Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Felicidad por OC-McCcool

[Reviews - 60]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capitulo 5: Horizonte Rojo

Cuando él tenía 10, ya se había ganado a todos los adultos. A todos menos a nuestros padres. Por alguna razón, sin importar lo obediente o educado que fuera, ellos le eran indiferentes.

El abdomen me duele como el infierno, y también el brazo izquierdo, gracias a que mi idiota hermano me empujó en contra pared. Quejándome, me aparto un poco para ver examinar la herida justo debajo de mis costillas que rápidamente se hacía morada. Diablos.

Al parecer no va a sanar tan rápido como pensé. Me bajé la camisa y tomé mi cepillo de dientes anaranjado del vaso de plástico donde todos dejamos nuestros cepillos. Y empiezo a untarle el dentífrico azul en sus suaves cerdas.

-------

Es difícil fingir que algo no te importa cuando es obvio que sí. Parker pasa junto a Thomas en el corredor sin darle ni siquiera una pequeña mirada. Jalándome del brazo sin darme opción de negarme y llevándome con él. Para mi suerte, Thomas me lanza una mirada mientras paso junto a él con mi mejor amigo.

No creo haber hecho algo para ganarme esa mirada, ni las anteriores. Al menos, nada que yo recuerde. Tampoco creo haber hecho algo para que me golpeara el hombro cada vez que paso junto a él. Algo que por cierto, también duele.

Por fuera, Parker hace una gran actuación, casi logra convencer a todos de que ya superó lo de su novio; Pero todo es una gran mentira que fácilmente puedo notar. Sólo está fingiendo que ya superó a Winters; Sus ojos castaños lo delatan. Le recuerdo que no necesita mentir conmigo, y de la nada, me explota en la cara.

-¿Y tú que sabes?- Me dice repentinamente en medio del corredor vacio que usamos para llegar al laboratorio de Química -¡A ti jamás te ha gustado alguien! ¡Es por esa misma razón que rompiste con Amber!- Sus agitados ojos se encuentran con los míos, y se pasa las manos furiosamente por el cabello.

-¡Wah!- Casi me tropiezo por su repentino cambio de humor. Jamás había actuado así, y a decir verdad, es un cambio que me asusta demasiado -Cálmate. Sólo estoy diciendo que somos mejores amigo y no necesitas esconderlo frente a mí. Yo se que este... Rompimiento, te está afectando mucho-

Se pone a respirar lentamente, tranquilizándose un poco. Parker aprieta ligeramente su nariz con los dedos, esperando recuperar la compostura, yo considero lo que me dijo. Tiene razón en algo, a mi jamás me ha gustado alguien, 16 años y jamás he estado enamorado. Bueno, soy muy joven para enamórame seriamente, pero jamás he sentido ni la más mínima atracción por alguien... Y eso me asusta un poco. ¿Será que soy asexual?

Empujo el pensamiento hasta el fondo de mi mente. Ahora no es momento para ponerme a reflexionar en cuanto a mi sexualidad. El chico castaño frente a mi levanta la mirada para verme. Se ve algo culpable y parece que ha envejecido muchos años en una corta semana. Una suave briza nos acaricia el cabello, y él estornuda.

Limpiándose la nariz, habla, sin tener ganas de hacerlo -Lamento mi reacción. Sé que he estado bipolar últimamente, pero es que... ¡Diablos, es un maldito idiota!- Exclama, poniéndose las manos en la frente -En serio ¿Quién rompe con su novio sin motivo?-

Cuidadosamente, pongo una mano en su hombro y lo dirijo al laboratorio. Al menos está siendo honesto con algo; Ha estado demasiado bipolar estos días -Es un idiota- Afirmo -Un jodido idiota-

Un quejido bastante alto nos hace girar de golpe, en dirección al sonido -Juro que escuche un grito- Parker susurra.

-Yo también- Miro con intriga al pasillo vacío. No parece que alguien se esté escondiendo tras alguno de los pilares. Le sugiero a Parker que sigamos caminando, cuando Eric White aparece detrás de una escalera, sosteniéndose el pecho. La escalera está junto a un pequeño corredor que conecta con el que estamos, por eso no pudimos verlo. Junto a mí, Parker mira la escena con gran sorpresa.

El misterio se resuelve cuando Samuel aparece poco después, tosiendo y sosteniéndose la garganta, y con Seth siguiéndolo de cerca. Seth tiene los brazos cruzados en el pecho, sus ojos obscuros llenos de ira mientras se impone frente a los dos abusadores. Samuel y Eric caen simultáneamente al suelo y se arrastran hasta encontrarse con una pared.

-Así que ¿Aún se creen los más fuertes del mundo?- Seth les da la misma mirada que me da a mí cuando empezamos a pelear. Es esa condescendiente morada que dice "Soy mucho mejor que tú" y que siempre logra hacerme enojar. Samuel sólo balbucea unas palabras sin sentido, obviamente mi hermano le dio la paliza de su vida. Otra victoria para el poderoso Seth.

