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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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Capítulo XLII

Aliados

 

 

La nueva mañana llegó sin que ninguno de los dos se percatara de ello. Kaname abrazaba a Zero contra su cuerpo de manera posesiva; tenía el rostro oculto en su nuca y sus piernas entrelazadas con las del joven. Quizá era una posición un tanto incómoda para dormir, pero ambos tan cansados como habían estado no reparaban siquiera en ello, en especial Zero que dormía tranquilamente pese a ser abrazado del tal manera.

Afuera el sol despuntaba tras las montañas comenzando a disolver el espeso manto de niebla que cubría todo el paisaje; ocasionando con ello que pequeñas gotas de agua se condensaran en las hojas de las plantas.

Toda la noche estuvo lloviendo por lo que había charcos y zonas fangosas por doquier y un  olor a humedad invadía el ambiente intensamente. Pasado un rato, poco a poco las aves comenzaron a trinar y entonces pudo percibirse vida en el entorno.

Fue Zero, quien acostumbrado a una vida diurna, abrió lentamente los ojos. Por unos segundos se mantuvo inmóvil hasta que comenzó a alejarse un poco de Kaname, éste, al sentir la separación se aferró con más fuerza a él.

-   Oi… ¿Kaname?… 

El vampiro no reaccionó al llamado. Estaba profundamente dormido aunque parecía muy consciente de su presencia. Como pudo Zero se giró quedando de frente a él. Su intención era amonestarlo por tenerlo aprisionado de tal manera, pero lo único que pudo hacer fue morderse la lengua y quedarse mirándolo. Kaname dormía tan apaciblemente; su rostro estaba tan tranquilo y su respiración era suave y acompasada.  En verdad parecía tan tranquilo. Recorrió con la mirada cada milímetro de ese rostro. Tan de cerca era aún más hermoso de lo que recordaba haber notado. Su piel inmaculada, sus cejas definidas, sus pestañas largas, espesas y ligeramente rizadas, su nariz recta, sus labios ligeramente gruesos. Sin darse cuenta sonrió y acercó más su rostro a él.

-   Está bien… no te dejaré atrás… no tienes porqué abrazarme así… te amo, no lo olvides.

Fue claro que Kaname aun en su inconsciencia lo escuchó o al menos percibió su sentir porque aunque no lo soltó, si aflojó el agarre.  Zero volvió a sonreír y continuó mirándolo un poco más.

Mis manos están tan manchadas de sangre… Dime, ahora que lo sabes todo, ¿quieres que me aleje de ti?

No… no quiero… no quiero…

Suspiró audiblemente. Así que lo amaba. Sin duda era una gran ironía del destino que algo como eso hubiese pasado entre ellos dos. Aunque tampoco podía decir que fue algo repentino ya que al parecer sin darse cuenta muchas cosas habían pasado en estos años, la mayoría de ellas dolorosas, claro, pero que por alguna razón poco a poco dejaban de doler tanto. Y ahora que lo pensaba, Kaname se había sincerado con él con determinación pese al temor de ser rechazado y le había contado cosas que nunca imaginó posibles. Cosas de un pasado tan distante donde él no existía y que lo atemorizaban y cosas que de alguna manera si compartió con él y que sin saberlo Kaname atesoraba. Casi todas ellas resonaban todavía en su mente y quizá lo harían por mucho tiempo más. Con todo, estaba seguro que en otras circunstancias lo habría rechazado… ¿pero que otras circunstancias eran esas?, no había más. En este preciso momento no podía vislumbrar ninguna escena donde alejaba a Kaname, es más, sentía que éste era su destino. Estar al lado de Kaname era su destino.  Si aún vivieran sus padres quizá no estarían muy contentos con todo esto; y Yuuki ¿qué diría ella si los viera?, ¿qué dirían Kaito, su maestro o Kaien?...

No… no importaba; ya nada de eso importaba, no tenía caso pensar en ello. No se arrepentía. Si, por primera vez en su vida no se arrepentía de algo. No se arrepentía de amar a Kaname y no importaba el pasado, ni que ambos fueran hombres, ni su estatus social siendo uno un sangrepura y el otro un vampiro de nivel inferior; ni tampoco importaban sus ocupaciones donde uno era el presidente de la asociación de cazadores de vampiros y el otro era el rey de estos; ni que para todo el mundo debieran ser enemigos. Lo amaba, eso era lo único que le gritaba ahora su corazón.

Mientras observaba a Kaname y pensaba en esto, algo atrajo su atención. Su arma,  la Bloody Rose, descansaba sobre el buro detrás del vampiro. Casi al instante, como si repentinamente fuese golpeado por un rayo, se tensó y una sensación de desasosiego lo invadió.

Liam…

La imagen del pelinegro vino a su mente. Lentamente se incorporó en la cama y se llevó una mano a la cabeza. ¿Qué día era?. Según lo dicho por Kaname y sus cálculos, sin duda estaban en el sexto día desde que huyeron de la academia.

Maldición…

Volvió a mirar su arma.

