Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Felicidad por OC-McCcool

[Reviews - 60]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!

Lamento no haber podido actualizar desde hace mucho. Pasé por una etapa de mi vida que quisiera olvidar de una vez, pero pensare en ella por mucho tiempo :(

No voy a abandonar esta traducción, se que no todos estan familiarizados con el inglés y me gustaría que conocieran esta gran historia, que en lo personal me encanta.

Hablando de la historia, se que muchos quieren ver el dulce incesto de una vez, pero me temo que las cosas iran un poco lentas por ahora, pero esa es una de las razones por las que me encanta este fic. Te deja saborear cada momento y cada detalle hasta llegar al punto de ebullición :3

De nuevo gracias y perdón, prometo dar lo mejor de mi para recompensar todo el tiempo que han esperado :)

Los invito a que dejen sus reviews y nos veremos en el proximo capitulo.

Los quiero! <3

Capitulo 4: Confrontación

Dicen que con el tiempo, todo cambia; La gente, animales, tecnología, incluso las plantas. Jayden es uno de los que más han cambiado, todos los que lo conocen desde la escuela primaria te lo pueden decir. No podría decir que su transformación se llevó a cabo en poco tiempo. Recuerdo que los cambios más importantes y grandes sucedieron cuando él tenía doce años.

Oh dios, parecía que todo el mundo se detuvo el día que Jayden Walker, buen y extraordinario jovencito, se convirtió en un delincuente juvenil.

Él solía ser un regalo de dios para todos los maestros; Entregaba todos sus trabajos a tiempo, los saludaba educadamente cuando pasaban junto a él en los corredores, y a veces se ofrecía a cargar sus cosas generosamente. Muchos otros niños se burlaban de él por ser  “La mascota del maestro” Pero a él no le importaba.

No sé porque Jayden era así con los profesores; Tal vez sólo quería buenas calificaciones, pero quien sabe. Él era el chico que todos los profesores querían. Y por lo que podía ver, le gustaba la atención.

Solía juntarse con un grupo de niños raros y estudiosos en la escuela. Eran un grupo de amigos bastante unidos. Su amistad era como el súper pegamento. Irrompible. Si encontrabas a uno, los encontrabas a todos. Eran completamente inseparables. Eran cinco chicos, conocidos (O mejor dicho desconocidos) por tener sesiones de estudio y obtener buenas calificaciones juntos. En esos tiempos, las notas de Jayden alcanzaban el techo.

No recuerdo sus nombres, no eran muy reconocibles. Sin embargo, sus calificaciones empezaron a caer un día, como una roca que cae de un precipicio y sigue rodando. Los profesores estaban sorprendidos, por supuesto. ¿Cómo debes sentirte cuando un estudiante que solo obtenía dieces, empezaba a tener horribles ceros y cincos?

Hubo una gran conmoción ese día, cuando los resultados de los exámenes a la mitad del curso llegaron. Fue encontrado en la parte trasera del campo de baloncesto, sentado bajo la sombra de un árbol junto un grupo de punks. Los matones eran conocidos por toda la escuela gracias a sus malas acciones. Se juntaba con ellos desde una semana atrás, cuando empezó a usar camisetas obscuras con obscenidades escritas y jeans vaqueros. Cada día usaba un par de anteojos gruesos, pero desde que empezó a juntarse con ellos, los cambió por lentes de contacto. No sé que quería conseguir, pero ciertamente llamó la atención  de muchas personas.

Parecía que cuando todos nos reunimos para ver la escena, el grupo de nerds con los que solía juntarse no parecían haberlo esperado, había sorpresa y tristeza en todos sus rostros.

-Jayden ¿Por qué nos has estado ignorando toda esta semana?- Una niña rubia con una coleta de caballo le preguntó, sus gafas gigantes resaltaban sus ojos azules. Su tono era de acusación, pero su rostro estaba triste.