-¡Respóndanme!- Les grita, golpeando a Samuel en el rostro. El sonido de un puño encontrándose con piel corta el aire como una navaja. Parker se sobresalta.

-Ouch- Dice, arqueando una ceja. No parece sentir pena por los dos, tal vez porque Eric y Samuel son los más grandes homofóbicos en la escuela, pero tampoco se ve muy contento al verlos a la merced de mi hermano. Yo sólo los miro, pegado al piso.

-N-no- Apenas si puede hablar -Por favor, déjanos ir-

-¡S-sí! ¡Jamás volveremos a molestar a Nico otra vez!- Eric ruega desesperadamente. Se queja cuando trata de ponerse de pie.

Al escuchar esto, Parker voltea a verme con ojos acusatorios, como si me estuviera preguntando "¿Qué carajos está pasando?"

Yo me encojo de hombros, igualmente sorprendido por todo esto. No tengo ni la menor idea de lo que está pasando. ¿Podría estar vengándose por mí?

Seth se pone de pie y los mira fríamente -¡Fuera de mi vista, bastardos! Y a partir de este momento, manténganse lejos de Nico. Si los vuelvo a ver, incluso un metro cerca de él...- Se detiene de repente. Sus labios juntándose en una línea amenazadora y sus ojos obscuros brillando maliciosamente.

-¡No, no lo haremos! ¡No volveremos a molestarlo nunca!- Eric dice sin titubeos. Estornudando después de decirlo. Levantándose, los dos se sostienen mutuamente para irse cojeando lo más rápido posible.

Seth escupe en su dirección, y se aleja poco después. Parker me mira intensamente, como pidiéndome una explicación de lo que acabamos de ver.

-------

-¡No puedo creer que no me hayas dicho que esos dos imbéciles te estaban molestando!- Me lo reclama, por quinta vez en el día.

Yo dejo salir un gran suspiro -No es gran cosa. Solamente trataba de no preocuparte. Puedo cuidarme sólo-

Mira a las cinco clases diferentes de emparedados en su mochila y gira los ojos -Seguro, eres tan bueno cuidándote sólo que necesitas que tu hermanito menor se encargue de esos dos idiotas-

Lo miré, irritado, y él me da una mirada de superioridad -Lo que sea. De todas maneras, jamás le pedí que me ayudara-

-Estaría sorprendido si lo hicieras-

-Yo también estaría sorprendido si lo hiciera-

Me mira por unos momentos y suspira -Está bien. Perdóname por actuar como mi madre, creo que estaba preocupado de que te lastimaran-

Le doy una pequeña sonrisa -Lo siento-

-Pero lo digo en serio. Siempre dices que confíe en ti, cuando ni siquiera tú confías en mí para contármelo. Y es bastante claro que te estaban molestando por ser mi amigo- El comenta, y mi sonrisa desaparece.

-Lo siento Park, es sólo que no quería complicar las cosas-

-No lo habrías hecho. Tú sabes que yo puedo encargarme de esos dos- Me dice, ligeramente ofendido.

-No me refiero a eso. Lo que quise decir es que, no pensé que fuera gran cosa-

No quiero decirle que por ser su amigo, estuve a punto de recibir una de las peores palizas de mi vida, a mano de esos dos cobardes.

No se ve muy convencido -Bueno, lo que tú digas- Su tono de coz me dice que está no es la última vez que vamos a discutir sobre el tema. Pero por ahora, él deja el tema en paz.

-------

Me estoy encontrando con él en todas partes. Y no estoy exagerando: En verdad me he estado encontrando con él en todas partes.

Después de la escuela, me despido de Parker, y me dirijo a la sala de detención. Ya que el señor Graham no creyó que ya había hecho mi ensayo de historia, pero se me había olvidado en casa cuando llegue de prisa en la mañana. Muchos lo conocen como “El culo apretado” de la escuela., y yo estoy completamente de acuerdo con ellos.

Suspiro, mirando la puerta de la sala de detención, y la abro. Sólo para ver a Seth sentado en la mesa más cercana a la puerta, su rostro se levanta, para verme fijamente. Yo parpadeo estúpidamente, y alguien me empuja mientras entra.

-¿Por qué estás en detención?- Me pregunta, con una mano descansando en la mesa. Me asusta como parece una persona completamente diferente. Hace no mucho estaba golpeando a Eric y Samuel cruelmente, y ahora me mira con unos ojos tan inocentes y amplios. Este “Chico” frente a mi es demasiado peligroso.

Mi mano se estira hasta tocar mi nuca y le respondo nerviosamente –Uh, se me olvidó mi tarea de historia-

-Ya veo, que bueno que Graham no me da historia- Dice, como si supiera lo horrible que es. Yo giro los ojos.

-¿Por qué estás tú en detención?-

-¿Golpeé a Connor?- Me mira confundido. Ah claro, yo estuve allí.

