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Shy por sasodei_konan

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Notas del capitulo:

No podía dejarlo así como así... Por lo que decidí hacer un pequeño epílogo de este par <3

Enjoy.

Chris necesitó darse un momento antes de poder contestar.

Primero que todo debía asimilar todo lo que ocurría. Lo más importante, Tom estaba sentado frente a él. Luego, Tom había traspasado su barrera representada por el periódico. Y por último, esto le daba vista a las lágrimas en sus ojos. Tuvo que pensar rápido para que Tom no notara éste detalle, pero el nerviosismo de la situación le hizo elegir la peor opción: dejar caer el café sobre él.

-¡Oh, por todos los cielos, lo siento! –Tom quiso que lo golpearan al creerse culpable de aquel incidente. Se levantó de inmediato y sacó su pañuelo personal del bolsillo de su camisa para limpiar su rostro.

Por otro lado Chris lentamente daba en cuenta que esa había sido la mejor opción que podría haber tomado, si es que había alguna deidad existente ayudándole en esos momentos, lo estaba haciendo mejor que nunca. Tom estaba a centímetros de su rostro, limpiándolo cuidadosamente.

Sus miradas se encontraron y por un par de segundos, Tom detuvo los movimientos en su mejilla para sentir la respiración de Chris casi sobre la propia. Su corazón bombeó sangre como nunca, respiró el perfume de Chris y lo disfrutó hasta el punto de entrecerrar los ojos por el placer y dejar escapar un suspiro. Se llamó a sí mismo a mantener la calma por razones obvias y se separó de aquel estimado personaje.

Pero Christopher no permitió que Tom se alejara de inmediato. Ni si quiera se dio el tiempo de pensar en sus actos cuando ya estaba tomando la mano con la que Tom limpiaba su rostro.

-Espera, aún tengo por acá –mencionó haciéndole bajar la mano con el pañuelo por su mentón, cuello, y hasta sus clavículas que se notaban al tener el cuello de la camisa abierta.

El mesero tragó saliva al sentir su garganta seca y deseó hacer desaparecer el pañuelo que impedía el contacto directo de sus dedos con la piel de su cliente misterioso. Pero volvía a hacer uso de la poca cordura que mantenía para estar en calma, como si nada de lo ocurrido le afectara. De todas formas, Chris demostraba lo mismo.

-Vaya, es verdad, lo siento –Tom murmuró casi ausente con la mirada fija en Chris.

-Descuida, no debí subir el periódico.

-No, yo ataqué tu espacio personal.

-No, fue de muy mala educación mi acto.

-Peor fue el mío.

Por un momento ambos silenciaron y dibujaron una sonrisa en sus labios, la risa les acompañó segundos después. Estaban discutiendo por quién tendría la culpa y cada cual se la otorgaba a sí mismo.

Chris soltó al fin la mano de Tom y éste pudo separarse por completo de él. Si bien sus rostros no estaban tan cercanos como hace unos momentos atrás aún seguían en contacto al tenerle de la mano, por lo que su liberación fue un respiro para ambos pero muy a regañadientes.

Al mantenerse erguido por nueva ocasión, Tom tomó la libreta y lápiz que había dejado sobre la mesa y los guardó en los bolsillos delanteros del delantal negro que llevaba. Apartó por fin la mirada de Christopher para percatarse de que algunos clientes eran cómplices de su accidente, y volvió a vista a la camisa de Chris, cercana al cuello que era donde el café había sido derramado.

¡El café!

-¡Oh, por todos los cielos, es una bebida caliente! –Exclamó Tom llevándose las manos a la cabeza-. ¡Debiste haberte quemado! ¡Scarlett! ¡Scarlett! ¡Ayúdame por aquí! ¡Tuve un pequeño y horrible incidente! ¡Si es posible también trae una fusta para castigarme!

A Chris no podía parecerle más tierno su mesero plantónico al escucharle decir esas palabras –aunque el comentario de la fusta se le antojaría mejor luego-. Él apenas se había percatado de lo caliente del café, seguramente debía tener el cuello un poco rojo al ser un área sensible.