Sus nuevos amigo se burlaron y él se les unió. Se levantó, y con las manos en los bolsillos arrastró sus palabras, ruidosamente -¿Por qué no habría de hacerlo? Pensar en cómo solía pasar el tiempo con ustedes, grupo de tontos, me da asco-

Se puso pálida y otro chico detrás de ella, que también usaba anteojos, se puso frente a ella protectoramente –No lo puedo creer. ¿Qué sucedió? ¿Por qué actúas así?-

-Es como si fueras uno de ellos ahora- La única chica de pelo rojo habló. ¿Uno de ellos? No pudo estar hablando acerca de esos aspirantes a gángsters baratos. Ella ni siquiera los miró desde que encontraron a Jayden. Jayden miró a otro lado, su cara formándose en una mueca. Sus bufones amigos intercambiaban miradas.

Cuando los volvió a mirar, estaba completamente tranquilo y sereno –Tal vez nunca fui uno de ustedes- se burló. La mirada desafiante y llena de odio en sus ojos me asustó. Era la primera vez que la veía, y fue la primera de muchas veces después de ese accidente, aunque no lo pude haber predicho en ese entonces.

Fue la primera pelea en la historia iniciada por los estudiosos, y todos miraron con asombro como el  chico delgado e indefenso atacó a Jayden y lo mandó al piso, tratando de golpearlo en la cara. Lo que la inició fueron las lágrimas de la chica rubia, que empezó  a llorar después de lo que Jayden dijo. El pobre chico se le lanzó a mi hermano sin pensar que este era más fuerte y dos veces más grande que él.

Ese día marcó el cambio de Jayden en todo. De un dulce, amable chico que siempre hacía lo mejor para complacer a los adultos, a un delincuente que fumaba a las espaldas de los profesores, que golpeaba a los chicos que lo molestaban, y que parecía odiar al mundo con toda la energía de su cuerpo. Si hubiera pensado mejor las cosas entonces, me hubiera dado cuenta de los factores que causaron el cambio. Pero en ese entonces, estaba demasiado envuelto en mis propios asuntos como para que me importara.

Tal vez, si le hubiera dado más importancia, él no hubiera cambiado para mal. Y honestamente, me gustaría ver al viejo Jayden otra vez. Pero es demasiado obvio que ya es muy tarde para tratar de hacer algo.

------

-Así que ¿Cómo van las cosas con él?- Hago la pregunta que me ha estado molestando desde hace rato, preguntándome cuanto tiempo Parker va a estar tan desanimado.

-¿Quién?- Dijo, jugando con uno de los hilos de su chaqueta.

-¡Vuelve a la realidad, demonios!- Exclamo, sintiendo el ceño frunciéndose en mi rostro mientras pongo mis manos en sus hombros, obligándolo a verme.

Él me mira sobresaltado. Sus ojos brillantes abiertos e inocentes. Y recuerdo que algunas cosas nunca cambiarán. Finalmente, deja salir un gran suspiro, llevándose los dedos al cabello –Esta bien, está bien. Hablaré con él después de la escuela-

Eso fue más fácil de lo que pensé. Pensé que iba a tener que retorcerle el brazo o algo así. Parpadeo –Bien-

Me encuentro masticándome el labio mientras lo miro. Ninguno quita la mirada primero, pero Parker termina rompiendo el contacto visual cuando alguien de su clase de inglés lo llama. Y se va para atender al chico que le habló.

-------

-Hey, Walker- Mentalmente me quejo cuando escucho la voz ronca de Samuel Evans, cierro mi casillero en respuesta. Si quiere buscar problemas  conmigo, mejor me aseguro que mis pertenencias estén a salvo.

-¿Qué?- Eric White está junto a él cuando volteó a verlo, y me pongo rígido. Esto no se ve bien. Dos contra uno; no tengo oportunidad.

Este par de imbéciles son el dúo más homofóbico de toda la escuela, molestan abiertamente a cualquier chico gay o bisexual. Usualmente tratan de encontrarlos solos parta hacerles daño y amenazarlos, aunque aún no le han hecho nada a Parker a pesar de que es el chico gay más popular en la escuela.

El hecho de que Parker tiene abdominales y músculos firmes debe ser una de las razones por las que no le han hecho nada; todos lo que lo hayan visto en el vestidor sabe que es mejor no meterse con él. Su cuerpo bien torneado no es algo que muchos quisieran enfrentar, así que no ha recibido basura de nadie por no ser “Normal”.