Así que si hubo repercusiones por sus actos. Me siento junto a él en la misma mesa – Supongo que papá no estará muy feliz-

-¿Tú crees? De todas maneras, prefiero estar en detención antes que volver a casa-

Él suelta un suspiro, recargándose en su silla y mirando al techo.

Es raro que me esté hablando como si yo fuera uno de sus conocidos, en vez del hermano mayor con el que estaba en malos términos hace unos días. Mi garganta se aprieta cuando pienso en cómo me ayudó a librarme de Eric y Samuel por lo que resta del año escolar.

-Oye…- Empiezo. Él gira la cabeza a un lado con una mirada interrogante. Lo pienso antes de negar con la cabeza –Olvídalo- Ahora que lo pienso, prefiero no hablar de eso ahora.

Él me da una mueca, pero no dice nada, y cambia su atención al teléfono celular en sus manos. La señora Jenkins del otro lado del salón está sentada en el escritorio del maestro y lee un libro. Descansando una mejilla en mi palma, suspiro. Esto va para largo.

Después de que la señora Jenkins nos deja ir, Seth voltea a verme, guardando su teléfono en su bolsillo -¿Caminamos juntos a casa?- La pregunta y el tono son casuales, pero hay ansiedad en su mirada.

-Uh…- Me agacho para recoger mi mochila –Esta bien- Digo, al no encontrar razones para negarme.

Y al parecer Seth tiene mala suerte que lo sigue a todas partes. Digo esto porque poco después de haber salido del aula de detención para irnos a casa, vimos a Jayden y Marissa cerca de la fuente de la escuela. Jayden dice algo, y con una sonrisa atrevida, le besa la mejilla. Marissa se pone roja, y le da una palmada juguetona en el brazo.

Seth mira la escena frente a nosotros con el ceño fruncido. Mira agriamente a nuestro hermano mayor con una expresión algo desesperada. Jayden pone un brazo alrededor de su cintura y la guía a la puerta principal. Doy un salto cuando  lentamente voltea y nos mira.

Hace contacto visual con Seth, y una pequeña sonrisa victoriosa se asoma de las esquinas de sus labios. Las manos a los costados de Seth se aprietan en forma de puños y entrecierra los ojos, parece que le encantaría arrancarle la cabeza a Jayden. Quien acerca a Marissa contra él y se marchan.

Seth hace un sonido de asco con la garganta. Sus manos no dejan de temblar. Se ve rendido, resignado. Titubante, pongo una mano en su hombro. Lentamente mueve la cabeza un poco en mi dirección, como si me estuviera preguntando “¿Qué?”

Una parte de mi se cuestiona esta acción. ¿Qué diablos haces? Me pregunta  ¿Estás loco? Este es el imbécil que solía patearte hasta el cráneo cuando eran niños.

Lo sé. La parte dominante de mi cerebro responde. Pero no quiero quedarle a deber nada

Tú no le pediste ayuda, idiota.

Antes de poder encontrar una respuesta adecuada para el pequeño debate en mi cabeza, un dolor agudo me recorre el brazo -¡Mierda!- Me quejo, alejándome un paso de él. Oh genial, que bonito de su parte el haberme picado el brazo lastimado con el dedo. Aunque debo tomar en cuenta que él no lo sabe.

Los ojos de mi hermano menor se abren alarmados por mi reacción y se acerca a mí para asegurarse de que estoy bien –Oye. Uh ¿Te lastimé?-

Niego con la cabeza –No, estoy bien-

-Bueno… ¿Nos vamos?-

-De hecho- Reúno el valor para mirarlo a los ojos – ¿Quieres acompañarme a algún lado?-

------

Caminamos en silencio por el muelle, escuchando los suaves sonidos de las olas del mar, golpeando la orilla con fuerza. La briza ventosa me da directamente al rostro, y cierro los ojos disfrutando la manera en la que refresca todos los poros de mi cara. Seth voltea a verme, solemnemente, y sostengo mis ganas de reír al ver su cabello tan despeinado por el aire, pareciera que un pájaro hizo un nido en su cabeza -¿Qué hacemos aquí?-

-No lo sé. Sólo pensé que, tal vez, un poco de aire fresco y despejar tú mente podría ayudarte a, eh, sentirte menos triste por lo que ha pasado- Me refiero, obviamente, a su ex novia. Aún no estoy listo para verlo a la cara, así que me dedico a observar el mar.

