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Secuestro por momori

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Notas del capitulo:

Les traigo dos versiones del mismo capítulo,una versión sin Sebastian,en la que Claude le roba la inocencia a Ciel y otra en la que Sebastian aparece

La versión en la que Claude disfruta de Ciel ;) es para aquellas personas que me pidieron un poco más de acción,espero que les guste :) 

Mientras que la  versión en la que aparece Sebastian es para las personas que querían que Ciel dejara de sufruir y espero que también les guste ^^

D

Capítulo 5 –Inocencia perdida (Versión sin Sebastian)

Ciel seguía sin poder creer en la situación en la que se encontraba y menos aún lo que le había dicho Claude, no iba a excitarse a sí mismo y menos delante de sus secuestrador, ni por todo el oro del mundo e incluso ni por encima de su venganza, haría eso delante de ese hombre.

-¿Te has vuelto loco? No, mejor dicho estás loco, eres un psicópata, ¡Loco, loco, loco!

Ciel levantó la mano para pegarle una bofetada como solía hacerlo con Sebastian cada vez que le enfadaba, el pequeño conde  seguía sin darse cuenta que estaba frente a otro demonio y no frente a un humano normal y corriente…No se esperó que Claude le cogiera la mano en pleno vuelo y se la colocara en su propio miembro.

-Vamos Ciel, empieza o vas a desobedecerme, pregunto Claude con burla.

Ciel no daba crédito, la mano de Claude le obligaba a sujetarse su propio miembro.

-Es una orden Ciel.

Dicho esto Ciel, sintió uno de esos tantos escalofríos que había experimentado desde que le habían secuestrado, como antes había tragado algo de sangre de Claude, su cuerpo obedecía las órdenes del demonio…Ciel decidió cerrar los ojos, no quería ver como la mirada de ese pervertido en su cuerpo ni que le mirara a la cara.

-Buen chico dijo Claude apartado su mano para dejarle a Ciel libertad de movimiento.

La mano del conde empezó a moverse hacia arriba y abajo, empezó suavemente, el pobre Ciel  quería morirse ahí mismo, pensó que no debía prolongar esto demasiado para que Claude no tuviera tiempo de disfrutar del espectáculo, por lo que decidió aumentar el ritmo del movimiento de su mano, ahora su respiración se estaba empezando a agitar, respiraba más fuerte que antes, su respiración se encontraba sincronizada con el ritmo de su mano. Ciel, era humano, no de piedra y como a todo hombre, tocarse a si mismo le excitaba, sin quererlo Ciel se estaba dejando llevar por la sensación que le producía, quería que durara más, así que volvió a reducir el ritmo de la mano, que desde que había  empezado no había parado.

Ciel empezó a jadear para deleite de Claude que observaba al niño atentamente, su mirada iba desde la cara del joven  hasta el miembro erecto, había pensado que Ciel se vendría rápido para no darle ese maravillo espectáculo que estaba contemplando, pero parece ser que el conde no era de piedra y que se había abandonado al placer, al fin y al cabo era un humano, sí un humano delicioso pensó Claude.

La respiración de Ciel se volvió aún más entrecortada y los gemidos de placer más seguidos, Claude noto que faltaba poco para que se viniera, quería jugar un poco con el pequeño así que cogió las manos de Ciel para que este dejara de tocarse, Ciel abrumado por el contacto de Claude abrió los ojos, se había olvidado por un momento de donde se encontraba y a quien tenía delante.

-¿Qué haces?¿Por qué me detienes?¿No era lo que tú querías? Exclamó Ciel molesto, ya que le habían interrumpido y le habían cortado esa fuente de placer que eran sus manos.

-Claro que era lo que yo quería, pero no es bueno que uno disfrute más que otro…

-¡Yo no estaba disfrutando, me obligaste a hacerlo!

-Sí te obligue pero pequeño conde no mientas, estabas disfrutando,  ¿Quieres que te lo recuerde?

Dicho esto Claude se puso a imitar la cara del joven y los gemidos de este. Ciel no podía dar crédito a lo que veía.

