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Sujetos de prueba por Yoshita

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Notas del capitulo:

Vi que no tuve mucha acogida, pero que mas da, agradezco a esa chica que me dejó el review y me disculpo con ella por no contestarle aun, sin embargo le dedico este fic entero por apoyarme en esta alocada currencia entre Zoro y Sanji. 

A los demas, muchas gracias por leer mis historias, de verdad gracias. 

Nota: está subido desde un dispositivo móvil, si el formato se ve mal es por eso, lo editaré cuando pueda, lamento incomodidades. 

Día 3. 
 
Sujeto de prueba 3: Usopp
 
Sin proponérselo, él mismo comenzó a participar activamente de las pruebas que Nami le había designado. Siguiendo el orden dispuesto por la chica, el siguiente en la lista era Usopp. 
Se situó a su lado en la hilera de deportes y comenzó. "Aprovecha", le había dicho Nami. 
-Hey Usopp...
-Dime. 
-¿Cuál es tu color favorito?
-El marrón, ¿por qué?
-Curiosidad- se encogió de hombros. Se le hacía aun mas complicado con el narizotas por el hecho de que llevaban poco, relativamente, de conocerse y no había logrado un detonante como con Trafalgar Law. Entraron al coliseo y Mihawk los recibió con un sordo pito de entrenador. 
-Baloncesto- les lanzó tres balones- divídanse. 6 equipos. Capitanes: Kuroashi, Eustass, Trafalgar, Sabo, Franky, Portgas. Elijan de manera equitativa y comiencen a jugar. 
Con un piedras-papel-tijera eligieron quien iba primero, ganando Ace. Luego eligió Sanji, siguiendo con Law, Kid, Franky y dejando a Sabo de último. Sanji, como buen seguidor del plan de Nami, había elegido a Usopp al primero. Se arrepentiría, pero bueno, no tenía nada que perder. 
Como los últimos tres cursos se mezclaban siempre para deportes, aquellos equipos con chicos de tercer grado llevaban las de ganar, aunque aquellos equipos que contaban con los jugadores de la selección de la Academia iban a la par. El inconveniente era que la mayoría de la selección iban en tercer grado. 
Sanji suspiró. Comenzó jugando contra Ace, quien tenía a Luffy (por su complejo de hermano mayor celoso que no permitía que el chiquillo estuviera cerca de Trafalgar) y a otros tres chicos que medio conocía. Uno tenía el pelo y los ojos oscuros y le gustaba mucho el color azul por lo que se podía ver. Otro era un chico con apariencia inocente que sentía una gran admiración por el muchacho del color azul y por el intenso color rojo y un callado chico de gafas que jugaba bien, pero era muy reservado. 
Por otro lado su propio equipo era el peor: tenía a Usopp por esa estúpida idea de Nami (que en realidad fue suya), a un chico que le temblaban las piernas al andar, a un muchacho de alto como una vara, pero completamente inservible y a un integrante de la selección de la Academia, ¿de qué le iba a servir tener un tipo tan bueno si su equipo era un desastre total? Lo mas aceptable era él y eso que apenas jugaba. 
Cuando comenzó el partido, desechó todas las esperanzas de ganar y se concentró en mirar a Usopp para hallar algo que captase su atención. Pasado el primer encuentro, con Ace, no vio mas que su alborotado cabello negro moverse para evitar que le pasaran el balón. Cuando finalizó su encuentro con Law, era consciente que Usopp tenía asma algo leve. Luego del enfrentamiento con Kid se dio cuenta que estaba a punto de morir y no había logrado hallar un punto del cual agarrarse y buscar mas allá para encontrar un tesoro escondido. Sin embargo, en su encuentro con Franky, se fijó en lo rápido que corría, pivoteando el balón, para escapar del equipo contrario. Fue una hazaña repetitiva en donde salieron victoriosos. Pero el encuentro con Sabo los destrozó de tal manera que Mihawk resoplaba internamente, según podían apreciar. Podían darse por muertos cuando el entrenador diera su dictamen a fin del trimestre. 
