Los sentimientos que experimenté en ese momento no podría describirlos. Aunque era simplemente metal, parte de su conciencia residía aun en él y pude sentir su dolor. Se salió de control al sentir las ansias de un sangrepura por poder. Experimentó el mismo sentimiento que yo al despertar y darme cuenta que aunque el tiempo había pasado los sangrepura seguían ansiando poder y causando daño. Por eso quiso detener eso y absorbió su poder disperso en las armas. Ya sabes cómo acabó. La sede colapsó y yo antes de que desapareciera, le juré que cumpliría su meta costara lo que costara. Fue así que tomé la decisión de ocupar su lugar.

-   ¿De convertirte en el nuevo metal?, entonces, si yo no hubiera llevado a Sara allá… ni la sede, ni tu… quizá Yuuki…

-   No Zero… no te atrevas a siquiera insinuarlo – Kaname tomó entre sus manos su rostro - Ella estaba cansada, ya había pasado mucho tiempo, así que tarde o temprano sucedería.

-   Pero yo fui quien…

-   No, Zero, tú no tienes la culpa… el único culpable soy yo. Fui yo quien incitó a Rido a Shizuka, a Sara; quien quería hacer de ti un arma, quien te usó como una pieza desechable, quien quería que hicieras el trabajo sucio para poder quedarme al lado de Yuuki. Sin embargo las cosas no resultaron como planee. Yuuki desarrolló sentimientos por ti y tu por ella, y al final deshacerme de ti no fue ya una opción. Todo lo que sucedió después fue consecuencia de mis propias decisiones. Por favor, tu no te culpes de nada...

- Pero Kaname...

- Shhh... - Kaname negó con la cabeza y Zero ante eso, desistió. Al notarlo, el vampiro le sonrió con ternura y continuó - Nos volvimos a separar y durante semanas estuve pensando en ella y en ti. Al ver como el metal desaparecía, supe que el tiempo se había terminado. Ya ni iba a poder quedarme al lado de Yuuki como planeaba, ni tampoco podía cazar a todos los sangrepura yo solo para luego convertirla a ella en humana y desaparecer. Sin el metal no habría manera de mantener el control; por eso llegué a la conclusión de que tenía que hacerlo, aunque en el fondo me provocaba temor. Fue así que no volvimos a vernos sino hasta ese baile de máscaras que ofreció Isaya Shouto en su mansión. Mi plan era pedirle que transformara a Yuuki en humana  mientras yo creaba el nuevo metal.

-   Siempre tomando decisiones por otros. Kaname, si Yuuki se hubiese convertido en humana ni tu ni yo estaríamos con ella ya que nos habría olvidado; y ni siquiera su felicidad y seguridad estarían realmente garantizadas

-  Lo sabía, pero aun asi,  yo estaría a tu lado. – Zero se estremeció involuntariamente ante esas palabras.

-   ¿Qué dices?

-   Si, ella seguiría con su vida y tú te convertirías en el nuevo presidente de la asociación y la protegerías aunque no te recordara; y si la bloody rose desaparecía como el resto de las armas, tendrías una nueva arma hecha del metal creado por mí. Ella se habría ido, pero yo estaría por siempre contigo.

-   ¿En realidad pensabas eso?

-   Si. Quizá en la desesperación quise aferrarme a esa idea.

-   ¿Me veías como su sustituto?

-   No, te veía como lo único que me quedaría. Como lo único que no deseaba perder. Después de ese último encuentro en la asociación, lo supe, sentía por ti algo muy fuerte y al menos como un arma no me odiarías. Pero entonces sucedió algo que no planeaba. Yuuki borró tus recuerdos. Yo a ella la quería y en verdad creí que la amaba; y la había atado a ésta interminable existencia y con ello había robado parte de su luz y felicidad. Ojala su vida como humana nunca hubiera terminado. Si Rido no hubiese aparecido nada habría pasado, pero al hacerlo tuve que transformarla. Por eso en un principio había decidido vivir a su lado para siempre para que no estuviera sola, sin embargo una parte de mi sabía que también te deseaba a ti y que siempre lo haría, aun cuando no te tuviese, siempre te anhelaría; pero sabía de tu aversión hacia mí y por eso acepté que no podía estar a tu lado; por eso desheché esa idea de mi mente sin dejar siquiera que echara raíz y me rehusé incluso a creer que yo pudiese albergar por ti algún sentimiento romántico y profundo, para mí era simple y llano deseo.