Podría ser diferente ¿sabes?, incluso podría desaparecer…”

Frunció el ceño ante el recuerdo de esas palabras y se quedó observándola por unos segundos más.

Necesito volver cuanto antes… necesito volver… sigo siendo el presidente de la asociación…

Se pasó una mano por el pelo. ¿Cómo pudo ser tan egoísta y despreocupado?... ¿Cuánto caos habría causado ese tipo a estas alturas?.

Miró a Kaname que seguía durmiendo tranquilamente a su lado y su preocupación sólo aumentó. ¿Se encontraría en condiciones para regresar también?. Era obvio que a él su deber lo llamaba, pero no quería volver a separarse de Kaname y mucho menos que éste se enfrentara a Eyre si no estaba en condiciones. Esa noche ese vampiro estuvo a punto de…

Agitó la cabeza para ahuyentar ese recuerdo. No, no sé arrepentía de las decisiones que había tomado en especial de estar con Kaname. Ahora que éste le había dicho la verdad y que se habían acabado las mentiras y los secretos. No importaba que sucediera de ahora en adelante. Kaname era su vida, ya no podría estar sin él. Sería solo suyo y lo protegería.

Se reafirmó en esa decisión y suspiró ligeramente. El sangrepura, quizá percibiendo su naciente ansiedad, comenzó a removerse. Zero al percatarse de eso, se inclinó hacia él y acarició suavemente su cabeza.

-   Shhh… no pasa nada… tranquilo… sigue durmiendo… todo está bien…

Fue entonces que Kaname finalmente lo liberó y se acomodó en la cama boca abajo sumergiéndose aparentemente  de nuevo en un profundo sueño. Pese a sus preocupaciones, Zero volvió a sonreír. Estaba descubriendo que a Kaname, pese a las apariencias, le gustaba ser mimado.

Segundos después, una vez comprobó que Kaname no despertaría, lo arropó y se giró hacia la ventana. No tenía idea donde se encontraban; pero su paseo del día anterior le había permitido darse cuenta que a los lejos había un pueblo. Eran varios kilómetros; si se daba prisa sin duda podría volver antes de que  despertara. Y también podría probar como estaba su condición física ahora.

Lentamente se incorporó de la cama; y al hacerlo la sensación que recorrió cada musculo de su cuerpo le hizo morderse el labio inferior mientras un sutil rubor se instalaba en sus mejillas. Ligeramente avergonzado por el repentino y naciente deseo en él, intentó pensar en otra cosa mientras buscaba una muda de ropa. Al encontrarla, se vistió en silencio mientras miraba de vez en cuando al vampiro comprobando que continuaba durmiendo. Antes de salir de la habitación con un ligero titubeo tomó la Bloody Rose, la observó como si esperara algo, pero luego sonrió y  la dejó en la cama a un lado de Kaname y salió decididamente.

 

[……]

 

Kaname se removió entre las sabanas mientras despertaba, pero no abrió los ojos de inmediato; únicamente se limitó a aspirar profundamente. El ambiente olía a Zero y a él; y no era un sueño, para nada había sido todo aquello un sueño. Sonrió sutilmente a la vez que sus mejillas se ruborizaban un poco pues el ambiente también olía a sangre y a semen.

Volvió a aspirar y buscó el calor del otro cuerpo; al no encontrarlo abrió los ojos lentamente. Zero nuevamente no encontraba en la cama pero a diferencia de la vez anterior, ésta no se sobresaltó, sólo se incorporó lentamente y lo buscó con la mirada. Sin embargo se encontraba solo en la habitación.

-   ¿Zero? – lo llamó, pero no obtuvo respuesta. 

La luz del sol que entraba por las amplias ventanas le molestó ligeramente por lo que se llevó una mano al rostro para cubrirse los ojos, aun así no pudo evitar sonreír. Desde que estaba con Zero sus hábitos de dormir habían cambiado un poco.

Mientras pensaba en eso, a su izquierda un ligero resplandor atrajo su atención. La Bloody Rose estaba sobre la cama justo a su lado. ¿Qué hacía allí?

Se deshizo de las sabanas y se incorporó. Sin inmutarse por su desnudez se dirigió al cuarto de baño esperanzado de que Zero estuviese allí, sin embargo no había nadie. Regresó a la alcoba y miró el piso. Tanto la ropa de Zero como la suya se encontraban dispersas por la alfombra. Varias prendas prácticamente estaban inservibles. Contrajo levemente el ceño  y se dirigió entonces al mueble donde había guardado las mudas de ropa que Seiren le había facilitado al cambiar de residencia. La del joven no se encontraba. ¿A dónde rayos había ido?, pensó.

Miró hacia la ventana. La luz le deslumbraba demasiado pero no le importó y se dirigió a ella.  El día anterior había visto desde allí a Zero parado en la cima de la colina; quizá podría estar de nuevo allá. Sin embargo aunque lo buscó con la mirada no logró divisarlo. Ante eso una ligera sensación de ansiedad comenzó a invadirlo y cerrando los ojos para concentrarse mejor, buscó su presencia con más cuidado. No estaba, al menos no cerca.