Se queda callado por un momento –Así que. Empieza suavemente -¿Qué te hace pensar que prefiero estar aquí contigo en vez de estar con mis amigos?-

Sonrío melancólicamente –Lo sé. Pero como ahora soy tu única compañía, no creo que tengas elección-

Él lo piensa –Cierto, no tengo elección. Entonces… ¿Quieres patinar o algo así?-

-De hecho, estaba pensando en hacer castillos de arena-

Él suelta una risilla -¿Cuánto años crees que tenemos? La gente nos señalará y se reirán-

Una sonrisa desafiante surge en mi rostro. Encogiéndome de hombros, lo miro juguetonamente –Deja que rían. A mí no me importa ¿Y a ti?-

La pausa que sigue hace las cosas algo incomodas, pero cuando finalmente me responde, acepta mi desafío –Sería bueno volver a ser joven- Dice –Vamos a la playa entonces-

 Al final, decidimos construir nuestro castillo a la orilla del mar, tan cerca que casi toca las olas. Seth quiere construir una gran base, así que lo dejo a la tarea mientras moldeo la arena húmeda cerca del mar.

Esta es la playa donde solíamos hacer picnics cuando éramos jóvenes durante los fines de semana. Cuando era niño, los viajes al mar eran frecuentes, y de hecho me gustaban al principio. Era algo familiar; Jayden ayudaba animadamente a nuestros padres a colocar la sábana del picnic en la arena, Seth cargaba la comida y hacia lo posible para evitar las pláticas con mamá y papá y yo construía castillos de arena, tratando de ignorar todo a mí alrededor y enfocándome solamente en la briza calmada del mar.

Eventualmente, casi al final, los viajes a la playa se hicieron cada vez menos agradables. El cambio de 180 grados de Jayden en un gánster fue una de las razones principales. Empezó a ser más irrespetuoso con mamá y papá, y menos humano conmigo y Seth.

A Seth le gustaba burlarse de mí y molestarme por las cosas más estúpidas, y al final de cada visita, Jayden y Seth siempre tenían nuevas heridas y moretones, resultado de las peleas que siempre pasaban entre los dos.

Empecé a odiar los fines de semana. Solía pensar en un sinfín de excusas para no tener que ir con ellos, incluso llegué al extremo de tomar un vaso de leche y uno de agua al mismo tiempo para producirme vómito justo antes de llegar a la playa, o dormir junto a la puerta abierta de la nevera para despertar con un resfriado. Gradualmente, mamá y papá se dieron cuenta de lo que hacía y decidieron rendirse en tratar de hacerme pasar “Momentos de calidad familiar” con ellos y me dejaron disfrutar de mi dulce miseria personal.

-¡Nico, ven aquí!- Seth grita, varios metros lejos de mi -¡Ayúdame a hacer las paredes!-

Tomo un par de pequeñas ramas secas y camino hacia el con una sonrisa infantil –Traje herramientas para nuestra aventura-

El gira los ojos y toma una rama de mi mano, usándola como guía para hacer las paredes del castillo. Me acabo de dar cuenta, de que hacer castillos de arena cuando eres mayor es muy diferente de cuanto eres joven y tonto. Cuando eres mayor, puedes moldear la forma del castillo con precisión y hacerlo tal y como lo imaginas.

Hago lo mejor que puedo, tratando de exprimir el agua de mis jeans, y me arrodillo junto a él, Haciendo un círculo alrededor del castillo para hacer un foso, porque después de todo, ningún castillo está completo sin un foso de cocodrilos.

Las cejas de Seth están pegadas juntas, mientras se concentra en hacer pequeñas ventanas a lo largo de las paredes de nuestro castillo. Miro nuestra obra de arte, y estoy aliviado al saber que en toda la playa sólo hay otras tres personas, que estás muy ocupadas en sus propios asuntos como para prestarnos atención mientras nos hundimos en un dulce momento infantil. Limpiándome las manos, me acerco a mi hermano para ayudarlo a hacer pequeños arbustos junto al castillo.

-Oye…- Él dice, alejando mi mano abruptamente –No toques ese lado, lo vas a deshacer-

Frunzo el ceño, molesto por el ataque a mi inteligencia. Sin advertencia, y en un momento de puramente infantil, mi mano golpea el castillo, haciendo que la arena se esparza por todas partes y destruyéndolo completamente de un solo golpe. Seth me voltea a ver con horror, su boca ligeramente abierta; Aparentemente se le olvidó como hablar, ya que su boca se mueve como si estuviera hablando pero nada sale de sus labios. La destrucción de un pobre castillo nunca fue tan graciosa.

-¡Tú…!-

Antes de que pueda decir otra cosa, una ola se expande para estrellarse contra los restos de nuestro castillo, haciéndolos irreparables. El agua arrastra los restos al mar y Seth lanza una maldición al aire antes de voltearme a ver.

-¡Todo es tu culpa!-

Mas agua nos golpea y ahora los dos estamos empapados. A pesar de que no hace frío, el agua logra mandar escalofríos a mi espalda. Y bueno, mierda, tengo frio, Seth me culpa de todo y de repente estoy enojado -¿Cómo diablos fue mi culpa? ¡Tú empezaste!-

-¿Oh en serio? ¡Pues dime que hice!- Me responde, ojos negros como un par de dagas clavadas en los míos.

 -¡Tú me golpeaste la mano!-

Es bueno que nadie no esté mirando.