>… Busqué al director y le hablé de mi plan de ser el nuevo metal, él no estaba del todo de acuerdo pero aceptó mi decisión; sin embargo hizo que Yuuki y yo nos encontráramos y entonces ella supo que había hecho todo para alejarla de mí. Se rehusó a marcharse entonces, y se quedó a mi lado; y para hacerlo por completo borró tus recuerdos de ella y modificó los que tenías de mí. Ella incluso me pidió que la hiciera olvidarte. Y ¿sabes?, hubiese podido, pero entonces ¿quién me haría olvidar a mí quien poco a poco descubría sus sentimientos por ti?

>… Ese día cuando llegaste a la mansión y no me miraste como solías hacerlo, sentí un gran dolor. Antes no me importaba que fuera con odio porque me mirabas; pero ese día simplemente tú mirada era indiferente. Estaba molesto, molesto y triste porque habías olvidado muchas cosas. Habías olvidado que no me tolerabas, habías olvidado la existencia de la clase nocturna y que habías tomado mi sangre. Estaba molesto y celoso; y tontamente quise demostrar mi dominio sobre ella y echarte en cara que por lo que habías vivido te había hecho olvidar. También estaba enojado con ella por haberte arrancado esos recuerdos que nos unían a ti y a mí y que serían lo único que me quedaría cuando ella se convirtiera en humana y nos olvidara, y mi conciencia poco a poco con los años se fuera desvaneciendo en el horno de fundición.

>… Así que cuando te marchaste de la casa con una simple mirada por encima del hombro. Comprendí por primera vez lo importante que en verdad eras para mí, no era deseo, no era simple atracción, ni consideración o reconocimiento, iba más allá. Aun así evité pensar demasiado en eso; no tenía caso, ya había decidido arrojar mi corazón al horno y esa decisión no podía permitir que nada ni nadie la cambiase. Tenía que proteger a Yuuki y a los humanos. Sin embargo en el fondo tu sola imagen en mi mente me hacía dudar y no sabía bien a bien por qué, pero cuando supe que habías olvidado no tenía entonces nada más por lo que vivir, para Yuuki ya había elegido un futuro, tú por lo que hizo tendrías otro. Ya nada me impedía cumplir mi deber. Pero entonces fuiste a las celdas en la Academia donde yo aguardaba a que la fundición estuviese lista, y me miraste de nuevo de una manera extraña y a la vez indiferente, me hiciste muy feliz pero también me heriste. No comprendí ni siquiera entones que lo que sentía por ti era amor. 

>… ¿Cómo puede ser alguien tan tonto como para confundir sus sentimientos por tanto tiempo o no darse cuenta de lo que realmente siente? No lo sé pero yo lo fui. Verte desde esa celda proporcionó cierta calidez a mi corazón y sé que quisiste decir algo más que sólo informarme que la fundición estaba lista y en verdad quería escucharte. Pero en vez de eso te marchaste y mi corazón se sintió oprimido. Entonces me dejaron libre y me custodiaban hacia el horno cuando escuché tu voz, tu voz que me gritaba que fuera a tu lado, que peleara a tu lado por defender la academia. Y no dude. No lo hice. Corrí a tu lado y estar parado junto a ti, dispuesto a luchar por algo que nos importaba a ambos, me hizo olvidarme que ese motivo también era ella, me hizo olvidarme por un momento que éramos enemigos.