Se sentó en las gradas al lado de Usopp y tomó agua, debía comenzar una interesante conversación. 
-Buen juego, ¿no? No sabía que corrieras tan rápido. 
-Pues yo tampoco, aunque cuando salvé a la Reina de Inglaterra de un incendio en el palacio de...- hasta ahí llegó. No era que no le gustaran, era que, simplemente, esas historias no eran lo suyo, o tal vez no en cuanto a romance se refiera. Se dio por vencido en ese mismo momento, justo antes de continuar con esa implacable y desesperada búsqueda por un Marimo capaz de despegar el arroz de la olla. 
-¿¡Marimo?! ¿¡He dicho Marimo?!
-Calma Sanji- le dijo Usopp con una mano en su antebrazo- ¿qué te pasa? ¿Es Zoro? ¿Dónde está?
-No, no es Zoro. 
-Pero dijiste Marimo. 
-Pensaba en voz alta. 
-Sanji...
-Dime. 
-Estás enamorado de Zoro, ¿no es verdad?
Tuvo toda la gama del círculo cromático surcando su rostro en un intento de lograr las palabras indicadas. 
-No- le tembló la voz- ¿por qué lo dices?
-Porque no es la primera vez que dices su nombre de manera distraída. Además de que no cualquiera se sonroja de la manera que hiciste el lunes, incluso ayer, cuando Tashigi fue a preguntarte lo de la cuchara, tu cara se tornó roja. Y para finalizar, un mentiroso sabe distinguir una mentira. 
Sólo tuvo que parpadear un momento para fijarse que Usopp le había dicho una verdad, una de muy pocas que había oído de su boca. Una verdad que no estaba dispuesto a aceptar. 
-No es cierto- sentenció con mas propiedad y se levantó de la banca para ir a los cambiadores. 
Se bañó y colocó su uniforme limpio para salir al patio y tomar un aperitivo de media mañana antes de caer al suelo de hambre. 
-¿Y? ¿Cómo estuvo?
-Usopp dice que amo a Zoro- Nami se quedó con la boca abierta. ¿De verdad que él mismo no se había dado cuenta? Es mas, ¿no se fijaba que Zoro estaba interesado en él también? Suspiró, sería difícil, pero tenía una idea seguiría con eso, hablaría con los chicos a usar y se encargaría de que Sanji tuviera a ese hombre fuerte para quitar el arroz de la olla. 
-¿Nami-chan? ¿Estás bien, mi querida dama?- preguntó agitando una mano frente a su inexpresivo pasmo. 
-Si, eh, si- respondió sacudiendo la cabeza- entonces con Usopp...
-Me doy. Me rindo. No puedo. 
-Continuarás, la prueba dura un día y no puedes botarla cuando no ha pasado ni medio. 
-Pero...
-¡Nada de peros! Ingéniate la manera de que vaya a tu casa y mires si puede despegar el arroz. 
Suspiró derrotado, no había ningún poder que hiciera a Nami cambiar de opinión en algo como eso. 
Al sonar el timbre fue a clase. Bingo. Tenía con Robin. No sabía si era para su buena o mala suerte, seguro que Nami haría de las suyas. 
No fue tan terrible como pensó, Robin tenía preparado un largo taller de literatura antigua para la clase y la casa, no le hizo mucha gracia, no entendía muy bien de lenguaje y no quería preguntar a su Robin-chan porque ella tenía clase en la tarde. Necesitaba que le explicaran y por azares del destino, recordó que Usopp era bueno en literatura. No sabía que tan buena o mala se tornaba la situación. Decidió hacer su jugada. 
-Hey Usopp- el aludido alzó la cabeza- ¿tienes algo que hacer esta tarde?- negó con la cabeza- bueno... Me preguntaba si querías ir a mi casa, es que no entiendo muy bien este taller- murmuró para evitar que Robin le escuchara. 
-No hay problema Sanji, Usopp-sama te brindará su ayuda. 
-Gracias- dijo. Sabía que se arrepentiría. 
 