-   Tsk…

Se giró  y rápidamente tomó su ropa del piso y se vistió. Luego aprisa se dirigió hacia la puerta mientras terminaba de calzarse los zapatos y salió.

¿Dónde estás?... ¿Acaso te marchaste?

La ansiedad comenzó a convertirse en preocupación y sintió como su corazón aumentaba sus latidos rápidamente mientras avanzaba por el corredor. Sin embargo, cuando llegó a las escaleras un destello de la presencia de Zero le hizo detenerse en seco. Segundos después la puerta principal se abrió y el cazador ingresó al vestíbulo.

Zero de inmediato levantó la vista hacia él y se quedó mirándolo un tanto desconcertado.

-   ¿Kaname?

-   ¿Dónde rayos te metiste?

El timbre de voz del vampiro hizo estremecer a Zero. Kaname tenía fruncido el ceño pero era claro que no estaba molesto sino más bien aliviado y bajó las escaleras rápidamente.

-   ¿Qué sucede?, sólo salí un momen…

La justificación de Zero fue interrumpida por el repentino y ansioso beso de Kaname, quien ni siquiera había reparado en los paquetes que el cazador traía consigo, uno de los cuales cayó al piso.

El beso se prolongó varios minutos hasta que fue Kaname quien se separó.

-   No vuelvas a irte sin avisarme – dijo.

-   Pero dejé la Bloody Rose a tu lado.

-   La… ¿qué tiene que ver?

-   Hmmp, no lo entendiste ¿cierto? – Zero le sonrió como si aquello hubiese sido algo muy obvio.

-   ¿De qué hablas?  

-   Yo no dejaría mi arma nada más porque si… era una señal para ti de que regresaría pronto…

-   ¿Y acaso no puedes dejar una nota como la gente normal?

-   Si tuviera con que dejarte una nota lo habría hecho… Esta casa es enorme y está completamente deshabitada, hubiese tardado más en buscar tinta y papel.

-   ¿Y a donde se supone que fuiste que ni siquiera pudiste despertarme?

-   No te desperté porque necesitas descansar y sólo fui al pueblo.

-   ¿Qué?, ¿Cuál pueblo?

-   Ayer mientras paseaba por los alrededores me di cuenta que a lo lejos había un pueblo. Fui hasta allá – Zero se inclinó y con total calma levantó el paquete que se le había caído. Entonces Kaname reparó en ellos. - Ademas, entre otras cosas… necesitaba información…

Kaname que iba a preguntar ¿qué era todo aquello que traía?, al escucharlo guardó silencio. La mirada de preocupación de Zero de pronto lo sacudió. Era cierto, a estas alturas el joven ya debía de haber vuelto a la cruda realidad y estaba pensando en lo que podía estar sucediendo ahora mismo entre vampiros y cazadores.

-   Lo siento Zero, he sido demasiado egoísta… no he reparado en que estás preocupado…

-   Yo he estado igual… me olvidé de todo - estando aquí  contigo – pero…

-   Quieres volver, ¿cierto?

-   Si… pero también quiero que tú estés bien. Eres muy importante para mí ahora – Las mejillas de Kaname se arrebolaron.

-   Te has vuelto bastante elocuente – dijo y  sonrió para ocultar su  naciente nerviosismo.

-   Idiota  - Zero desvió la mirada y Kaname volvió a sonreír.

-   ¿Qué es todo eso? – dijo señalando los paquetes.

-   Ah… son algunos víveres, ya que muero de hambre y tu debes estar igual. Y…  esto otro es para ti… - Kaname tomó el paquete que Zero le ofrecía y lo miró - No es de la calidad a la que estás acostumbrado, pero la necesitaras ya que debemos pasar lo más desapercibidos posible cuando regresemos.

Kaname extrajo una capa negra con capucha. De pronto sintió una sensación cálida en su interior al darse cuenta que Zero se preocupaba por él.

Cuando dejaron la finca anterior, al saber que los estaban rastreando, con el único objetivo en mente de proteger a Zero, lo había tomado consigo aún inconsciente y habían vuelto a escapar. Una vez llegaron en ésta finca, después de dar varias indicaciones a Seiren, le solicitó  que les llevara ropa y tabletas de sangre. No pensó en nada más y manipuló la mente de quienes custodiaban el lugar para que se marcharan por un tiempo. Así que en efecto, la finca estaba totalmente deshabitada.

-  Bien. Pues mis heridas han sanado por completo y las tuyas también, entonces creo Zero, que es tiempo volver.

-   ¿De verdad? – La mirada de Zero se intensificó un poco.

-   Sí, pero nos moveremos mejor por la noche; así que partiremos cuando se ponga el sol.

-    Gracias…

-   ¿Por qué me agradeces?

-   Por estar conmigo y comprender que debo volver y ayudar a los cazadores.

-   Haría lo que fuera por ti, pero esta vez no sólo eres tú, yo también soy responsable. No puedo dejar que Liam haga lo que quiera – Zero le sonrió y Kaname sintió que los latidos de su corazón se aceleraban.