-¡Sólo porque tú estabas arruinando el castillo!-

Muy en el fondo de mi mente, en mi lado racional, me recuerdo a mi mismo de que esta es una pelea estúpida. Enojarse por un tonto castillo de arena. Pero lo ignoro, y lo empujo a un lado. Estoy tan enojado, que me olvido de toda lógica -¡Claro que no! ¡Es porque tú siempre quieres todo sólo para ti!-

-¡Eso es porque tú eres un inútil! ¡Por eso!-

Mi sangre se enfría. Esto ya no es por el castillo de arena. Me levanto, y trato de no hundirme en la arena cuando el agua vuelve al mar.

-Claro- Digo furioso –Así que soy un inútil porque no soy tan fuerte como tú, ni puedo golpear a dos idiotas para presumírtelo a la cara-

Él me mira sorprendido –Claro que…-

Lo interrumpo al salpicarle la cara con agua salada de mar. Él se limpia la cara con unos cuantos tosidos. Y rápidamente se pone de pie para encararme -¿A qué te refieres con presumírtelo en la cara?-

Empieza a decir algo más, pero lo vuelvo a interrumpir empujándolo con fuerza. Él se tambalea, pero no se cae -Porque soy un inútil ¿No es así? ¡Te debe encantar ser un bastardo cínico!- No sé como llegué a esto, pero estoy furioso con él.

-¡Te estaba ayudando!-Él responde, devolviéndome el empujón. Su fuerza me toma por sorpresa y me caigo de espaldas, justo en el agua. La sorpresa hace que tome un gran trago de agua salada, y mientras intento escupirla, él se posa amenazante sobre de mi, se ve tan furioso como yo –Necesitas revisarte el cerebro; ¡Yo no soy el enemigo aquí!-

-¡Pero lo fuiste, por mucho tiempo!- Le grito, levantándome y tosiendo furiosamente. Ahogándome con el agua que me entro por la nariz.

Él se detiene y no dice nada. Yo miro con enojo a la distancia, donde dos niños juegan en la arena –Pues ya no más- Él dice, con dientes llenos de arena, y me mira con una expresión difícil de leer.

¿Qué se supone que significa eso?

Lo miro con sospecha. Él toma mi brazo fuertemente,  jalándome hacia adelante – ¡Oye…!- Me quejo, pero él sólo continua arrastrándome al puerto, ignorando mis quejidos - ¿A dónde me llevas? ¡Suéltame, demonios!-

Su agarre es tan fuerte; Ni siquiera puedo girar la muñeca. En cuanto tocamos la tierra seca del puerto, él voltea a verme con una sonrisa demasiado forzada –Vamos por helado-

-------

-Tienes razón, el helado de mango sabe bastante bien- Seth lame la redonda esfera naranja en el cono de su helado.

Yo afirmo con la cabeza, saboreando mi propio helado. El sabor a mango explota en mi boca en cuanto entra en contacto con mi lengua, pero aún no puedo alegrarme después de esa pequeña pelea –Hm –

Estamos caminando sin rumbo específico cuando de repente pone una mano en mi pecho para detenerme.

-¿Qué?- Le digo, algo molesto por la interrupción. Es curioso cómo se intercambiaron los papeles, al principio era yo quien quería levantarle el ánimo, y ahora es él quien quiere mantener el humor agradable.

Una sonrisa se asoma en su rostro y me señala un stand de bicicletas no muy lejos -¿Quieres montar una?-

Lo miro inexpresivo –No sé andar en bicicleta-

El encoje los hombros, terminándose su cono de helado y tirando la servilleta de papel en un bote de basura –Yo podría enseñarte-

-¿Cómo aprendiste?- Pregunto irritando, mientras pate una lata de soda vacía en el piso. Mamá y papá nunca se tomaron la molestia de enseñarnos como montar una bicicleta, y siempre rechacé la oferta de Parker de pasear por el parque con una, diciéndole que era aburrido. Cuando en realidad, me daba pena decirle que no sabía hacer algo que él conocía desde los ocho años.

Sintiéndome atrevido, me como lo que queda de mi cono de una sola mordida. Debo admitir, en mi caso, nunca es bueno descubrir que mis hermanos saben hacer algo que yo no puedo hacer.

-Joel y James me enseñaron- Dice, caminando junto a mí. Mirándome expectante-Así que ¿Qué dices?-

Hay sinceridad en sus ojos, y viniendo de él, es algo que no puedo rechazar. Además, siempre he querido saber las razones por las que todos quieren ser sus amigos. Quiero descubrir las cualidades que él tiene y yo no.

Abro la boca, y las palabras salen por si solas –Si, seguro-

El tipo detrás del mostrador se quita de en medio para enseñarnos dos bicicletas que estén apegadas a nuestras medidas, y me ofrece enseñarme a cómo manejarla cuando escucha que es mi primera vez. Seth rápidamente rechaza la oferta, agradeciéndole amablemente y diciéndole que él mismo me va enseñar. Eventualmente, salimos del stand con dos bicicletas del mismo color.

