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El Hobbit Una Travesía Inesperada por LadyRed

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Notas del capitulo:

Aquí la parte dos, mas pronto que nunca, Saludos!

Capítulo 9 – Thorin, Rey Bajo la Montaña, Parte II.

 

 

 

1. El Arpa y El Hobbit.

 

 

 

Una semana después del... accidente ellos aún seguían sin poder mirarse a la cara, cada vez que iban a hablarse se notaba en el aire. Fili lo había llamado tensión sexual, y su madre le había dado una patada por debajo de la mesa. Aquella mañana, ya harto, había decidido irse de la casa por un rato, a Dis ya le estaba picando la curiosidad y no tenía ganas de discutir con ella por esa clase de temas.

 

 

 

Lo que van a ver a continuación es otra especie de mito familiar. Como sabrán los Enanos son muy habilidosos con las manos, por lo que no es raro suponer que la herrería y el dibujo no les presentasen problemas. En la familia real, por lo menos, todos tocaban un instrumento, ya fuesen Fili y Kili los violines, o Dis con la flauta, Frerin la viola, y el difunto Vili la lira. Todo excepto Thorin, o por lo menos eso les hacía creer. Este mito en particular fue empezado por Dis, que de pequeña juraba haber escuchado el tocar de un arpa en casa, a pesar de que en la misma no estaban sino ella y Thorin, más este jamás admitió hacerlo ni se molestó en negarlo.

 

 

 

Este mito, como el del retrato, era verdad, pero por el mismo motivo, el Rey nunca dijo nada según su conveniencia, pues le gustaba tocar para sí mismo y si de pronto se viera rodeado de familiares molestos sería un problema. Por eso tenía su arpa oculta en un pasaje del bosque cercano a la casa, de esa forma sabía que no la encontrarían y que podría llegar a ella fácilmente. Para su mala suerte Bilbo escogió justo ese día para seguirlo, pues por una parte había reunido, por fin, el valor para hablar con el Rey sobre aquel asunto, y por la otra sentía curiosidad, curiosidad de saber a dónde iba el señor de la casa en que ahora vivía casi todas las tardes, cuando se veía quería pensar.

 

 

 

Por lo que haciendo uso de sus habilidades de Hobbit corrió, persiguió y se ocultó todo lo maestra y silenciosamente que pudo de los ojos y oídos de Thorin II, hasta que el mismo llegó a lo que parecía ser una pared de arbustos, bastante inadvertida, realmente, con la cantidad de árboles y demás que había en ese sitio, pero sí bastante obvia cuando la buscas, por lo que Bilbo hizo un esfuerzo (por su orgullo) de no sorprenderse mucho cuando le vio sacar una llave de su bolsillo y apartar un poco unas cuantas ramas hasta dar con una cerradura, para acto seguido abrir una puerta. El Hobbit estuvo a punto de dar la vuelta hasta que vio que el Enano parecía olvidar cerrar la puerta, la cual quedo convenientemente entreabierta.

 

 

 

Hay que tomar en cuenta que el pobre Bilbo era un muchachito aun inocente, y por su cabeza no pasaba la posibilidad de haber sido descubierto. Por lo que ni corto ni perezoso se escabullo por aquella entrada cuando creyó que Thorin no le miraba, y se apresuró a colgarse por las ramas de un árbol, completamente seguro de su invisibilidad.

 

 

 

Vio entonces que Thorin caminaba hasta un enorme roble tras el cual había algo escondido, lo mismo que fue a sacar para luego proceder a sentarse en una se las raíces, la cual yacía bastante más levantada del suelo. La primera vez que Bilbo escuchó a Thorin raspar las cuerdas del arpa fue como si su cuerpo se trasladase hacia las tierras más lejanas del universo, el poco tiempo en que lo escuchó se permitió cerrar los ojos, imaginándose un mar de estrellas a su alrededor, dejándose ir, acostado sobre la rama, memorizando cada nota que rompía del instrumento, estaba a punto de caer dormido cuando escuchó como el Rey comenzaba a cantar.

 

 

 

Más allá de las frías Montañas

Calabozos y Cavernas

Debemos ir, y madrugar

 

 

 

Para encontrar oro al final

 

Los pinos gimen, en las alturas,

Y el viento llora en la noche

 

Y el fuego al fin todo encendió

 

A los árboles tal como antorchas.

