Capítulo 4 - Mascota
Tras lo ocurrido Claude se volvió a marchar dejando a Ciel solo con sus pensamientos. El pobre Ciel aun no se creía lo que le había pasado y más aun como había reaccionado ante ese suceso, el mismo se daba asco por haberse dejado llevar por ese individuo, encima se iba y le dejaba solo y en la misma postura.
Escuchó de nuevo el sonido de la puerta abrirse, el segundo asalto empezaba… Sintió los pasos de Claude acercándose a él, hasta que este se detuvo detrás de Ciel, le agarró el cuello y le puso una especie de collar, luego le desató las cadenas que le sujetaban a la pared.
-Ahora serás mi mascota…y tengo que cuidar de ti así que ahora te bañaré.
-¿Qué? No puedes hacer eso, nadie puede, el único que me baña es Sebastian.
-Ahora seré yo el único que te toque y que te bañe, dijo mientras giraba a Ciel, le cogía de los hombros y le miraba fijamente.
-Así que no se hable más, que ya tengo todo preparado para el baño.
-No iré dijo Ciel.
-Oh! claro que iras pequeño mío, no te puedes negar, eres mío.
Entonces Claude agarró a Ciel, lo levanto del suelo y lo cargo en sus brazos como una princesa.
-¡Bájame! ¡Suéltame! empezó a decir Ciel mientras se removía en el sitio intentando zafarse de Claude, Ciel se movía todo lo que podía, esperaba que Claude tuviera que bajarle al suelo.
Pero Claude reaccionó apretando mas a Ciel contra su pecho, el pobre Ciel sintió como esos brazos le comprimían contra el cuerpo de su secuestrador, le hacían daño y le dolía todo el cuerpo por culpa de los latigazos y de la fuerza de Claude, como no podía moverse decidió atacar verbalmente, sabía que abría consecuencias pero no le importaba, su orgullo estaba en juego.
-Claude nunca te han dicho lo feo que eres, adema s tienes una pinta ridícula con ese traje de mayordomo, Sebastian estaría horrorizado, eres patético.
Nada más decir esto Claude bajo la vista y le miro directamente a los ojos con el ceño fruncido, esa mirada reflejaba ira, Ciel se sintió como un animalillo al que estaban a punto de atacar, pero no se espero lo que ocurrió a continuación, Claude se puso a reír.
-Jajajaja que lindo estas cuando te enfadas, pero yo se que en el fondo puedes llegar a ser muy dócil, ¿Verdad Ciel?
Ciel sintió un escalofrío por todo su cuerpo, así que decidió parar de hablar por un rato, Claude le llevaba por un oscuro pasillo, el cual se encontraba iluminado por unas pequeñas lámparas a los lados ,se encontraban ya cerca de una puerta abierta la cual dejaba ver una luz proveniente de esa habitación, debía ser el baño pensó Ciel.
Estaban a punto de entrar, la habitación que Ciel veía ante sus ojos, era de ensueño, las cortinas rojas como la sangre estaban cerradas, se veían dos armarios preciosos y tenían una decoración exquisita, en medio de la sala una tina enorme, toda la sala se encontraba iluminada por numerosas velas, Ciel se quedo boquiabierto, esta visión sólo le dio más ganas aun de escapar de ese sitio cuanto antes, ese tal Claude estaba loco.
-¿Te gusta?, lo he hecho pensando en ti…
-¡No! ¿Para que querría yo esto? Si tanto piensas en mi déjame marchar volvió a insistir Ciel.
-No puedo, ya te lo dije antes, te deseo y quiero que seas mío dijo Claude mientras dejaba a Ciel en el suelo y le cogía de la cadena la cual había enganchado al collar que antes le había puesto.
-Ven.
Ciel no se movió del sitio, estaba de pie con la mirada desafiante.
Así que estás rebelde dijo Claude, olvidas quien manda aquí le preguntó. Acto seguido le tiró de la cadena y Ciel por culpa del dolor se vio obligado a avanzar, se sentía como un perro, curioso para alguien que se hacía llamar el perro guardián de la reina.
Claude se detuvo en frente de uno de los dos armarios, y le dio un empujón a Ciel en el pecho, que lo hizo caer al suelo y quedar sin respiración por un momento, mientras Ciel se recobraba del golpe, Claude fue rápidamente a cerrar la puerta y volvió de nuevo al sitio donde se encontraba el pequeño conde.