-Con tus besos me sentiría mejor –pensaba apartando el periódico para separarse un poco de la mesa y al fin dejar sobre ésta la taza que aún contenía algo de café.

Observó a Scarlett llegar a paso rápido con una pequeña sonrisa en sus labios, la intentaba ocultar, inclusive se mordía el labio y bajaba el rostro para evitar ser vista, pero para los ojos de Chris éste detalle no fue desapercibido.

-Vaya, Tom, primera vez que tienes un accidente y es con Chris, ¿quieres espantarlo acaso? –Dijo la mujer al llegar frente a Christopher para limpiar el café derramado sobre su torso-. Pobre Chris, debió aguantarse el dolor del café hirviendo, ya enfrió lo caído en su camisa.

-¡Hey! ¿Cómo sabes que estaba hirviendo? –Reclamó Tom avergonzado mordiéndose los labios con nerviosismo.

-Primero, de no ser así no habrías gritado como loco y lo habrías arreglado tú mismo. Segundo, aún queda café en la taza y veo el vapor. Tercero, me extraña que no notaras que la piel de Chris enrojeció levemente, siendo que estabas tan cerca de él.

Tom comenzó a enrojecer y Chris recibió demasiada información en aquella escena. Nunca notó que se había quemado hasta que Scarlett lo mencionó, ésta misma recalcó sutilmente sus palabras al decir “tan cerca”, y por último Tom estaba detrás de ella con las mejillas enrojecidas.

¿Podía ser? ¿Acaso Scarlett estaba molestando a Tom con él? ¿Estaba haciendo esos comentarios apropósito para que Tom se avergonzara? ¿Por qué? ¿Había motivo para molestarlo justo con él? ¿Por qué había reído la mujer al acercarse? ¿Por qué miraba a Tom de forma insinuante? ¿Por qué?

-¿Chris? –Llamó Scarlett al ver que Chris no reaccionaba a sus llamados.

No, Chris estaba en un estado de catarsis ante tantas ideas en poco tiempo. Sólo había una respuesta, y nada de negarlo o cosas por el estilo. - Esto no es una maldita novela, es la vida real - , se repetía a sus adentros mirando fijamente a Tom a los ojos, como si intentara comunicarse con él a través de una mirada.

-Le gusto a Tom, por todos los cielos, le gusto a Tom, o tal vez le atraigo, o quizá no lo ha notado y Scarlett sí, esas miradas sólo llevan a eso y a más nada, joder, joder, ¡le gusto a Tom! ¡Joder! Cálmate, Chris, cálmate. Muy bien. Deja que te limpien. Te están hablando. Coño, Chris, ¡responde algo! ¡Habla! ¡Reacciona, hombre por todos los cielos!

-¡Estoy bien! –Exclamó de repente luego de reprimirse en sus propios pensamientos. Los rostros de Scarlett y Tom se relajaron al escucharle --cosa que le provocó gracia--. Descuida Scarlett, fue mi culpa, Tom sólo intentaba ayudarme.

-Pues menuda ayuda que te daba, nunca se han hablado y cuando lo hacen uno de ambos mete la pata. Ya creía que se llevaban mal entre ustedes –la mujer rio y se separó de Chris para dejar la taza sobre su bandeja-. Te traeré otro. Tom invita.

Sin que Tom pudiera decir algo al respecto, Scarlett se retiró de ahí dejándolos solos otra vez. Chris se dedicó a observar más críticamente al mesero para ver si estaba en lo cierto, pero el simple hecho que le devolviera la mirada le hizo olvidar todo y quedar embobado como tantas veces.

-Lo siento… -Tom volvió a disculparse, y es que seguía torturándose por lo ocurrido. La culpa la sentía sobre él.

Fue ahí cuando Chris hizo su primera jugada. Prematura para lo esperado, pero necesaria.

