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AL FINAL DE LA NOCHE por Amaya Kurau

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CAPÍTULO 4 Silencio

 

 

Las primeras estrellas comenzaban a poblar el cielo, mientras un ligero viento soplaba contra ellos. Kaname caminaba al lado de Ichijou por uno de los corredores de la planta baja, que estaba alumbrado por lámparas de tenues luces doradas.

-  Ya no dijiste nada en el despacho del director.

- ¿Sobre qué?

- La reunión, ¿Qué te pareció?

- Un ambiente un poco tenso.

- Bueno, eso es normal, son demasiado jóvenes y  además, cazadores. 

- Lo sé, pero aun así me pregunto si serán capaces de contenerse frente a la clase nocturna.

-  Hmmp… - Ichijou sonrió divertido – ¿Te preocupas por ellos y no por los nuestros?

- Los nuestros saben lo que espero de ellos.

-  Claro, claro. Aunque honestamente creo que los jóvenes cazadores se comportaran, se ve que respetan mucho a su presidente. Y no es para menos, Kiryuu no sólo es el más joven presidente que ha existido, también es… - Kaname se detuvo en seco, no le había pasado desapercibido el claro matiz de admiración reflejado en la voz de su amigo. Admiración y algo más que no le gustó. Ichijou, que había avanzado unos pasos más, no terminó la frase; se giró y lo miró desconcertado por su reacción - … ¿sucede algo Kaname? - El sangrepura negó con la cabeza y reanudó su marcha.

- Nuestra estancia aquí  no será fácil. Respeten o no a su presidente, sus ojos estarán sobre todos nosotros… ¿lo comprendes no es así Ichijou?

- Si, la tranquilidad de este lugar pende de un delgado hilo. Pero afortunadamente esta vez es diferente a hace treinta años.

- ¿A qué te refieres?

- A que en ese entonces apoyaste el deseo del director de lograr la coexistencia con los humanos mediante la creación una clase nocturna en esta academia, porque querías crear un lugar donde Yuuki estuviera protegida y tú pudieras estar cerca de ella sin levantar sospechas, dado que nadie sabía quién era ella en realidad. Eso te trajo muchas complicaciones. Sin embargo ahora no estás aquí porque necesites proteger a alguien y tu única preocupación es para la clase nocturna y su comportamiento.

-  Si.

 Kaname respondió escuetamente y miró de reojo a su amigo.

Si Ichijou supiera…

Continuaron su camino sin decir nada más. Giraron al final del pasillo y luego bajaron hacia la explanada; entonces Kaname vio a Zero.  Se encontraba recargado sobre uno de los árboles de la calzada que llevaba hasta la residencia de la luna.

El cazador no había estado presente durante la ceremonia de bienvenida, ni durante la reunión que posteriormente se había celebrado entre los alumnos de la clase nocturna y los jóvenes cazadores pertenecientes a  la clase diurna. Es más, no lo había visto en todo el día; así que encontrarse con él ahora, justo cuando se iba a recluir en los dormitorios hasta el día siguiente en que comenzaban las clases, era sin duda un magnifico regalo. 

Sin embargo el cazador no se encontraba solo, para su desagrado, estaba acompañado de Takamiya Kaito otra vez. El verlos juntos le produjo una punzada en el pecho; pero no por la cercanía que parecía existir entre ambos cazadores, sino por el hecho de que Zero estaba riendo. El joven estaba disfrutando de ese momento con su amigo, fuese lo que fuese que estuviesen conversando, él estaba riendo.

Nunca lo vio hacer eso en el pasado, al menos no honestamente y de hecho muy rara vez lo había visto sonreír.  Así que podría decirse que el escucharlo era realmente un privilegio y un placer que lamentablemente parecía haberse estado negándosele sólo a él y permitido a los demás. Y ahora que finalmente podía escucharlo, descubría que el sonido de su risa era melodioso y hermoso. Le pareció que así, el cazador lucía terriblemente atractivo y tuvo que hacer un gran esfuerzo para no quedarse allí parado, admirándolo. Pero como ya había decidido esforzase para controlarse frente al cazador, se obligó a sí mismo a continuar avanzando, aunque sentía un ligero hormigueo recorrer su cuerpo mientras más se acercaba a ellos.

