-Yo estoy…- La hora de llegado del resto de los empleados empezó, las oficinas en 5 minutos de todas las secciones se empezaron a llenar, no permitiendo que la joven pareja discutieran sus asuntos, pero Takano estaba al borde de la desesperación, ¿estaba enfermo su amor? ¿Había estado con otro hombre? ¿Se había enamorado de alguien más?, lo agarro de la mano y se lo llevo arrastras al baño de hombres cerro con seguro.
-Tu estas ¿qué?- pregunto Takano esperando que le dijera.
-Yo voy hacer papá- soltó directo Onodera y como siempre Takano era sorprendido por eso de parte de su niño, las piernas le fallaron y se tuvo que recargar de la pared, su niño había estado con alguien más y de ahí la mujer se embarazo, sus esperanza se fueron, se llevó una mano a la boca para no gritar para no llorar. Onodera comprendió que Takano se estaba haciendo ideas erróneas.
-Y tú eres el padre- hablo de nuevo más calmado se estaba quitando 1/4 de carga pero había algo más, si le decía todo era TODO de principio a fin.
-¿Qué?- exclamo Takano volteando a ver incrédulamente al castaño.
-Estoy en cinta, embarazado si así le quieres decir y es obvio que eres tú el padre, créeme cuando te lo digo que es cierto- hablo serio y mirándolo a los ojos para que le creyera de esa realidad.
-¿Co…mo? Estas seguro, estas bien, tienes fiebre, Onodera no es la primera vez que nos acostamos así que porque apenas? Es ilógico-
Onodera no tenía cara para decir lo otro así que se voltio.
-Hace diez años, también lo estuve-
Takano flaqueo, tenía un hijo de Ritsu desde hace diez años y nunca se lo dijo, la garganta se le seco, los labios le temblaban, pero este asunto no era para resolverlo en el baño de la oficina así que lo volvió agarrar y salió de Marukawa corriendo, chocando con todos, tomo un taxi y le indico la dirección de sus departamentos.
-No, mejor al cementerio de la salida de Tokio- pidió Onodera, a Takano se le puso helada la piel pero no replico iban en silencio, Takano pago y se bajaron. Onodera lo agarro de la mano y lo guío por el cementerio, él se dejó guiar en silencio, llegaron a una de las lapidas más alejadas en el cementerio y Onodera le señalo con la cabeza que leyera.
Aquí descansa el pequeño ángel
Onodera
Takano busco con la mirada a Ritsu, queriendo una explicación y el a modo de respuesta, con su mano limpio la parte de en medio y la inscripción decía algo más. Takano se llevó una mano a la boca y dio un brinco hacia atrás una pequeña lágrima salió, casi imperceptible.
Aquí descansa el pequeño ángel
Saga
Onodera
Era la inscripción que decía volvió a ver a Ritsu quien lloraba, quería saber que más, se encontraba aturdido, molesto, impotente. Hace diez años tuvo un hijo con la persona que amaba quien después desapareció y con un hijo de él y encima de todo ese niño estaba ahí enfrente de él…
-¿Co…mo?- la voz era como un susurro, Onodera trago saliva.
-Después de que nos separamos, a los 3 meses empecé a sentirme mal, tenía fiebres, vómitos, mareos yo lo retribuía al shock de ese entonces, de pensar que tu te habías burlado de mi, luego cesaron y otros síntomas abrieron paso, con el tiempo empece aumentar de peso, el padre de Kauro-sempai era médico, así que el mismo me llevo con él, sorpresa la que nos llevamos al verificar que estaba yo en cinta, se los comente a mis padres, como todo padre reaccionaron exaltados al saber que su hijo que ni 16 años tenía sería padre, pero se calmaron y me apoyaron, pero…- rompió en llanto- mi cuerpo no lo soporto y a los 6 meses tuve un aborto, yo ya lo amaba, el era un ángel que venía a consolarme, me lo imagine en mis brazos, corriendo, llevándolo a la escuela, pero no pude tenerlo…-Tomo un respiro Takano estaba en completo shock- Pensé en decírtelo, pero no pude cuando tome el valor, me dijeron que te habías marchado poco después paso eso. Me guarde mis sentimientos, en ese entonces pensé que tu y el me habían dejado solo, ¿Para qué enamorarme de nuevo? Cambio mi personalidad y todo lo que era yo, lo que más amaba me iba dejando. Cuando te encontré de nuevo y me dijiste que todo era un mal entendido y todo lo que había pasado, te negué un conocimiento que por derecho te correspondía y encima de eso mi cuerpo no lo soporto y mi bebé se fue, decir que te seguía… amando, era contarte esto, arriesgarme a que me odiaras por no decírtelo, porque todo fue mi culpa, si yo no lo hubiera mal interpretado, no sé qué hubiera pasado, siempre me pregunto eso.
Me habían dicho que quedaría infértil, que no había forma de embarazarme de nuevo y que no podía yo embarazar, mi madre nunca ha perdido la esperanza de que yo tenga un hijo, cuando tuvimos sexo por primera vez en mi borrachera me espante tanto y después me hice una prueba de embarazo, salió negativa, supe que quizás podíamos estar juntos sin que tú supieras esto, pero de un tiempo para acá me empezó a sentir mal y diferente no me hice nada, hasta que termináramos el ciclo, hasta apenas ayer y volví a quedar en cinta, tenía, tengo miedo de nuevo no creo poder pasar de nuevo por eso, tenía que ordenar mis ideas y decírtelo… Yo de verdad te pido perdón, si no quieres estar de nuevo conmigo lo entenderé y en cuanto al niño yo podre, ya soy un adulto, así que si no quieres está…- Takano hizo un movimiento con la mano, lo que tenía que escuchar él ya lo escucho, con esa misma mano toco la lápida donde descansaba su pequeño, su primogénito. Onodera entendió que el necesitaba tiempo de asimilarlo de comprenderlo. Takano derramo lágrimas, no sabía que sentir, no sabía que decir… Pero de algo estaba seguro la vida le estaba dando un nuevo milagro de disfrutar la vida y de ser un padre de criar a una criatura que fue la fusión de dos cuerpos y almas. Onodera se marchaba pero Takano le sujeto la mano antes de que se fuera, sorprendido se volteo.
-No me dejes, no me dejen, no de nuevo- dijo con un hilo de voz apenas perceptible.- Aun no logro ser capaz de dirigir todo esto, pero por favor no te vayas, de eso estoy seguro.
Así permanecieron por un largo tiempo, el viento acariciaba sus rostros, se dirigieron a casa, tomaron un taxi y Takano recostó en su hombro a Ritsu mientras se entrelazaban sus manos. Juntos podrían ser más fuertes, hablarían acerca de su futuro y de su relación por supuesto. Takano pidío que lo llevaran a sus departamentos.
-Ammm Takano-san, tengo que regresar a la editorial.- hablo Onodera.
-No, tomémonos dos días ¿de acuerdo?
-Tengo que regresar por mis cosas, ahí tengo mi medicamento-
-¿Qué estás bien? ¿Te duele algo?-
-No, solo son por precaución-
-Bien regresaremos a la editorial.- después de regresar a la editorial y dejar todo en orden y con instrucciones, recogió el bolso y todo de Onodera y se marchó con él a sus departamentos. Encontrándose con la ecografía, sonrió.
-Onodera se fue a dormir, un día con muchas emociones y aparte que no había dormido cayo rendido. Takano lo arropo y salió a su bar favorito.
Solo por hoy.