La terraza estaba vacía cuando los chicos subieron. 
-Vaya, cómo me gusta este sitio- musitó Ace al estirarse y sentarse en el suelo. 
-Ya lo creo- Luffy se sentó a su lado arrastrando con él a Trafalgar- vamos Torao, siéntate. 
Ace le dirigió una mirada asesina. Él sólo rió. 
-Ah, estoy tan cansado y apenas es miércoles. 
-Tranquilo Sanji-kun, la semana se pasará volando. 
-Es cierto Nami, una vez oí una historia donde...
-¿Franky sigue trabajando?
-Si- Robin llegó por detrás- le han ofrecido el puesto de maestro. 
-¡¿Qué?!
-Parece que es bastante hábil con lo que hace, es por ello que se esfuerza en este proyecto, es como su tiquete de ida. 
 
La última hora, de matemáticas, la durmió tan plácido que no creía estar en la escuela al despertar. Usopp lo llamó. 
-¿Vamos Sanji?
-Si claro- se levantó tomando sus cosas- vamos. 
Fuera se encontraron con el resto de chicos y a la salida de la Academia, con Zoro y Marco, un chico de la Universidad que estudiaba ciencias forenses. 
-Yo- saludó Zoro a todos- ¿recuerdan a Marco?
-Si- musitaron todos menos el chico pecoso, estático y mudo. 
-Hey Ace, ¿estás bien?
-Si... Eh... Yo... Marco... Hola... Eh... Soy Ace. 
-Lo se- carcajeó suave y le sonrió- no creas que se me va a olvidar, sobretodo tu nombre. 
Se tornó rojo flama en un instante, sus pecas resaltaban en el carmín de su rostro. 
-Nosotros nos vamos- avisó Luffy arrastrando a Law con él- Torao me debe un helado- se despidieron con la mano antes que el complejo de hermano celoso, Alias: Ace, se diera cuenta de lo que sucedía al salir del ensimismamiento llamado Marco. 
-Oi cejas de sushi. 
-¿Qué quieres Marimo?
-¿Aun tienes dañado tu reloj?
-Si. ¿Te vas a burlar de eso al igual que siempre?- le espetó bromista. 
-Oh, estamos con amenazas, pues fíjate que no, iba a hacer mi buena acción del día, pero me he arrepentido. 
-Lo que sea Marimo, no te capto. 
-Usualmente las nueces no sirven de cerebro- se despidió con un gesto de todos los chicos restantes antes de que Sanji replicara y comenzaran una pelea. 
-Adiós- se despidió Marco y se acercó lento a Ace, tomándolo por sorpresa. Se acercó a su oído y murmuró- adiós Ace- se alejó antes de causarle al chico un ataque. 
-Parece que alguien acaba de ver al amor de su vida- se burló Nami. 
-¡Yo no he hecho tal cosa!- reprochó rojo y avergonzado. 
-No hablaba contigo, pero, como dice Robin: al que le caiga el guante...
-Que se lo plante- acabó la mencionada- bueno, me voy, hasta luego chicos. 
-¡Bye bye!- exclamaron. 
-Hey, Sanji, ¿vamos a estudiar?
-¡Oh si! Cierto... Muchachos, nos retiramos, debo hacer el trabajo de Robin-chan y Usopp me va a ayudar, nos vemos- se alejaron del resto de chicos que estaban en la entrada, quienes sólo eran Nami, Ace y Franky. 
-¡Uff! Llegué. ¿De qué me perdí?
-Ace está enamorado- soltó Nami, la cara de Sabo cambió. 
-¡Ace! ¡Hermano de mi alma!- su participación en el club de teatro estaba dejando huella- dime quién es la afortunada y yo la adoraré toda mi vida...
-Es Marco- cortó Franky. El gesto de Sabo se detuvo por un momento para pasar al de una fiera encolerizada. 
-¡Esa piña desfigurada y mutante! ¡Lo voy a agarrar y lo haré caramelo y luego lo herviré y...! ¡Arg! ¿¡Quién se cree para hacer caer a Ace en sus redes?!
-¿Yo? Sólo soy un estudiante promedio- musitó a sus espaldas- sentí que alguien hablaba de mi, no me equivoqué. ¡Oye Ace!- el aludido lo vio con un color en sus mejillas- te ves lindo sonrojado- la gota que colmó el vaso. Ace se tapó la cara y mientras Nami le decía que el amor era normal, Franky corría detrás de Sabo, quien corría detrás de Marco, quien corría con una sonrisa de satisfacción y huía del hermano celoso #2, Alias: Sabo. ¿Qué sucedería cuando se enterara que el pequeño Luffy estaba saliendo, si es que se le puede llamar así, con Trafalgar Law?
-¿¡Que Luffy qué?!
-Mierda- susurró Franky- lo dije en voz alta. 
-¡Ya verán! ¡Esos dos!- y continuó tras la piña mutante llamada Marco. 
 