-   Bueno… entonces supongo que por ahora preparare algo de comer. Tú deberías darte una ducha en tanto… ¿Oye?, ¿En serio pensabas salir a buscarme así?

Kaname sorprendido hecho un vistazo a su ropa. Ciertamente la camisa estaba en mal estado y la llevaba desabotonada; y ya ni siquiera preguntar como estaría su pelo o su rostro. No pudo evitar reír suavemente y volvió a acercarse al cazador.

-   ¿Por qué no nos duchamos juntos entonces?... tú también lo necesitas… aun hueles a mi…

La voz sugerente de Kaname puso a Zero evidentemente nervioso. Pero antes de que pudiera decir algo, el vampiro volvió a reír y le dio la espalda y se dirigió hacia las escaleras.

-   Si decides dejar la cocina de lado, puedes venir, yo puedo alimentarte si lo deseas.

-   No te creas tanto…

Kaname sonriendo provocativamente lo miró por encima del hombro comprobando el sonrojo  en las mejillas del cazador.

Zero le devolvió la sonrisa hasta que el vampiro se perdió de vista. Entonces esa misma sonrisa se esfumó y su rostro se tornó inexpresivo. Aun sentía sus piernas hormiguear pero suspiró y se dirigió a la cocina.

  

[……]

 

A esa altura una fuerte ráfaga de viento azotó contra él de golpe agitando su pelo y cazadora de manera furiosa; sin embargo no se inmutó. Desde esa torre podía ver gran parte de la ciudad, así que era el lugar ideal para vigilar.

Las torres de la asociación de cazadores eran de las más altas de la ciudad. Camuflajeada  como institución gubernamental los cazadores no tenían que preocuparse por que los humanos se enteraran de sus actividades. Sin embargo él estaba seguro que habría alguno que otro que al ver dicha majestuosa edificación se lo preguntara y más si veían ingresar continuamente a individuos armados y también a algunos tan atractivos como él. Aunque si lo pensaba mejor, quizá estaban tan acostumbrados que ya ni siquiera se lo preguntaban; después de todo la sede existía incluso antes de que todos ellos nacieran.

Dejó escapar un profundo suspiro para hacer de lado esas nimiedades y miró de nuevo a su alrededor. A la derecha podía observar el puerto como una enorme mancha oscura y a la izquierda, a lo lejos, las montañas. Al verlas inevitablemente su mirada se ensombreció. Tras esas montañas se encontraba el pueblo donde una vez estuvo erigida la academia Cross. El lugar que no pudieron proteger para Kaname-sama. Según Seiren él sabía que había sido destruida, pero, ¿Kiryuu lo sabría también?; quizá no. De saberlo sin duda ya estaría de vuelta, a menos que estuviese muy mal herido para regresar; pero esto incluso era imposible estando Kaname-sama con él.

Miró hacia el cielo despejado, era una noche sin luna y por tanto completamente oscura salvo por las luces de la ciudad; ¿realmente los atacarían?. Volvió la vista al frente; las luces que iluminaban muchas de las calles y edificios creaban algo parecido a una sábana luminosa a sus pies, que se extendía desde el puerto hasta las faldas de las montañas. Los pocos autos que ahora circulaban desde esa altura se veían pequeños al igual que los transeúntes que también eran escasos. El ruido asociado a la vida nocturna había disminuido considerablemente y eso en especial le provocaba una sensación de mayor aprensión. Por un lado era como si los destrozos alrededor de la sede y algunos puntos de la ciudad no afectaran a nadie, ya que aun había quien iba y venía, pero por otro lado...

No vivía en éste lugar, pero muchas veces había paseado por las calles y siempre había observado mucho movimiento en las calles. Sin embargo sin duda esos que ahora transitaban, eran cazadores o tenían algo que ver con ellos o quizá eran vampiros ya que los humanos, muchos fueron asesinados o convertidos durante los primeros ataques a la sede. Los que sobrevivieron y lograron ser rescatados, sus memorias fueron modificadas y luego fueron resguardados en zonas de seguridad dispersas en la ciudad. Así que a estas alturas casi no había humanos en la ciudad que pudieran exaltarse por lo ocurrido.

Una nueva ráfaga de viento azotó contra él y le trajo el sonido de voces que lo hicieron girarse y mirar hacia abajo. En la azotea, varios metros debajo de él,  Isaya Shouto se encontraba dando instrucciones a unos vampiros que también se encontraban vigilando. No alcanzaba a escuchar lo que decía sin embargo no era como que tuviera que ver con él. El vampiro dijo varias cosas más y se alejó. ¿Quién hubiese llegado a creer que esto pudiese suceder? Vampiros y cazadores en la sede trabajando juntos.

Mientras observaba como en otra de las torres varios cazadores hablaban con vampiros no pudo evitar recordar lo sucedido hacía varios días. Antes de decidir venir a este lugar.

 

-   Hey, Ruka, ¿Estás segura?

Aidou miró a la aludida con una expresión preocupada en el rostro.