A mí, en cambio, me han molestado este par de idiotas por bastante tiempo por ser el mejor amigo del ya mencionado chico de cabello castaño. Si hay algo que estos dos no soportan, es cuando un chico heterosexual es amigo de un chico homosexual.

Aunque no sabía que Parker era gay cuando lo conocí. Él se dio cuenta cuando teníamos catorce años, un año después de habernos conocido, y me lo dijo inmediatamente. A mí no me pareció nada malo, y él estuvo aliviado por mi respuesta.

De a cuerdo a Samuel y Eric, nos podemos contagiar con los “Gérmenes maricas”. Y claro, no existe nada como los gérmenes maricas. El mismo término suena estúpido, sin mencionar al nombre. Unos cuantos golpes, algunos moretones en mi abdomen, eso es lo que usualmente recibo de ellos una vez al mes, o cada dos semanas. Me dicen que debo alejarme de Parker, pero obviamente nunca escucho sus valiosos “Consejos” lo cual es la razón por la que siguen molestándome.

Samuel suspira, larga y falsamente, y habla -¿Por qué nunca escuchas nuestros consejos? ¿Quieres ser un marica?-

Tengo que sostener mi risa. Estos dos son unos cobardes. Nunca molestan a alguien más grande que ellos, o a una multitud que le gane en números. Siempre escogen victimas que saben que pueden maltratar fácilmente, yo siendo una de ellas. No me ejercito, ni me entreno de ninguna manera. No soy fuerte, y no conozco ninguna manera de defensa personal, así que soy un blanco fácil para cualquiera.

-Por última vez Evans, la homosexualidad no es contagiosa- Él debe ser el peor caso de negación que existe en el mundo, si es que resulta ser gay y sólo finge que odia a los homosexuales.

-Sí lo es, conoces a Michael Powers y Randy Hall de nuestro grado, ¿Verdad?- Eric se truena los nudillos amenazadoramente.

Parpadeo. Ellos son mis compañeros de inglés –Si. ¿Por qué?-

-Michael era gay abiertamente, ¿No es así? Y Randy era normal, siempre tenía una chica en el brazo y todo lo demás. Pero este año Randy llegó como el novio de Michael. ¡El maldito hizo gay a su mejor amigo!- El fastidioso rubio dice, con molestia en sus ojos.

-Deberían expulsar a todos eso maricas ahora mismo- Samuel giró los ojos –Verás, no nos gusta que chicos normales se junten con ellos, porque siempre los convierten-

-Sí, pero parece que tendremos que persuadirte para que dejes ese comportamiento- Su amigo dice.

Samuel lanza el primer golpe, y me da justo en la cara, haciéndome voltear. Oh, mierda. Me muevo rápido a la izquierda, pero Eric se mueve para detenerme. Juntos, me acorralan lentamente, sonrisas siniestras aparecen en sus rostros.

-Tendremos que darte una lección, para que aprendas de una vez por todas-

Estaba en medio de un intento por escapar de los dos bullies cuando un grito al final del corredor viaja hasta nuestros oídos. Los golpes de Samuel no son de juego; Duelen como el infierno, especialmente porque  me los puede dar libremente, ya que Eric me sostiene contra la pared.

-¡¿Qué están haciendo, hijos de puta?!-

La voz me suena muy, muy familiar. Si tan sólo tuviera la mente en claro, podría saber de quién se trata. Al momento, nos volteamos para ver a la figura que se acerca, nuestros movimientos se detuvieron y nos congelamos. Cuando se mueve más cerca, me quedo en una especie de shock al descubrir que es Seth.

El enojo en su rostro le da la expresión a la que tanto solía temer hace mucho tiempo. Mira las manos de Eric sosteniéndome contra la pared, después a mi cara, y al puño de Samuel –Así que, díganme ¿Qué está pasando?-

Esto sí que es raro. Hace unas semanas, él se pudo haber quedado en una esquina para ver cómo me partían la cara sin hacer nada. No creo que le importara.

Samuel mira preocupado a Eric, entonces le sonríe titubeante a mi hermano –Nada de qué preocuparse, Seth. Sólo estamos…-

No alcanza a decir nada más cuando el puño de Seth se encuentra con su mejilla, con suficiente fuerza para mandarlo al suelo. Eric se pone pálido y me suelta, listo para salir corriendo cuando Seth lo toma del cuello, volteándome a ver.