-Descuida, pero… ¿Estás bien, Tom? Estás muy rojo y pareces nervioso, ¿no despertaste con fiebre hoy?

Acertado. En el clavo. Al blanco. ¡Ding, ding, ding, ding!  ¡Tenemos un ganador!

La felicidad de Christopher fue tan grande que apenas podía contener la sonrisa, pero se obligaba a hacerlo para que Tom no sospechara nada. Éste último se había sonrojado más ante el comentario hecho, razón de la dicha de Chris.

No lo engañarían fácilmente ni su mente podría venir con rodeos o excusas. Al demonio. Tom sí sentía algo por Chris, aunque fuera mínimo, algo provocaba el de ojos cielo en el mesero y ese algo estaba muy relacionado con los sentimientos que Chris por tanto había tenido guardado.

Tal parecía, sí podría tenerle.

-No es eso, es que me apena haberte ensuciado. Encima todos nos miraron y seguramente mi jefe me reprenderá.

Y las ansias por sonreír de Chris se esfumaron. – Maldita sea, maldita sea, ¡maldita sea, Chris! Deja de vivir en un jodido cuento de hadas. No te creas ilusiones, ¡estúpido! ¿Cómo no me di el tiempo de pensar eso? ¡Maldigo a este corazón y éste amor que no me permiten pensar con claridad! Y a ti también te maldeciría, Thomas, por ser el causante de mi desdicha. Pero no puedo, eres a la vez el causante de mi júbilo y éste mismo amor es el que no me permite más. Te amo demasiado para ello. ¡Maldita sea!

>>Definitivamente, no puedes verlo, Thomas.

-No te preocupes –dijo al fin para salir de sus pensamientos-, tu jefe no te reprenderá a menos que sigas perdiendo el tiempo conmigo… Deberías seguir atendiendo a tus clientes. Scarlett ya me ayudó lo suficiente.

Chris jamás lo notó porque ni se dignó a mirar a Tom mientras le hablaba. Ahora era la rabia y el dolor los que lo cegaban de pensamiento y análisis alguno, de lo contrario habría notado la tristeza en el rostro del mesero al escuchar tales palabras, y el nudo en la garganta formado a razón de ellas. También hubiera visto la sonrisa fingida, el apretón al pobre lápiz y a la libreta, y el leve temblor en sus labios al hablar.

-Lo siento, tienes razón.

Tom deseó llamar su atención, y en lo profundo de su ser quiso hacer notar el daño que le estaba haciendo con palabras tan simples como esas. Sus ojos gritaban por socorro a los de Chris, aquellos que hace minutos le habían mirado con ternura, amabilidad y hasta deseo. No obstante, Christopher no alzaba la vista.

-Dile a Scarlett que no se haga problemas, aquí está el dinero y con ello la propina –dijo dejando el dinero sobre la mesa al levantarse-. Adios, Tom.

Christopher esperó que Tom también se despidiera luego de unos segundos, segundos en los que caminaba hacia la puerta del local para retirarse. Mas al no escuchar respuesta alguna a sus palabras y extrañado pues Tom era el hombre más caballero y educado que conocía, giró su cabeza para mirarlo al abrir la puerta.

Su mirada sólo reconoció su espalda semi encorvada y su cabeza gacha caminando rápido hacia la cocina, finalmente desapareciendo tras la puerta. También cruzó el umbral y salió a la intemperie.

Cuando el viento frío chocó sin delicadeza sobre su rostro pudo conectar todo.

Y quiso golpearse contra la acera.

-Eres un imbécil, Hemsworth…

-¿Y Chris?

Scarlette miraba de un lado a otro intentando encontrar su objetivo. Sin éxito, giró a mirar a Thomas que acababa de dar un suspiro y dejaba el dinero de Chris.