En esa estancia se encontraban reunidos sólo ellos dos, Seiren y Maria Kurenai; pero podía escuchar claramente el murmullo de voces, el chocar de las copas y el sonido suave de la música, provenientes del salón.

Ante el cuestionamiento hecho por el vampiro, Ruka que se encontraba parada frente a él, se llevó una mano a la cabeza e intentó sonreír.

-   ¿Acaso tienes miedo?

-   ¡Claro que no!… - respondió él mientras se incorporaba de golpe del escritorio donde estaba recargado - ¡Yo jamás tendría miedo de proteger a Kaname-sama y servirle!... Es solo que… él no está aquí; y si no nos manejamos con cuidado… Ellos tienen a mi padre y a los tuyos, también tienen a Kain y probablemente a Ichijou. Tienen a miembros de la familia de muchos de los que se encuentran reunidos en esta mansión. Es más, dada la situación actual, ésta mascarada ya en si es sospechosa.

Aidou miró hacia la puerta de madera que los separaba del corredor que llevaba al salón principal. Sabía que varios de los allá reunidos eran estudiantes de la clase nocturna y otros eran nobles que compartían los ideales de Kaname-sama y que pese a toda la situación actual se mantenían firmes. Pero también sabía que había algunos otros que estaban en su contra y que ante cualquier movimiento sospecho los delatarían.

-   Hanabusa, no podemos dejar que el senado haga lo que quiera. Kaname-sama quiere lograr la coexistencia; y si nosotros estamos aquí es porque también creemos que puede lograrse. Y lo más importante; a pesar de que no pudimos proteger ese lugar que era tan importante para él; ésta depositando su confianza en nosotros nuevamente. Por eso no pienso volver a decepcionarlo. Daré mi vida si es necesario. No quiero que seamos gobernados por alguien como Liam Eyre.

-   ¡Yo… yo tampoco deseo eso, y por supuesto que no quiero decepcionar a Kaname-sama!; pero eso que nos ha dicho Seiren sobre que él es en realidad un ancestro…

-   Fue parte del mensaje que me pidió les hiciera llegar – Seiren los miró impasible.

-   No importa el modo de habernos enterado, es algo bueno – dijo Ruka en tono serio - Si todas las familias nobles se enteran de eso, la situación podrá equilibrarse y comenzaran a tomar partido.

-   Ruka, muchos ya han tomado partido. Se están yendo al lado con mayores probabilidades de ganar. Ese bando por ahora es  el de Eyre. Tiene de su lado a Arezu, Abya y Touma; tres sangrepura con basto número de seguidores.

-    Pero Kaname-sama nos tiene a nosotros y cuenta con el apoyo de muchas familias nobles. Y con Kiryuu de su lado es casi segura una alianza con los cazadores. Después de todo tanto ellos como nosotros perseguimos el mismo fin; detener a esos sangrepura. Además, Isaya Shouto nos apoya también. Gracias a él es que no ha caído la asociación… Hanabusa, se cómo te sientes, pero tenemos que hacerlo.

Aidou la miró a los ojos. Era cierto todo lo que ella decía, como también era cierto que se estaban arriesgando demasiado y por eso no podía evitar sentirse preocupado; no por ellos claro, sino por aquellos que estaban en custodia del senado. Hasta ahora sabían que no les habían hecho nada precisamente para atarlos a ellos de manos; pero si descubrían que estaban esparciendo esa información sobre Kaname-sama e incitando a la comunidad de vampiros a tomar partido por él, quienes pagarían las consecuencias serían sus familias. 

Suspiró cansinamente y volvió a mirar hacia la puerta. Desde que todo ese caos comenzó, prácticamente los primeros en ser apresados fueron los ligados a la clase nocturna que permanecieron fieles a Kaname hasta el final, y si él no se hubiese encontrado en el laboratorio que éste le había facilitado rescatando la información de su investigación, probablemente también lo hubiesen apresado.

Estaba seguro que Kain preocupado por él había ido a su casa a buscarlo y por eso se lo llevaron junto con su familia. A Ruka les sucedió lo mismo pero sus padres la ayudaron a escapar antes de que la arrestaran. En cuanto a Senri y Rima, ellos lograron librarse de eso, pero ella ya tenía el embarazo muy adelantado y por tanto ambos no podían inmiscuirse luchando. Sin embargo, precisamente fue gracias a Rima y a sus padres que se habían movilizado, que ahora había reunidos en ese lugar muchos nobles que tras las máscaras de fiesta aguardaban disimuladamente las órdenes de Kaname.

Era sin duda una apuesta muy peligrosa para todos. Desgraciadamente desde que Seiren los buscó y les transmitió aquel mensaje, ya llevaban varios días sin tener noticias de él. Lo último que supieron fue que hacía cuatro días estaba con Kiryuu en un lugar seguro, pero nada más.