-Uh, primero me vas a enseñar como subirme a esta cosa sin caer, ¿Verdad?- Señalo la bicicleta nerviosamente, sin poder esconder los nervios de mi voz. Si me caigo de esta cosa, me podría partir el cráneo en el piso de cemento del parque y morir, de repente ya no me siento muy seguro de esto.

Él me mira sorprendido –Es fácil. Sólo te sientas en el asiento y te aseguras de mantener la pierna derecha o izquierda en el suelo para sostenerte; Obviamente no puedes tener ambos pies en los pedales cuando no te estés moviendo-

Ahora que me lo explicó, me siento como un retardado, porque es bastante obvio.

-¿Y bueno?- Dice, después de que pasa unos minutos esperando a que siga sus instrucciones y me suba a la bicicleta rentada - ¿Qué no piensas subirte?-

Yo titubeo un poco –Claro que si, allí voy- Tentativamente examino la bicicleta, inseguro sobre si debería poner mi seguridad a manos de un asiento de plástico barato.

Impaciente y cansado de mi actitud infantil, Seth se sube a su bicicleta y empieza a pedalear fuertemente en círculos alrededor de mí, repitiendo una y otra vez - ¿Qué estás esperando? ¿Qué estás esperando? ¿Qué estás esperando?- en un molesto tonito de voz, como si estuviera cantando.

-¡Idiota!- Exclamo, mirándolo enojado. Él continua haciéndolo, así que sin pensar, dejo que la adrenalina me guie, y me subo de golpe a la maldita bicicleta, todos mis temores a caerme desaparecen.

-¡Aja! ¡Te subí a tú bicicleta!- Él sonríe burlonamente, meneando las cejas juguetonamente.

-Deja de hacer eso ¡Pareces retrasado!- Mi orden sólo lo divierte aún más. Sin pensar en lo que hago, subo el otro pie al pedal, y me doy cuenta de que aún no me muevo: Oh mierda. Mi bicicleta se balancea  de lado a lado, hasta que empiezo a caer, usando los pocos segundos antes de tocar el suelo para maldecir mi estupidez, usando cada mala palabra que conozco.

Aunque, si no hubiera entrado en pánico, tal vez hubiera visto a Seth bajando alarmado de su bicicleta al momento en el que mis dos pies dejan el suelo. Sorprendentemente, antes de que toque el piso, un brazo se envuelve en mis hombros y una mano mantiene mi bicicleta firme.

Seth se queja, tratando de empujar la bicicleta –Nico ¿Te puedes bajar de la bicicleta?-

Este es el punto en el que me doy cuenta que estoy completamente recargado en él, y, con horror, salto de la bicicleta. En cuanto estoy fuera del peligro, Seth logra mantenerla quiete y voltea a verme -¿Te lastimaste?-

-No. Llegaste justo a tiempo. Gracias- Balbuceo. Alejando la mirada apenado. Debí de haberme visto como todo un tonto, cayéndome de la bicicleta así. Mi corazón empieza a relajarse, junto con mi susto.

-Bueno, al menos aprendiste a no ser tan precipitado- Dice, en una manera que se puede considerar burlona – No sabía que estabas tan ansioso por aprender a montar una bicicleta-

-Oh, cállate- Giré los ojos –Me distrajiste tantoque no pude pensar racionalmente. Y sabes que lo hiciste-

-¡Claro que no! Estaba tratando de motivarte- Pone su bicicleta a descansar junto a la mía. Yo alzo las manos, y el se ríe –Esta bien, creo que primero debo enseñarte antes de presumir mis talentos en la bicicleta-

Seth pasa la media hora siguiente tratando de mantenerme calmado en mi bicicleta, y eventualmente empiezo a ganar confianza, incluso logré ir en línea recta cuando me soltó.

-Cielos- Dije en sorpresa, mirando mis manos en la bicicleta –Una vez que te acostumbras, parece ser demasiado fácil-

-Lo es- Él dice, pedaleando junto a mí, hablando un poco alto debido al ruido de la brisa del mar soplando en nuestra dirección. Ahogo una sonrisa cuando el viento empuja su cabello hacia atrás, haciéndolo mantenerse en la parte trasera de su cabeza. Decidimos que ere mejor que se mantuviera unos pasos cerca de mí, en caso de que otros accidentes sucedan.

Aunque, por supuesto, con la manera en la que se la pasó presumiendo sus habilidades ciclistas y para enseñar, no esperábamos que otro accidente sucediera. No lo imaginé como una persona egoísta. Eso, pensé que era algo que sólo Jayden sería. Obviamente no se lo dije; ¿Para qué arruinar el momento que estamos teniendo?