Parecía que Kiryuu estaba burlándose de algo hecho o dicho por su amigo, ya que éste se veía incómodo. Sin embargo no supo que, ya que cuando Ichijou y él estuvieron a unos metros, ambos cazadores se percataron de sus presencias y se volvieron hacia ellos.

- Buenas noches – Los saludó amablemente cuando los tuvo enfrente.

Ellos por un momento parecieron no comprenderlo y él sintió como si hubiese interrumpido algo importante. Zero lo miró inexpresivamente; pero Takamiya lo miró con el ceño fruncido y fue éste quien habló.

- Hola Kuran… ¿qué hace un sangrepura paseando por los pasillos de la academia?, según recuerdo, la reunión terminó hace rato y a estas horas ya no hay chicos humanos a los que cazar.

Kaname lo miró unos segundos a los ojos; el castaño no desvió la mirada, en cambio lo retó con ella. No pudo evitar pensar en que era un insolente y hubiese querido mandarlo a volar por los aires en ese instante, pero sabía que no podía, así que sólo sonrió displicentemente. 

-  Hmmp… entonces quizá me conforme sólo contigo, Takamiya-kun.

Remarcó el “kun” y Kaito apretó los puños mientras que casi al mismo tiempo dirigía su mano hacia su costado donde podía verse el pomo de una espada sobresalir entre los pliegues de su larga gabardina.

El ambiente comenzó a sentirse tenso. Kaname no se movió; si era el cazador quien atacaba primero, podría entonces sí, permitirse el gusto de hacer lo que había estado deseando.

Pero nada de eso sucedió, ya que un despliegue de energía que atravesó entre ambos, atrajo su atención; al tiempo que la voz potente de Zero se escuchó.

- Basta! – les dijo y  la tensión del momento fue rota al instante.

- ¿Zero… qué?...

- Kaito – El cazador se acercó a ellos y miró de manera severa a su amigo - creo que fui muy claro cuando dije que no quería ni toleraría el uso innecesario  de armas en la academia.

-  ¿Acaso no escuchaste lo que dijo?

-  Lo hice, y es evidente que sólo estaba provocándote y al parecer lo logró con mucha facilidad… Kuran conoce perfectamente el reglamento y las consecuencias de romperlo y créeme que no lo hará.

Zero dijo esto sin mirar al sangrepura. Kaname se sintió avergonzado por su actitud, pero no podía evitarlo, el castaño le desagradaba enormemente. Kaito por su parte miró por un instante  a su amigo extrañado y sorprendido por su actitud, pero finalmente suspiró y se acomodó la gabardina.

- Como digas…

- Discúlpanos Kuran. – dijo Zero, ahora encarandolo a él.

- Quién se debe disculpar soy yo, presidente – Ambos se miraron a los ojos unos segundos. Kaname se sentía nuevamente  molesto, pero ahora era por la actitud que mostraba Kiryuu para con él, pero al joven parecía tenerlo sin cuidado.

- Como sea – Zero suspiró – Kaito tiene razón en algo, ustedes ya deberían estar en la residencia de la luna. Aunque las clases inicien hasta mañana, las normas comenzaron a aplicar desde el momento en que los alumnos humanos llegaron a la academia.

- Lo sabemos presidente, es sólo que el director nos convocó a su despacho después de la reunión con los jóvenes cazadores, donde por cierto se extrañó su presencia.

- Zero tuvo que acudir a la asociación, Kuran – fue Kaito quien intervino nuevamente y Kiryuu sólo lo miró sorprendido.

- Lo sé también – Una sonrisa arrogante se reflejó en el rostro de Kaname -  Pero honestamente creo que si el presidente Kiryuu está comprometido con lo que él mismo inició, al menos debería estar presente en las reuniones que haya entre cazadores y vampiros.

- Hay cosas que también se necesitaban dejar en orden en la sede de la asociación.