-¡Deja de burlarte escoria!

-Jajajajaja te sienta mal que te interrumpan, pero no te preocupes pronto volverás a sentir placer, más pronto de lo que tú piensas y lo sentiremos los dos…

-¿Qué insinúas? Yo no quiero hacer nada contigo, no puedes hacerlo dijo gritando Ciel.

-Puedo hacer lo que quiera y lo haré.

Ciel no aguantaba más esta situación era de las más difíciles de su vida, no quería perder, en un último acto de desesperación, se separó de Claude y salió como pudo de la tina, le daba igual estar desnudo y mojado el solo quería huir de ahí, empezó a correr hacía la puerta no sin antes coger sus pantalones que se encontraban en el suelo, ya se los pondría cuando saliera de ahí, la puerta estaba ya frente a él, podía conseguirlo…

-A dónde crees que vas pregunto un Claude que se encontraba justo delante de él.

Ciel se sintió palidecer, sus esperanzas se habían desvanecido justo delante de sus ojos.

-¡Quítate de ahí!

-No

-¡Hazlo!

-No

Ciel ante tantas negativas intentó bordear a Claude pero el demonio le agarró de los brazos y lo levantó hasta dejar a Ciel a la altura de sus ojos.

-¿Tantas ganas tienes de acabar con este placentero baño?

-Quiero acabar contigo estúpido demonio.

-Ah con que era eso, si quieres acabar conmigo solo hay una manera y esa manera es haciéndolo conmigo, ya que al poseerte moriría de placer.

-¿Qué? ¡NO! gritó Ciel con desesperación

-Así que nos vamos a la cama cariño.,

Tras decir esto, Claude, cogió en brazos a Ciel y lo apretó fuerte contra su pecho para que no pasara lo de antes y le empezara a pegar.

La marcha por el pasillo transcurrió en silencio, el joven conde tenía la mirada desenfocada, esto es un sueño, tenía que serlo, solo tenía que despertarse.

Ciel no fue consciente de que habían entrado en una habitación ni que Claude le había tumbado en una cama hasta que sintió que este se le ponía encima, ambos se encontraban desnudos y podían sentir sus miembros uno contra el otro.

Claude cogió un mechón del pelo del menor y se lo colocó detrás de la oreja, nada más hacer esto, le besó en la mejilla. Ciel ni se inmuto, se encontraba mirando un punto fijo en el techo.

Claude le  miró, por primera vez sentía algo de pena por el menor, el solo quería que le amase…pero Ciel no lo haría por eso se comportaba como se comportaba con el joven

Claude sacudió la cabeza, no quería pensar en sentimientos ni en cosas puramente humanos, el iba a lo que iba y era para obtener placer.

-Ciel, abre la boca…y así fue, Ciel la abrió.

Claude se acercó de nuevo y le empezó a besar, introdujo su lengua en la cavidad de Ciel, el muchacho no opuso resistencia, se dejó besar.

-Ciel, cariño podrías poner algo más de espíritu, es como hacerlo con un muerto.

-Yo ya estoy muerto pronunció estas palabras entre susurros.

-¿Entonces no te importaría que usara tu cuerpo como quiera verdad?

-Haz lo que quieras...

Fue suficiente para Claude, ya se había contenido antes en el baño, su erección era notable, tenía que desahogarse ya que la cosa se empezaba a poner dolorosa, por lo cual abrió las piernas de Ciel, le agarró la cadera de Ciel y la levantó un poco para poder ver la entrada del joven y así poder estar dentro de él y de una sola estocada introdujo su miembro en la pequeña cavidad del menor.

Ciel abrió los ojos, casi  se le salen de sus órbitas sintió un dolor extremo, como nunca antes había sentido, tan fuerte era el dolor que no pudo gritar desde lo más hondo de su ser, sus ojos empezaron a llenarse de lagrimas.

