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Cockroach por Karry

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Notas del capitulo:

segundo capi! yay~

Muchas gracias por los lindos review que recibí! ^^

 

 

Estaban caminando por una galería de música para cotizar bajos, Reita había ahorrado durante algunos meses y pensaba que ya tenía el dinero para comprarse uno, así que le pidió a su amigo que lo acompañara.

– ¿Tienes algo visto? –Le preguntó Uruha, no entendía nada de instrumentos así que optó por preguntarle

 

–No, solo sé que quiero que sea, ya sabes…cool–hace mucho que no veía tantos bajos juntos, sentía que en cualquier momento le daría un paro cardiaco. Aún recordaba esa sensación que lo embargó cuando tocó un bajo por primera vez en la escuela…Era una sensación única.

 

–Esa no es una descripción de un instrumento– Rió su amigo. Ok, pensaba que él no tenía conocimientos sobre tecnicismos de bajos para poder elegir el correcto, pero Reita era peor.

Entraron a una tienda bastante grande donde en la parte derecha estaban colgadas las guitarras y l bajos eléctricos, más atrás los acústicos y por el lado izquierdo algunas baterías e incluso pianos. Uruha se sintió maravillado con un bajo común con el cuerpo color madera y le indico al rubio para que lo viera.

–Naaahhh, es feo– Dijo mientras miraba de lejos– Wow, este si se ve bien– Descolgó un bajo con el cuerpo negro y la placa blanca ,subió su pierna a una pequeña tarima que había y comenzó a tocar para probar el bajo–Suena bien ¿eh?

 

–Sí, esta bueno–El Cataño lo analizaba cruzado de brazos, aún le seguía gustando el anterior

 

–Iré a preguntar cuando sale, ten–Le pasó el bajo a su amigo para acercarse a un vendedor, pero cuando llegó al mostrador vio al chico de baja estatura del auto de la vez pasada, estaba probando una guitarra de jazz, muy tranquilo – “Mierda es el chico de la otra vez, quizás deba vengarme por lo que me dijo” –Pensó titubeando un poco– “quizás deba olvidarme de todo” –Se dio media vuelta, pero escucho que le hablaba

 

–Necesito que me traigas otra uñeta, esta es muy blanda- Le dijo a Reita pensando que era un vendedor.

 

– ¿Disculpa? –Volvió a darse la vuelta para mirarlo ¡Otra vez ese enano lo estaba humillando!

 

– ¿Qué estas sordo? Necesito otra uñeta–Estaba un poco cabreado, como odiaba a la gente lenta.

 

– ¿No me reconoces? –Preguntó algo enojado, ¡El era alguien memorable!

 

–No, ¿Por qué debería? – “¿qué le pasaba a los plebeyos de hoy en día?” Pensaba el más bajo con recelo

 

– ¡Soy el mecánico! ¡Me insultaste! – Como si de un flashback se tratase Reita recordó todo lo que había pasado en la mecánica, no supo el por qué esos sentimientos de ira habían crecido tan de repente.

 

–Ahhh, tienes razón– Dijo recordando colocando una mano sobre su mentón– ¿Y decidiste cuál es tu precio? –sonrió al recordar su conversación

 

–No tengo precio idiota, y no deberías tratar así a las personas– “¿cómo puede existir gente tan clasista? Al parecer los padres de aquel muchacho no habían hecho un buen trabajo” pensaba

 

– ¿Por qué no? – No paraba de sonreír, el rubio le parecía muy gracioso

 

–Porque algún día te quedarás solo, y en ese momento desearás haber sido más amable– Le dijo duramente y se dio vuelta para alejarse donde se encontró con Uruha.

 

– ¿Por qué te demoraste tanto? El bajo es aburrido, sólo toca notas bajas–Reita le dedicó una mirada de “¿No me digas?”

 

–Por nada, un idiota–Estaba enojado, se olvidó del instrumento y se fue de la tienda. Uruha miró por donde venia Reita y vio a un chico  bajito sentado con una guitarra en sus piernas con una expresión de confusión, no le dio importancia y siguió al rubio mal teñido.