-  Pues entonces considero que el presidente debería organizar mejor su trabajo…

- ¿Qué dices?... Zero es perfectamente  capaz de hacer su trabajo…

- ¡Ya basta los dos!… Deben estar bromeando... - Zero, quien los  había estado observando sin poder intervenir, frunció el ceño y levantó nuevamente la voz -  ¡Kuran, se perfectamente lo que tengo que hacer y cómo… no necesito que alguien me lo recuerde… y Kaito, tampoco necesito que alguien me justifique…!!

- Pero Zero… ¿Es que en verdad confías en él?

Kaname sonrió al comprender el motivo por el que Kaito lo agredía. Al cazador le desagradaban profundamente  los sangrepura y no podía tolerar el hecho de que Zero, quien también había compartido esa misma inclinación, ahora estuviera dispuesto a trabajar con uno de ellos. Por  un momento deseo que él tuviera un motivo similar para detestar al castaño, pero no, su motivo era completamente diferente, él simplemente no toleraba su cercanía con Kiryuu y en este momento estaba esperando ansiosamente escuchar la respuesta.

Finalmente el cazador movió la cabeza en signo de negación y suspiró cansinamente…

- No se trata de confiar o no, Kaito… él sabe cuánto lo odio y también sabe que jamás podré perdonarlo por todo lo que me hizo…– Kaname se quedó helado, no era precisamente eso lo que había querido escuchar. El cazador decía todo eso sin mirarlo siquiera y había frialdad en su voz –… de la misma forma yo nunca he sido de su agrado, si no hubiese sido por Yuuki, él me hubiese destruido desde el día en que me conoció sin la menor consideración; así que el sentimiento de odio y desprecio es mutuo, siempre ha sido así y él, al igual que yo, siempre ha estado bien con eso, de hecho nunca nos ha importado. Lo desprecio y me desprecia;  pero como a pesar de eso, accedió a apoyar este proyecto en la academia, para mí por ahora no es un enemigo, mientras esté en esta academia es un aliado… esa es la única verdad… y ahora si me disculpan, me iré a descansar.

Kaito lo miró sin decir nada y su expresión se suavizó. Zero en cambio se dio la vuelta y caminó en sentido contrario  a  donde los vampiros se dirigían sin prestarles más atención.

Al pasar al lado de Kaname,  éste intentó girarse e hizo ademan de levantar la mano para detenerlo, pero no lo hizo. Zero se veía serio pero no molesto. Kaito por unos segundos se quedó en su lugar, pero luego lo siguió mientras se quejaba.

- Por un momento pensé que te estabas haciendo viejo…

- No digas estupideces…

Kaname  los miró mientras se alejaban. Zero olía tan bien, hacía que su corazón latiera con fuerza, y que su cuerpo se estremeciera con sólo su cercanía. Sin embargo sus palabras resonaban con fuerza en su interior.

Zero lo odiaba, y en cambio él había pasado treinta años amándolo y esperando que algún día pudiera reunir el valor de volver a estar cerca de él y ahora que lo había logrado, el joven había dicho todo aquello. “Él sabe cuánto lo odio y también sabe que jamás podré perdonarlo por todo lo que me hizo…”

Una expresión de profunda tristeza se reflejó en su rostro. No quería estar más allí; Se volvió y continuó su camino con Ichijou a su lado, quien parecía haberse quedado mudo durante todo ese rato; pero de hecho para él estaba bien así, no tenía ganas de hablar.

Ichijou siguió al sangrepura y ninguno de los dos habló hasta llegar a la residencia de la luna. Al abrir la puerta se encontraron con que el vestíbulo se hallaba desierto.

-  Necesito descansar – fue lo único que el sangrepura dijo, y subió aprisa las escaleras seguido sólo por la mirada de su amigo.

- Kaname, cuanto lo amas ¿no es verdad?... las palabras de Kiryuu-kun debieron dolerte demasiado…


 

<<<<<<<< flashback >>>>>>>>

 

- Kiryuu-ku… digo… presidente Kiryuu, lo siento. Lamento haberlo hecho esperar.

- Está bien, representante. Tome asiento por favor.

- Gracias... - Ichijou vestía de traje negro y pese haber llegado tarde, se veía relajado. Tomó asiento frente al escritorio de Zero e inmediatamente comenzó a  extraer el contenido del portafolio que traía consigo. Varios documentos fueron puestos sobre el escritorio - lamento que Kaname-sama nuevamente no haya podido reunirse con usted.