-Esto es todo lo que tengo de él –dijo observando los billetes-, sólo sucio y apestoso dinero entregado por un servicio brindado. Pero, ¿qué más quería esperar? Ni siquiera hice bien mi trabajo, sólo ahuyenté a un cliente que ni siquiera era mío… Hehe, ¿mío? Encima lo trato como si pudiera poseerlo, como un trofeo… ¿Qué te sucede, Thomas?

Scarlette lo miraba extrañada junto con Chris, el otro mesero. Tom solía comenzar una especie de monólogo cuando se hallaba en una batalla de pensamientos, no era muy seguido pero habían aprendido a sobrellevarlo.

-Todos veíamos venir esto, ¿no es cierto? –Comenzó Chris dejando unas tazas sobre una bandeja.

-Exactamente mi querido Evans, todos excepto ese par.

 

El reloj marcaba las tres menos veinte de la madrugada y Chris revolvía lentamente una taza de té de manzanilla con miel. No había logrado conciliar el sueño en toda la noche, la imagen de la espalda de Tom cabizbajo desapareciendo de su vista lo torturaba.

Ahogó un suspiro al retirar la bolsa de té de la taza, la botó, tomó la taza y caminó hasta el salón. Ahí se sentó en sofá a la oscuridad de la noche dedicándose a respirar el aroma de la bebida caliente recién hecha.

Bebió un poco al comenzar a recordar. En el momento en que estuvo tan cercano a Tom pudo al fin ver aquel bello color que tenían sus ojos: verde agua. ¿Cuándo en su vida había visto unos ojos tan hermosos como esos? Encima eran decoración de la belleza que era el rostro de aquel.

Tom.

Chris bajó la vista a su té al sentir el calor que emanaba el vapor, una sonrisa se percibió en sus labios al volver a ese mar de recuerdos. Cuando el café se cayó “accidentalmente” sobre él.

Creyó reír, pero no lo hacía. Creyó beber un poco de té, pero no lo hacía. Creía hacer tantas cosas que no hacía, dejándose caer en un abismo de pensamientos. Hasta que la puerta se escuchó, estaban tocando.

-¡Chris, Chris! –Escuchó que alguien gritaba con desespero.

Dejó su taza sobre la mesa de centro y miró por la ventana. Llovía a horrores, ¿quién podría estar llamando a su puerta a tales horas?

-¡Por favor, Chris, ábreme!

Entonces Chris se sobresaltó y corrió a abrir la puerta para encontrarse con Tom y su mirada de gato mojado por la lluvia.

>>Imposible.

Tom se abalanzó sobre él en un desesperado abrazo, los sollozos sofocaban su garganta haciendo sus palabras inteligibles, temblaba con brutalidad  y su rostro estaba celosamente escondido en el pecho del rubio.

>>Imposible.

Luego de unos momentos Tom levantó el rostro, mostrándose tan afligido que fue tal como si siete espadas hubieran cruzado el corazón de Chris. Los largos dedos de Thomas acariciaban su rostro con un ligero temblor, el mismo que estaba en sus labios con ligeros jadeos ante el llanto reciente.

-Háblame… Muestra algo de compasión… -Susurraba con la voz ligeramente grave, era notorio que su garganta estaba irritada.

Eran sus propias palabras.

>>Imposible...

Las temblorosas manos bajaron por su cuello descubriéndolo de la bata de dormir que llevaba encima, así pudo apreciar hasta sus clavículas que también acarició. Soltó un suspiro por el tacto a lo que cerraba los ojos. Chris lo miró con su respiración ligeramente agitada y tomó sus manos para acariciarlas. Sus miradas se encontraron y se fundieron como aquella tarde, el horizonte que separaba el cielo de la tierra fue cediendo hasta ser eliminado.

Eran sólo ellos dos.

-Me tocas de muchas, muchas formas, pero soy tímido… -Contestó al fin Chris acercándose lento al rostro del mesero.