---

Ya eran la 1.15 am, el turno del trabajo recién comenzaba, estaba en la barra de un bar de mala muerte, esperando a que un cliente se le acercara, lo cual no era difícil, ya que él era una persona bastante cotizada- y hermoso- pensaba mientras se reía.

–Hola cariño, ¿Puedo invitarte un trago? – Dijo un chico sentándose a su lado. Dicho y hecho, no pasaron ni 3 segundos y ya alguien se le había acercado, sonrió satisfecho.

 

–Claro–Sonrió seductoramente. Tenía enfrente a él un chico de cabello negro, con extensiones de varios colores

 

–Dime… ¿Cómo te llamas? – Preguntó mientras pedía los tragos al barman

 

–Uruha ¿y tú? – Luego de varias peleas con Reita sobre el nombre de Anastasia, había decidido usar su apodo de infancia. Igual El nombre no le importaba mucho, simplemente era para hacer conversación

 

–Miyavi–sonrió de medio lado, era muy útil tener un nombre artístico.

 

–Entonces Miyavi… ¿Quieres pasarla bien esta noche? – Era una pregunta que en verdad quería decir si es que quería follar, en lindas palabras

 

–En realidad esta noche no, quiero proponerte otra cosa– Le acerco el trago que recientemente le habían pasado y Uruha lo aceptó sin dudar

 

–Bien, tú dirás– Estaba intrigado, jamás le habían propuesto hacer otras cosas, en cierta forma se sentía emocionado, como amaba  que los clientes fueran así de creativos

–Quiero pagarte para que salgas con un…amigo mío–mintió. Toda la expectación del castaño había caído de un golpe.

 

– ¿Salir? ¿Te refieres a citas? Lo siento no hago ese tipo de cosas–Rió y tomo un sorbo de su vaso, le parecía divertido que le fueran a pedir cosas con temática “romántica”

 

–Más que eso…quiero que lo enamores, verás, tu eres alguien a quien le pagan para tener sexo, yo solo te estoy ofreciendo dinero para el trabajo previo–Ok, la propuesta era bastante extraña, Uruha pareció meditarlo, pero la parte de “enamorar” no le gustaba para nada. Desde hace mucho tiempo que los sentimientos  relacionados al amor no tenían significado para él

 

–Escucha, yo no convenzo a la gente para que se acuesten conmigo, ellos me buscan–Su lado egocéntrico salía a luz, él siempre era a quien buscaban, y ahora él buscar a alguien no iba en sus planes

 

–Pero no pareces una persona que le cueste seducir a la gente, es simple, no te costará y te pagare bien– Miyavi estaba siendo bastante persuasivo, lo único que quería era hacer sufrir al idiota que le estaba quitando el trabajo. La competencia era demasiado fuerte, y los más inteligentes terminaban por triunfar. Uruha lo quedó mirando como “de cuanto estamos hablando” y el pelinegro sonrió– Tu pondrás el precio, yo no me rehusaré, te pagare por las salidas, por el sexo, por enamorarlo y el mayor precio será por dejarlo ¿lo ves? Muy fácil.

 

– ¿Me pagaras diferentes precios por cada uno? El castaño no lo podía creer, en realidad era dinero muy fácil. El guitarrista de bar lo quedó mirando decisivo y asintió con su cabeza– ¿Y yo pondré el precio?-volvió a preguntar para ver si había escuchado bien y el otro volvió asentir– hmm…solo una pregunta más ¿Qué te hizo este tipo para que quieras hacerle eso?

 

–Eso no te lo puedo decir–Dijo en tono divertido. Era obvio que no podía enterase de todo, él solo tenía que cumplir por lo que le pagaban.