- No hay problema mientras venga alguien en su representación y los problemas que atañen tanto a la asociación y al senado, puedan ser resueltos.

- ¿En verdad no le importa presidente?

- No, en lo personal estoy más cómodo de esta manera. - Ichijou lo miró a los ojos, como intentando averiguar si mentía - ¿Sucede algo?

- ¿Eh?...  no… - Ichijou bajó la mirada y sonrió - es sólo que he estado pensando en que no logro acostumbrarme a llamarle “presidente”, y siempre comento el error de llamarle como en el pasado.

- Eso… bueno, pues simplemente puede llamarme por mi nombre.

- ¿No le importa?, soy un vampiro y usted ahora es el presidente de la asociación de cazadores de vampiros…

- Hmmp… e irónicamente también soy uno…

- Eh… yo. Lo siento, no quería ofenderlo… yo

- Está bien… con respecto a lo otro… a mí me molesta tener que llamarlo “representante”, “Ichijou-sama” y no puedo llamarlo “Ichijou-senpai” pues ya no estamos en la escuela.

- Bueno, a mí me gustaría que simplemente me llame Ichijou o Takuma.

- Bien, pues si me llamas Kiryuu yo puedo llamarte Ichijou-san y nos olvidamos de las etiquetas.

- Bien… pues así será. – dicho esto sonrió aliviado y Zero se sorprendió por esa actitud

- ¿Está algo mal? – volvió a preguntar el cazador.

- No… no… es sólo que creí que yo te desagradaba y me alegro de comprobar que no es así…

- ¿Por qué me tendrías que desagradar?... si lo dices porque eres un vampiro… eso no tiene nada que ver, nunca me has hecho algún daño y ya no veo las cosas como en el pasado.

- Lo digo por mi cercanía con Kaname.

- No me interesa hablar de él a menos que se trate de asuntos relacionados con nuestras sociedades.

- ¿Lo odias?

- ¿Odiarlo?... – Zero miró al noble un instante, como si estuviera sopesando su respuesta, hasta que finalmente habló –… si, lo odio…  y nunca podré perdonarlo por el simple hecho de que nada de lo que me hizo puede ser cambiado. Él manipuló mi vida a su antojo, me usó desde el momento en que me conoció como a una más de sus piezas en su tablero de ajedrez.

 >… Perdí todo lo que amaba por él. Y aunque he seguido con mi vida, siempre tendré presente  el daño que me hizo y nunca podré olvidarlo. Nunca podré olvidar que soy lo que soy en mucho gracias a él y nada es como yo hubiese deseado porque no me dejó elección.

- Kaname no es malo…

- No estoy diciendo que lo sea, él es un sangrepura; tiene todas las cualidades y actúa como tal y  está acostumbrado a dirigir el destino de los demás a su antojo, moviendo piezas aquí y allá para que las cosas resulten según su antojo. Para mi mala fortuna, yo simplemente me atravesé en su camino y él me usó… como lo hubiese hecho cualquier otro sangre pura.

>… Lo cierto es que comprendo que no conoce otra forma de hacer las cosas… ha vivido por miles de años tengo entendido y su poder supera diez veces el mío al igual que supera el de cualquier otro vampiro, nadie puede detenerlo ni decirle no… por tanto él puede hacer lo que quiera y como quiera, porque sabe que tiene el poder… eso no puede ser cambiado ni puedo reprochárselo…

>… Sin embargo no soy tonto, sé que eso le ha traído soledad, pero honestamente no seré yo quien lo compadezca. Desapruebo su forma de hacer las cosas y siempre lo haré, por eso es que como he dicho, estoy más cómodo tratando contigo los asuntos que con él… sé que ambos somos cabeza de nuestras respectivas sociedades, y sé que tendremos que trabajar en conjunto para mantener la paz; estoy de acuerdo en eso, pero cualquier trato que yo llegue a tener con él, estará limitado a nuestras funciones; y si te soy  honesto, prefiero ahorrarme la tensión de cualquier encuentro innecesario, así que si él está de acuerdo en seguir enviándote a ti, por mi está bien, incluso lo agradezco.