-Puedo verlo… -El susurro  hubiera sido inaudible para cualquiera que hubiera estado ahí con ellos, pero para Chris fue tan claro como los ojos de quien tanto amaba-. Bésame, Chris, bésame hasta que mis labios se quemen con los tuyos, bésame aunque mis pulmones te griten por oxígeno –los susurros seguían cada vez más cercanos al rostro de Chris, hasta que sus respiraciones agitadas acariciaban las pieles contrarias-. Ignora todo, todo, Chris, sólo somos tú y yo…

Chris quiso relatarle su papel de enamorado, hacerle saber todo lo que siempre se guardaba al verlo. Quería gritar su devoción por él a los cuatro vientos, que todos los países se enteraran de cuanto lo amaba y cuánto había esperado por ese momento, pero la atracción a sus labios era mayor.

-Chris… -Susurró Tom ya casi rosando los labios ajenos-. Chris…

-Tom… -Chris cerró los ojos.

-Chris… Chris… Chris… ¡Chris!

Una fuerte sacudida hizo que Chris abriera los ojos con sorpresa y mirara a quien le zamarreaba así.

Scarlette era quien le tenía apresados los hombros. La vio sonreír y voltearse.

-¡La bella durmiente ha despertado! ¿Feliz, Tom? No hizo falta que el príncipe azul viniera a besarla. ¿Tenías que enloquecerte tanto? –Dijo ella llevándose las manos a la cintura mientras miraba desaprobadora a Thomas.

Chris parpadeó un par de veces y se puso al tanto de la situación.

Ese día había decidido sentarse en uno de los sofás junto a una mesa para cambiar la rutina, frente a él había un té, la etiqueta delataba que era de manzanilla y miel. Se había quedado dormido cabizbajo, Tom lo vio así y se alteró al creer que se había desmayado o había perdido la consciencia de alguna manera, pues no se movía y su té se enfriaba. Dejó a Kat a un lado excusándose por lo que veía y llamó a Scarlette para que hiciera algo al respecto, y ahí se encontraban.

-¿Lo soñé? –Pensó Chris mirando anonadado a Scarlette y a Tom -éste último apenas le devolvía la mirada por la vergüenza-. ¿Todo fue un sueño? La confesión, el encuentro, nuestras miradas, el café… Sus manos tocándome, las mías acariciándolo… Era un sueño…

>>Pero lo anhelo tanto, quiero volver a tocarlo… Tengo…

-¿Estás bien, Chris? –Preguntó Scarlette al ver que Chris parecía ausente.

Chris la miró y le sonrió.

-Tengo que hacerlo –dijo sacando el dinero de su bolsillo para entregárselo a la mujer-. Scarlette, por favor, cúbreme… Yo… Yo sé que tú sabes que yo… a Tom…

La pelirroja le miró sorprendida a más no poder, por supuesto que sabía de qué se trataba todo eso. Chris se levantó haciendo que el té se cayera apropósito en su camisa. Miró a Scarlette para darle una señal.

Ella lo comprendió al momento.

-¡Oh, Chris! –Exclamó separándose de él-. ¡Lo siento tanto, fue mi culpa! Deberías ir al baño a limpiarte…

Tom volteó a mirar a Chris, éste evitó una sonrisa al ver que había captado su atención.

-Lo haré, pero no recuerdo donde está…

-Oh, descuida, Tom te llevará.

Thomas apretó ligeramente la libreta en su mano para no demostrar su nerviosismo y canalizarlo en esa pequeña fuerza. Como de costumbre sonrió como el caballero que era y asintió encantado, pero ni una palabra se escapó de sus labios. Sólo le hizo un gesto a Chris para que lo siguiera.

-Gracias –susurró el rubio al pasar junto a Scarlette para seguir a Tom.

El mesero le esperó hasta que estuviera a su lado y lo encaminó hacia su destino. Se sintió extraño, tan extraño como cuando cruzaron miradas aquella vez que había llegado tarde al trabajo. Tragó saliva silencioso y llegó al final del pasillo donde se encontraba el baño de hombres.

Quiso decirle que ahí era, pero nada, el ratón le había comido la lengua.