Y ahora que lo pensaba, también estaba ese hecho. Aun no comprendía exactamente por qué Kaname-sama se había llevado al joven consigo, quizá sólo era porque Eyre al atacar la academia lo hirió y no tuvo opción. Sin embargo, ese sangrepura parecía tener un especial interés por el cazador. Ya estaban al tanto del mensaje enviado a los cazadores e incluso eso mismo lo desconcertaba, ¿Por qué un sangre pura iba a querer a Kiryuu?, es decir, aparte de ser el presidente de la asociación, lo cual era más bien un obstáculo, sólo era un vampiro ex humano, poderoso sí, pero muy inferior a un sangrepura. No comprendía su importancia.

Kaname-sama también parecía mostrar cierto interés en él desde hacía tiempo y aunque trataba de disimularlo, había una ligera chispa que se encendía en su mirada cada vez que lo veía; casi como si… Pero no, ellos dos siempre habían sido rivales, se despreciaban mutuamente o al menos eso decían, porque bueno, a sus ojos ellos más bien se respetaban. De hecho, Kiryuu siempre había sido un verdadero irrespetuoso con Kaname-sama y a él siempre le asombró que éste fuera demasiado paciente con el cazador, cuando con él no tenía ni una pizca que digamos. ¿Por qué Kaname-sama lo protegería de aquella manera?, porque era evidente que lo hacía. Cuando el cazador fue atacado hacía meses, porque lo fue, aunque trataron de ocultarlo; Kaname-sama  movilizó a toda la clase nocturna e incluso él mismo fue a buscarlo en persona y lo encontró; al menos de eso se dio cuenta ya que esa noche lo esperó a hurtadillas hasta que regresó. No traía el saco del uniforme y el chaleco tenía ligeras manchas de sangre y pudo  percibir, aunque sutil, el olor de la sangre de Kiryuu. Y no solo eso, casi podría jurar que incluso le dio a beber su sangre porque en los días siguientes una ocasión pudo percibir una muy ligera reminiscencia de él surgiendo del cazador. Luego, durante el ataque a la academia, lo más sensato hubiese sido rescatarlo y llevarlo a la asociación, pero no, se lo había llevado consigo y lo mantenía a su lado, ¿Por qué?; ¿Qué interés tenía en Kiryuu?, ¿Aquella investigación que le había encomendado, tenía que ver con el cazador?, ¿Era él quien quería que volviera a ser humano?.

Todos esos cuestionamientos pese a la situación en que se encontraban, rondaban incesantemente su cabeza y no podía evitar pensar que ahí había algo más importante entorno a Kiryuu.

-   ¿Y bien Hanabusa? ¿Qué piensas? – Ruka con su voz firme y decidida lo trajo de vuelta a la realidad. El rubio nuevamente la miró unos segundos a los ojos.

-   Tienes razón. Hice la promesa hace mucho tiempo de estar a su lado sin importar que… E incluso ahora que sabemos aquello, tampoco tengo derecho a cuestionar que no nos haya dicho quién era en realidad… Supongo que entonces como sus aliados debemos concluir lo que nos solicitó ¿no?…  - al escucharlo Ruka sonrió.

-   Si, estoy de acuerdo…

-   Entonces pasemos a lo realmente importante;  ¿Cómo te fue Maria-san? – Aidou se giró de improvisto hacia la joven vampiro de rostro infantil y expresión angelical; quien de inmediato adoptó una postura algo rígida.

-   Sí… claro… - Comenzó con una voz suave pero decidida - Al enterarse de quien es Kaname-sama, varias familias de nobles en el norte han dejado entrever que están dispuestas a pelear por él. Aunque como es normal, no lo han externado públicamente. También miembros del clan Petrov para demostrar que no estaban al tanto de los planes de la cabeza de su familia, Mika Petrov y de Eyre en consecuencia, han enviado un mensaje a varios nobles incluido mi padre. Pelearan para Kaname-sama si él así lo desea.

-   ¿Podemos confiar en ellos? – cuestionó Aidou.

-   Mi padre dice que no; pero que como por ahora los mueve el temor, serán de ayuda para mantener el control sobre la región norte.

-   Bien; ¿A ti como te fue Seiren?

-   Las familias nobles de occidente y sur que Kaname-sama me envió a buscar, lo apoyaran, ellos se encargaran de atraer a más miembros.

-   Excelente, entonces es hora de que nosotros nos reunamos con el resto y les informemos de la decisión tomada por Kaname-sama. – Aidou tomó su máscara que reposaba en el escritorio y comenzó a atársela - Es preciso que toda la comunidad de vampiros se enteré de quien es él en realidad y de su intensión de enfrentar a Eyre y demás sangrepura para proteger su posición como líder e nuestra sociedad... Aunque, en verdad no comprendo porque aún permanece oculto, pero espero aparezca ya, de lo contrario Eyre actuará primero.

-   Sólo hay que confiar en él, Hanabusa.

Ruka le sonrió y también se colocó la máscara. Él no pudo evitar pensar que admiraba la determinación de la noble. Él también lo era, por Kaname lo era, pero ahora no podía evitar pensar en su familia y sobretodo en Kain.