Claude había escuchado ese grito de Ciel, lo que le había excitado aun mas, había hecho gritar de dolor a ese orgulloso niño, se estaba cumpliendo todo lo que más deseaba, por lo que aumentó el ritmo de sus embestidas, se sentía tan bien, él joven Ciel era tan estrecho, esa estrechez le volvía loco.

El cuerpo de Ciel temblaba bajo las sacudidas de Claude, Ciel sentía como ese dolor ascendía desde la parte baja de su cuerpo y le consumía… una sensación nueva se sumo al dolor, sintió un liquido cálido entre sus piernas…

Claude notó como empezó a salir algo de sangre, le había desgarrado…

Estaba tan concentrado en estar dentro de Ciel que no había prestado cuidado, pero no podía parar ni reducir el ritmo, tenía que seguir, tenía que seguir sintiendo…

Ciel ya no pudo aguantar más las lagrima empezaron a brotar de sus ojos, por el dolor y por todo lo que estaba pasando, quería morirse además odiaba escuchar los gemidos de placer de Claude ¿Cuánto más iba a durar la tortura?

-No te lo pasas bien Ciel, preguntó Claude con voz entrecortada….yo lo estoy pasando de miedo…

Dijo esto con voz entrecortada, ya no podía aguantar más, se vino dentro de Ciel mientras gritaba un último gemido, Claude bajo las caderas de Ciel y se recostó a un lado de este, fue en ese momento cuando se dio cuenta de que el menor  estaba llorando y tenía la cara pálida.

-Ciel…lo siento, pero eres tan delicioso, tú tienes la culpa de hacerme enloquecer…te lo compensaré

Ciel no tenía fuerzas ni de contestar, lo único que quería era morirse.Lo único que obtuvo Claude como respuesta fueron un par de lagrimas.

 

 

Capítulo 5 – Inocencia salvada (Capítulo con Sebastian)

Ciel no se creía lo que Claude le pedía.

-Jamás haré eso delante de ti, eres  asqueroso, un pervertido, Sebastian se encargará de ti.

-No sé yo…Él todavía no ha aparecido dijo con tono de voz burlón.

-Confío en él, nunca me traicionaría.

-Lo sé conde, ya veo que tiene un contrato con él cómo se pude ver bien en ese ojo suyo, pero por favor no cambiemos de tema, tócate para mí.

-¡No!

-Es una orden.

Nada más decir esto el cuerpo de Ciel empezó a moverse obligado por la sangre de demonio que había tragado antes, ese maldito bastardo lo había planeado todo.

El conde agarro su miembro y empezó a moverlo suavemente de arriba abajo ante la ansiosa mirada de Claude que le observaba atentamente, no quería perderse nada. Ciel decidió cerrar los ojos, no quería ver como ese maldito le observaba, quería acabar con esa tortura lo antes posible así que empezó a ponerle más energías, su mano subía y bajaba más rápido, sin querer la mente de Ciel se alejó de ahí y se puso a pensar en cierta persona….sí, una imagen mental de Sebastian apareció ante él, se lo imagino desnudo frente a él, su cuerpo era perfecto y era todo para él, Ciel se imagino cómo sería que Sebastian le excitase su propio miembro.

Claude estaba observando atentamente la cara de Ciel, ¿En qué demonios estaría pensando el niño? Ya que su cara estaba entera ruborizada y con los ojos cerrados además había aumentado el ritmo de su mano y parecía que estaba disfrutando de verdad.

Ciel no se daba cuenta pero su respiración empezó a agitarse sin querer empezó a gemir, la culpa la tenía Sebastian por ser así pensó Ciel…espera, un momento ¿En qué demonios estaba pensando? Era su mayordomo, no, no él no podía sentir eso, tenía que quitárselo de la cabeza, pero por otra parte Sebastian era tan adorable, tan sexy tan…tan todo.