Chris notó que Tom no hacía nada por entablar al menos un pequeño diálogo, así que con todas sus fuerzas tomó de la muñeca de Tom y lo acercó a él hasta dejarlo acorralado entre su pecho y la puerta del baño. Su mente repetía como si de una condena se trataran todos los contras de lo que hacía, pero debía tomar la iniciativa, aunque fallara.

-Tom –dijo nervioso y ligeramente agresivo, pensó que pronto le temblarían las manos-. D-da... –Mordió con fuerza su labio, no podía tartamudear ahora-. Vamos, Chris, eres un hombre, ¡demuéstralo! –Se alentó en sus pensamientos y miró a los ojos a su platónico-. ¡Dame respuestas!

Por otro lado Tom estaba casi en estado de shock ante la repentina actitud de aquel con quien nunca había cruzado palabras pero tanto lo había deseado. Su labio inferior tiritaba un poco y sus ojos le miraban confundidos. Entreabrió los labios para tratar articular una palabra, pero sólo pudo inhalar aire con cierto miedo, miedo que Chris notó deseando soltarlo e irse corriendo de ese lugar.

Sin embargo, la decisión estaba hecha.

-Yo… -Reanudó Chris, tragando saliva nuevamente-. Yo no entiendo por qué cada vez que tienes la oportunidad, me guiñas… Sonríes tan coqueto… Actúas de… Yo… Tú…

Las palabras estaban corriendo a su garganta para esconderse, el valor se iba.

-No, no, ahora no, ¡hazlo, Hemsworth! –Pensó y cerró los ojos-. ¡Yo sé que Scarlette te ha molestado conmigo innumerables veces! Yo pienso que eres la persona más bella y amable que podría haber pisado la Tierra, ella sabe que lo pienso aunque jamás se lo he dicho, pero lo ha visto en mis ojos. Ha visto que cuando mi mirada se encuentra con la tuya mi corazón salta anhelando salir de mi pecho, ella ha notado que te miro con otros ojos… Ojos… ¡Ojos pecadores! ¡Ojos que desean a ese mesero que jamás me ha dirigido la palabra! Ve estos labios que lloran por juntarse con esos delgados labios tuyos para sentirse al fin completos.

>>Yo he visto esa belleza que no todos logran ver en ti. Todos admiran tu ser esculpido por manos divinas, pero no todos logran ver en esa intensa mirada que no deja entrar a nadie a explorar. Logro ver que esa hermosa sonrisa que a todos les dedicas lo haces sin desear nada a cambio, porque eres demasiado… perfecto.

>>Jamás… Jamás nos hemos hablado… Yo sé que tú no tienes razón para hablarme, pero yo tengo más de un millón para hacerlo, y la principal de todas es sólo para escuchar esa voz más encantadora que el canto de las aves por la mañana, pues con sólo escucharte mi día no puede ser mejor, la música es nada comparada con el sonido que dejan escapar esos labios. He deseado intensamente que seas tú mi mesero, que me llames por mi nombre, y que me sonrías mientras me hablas… Es… ¿Es mucho pedir?

Lentamente Chris fue abriendo los ojos, había expresado gran parte de sus pensamientos y necesitaba ver el rostro de Tom ante su confesión.

Seguía igual. La sorpresa, el miedo y la confusión, sólo un leve rubor había subido a sus pómulos. Ese simple tinte lo relajó y ayudó a que su mano soltara su muñeca, y se deslizara por su brazo para terminar acariciándolo.

Tom aún no decía nada. Chris continuó.

-Ahora cumplo uno de mis más puros y pecaminosos deseos… Tocarte, sentir tu piel sobre esa camisa que tan caballero te hace ver, como en realidad eres. No puedo darme la libertad de acariciar tu rostro o jugar con tus cabellos como tanto me gustaría, pero con esto puedo caer en el sueño profundo tranquilo, sin importarme si alguna vez despertaré o no.