-Bien bien…dijo mientras se lamia los labios.
Claude se arrodillo detrás de Ciel y le quito el collar y la cadena, sabía que no podría escapar, ya que el niño se encontraba débil, tampoco era rival para él, además no tenía a donde ir. A continuación se acerco a los botones de lo que antes fue una hermosa camisa y se los fue desabrochando uno a uno, hasta que al final le quito la camisa del todo, Ciel se dejaba hacer todo esto, ya que se encontraba mareado por el golpe, llegó el momento de los pantalones, Claude cogió a Ciel y lo sentó sobre él, que fácil de manipular era pensó, este procedió a quitarle los zapatos, calcetines y finalmente se dispuso a llegar al fondo de la cuestión.
-No murmuro Ciel, otra vez no por favor…
-Tranquilo, solo te voy a bañar le susurro al oído.
Primero le quitó el parche que ocultaba el ojo en el que se veía el contrato con Sebastian, luego Claude deslizo sus manos hacia la cintura del menor y le quito el pantalón junto con su ropa interior, Ciel se encontraba completamente desnudo ante sus ojos, era el espectáculo más bello del mundo, él menor se encontraba con los ojos cerrados, sólo quería que todo pasara lo más rápido posible.
-Ciel, estas siendo un buen chico, ahora levántate y métete en la tina.
Ciel no dijo nada, se levanto del regazo de Claude y poco a poco fue caminando hasta la tina, cuando estaba a punto de meterse Claude le gritó.
-Espera Ciel! Yo también me meteré contigo dijo al mismo tiempo que se despojaba de sus ropas.
A Ciel se le congelo la expresión de la cara, había oído bien, que él se iba a meter con él, no podía ser cierto…
Antes de que se diera cuenta tenía en frente de él a Claude completamente desnudo, el menor le miro a la cara no quería mirar a ningún otro lado, ellos se miraban a los ojos hasta que uno de ellos rompió ese contacto y recorrió el cuerpo del otro, en efecto Claude seguía analizando atentamente el cuerpo de Ciel, sobretodo el sexo del niño. Él pobre conde no sabía dónde meterse.
-Bien, vamos dijo Claude con una enorme sonrisa en su cara.
Se acerco a la tina y se metió primero.
-Vamos Ciel, puedes meterte ya, te estoy esperando.
El cuerpo de Ciel se empezó a mover por sí mismo y entro en la tina también, ¡¿Qué estaba haciendo?!Él no quería hacer esto, pero algo le obligaba.
-¿Qué me pasa? Pregunto Ciel tartamudeando, yo no quiero hacer esto…
-Jajajaja lo notas verdad, es por la sangre, cuando me mordiste antes, sin querer tragaste un poco de mi sangre, ¿sabes? Ahora un poco de mí está dentro de ti y puedo manipular tu cuerpo, no quise usar esto antes porque esperaba poder jugar un poco más contigo, pero reconozco que eres muy cabezota
Dicho esto, Ciel se encontró sentado encima de Claude, el menor empezó a notar como debajo de él, algo se endurecía, no quería ni pensar en ello, no podía…
-Ahhhh Ciel Ciel, ¿estás cómodo? puede que el sitio no sea muy blandito dijo de manera burlona Claude
-….no hagas nada conmigo
-Claro que no, sólo voy a estar tranquilamente contigo, aquí mientras nos relajamos, ¿no te parece?
Acto seguido Claude empezó a acariciar el pecho de Ciel.
-Tu piel, es tan suave…
Un escalofrío sacudió el cuerpo de Ciel lo que hizo que Claude soltara un pequeño gemido.
-No quieres que haga nada contigo, pero me provocas tanto, tú tienes la culpa.
Tras decir esto Claude se volvió más intenso, empezó a masajear los pezones de Ciel, el menor no llevaba nada bien como estaban transcurriendo las cosas, no quería que le tocaran, pero mientras no fuera más allá podría sobrellevarlo, confiaba en que Sebastian le encontrara.
-Ciel, ¿no dices nada? Será que te gusta que te toquen más en otros lados…
Dicho esto Claude cogió al menor por la cintura y en un movimiento rápido lo sentó mirando hacia él.
-Dije que no te tocaría, pero no dijiste nada de que tú no te tocarías, así que Ciel, deléitame con tu mejor cara de placer y tócate para mí.