>… Pero Yuuki tenía otros planes también. Nuevamente no fui capaz de verlo. Tampoco a ella pude protegerla… Ella era lo único realmente tangible que tenía, Zero. Había compartido mucho con ella. Me había demostrado su cariño y comprensión; estaba dispuesta a estar a mi lado pese a todo, y me había salvado de la desesperación. Por eso al verla desaparecer sentí un inmenso dolor y quise seguirla; pero tú me detuviste; y tus ojos claros y mirada directa me hicieron desmoronarme. Y finalmente cuando bebí tu sangre todo se comenzó a aclarar; y cuando me diste la espalda prohibiéndome morir; entonces lo supe; yo te amaba. Esa era la única verdad, te amaba y debería ser un monstruo en verdad para que en ese momento no me importara la muerte de Yuuki más que lo que tú presencia y sangre provocaban en mí. Te amaba y no me di cuenta a tiempo. No era atracción o simple deseo; no era curiosidad ni capricho, no tenía nada que ver con el hecho de que hubieses bebido de mí. Yo en verdad te amaba y no pude decírtelo. No tuve el valor. Pero sé que esa conexión que siento hacia ti ha existido desde el pasado y existirá en el futuro y así será  hasta que el mundo se convierta en nada. Te amo, te amo, te amé desde que te vi en esa montaña, te amé más cuando nos vimos directamente en casa de Cross,  y aún más cuando ingresaste a la academia, con cada encuentro, con cada enfrentamiento. Te he amado cada día y no lo reconocí a tiempo. Por Yuuki sentía un gran apego, era la luz que iluminó mi oscuridad en un momento de desesperación; pero por ese engaño que me creé no vi que tú eras el amor de mi vida, que eras tan perfecto, que eras para mí.

Kaname apretó los puños e inclinándose rendido, apoyó la cabeza en el hombro de Zero

-   Ahora que sabes sobre aquel pasado donde miles murieron por mi causa. Donde Libelle se sacrificó debido a mí y Liam enloqueció porque no fui capaz de protegerla. Donde condené y até a los cazadores a un destino sangriento. Donde huí de todo optando por dormir y desaparecer, dejando todo en manos de otros a sabiendas que no funcionaría… Ahora que sabes que devoré a un pequeño niño; que manipulé el destino de Shizuka, de tu familia, de ti mismo y que lastimé a Yuuki; que he asesinado a muchos vampiros con mis propias manos sin importarme nada y que he usado a muchos otros como simples peones… que mis manos están tan manchadas de sangre… Dime, ahora que lo sabes todo ¿quieres que me aleje de ti?

Kaname se aferró con fuerza a los brazos del cazador y guardó silencio. Zero se había quedado callado pensando en todo; sentía su mente saturada, eran tantas revelaciones, tantas emociones. Su razón parecía querer negarse a aceptar todo lo dicho, pero su corazón latía con tanta fuerza contra su pecho.

Pero entonces su mirada se suavizó y abrazó a Kaname con ternura.

-   No… no quiero… no quiero… - Kaname abrió los ojos sorprendido, pero no se alejó. Se quedó en esa posición escuchándolo - Yo siempre supe; aunque nadie me hubiese dicho algo, me bastaba con verte a los ojos para saber que los fantasmas de tu pasado te atormentaban. Yo no quería compadecerte, ni sentir ningún tipo de sentimiento de ese tipo, siempre me decía que a mí no me importaba tu desagradable pasado. Pero Kaname, creo que, puedo llegar a comprenderte y siento que yo en realidad también siempre te he amado; por eso no quiero que te alejes de mí.

-   Zero… - Kaname se aferro más a él.