Por primera vez desde que llegamos aquí, parece que Seth se ha tranquilizado considerablemente. Sus ojos están entrecerrados, apenas si se abren para darse cuenta hacia donde se dirige, y hay una pequeña sonrisa relajada en sus labios. Me concentré en el camino frente a mí, la tensión abandonando mis hombros. Sin saberlo, una sonrisa también se forma en mi rostro.

------

Él frena de repente, y yo casi lo paso. Deteniendo mi bicicleta también, volteo para mirarlo con curiosidad. Seth está mirando el otro lado de la playa, donde vienen las olas del mar, su expresión facial es irreconocible. Sin una palabra se deshace de la bicicleta y empieza a caminaren esa dirección.

-¿Oye, a donde vas?-  Tomé su hombro, para detenerlo.

En lugar de apartar mi mano como pensé que haría, asiente la cabeza en dirección a algo en la distancia, dándome a entender que yo también voltee a ver. Cuando giro la cabeza para ver el cielo, mi aliento se detiene.

Líneas doradas, a lo largo de un flameante horizonte entre rojizo y anaranjado. Ni una nube a la vista para arruinar la maravillosa vista del sol asomándose desde el borde del mar, en una gloriosa tonalidad amarilla, con los bordes brillando como destellos eléctricos.

Cuando Seth vuelve a hablar, salto al escuchar su suave y calmada voz –Ella y yo solíamos venir a ver la puesta del sol-  Hay un rastro de nostalgia en su tono.

Me muevo descontroladamente cuando él avanza, paso a paso hacia el sol poniente. La pesada expresión en su rostro muestra arrepentimiento, tristeza y algo de enojo.

Realmente no sé qué decir, así que no digo nada. Sólo me siento en el borde del camino de piedra junto a él, junto a nuestras bicicletas. Sus ojos están pegados al cielo, como si quisiera detener el tiempo, para que el cielo nunca cambie.

Una lágrima solitaria rueda por su mejilla, y entierra su cara entre sus manos -¿Qué diablos hice mal?- Su voz tiembla con incertidumbre – Le di su espacio, traté de no apresurar las cosas, hice lo mejor para ser considerado y bueno. Dios, jamás había tratado tan duro-

Mi corazón palpita locamente entre mis costillas, provocado por ver esa única lágrima. El miedo corre por mi espalda; No sé porque de repente tengo tanto miedo de tener a este chico vulnerable a mi lado.

-Joel y James están intentando hacer que la olvide. ¡Pero no puedo!- Su voz se pone aguda –Cada vez que simplemente pienso en ella, dejo de respirar. Estoy desperdiciando el tiempo de todos. Tal vez es cierto. Tal vez todas prefieren a los chicos malos, como Jayden, en lugar de los que son buenos con ellas- Dice amargamente –Él las trata como basura, ¡Pero ellas siempre vuelven! ¡Qué demonios!-

-No tiene sentido- Le doy la razón, dándole tímidas palmadas en el hombro.

-¿Tú también crees que debería olvidarla?- Me pregunta de la nada.

Me quedo callado por un momento, contemplando mi respuesta –Bueno- Por fin respondo –Si fuera tan fácil, no me lo estarías preguntando. Ya la habrías olvidado-

Él suspira –Cierto-

-----

Él no es tan mala compañía. Ahora ya puedo ver porque todas esas personas siempre están peleando por su atención. Seth mete las manos a los bolsillos de sus jeans -¿Y ahora qué hacemos?-

Miro a mi reloj de pulsera. Diablos, ya son las siete. El tiempo sí que vuela –Uh- Digo lentamente, pensando en alguna buena idea -¿Tienes hambre?-

Él suelta una gran sonrisa –Algo de comer suena bien. Conozco un lugar por aquí donde hay un “Buffet, coma todo lo que quiera” por sólo quince dólares-

Él me lleva a un pequeño y casual restaurante cerca de la playa, con aire acondicionado y varias mesas redondas en un espacio bastante cerrado. Casi todas las mesas están ocupadas, a excepción de dos, y Seth me lleva a una de ellas para que me siente antes de irse a hablar con la chica del mostrador. Juego con mis dedos impacientemente sobre la dura mesa de madera, dándole una mejor mirada al resto del lugar; del lado de las ventanas, una larga mesa está colocada, con unos treinta platos grandes y un platillo diferente en cada uno de ellos. Alrededor de cinco miembros del personal se mueven por todas partes, todos usando el mismo uniforme y atendiendo a los clientes que esperan su comida. Una ligera sonrisa se asoma de mis labios cuando veo unos deliciosos brownies cubiertos de chocolate recién horneados y humeantes.

-¿De qué te ríes?-

Me sobresalto un poco, y miro  la expresión medio entretenida, medio curiosa de Seth, y me pregunto si la sonrisa burlona que me muestra es autentica. Casi toda su hostilidad se fue, y lo que queda es un nivel de amabilidad que jamás había existido entre nosotros –Los brownies se ven ricos- Dije, señalando a las delicias de chocolate en la mesa.