 

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- Kiryuu-kun, si tú supieras.

Ichijou suspiró. Aquella vez en que se reunió con Zero, fue la primera y la última vez que hablaron de esa forma de Kaname. Habían pasado casi siete años desde que se marcharon de la academia, y Zero estaba por cumplir un año frente a la asociación como su presidente. Era la tercera vez que se reunía con él y Kaname no había accedido aún a reunirse con el cazador, no daba excusas ni pedía disculpas, simplemente lo enviaba a él a tratar los asuntos relacionados con la asociación y así fue durante los últimos treinta años.

Sin embargo él, que conocía en parte al sangrepura, sabía perfectamente que algo no andaba bien. Desde que abandonaron la academia, Kaname estaba más triste que nunca. Al principio durante aproximadamente cinco o seis años, se había marchado a una finca cerca del mar y sólo él lo visitaba para llevarle noticias o información sobre asuntos concernientes al senado. Kaname se veía ansioso, triste e incluso en momentos percibía en su mirada un pequeño atisbo de desesperación; además, su consumo de tabletas era demasiado elevado.

Al principio creyó que era por la pérdida de Yuuki, pero poco a poco se dio cuenta que no era así, pues descubrió que cuando por casualidad mencionaba a Kiryuu, la mirada de su amigo parecía iluminarse un poco.

Primero sólo fueron comentarios esporádicos, pero pronto, intencionalmente comenzó a hablarle más a menudo del joven cazador. Le habló de cuando se graduó de la academia y luego del nivel superior, de los lugares donde daba clases, de su trabajo como cazador, del resultado de algunas de sus misiones, de su promoción para presidente de la asociación de cazadores y de su nombramiento, y aunque el sangre pura no fue a la ceremonia, él le contó todo con lujo de detalles. Y así continuó hablándole de él,  de todo lo que sabía, mucho o poco, que hacia el cazador. Todo eso parecía agradarle al sangrepura aunque no lo expresara abiertamente e incluso aparentara indiferencia.

No hubo en muchos años una sola conversación, en que Kiryuu no saliera a relucir. Pero entonces un día, su amigo pareció salir del estado en que se encontraba, fue precisamente unos meses después de que Kiryuu fuera nombrado presidente. Kaname volvió a ser el mismo que había sido siempre. Dejó la finca y se instaló en otra de sus propiedades y ocupó su lugar frente al consejo, posteriormente comenzó a planear estrategias, reformas y todo aquello que contribuyera a lograr la coexistencia con los humanos. Para entonces Kiryuu había desaparecido de los temas de conversación, sin embargo lo único que no cambió, fue el excesivo consumo de tabletas de sangre por parte de Kaname y el hecho de que él, Ichijou, siguió reuniéndose con Kiryuu en lugar del sangre pura.

Pero pese a los cambios y a los años que habían pasado, el seguía estando seguro de algo… Kaname no odiaba a Kiryuu… por supuesto que no… lo amaba, esa era la única verdad, pero para desgracia de su amigo, el cazador parecía sentir todo lo contrario…

 

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Kaname cerró los ojos, su pecho dolía demasiado y los ojos le escocían. Afortunadamente uno de los beneficios que disfrutaba a pesar de ser un sangrepura y líder de todos los vampiros, era que al menos podía tener privacidad; más de la que cualquier otro vampiro pudiera esperar o desear. Así que ahora como en muchas otras ocasiones, en la soledad de su habitación se podía quitar la careta para dejar caer la mascara y mostrarse tal cual era.

En este momento lo hacía, sentado en la orilla de su cama mirando el piso. Quería llorar, un acto de debilidad e incluso hasta vulgar para alguien como él, pero era lo que deseaba.

“No se trata de confiar o no, Kaito… él sabe cuánto lo odio y también sabe que jamás podré perdonarlo por todo lo que me hizo…”

Las  palabras de Zero volvían a su mente una y otra vez y cada una de ellas con más fuerza. Tanto que parecían atravesar su alma como si de puñales de cazador se trataran.