-   Como te dije, no me importa aquello que sucedió en ese pasado tan lejano, pero quisiera borrar ese dolor que provoca aun en ti, quisiera tener el poder que tu posees y hacerte olvidar, pero no puedo, soy un simple vampiro de nivel inferior, aun asi te amo y quisiera que eso fuese suficiente para hacer que dejes de culparte. Aquellos sangre pura optaron por ser egoístas y soberbios, tu no los orillaste y había que detenerlos. Esos humanos también tomaron su decisión al beber la sangre de Libelle y convertirse en cazadores. Incluso ella misma tomó su decisión al sacrificarse arrojando su corazón a aquella fundición y se que no hubiese querido que te sintieras culpable por ello. En cuanto a Liam, él optó por la venganza en vez de aceptar los sentimientos y la decisión que ella había tomado. Kaname, tú no eres culpable. Y esa maldición de la que hablas, todos los cazadores no son iguales, Kaien y muchos otros anhelan la paz y la coexistencia, ¿acaso no conoces cuantos me apoyaron para poner de nuevo en marcha el proyecto de coexistencia?. Yo mismo desde niño creía que no todos los vampiros eran malos e incluso después de todo lo que pasó y aunque me esforcé, aunque lo deseé, nunca llegué a odiarte realmente.

>… Ese día en aquella montaña sentí una presencia cálida y atrayente que hizo que mi corazón latiera aprisa con cierta emoción. Era como si fuera a ver a alguien que estaba esperando. Me gustaba el lobo negro que paseaba cerca de casa y aunque era capaz de detectar vampiros ya, nunca caí en cuenta de que ese lobo era uno porque no era amenazador. Tus ojos y tu presencia el día que me atacaron eran cálidos y me sentí seguro; pero lo olvidé todo; quizá por eso cuando te vi en casa de Cross, aparentemente por primera vez, tu presencia casi me asfixió, pues era tan sobrecogedora. Yo también sentí sensaciones contradictorias y durante mucho tiempo tuve miedo de ti, pero al mismo tiempo me atraías. Me frustre por eso, tú eras un vampiro de la misma especie de aquella que me había atacado y que había asesinado a mis padres; y aun así parecías tan gentil. Yuuki te idolatraba, Kaien te apreciaba; pero para mí ningún vampiro podía ser bueno, no después de comprobarlo una y otra vez; y sin embargo me atraías sin ser aun yo un vampiro.

>… Por otra parte, siempre supe que tu asesinaste a Shizuka, pero no me importó que ella hubiese muerto, sino que lo hubieses hecho precisamente tú. Talvez algo en mí no quería que fueras ese ser oscuro que mi razón me gritaba que eras.

>… Luego con lo de Rido. Es verdad, en ese entonces el dolor de perder a mi hermano era muy grande y la Yuuki humana también se había marchado, me había quedado solo por causa de los vampiros, me sentía traicionado y en verdad sentía que te odiaba, pero no lo hacía en realidad, solo eran celos y rabia. Cuando volví a verte en aquella sala de juntas un año después, sentí un vuelco en el corazón; pero pasó lo de Ouri y nuevamente me reafirmé en la creencia de que los vampiros eran monstruos. Luego llegó Sara; efectivamente, ella también quería usarme. No sé por qué, pero siempre sentí eso, que Shizuka, Rido, Sara, tu e incluso ahora Liam, han querido usarme. Quizá por eso me aferré a la idea de que debería tener cuidado con los sangrepura; que eran criaturas manipuladoras y egoístas. Sin embargo, tu poco a poco de algún modo te fuiste separando de esa categoría en que tenía colocados a los vampiros; en especial a los sangrepura y sí, no lo niego, la parte racional en mi me gritaba que debía odiarte; pero después de tanto tiempo y que lo pienso, tú no eres realmente el culpable de todo lo que me pasó. No tienes la culpa de la oscuridad que albergaba Ichiru, fui yo quien le arrebató mucho desde antes de nacer, tampoco tienes la culpa de que Shizuka viviera cautiva en aquella celda y que se aferrara a aquel humano como lo hizo, ni eres culpable de la obsesión y codicia de Rido, ni tampoco eres culpable de la ambición de Sara. Tu único pecado fue manejar la situación y usar todo a tu favor para proteger a Yuuki.

-  Hmmp ¿y eso no me hace un ser despreciable?