-Casi todo aquí es bueno- Se ríe –Ya que nunca habías venido antes, deberías probar un poco de todo para saber que te gusta-

-Créeme, lo haré-

-Mis favoritos son los rollitos primavera- Seth dice, poniendo dos de los mencionados en mi plato.

Lo miro escoger su comida con fervor, y meto un gran pedazo de brownie en mi boca.

… Increíble. Definitivamente debo venir más seguido. Con mi humor un poco más levantado, empiezo a comer sin vergüenza. Seth levanta la mirada de su plato, lentamente, después de unos minutos de nada más que mordidas silenciosas.

-Nico- Dice –Quiero disculparme-

Lo miro blancamente, un fideo largo colgando de mi boca. Sutilmente me lo como, a puesto a que me veía ridículo -¿Huh?-

Él respira profundamente, y me mira a los ojos.

-Lo siento-

¿Huh? -¿Uh, por qué?-

-Por todo- Se apena –Por toda la mierda que te he hecho en el pasado. Fue estúpido de mi parte-

Por fin entiendo a que se refiere –Oh-

No tengo nada más que decir; para empezar, no le voy a decir que está bien, o que está perdonado. Y para continuar, mi mente aún está en shock por este cambio radical.

Él no sigue con el tema, en lugar de eso me da una sonrisa tímida – Y gracias. No he estado así de relajado desde… Bueno, desde que he estado siendo un miserable llorón-

Me río un poco y muevo la mano –No hay porque-

-Digo, fui un completo imbécil contigo, pero aún así me hiciste sentir menos miserable el otro día en el área de baloncesto. Me siento como un completo idiota- Empieza a comer de nuevo.

-Tú te deshiciste de Eric y Samuel por mí. Supongo que entonces estamos a mano-

Su tenedor se resbala por el plato, haciendo un horrible sonido que sólo un objeto metálico puede hacer cuando entra en contacto con porcelana. Los ojos obscuros de Seth se abren como platos y su mirada se fija en mí -¿Lo viste?-

Afirmo incómodamente con la cabeza –Si, ¿No debí?-

Él no responde, y me ofrece un croissant de chocolate de su plato –Prueba esto. Es fabuloso-

Cuando lo acepto cuidadosamente, siento sus ojos analizándome detalladamente, como si estuviera tratando de descifrar algo.

Saliendo del pequeño restaurante, tomo una gran bocanada de aire, saboreando el dulce aire fresco –Oh, cierto- Digo, recordando algo -¿Le dijiste a mamá que no llegaríamos a cenar?-

Él parece detener su tren de pensamientos y me voltea a ver, algo sobresaltado.

-No… Lo olvidé-

Maldigo mentalmente, volteando. Mamá se va a volver loca cuando volvamos a casa. Y de seguro Seth y yo estaremos castigados –Nos  va a matar- Gruño, corriendo una mano por mi cabello.

Con una sorprendente confianza, él agita un dedo frente a mi –No-oh. No lo hará. Le diré que tenía hambre, y te obligué a comer conmigo. Nos dejará en paz-

Lo mire por un buen rato, hasta que lo entendí. Oh claro, se me olvidaba que estoy hablando con el hijo favorito de mis padres. Sin dudas lo dejarán tranquilo por algo tan simple como  la cena. Ellos siempre le permiten salirse con la suya en todo, excepto en las peleas y la violencia. Algo de envidia sale a flote en mi mente.

Tratando de no parecer molesto, digo –Si, claro que no lo hará-

Él se ve extrañado por el cambio repentino en mi actitud, pero no lo comenta.

Sorprendentemente, Mamá no sólo nos deja ir a nuestros cuartos sin regaños, también parecía bastante feliz al saber que pasamos todo el día juntos, aunque se suponía que Seth debía estar castigado. Supongo que el hecho de que finalmente nos estemos llevando bien es más importante para ella que Seth manteniendo su castigo. Pero claro, estoy seguro de que no me hubiera dejado en paz si hubiera pasado tiempo con Jayden en lugar de Seth. Y no es que quiera pasar tiempo con Jayden, ese idiota.

Cuando subimos las escaleras, Seth extiende una mano para impedir que entre a mi habitación, sacándose el teléfono de los bolsillos –Oye, dame tu número-

Me miraba esperanzado, como si tuviera miedo de que rechazara su petición. Alcancé su teléfono y empecé a marcar.

-Aquí tienes- Dije, devolviéndoselo a la mano, ahora con mi número guardado.

-Cool. Te mandaré un mensaje, así puedes guardar mi número- Inmediatamente se pone a trabajar en ese mensaje.

-Sip-

-Entonces…Si, nos vemos luego- Se detiene por un momento, sosteniendo su teléfono con más fuerza que antes –Gracias por lo de hoy-

Cuando entro a mi cuarto, cierro la puerta tras de mí y me arrojo a la cama. Cerrando los ojos, me permito reflexionar, sobre todo en el hecho de que estoy empezando a ver a mi hermano menor de una nueva manera.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).