 

 

 

 

Aquel simple pedazo obligo al Hobbit a abrir los ojos, imágenes de guerras pasadas inundaron su mente y el dolor por lo amado perdido invadió su corazón. De pronto deseó estar en la Comarca, en sus prados anchos, bajo la luz y el calor del sol, pues la montaña en esa época del año se hacía más fría, quiso abrazar a su madre, a su padre, por primera vez desde que llegó a Erebor se preguntó que fue de la vida de Paladín, de Prímula, por dios ¡si hasta extrañaba a Lobelia con todos sus chismes y mala intención! Se cubrió la boca con una mano, sintiendo que gruesas lágrimas bajaban por su rostro. No quería sentirse así, no cuando al fin ya había encontrado una casa. Pero entonces se recordó que aquella en realidad no era su casa: era la de Thorin y la de la familia real, la de los sucesores del Reino Bajo la Montaña, el cual les fue robado y recuperaron proclamando su derecho sobre esas tierras. No había lugar para el en las frías montañas de la canción.

 

 

 

 

- ¿Gusta bajar, señor saqueador? - la voz de Thorin se escuchó fuerte y clara, tan clara que asustó a Bilbo, provocándole tal sacudida que casi cae de broces al suelo. Casi, porque después de todo el Enano estaba allí para atraparle – esto me recuerda vagamente a cierto episodio en los bosques de Dale hace un año ¿no cree? - le sonrió el Enano, pero Bilbo no fue capaz de hacer nada más que mirarle directo a los ojos.

 

 

 

 

Sintió la mano del Rey contra su cara, el tacto áspero secando los restos de las lágrimas en su cara, ahora más roja que un tomate - ¿cuando...? - comenzó Bolsón ¡maldición, que vergüenza, y en un momento así!  El Rey simplemente terminó de secarse la cara y le miró fijamente.

 

 

 

 

- Me di cuenta al salir de casa, de vi bajando por la ventana -.

 

 

 

 

Oh, dulce Elbereth, quería que se lo tragase la tierra. Todo el valor que había reunido anteriormente se había ido muy lejos hacía mucho tiempo. De súbito pasó inesperado, el Rey se echó a reír, haciéndole dar un salto, presa del susto – ven, siéntate. Ya que estas aquí puedes hacerme compañía – le alentó sin darle mucha importancia mientras le jalaba suavemente hasta el arpa, ya fuera de la sombra del pino, en el ojo de aquel pequeño claro Bilbo sintió el calor del sol traspasando su piel, derritiendo el hielo de su alma. Y todas las preocupaciones se esfumaron.

 

 

 

 

2. Familia.

 

 

 

 

Para nadie era secreto que Fili y Kili eran la adoración de Thorin, esos muchachos, desde muy jóvenes, habían sabido ganárselo en cuerpo y alma. Eran sus dos amados hijos, y eso nadie lo iba a cambiar. Pero antes de ellos llegaron Frerin y Dis y cuando Thorin recordaba a su pequeña niña con sus mejillas rosadas y sus enormes ojos turmalinas se le encogía el corazón. Recordaba haberse echado a reír luego del nacimiento de su sobrino mayor, pues este había heredado aquellas pequeñas pecas temporales que tenía su madre. Frerin, al contrario de Dis siempre fue más unido a su padre que a él, y cuando este murió optó por separarse un poco del resto de la familia para evitarles problemas, pues en esos tiempos Dis no estaba casada y el trabajo era arduo. Extrañaba pasar tiempo con su hermano pero respetaba su decisión por lo que no objetaba.

 

 

 

 

Tan arduo fue su trabajo para cuidar a su familia que los años pasaron frente a sus ojos y ya tenía ciento noventa y cuatro años, su hermana se había casado, había tenido dos hijos que ya eran mayores de edad, su esposo había muerto, y ahora estaba en esa situación - ¿porque jamás te has casado, tío? - Le preguntó Kili, que tenía a Fili con la cabeza recostada sobre sus piernas.

 

 

 

 

Thorin dejó en seguida el plato de asado que había robado de la cocina, sintiendo que se atragantaba - ¿qwhe...? - preguntó, aun con la boca llena, recibiendo un golpe en la cabeza por parte del Hobbit - ¡habla bien! - Bilbo ya se estaba hartando de decirles lo mismo una y otra vez. ¡Elbereth, si hasta Dis lo hacía!

 

 

 

 

Thorin gruñó, pero se apresuró a tragar. Sus sobrinos no pudieron evitar reírse un poco por ello, el saqueador tenía domado a su tío - ¿por qué me preguntas eso? - Thorin moriría antes de admitir, sobre todo frente a su hermana, que no se había preocupado en buscar una compañera por estar cuidando de ellos. Kili miró por un breve segundo a Bilbo, lo suficiente como para que el Rey Bajo la Montaña alzase una ceja, no así el Hobbit – ni siquiera lo piensen – medio gruñó cuando se dio cuenta de por dónde iba la cosa.

 

 

 

- ¡Pero tío! - se quejó el menor, como un niño al que no le dan un dulce – no Kili, no quiero que se metan con eso – le cortó antes de seguir comiendo.