Tanto Seiren, como María  también se colocaron sus máscaras y se dirigieron hacia la puerta. Ruka se dispuso a seguirlas, pero fue detenida del brazo por Aidou. Ella lo miró, él estaba parado con la cabeza inclinada.

-   Ruka. Supongo que éste es el inicio de una guerra ¿no? – dijo sin soltar su brazo.

-   Si… - respondió ella sin dudar - ¿Tienes miedo?

-   Sería un tonto si no. Los vampiros vivimos muchísimo tiempo, pero jamás pasó por mi mente llegar a experimentar una.

Ruka no dijo nada ante aquello, pero Aidou pudo sentir el estremecimiento que recorrió el cuerpo de la chica. Entonces suspiró; sin duda tenía que ser fuerte. Soltó a la vampiro y ambos se pusieron en camino.

 

Volvió a suspirar. Necesitaba dejar sus pensamientos de lado y concentrarse y mantenerse alerta. Proteger el metal de los cazadores y la asociación; eso es lo que tenían que hacer. Eso es lo que Kaname-sama les había ordenado. Con esto en mente, dejó de mirar hacia aquella torre en cuyos corredores estaban los vampiros acompañados de cazadores vigilando también y volvió su vista al frente

-   ¿Cómo va todo?

El repentino sonido de aquella voz lo hizo girarse de golpe. Sin duda había bastante diferencia entre los cazadores comunes y los de elite. Y ese castaño amigo de Kiryuu sin duda era de elite pues no lo había sentido llegar.

El viento agitaba también su gabardina y revolvía su cabello.

-   No parece haber movimiento alguno. Pero seguiré vigilando. Los informantes de Isaya-dono dijeron que estaban en movimiento.

-   Bien, cuento contigo entonces. Yo seguiré revisando los reforzamientos.

-   Sin Kiryuu-kun aquí, ¿realmente soportaran un ataque como el que se prevé? – ante esa pregunta, Kaito lo miró con un cierto brillo de desconfianza en los ojos; pero él no desistió - No me mires así Takamiya-san; no soy tonto. Desde que llegamos aquí me he percatado como esos reforzamientos  se han…

Kaito como rayo se acercó a él y cubrió su boca mientras lo miraba molesto.

-   No digas eso en voz alta – le susurró - Los cazadores no deben saberlo -. Aidou con el ceño fruncido le retiró la mano.

-   No comprendo por qué.

-   No tienes porqué saberlo.

-   Se supone que somos aliados, si estamos en desventaja debemos saberlo también – Kaito lo miró unos instantes a los ojos como analizando sus opciones y luego suspiró.

-   Ya Zero me había dicho que eras bastante perceptivo para su gusto. Pues sí, el poder del metal no es suficiente para los reforzamientos. Por alguna circunstancia que desconozco Zero lo descubrió hace años; como también que usando su sangre podía aumentar su resistencia. No me preguntes el cómo fue eso posible porque no lo sé; el punto es que lo hiso. De hecho gracias a eso es como han estado resistiendo los ataques. Más que por el poder de esa chica; es por él; lo sé. Cada vez que me acerco a uno de los pilares de soporte puedo sentir el aura de Zero más que el de ella y cuando lanzan un ataque puedo sentir el aura de Zero junto al de ella recorriendo los muros. Antes cuando teníamos el otro metal era suficiente, pero es obvio que esa niña no poseía el mismo poder que aquella otra mujer. Por eso Zero usó su propia sangre para aumentar la resistencia.

-   El… ¿Cómo es que…?

-   Ya te lo dije, no lo sé; sólo lo hizo… Cada cierto tiempo lo hacía; pero nunca habíamos sufrido ataques tan continuos y poderosos. Creo que si no contenemos al enemigo, no resistirán mucho tiempo.

-   Ya veo… Kiryuu-kun es extraño…

-   ¿A qué te refieres?

-   A nada en especial… gracias por decírmelo. Seguiré vigilando.

-   Bien. Te lo agradezco.

Ante la atenta mirada de Aidou, Kaito bajó de la torre  y se perdió en la oscuridad.

Kiryuu-kun, ¿Qué secreto escondes? – dijo en voz baja y nuevamente se puso a vigilar. 

 

 [….]

 

A través de la ventana de su compartimento podía ver las luces lejanas de algún pueblo desconocido que se mostraban intermitentes debido al follaje de los arboles al lado de las vías. Era una noche fría sin luna ni nubes en el cielo y con un sutil viento del cual de vez en cuando podía escuchar un ligero silbido. Apenas y sentía el movimiento del tren, pero éste sin duda avanzaba a  su velocidad normal; pero para él era muy lenta, demasiado; aunque quizá esa sensación se debía más bien a su preocupación y necesidad de llegar a su destino ya.

Desvió su vista de la ventana y miró al vampiro. Éste se encontraba recostado en su regazo dormido y cubierto con su capa.