-   No, y a mí me hace darme cuenta que no eres perfecto y eso está bien. Quizá yo en tu lugar hubiese hecho lo mismo. Cometiste errores como cualquiera, yo lastimé a  Ichiru, a Yuuki y he asesinado a muchos vampiros también, y he dicho cosas que te han lastimado. Supongo que también soy depreciable  entonces.

-   No Zero, tu… - Kaname se alejó un poco para mirarlo a los ojos.

-   No soy muy diferente de ti Kaname. Aun así me amas.

-   Con toda el alma… Perdóname Zero, por favor perdóname…

-   Ya te lo dije, yo no tengo nada que perdonarte. Quien debe hacerlo eres tu mismo. Yo te amo. Te amo con toda el alma, con todo mi ser. Ni siquiera se porque te amo tanto Kaname… y no me importa el pasado, lo que sucedió ya no lo podemos cambiar, pero podemos esforzarnos por hacerlo mejor a partir de ahora.

-   Gracias Zero. Me haces tan feliz. Creí que me odiarías después de decirte todo.

-   Pues me desconcierta tu desconfianza. ¿Crees que te miento al decirte que te amo?

-   No

Kaname se acercó más a él y también lo abrazó con fuerza contra su cuerpo.

Zero lo condujo entonces hasta recostarlo y poco a poco fue acomodándose a horcajadas sobre su regazo mientras la sabana que lo cubría se deslizaba por sus hombros y caía. Luego se inclinó y lo besó castamente mientras lo miraba con un intenso brillo en los ojos.

-   Creo que yo también te he amado desde hace mucho tiempo Kaname, pero igual que tú no me había dado cuenta hasta ahora. Cuando te volví a ver después de treinta años mi corazón latió con fuerza, por más que me esforcé en odiarte no pude, por más que quise no sentir nada por ti, no pude. Comenzaste a ocupar mis pensamientos, incluso mis sueños y no sé en que momento sucedió, pero no me importa. Te amo, te amo y ojala mis padres y Yuuki me perdonen, pero no puedo estar sin ti. Te necesito. Quiero que te quedes conmigo Kaname, quiero estar a tu lado hasta que, como tu lo has dicho, éste mucho se convierta en nada.

-   ¿De verdad?

-   Si.

Volvieron a besarse. Un beso tranquilo, lento, cargado de sentimientos. Kaname sentía su corazón golpeando con fuerza a la vez que sentía que una gran carga lo abandonaba. Por primera vez era completamente libre. ¿La vida finalmente le estaba dando la oportunidad de amar y ser amado?, parecía increíble. Un amor inesperado con la persona más inesperada. El destino era caprichoso sin duda.

Zero dejó de besar sus labios y se dirigió hacia su cuello. Kaname sintió las pequeñas descargas eléctricas que comenzaban a recorrer su cuerpo.

-   Ahora que recuerdo, dijiste que has soñado conmigo, eso sí que fue una revelación, Zero.

-   Pues no te creas tanto - le susurró éste.

Ante la respuesta Kaname sonrió y quiso darse la vuelta para recostarlo sobre la cama, pero Zero opuso resistencia y lo miró a los ojos negándose. Kaname sonrió de nuevo relajándose y dejó que Zero se quedara encima de él. Entonces el cazador comenzó a descender lentamente por su pecho, acariciándolo, besándolo, mordiéndolo sutilmente sin dañar la piel.

Kaname lo miraba negándose a cerrar los ojos, ya tenía su miembro totalmente erguido y pequeñas gotas brotaban de él resbalando por la piel. Ante esa visión Zero sonrió y volvió a ascender con candentes besos hasta llegar de nuevo a su cuello y luego a sus labios. Se abrió paso entre estos y comenzó a jugar con la lengua de Kaname.

Al quedarse sin aire, Zero se irguió nuevamente frente al vampiro quien estaba ya demasiado excitado y le sonrió; luego comenzó a humedecer sus dedos en su boca. Kaname miraba cada uno de sus movimientos fascinado, con la respiración errática.