 

–Oh,Bien…–Dijo no muy convencido, la verdad no le importaba, era solo curiosidad. Le daba un poco de lastima por el chico, pero no tanta para llegar a importarle, a él solo le importaba el dinero, era dinero fácil y rápido, al no le costaría conquistar a nadie ¿o sí? Lo tomó como un desafío personal, para saber hasta dónde podían llegar sus encantos

–Entonces ¿Qué dices? –El guitarrista se estaba impacientando

 

–Digo que…–Sonrió– ¿Quién es el chico? –Miyavi también sonrió y sellaron el trato con un “salud”. Si Uruha hubiera sabido lo que le esperaba con todo esto, jamás hubiera aceptado.

 

 --

Días después Reita se había contactado con su nuevo amigo pelinegro, para que este lo acompañara a comprar el bajo que había visto la otra vez con Uruha.

– ¿te gusta? –El rubio le mostraba por todos lados el bajo que se quería comprar y Aoi lo analizaba también.

 

– ¡se ve bien! ¿Lo probaste ya? – El rubio se lo pasó y Aoi empezó a tocar un poco.

 

–sii, ¡suena perfecto! –Reita se veía bastante emocionado, hace mucho que no tocaba un bajo, y menos se imaginó tener uno propio.

 

– ¡El otro día no me avisaste que vendrías! ¿Viniste solo? –el pelinegro aún seguía tocando el bajo, hacía mucho que no tocaba uno.

 

–ehh, no con un amigo–respondió secamente. Su acompañante lo notó incomodo

 

– ¿El del teléfono?-Aoi rió por la bajo al recordar dicha escena.

 

–sí, con él… Él vive conmigo–era algo que le pesaba, pero al fin y al cabo, eran amigos desde hace mucho tiempo, y  lo quería. Si no fuera por Uruha, el estaría quizás donde.

 

– ¿eso quiere decir que a él también le gusta la música? ¡Podrías presentármelo! Y tener otro compañero músico para pasar un grato momento

 

–Olvídalo, nunca lo conocerás y no, lo que menos conoce es de música, te lo digo en serio– Reita se dirigió a la caja a pagar. No es que le diera vergüenza presentarle  Uruha…en realidad si, le daba vergüenza. Hasta que el castaño no tuviera un trabajo decente, era prácticamente inexistente para los conocidos y amigos de Akira. Cuando salieron ambos estaban muy contentos, podía parecer idiota, pero el rubio desde hace mucho tiempo que quería uno pero no tenía una razón lógica para gastar esa cantidad de dinero.

 

– ¿y tú? ¿Tienes guitarra? –preguntó el rubio mientras caminaban juntos hacia la estación de bus.

 

–Sí, una acústica…pero yo también estoy ahorrando para comprarme ¡una eléctrica! ¡Simplemente me encantan!-Aoi sonreía a cada momento al pensar en su sueño de ser un gran guitarrista. En cierta forma se sentía cómodo con Akira, ya que podían compartir el gusto por la música.

Cuando estaban esperando el autobús escucharon a unos estudiantes decir que en la Universidad de Tokio, que era la más prestigiosa y por ende la más cara, había un evento de competencia de bandas, y decidieron ir a investigar un poco. Cuando entraron ambos quedaron con la boca abierta al ver lo inmensa que era esta por dentro. Todo esto era inalcanzable para ellos, ya que por temas económicos nunca pudieron entrar a la universidad.

–Esto…es gigante…–Decía el rubio casi embobado por la infraestructura del lugar.

 

–controlémonos Reita, no podemos pareces huasos, dignidad –Decía el pelinegro mientras levantaba su mirada. Pudieron encontrar unos asientos bastante cerca del escenario y por ende ver las distintas bandas que allí se presentaban.

“Y la ultima banda, formada por alumnos de ingeniería en su último año”

¡Mira mira!, ya va a salir el último –decía emocionado Aoi mientras sonreía, ambos se habían burlado, sorprendido y hasta un poco mas llorado por algunas bandas y músicos que habían visto en aquel escenario, pero ninguno de los dos sabía el porqué la expectación de esta última banda, era como si toda la universidad lo estuviera esperando.