 

 

 

- ¿A qué se refieren? - preguntó Bilbo, confundido. Dis le sonrió mientras le tendía un vaso de whisky – no es nada, no les hagas casos – yo también quiero – farfulló Fili medio dormido mientras se daba la vuelta, aun sin darle vía libre a su hermano.

 

 

 

 

- Pues entonces levántate a buscarlo, que tu madre no es sirvienta, y sírveme de una vez – le ordenó su tío mientras tomaba un trago del vaso de Bilbo, que se sentó en el respaldo del sillón donde él estaba sentado, y le había ofrecido.

 

 

 

 

Fili gruñó he hizo amago de levantarse – acompáñame – le golpeó la cabeza a su hermano para que le siguiese. Kili se levantó de mala gana antes de seguir a su hermano. Muy bien, estaba salvado por el momento. O por lo menos eso creyó– mi hijo tiene razón, hermano ¿por qué no te has casado? No está precisamente joven ¿sabías? - le picó Dis, sacándole una risa a Bilbo, a lo que Thorin le miró mal – simplemente no se ha dado ¿de acuerdo? Deja el tema.

 

 

 

 

- No tienes por qué estar a la defensiva -.

 

 

 

 

- ¡No estoy a la defensiva! - gritó el Rey. Dis alzó una ceja, meneando la cabeza y su melena rizada – ay, Thorin – suspiró dándole un trago a su vaso con una sonrisa - ¿cómo que “ay, Thorin”? ¿Qué quieres decir? - siseó el Rey.

 

 

 

 

- Cálmate – murmuró Bilbo mientras le acariciaba el cano cabello. Dis parpadeó un poco, preguntándose si en verdad había visto eso. Últimamente su hermano y el Hobbit parecían muy cercanos. Sospechoso. En eso entraron Fili y Kili con varios una bandeja de comida y tres vasos más con bebida – Toma – le ofreció Fili a su tío y el Rey le dio las gracias - Trajimos esto de la despensa – anunció Kili mientras ponía la comida sobre la mesa de la sala – dame un poco – pidió Bilbo.

 

 

 

 

Unas horas más tarde, cuando ya habían comido y bebido a destajo, Fili y Kili dormían tranquilamente junto a Dis en el sofá, Fili estaba apoyado de su madre y tenía un brazo en torno a los hombros de su hermano, que también se apoyaba en él. Bilbo también se había quedado dormido, recostado en el brazo del sofá del lado izquierdo de su hermana. Thorin sonrió, medio borracho, medio consciente, preguntándose para qué demonios quería una esposa

 

 

 

 

Entonces se levantó de donde sentado para dejarse caer entre su hermana y el saqueador. El movimiento despertó a Bilbo, que se levantó aun adormilado - ¿Thorin? - murmuró el más joven. Rey no contestó y simplemente atrajo al Hobbit hasta su hombro y lo estrecho contra sí, mientras se recostaba sobre el hombro de su hermana, esta se movió y acomodó y cabeza contra la de Thorin. Así se quedó dormido Bilbo, sintiendo la cálidas del cuerpo del Rey Bajo la Montaña.

 

 

 

 

¿Para qué quería una esposa si tenía la mejor familia ahí misma?

 

 

 

 

3. Enseñando.

 

 

 

 

- ¿Por qué no pruebas tú mismo? - preguntó Thorin un día que se hallaban en la habitación escondida en el bosque donde el Rey guardaba su arpa. Se hallaba tocando la misma mientras el saqueador recogía unas cuantas hierbas, hasta ahora había conseguido tomillo y romero, un poco de laurel y perejil. Además, había aprovechado de cortar varias Athelas con la idea de tenerlas en casa, pues Balin ya le había explicado cómo usarlas para curar las heridas con las que comúnmente llegaba a casa la familia real. En ese momento el mayor reparó en la recolección de dirigía el Hobbit - ¿qué planeas hacer con eso? - le preguntó, alzando una ceja.

 

 

 

 

- Oh, nada, me gusta la idea de hacer una carne especiada para la cena. Un poco de laurel, orégano, romero, tomillo y albahaca pueden sentar muy bien, lastimosamente no tengo ni la segunda ni la última, por lo que estoy pensando en cómo reemplazarlas en la carne – la boca del moreno se hizo agua al pensar en la carne caliente, el olor delicioso, el sabor... mejor dejaba de pensar en eso - ¿no has probado preparar algo con curry? - le preguntó, solo por decir algo, intentando no pensar en comida.

 

 

 

 

- bueno... no, la verdad, no es algo muy común en la Comarca, mucho menos en mi casa, a mi padre no le gusta la comida fuerte, aunque... - el menor hizo una pausa, mirando hacia arriba – está comenzando a hacer cada vez más frío, en parte por eso estoy aprovechado de recolectar todo lo posible. El invierno se acerca ¿verdad? - preguntó Bilbo, a lo que el Rey asintió – supongo que una comida fuerte para calentarlos después de un día fuera no caería mal, tal vez le pida a Dis que me enseñe a hacerla.