Cuando terminó, Zero se acercó y lo besó otra vez mientras se llevaba los dedos a su entrada y él mismo  comenzaba a estimularse. Consciente de eso, Kaname suspiró con urgencia. Pero el otro solo dejó sus labios para comenzar mordisquear el lóbulo de su oreja.

-   Ahh… Zero…

-   Shhhh… tranquilo señor sangrepura… – le dijo en un susurro suave.  Kaname sin poder más, lo sujetó de la cintura  pero con la otra mano Zero lo alejó. – No… ésta vez quiero hacerlo yo…

Dicho esto, Zero sin dejar de mirarlo y con la respiración también errática; se acomodó lentamente sobre su miembro erguido y comenzó a penetrarse a sí mismo; cerrado los ojos con fuerza y mordiéndose el labio inferior mientras descendía poco a poco.

La respiración de Kaname se detuvo por un instante mientras la sensación de sentir su miembro envuelto y estrujado iba esparciéndose por su columna y comenzaba a hacerlo temblar.

Una vez el cazador lo tuvo totalmente dentro, aguardó un momento y posteriormente comenzó un vaivén lento. Kaname sin moverse miraba a Zero cautivado. Estaba dentro de él, completamente dentro; pero era éste quien lo estaba tomando.

-   Te amo Kaname - dijo de pronto Zero, acercándose a él nuevamente y sin dejar de moverse.

Ante esas palabras, el vampiro afianzó su agarre sobre sus caderas y comenzó a moverse también.

-   Uhgg… ahhh… ahhh… Kana…me.

Los gemidos de Zero pronto comenzaron a oírse en la habitación y ante eso él aumentó el ritmo. Zero realmente se veía hermoso sobre él, pero quería tenerlo más cerca. Se incorporó quedando de frente a él y entonces los movimientos se volvieron salvajes. Comenzó a elevar sus caderas con fuerza y Zero se sujetó a sus brazos ya que sus talones  resbalaban en las sabanas y no podía lograr apoyarse debido a la fuerza y rapidez con que cabalgaban.

Ambos se mantuvieron mirando el uno al otro mientras hacían el amor; y Kaname supo que los ojos de Zero no mentían; no había sumisión, ni servilismo reflejado en ellos; ni siquiera un amor a medias; en verdad Zero lo amaba única y exclusivamente a él.

Continuó embistiéndolo por un rato más, hasta que en un momento dado el cazador se arqueó por completo lanzando un grito de placer y estrujo su miembro en su interior. Entonces el vampiro también se vino. Descargó su semilla en el interior de Zero con fuerza.

Mientras comenzaba a recuperarse, Zero miró al sangrepura que tenía la cabeza sobre su hombro y al igual que él respiraba agitadamente a la vez que su cuerpo vibraba aun. Vio entonces su cuello; era hermoso y sin dudarlo se acercó a él para morderlo y beber su sangre. Aunque aquella acción sorprendió a Kaname, él mismo también buscó el cuello ajeno y a su vez lo mordió; y al hacerlo se  estremeció al sentir como la sangre de Zero comenzaba fundirse en su cuerpo con un único mantra repetido una y otra vez.

Kaname…. Kaname… Kaname…

Y mientras más bebía, imágenes suyas inundaban su ser. Zero tenía recuerdos suyos, demasiados; desde que se conocieron hasta ahora y ninguno reflejaba odio. Eso hizo que lagrimas recorrieran sus mejillas mientras se abrazaba con más fuerza a él. Zero lo amaba, lo amaba.

Ambos bebieron el uno del otro tranquilamente por más tiempo y con ese acto sellaron definitivamente su unión. Ya nada ni nadie podría separarlos.

 

Notas finales:

¡Hola!, reportandome de nuevo. Fue bastante tiempo ¿verdad?, lo lamento. Espero que el capítulo haya sido de su agrado... prometo no tardar tanto en actualizar el siguiente. Éste fue bastante largo, pero ya es hora de avanzar más en la historia para perfilar el final.

Un beso a todos y gracias por su paciencia. Hasta pronto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).