El joven lo odiaba, y no tenía caso preguntarse por qué le dolía tanto haberlo escuchado de sus propios labios, eso ya lo sabía; le dolía porque lo amaba… lo amaba demasiado, pero Zero lo odiaba; lo odiaba porque él le había hecho demasiado daño. Pero aun a pesar de saberlo, no por eso dolía menos, al contrario.

"... el sentimiento de odio y desprecio es mutuo, siempre ha sido así y él, al igual que yo, siempre ha estado bien con eso, de hecho nunca nos ha importado. Lo desprecio y me desprecia…”

Zero se equivocaba. Por supuesto que él no estaba bien con eso, él lo amaba, no lo odiaba ni lo despreciaba; y en realidad nunca lo había hecho; eso lo descubrió incluso antes de que Yuuki muriera. A el sólo le había molestado que ella lo quisiese y se preocupara por él. Al principio incluso había creído que odiaba a Zero, porque él, Kaname, también quería a Yuuki y el cazador podía estar más cerca de ella que él y eso representaba el peligro de la posibilidad de perderla.

Pero  después de alejarlos, de convertirla en su pareja y de vivir momentos hermosos e íntimos con ella, no fue suficiente y terminó por descubrir la cruel verdad que había estado negándose. Lo que en verdad él había detestado era que Zero la quisiese a ella; y  odiaba que la mirase como su única luz, que la protegiera aun a costa de su vida, que se sacrificara sólo por ella.

 Él en realidad, siempre había estado celoso, no de él, sino de ella. Pero había ignorado lo que sentía por él durante mucho tiempo, tanto que cuando se dio cuenta se había convertido en algo demasiado fuerte, Yuuki estaba muerta y Zero lo odiaba y él lo único que podía hacer era permanecer en silencio, guardando para si todo lo que sentía y ahogándose en su propio dolor.

Kaname  cerró los ojos y unas lágrimas cristalinas bañaron las espesas cortinas que formaban sus pestañas y cayeron hacia la alfombra, no podía contenerlas y sentía como poco a poco iba cayendo en un abismo…

Ahora sabía que había amado a Zero, aun antes de conocerlo y cuando lo vio en aquella montaña siendo sólo un niño, supo que la vida le había dado una nueva oportunidad, pero fue tan necio que se aferró a su promesa de proteger a Yuuki y atesorarla, en vez de atesorarlo a él y fue por eso que lo perdió.

 ¿Cómo podía entonces reprocharle que lo odiara?... en definitiva todo era su culpa.

Pero  entonces, si lo odiaba…

Kaname abrió los ojos como si de pronto hubiese caído en la cuenta de algo.

¿Por qué  Zero no lo miraba como en el pasado, en ese pasado donde en su mirada no había más que desprecio para él?... Ahora en su mirada  más que odio o desprecio, había indiferencia. ¿Qué clase de odio era ese entonces? Si decía odiarlo ¿Por qué lo miraba con indiferencia?

Kaname se pasó las manos por el cabello y la desesperación lo invadió.

- Indiferencia, en definitiva eso lo quiero a un menos que tu odio.  – dijo en apenas un susurro.

¿Pero que puedo hacer?…

Las lágrimas desaparecieron de sus ojos; se incorporó  de la cama y se dirigió hacia la ventana y miró los jardines cubiertos por la oscuridad.

En el pasado me mirabas, aun a pesar de Yuuki, aun a pesar de que te desagradaba, aun a pesar de todo lo que te había hecho, tú me mirabas.

Zero ¿debería corresponder de la misma forma a ese sentimiento y comportarme contigo como en el pasado?...

Si,  tal vez así volvería a estar presente en tu vida y tus pensamientos de alguna manera…

Si no puedo tener tu amor, sólo tu odio… entonces ¿debería hacer que valiera?

Si, porque si no me mirarás jamás con amor, al menos me mirarías con odio, pero me mirarías y podría volverme a ver reflejado en tus hermosos ojos.

Notas finales:

lo siento por la espera, pero no tengo tanto tiempo para escribir, además de que este tiempo me clave leyendo la saga de canción de hielo y fuego... Creo que este capítulo no esta muy a la altura pero el siguiente estará mejor lo prometo. Creo que el otro cap podre publicarlo en una semana. Gracias a todos por leer y a aquellos que han comentado.


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