Ciel lo quería para él, quería hacerlo con Sebastian todos los días…

A Claude le daba igual en lo que estuviera pensando el joven, le estaba dando un espectáculo maravilloso, esa cara perfecta sucumbiendo al placer era lo mejor que le podía haber regalado

El pequeño conde estaba tan en su mundo, imaginándose a Sebastian y a él haciendo tanas cosas, que no se daba cuenta de las reacciones de Claude, que cada vez estaba más y más excitado, Ciel no podía aguantar, sus gemidos empezaron a hacerse más frecuentes y en su último movimiento se vino al mismo tiempo que gritaba el nombre de Sebastian.

-¡Ya voy mi señor! Dijo una voz detrás de la puerta.

Tras escuchar esta voz, se escuchó un tremendo estruendo, la puerta se había roto y por ella entraba Sebastian con la ropa  destrozada y lleno de heridas.

-¡Sebastian! gritó Ciel

Sebastian dirigió la mirada hacia donde se encontraba Ciel, su cara se puso pálida, ¿Qué diablos hacía su niño desnudo y encima de otra persona dentro de una tina? Nadie tocaba a su niño, sólo él, ese maldito se iba a enterar de lo que es un demonio de primera categoría.

-Joven amo…no se qué está pasando aquí pero por favor, sal de la tina y aléjate de ese bastardo dijo Sebastian casi sin poder contenerse, la rabia le inundaba por dentro, quería matar a la persona que había tocado a su amo.

-Se…Sebastian murmuro Ciel.

-Así que tu eres Sebastian eh, no pareces gran cosa, Ciel y yo nos lo hemos pasado muy bien, ¿Verdad Ciel? Tras decir esto Claude agarro la barbilla de Ciel y lo atrajo hacia él, besándole en los labios, el niño se resistió pero Claude era más fuerte y le obligó a aceptar el beso.

Sebastian contemplaba esto paralizado, tenía que actuar ya, corrió hacía donde se encontraba su señor, lo cogió y lo sacó de la bañera, Ciel ahora se encontraba en brazos de Sebastian, desnudo y mojado….

Sebastian se alejó unos pasos hacia atrás y deposito a Ciel en el suelo con mucho cuidado, lo contempló sin ningún tipo de reparo, a Sebastian le asaltó una sensación familiar pero decidió ignorarla, ahora lo que más importaba era la protección de su amo, ya le había fallado una vez y no fallaría otra…

-Tú también sientes lo mismo que yo por tu amo, puedo sentirlo

-¿Qué sabrás tú?

-jajajaja por favor, desde cuanto hace que te contienes, parece ser que bastante ya que se puede apreciar a simple vista, ya sabes, en tu pantalón.

Ciel escuchaba aquello atentamente, ¿Qué Sebastian también lo deseaba? Eso era perfecto…Un momento no puedo pensar en cosas así ahora, ¡Estoy desnudo! Y él está aquí delante, pensó Ciel, estos pensamientos hicieron que se pusiera aún  más tenso de lo que estaba.

-Vas a pagar por haber tocado a mi amo.

-Sí lo que tú digas dijo Claude aún desde la bañera, por cierto no deberías cubrir a tu “señor” antes de que coja frio o pase algo que nos haga enloquecer a los dos…

Sebastian miró a Ciel que estaba a sus espaldas, ese maldito tenía razón, la imagen de Ciel era muy tentadora, demasiado, ver a ese joven orgulloso, desnudo y a su merced era demasiado, Sebastian se dirigió a donde estaba la ropa del menor y encontró que la camiseta estaba toda rota.

-¿Qué le has hecho? dijo entre dientes Sebastian

-OH!¿Eso? No fue nada, sólo un pequeño jueguecito dijo riéndose Claude.

Sebastian decidió no preguntar nada más por el momento, decidió que primero vestiría a Ciel y luego ya se encargaría del bastardo.

-Joven amo, vuelvo a pedirle disculpas, por mi culpa ha  sufrido cosas que no deberían haber ocurrido…

-Sebastian, ya hablaremos más tarde dijo Ciel, primero vísteme con lo quedan de mis ropas y luego cárgate a ese malnacido.

-Yes my lord…

 

 

Notas finales:

La historia la continuaré desde la version en la que aparece Sebastian ^^

 


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