Después de ingresar al compartimento, sin decir nada Kaname había cerrado la puerta con seguro y corrido la cortina. En ese momento pudo ver que estaba serio, quiso pensar que se debía a la situación, pero talvez también tenía que ver con lo que él había hecho antes de abordar el tren. Aun si ese fuera el caso; Kaname casi al instante se tranquilizó, le preguntó cómo estaba y ante su respuesta positiva, se sentó a su lado para después quedarse dormido. Minutos después él mismo lo había recostado sobre su regazo.

Les había empleado un poco pasar desapercibidos como lo habían intentado. Ese tren en particular transportaba a vampiros y él se vio obligado a eliminar a dos de ellos que los descubrieron antes de abordar. El plan era acercarse lo más posible a su ciudad sin tener que liberar su aura. Kaname estaba siendo rastreado así que si no lo hacia él y lo hacía el sangrepura, se hubiesen dado cuenta que un vampiro sangre pura había abordado el tren. Por eso tuvo que eliminarlos, pero quizá Kaname no esperaba que él lo hiciera.

Ahora parecía que todo iba bien y mientras el tiempo transcurría, Kaname dormía tranquilamente. Era mejor así, dormir le ayudaba a recuperarse por completo. Acarició su cabeza y despejó su frente de los mechones de pelo que la cubrían.

“Él siempre fue un buen niño… pero a pesar de su gran poder, su fragilidad puede verse reflejada en sus ojos”

“¿Qué estaría dispuesto a hacer por él, joven cazador?”

La mirada de Zero adquirió más brillo mientras recordaba aquello y sonrió sutilmente. Todo, era sin duda la respuesta a esa pregunta. Todo.

Continuó observando detenidamente aquel rostro, quizá nunca se cansaría de eso, quería memorizar cada detalle de él, cada gesto. De pronto, Kaname se removió un poco y llevó un brazo en torno a su cintura y lo abrazó. Zero sonrió más abiertamente y lo miró con ternura.

Kaname…

Mi Kaname…

¿Debí habértelo dicho?... ¿debí decirte que recuerdo absolutamente todo?... no… aun no… solo un poco más…

- Hey Kaname… ¿Te piensas quedar así?

Ante la voz del cazador.  El vampiro sonrió y abrió lentamente los ojos y lo miró.

-   ¿Mmm?… Sí, eso pienso; es más, podría quedarme así por toda la eternidad.

-   ¿Ah? – Zero a su pesar se ruborizó sutilmente.

-   Je je …  -  Kaname rio suavemente - Eres tan lindo. Te avergüenzas por algo así a pesar de haber hecho tantas veces el amor.

-   Eres un pervertido.

-   ¿Ah sí?... – Kaname se incorporó un poco apoyándose de un brazo para estar a la altura de su rostro - Y sin embargo te ha gustado.

-   ¿Quién ha dicho eso? – Zero frunció el ceño mientras sonreía.

-   Creí que no hacían falta las palabras. Pero si tú crees que sí, quizá la próxima vez debería hacer que lo grites – Zero se ruborizó aún más y ante eso Kaname sonrió – Zero, nunca me cansaré de decírtelo, te amo, te amaré siempre, por toda la eternidad – dijo y depositó un suave beso en sus labios provocando que un velo cristalino se posara en los ojos del joven.

-   Eso… eso es mucho tiempo. No deberías decir cosas como esa con tanta facilidad, podría pasar mucho hasta entonces.

-   Lo único que pasará es que tú y yo siempre estaremos juntos. Eres mío Zero, ya no puedes dejarme. Me perteneces como yo te pertenezco a ti. Te amo… ¿Tú me amas?

-   ¿Eh?... ¿necesitas que te lo diga?

-   Si… Dímelo…- Zero un poco avergonzado desvió la mirada y Kaname sonrió con cierta desilusión – Comprendo… - dijo.

Cuando Zero volvió a verlo sintió una opresión en el pecho ante aquella sonrisa.

-   Te amo Kaname… - dijo entonces al instante y casi desesperadamente. El rostro de Kaname se iluminó por la felicidad y lo besó.

Un beso suave, pausado, lento. Kaname estaba disfrutando de los labios del cazador y Zero sólo se dejaba llevar.

Repentinamente el sonido de voces en el pasillo atrajo su atención y les hizo separase.

-   ¿Estás seguro? – dijo uno de los que pasaban.

-   Sí, pero al parecer los cazadores no han aceptado… - Respondió otro. Kaname pudo sentir como Zero se tensaba al escuchar aquello.

-   Son unos tontos… Después de lo sucedido en ese lugar.

-   Lo que realmente es un fastidio es que detendrán el tren para revisión. Como si Kuran Kaname con todo su poder fuera  a viajar en tren.

Las voces se alejaron y entonces ambos se miraron a los ojos. Kaname pudo ver preocupación en los del cazador.

 

 

 

Notas finales:

Hola, he aqui el nuevo capitulo. Estuve ausente bastante tiempo, lo sé. Tuve problemas técnicos, finalmente mi computadora murió y recién adquirí otra y me puse a escribir. Espero que todavía tenga seguidores y que el capítulo haya sido de su agrado.


Les mando muchos besos y espero poder leernos pronto con el siguiente. De ante mano gracias.


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