>>Pero también ahora veo terror en tus ojos, un terror que me está torturando más al saber que soy el causante de que tiembles y de tus cienes caiga sudor frío. Lo siento mucho, siento haberte forzado a escuchar esto… Mas si no lo hacía, me volvería loco… Más loco de lo que ya estoy por ti, Tom…

Chris soltó a Tom y dio un paso hacia atrás dejando al pobre mesero dar un respiro. Frunciendo ligeramente el ceño dio media vuelta para no volver a encontrarse con su angelical rostro.

-Lamento las molestias, intentaré no volver ni a cruzarme por tu vista.

Y al fin dio rienda suelta a la timidez para irse de ahí a pasos agigantados, cabizbajo y reprimiendo todos los deseos de llanto posible. La vergüenza lo abrumaba, quizá había hecho algo estúpido, pero más adelante su vida lo agradecería.

La pelirroja estuvo a punto de ir a molestarlo hasta que notó que su faz no era para nada feliz. Luego desvió la mirada a Tom que se dejaba ver al comienzo del pasillo. Se veía casi en ataque de pánico, por lo que no dudó en acercarse a él para brindarle ayuda.

-Tom, Tom, ¿estás bien? Estás temblando… ¿Quieres llorar? Oh, calma, calma. Tranquilo, Tom, estoy aquí. Vete a casa, te cubriré, ahora mismo iré por tus cosas.

Aunque Tom no la escuchaba se quitó aquel delantal negro lentamente, había captado el mensaje y su propia consciencia llamaba a conservar la paz y actuar. Ya.

Cuando Scarlette llegó lo cubrió con su abrigo, tomó el delantal y lo empujó ligeramente.

Chris había salido del restaurante.

Nunca estaba de más un empujón.

-Hiciste lo que debías, Hemsworth… Ahora puedes sentirte en paz, pero con la condición de jamás volver a poner un pie en ese sitio. Es un precio muy caro de pagar, pero no hay vuelta atrás –pensaba caminando hasta el estacionamiento.

-¡Chris!

¡Música para sus oídos! Una tonada que jamás creyó que escucharía lo llamaba y no podía hacer caso omiso. No era una alucinación, rogaba que no lo fuese, de lo contrario explotaría en ese mismo lugar al voltearse por completo.

Ahí estaba él, a un par de metros mirándolo exaltado. Respiraba agitado y se ponía bien su abrigo, sus manos temblaban ahora y no sus brazos, el labio inferior seguía vacilando.

-Mañana… -Dijo al calmarse, y al fin le dedicó la sonrisa que Chris tanto amaba a pesar de que su mirada aún tenía un deje de temor-. Mañana podría atenderte yo… Scarlette mencionó que dejas buena propia, hehehe.

Esa risa nerviosa lo enamoró todavía más, ¿cómo era posible?

El mesero dio media vuelta y levantó su mano para despedirse, pero antes Chris alzó la voz para llamar la atención de Tom con una radiante sonrisa decorando su rostro.

-Eh, Tom… Comenzará a llover dentro de poco, si te resfrías no habrá quien me atienda mañana… Vamos, te llevo a tu casa.

Esa sonrisa, esa cálida y honesta sonrisa que hacía suspirar a Tom, ahora lo tranquilizaba.

-Veo que no tengo opción.

Podría ocuparse más tarde de aclarar sus ideas, ahora sólo debía vivir el momento antes que la timidez se apoderara de ambos otra vez. Había que comenzar una nueva historia.

Notas finales:

Espero que haya sido de su agrado, ahora si está finalizado x3 Estoy pensando en hacer otro AU de este par que estará ambientado en mi país(?), me inspiré en el verano al ver tanto mochilero por ahí que fue imposible no comenzar a escribir por ahí, asi que pienso que lo seguiré y hasta al menos no tener 3 caps listos no lo subiré (para no tardarme meses en la actualización xD)

Cualquier crítica es aceptada, así arreglo las faltas que hayan -mi beta está en sus asuntos y no quiero molestarla uwu-.

Nos vemos!


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