Sanji abrió la puerta y dejó entrar a Usopp, puso los libros sobre la mesa de la sala y se dejó caer sobre el tapete. 
-Ven aquí Usopp, es mucho mas cómodo que el comedor. 
-Claro- se sentó a su lado y colocó música desde su reproductor. Sanji lo agradeció. 
La tarde transcurrió amena y la ayuda brindada por el mentiroso fue útil. Comenzando la noche, sus estómagos rugieron. 
-Fuu, tengo hambre. 
-Yo me encargo de eso- Sanji se puso de pie y caminó a la cocina para repetir su nueva y famosa receta de arroz quemado con maña y maestría. Como era Usopp, no tragaban tanto como Luffy, pero era Usopp. 
Terminó asando carne de nuevo y sirviendo jugo de mora para ambos. 
-Comida. 
-¡Yay!
-Esta es la receta especial, espero que te guste como a Luffy- se sentó y procuró que naciera un interés por el mentiroso, interés que jamás llegó. Cuando terminaron, llevaron los platos a la cocina y Sanji comenzó a lavarlos. Hizo su jugada. 
-Hey Usopp- antes de salir de la cocina, volteó- ¿me ayudas en algo? Necesito que raspes esa olla y saques el arroz pegado al fondo. 
-¡Claro! ¡No hay nada que Usopp-sama no pueda hacer!- y tomó una cuchara para comenzar con su labor. Sanji suspiró y cerró los ojos. Terminó de enjugar los platos y al cerrar el grifo, Usopp lo llamó. 
-¿Sanji?
-¿Si?
-Lo siento- abrió los ojos. La mitad de la cuchara estaba en la mano del chico y la otra mitad en la olla. Le hirvió la sangre. 
-¡Mi cuchara!
-Lo siento, lo siento, lo siento- se disculpaba- hey, creo... Creo que... ¡Me voy!- empacó sus cosas como relámpago y salió corriendo por la puerta, dejándola abierta y a la persona que estaba fuera con los nudillos extendidos sin oportunidad de golpear. El visitante se quedó mirando al cocinero. 
Cogió la cuchara y sonrió. 
-Afortunadamente no fue la que me dio Zoro. 
-¿Entonces si te gustó?
-¡Marimo!
-Buu- entró y cerró la puerta. 
-¿Qué haces aquí?
-Marco me obligó a hacer mi buena acción del día- masculló entre dientes. 
-¿Cuál?
-Tu reloj. Dámelo. 
-¿Qué?
-Hazlo. 
Sanji sacó el reloj de un cajón del aparador de la sala y se lo lanzó a Zoro, quien se sentó en la mesa del comedor y comenzó a desarmarlo. 
-¿¡Qué haces?! ¡Lo vas a empeorar!
-Calla y mira- se sentó a su lado y lo vio jugar con las herramientas que tenía en la mano. 
El tiempo corrió. 
Cuando Zoro cerró la tapa del reloj, Sanji dio un respingo. 
-Ten. 
-¿Qué...?- el anhelado tic-tac sonaba. Zoro lo había reparado. 
-Me voy, tengo trabajo, adiós- salió por la puerta. 
-Gracias... Zoro- sonrió como estúpido y se deslizó en el sofá. 
 
Sujeto de prueba 3, resultados: fallido por imbécil. 
Nota: alga parcialmente a la vista. 
Notas finales:

Gracias por leer. 

Pocas veces suelo pedir esto, pero me gustaría que dejaran sus opiniones, por favor. 

Gracias de antemano. 


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