Caigo al suelo cuando soy soltado, quejándome por el dolor en mi abdomen. Debo recordar alejarme de ellos en el futuro.

-¿Te estaban molestando?- Me pregunta directamente, pero sus ojos están enfocado en Eric, como si estuviera asegurando de que no pueda escapar. Samuel susurra algunas maldiciones mientras se arrastra para levantarse.

No quiero su ayuda. No quiero que piensen que soy débil (Aunque lo soy) y ciertamente no quiero que los golpeara por mí. El tan sólo pensarlo me molesta, así que no le respondo. Volteó a otra dirección, ignorándolo. Aún así, él toma mi silencio como un sí, e inmediatamente le da con la rodilla en el estomago a Eric, acompañado de un golpe en la cara.

Samuel se pone de pie, y Seth es tomado por sorpresa cuando lo empuja desde la espalda, perdiendo el balance por un momento. Esto le da a Eric la oportunidad de reponerse, y patea débilmente a Seth, pero Seth se recupera fácilmente.

Sin pensarlo dos veces, Seth les da una paliza. Les da especialmente en la cara y el torso. Y esquiva todos sus intentos de lastimarlo, y no toman ni quince segundos para que los dos salgan corriendo, sosteniendo sus estómagos por el dolor.

-Cobardes- Le dice al viento, sacudiendo su mano izquierda. Volta a verme. Acercándose, me pregunta -¿Estás bien?-

No le pedí que me ayudara. Aprieto los dientes cuando levanto la vista para mirarlo. El enojo me quema por dentro, afirmo con la cabeza. Se encargó de los dos idiotas que me lastimaron sin siquiera derramar una gota de sudor, y no está lastimado. El odio irracional me hace levantarme del suelo, cojeando lejos de él.

No necesito que mi atormentador de la infancia me salve de un par de idiotas.

Me odio a mi mismo por no ser lo suficientemente fuerte para defenderme.

--------

Cuando dije que mis dibujos eran sólo para mis ojos, no lo dije literalmente (Bueno, tal vez sí). Nunca dejo que nadie más los vea; pero Parker es la excepción y tiene un permiso exclusivo para observarlos. Originalmente, tenía la intención de mantener mi cuaderno sólo para mí, pero un accidente que sucedió diez meses después de conocer a Parker, me hizo cambiar de opinión.

Miro mi cuaderno de dibujos, buscando el dibujo de su rostro sonriente. No su sonrisa presumida, ni su sonrisa traviesa, sólo su pura y simple sonrisa. Que no ha cambiando nada desde la primera vez que lo conocí.

Él entró a la competencia de escritura en la escuela por primera vez cuando teníamos trece años. Diez meses de ser amigos, y corrió conmigo primero cuando lo anunciaron ganador del concurso.

No fue con sus padres, ni con su hermano, no con nadie más. Sólo… conmigo.

Recuerdo haberlo visto correr emocionado a mi casa, jadeando por la carrera, envolviendo sus brazos en mi cuello y riendo de felicidad. Me pareció extremadamente femenino en ese entonces. Pero de alguna manera lo encontré agradable.

-¡Gané el primer premio!- Balbuceó, poniendo la carta de felicitación en mi cara -¿Adivina que es? ¡Mil dólares!-

No estaba sorprendido; La competencia dio muchos detalles acerca de las historias para el concurso, y yo estuve en su casa cuando bebía jugo de uva y trabajaba arduamente. Escribía páginas y páginas de historias.

Sus trabajos me parecieron brillantes, pero pensándolo bien me doy cuenta de por qué no se lo dije; Hubiera sido raro, un chico diciéndole eso a otro chico.

-Estás jadeando. Amigo ¿Estás bien?- Le pregunté, sosteniéndolo de los hombros para calmarlo un poco.

-Lo siento; es que corrí desde mi casa para decirte en cuanto miré el buzón- Me explicó, me congelé en el acto.

- Ósea que ¿Yo soy al primero al que le dices?- Dije lentamente, pensando en lo mucho que eso significó para mí, el hecho de corriera hasta acá sólo para decírmelo a mí primero. Una semana atrás, no dejaba de mencionar lo mucho que quería ganar el concurso.