 

 

 

 

- puedes pedírselo a Bombur, no es el más gordo de los Enanos que has visto hasta ahora por nada, sabe mucho de comida, puede serte de ayuda – le recomendó el moreno sin dejar de tocar Bilbo acercó una ramilla de orégano para olerla y la dejó un segundo junto a sus labios. De los miembros de la compañía con los que mejor se llevaba eran Dwalin, Balin, Bofur, Bombur y Glóin, con Ori tal vez un poco, pero sentía que lo trataba como si no supiese nada, por eso no acudía mucho a él. A Bombur se lo había ganado con su cordero y Bofur había decidido que le caía bien después de verle reducir a Thorin a calidad de gato asustado, Dwalin, Balin y Glóin, bueno... ustedes dirán – si, tal vez se lo pida.

 

 

 

 

- Él tiene un contacto de Dale que puede conseguirte el curry y lo demás que quieras, siempre y cuando le des parte de la comida, claro está.

 

 

 

 

El menor se rio mientras continuaba cortando las hierbas. De pronto la música del arpa de detuvo y las manos de Thorin tomaron las suyas – ven – le llamó con una sonrisa mientras lo guiaba al lugar donde él siempre se sentaba y se ponía a sus espaldas – vamos, inténtalo – le alentó mientras dirigía sus manos a las cuerdas. Al principio el castaño dudo si hacerlo más Thorin no le dio oportunidad y le fue enseñando que cuerda tomar y como debía poner los dedos. Había escuchado a Bilbo decirle a Dis aquella mañana que lamentaba no poder tocar ningún instrumento como ellos, pues Fili y Kili se hallaban practicando en la habitación contigua, y que se sentía minimizado, por supuesto que Dis había entrado en cólera y le había dicho que él no era ningún inútil y que se sacara esas ideas de la cabeza, pero sabía eso simplemente no bastaría para calmarle, por lo que decidió tomar cartas en el asunto y darle algo con lo que presumir, el arpa era un instrumento hermoso después de todo. Tal vez incluso le regalase una de oro.

 

 

 

 

4. Pipa y hierba fresca.

 

 

 

 

El tabaco de la Comarca era el menor, eso es un hecho conocido por toda la tierra media, incluso los elfos admiraban la calidad de la hierba para pipa que los Hobbits producían y era uno de sus mayores orgullos, por eso cuando Bifur anunció, alegre que un nuevo cargamento había llegado y que estaba vendiendo en el mercado Bilbo estalló en alegría y literalmente corrió y se peleó, con uñas y dientes, con otros clientes por un saco de tabaco. Aquella actitud sorprendió enormemente a la familia real, que no sospechaban de los hábitos del más joven.

 

 

 

 

Por eso cuando Bilbo llegó, con el cabello revuelto y el vestido lleno de tierra, pero con una sonrisa de oreja a oreja, y los ojos brillantes de determinación, además de una cesta de tabaco en las manos lo primero que hizo Dis fue decir - ¿tabaco, en serio maestro Bilbo? - sorprendida.

 

 

 

 

- ¿Usted fuma? - preguntó Fili, que no desaprovecho la oportunidad de tomar un poco de ese tabaco y fumarse una pipa lo más lentamente posible – claro que lo hago... o intento, no tengo pipa y hasta hace dos años era menor de edad, no tenía muchas posibilidades de que mi padre me diese una – murmuró un poco abatido el menor mientras de dejaba caer en el sofá – hoy tampoco pude comprarme una – ante aquello Fili, Dis y Thorin detuvieron lo que estaban haciendo, los dos últimos que preparaban la hierba en las pipas para poder fumar un poco y el rubio que hacia formas de humo cada dos por tres, una especie de culpa les recorrió, pues ellos saltaron como animales sobre la compra mientras el menor se quedaba por fuera, habiendo sido él quien arriesgó el cuello para comprarla.

 

 

 

 

- Bueno... - comenzó Fili – nosotros vamos al balcón – le interrumpió su madre mientras los jalaba, escapando de la mirada de cachorro de Bilbo y dejando a Thorin solo. El Rey jamás sintió tantas ganas de matar a su hermana, escuchó al castaño suspirar suavemente mientras sostenía un paquetito de tabaco. El Rey suspiró mientras prendía la suya, dándole una calada antes de ofrecérsela al menor - ¿?... - este le miró extrañado.

 

 

 

 

- anda, toma una calada – le alentó mientras le ponía la pipa en las manos, el menor le miró sorprendido antes de tomar un poco. Así les consiguió Dis, intercambiando la pipa cada dos por tres. La mujer suspiró antes de sonreír pícaramente, ya no la sorprendía.

Notas finales:

Gracias por leer, hasta pronto!


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