Todo el mundo aplaudió y 5 personas salieron al escenario, dos guitarristas, un bajista, un batero y finalmente el vocal.

–ah no…–Reita frunció el ceño

 

– ¿Pasa algo?-Aoi lo miró intrigado al ver la expresión del mecánico cuando salió el vocal. Era un hombre bastante pequeño, que además de cantar llevaba una hermosa guitarra–Su voz es increíble.

 

–Su voz es una porquería–gruñó el rubio al verlo casi al frente, ya que estaban en primera fila. Él y el vocal cruzaron miradas, y el cantante sonrió sin soltarle la mirada a Reita mientras que con su mano le hacía el símbolo de dinero. El rubio en respuesta entrecerró sus ojos mirándolo con odio, se cruzó de brazos y dio vuelta su rostro para mirar a otro lado y no prestarle atención, si no se fue de ahí de inmediato, fue porque Aoi estaba emocionado viéndolos.

Ya de camino a casa, Aoi venia leyendo en voz alta el folleto que habían regalado en el evento.

–Su nombre es Ruki, y el líder la de la banda…–leía el pelinegro mientras caminaban.

 

– ¡que no me importa! ¿Puedes dejar de leer eso? –Reita ya estaba bastante irritado que se haya tenido que encontrar con el tantas veces en lo que llevaba de su vida.

 

– ¿por qué le tienes tanta sangre en el ojo? Algo debe haberte hecho–El pelinegro había adoptado una postura relajada, poniendo sus brazos en su nuca.

 

–Porque es un maldito bastardo hijo de millonarios, que no tiene consideración con las demás personas y que vive dentro de una maldita burbuja de cristal–contestó secamente el rubio mientras miraba indiferente el camino. Había llegado el momento de separase y ambos se despidieron, incitándose a verse de nuevo.

Cuando Reita llegó a la casa se extrañó que Uruha no estuviera allí, ya que ese día entraba mucho más tarde.

-¿habrá ido a comprar?-pensó el rubio mientras miraba por todos lados. Se encogió de hombros y se fue a preparar su cena.

Aoi caminaba rumbo a su “guarida” Como le llamaba kraven, el chico que había conocido en ese lugar y que le había dado el dato de aquella casa. Iba tan ensimismado en sus pensamientos, que al dar vuelta en la esquina chocó de frente con alguien, cayéndose hacia atrás.

–Auch…Oh, disculpe, no fue mi inten…–Aoi miró hacia arriba, encontrándose con el chico con el cual había chocado, era alto, cabellos castaños y lucía bastante bien…

 

– ¿Estás bien? –Preguntó el castaño con una mirada bastante dulce–

 

–S-Si, gracias…–Se paró algo nervioso ¿Cómo alguien tan apuesto podía andar por esas calles? Espera, ¿Qué había pensado?

 

– ¿Estás seguro? ¿No quieres que te lleve al hospital? –Preguntó Uruha haciéndose el preocupado

 

– ¡No! ¡Estoy bien! ¡Gracias! –Aoi comenzó a limpiarse los pantalones, sacando todo el polvo que habían quedado en ellos.

 

–Si no me dejas llevarte al hospital, entonces déjame llevarte a cenar–Le dijo con una sonrisa seductora. Se dio cuenta que eso había sonado demasiado psicópata al ver la expresión que había puesto el pelinegro.

 

– ¿Ah? – ¿Qué le pasaba a ese chico? – ¡No! Digo…no es necesario

 

–Vamos, déjame compensarte– esta vez trató de sonar menos ansioso. Igual forma Le tomo la mano provocando más conmoción en el otro.

 

–B-bien– dijo finalmente el guitarrista. La verdad era que estaba bastante hambriento, y una cena gratis no le vendría nada de mal. Uruha sonrió para sí, todo iba bien acuerdo al plan.

 

Notas finales:

lo sé, quedó mas cortito ;n; !

reviews? <3


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