Parker se encogió de hombros, una sonrisa juguetona apareció en su cara. Esa expresión me hizo querer tomarle una foto, para siempre recordar su inocencia casi infantil.

Creo que jamás olvidaré esa sonrisa.

-Mamá y papá estaban en el estudio-

Eso no explicó nada. Sólo me dio a saber que pudo haber subido las escaleras de su casa para decirles a ellos primero.

Me sentía… especial.

Éramos mejores amigos, pero no pensé ser tan importante para él.

Cuando se fue, después de que lo felicitara, me puse indemsiatamente a trabajar en mi cuaderno, dispuestoa dibujar esa sonrisa en su rostro que me habia quitado el aliento.

Fue el momento que marcó mi dependencia en él, porque por primera vez había alguien que me tenía como prioridad, y no como un último recurso. Él se convirtió en la persona en quien más confío. No tengo por qué ocultarle nada.

Mi teléfono vibra. Miro la pantalla para saber quien me está llamando. Es Parker.

-Hey- Respondo casualmente, cerrando mi cuaderno y arrojándolo en la cama.

-Oye. ¿Puedo ir a tu casa?- Incluso sin verlo, puedo sentir que algo pasó; Algo no tan bueno. Su voz suena cansada, le falta ese ánimo con la que siempre la escucho.

-Por supuesto amigo. ¿Qué pasó? No suenas muy feliz-

-De hecho, ya estoy en tu casa. Unos segundos más y estaré tocando la puerta-

El comentario me hizo saltar de la cama y bajar las escaleras. Abrí la puerta, y allí estaba, con una sonrisa obviamente falsa y cuelga su telefono. Yo hago lo mismo.

Mirando la casa me pregunta -Uh... ¿Puedo entrar?-

-Oh, si. Claro, claro, entra. ¿Quieres algo de beber?- me muevo a un lado para dejarlo entrar.

Pronto estamos los dos en mi habitación. Él jugando Left 4 Dead en mi laptop y yo escuchando música con mis audifonos recostado en la cama, mirando el techo. Mis ojos cambian del aburrido techo blanco a la pantalla de mi laptop, mientras él mata a otro zombie.

-¿Me vas a decir que sucede?-

Se detiene, y deja que lo maten antes de cerrar la computadora y moverla a un lado para ponerse mas cómodo en mi cama -Lo fui a buscar, como sugeriste-

-¿Y...?- Dije. Ya puedo imaginar lo que pasó. Si el está tan desanimado, entonces Thomas no dijo algo bueno.

-Y rompió conmigo. Ta da- Su voz no podría ser más deprimente, incluso si lo intentara. Se escucha como si estuviera muerto, y de una manera, también se ve así –Pero supongo que lo debí haber imaginado-

Arque las cejas -¿Por qué deberías de haberlo imaginado?-

-Bueno, me ha estado ignorando por días. Sería un idiota al no darme cuenta de que esto pasaría- Él gira la tapa de una botella de agua mineral y toma un rápido trago –Lo que sea. No es como si me importara-

Su negación no esconde la verdad; Es dolorosamente obvio que si le importa, es sólo que lo trata de esconder. La expresión en la cara de Parker no cambia cuando vuelve a encender mi laptop y se prepara para otra ronda de zombies.

Dejo el asunto en paz. No sirve de nada molestarlo.

--------

-No es sólo un juego para mí- Finalmente dice. Aprieta el botón de apagado en mi laptop y espera para que la pantalla se obscurezca.

-No, no creo que lo sea- Le doy la razón, mirándolo cuidadosamente. Aún tiene la expresión despreocupada.

Titubeante, levanto una mano arriba de su cabeza. Y eventualmente la dejo caer en su suave cabello, acariciándolo levemente. Sus ojos se abren un poco y se pasa el resto del día mirando el techo de mi habitación.

-------

Me estoy poniendo un poco incomodo.

Tal vez se debe a la manera en la que Seth me mira intensamente, mientras me muevo por la cocina. Mamá está haciendo albóndigas con arroz, y quiere que la ayude a conseguir un par de platos. Abro un cajón en la alacena y saco dos tazones verdes de cerámica.

- ¿Estos están bien, mamá?- Le pregunté, enseñándoselos.

Ella me dice cansadamente que deje de caminar por todas partes, que le de los platos y que me siente en la mesa. Yo obedezco. Creo que hoy no voy a cenar; Odio las albóndigas. Podría decir que no me siento muy bien. Nadie me diría nada. Seth ya está sentado en la redonda mesa de la cocina, su palma le sostenía el rostro, con un codo recargado en la mesa. Puedo sentir sus malditos ojos siguiéndome a todas partes.

A decir verdad, me molesta lo suficiente como para alcanzar su pálido cuello y estrangularlo para terminar con todo esto. Mamá le dice algo, algo acerca de unos hermosos jeans que vio ayer en Levi’s, y él le responde en un tono aburrido. Cuidadosamente lo volteo a ver, mis cejas juntándose. Sus ojos están firmemente colocados en mí, y viajan de mi nariz a mis ojos. Algo muy malo está pasando con él hoy. Tal vez el castigo infinito que le dieron por tanto pelear con Jayden lo hizo volverse loco.

Miro a mamá con el rabillo del ojo, y me aseguro de que no puede escucharnos cuando lo miro y le susurro –Sería grandioso si dejaras de mirarme-

Como respuesta, las esquinas de sus labios se levantaron en una sonrisa burlona y me murmuró un simple –No-

Mi hermano menor se ha vuelto loco, yo me largo.

-------

Aún no puedo descifrar que le sucede; Digo, ¿De qué se trata? No le he hecho nada. Tengo el presentimiento de que está haciendo esto a propósito. Para hacerme sentir incómodo, o raro, o algo así. Sea lo que sea, está funcionando. Recuérdame felicitar al bastardo sádico por su victoria.

No estoy muy emocionado por la cena. No sólo porque Seth va a llevar a cabo algún plan bien hecho para molestarme, también porque vamos a cenar albóndigas. Sé que ya lo he dicho, odio las albóndigas, especialmente cuando están nadando en esa rara salsa marrón que mamá usa para hacerlas. Para mi suerte, Seth adora todo lo que yo odio.

Mamá y papá siempre lo favorecen a él; Como si fuera una maldita perla brillante. Ha sido así desde que teníamos diez años. Y diablos, si qué extraño los viejos tiempos. Ya sabes, cuando los tres nos levábamos bien. Cuando Jayden no era un imbécil todo el tiempo. En algún momento en esta rivalidad entre hermanos, las líneas se hicieron borrosas, y ya no podíamos recordar la razón por la que peleábamos; Sólo sabíamos que necesitábamos hacer todo para ganar. Hasta ahora, Seth ha salido victorioso.

Le dan todo lo que pide, sin siquiera esforzarse, y usualmente todo lo que mamá prepara es uno de sus favoritos. El tan sólo pensarlo me da ganas de comprar un muñeco vudú, escribir su nombre, y golpearlo en venganza. Sí, soy así de raro.

Jayden no está en casa para la cena. Seth viene a mi habitación para avisarme que la cena está lista, tocando la puerta por primera vez en su maldita vida. Cuando empiezo a bajar las escaleras, me sigue de cerca. Probablemente viéndome la nuca, el muy raro. Mamá está charlando con papá acerca de algo, y cuando me miran, me sonríen antes de volver a su plática. La silla está fría, y muevo el trasero para tratar de calentarla, tratando de ignorar la molestia.

Seth se ve, para mi sorpresa, frustrado durante toda la cena. Algo debió haber pasado cuando me fui de la cocina, pero honestamente no estoy muy preocupado por eso. Se mantiene callado a lo largo de la cena, hablando solamente cuando mamá y papá le preguntan cómo ha estado su día. Uno pensaría que él iba a estar feliz porque estamos comiendo algo que le encanta, pero cuando comes algo especial demasiadas veces, pierde su encanto.

Casi no toca la comida en su plato; En lugar de eso, cuando mamá y papá están hablando y no lo miran, él hecha con prisa gran parte de su comida en mi plato. Lo miro y me dice, sin recitar palabras, que lo ayude a terminarse su porción. Recordando lo que pasó esta tarde, me como su porción de mala gana.

Nunca le pedí que me ayudara, y aún estaba furioso con él por ello. Sin embargo, debo admitir que salvó mi trasero de ese par de idiotas. Pero no le debo nada.

… Sí, no le debo nada.

-------

-Por dios, Creo que tienes problemas. Lo juro, estás loco- El aire abandonó mis pulmones, pero de alguna manera, aún puedo decir esas palabras, casi ahogándome en el intento.

Él sí que tiene serios problemas. Atacándome de la nada, en donde sea y cuando sea; y esta vez, es en el cuarto de estudio. Jayden me mira con odio, otro puño se prepara para darme en el estomago. Débilmente trató de ser yo quien lo golpeé, pero estoy usando toda mi energía para mantenerme de pie.

-Apuesto a que lo disfrutas, ¿Eh? Te excita verme lastimado, ¿No es así, pervertido?- Digo secamente, manteniendo la voz baja porque nuestros padres están durmiendo. Y Seth está en su cuarto, probablemente durmiendo también.

Sus labios dejan salir una sonrisa engreída, sus dientes tan afilados como los de un tiburón –Ya quisieras-

A veces busca peleas con Seth. Pero usualmente es conmigo. Sospecho que se debe a que yo no me puedo defender tan bien como mi hermano menor. Y pensar que él es menor que yo, me hace decepcionarme de mi mismo. Al menos somos del mismo tamaño, así que no todo está perdido.

Es gracioso. A través de los años, empecé a notar un patrón. Mientras más frustrado esté Jayden, más duelen sus golpes, y pelea más frecuentemente. Incluso se pelea con sus propios amigos algunas veces. Los vemos en el estacionamiento causando un disturbio entre los curiosos que se encuentran cerca. Me pregunto si le gusta la atención que un notorio bastardo siempre consigue. Apuesto a que sí.

Ni si quiera está molesto conmigo; o tal vez sí, por todos esos comentarios sarcásticos que le lanzo cuando me usa como saco de boxeo. Pero la persona con la que más se molesta es Seth; Irónicamente, yo siempre termino siendo víctima del maltrato que le toca a él. Juro, que sus ojos se encienden con odio cuando alguien menciona a Seth, o incluso cuando Seth entra a la habitación. Yo no tengo la misma reacción en él; sólo me mira con el ceño fruncido o con alguna expresión de molestia, pero no con el intenso enojo que le reserva a nuestro hermanito.

Me pongo a toser y lo empujo contra la pared, lo cual fue difícil por lo fuerte que es. Puedo sentir sus abdominales debajo de su camiseta obscura. No sé mucho acerca de él, pero con tan sólo tocar su pecho, me puedo dar cuenta de que debe pasar horas en el gimnasio. Puedo no estar en lo correcto, pero es una buena teoría.

-Estás lleno de mierda, Jayden. Lleno de mierda- Las palabras salen como jadeos, pero lo miro con todo el odio de mí ser. Para mi sorpresa, sus ojos cristalinos se obscurecen, y algo cambia en ellos.

Su respuesta me deja paralizado, y él lo aprovecha para golpearme de nuevo, tropezando un poco hacia atrás cuando lo hace.

-Como si no lo supiera-

-------

El señor Winchester  es asombroso para mí. Prueba de ello, es que consigo puntos extra en la clase de Arte sólo por acomodar varios pinceles en sus respectivos estantes y organizar los materiales de arte en el salón. Esto le sonaría como mucho trabajo a varios; pero su salón de arte es casi impecable, no hago muchas cosas. Sólo tengo que mover una cosita y sentarme en una silla con una cara de niño bonito.

O en mi caso, niño apuesto.

Estoy arreglando la última botella de pegamento para madera en el cuarto de los materiales junto al salón cuando un fuerte sonido se escuchó desde el mismo salón de arte. Maldiciendo silenciosamente, aseguro las botellas que ya están organizadas y me dirigí al salón. Uno de los lienzos debió de haberse caído de una de las cajas donde están guardados.

No estaba equivocado, pero el lienzo no se cayó por sí sólo. Se cayó porque Seth, con un movimiento de mano, lo tiró al piso. Me detengo en la puerta del cuarto de los materiales, cambiando mi peso a mi pie derecho y viceversa, sin saber qué hacer. Normalmente, hubiera a recoger el lienzo tranquilamente, pero como Seth no está sólo en la habitación, ya que Marissa está frente a él, al parecer teniendo una conversación bastante difícil, lo pienso antes de interrumpirlos.

Puede que él me mate por hacerlo, y teniendo esto en mente, me quedo en la puerta, pensando que hacer.

-T-te llegaron mis mensajes de ayer, ¿Verdad? ¿Y también los anteriores?- Seth dice.

-Yo…- Se muerde el labio –Sí. Sí, me llegaron. Mira, debería irme, Jayden me está…-

-¡Al diablo con él!- El grito inoportuno la asusta un poco. Incluso mi corazón da un pequeño salto – ¡Diablos, él es la tercera rueda aquí! ¡Él se metió entre nosotros!-

-Yo, lo siento. No puedo… No voy a responder tus mensajes. A Jayden no le gusta- Su voz tiembla, su barbilla se estremece, y hay lágrimas sin derramar en sus ojos.

-¡Tú…!- Él se pasa una mano por el cabello, exasperadamente. Lentamente, baja la mirada al piso -¿Ya no sientes nada por mí?- Dice silenciosamente, mirando sus zapatos, evitando el contacto visual con ella. Una lágrima cae de su mejilla, ella parpadea y carraspea un poco.

-Yo… Aún te amo, Seth-

Rápidamente levanta la mirada, y se acerca un poco a ella, con esperanza en su rostro –Entonces vuelve conmigo- Le pide –Por favor. Te necesito-

Mi corazón se detiene. Jamás lo había visto tan desesperado en mi vida. Nunca.

-Lo siento, lo siento, lo siento- Ella divaga, lágrimas cayendo libremente de su rostro –Es sólo que, amo más a Jayden. Yo…- Casi se ahoga con sus sollozos, se cubre los ojos con las manos – Nunca quise hacerte esto. Nunca…-

Él tropezó ligeramente, dado a resaltar el poco balance que tiene. Este es un nuevo lado de Seth que jamás había visto. Trata de alcanzarla, su voz se quiebra –No…No llores. Por favor, ya no llores- Alcanza a limpiarle una lágrima antes de que se aleje.

-Yo… Adiós, Seth- Ella susurra y prácticamente vuela fuera del salón. Él se queda en la misma posición por treinta segundos.

Jamás me he sentido mal por él antes. Pero lo que acaba de pasar, cambió la imagen que tengo de él; De un bastardo sin corazón, a… No sé, alguien más. Me siento terrible por lo que le pasó. Si eso me pasara a mí, buscaría a Jayden para patearle las pelotas tan fuerte que no pudiera levantarse ni caminar por una semana.

Justo cuando pienso que se va a ir, se da la vuelta de repente; Y mis ojos se encuentran con los suyos desde el otro lado del salón. Los suyos se abren, considerablemente.

Oh, mierda.

Me doy la vuelta para intentar marcharme, pero abruptamente, él se transporta a mi lado. Con una mano detrás de mi cuello, aplicando presión en sus dedos para que tengan un buen agarre, y dice, en un tono extremadamente tranquilo -¿Cuánto escuchaste?-

-Nada- Digo, sin darle tiempo de decirme la pregunta completa.

-¿Oh?- Sus dedos me aprietan la piel. Me duele como los mil demonios -¿En serio?-

-¡Está bien, está bien! ¡No me estrangules! ¡Carajo!- Me quejo, escapándome de su agarre mortal con mucho esfuerzo. Me dejó el cuello adolorido. Sus ojos penetran los míos. Siento que estoy viendo un par de hoyos negros.

-Estoy esperando-

-Está bien, está bien. Yo, uh, lo escuché todo. Y, uh, lo vi todo- Sus ojos se reducen y levanta el puño izquierdo. Casualmente agrego –Eres demasiado bueno para ella, ¿Sabes?-

Parpadeo cuando baja el brazo –No importa lo que todos ustedes digan. Eso no cambia lo que pienso- Murmura, tan silenciosamente que apenas si puedo escucharlo.

-¿Qué es lo que piensas?-

Me responde, algo que no esperaba –Lo opuesto- Dice, suavemente, la dura mirada en sus ojos se desvanece.

Yo me quedo callado.

-No soy lo suficientemente bueno para ella-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).